Muchas, muchas, muchísimas gracias a toda la gente que deja reviews, y a todas las personas que leen la historia (aunque no dejen sus opiniones).

Ahora contestare un par de cuestiones que mucha gente me ha preguntado (tanto por los reviews como por "interno"- correo electronico-)

Elizabeth o Liz o Noor = Es la misma que aparecio en el primer capitulo (recuerdan??) y si ira a Hogwarts ya que es bruja, aunque no lo haya revelado antes, es algo que se desvelara próximamente tambien. Por qué la quiere Voldemort??? Tiene mucho que ver con su nombre (casi todos los nombres que pongo tienen algo de significado, ya sea para bien que para mal –como los de los mortifagos) El nombre lo tenia pensado desde que comence el fic, ese y alguno mas que aparecen por alli.

La primera escena que sale en el fic tiene mucho que ver con la trama, y creo que en el siguiente capitulo se desvelara algo, pero no puedo decir mas (estropearia la sorpresa, jeje)

Respecto a los gemelos (en respuesta a Lolo), si, me encantan, y en mi historia tambien tienen muchas cosas que hacer y decir (en cuanto leas este capi, me dices). Aportan un punto de vista diferente. Un secreto, son los personajes que mas problemas tengo con ellos, ya que hacen los que quieren (casi todo y eso incluyo lo que pasa en este capi, es espontaneo, parece como si ellos mismos quisieran hacer eso y me obligan a escribirlo :-P )

Si no se han dado cuenta, cuando separo las cosas con **** es que corresponde a otra escena o situación diferente, lo digo para que no se pierdan. Aunque, si, me encanta despistar a todo el mundo y las sorpresas inesperadas. Intento escribir cosas diferente a lo que leo y que a la gente le guste (a mi por lo menos me encanta escribirlas).

Ehm… no se que mas poner, solo disfruten del capitulo y dejen reviews (si quieren, pero si los ponen lo agradeceria muchisimo)

Muchos besos en especial a los que dejaron reviews en el anterior capitulo: Miyu, lolo y lix.

Capitulo 10_ Sucesos inesperados (II)

Día 31 de Julio. Ocho de la tarde. En un lugar recóndito de Londres.

- ¿Se lo has dicho?

- No, le dije que viniera al cuartel, no me atrevo a decírselo – Kingsley Shackebolt se retorcía las manos nerviosamente – es muy duro.

- Lo se, yo todavía no se como se lo diré a Harry – otra persona habló en la sala donde se estaba celebrando la reunión – los conocía muy bien y se que le costara mucho asumir su desaparición, ya sabéis como esta desde que Sirius… - una mano se apoyo en su hombro, calmándole los ánimos.

- Remus, se que esto es muy duro para ti, ya se lo diré yo.

- Gracias Albus – dirigió una mirada de agradecimiento al director de Hogwarts.

- ¿Cómo le diremos a Arthur que no sabemos nada de sus hijos? – otro auror presente hablo – Conozco lo duro que es perder a alguien querido, yo mismo perdí a mi hermano en los ataques de hace un mes – paró un momento, esa batalla había sido muy dura para la mayoría de los presentes, pero al menos habían rechazado el ataque – pero no se lo que es perder a un hijo. Será muy duro para la familia Weasley, después de lo de Percy… – miró al resto de los integrantes de la orden del fénix, todos conocían lo que había pasado con el muchacho.

Todos quedaron en silencio, ese mes de Julio había sido especialmente duro para todos y cada uno de ellos, los ataques eran incesantes y las muertes a manos de los terribles mortifagos (aumentados en número después del resurgimiento del Innombrable) eran cada vez más frecuentes y sangrientas. Todos los aurores disponibles, miembros del ministerio (a excepción de Fugde, que fue asesinado a manos de uno de sus propios colaboradores a principios de verano) y todos los voluntarios que colaboraban estrechamente con Dumbledore eran insuficientes ante la horda de terror desatada en el verano. Casi todos hacían lo que podían, luchando o defendiendo los lugares donde se desataba la ira de los seguidores de Voldemort, pero estos eran inagotables y poco se podía hacer para defender los sitios donde atacaban, aparte, una extraña ola de frío hacia estragos y casi había mas muertos por el frío que por los ataques (no existía aparentemente ninguna relación de una cosa con la otra, pero la mayoría de los que apoyaban al director de Hogwarts creían que esto era así y en verdad, no se equivocaban).

- Si, Percy, pobre muchacho… - suspiro Tonks mirando por una ventana - ¿Quién podría haber pensado que ocurriera eso? – parecía recordar los sucesos de principio de verano.

Un ruido proveniente de la chimenea sacó a todos de sus recuerdos, los integrantes de la orden del fénix que en esos momentos se encontraban en la casa se volvieron para ver quien era el que irrumpía de esa manera en la habitación. Una persona vestida con una túnica oscura apareció de entre las llamas de la chimenea,  no eran la que estaban esperando, pero esta también llevaba algo muy importante para decir.

- ¿Qué has averiguado? – le pregunto Dumbledore a la persona que había entrado.

- Hay rumores de que están buscando a una muchacha – contesto el hombre que  acababa de llegar, se sentó cansadamente en una de las múltiples sillas que había en la habitación y echándose la capucha hacia atrás, se reveló que era Severus Snape, el espía que tenían entre los mortifagos – nadie sabe por qué, pero parece que él esta muy interesado en encontrarla. Nadie sabe nada. – concluyó.

Todos se miraron extrañados, ¿que seria lo que buscaba Voldemort?

De nuevo la chimenea dio paso a otra persona, ahora si era la que estaban esperando hace un rato, Arthur Weasley se encontraba enfrente del fuego sacudiéndose las cenizas de la túnica que portaba. Echó una mirada alrededor de él, comprobando a todos las personas allí presentes, a todos los conocía y le extraño que la mayoría de ellos tuviese un semblante preocupado.

- Pero que….

- Arthur, lo siento – Tonks se aproximo a él, llevaba un rastro de lágrimas por la cara – hicimos lo que pudimos, pero no….

- Espera – el señor Weasley levantó una mano indicando que parase de hablar, seguidamente miro hacia la chimenea – Tienen que llegar los demás.

En ese momento, de las llamas apareció una mujer pelirroja acompañada de una muy asustada mujer de cabello castaño. Arthur se apresuro a sostenerlas al salir de la chimenea ya que iban directas hacia el suelo a causa de la velocidad con la que habían salido.

- ¿Estáis bien? – pregunto el hombre.

- Yo si, pero creo que el aterrizaje no ha sido muy bueno – dijo la señora Weasley mientas se sacudía las cenizas.

- Ha sido una experiencia increíble – la señora Granger miraba de forma sorprendida la chimenea, le habían hablado de ese medio de trasporte, pero nunca antes lo había experimentado.

Una vez apartadas de la chimenea, esta volvió a crepitar y de ella salio el señor Granger y Bill Weasley, estos también tuvieron un aterrizaje un tanto peculiar. Después de ellos apareció las dos personas que faltaban: Charlie y Ginny Weasley.

- Ya estamos todos – dijo el señor Weasley al ver a todos sus hijos y al matrimonio Granger en la habitación y a salvo - ¿Qué ibas a decirme Tonks?

*****

- Creo que nos hemos equivocado.

- ¿Que te hace pensar eso Hermione? – dijo en tono irónico Ron Weasley.

- Bueno, esta claro – dijo la aludida – este camino no es el correcto. No me suena para nada.

- Di mejor que TÚ te has equivocado, nosotros dos sólo te hemos seguido. Si nos hubieras dicho a donde vamos, puede que te hubiéramos ayudado a decidir el camino. – respondió enfadado el pelirrojo.

- Ven un momento – Hermione le cogio del brazo y le aparto del otro muchacho que les acompañaba. Cuando ambos estaban a una distancia a la cual no les podía oír el muchacho de pelo negro azabache que iba con ellos, le contesto – Ron, era una sorpresa, no podía deciros nada.

- ¿Y a donde vamos? – estaba intrigado.

- ¿A donde va a ser?, a Grimmauld Place.

- Ahora comprendo todo – en esos instantes las piezas encajaban entre si, la poción, los artefactos de aurores que llevaba Hermione… todo era para proteger a Harry y a ellos mismo y ahora iban al cuartel general de la orden del fénix. - ¿También se puede ir por aquí? – al muchacho no le sonaba la calle, ni la ciudad, aunque hay que decir que desde la estación de tren (que habían cogido para ir a Londres) nada le sonaba, ni a él, ni a Harry (que tampoco se acordaba de que el cuartel se encontraba en esa ciudad).

- Si, yo misma vine el año pasado por Londres. Me vino a buscar Lupin a casa y me llevo por las calles hasta la casa – estaba recordando el año pasado – pero… creo que han hecho obras desde entonces, hay edificios que no se suenan. – miro alrededor de ella, sabia que tenia buena memoria fotografía, pero en este caso no le servia, nada le sonaba.

- CUIDADO!!!!!!!!!!! – el grito de Harry les hizo girar la cabeza rápidamente en esa dirección, llegaron a tiempo de ver como un coche rojo iba a toda velocidad hacia donde se dirigía el muchacho corriendo.

- HARRY!!! – ambos jóvenes echaron a correr hacia su amigo, que en esos momentos se metía en mitad de la carretera hacia donde se dirigía el coche, si nadie lo impedía lo iba a atropellar. Un camión paso por enfrente de Ron y Hermione impidiéndoles ver lo que ocurría al otro lado, iba a bastante poca velocidad. Desde donde se encontraban pudieron oír el ruido de algo pesado que caía al suelo y vieron como el coche rojo aparecía al otro lado del camión yendo muy rápido.

La muchacha de pelo castaño se apoyo en el hombro de su amigo y comenzó a llorar, este lo único que pudo hacer fue pasarle una mano por encima de su cabeza rodeándole y esperando impacientemente a que el camión terminase de pasar.

*****

- No, no, no puede ser. – Molly Weasley estaba sentada en una silla mirando al suelo y negando con la cabeza. Su marido se encontraba a su lado abrazándole y los demás miembros de la familia Weasley también estaban conmocionados por la noticia recibida.

- Pri…primero Percy, y des… después… ellos – Ginny se encontraba apoyada por Tonks y ambas estaban llorando – no es justo… ¿Por qué nos tiene que pasar esto? – las lágrimas le resbalaban por la cara, llevaba largo rato llorando, pero parecía que no era suficiente para ella.

- Hay que ser fuertes – Albus Dumbledore se acerco a Bill y Charlie Weasley que también se encontraban derrumbados en las sillas, era muy duro para todos haber recibido esa noticia.

- Hicimos todo lo que pudimos, pero no los encontramos – uno de los aurores que habían acudido a la cueva en la avanzadilla les hablo tristemente – No sabemos que ha sido de ellos, lo mas probable es que…

- Esta guerra es injusta. – le cortó alguien.

- Todas las guerras son injustas, Ginny – Tonks le estaba pasando en gesto maternal una mano por la espalda, intentando calmarla. – Ahora hay que mirar hacia delante – lo decía también para ella misma.

- Ojala nunca hubiera nacido ese miserable  Ojala nunca hubiera empezado esta guerra. Ojalá nada de esto hubiera ocurrido. – Bill Weasley se deshacía en lágrimas ante lo ocurrido, de repente sintió como una mano se posaba en su hombro derecho, volvió la cabeza para distinguir a la persona que era.

- Eso desean quienes viven estos tiempos, pero no les toca a ellos decidir. Lo único que podemos decidir es qué hacer con el tiempo que se nos ha dado. – Albus Dumbledore se encontraba a su lado con el rostro también triste, a él también le pesaba la perdida y sus ojos, siempre brillantes y llenos de vida, mostraban una gran pena; pero era una de las personas que tenia que dar apoyo a los demás y sacando fuerzas decidió prestar su ayuda a los miembros de la familia Weasley. – Junto lograremos derrotar a Voldemort, si nos mantenemos unidos lograremos su derrota….

Todos en la habitación se callaron de golpe, una luz muy brillante había aparecido de repente en medio de la habitación y todas las miradas estaban puestas en ese punto. Al cabo de unos segundos, el brillo de la luz se hizo mayor hasta impedir distinguir algo en la habitación, todo se volvió de un blanco deslumbrador, cegando a todos los ocupantes. De repente se escucho un ruido y como algo chocaba contra el suelo.

Después de esto, la luz se fue disipando poco a poco, empezaron a parpadear intentando distinguir algo, la luz había sido demasiado fuerte y costaba enfocar de nuevo la visión. Todos estaban todavía mirando a ese punto fijo, donde, a pesar de que aun quedaba un poco de esa luz, se podía ver como había algo en donde se había iniciado la luz, algo que no era luz, algo de un color distinto…

*****

- Estas bien!!! – decía entre lagrimas y sollozos una muchacha.

Hermione Granger se encontraba abrazando fuertemente a alguien, desde que un camión les había impedido la visión del resto de la calle, había estado temiendo lo peor, pero después de que este pasara, lo que vieron era a Harry a un lado de la calle, sin rastro de heridas graves, el coche no le había tocado. Lo que había pasado era que él vio aparecer de repente a una muchacha en medio de la calle y se había lanzado a apartarla de la trayectoria del coche ya que la chica estaba como en estado de shock y no respondía, ambos habían rodado por la calle y ahora estaban bien, aunque un poco magullados debido a la caída.

- Harry, Hermione, ya se está despertando – Ron se encontraba arrodillado al lado de la muchacho que se había desmayado al ver venir el coche, también le alegraba que a su amigo no le hubiera pasado nada, pero no le agradaba el gesto de Hermione con Harry, pero lo dejo pasar.

- ¿Te encuentras bien? – Harry se puso al lado de la muchacha, que ahora empezaba a abrir los ojos.

- ¿Qué… que… ha… pasado….? – no comprendía lo ocurrido, de repente estaba en su casa y ahora se encontraba en medio de la calle con varias personas mirándole preocupados – La… piedra….- volvió a cerrar los ojos, se sentía muy débil, lo ultimo que recordaba era un remolino de colores y de repente algo rojo dirigiéndose velozmente hacia ella.

- ¿Qué ha dicho? – Hermione miraba preocupada a la muchacha, según calculaba, tendría entre diez u once años, no más. Se agachó a su lado, apartó de su cara el pelo que le cubría parte de la cara y le acarició la cabeza para calmarla, su madre siempre lo hacia y resultaba. Poco a poco consiguió calmar a la muchacha. - ¿Ya estás bien? – le pregunto cuando volvió a abrir los ojos.

- Creo que si – miró a los ojos de la persona que estaba a su lado – Gracias.

- No es nada, ¿te encuentras ahora mejor?

- Si, solo un poco adolorida – intentó incorporarse y se dio cuenta de que, aparte de la muchacha de pelo castaño, había dos chicos mas cerca de ella, uno le parecía vagamente familiar, como un recuerdo reciente. - ¿Te he visto antes? – preguntó al muchacho de pelo negro, el otro asintió, y como si fuera un flash, vio como ese mismo muchacho corría a su lado, empujándole y apartándole de un coche rojo. Al recordar esto se incorporo rápidamente - ¿Te has hecho daño?

- No te preocupes – estaba frotándose un poco el brazo izquierdo – solo ha sido una rozadura contra el asfalto, quitando esto, nada. Estoy acostumbrado a caídas mas violentas.

La muchacha le miro sin comprender, pero sus amigos si sabían de que hablaba y sonrieron.

- ¿Cómo has llegado aquí? – la chica giró la cabeza y se encontró con un chico pelirrojo detrás de ella, según calculó, los tres tendrían mas o menos la misma edad.

- No, no lo se, lo único que me acuerdo es de una piedra y de repente estaba aquí.

- Un traslador!!! – grito este, la muchacha le miro sin comprender - ¿Cómo era? ¿Qué aspecto tenia? ¿Quién te lo dio? ¿A dónde ibas? ¿Cómo lo has conseguido?

- Ron, calma, creo que ella no entiende – Hermione continuaba al lado de la chica y veía la cara que ponía esta de extrañeza.

- ¿Qué es un traslador? – pregunto esta – la piedra era más o menos pequeña, y verde. Estaba en la habitación de mis padres – el rostro se le ensombreció al recordar los sucesos anteriores.

Los tres muchachos se apartaron un poco para hablar entre ellos, dejándola sola un momento.

- ¿Que pensáis de ella? – habló Ron en primer lugar.

- No me parece mala, y pienso que no es hija de mortifagos, parece no saber de mí, no se extrañó al verme, y tampoco conoce los objetos mágicos – aclaró Harry.

- Si, eso es cierto, parece ser muggle, aunque me extraña que tuviera un traslador.

- Hermione ¿se han activado tus objetos? – Ron miro la mochila que portaba la muchacha.

- Desde lo del callejón, no han emitido señal alguna de maldad cerca, creo que no es mala.

Los tres miraron en dirección a la chica de pelo negro que Harry había salvado de un atropello, esta se encontraba todavía sentada, como pensando que hacia allí. De repente, algo pareció atraer su atención y se levanto. Al ver esto, corrieron hacia ella, se dirigía de nuevo a mitad de la calle, cerca de donde había aparecido, como la circulación era bastante a esas alturas de la tarde, temían que pudiera pasarle algo y se dirigieron a detenerla.

En el momento en que la muchacha se agacho a recoger algo del suelo, las tres personas que la seguían la tocaron, y los cuatro se vieron inmersos en un torbellino de colores y sintieron como un gancho justo debajo del ombligo tiraba de ellos con una fuerza poderosa: habían tocado un traslador.

*****

La luz terminó de disiparse, todo había vuelto a la normalidad, a excepción de la presencia de dos personas en el centro de la habitación, donde había aparecido anteriormente la luz.

- Hemos vuelto!!!! – dijo alegremente una de ellas al reconocer la habitación y se abalanzo sobre la otra.

Los dos comenzaron a saltar de alegría en medio de la sala, habían vuelto y en esos momentos se encontraban en el numero 12 de Grimmauld Place, el por qué habían ido a ese lugar y no a otro, no les importaba, lo importante era que habían regresado sanos y salvos. Al cabo de unos instantes se dieron cuenta de que había mas personas en la habitación, casi todas con los ojos rojos de llorar y estaban esgrimiendo amenazadoramente la varita hacia ellos.

- ¿Quiénes sois? – hablo uno de ellos.

- Creo que no nos reconocen.

- Lo mismo creo, hermanito – le contestó el otro aparecido - ¿Por qué será? – dijo irónicamente. Ambos llevaban unas túnicas blancas y las capuchas echadas sobre la cara ocultando su identidad.

- Respondan, o les atacaremos – todos en la sala estaban nerviosos ante esa aparición.

- ¿Se lo decimos? – una nota de diversión se podía percibir en el modo en que hablaba una de las figuras blancas.

- ¿De que hablan? – volvió a preguntar el mismo que les había amenazado al principio.

- ¿No crees que nos podemos divertir un poco mas? – la otra figura blanca contestó a la pregunta de su compañero, parecía divertirse con la situación.

Todos los ocupantes de la habitación miraban extrañados a las dos figuras blancas que tenían enfrente de ellos, les parecía la situación muy tensa, ya que estaban rodeados de mas de una docena de aurores bien preparados y esas dos personas estaban bromeando, ¿qué pasaba? Bueno, casi todas estaban tensas, pues uno de los presentes se encontraba apoyado en la pared y parecía también divertirse con la situación, sus ojos relucían a través de las gafas de media luna que llevaba, había podido distinguir algo cuando esas dos personas llegaron, antes de ponerse la capucha y de disiparse la luz blanca, nadie a excepción de él lo había podido ver, por eso sonreía al ver la extraña situación.

- ¿Quién… quienes… sois? – una muchacha pelirroja estaba también amenazando a las figuras blancas que se encontraban en el centro de la habitación.

- Calma, calma, baja eso, que puedes hacer daño – dijo una de las figuras en tono de broma.

- No estoy bromeando – se acercaba amenazadoramente y muy enfadada hacia ellos.

- Pero nosotros si – ambos rieron, una risa clara inundo la estancia.

- Cállense!!! – Ginny estaba cada vez mas cerca de ambos, había ignorado el gesto de Tonks de que se mantuviera apartada, estaba enfurecida y esas dos personas iban a pagar la interrupción de su dolor.

- Oh, pequeña, ¿crees que nos vas a hacer daño con eso? – uno de los dos se puso a su lado y miro curioso la varita.

- Apártate!!!! – dio un paso para alejarse de esa persona, aunque había algo familiar en el olor de esa persona, pero no recordaba el qué.

- ¿Por qué? – la misma persona volvió a acercarse a ella – Te ves muy bonita cuando te enfadas.

- Ginny, apártate, no sabemos quienes son – Tonks le cogio del brazo para apartarla de las dos figuras blancas, pero esta rehusó dando un violento movimiento.

- No pienso apartarme – le dijo a la aurora que le miraba preocupada – Si tengo que luchar, luchare, no me voy a rendir sin defenderme – estaba enfadada y eso se notaba en la voz.

- Bien dicho – una de las figuras pareció esbozar una sonrisa – Una autentica Gryffindor, valiente hasta el final – el resto de las personas estaban mirando anonadados la situación que se desarrollaba entre los tres, dispuesto a atacar si percibían algo raro, pero de momento estaban a la espera.

- ¿Cuánto habrá pasado? – la otra figura vestida de blanco empezó a pasear por la habitación buscando algo.

- No se, pero estaremos en verano, si no, ella no estaría aquí – le contesto la otra persona señalando a la muchacha pelirroja.

- Cierto, cierto, pero pueden haber atacado Hogwarts.

- Es una posibilidad, hace mucho frío ahora, puede que estemos en invierno ya.

- Pero antes también hacia frío…

- Pueden callarse de una vez – Ginny interrumpió la conversación que sostenían las dos personas entre si. – Estamos en verano y es 31 de julio para su información – parecía realmente enfurecida.

- ¿31 de julio?

- ¿Has dicho 31 de julio?

- Si – les respondió secamente.

Ambas personas parecieron alegrarse mutuamente ante esa noticia.

- No ha pasado mucho tiempo – uno de ellos hablo al fin tras unos instantes de silencio.

- Solo unas horas.

- Pero nos ha parecido mucho más tiempo. Yo creía que íbamos a venir mas tarde, no imaginaba que tan pronto.

- Yo también pensaba que íbamos a venir en otro momento.

- Pero sabes, me alegro de venir ahora, así podemos empezar antes con el plan.

- Si, los exterminaremos.

- ¿De que hablan? – la voz autoritaria de Ginny les devolvió a la realidad.

- Ah, perdona, nos habíamos olvidado de ti.

- Pero yo no, si no dicen quienes son, les atacare y no piensen que porque soy joven no les haré nada, soy capaz de defenderme yo sola. – Apretaba fuertemente la varita a la altura del pecho de una de las figuras.

- Lo se, se que lo harás – la persona aparto con su mano la varita que le amenazaba – Eres tremendamente valiente y temeraria.

- Y no se te olvide cabezota, no amante de las normas, bromista… - la muchacha miró extrañada a las dos personas, parecían conocerla.

- Si, se me olvidaba, creo que hay que añadir mas cosas a esa lista, como desordenada, amante del peligro…

- No se te olvide buscadora de quiddtch – añadió la otra persona riendo.

- Si, si, eso también, se me olvidaba la gran actuación que tuvo.

- ¿Quiénes sois? ¿Y como es que conocen como soy?

- Porque, Virginia Weasley – las dos figuras se llevaron las manos a la capucha – te conocemos de toda la vida – la capucha fue echada hacia atrás revelando la identidad de las dos personas vestidas de blanco.

El color rojo de su pelo, aunque un poco más largo de lo habitual en ellos, las sonrisas que portaban ambos, el hecho de que eran idénticamente iguales, y que lucían el mismo aspecto de la ultima vez que los habían visto, a excepción del pelo, revelaron que la identidad de esas dos personas era la que menos se podían haber esperado la gente que estaba en la habitación: Fred y George Weasley.