Hello!!!! Saludos a tod@s, y gracias por pasar por este humilde fic (:-P).
Muchos besos a tod@s los que lo leen y especialmente a todos los que me dejan reviews (a esos millones de gracias y abrazos - ¡Como os quiero!-).
Disculpen por la tardanza, yo, que habitualmente actualizo cada dos o tres dias, este capitulo me ha costado un poco. No, no es porque me bloquee, es que pasan las cosas tan a la vez que es difícil describirlo, aunque creo que no me ha quedado tan mal (eso a mi gusto, los que opinan son los lectores).
El capitulo 10 ya esta en marcha (y el 11 tambien!!!), asi que si no surgen trabajos u cosas indeseables, lo tendran pronto todo (ah, y tambien que los personajes me dejen hacer lo que yo quiero, es que a veces hacen lo que les da la gana, jeje).
Ahora las contestaciones (pocos reviews, aunque lo poco es mucho, son muy importantes para mi).
lix = Si, el capitulo es tranquilo, ya era hora de descansar un poco, demasiadas emociones fuertes dañan al corazon, jeje. Ademas, habia que hacer algo bueno para el cumpleaños de Harry (en los libros nunca lo celebra ¿te has fijado?, ademas, según como esta de animo –riesgo de suicidio, depresion, visiones, sensación de culpa, etc… que no se curan tan fácilmente, sabes- ahí que darle algo para ver la vida de forma positiva. Por cierto, el capitulo lo pense en una "interesantisima" clase de la universidad, la idea, después por si sola se fue desarrollando. Espero que este capi tambien te guste.
LoBeZnO = Gracias por el review :-D. Me acabo de copiar tus dos historias al disco duro y ya casi acabo con ellas, estan interesantes, y creo que ya se de un libro (bueno, libros) que me voy a leer en cuanto acabe "Los pilares de la Tierra" que es que me estoy leyendo, voy a cogerme de la biblioteca los de "Dune", me has dejado con el gusanillo de eso, jeje. Bueno, pasando a otra cuestion, parece que me has leido el pensamiento, aquí tienes de nuevo a los gemelos, esos personajes hacen lo que les da la gana y todo lo que hacen me coge desprevenida (casi todo lo referente a ellos no lo habia pensado en un principio, jeje). Y esperar pacientemente….. Ya tienes aquí el capitulo recien salido del horno (como quinen dice) Disfruta y muchos besos.
Y ahora el capitulo, disfruten y dejen reviews!!!!!!!!!!! (o si no, disfruten con la historia y ya me dejaran reviews cuando quieran).
Capitulo 9_Decisiones
Guillaume Perkins se encontraba de pie en la cima cercana a un pueblo y podía divisar desde allí todo el valle, que se extendía a sus pies como si fuera un mapa multicolor formado por diferentes recuadros de campos de cultivo. Desde ahí tenia que vigilar la llegada de un grupo de mortifagos con una preciada carga que, según las informaciones que les habían llegado, eran de bastante valor. Él era uno de los múltiples aprendices a mortifagos al servicio del Lord Oscuro, estaba orgulloso de poder servir a ese hombre, eso representaba poder y era lo que quería: dominación y someter a la gente, por eso se había unido a Lord Voldemort.
Mientras esperaba recordó el día en que abandonó la escuela, parecía ya lejos aquellos momentos y eso que sólo habían transcurrido unas semanas, estaban a finales del mes de junio, "mañana seria julio", pensó. Vio como el sol se ubicaba en lo alto del cielo, tan brillante, le hacia recordar el brillo de la snitch cuando la cogia en los partidos de quiddith en su colegio, "esos días ya no regresarían", recordó con nostalgia, ya era todo un hombre y un futuro mortifago.
Se arrebujó más en la capa que llevaba, a pesar de estar en pleno verano, odiaba esos días en concreto, llevaba puesta una capa bastante mas gruesa de lo habituada, estaba prevenido, y por eso había venido con mas abrigo de lo que usualmente se podía utilizar en esa parte de Inglaterra en pleno verano, agradecía la información proporcionada por otro aprendiz, cualquiera que no estuviera preparado estaría desprevenido ante esa situación, una sonrisa le asomó por entre los pliegues de la bufanda que portaba: los planes de su señor estaban saliendo a la perfección.
Poco a poco el día estaba dando a su fin, el sol empezaba a esconderse tras las montañas que se encontraban a su espalda, el muchacho miró el reloj que portaba, se empezaba a ponerse nervioso, ya tendrían que estar llegando, eso no era bueno, esta era su primera misión importante y significaba mucho para él y en apariencia era lo mas fácil del mundo: ser el contacto entre el grupo de mortifagos que atacaron una base de aurores y llevarlos a una localización determinada por medio del traslador que portaba. Si, era lo mas sencillo, y por eso mandaban a aprendices a servir de contactos en los traslados de prisioneros ya que los lugares donde se encerraban cambiaban cada vez por seguridad y para prevenir ataques de los malditos aurores y trabajadores del ministerio, lo único que nunca cambiaba era los primeros sitios a donde los llevaban al capturarlos (cuevas y casas abandonadas principalmente).
Miró nerviosamente el reloj de nuevo, la tardanza nunca era buena señal. Esperó dos horas más, apoyándose en el árbol que dominaba la colina, y cuando su sombra se confundía con la oscuridad creciente de la tarde decidió que ya había trascurrido suficiente tiempo y, agarrando un periódico viejo que se encontraba tirado a un lado del árbol, desapareció del lugar, rogando que su llegada con las manos vacías no supusiese mas que unas cuantas torturas y no la muerte a manos de su admirado y despiadado maestro.
*****
- George…
- ¿Qué Fred?
- ¿Dónde estamos ahora?
- Ehmm… - el joven pelirrojo miró a su alrededor, estaban de pie en medio de nubes que flotaban a su lado, no se le hacia conocido el sitio – No lo se – respondió a su hermano gemelo.
Los dos estaban flotando en medio de aquella nada, al principio, cuando abandonaron el lugar del que provenían, iban a una velocidad muy rápida, tanto que no distinguían por donde pasaban, pero de repente se pararon en ese lugar, era como si ese fuera su lugar de destino.
Al cabo de un rato, al ver que no iban a ningún lado, ambos se sentaron encima de una nube cercana.
- Fred, ¿sabes qué era ese lugar? – uno de los dos se incorporo en la nube, llevaban largo rato tumbados en ella y observando el ir y venir de las demás. Esa pregunta le rondaba la cabeza desde hace rato.
- No lo se – dijo el otro desde su posición en la nube, estaba con los ojos cerrados y con las manos detrás de la cabeza, en modo de reflexión, él también estaba pensando en aquella pregunta desde hace rato. – Quizás, puede ser… – decía mientras permanecía con los ojos cerrados, al cabo de un rato negó con la cabeza mientras decía – no lo creo – pensaba en voz alta.
- ¿Y como crees que llegamos allí? – su hermano se tumbó de nuevo en la nube.
- Lo he estado pensando… creo que inconscientemente queríamos escapar de la guerra que comienza y… escapar de los mortifagos que nos atraparon.
- ¿Pero por qué fuimos a ese lugar y no a otro? – muchas preguntas le rondaban por la mente mientras observaba las nubes que pasaban por encima de él.
- No lo se, puede que quisiéramos disfrutar de las cosas que a partir de ahora no tendremos, me refiero, claro, a no tener preocupaciones y poder jugar todos los días, cosas que al crecer se van perdiendo junto con la ilusión de disfrutar de las pequeñas cosas de la vida… Nos hacemos adultos, ¿sabes George?, y eso significa responsabilidades y… ¡Agh! ¿Por qué has hecho eso? – el muchacho se toco dolorido la cabeza y miro a su derecha, su hermano le había dado una colleja a mitad de la conversación.
- Creo, Fred – decía riendo el otro joven – que ese lugar te ha trastornado la mente – Al cabo de unos momentos se calmó y añadió – Pero creo que lo que dices es verdad, a partir de este momento nada será igual y tenemos que afrontar la vida tal y como se nos presente, tenemos responsabilidades y eso significa madurar – termino en tono serio.
- Bueno, bueno, creo que los dos hemos llegado a la misma conclusión, pero… - se paró y al cabo de unos segundos continuó en tono alegre – eso no significa que tengamos que perder nuestro espíritu de niños, podemos disfrutar de la vida y de todo lo que nos ofrece sin tener que convertirnos en dos adultos serios y aburridos.
- Estoy de acuerdo contigo, vamos a alegrar la vida a la gente – George se quedo pensativo - ¿Qué te parece si inauguramos la tienda este año?, creo que las bromas podrían conseguir que la gente se olvide un poco de la guerra en la que estamos involucrados.
- Oye, buena idea, y se me ha ocurrido que podemos inventar algunas bromas para combatir a los mortifagos, ¿te imaginas lo que podríamos hacer para pelear contra ellos?, trampas, paralizantes escondidos, galletas de canario especiales, etc..... – iba diciendo el muchacho mientras trazaba en el aire formas imposibles.
Siguieron hablando de las cosas que podían hacer e inventar para luchar contra los seguidores de Voldemort, algunas de esas ideas eran bastante interesantes y otras eran un poco absurdas, pero todas podían servir en eso momentos ya que cualquier ayuda era bien recibida si se luchaba contra el mal.
De repente, en medio de la entretenida e interesante conversación que tenían, el panorama ante ellos cambio, las nubes se retiraron rápidamente dejando sitio a una estancia circular, ellos dos se encontraban en medio de todo y observaban atónitos el lugar donde se encontraban en esos momentos: la sala era de un verde bastante claro, casi blanco, y enfrente de ellos se encontraban tres puertas, todas iguales a simple vista.
Al terminar de ver todo lo que les rodeaba, una especie de resplandor empezó en un extremo de la habitación, en la parte de encima de las puertas, y se fue extendiendo hasta dar la vuelta completa a la sala. Mientras pasaba por encima de la pared iba dejando entrever unas letras, cuando llego al lugar de donde había comenzado, la luz se apagó y se pudo ver claramente que era lo que estaba escrito en la pared:
"Son nuestras elecciones las que muestran lo que somos, mucho más que nuestras habilidades."
Y debajo de esa frase se podía leer otra
"Caminantes perdidos, esta es la sala de las decisiones, elijan el destino que quieran seguir, más, tengas en cuenta la opinión de lo más profundo de su corazón"
Al terminar de leer las frases en las tres puertas que había enfrente de ellos aparecieron diferentes imágenes: en la puerta de la izquierda se empezó a dibujar una especie de foto donde aparecían ellos dos solos; en la del centro, lo mismo, pero con la excepción de que aparecían acompañados de sus padres y hermanos; y en la de la derecha lo mismo aunque esta vez si estaba su hermano Percy que en la fotografía anterior no estaba.
Los dos jóvenes miraban detenidamente las tres puertas, todas iguales, pero todas diferentes, todas con lo mismo, pero todas distintas…..
¿Qué puerta elegir? ¿Qué puerta les conduciría de vuelta a casa? ¿Qué puerta les permitiría evitar el desastre predecido por Sirius? ¿Qué puerta era la correcta? ¿Cuál seria el destino que iban a elegir? ¿Qué decisión tomar?.............
*****
Una sombra oscura se deslizo furtivamente por los pasadizos de las frías y lúgubres mazmorras en donde se encerraban y torturaban a los prisioneros capturados en los ataques perpetrados en mitad de esa despiadada guerra. Los pliegues de la capa negra que llevaba no dejaban ver la identidad de la persona que caminaba en esos instantes por los pasillos, la cara cubierta hasta arriba del todo ocultando su rostro gracias a la gran capucha que portaba, se podía confundir con la oscuridad del recinto y eso era lo que deseaba: pasar inadvertido.
Siguió caminando, ajeno a los gritos de suplica que llegaban de las celdas, impasible ante el dolor que sufrían los encerrados allí, "pronto se les acabaría ese sufrimiento, muy pronto", pensó, "tan pronto como venga mi señor y les mate", una fugaz sonrisa apareció en su rostro, pero tan pronto como vino se fue, tenia una misión que hacer.
A mitad de pasillo se paró, frente a él estaba la puerta de una celda y, como en todas las demás, de esta salían los gritos de personas gritando. Tocó la puerta, alguien desde dentro abrió la rejilla que permitía ver el interior, al ver que el carcelero/torturador se asomaba, destapo un poco su cara, lo suficiente para que el otro pudiera reconocerlo e inmediatamente se la volvió a cubrir.
- ¿Alguna noticia?
- Ninguna.
- En un mes ¡!!!NO HABÉIS CONSEGUIDO SACARLES NADA!!!
- No señor, no quieren hablar, ni uno ni otro – dijo el carcelero.
Una mueca apareció en el rostro del otro hombre, eso no era lo pensado, no podía creer como un par de muggles se resistieran tanto a las torturas de los terribles mortifagos.
- Nunca os lo diré – la voz de una mujer resonó en la mazmorra hasta llegar a oído del visitante.
- Crucio!!!
Un mortifago se encargo de callarla, ahora los gritos que se oían eran de dolor mezclados con otros gritos, esta vez de hombre, que también mostraban la firme decisión de no decir ni palabra.
El hombre vestido de negro contemplo la escena que pudo ver a través de las rejas, un matrimonio atado a la pared siendo torturado para sacarles cierta información que podría proporcionar a su maestro algo muy valioso.
- Dime, ¿Por qué es tan importante la localización de esa persona? – la voz de su interlocutor le devolvió a la realidad.
- Porque Noor, mi querido compañero, es muy especial para el maestro – contesto al otro hombre de forma calmada y así dio por finalizada la conversación. "Y porque tiene un poder oculto muy valioso" pensó mientras desandaba el camino de vuelta a la casa, sus ojos grises y fríos revelaban que sólo él, entre todos los seguidores de Lord Voldemort, sabia cual era la verdadera razón para retener a esa pareja, pues él era en quien mas confiaba el dueño y señor de aquella casa aparentemente abandonada en donde se encontraba ahora y era ahí donde se reunían la mayor parte de sus mas terribles seguidores: los mortifagos.
*****
- Liz, Liz, ¿estas bien?
- Mmmmm – todo lo veía oscuro, pero poco a poco la visión fue aclarándose y los colores fueron formando una forma, una cara, al principio borrosa pero que al cabo de unos segundos se transformo en el rostro de una muchacha que le miraba preocupada - ¿Robin? – le dolía la cabeza muchísimo.
- Si, esa soy yo. Ahora descansa, te has desmayado – la otra joven le colocó una almohada debajo de la cabeza.
- ¿Qué me ha pasado?
- No lo se, hace un momento estábamos hablando y de repente te has puesto pálida y te has desmayado.
- No recuerdo nada.
- He dicho que no te levantes – la empujo suavemente de nuevo al suelo – Espera a que se te pase el mareo.
- De acuerdo – contesto la otra desde el suelo, aunque lo negara, su cara pálida delataba su estado.
- Te voy a traer un poco de agua, no te preocupes, se donde esta – dijo lo ultimo rápidamente al ver el intento de levantarse de su amiga.
Al cabo de un rato se encontraban las dos muchachas sentadas de nuevo en la cama hablando, el mareo ya se le había pasado hace poco a una de ellas y retornaban la conversación que habían interrumpido.
- No se como soportas vivir sola aquí, no me gusta, todo es tan grande – una muchacha pelirroja estaba hablando mientras observaba la habitación de su amiga, era enorme, había que reconocerlo.
- Mis padres regresaran pronto, ya hace un mes que se fueron, habrán tenido éxito en su negocio, seguro. Además, ya estoy acostumbrada a que me dejen sola.
- ¿Por qué no te vienes a mi casa a dormir? Creo que estarás mejor allí.
- Robin, ya te lo he dicho, me siento segura aquí, no se, es una sensación que tengo, me da seguridad la casa.
- ¿Seguridad?, ufff, es demasiado grande para mi, yo me perdería aquí.
- Oh no – contesto la otra muchacha y tirándole uno de los cojines que adornaban – no te perderás, la conoces casi mejor que yo.
- ¿Qué has hecho? – echo una mirada picara a su amiga y cogiendo otro de los cojines que tenia la cama, empezó con su amiga una guerra de almohadas.
- Echare de menos esto – las dos muchachas se encontraban tumbadas y sudorosas en la gran cama, la guerra de cojines había acabado con las dos cansadísimas. Ahora una de ellas estaba pensando en voz alta
- Yo también – dijo la otra – Robin ¿Por que te cambian de colegio?
- Es… digamos… - la muchacha pelirroja no encontraba las palabras necesarias para responderle a su mejor amiga – un colegio especial.
- ¿No sabrás si quedan plazas? Puede que convenza a mi padre para que me mande allí, ya sabes, tiene muchas influencias.
- No lo se – como le podía decir a su amiga que para entrar a ese colegio se requerían unas cualidades "especiales", algo que ella había descubierto hacia poco tiempo. Miró la cara de su amiga, le gustaría que fueran ambas juntas, pero no podría ser… - Quizás haya alguna – no le gustaba mentir a su amiga, pero eso era una mentira piadosa.
- Vale, en cuanto regrese mis padres se lo digo. Me gustaría tanto que siguiéramos las dos juntas en clase.
- A mi también, a mi también. – respondió Robin mirando al techo de la amplia habitación, le entristecía pensar que dentro de un mes abandonaría a su amiga y se iría a estudiar a ese lugar, aunque… por otra parte, tenia ilusión por comenzar a aprender en ese colegio, era tan fabuloso todo lo que había descubierto en los libros del colegio que a veces le parecía vivir un sueño…
El ruido del timbre de la puerta resonó por toda la casa, al oírlo, Robin se levanto rápidamente de la cama.
- Oh no, mis padres!!!! – dijo tras comprobar la hora que llevaba en su reloj – Que tarde es. ¿Seguro que no te apetece venir a dormir a mi casa? – miro a la muchacha de pelo negro que continuaba tumbada en la cama, esta negó con la cabeza, a veces le parecía que su amiga aparentaba mas años de los que tenia, ambas cumplirían once años dentro de pocos meses. – No, ¿seguro? Bueno, tú te lo pierdes. Vengo mañana. Ciao.
- Hasta mañana Robin.
- Duerme bien Liz, por cualquier cosa ya sabes donde llamar.
- Si, si, venga ve, no hagas esperar a tus padres – se había levantado y acompañaba a su amiga por el pasillo, como siempre esta la intentaba convencer de irse a dormir a su casa.
- Llama por cualquier cosa
- Si, lo se, me lo has repetido cientos de veces todos los días. Que no me va a pasar nada.
- …No se como soportas estar sola.
- Soportándolo – le hacia gracia la cara que ponía su amiga para intentar convencerla, pero siempre lo hacia, desde que la conocía se comportaba así – Venga, sal, que ya te están esperando – estaban en la puerta de la casa y, aparcado enfrente, se veía un coche con una pareja dentro esperando.
- Vaaaaale, – miro el reloj – hasta dentro de unas horas.
- Ni se te ocurra despertarme pronto, que te conozco – le echó una mirada acusadora a su amiga.
- Me has quitado la idea, yo que te quería despertar pronto para comenzar el mes de julio con buen pie.
- No se como te deje una copia de las llaves de la casa – rió la muchacha.
- Las consecuencias de tener una amiga tan loca como yo. Me voy. Hasta mañana a las siete de la mañana – el último comentario obtuvo como respuesta una mirada asesina de parte de la muchacha de pelo negro, pero todo esto formaba parte de la broma, nunca se le ocurriría a ella ir a esa hora a la casa, todavía estaba ella en la cama… durmiendo. Se despidió y se metió en el coche con sus padres, siguió observando la casa mientras se alejaba con su familia, la luz del sol iba menguando, el día se acababa.
Elizabeth vio como el coche se alejaba calle abajo, confundiéndose con los últimos rayos de sol del día, su amiga iba de vuelta a su casa, pero ella no se tenía que mover, estaba en su propio hogar. Cerró la puerta tras de sí, a veces le gustaba estar sola, pero ese día tenia la sensación de que algo malo iba pasar, y el desmayo que había tenido una hora antes no hacían mas que incrementar su miedo. Empezó a caminar hacia la cocina, iba a prepararse algo de cena, un bocadillo estaría bien… de pronto le pareció que el suelo se ponía borroso, se apoyo en la pared, otra vez se iba a desmayar, lo sentía, veía como todo se volvía de colores confusos, todo giraba a su alrededor a una velocidad vertiginosa.
Voces. Muchas voces. Amenazas. Gritos de dolor. Una celda. Hombres vestidos con túnicas negras y caretas blancas, sin rostro aparente, pero sus risas resonaban por la pequeña habitación. Dos personas atadas en la pared, sufriendo, retorciéndose de dolor… La visión comenzó a aclararse, las formas a definirse, la cara de los prisioneros comenzaron a verse mejor… al reconocerlas un grito desgarrador salio por su boca y la visión que había tenido se desvaneció completamente.
Se dejo resbalar por la pared, la respiración entrecortada, las gotas de sudor le caían por la cara, había sentido y visto el sufrimiento de sus padres, era imposible, estaban de viaje, pero… era tan real todo, los gritos de dolor eran tan terribles… todo era tan absolutamente real. Su pecho subía y bajaba a toda velocidad, el corazón le palpitaba rápidamente, la cabeza le daba vueltas y mas vueltas, las imágenes se le habían quedado grabadas en la mente, seguía viendo a su madre y a su padre en aquella celda, seguía oyendo los gritos de dolor de ambos y la risa que profería su torturador…. Seguía recordando todo tan vivamente. Atrajo las piernas hacia si y las abrazó fuertemente, en esos momentos tenia miedo, mucho miedo, si ellos morían, ¿que iba a pasar con ella?
De repente, en medio de su llanto, sintió como su corazón se partía en dos y en ese instante lo supo, sus padres habían muerto y estaba sola en el mundo, sola, sola… mas lagrimas cayeron de sus ojos y se estrellaron en el, ahora, frío suelo de la casa. Sentía como todo a partir de ese momento iba a ser diferente, sin sus padres, sin nadie de familia, pues no conocía a nadie mas de su familia excepto sus padres, no tenia mas familiares, no tenia tíos, ni primos, ni abuelos… estaba sola.
Uno de los últimos rayos de sol atravesó una de las ventanas de la habitación que tenía enfrente y se posó delante de ella, lo miró, ese día, ultimo del mes de junio, se había quedado huérfana. Entonces se dio cuenta de que la habitación que tenia enfrente de ella, por donde había entrado el rayo, era la habitación de sus padres. Observó el cuarto como si lo viera por primera vez, entonces se dio cuenta de que había objetos que no le sonaban nada, objetos muy raros por cierto, siguió paseando su mirada llena de lágrimas por la habitación, la cama, los cuadros donde aparecía ella junto a sus padres, la estantería llena de cosas, el armario… todo le hacia recordar los instantes trascurridos junto a ellos, aquellos casi once años juntos ahora parecían lejanos, una etapa dejada atrás.
Algo le llamó la atención, era un objeto que brillaba desde la estantería, no le llegaba el sol, pero aun así parecía desprender un brillo insólito. Se acercó a la estantería apoyándose en la pared, todavía le dolía el cuerpo, había sentido el dolor de sus padres en la visión, y ahora era como si lo sufriera ella. Caminó tambaleante, apoyó uno de sus brazos en la estantería, casi no se podía poner de pie, necesitaba apoyarse, si no se caería redonda al suelo. Apoyándose como pudo, observó la piedra, era pequeña, del tamaño de su mano, y de un verde un tanto peculiar, y había algo que le atraía hacia ella, parecía que la piedra quería que la tocase, que la cogiese…
Su mano se alargó hasta casi tocar la piedra, pero una duda le apareció en la mente, ¿qué iba a pasar si la cogia? ¿Qué sería de ella a partir de esos momentos? ¿Estaría a salvo en esa casa? ¿Cómo seria todo a partir de ese día? Su mano tembló inquieta encima de la piedra, todo su cuerpo temblaba, ¿cogería la piedra o no la cogería? ¿Se arriesgaría a tocar una cosa que parecía misteriosa a simple vista?
Los últimos rayos de sol desaparecieron en el horizonte mientras, en el interior de una casa, una muchacha de largo pelo negro decidía sobre su futuro inmediato, pues lo que decidiera en aquel preciso instante influiría para siempre en su vida. La decisión estaba entre coger la piedra o no cogerla, bajar la mano hasta tocarla o salir de la habitación, no volver a entrar más y abandonar para siempre aquel lugar donde tan buenos ratos había pasado… tenia que elegir.
*****
- ¿Derecha o izquierda? ¿Izquierda o derecha? – una muchacha de largo pelo castaño se encontraba mirando en esos momentos la bifurcación que tenia delante. Había llegado al final de una gran avenida y de pronto se encontraba con que tenia dos caminos posibles para seguir, uno a la derecha y otro a la izquierda. Tocó la mochila que llevaba, los dos caminos eran seguros, ¿pero como era que no se acordaba de ellos?
Tenia instrucciones de ir a un lugar en concreto, el año pasado ya había estado allí gran parte del verano y había seguido el mismo camino para volver a ir ahora, se acordaba de todas las calles y de todos los sitios por los que habían ido esa vez, pero…. de esa calle en concreto no tenia memoria, no se acordaba de por donde seguir.
- Hermione, esto se acaba – una voz le llamó. Se dio la vuelta para encontrarse con las dos personas que le acompañaban, eran los dos pelirrojos, aunque uno, el que la había llamado, tenia unas pequeñas vetas de color negro azabache apareciéndole por el pelo.
- ¿Por qué calle tenemos que ir? – el otro muchacho pelirrojo se puso a su lado y señaló las dos calles que tenia por delante. Como contestación obtuvo un silencio de parte de ella.
- No la esfuerces Ron, ya se acordará – le indico una voz desde atrás, se giro y vio a su amigo abrazándose a si mismo en un intento de obtener calor.
Llevaban un buen rato caminando por las calles y estaba empezando a anochecer, el frío, presente en la mayor parte del día, y del verano se recordó el pelirrojo, era cada vez peor, las manos estaban heladas y las caras se volvían rojas a causa de las bajas temperaturas y al hablar se podía ver como pequeñas nubes de vaho salían por la boca, quien diría que al cabo de unas horas empezaba el mes de agosto.
- Que verano más atípico – decía ahora el muchacho desde atrás a la vez que se ponía a la par de sus amigos – Oye Herm, ¿no nos podrías decir a donde vamos? Puede que nosotros lo sepamos.
- No lo puedo decir, además, ninguno de los dos vino por este camino – contesto observando a los dos muchachos, uno de ellos había llegado el año pasado a través de los polvos flu (medio utilizado por los magos y que te traslada de un lugar a otro por las chimeneas) y el otro llegó volando y acompañado por otro sitio, por donde iban ahora era uno de los menos conocidos.
Se concentró de nuevo en los dos caminos que se abrían enfrente de ella, mientras, a su espalda el sol se ocultaba tras los edificios. ¿Cuál era el camino correcto?
*****
- ¿Está Arthur en casa? – una cabeza envuelta en llamas apareció de repente en medio de la gran chimenea que se encontraba en la cocina de La Madriguera.
- Voy a ver – la mujer que se encontraba en esos momentos en la cocina desapareció tras la puerta, menos mal que ya se había acostumbrado a esas apariciones, pensó mientras iba a la parte de atrás de la casa a buscar a la persona que le habían dicho. Al salir de la casa se encontró con lo que esperaba, su marido y Arthur Weasley estaban de nuevo experimentando con objetos medio mágicos y medio muggles (como llamaban a los no mágicos).
- Arthur, te llaman los de la Orden – le dijo al hombre pelirrojo, este inmediatamente dejo lo que estaba haciendo y entró corriendo a la casa. Aunque no lo hubiera dicho la persona que apareció por la chimenea, ella ya sabía quienes eran.
- ¿Ha pasado algo?
- No lo se – le contestó a su marido.
Ambos vivían desde el principio de verano en esa casa por seguridad y allí conocieron parte del mundo al que pertenecía su única hija, Hermione Granger, el mundo mágico y en esa casa, tan extraña en apariencia, habían encontrado unos muy buenos amigos, los señores Weasley, padres de una familia muy numerosa y unida de pelirrojos (excepto uno de los componentes, todos estaban muy unidos entre si).
Ayudo a su marido a recoger todas las cosas esparcidas por el suelo, ya anochecía y el día daba a su fin, pronto sería la hora de la cena.
- ¿Qué?
- Tienes que venir al cuartel, Arthur – le decía la cabeza de Kingsley Shackebolt entre las llamas.
- ¿Qué ha pasado?
El auror miró por todos los lados de la cocina, viendo si había alguien más.
- Aquí no, tienes que venir – dijo de forma apresurada.
- ¿Y que pasa con los demás? – dijo viendo como por la puerta de la cocina pasaba un matrimonio de camino a otra habitación de la casa. - ¿Habéis encontrado a Fred y George ya? – la ultima noticia que tenia de sus hijos era de la noche anterior, cuando ambos se fueron en una de sus ya habituales desapariciones, que él supiera, estaban hablando con varios aurores con la idea de defenderse en un ataque (aunque mas bien, los dos gemelos estaban asistiendo a reuniones de aurores y entrenándose en hechizos de ataque y defensa).
- Ehmm… - Kingsley no sabia que decir, él si sabia lo que había pasado, habían atacado esa noche el cuartel donde se celebraban las reuniones de esos aurores y capturaron a los gemelos (quizás, al ver que eran pelirrojos e identificarlos inmediatamente, les salvo de la muerte, ya que todo el mundo sabia la relación que tenia una persona con esa familia), pero en esos momentos no sabían absolutamente nada de ellos. – Creo que tendrás que venir al cuartel.
- ¿Ahora?
- Ahora, y lleva a quien quieras – dicho esto desapareció de la chimenea.
Arthur Weasley contemplo la chimenea incrédulo, nunca antes había tenido una conversación tan extraña como esa y tan llena de evasivas, normalmente la gente de la orden hablaba de lo que pasaba en la guerra que en esos momentos tenia lugar, incluso él participaba en sus planes, pero esta vez ocurría algo que no le querían decir a través de la chimenea. Echó un vistazo a la cocina, la mesa estaba dispuesta con todos los platos para la cena de dentro de un rato, en el comedor se oían las voces de un matrimonio, de su mujer y de tres de sus hijos, que estaban en esos momentos en casa (Bill, Charlie y Ginny), los demás estaban fuera de casa por diferentes motivos. Todos estaban en medio de una conversación y esperando que él saliera para entrar a cenar.
Dirigió su mirada de nuevo a la chimenea y al bote de al lado de ella, había suficiente polvos flu para todos, a pesar de que sólo le habían llamado a él, aunque… no le gustaba dejar la casa sin protección. ¿Iría solo al cuartel o llevaría a todo el mundo allí?
En el momento en que la mano de Arthur Weasley tocó los polvos flu, habiendo tomado ya una decisión, en otros lugares, dos muchachos pelirrojos atravesaban una puerta; una muchacha de pelo negro miraba una piedra verde como sabiendo que hacer con ella; y tres jóvenes, dos chicos y una chica, se metían por una calle. Todos hicieron, aunque no lo supieran, la elección a la vez, pero…. ¿sería la correcta en todos los casos?
+++++++++++++++++
FIN CAPITULO
¿Qué les ha parecido?
¿Qué piensan que va a pasar? (Ya se, soy muy imprevisible, lo se, puede pasar cualquier cosa)
Muchos besos y hasta el proximo capitulo (que espero que sea pronto)
Lady Lily
(Presidenta y unica socia de "Lokas reconocidas", jeje)
