Bonjour, Hello, Hola :-)

¿Qué tal por ahí?, aquí nevando a mares (y eso que la nieve en mi ciudad es algo escasa) Bueno, tenia el capitulo ya listo desde hace unos días, pero la pagina no me dejaba entrar (problemas técnicos o algo así, aunque creo que mi ordenador se empeño en que no le apetecía funcionar) Pero ya veis, en cuanto he visto que funciona la pagina lo pongo.

Como siempre, espero que os guste el capitulo (por lo menos, a mi, me ha gustado mucho escribirlo, y ya veréis que influye un poco mi estado de animo y cosas así – como la salida del quinto libro en español, el tiempo que hace en mi ciudad, etc, etc - …… ya veréis)

Ahora, mis magníficos lectores, les respondo a sus estupendos reviews (y ya sabéis, dejen lo que se les ocurra)

Syringen = Sin problemas, tu deja reviews cuando puedas. Si te gusto el anterior capitulo, creo que este te gustara también :-P Tu fic, ahora estoy leyéndolo, entre rato y rato de estudio, y espero terminarlo pronto, ya te diré cuando lo acabe. Veamos, sin problem. Tus dudas, cuando recuperes la memoria, jeje, pobre, a esa edad y ya empiezas a olvidar… creo que eso es grave…… no, a mi también me pasa, creo que todos estamos alguna vez en la luna (¿a quien me recuerda eso?, jeje) Sin mas dilación, espero que disfrutes con el capitulo.

vortice-panqueque = Ooooohhhh, si que le das vueltas a la cabeza. Ya he leído todas tus suposiciones y veamos: lo primero que dices, pues estas en lo cierto, el nombre viene del señor de los anillos (novela que es mi preferida desde mucho tiempo ha), y en ambos significa lo mismo. Después, si, estuvo en Hogwarts, se fue a algún lugar (ya lo diré cuando toque), y regresa cuando mas se necesita. Eso es correcto. El resto, pues… jo, como das vueltas a la cabeza, pero puede que te acercaras al blanco, pero al final pasaste de largo, jeje. Ya veremos que misterios esconde el profesor :-)  Y los estudios, ahora estoy en la recta final, ya solo me faltan 2 por hacer (que ganas ya de que termine esta tanda… uff, aunque todavía faltan los de Junio que son los mas importantes, pena)  Por cierto, el primero que hice, saque un Notable (un poco menos de un sobresaliente, un 8 sobre 10, lo que no esta mal, ¿verdad?, a ver si los demás siguen esa línea). Espero que te guste el capitulo, tiene algunas cosas muy interesantes. Besos.

Diana-Lily-Potter = Gracias por las felicitaciones, muchas gracias :-) Espero que te siga gustando la historia. Disfruta con el capitulo.

Chi-san! = Bienvenida a la historia, no sabes lo que significa que alguien diga eso. ¿Una semana? Si que te tenia que gustar mucho y como no es larga ni nada (jeje, creo que ya van mas de 150 hojas en Word, quien me lo iba a decir cuando empecé con ella) Y la continuare pase lo que pase, aunque, al ritmo que llevo, no se cuantos capitulo serán al final, lo reconozco soy muy, muy, muy lenta, pero constante, así que la historia tiene para rato. Muchos saludos y espero que te siga gustando todo.

Stiby = Para liosa yo misma… jeje. Ahora lo reconozco, al principio la historia es, como decirlo… rara, pero ¿que se le va a hacer?, poco a poco estoy normalizándome (¿Cómo?, ¿es eso posible?... uhmmm…. No lo se, jeje) Volviendo al tema, poco a poco se ira descubriendo toda la historia, queda mucho por saberse. Ah, y gracias por los besos, yo también te mando un abrazo muy fuerte. Disfruta con el capitulo.

)3âD)3ÿ666 = Un nick un poco extraño ¿Qué significa? (curiosidad nada mas, es muy extraño de verdad) De nuevo otra persona nueva que lee la historia, espero que la sigas disfrutando. Y que tus paseos por la pagina te permitan descubrir las maravillosas historias que circulan por aquí (soy algo adicta a algunas :-P) Abrazos.

TaroMoody = Otra que ha empezado a leer la historia. Gracias por dejarme review. Ya me contaras tus impresiones, por lo que veo, aun no has llegado hasta este capitulo, pero de igual forma, te saludo con mis mejores agradecimientos. Ciao y disfruta con la historia.

Gracias a todos por dejar reviews (y también a todos los que leen la historia pero no dejan opiniones), a todos ellos mil gracias. Espero que este capitulo lo disfruten mucho y ya saben que hacer al final…. Dejen reviews :-P

Ahora si, ya pueden empezar con el capitulo.

Capitulo 25_ Lejos del mundo te encontrarás

Dos figuras corrían a través de los pasillos del castillo Hogwarts de Magia, idénticas personas que se distinguían por su pelirroja cabellera, tras ellos iba, bocabajo y dando grandes saltos en el techo para seguir a ambos, un travieso poltergeist, en esta ocasión llevaba un sombrero de color violeta chillón y una sonrisa que bien se podría traducir como malévola en su ancha cara. Llevaba persiguiendo a esos dos gemelos desde que les viera salir de un aula abandonada. Como la mayoría del colegio se encontraba de visita, Peeves había encontrado en ambos el blanco perfecto para sus bromas pesadas.

En un momento dado se adelanto a ellos y, comprobando que esa acción había pasado desapercibida para ambos, decidió que el sitio mejor para una antigua y ostentosa araña de cristal del techo sería encima de la cabeza de dos inocentes y descuidados pelirrojos que miraban de forma bastante curiosa un arrugado pergamino, bastante amarillento y usado para ser deberes de clase o cualquier otra cosa interesante. Así pues, se encaramó encima de la débil protección que unía la lámpara con el techo y empezó a cortar con sus afiladas uñas y manos la sujeción, todo estaría listo para cuando llegasen las victimas…

- ¿No te parece extraño? – uno de los gemelos miraba atentamente el mapa, mas concretamente un punto que se distinguía en una habitación, el despacho de Dumbledore, cuando de pronto desapareció de ahí - ¿Será él en verdad?

- No lo se – respondió el otro, Fred – Aunque…

- Bueno, algo mas para resolver – George pronuncio unas palabras y lo que contenía el mapa se borró, seguidamente guardo el pergamino en uno de los bolsillos de su túnica – Creo que a este paso, hermanito, vamos a tener que quedarnos hasta verano.

- Pobre profesores, van a decepcionarse mucho cuando suspendamos "todos" los EXTASIS – dijo irónicamente su compañero de andanzas.

- Si, bastante… ¡Expelliarmus! – la lámpara se estrelló solo un par de pasos mas adelante de donde ellos se encontraban, la varita de George todavía estaba esgrimida en la mano de este tras lanzar el hechizo de desarme contra el objeto que se había precipitado tan rápidamente contra ellos un segundo antes - ¿Peeves? ¡Peeves! Sal, sabemos que te escondes por aquí.

Una risa se oyó del techo y una figura borrosa de color rosa desapareció rápidamente por el pasillo que tenían delante suyo.

- No lo soporto – el fantasma de Nick Casi Decapitado murmuraba mientras aparecía por el lugar, por su enojo, ambos Weasley dedujeron que el duende le había atravesado de lado a lado – Ah, hola muchachos – enseguida se dio cuenta de que había alguien mas en el pasillo.

- Hola Sir Nicolás – saludaron amablemente estos al fantasma de la casa a donde habían pertenecido hasta el año anterior, este curso escolar, aunque estudiaban extraordinariamente, no formaban parte del cuerpo estudiantil. - ¿Qué te trae por estos lugares? – pregunto Fred al ver que los tres tomaban la misma ruta, los gemelos en dirección a su "provisional" dormitorio.

- … pensaba que sin el fastidioso de Sir Patrick Delaney-Podmore me admitirían, pero no, todavía no cumplo con los requisitos… un centímetro… uno solo…- la blanca silueta cruzó la pared opuesta y desapareció de la vista de los dos muchachos.

- Y a este ¿Qué mosca le ha picado?

- Veamos, tenemos a Hagrid trabajando con los gigantes – ya se encontraban en su habitación, decorada a su gusto (pues sabían que iban a pasar bastante tiempo allí, en contra de lo que pensasen muchos de los que los conocían), ambos se encontraban inclinados sobre un pergamino en el que tachones y líneas que iban de un lado a otro era la norma general.

- Con los pocos gigantes que pueden ser útiles – puntualizó el otro pelirrojo, añadiendo la fecha de ese día a una larga lista, encima de las cuales se podía distinguir la palabra "Gigantes"

- También tenemos a papá en el asunto de los vampiros – escribió esta palabra, la subrayo y anoto la fecha del día, poniendo como comentario quien se encargaba de ese asunto (igual que en todas las misiones que sabían)

- Y Charlie también, en Rumania

- Cierto – añadió ese nombre.

- Snape sigue espiando para la Orden – bajo la lista que ponía "Espía" se vio puesta la fecha del día – Fiu, una mas – silbó al ver la innumerable cantidad que había bajo esa etiqueta – Si que es útil, cada día me sorprende mas este hombre.

- ¿Qué le habrá sucedido para que de repente se pasase al bando de los buenos? – cuestiono Fred – Para mi, que tiene toda la pinta de mortifago, es igual de despiadado que ellos – recordó la ultima clase "particular" que tuvieron ambos. – Tuvo que ser algo muy grave para que rechazase el poder que le ofrecía Voldemort.

- Quien sabe, puede que lo sepamos algún día – George hizo un ademán con los hombros – Pasando a otro asunto, ¿que sabemos sobre el caso "S"? – algo sacó de su escondite (un lugar muy seguro, imposible de descubrir si no se sabia donde buscar: el hueco del ladrillo numero dos de la fila quinta empezando por la pared derecha del lado de la puerta), ese sitio actualmente solo lo utilizaban para esconder asuntos muy, muy importantes, como era todo lo referente a ese asunto. Cogio el pergamino que se encontraba sellado con una enorme S negra y lo desenrolló, mostrando a ambos las cuidadas notas que habían ido escribiendo sobre él y empezaron a compararlas con unas nuevas adquisiciones de la zona prohibida de la biblioteca del colegio (tras una breve excursión a ella la noche anterior)

- No comprendo absolutamente nada – Fred enfatizo el ultimo trozo de la frase mientras cerraba el libro que había estado leyendo muy concentrado toda la hora. Levantó su cabeza de las hojas que tenia enfrente, palabras y mas palabras que releía sin sentido desfilaban frente a sus ojos, aun sabiendo lo que buscaban era muy difícil encontrar la solución. Sus ojos se encontraron con los de su hermano gemelo, que al oír la exclamación de este también había desistido en seguir su lectura, él tampoco había tenido éxito en su tarea. Una sonrisa se empezó a dibujar en su rostro - ¿Qué tal si preparamos una agradable velada a los Slytherin? – sugirió y seguidamente vio la misma sonrisa malévola que el portaba en el rostro de su clon, esa noche habría diversión en la sala común de las serpientes.

Fuera, las nubes se habían amontonado rápidamente, el color blanco de ellas empezó a confundirse con la rápida nevada que empezaba a caer en las proximidades de la región.

*****

El día había salido todo lo bueno que se podía esperar, los abrigos, bufandas, guantes y demas utensiliols para protegerse del frío matinal quedaron abandonados en cualquier parte al salir el radiante sol. Los cambios bruscos de temperatura que se estaban produciendo desde verano hacia que la mision de salir de casa con: abrigos, paraguas, pañuelos, cremas solares, y todo tipo de prendas fuera la cosa más comun. Como, por ejemplo, ese día, al principio de la mañana los cero grados que se sentian en la piel y el viento que penetraba bajo las múltiples capas que cubrían a cualquier persona era lo normal, después, a mediodía, el gran disco solar hizo su aparición, subiendo de forma vertiginosa la temperatura hasta los veinticinco grados actuales que invitaban a ir de manga corta y dejar todas las capas que se llevasen en el primer sitio que encontrases a la vista, pero con recordatorio del lugar, no fuera que cambiara el tiempo de repente.

Hogsmeade, pueblo mágico mas conocido de esos lares, se encontraba lleno todo, se notaba que era día de visita de los alumnos del colegio cercano a él, los uniformes y las bufandas con los distintos colores de las casas se distinguían en todos los muchachos jóvenes que deambulaban de tienda en tienda buscando, comparando y finalmente comprando utensilios y cosas para la escuela (algunas no necesariamente didácticas y/o educativas).

Un rápido vistazo sobre todos los adolescentes permitía descubrir que, aunque desmadrados, seguían un cierto orden, pues se organizaban por grupos de varias personas y podías distinguir a profesores entremezclados entre ellos, además de algunos alumnos (que parecían mayores, o mejor dicho, mas mayores que algunos de los chiquillos que visitaban el pueblo) que portaban insignias en sus túnicas, ellos eran los prefectos y premios anuales.

De entre todo ese barullo de gente, las miradas continuamente se posaban sobre un muchacho de pelo negro que intentaba pasar desapercibido para la gente que paseaba, pero que continuamente le señalaban y murmuraban entre si al verlo pasar "Es él" "No tiene pinta de loco" "Que valiente" esos y mas comentarios eran los que se oían al pasar Harry Potter por las calles principales. Además de que intentaba ocultar su ya tan famosa cicatriz, la escolta que le habían asignado no era muy discreta, ya que aparte de sus dos mejores amigos, estaban mas de la mitad de Gryffindor (incluidas varias personas como Colin Creevey y su hermano), algunos mas de otras casas (casi todos de DA), por supuesto ninguno de Slytherin, y, mas rezagados, pero él bien sabia que estaban allí, Alastor "OjoLoco" Moody y Nymphadora Tonks, integrantes de la Orden del fénix. La presencia de todas estas personas le hacia sentir sobreprotegido, cosa que no le agradaba, él tenia ya suficiente edad como para cuidarse a si mismo, no tenia que tener niñeras para todo.

Exasperado, miró hacia atrás, ahí Ron y Hermione estaban hablando de quien sabe que asunto, desde unos días atrás, parecían (o le parecía a él) que estaban mas unidos que de costumbre, pero debido al tono de voz que empleaban continuamente, no tenia ni idea de que hablaban. Miró a su izquierda, ahí estaba Neville charlando de forma entretenida con una joven Ravenclaw, Luna Lovegood que leía distraídamente una revista (parecía que solo pasaba las hojas cuando alguien la observaba mucho rato), el muchacho le estaba contando características de plantas y la otra solo asentía con una medio sonrisa en su boca, parecía que le escuchaba a medias, mientras que la otra parte de ella estaba en otro lugar.

Ginny se encontraba a la derecha, solo unos metros mas lejos, junto con algunas de sus compañeras de curso, también se encontraba sumida en una charla entretenida. Delante suyo varias personas de su curso, y algunos más de séptimo andaban comentándose algo. Detrás, bien lo sabía él, llevaba a su guardia privada.

No era que los comentarios de la gente le molestasen, por una vez ya sabían la verdad (aunque tardaran un año mas), era que se sentía encerrado, dentro de una burbuja, el mundo giraba a su alrededor, y el no formaba parte de toda esa vorágine de hechos, sólo se sentía arrastrado a las cosas que sucedían, se dejaba llevar: a las clases, al pueblo… su cuerpo era llevado a donde correspondía, pero él a veces se sentía en otra parte, se perdía en pensamientos, en recuerdos, como aquél que le rondaba ya hace algunas horas, cuando llegaron al pueblo, un perro negro que le saludaba en lo alto de una colina, que aullaba al sol y se acercaba feliz y contento al lugar. No sabía por qué, pero la imagen la tenia grabada en la mente, por eso actualmente no participaba en las conversaciones que se desarrollaban alrededor de él y se dejaba sólo arrastrar al lugar que fuera.

- Hey, ¿que te pasa, compañero? – sintió unas manos encima de sus hombros, sabia, y no tenia que mirar hacia atrás para averiguarlo, que el propietario de la voz era Ron, su mejor amigo.

- Nada, solo pensaba…

- Uy – hizo un gesto de desagrado – pensar no esta bien cuando se disfruta de un día libre – abrió los brazos, demostrando que estaba a gusto con la temperatura que hacia, con este gesto dio a las personas que mas cerca tenia Harry, que fueron Neville y Luna – Lo siento – se disculpo con la ultima al ver caer la revista al suelo.

- No pasa nada Ron – dijo Luna, sonrojándose un poco al ver al causante de ese desastre, y siguió caminando hacia delante, como si la revista no le importara mucho.

- ¿Qué le pasa a ella? – interrogo con la mirada a Harry, este negó, tampoco lo sabia, pero vio en la revista una clara oportunidad para evadirse un poco de su "prisión"

- Ven – empujó al pelirrojo hacia el suelo, y empezaron a gatear, como si tratasen de rescatar las páginas que huían a causa del viento que empezaba a soplar en esos momentos, la grapa se había soltado y las hojas volaban libres como gaviotas por entre las piernas de la gente.

Una pagina llena de paisajes verdes, propia de algún país exótico, fue a posarse en los pies de una muchacha, ambos estudiantes alzaron las miradas para encontrarse cara a cara con la prefecta de Gryffindor y amiga de ambos.

- ¿Qué es lo que están haciendo? – dijo interrogativamente Hermione al descubrir a sus dos compañeros en el suelo y agazapados.

- Nada, sólo…

- Recogiendo la revista de Luna – interrumpió el de pelo azabache al pelirrojo, incorporándose del suelo y llevando entre sus manos la escurridiza hoja, alzando un poco mas la mirada podía ver que a unos veinte metros de ellos se encontraba Moody, aparentemente mirando una tienda de libros, aunque Harry sentía que el ojo mágico de este estaba vuelto hacia ese lugar. – "Maldición" – murmuró entre dientes.

- Eso, estábamos rescatando las hojas del viento – Ron se incorporo, pero en sus manos no llevaba ningún objeto que dijera que su misión tuviera éxito (es decir, no llevaba ningún folio u otra cosa que se le pareciera).

- Ya veo – la chica echó una mirada de reproche a su novio. Al sentir que el otro muchacho miraba detrás de ella, giró la cabeza a tiempo para ver como el viejo auror se introducía rápidamente en la tienda que había estado observando, entonces comprendió un poco que era lo que intentaban sus amigos, tampoco a ella le agradaba ser vigilada, y eso que no era el objetivo principal de la guardia (y si ella se sentía en un estado claustrofóbico al ser vigilada, cómo se debía sentir Harry) – Os ayudo – dijo sorprendiendo a sus dos observantes – Un poco de libertad nunca viene mal – dicho esto, agarró los hombros de sus dos amigos y los arrastró hacia el suelo.

Los tres empezaron a gatear por entre las piernas de la gente, mas de una vez casi se perdían de vista, pero fuera cual fuera el que marcaba la ruta a seguir (normalmente la chica, que para eso tenia mas sentido de la orientación que sus dos camaradas), les esperaba.

A la vez, una joven de pelo violeta se desesperaba buscando y preguntando a los viandantes si habían visto a un muchacho que correspondía con la descripción de Harry Potter (no hacia falta decir más, sus rasgos eran mundialmente conocidos). Un rato antes, cuando estaba resolviendo un crucigrama de una revista (con la pluma encima de la oreja izquierda y mordiéndose nerviosamente el labio, intentando recordar que animal necesitaba una licencia para tenerlo –"Parecido a un gato, mas inteligente que estos, detector de peligros, defensor de la verdad: 8 letras, empieza por K"), y cuando había levantado la vista para no perder de vista su objetivo, Alastor no estaba ni tampoco Harry o alguno de sus dos amigos. Era inaudito, una misión que en teoría era para principiantes y a la primera de cambio, falla. Tonks maldijo su mala suerte, desde que ingresara en la orden no hacia más que causar problemas, y ahora, para colmo, Remus no estaba, su compañero/protegido estaba en el hospital, y casi todos los que alguna vez iban de misión con ella acaban con graves lesiones. Parecía que la mala suerte acompañaba a esta joven. Una sarta mas de insultos salio de su boca, no hacia mas que causar problemas y mas problemas, se culpaba a si misma de todo lo malo que ocurría, ella, que en su mas reciente juventud había sido tan vivaracha.

- Alastor, Alastor – de entre las cabezas que salían de una pequeña tienda distinguió a su compañero de misión, corrió rápidamente hasta donde se encontraba este. Al llegar, se dio tiempo para recuperar el aliento, mientras el ojo mágico de este giraba en todas dirección – No están… desaparecidos… - logro decir entre balbuceos Tonks, su respiración todavía no se normalizaba.

- Ya me he dado cuenta de eso, muchacha – respondió Moody de forma calmada, aunque interiormente se preguntaba quien le había dado a esa joven el titulo de auror, no parecía para nada servir en el cargo. – Hay que buscarlos – empezó a andar, seguido muy de cerca de la chica de pelo violeta.

Lo mejor, por el momento, era hacer caso a quien tenía más experiencia en ese trabajo, eso es lo que pensó Tonks, mientras veía como el ojo mágico de Moody apuntaba adelante, atrás, derecha, izquierda, de nuevo adelante, derecha, atrás… se agarró la cabeza, le daba mareos el seguir las direcciones de este. Para ella, todas las calles del pueblo eran iguales, todas llenas de estudiantes con túnicas negras, todas llenas de gente que nada les preocupaba que Harry Potter estuviese sin vigilancia y que posiblemente, mas que probable, anduvieran mortifagos por las cercanías.

Siguió a "OjoLoco" Moody (ahora mas que nunca, su apodo se lo merecía, pensó de nuevo para sus adentros la joven aurora), este se encaminaba hacia un pequeño sendero que, a simple vista, parecía salir del pueblo, en dirección hacia una casa medio en ruinas.

Mientras se producía el encuentro entre Tonks y Moody, tres adolescentes iban gateando por el duro y pedregoso suelo del pueblo, la guía de todos, la joven prefecta seguía su instinto y los llevaba hacia una calle donde se veía menos gente, una de las salidas del pueblo, mas allá, las colinas empezaban a dar comienzo.

- Bien, ya estamos – Hermione se levantó del suelo y se sacudió el polvo acumulado en la túnica.

- ¿Dónde estamos? – preguntó Harry sacando un poco la cabeza del callejón donde se habían metido, allá, en la calle principal (o mas bien, una de las calles grandes del pueblo) la gente seguía paseando ignorando la presencia de esos tres muchachos.

- Si, eso quiero saber yo también.

La amiga de ambos dio por respuesta una media sonrisa y empezó a correr hacia el prado que se veía al final de la pequeña callejuela por donde habían entrado. Los rayos de sol se reflejaban en la verde hierba. Finalmente los tres se tumbaron en la mullida alfombra que formaba el césped y disfrutaron de un rato de paz y libertad que no habían tenido desde hace mucho tiempo, lejos de la gente, lejos de los problemas, lejos de las preocupaciones… lejos del mundo.

Harry, con las manos entrelazadas bajo su cabeza, miraba el azul del cielo, si, eso era la libertad, no le preocupaba pensar cuanto duraría, ni cuanto rato iban a tardar en descubrir su pequeña travesura, solo disfrutaba del aire fresco, de la libertad recién adquirida, de la agradable sensación de sentirse solo y a la vez acompañado en aquel lugar. Sentía que sus parpados poco a poco se cerraban invitando al sueño al dueño, el sol le acariciaba con sus calidos rayos en la cara, y su cuerpo se relajaba en una tranquilidad que hace tiempo no sentía… se dejo abrazar finalmente por Morfeo.

Unos cuantos metros más a la derecha del muchacho de gafas, una pareja, chico y chica, también se encontraban tumbados en la hierba. A diferencia de este, la cabeza de Hermione descansaba tranquilamente sobre el pecho del muchacho, que ya yacía dormido, descansando. La joven, se demoro un poco mas, quería seguir oyendo los latidos del corazón de su amigo, pero finalmente, ella también cayó en el agradable sueño al que invitaba el lugar. Antes de dormirse, dedico un pensamiento de agradecimiento a la persona que le había enseñado aquel lugar de descanso, después de todo y a pesar de la promesa que le hizo, seguía investigando como ayudarle.

Despertó, o le pareció a él hacerlo, pero en vez de encontrarse en el prado donde había ido con Ron y Hermione, se vio de pie, encima de una colina… de una colina que se le hizo conocida nada mas abrir los ojos… esa era, aquella era donde había visto al gran perro negro, donde había visto a un animal parecido a… sintió un pinchazo en el corazón, pero no uno de pena, si no uno de alegría, algo le decía que iba a ver pronto a Sirius.

Giró la cabeza, el cuerpo le siguió, pero ni rastro del animal… no estaba.

Cuando ya se había dado por vencido, unos ladridos se oyeron en la distancia, y una gran mancha borrosa corría hacia él, venia lo mas rápido que podía, con la lengua fuera, como si hubiera recorrido una gran distancia para llegar a ese lugar.

Harry corrió hacia el perro, y en medio del camino, este se trasformo en un hombre, de pelo negro, y ojos azules que miraban ilusionados al muchacho que se abrazaba a él. Removió el pelo de este.

- ¿Dónde estabas? Te vi… caer… en el departamento de misterios… el velo… desapareciste… - logro balbucear el joven mientras agarraba fuertemente a su padrino, con firmeza, como si pensase que eso era una ilusión y que no era real.

- Sólo… me fui un momento… estoy cuidándote… estoy siempre contigo, Harry – la palabra siempre sonó mas fuerte que ninguna.

Largo rato permanecieron ambos abrazándose, el encuentro que tanto ansiaban se había producido al fin.

Sirius miró hacia atrás, sabía que tenia que regresar a donde le correspondía, no podía alterar más ese lugar. Dio una ultima mirada al joven que se abrazaba a él fuertemente, por una parte no quería abandonarle, no como la ultima vez, pero por otra sabia que no tenia salida, sólo estaba de paso en aquel sitio, todavía no había cumplido su misión, todavía no podía regresar y estar con Harry, cuidarle…

- Se fuerte… - le dio un apretón mas fuerte, y el joven, con los ojos llorosos supo que era lo que sucedía, el breve reencuentro había acabado.

- ¿Cuándo volverás?

- No lo se… - las lágrimas también empezaron a brotar de los ojos del adulto.

- ¿Te volveré a ver?

A esta pregunta, Sirius solo esbozó una ligera sonrisa.

- No te preocupes, que haré todo lo posible para que eso suceda. – Tras una breve pausa, mirando lo que el muchacho tenia detrás (un hombre que portaba una túnica negra, que se aproximaba lentamente, como si quisiese demorar la llegada al lugar), Sirius se agachó y quedándose a la altura de su ahijado le susurró – Confía en él, confía en… - miró hacia atrás del muchacho -…… Vlaxs, lo conozco… muy bien y se que te protegerá sobre todas las cosas – Alzándose, se limpio las lágrimas de los ojos, miró al actual profesor de defensa de las artes oscuras de Hogwarts, después miró a su ahijado por ultima vez en ese encuentro, le revolvió un poco su ya alborotado cabello, y se trasformo en el gran perro negro, su forma de animago. Así se alejó del lugar, por el mismo camino por el que había venido, dejando a un muchacho mirando con nostalgia al can alejándose.

- No te preocupes, lo volverás a ver pronto – la mano del encapuchado estaba encima de su hombro, él también miraba como se alejaba ladrando el perro.

Harry levantó los ojos, y los posó en la cara del hombre mientras este miraba el lugar en donde, por ultima vez se viese a su padrino, se extrañó al comprobar que los ojos de su profesor eran de una tonalidad nostálgica.

El profesor Vlaxs, al sentir el contacto de esos ojos que le miraban, solo alcanzo a murmurar unas palabras en latín, que hicieron que el adolescente cayera lentamente en los brazos del sueño por segunda vez en ese día. Antes de que su cuerpo tocara el suelo, lo agarró con cuidado y lo deposito encima del césped de la colina.

- No te preocupes, lo volverás a ver muy pronto… te lo aseguró – murmuró de nuevo el profesor, desapareciendo del lugar.

- Así que estaban aquí – la voz malhumorada del auror Alastor OjoLoco Moody se pudo escuchar en el tranquilo lugar, rompiendo el momento de paz del que tres adolescentes disfrutaban en tiempos de guerra. Inmediatamente, el trío se levantó del suelo, comprendiendo que ya no volverían a estar como unos segundos antes, cuando todo parecía estar en calma a su alrededor – ¿Piensan que son todavía niños? ¿Qué pueden escaparse como si tal cosa? No me esperaba esto de vosotros – se giró hacia los dos prefectos, que tenían las manos entrelazadas – Y menos de ti, - ahora miraba a Harry, que tenia una expresión feliz en su cara, una que hace tiempo no exteriorizaba – sabes lo importante que eres, que los mortifagos andan tras de ti, y tú… ¡escapándote! Dios mío, que juventud la de ahora… - el ojo mágico de Moody giró, como para dar mas énfasis a sus palabras – Creo que será convenientes hablar con Dumbledore sobre este asunto, no voy a permitiré que vosotros tres hagan lo mismo una vez mas… – Moody siguió hablando sobre lo que los jóvenes deberían aprender de los adultos, como deberían comportarse y lo que deberían hacer y no hacer.

Ron y Hermione escuchaba atentamente cada una de las palabras que el experimentado auror les decía mientras volvían hacia las calles principales del pueblo, mas atrás, Harry todavía seguía teniendo esa soñadora expresión, y Tonks, le guiaba sus pasos, parecía que el muchacho todavía no tenia conciencia del mundo real.

- Bien, ya pueden pasar – los dos aurores dejaron a los tres chicos frente a la puerta del bar "Las Tres Escobas" – Nosotros dos vamos a estar en la puerta, y ay de vosotros como se os ocurra volver a escapar. – amenazó Moody, y señaló con la varita la puerta del local, para que entrasen a beber algo.

Los dos prefectos arrastraron al todavía soñador Harry dentro del bar, y se sentaron en una de las mesas de este, mejor dicho, sentaron al joven primero y después se sentaron ellos, uno a cada lado, preguntándose porqué su amigo estaba en ese estado.

- … Harry, Harry, despierta – la mano de Ron se agitaba frente al rostro de su amigo. De pronto este pareció reaccionar a la llamada y, finalmente, salio de su estado de ensoñación.

- Eh… ¿Que pasa? – la camarera, en ese instante deposito una cerveza de mantequilla delante de él (algo que Hermione había pedido para los tres, haciendo caso omiso de los ruegos de Ron por pedir otro tipo de bebida) - ¿Cómo hemos llegado aquí? – pregunto inmediatamente después de darse cuenta de que no estaba en el lugar donde pensaba, sino que se encontraban en un ruidoso y abarrotado bar.

- Primero, ¿por que estabas así? Y segundo, estamos en "Las Tres Escobas", acabamos de entrar, Moody y Tonks se encuentran fuera, vigilando – Hermione terminó de explicar, pero al ver la cara de extrañeza de su amigo, continuó – Moody nos encontró en el prado, hemos venido andando, tú parecías que estabas en otro mundo, como… - no encontraba la palabra adecuada.

- Como… ya sabes, como si estuvieras en otra dimensión… como… ah, ya se, como Luna Lovegood… - ayudó Ron

Un grupo grande de alumnos entró al bar entonces, y pareciendo que la habían llamado con solo mencionar su nombre, la Ravenclaw se aproximaba a ellos, allí estaban sus compañeros del grupo, con los que habían venido al pueblo.

Antes de que llegasen a su posición, Hermione y Ron se agacharon hacia Harry, querían saber que era lo que le había pasado para que hasta entonces estuviese en ese estado de felicidad.

- No lo se – contestó sinceramente Harry, no se acordaba de nada de su "sueño", pero le quedaba la vaga sensación de que su corazón estaba un poco mas lleno que antes, parecía que un poco del antiguo y despreocupado Harry había vuelto, la alegría se podía percibir en él mas que antes, cuando iba siempre enfurruñado con todo el mundo en general y perdía los nervios, había vuelto a ser un adolescente normal dentro de lo que cabía.

Las miradas de sus amigos se cruzaron, no comprendían el cambio que había experimentado este en tan poco tiempo (según el reloj que portaba Hermione no habían pasado ni media hora en el prado), pero les gustaba la actitud positiva del muchacho, aunque no desistieran en averiguar que era lo sucedido.

- ¿Crees que ha visto a…? – preguntó Ron a su amiga, el nombre solo lo articuló con los labios, aunque Harry se hallaba a unos cinco metros, hablando entretenidamente con un grupo de los integrantes de la AD, no se arriesgaban a pronunciar ese nombre, no fuera a ser escuchado por otros oídos.

- No creo, pero el cambio ha sido… – observó Hermione, mientras daba otro trago a su bebida

- ¿No crees que deberíamos decírselo?

- Todavía no es la hora, se lo prometimos ambos. No debemos preocupar a Harry con eso – observó de nuevo a su amigo, ahora se aproximaba hacia ellos – Hablaremos en Hogwarts, además, tenemos que seguir investigándolo.

- ¿Investigando el qué? – preguntó el recién llegado.

- El…

- El modo de hacer que una pluma se convierta en una mariposa, Ron todavía no lo hace del todo bien – explicó rápidamente la muchacha recordando la ultima clase de Trasformaciones – todavía le sale el cuerpo muy delgado.

- Pero… - quiso protestar el pelirrojo, pero un puntapié bien dado por debajo de la mesa le hizo desistir en su intento por decir que esa transformación ya le salía perfectamente.

- Ah, bien, de acuerdo. A mi ya me sale, así que le podemos ayudar los dos, ¿verdad Hermione?

- Oh, si, perfecto, ya veras Ron – de nuevo su pie pisó al de su compañero, que iba a protestar por las tareas impuestas – que pronto te sale el hechizo.

Así siguieron hablando los tres, pasando el tiempo que tenían libre, en el bar, comentándose cosas entre ellos (y Ron recibiendo alguna que otra advertencia cuando parecía que se iba de la lengua).

Cuando llego la tan temida hora de regresar, todos los alumnos que tenían que volver al colegio recogieron sus cosas y, tristes por tener que abandonar el día, se levantaron de sus lugres y se encaminaron a donde les esperaban los carruajes que les llevarían de vuelta a la dura rutina.

- Augh – se quejó por primera vez Ron, frotándose la dolorida pierna, ya estaba en los carruajes de vuelta a Hogwarts con sus compañeros, Harry le miraba sin comprender porqué se quejaba por un solo golpe (sin querer, hay que reconocerlo, pues al subir al lugar, uno de los paquetes que portaba había ido a golpear la pierna de su amigo).

- ¿Te pasa algo en la pierna?

- No, nada, nada, solo que el golpe ha sido mas fuerte por lo que se ve – miró a su lado, donde Hermione ponía cara de inocente mientras su novio le dirigía una mirada de odio.

- Ah, ya se te pasara pronto, no te preocupes – Harry recogió los paquetes del suelo y se sentó en su sitio.

El ultimo joven en subir al carruaje observó por la ventanilla como los primeros copos de nieve caían sobre los alrededores del pueblo que empezaban a abandonar, de nuevo una racha de frío comenzaba después de un magnifico día caluroso y soleado (y eso que se encontraban a mediados del mes de octubre). Se sentía feliz y despreocupado, sabia que detrás de esas negras nubes se escondía el sol, que siempre, incluso en los lugares mas concurridos y bulliciosos, se podía encontrar un remanso de paz y tranquilidad, que, aunque se sintiese preso y vigilado, tendría a dos buenos amigos con los que contar y que lo rescatarían de su prisión… que siempre había un rayo de esperanza cuando todo a tu alrededor parece desmoronarse.

*****

Las palabras que llegaban a sus oídos, penetrando en su mente, eran pronunciadas en un idioma antiguo, posiblemente griego, porque latín bien sabía él que no era. Aquellas frases, sonoras algunas, otras con entonación mas fuerte, algunas invitando al sueño, otras al despertar, vagaban por la gran estancia en la que se encontraba, resonando por las columnas que poblaban el lugar, haciendo que al hombre que se encontraba allí, descansando, sentado cerca de una de ellas, le llegase amplificado el sonido. Remus Lupin, así era como se llamaba el único y solitario habitante del lugar, seguía recordando los últimos momentos antes de llegar a ese extraño lugar, donde, quién sabe cuanto tiempo había pasado, actualmente se encontraba.

Después de recorrer por undécima vez el aposento, de intentar contar las infinitas columnas que se veían en el lugar, de intentar buscar, inútilmente, una salida, se encontraba encerrado. Pensativo, levantó la vista hacia lo que parecía el techo, se encontraba sentado, con la espalda apoyada en una columna, no sabia por qué, pero aquel lugar le hacia recordar a un amigo perdido hacia ya un tiempo, sus ojos empezaron a distinguir como lo que anteriormente parecía una masa uniforme de suave y delicada seda blanca que cubría el lugar, se movía al compás de una silenciosa melodía, solo apta para algunos, y él no era uno de los elegidos.

Se dejó llevar por el suave movimiento de lo que veía, las palabras en griego parecían invitar a ello, se dejaba abrazar por el encantamiento que invitaba al descanso, resbaló hasta el calido suelo y se sumió en un tranquilo y placentero sueño.

Enseguida sintió como una fuerte corriente de líquido le arrastraba a algún lugar, ya no estaba en la sala blanca, sino en medio de un océano, en medio del lugar donde río y mar se juntan. Él estaba ahí, mirando como la corriente de oro y plata se juntaba con el azul de la inmensidad agua. Todo era tan grande que aunque abriese los brazos todo lo que pudiese, nunca podría abarcar lo que se encontraba enfrente suyo.

Y se sentía extraño, porque se sentía formar parte del lugar, como si ese sitio fuera él, como si el río que venia furioso a veces, tranquilo o calmado otras, le enseñase su interior… Extraño y a la vez tranquilo. Normal y a la vez, escondiendo secretos en su interior, tal y como son las corrientes de agua, que esconden misterios en ellas.

Sus pies, rozaban la imperceptible línea que separaba la calma de la corriente, sentía como el agua, al llegar a él, se calmaba un poco, antes de formar parte de la inmensidad. Sensación distinta a las que había experimentado anteriormente.

Quiso formar parte de la escena que veía a sus pies, dio un paso adelante, y se hundió en las aguas, pero en vez de ser arrastrado por ellas, se encontró flotando, siendo llevado y siendo acunado por una silenciosa danza que parecía formar parte del agua. Allí fue largamente de un lado a otro en un sueño místico de música que se transformaba en corriente de agua, y luego en una voz que recitaba algo en una extraña lengua.

Cuando sus ojos se abrieron, se encontró de nuevo en la blanca estancia, pero en su interior se había instalado una nueva esperanza, una que le decía que pasase lo que pasase las cosas se arreglarían pronto.