Vuelvo con la ración semanal del fic :-) Y como todavía tengo vacaciones y estoy de muy buen humor (feliz, contenta, saltando de alegría…), posiblemente esta semana tengan un capitulo mas (ya esta en proceso)
Contesto a los reviews y seguidamente pasamos al capitulo
Syringen = (Acabo de descargar el capitulo, así que pronto me veras por tu historia, jeje) Respecto a este… creo que me vuelvo a estancar en las vacaciones, creo que vamos a estar varios capitulos en esas fechas (yo voy por fechas señaladas… verano, entrada colegio, halloween, y finalmente navidad…) asi sera que me dure milenios el fic, jeje. Y los personajes, buenoooo, salen cuando lo necesitan, pero no te preocupes, que tiene su importancia las apariciones. Ron y Hermione si saben la profecia (o parte de ella), y no le han dicho nada, es que todavía este se culpa de lo que recuerda del ataque (y eso que no se acuerda de todo) por eso esta un poco depre, pero se recuperara, ya lo veras Mas… bueno, los que se pelean se desean, o eso dice un refran, asi que ya era hora de juntar a los dos cabezotas, jeje, pero ya veras que tienen "ligeros" problemas. Lo del capitan, coincido con lo que decia Katie, asi no tendran que cambiar "de nuevo" el año siguiente ;-) No se me ocurre mas, solo que te siga gustando la historia. Besos (tener el ordenador compartido es una desventaja)
Alejandra Vigo = Gracias por el reviews. Y ya esta aquí el siguiente capitulo. Disfrutalo.
)3âD)3ÿ666 = Intentaremos ganar el torneo, asi nos vamos de "paseo" en verano :-) Esopero que tambien te siga gustando este capitulo. Besos.
Gabriela de Black = Bueno, al principio me asustaste, ya que pense que ibas a preguntar otras cosas (cosas mas esenciales e importantes, jeje), pero veo que no, que no son muy, muy desveladoras. Ahí van: la estrella, pues no tiene mucha relacion, no la ven al mismo tiempo (no se me ocurrio, aunque podria ser… pero no, no iba con esa idea). Y lo de Voldemort, digamos que el profesor lleva muchos ases en la manga, y ser amigo de Dumbledore tambien le puede ayudar (habra recibido clases extras de Oclumancia para ello) Ok, creo que no se me ocurre mas. Solo que te siga gustando la historia y enhorabuena por registrarte (ya me dare una vuelta por ahí, a ver que encuentro) Ah, y me gusta tu nick, sobretodo el apellido, jeje.
jessy_tonks = Gracias por dejar el review aunque no tengas casi tiempo (espero que en las vacaiones hayas podido descansar) Voldemort de momento esta ocupado repartiendo castigos, pero no desesperes, que su reaparición sera memorable, (ya dio pistas en HAllowen de lo que estaba preparando…- sonrisa malevola-) Besos y disfruta el capitulo.
Ya pueden empezar a leer el capitulo, solo disfruten de él y dejen reviews con sus opiniones y crtiticas tanto positivas como negaivas, todas valen para mejorar. Muchos besos y abrazos a todos y empiecen a disfrutar.
Capitulo 31_ Recuerda
"Definitivamente, el primer día de vacaciones es un día perfecto" Ese era el pensamiento general de todos los alumnos del colegio mientras preparaban el baúl para ir a casa, unos; o seguían descansando en sus camas, aprovechando que no tenían nada que hacer, o simplemente haciendo el vago, el resto.
- ¿Iras de nuevo con tu abuela, Neville? – la pregunta lanzada en el dormitorio de sexto curso de Gryffindor, iba claramente con dos sentidos, solo conocidos por tres personas de las cinco que se encontraban en esos momentos en la habitación.
- Si, como todos los años – idénticamente, la respuesta conllevaba los dos idénticos significados.
Para Seamus y Dean, los dos únicos que no conocían el otro significado, la pregunta y la respuesta les eran simple, pero para el resto, esto significaba que el preguntado iría a pasar las vacaciones con su abuela, y de paso, iría a visitar a sus padres, hospitalizados en un ala especial del hospital San Mungo.
- Toma – un objeto voló sobre los montones de ropa, venia directamente de una de las camas, de las cinco que había en la habitación, una de las dos donde su ocupante no estaba haciendo el equipaje. Al aterrizar el pequeño paquete, envuelto en papel de regalo, Neville alzó los ojos hacia el origen de este – Tu regalo de Navidad – dijo Harry, antes de apuntar hacia las otras dos personas que se afanaban en cerrar sus baúles a la fuerza, y darles de la misma forma aquel regalo.
- Genial, ya me fastidiaste la sorpresa – dijo Ron en tono cansado, esa era la otra persona que faltaba en la habitación, acababa de entrar, había ido a cerciorarse de un problema con los de primer curso, cosa que su puesto de prefecto le obligaba a hacer. Tras acabar las risas de sus compañeros (pues traía una cara de sueño que se le notaba desde lejos), se acercó hacia su baúl, y sacó tres pequeños paquetes que repartió de igual forma que su amigo – Ya saben, no lo abran hasta Navidad.
- Gracias – dijeron los tres, agradeciendo aquel gesto y mirando gravemente sus respectivos baúles, ahora se veían en el apuro de meter los dos regalos en el equipaje, algo un poco complicado cuando este se ha cerrado a la fuerza y parece a punto de explotar.
- Disfruten las vacaciones – se despidieron mutuamente los cinco adolescentes, tres de los cuales llevaban arrastraban los útiles y cosas que se llevarían a casa, y los otros dos se quedaban a pasar las fiestas en la torre, donde pasaban la mayor parte del curso escolar.
El cuadro que delimitaba el acceso a la sala común se cerró, y las alegres conversaciones sobre los planes de vacaciones se dejaron de oír en esas paredes de la torre, hasta la vuelta de las fiestas no habría tanta gente allí.
Tras despedir a sus amigos y conocidos en las puertas del castillo, todos los que pasaban esas fechas señaladas en el colegio, fueron rápidamente a sus respectivas salas comunes, a calentarse junto al fuego que no cesaba de iluminar la chimenea pues el tiempo que todavía hacia era bastante, pero bastante frío.
En total, apenas una media docena de cada casa se habían quedado, a pesar de que se encontraban en medio de la segunda guerra. Quizás, y esa era la creencia de casi todo el mundo, el miedo a perder a alguien hacia que todo el mundo quisiese pasar las vacaciones con su familia… por si esa era la ultima vez que se reunían todos.
Aunque… no todos iban a estar con sus familias esa navidad, algunos alumnos, y la mayoría era de o había pertenecido a Gryffindor, se quedaban en el colegio a pasar aquellas dos semanas. No era porque no pudieran ir a casa… era porque habían decidido quedarse allí a pasar las vacaciones.
- Aquí están los planes de estudio para las vacaciones – un gran pergamino lleno de horarios y asignaturas se posó encima del tablero y enfrente a las caras de los dos concentrados muchachos que jugaban al ajedrez en la sala vacía.
- Todavía tenemos tiempo, Hermione – le contestó uno de los dos, quitando la hoja y devolviéndosela a su propietaria, para poder ver mejor la desigual partida que se llevaba a cabo, esta, enfadada al sentirse ignorada, se sentó lejos de ambos, y sacó un "pequeño" libro para leer (entendiéndose pequeño para ella, pues para sus otros compañeros, eso era todo menos pequeño y ligero).
Al cabo de muchos minutos, Harry decidió llevar a cabo una desesperada acción – Caballo a e-5 – la figura nombrada avanzó las casillas indicadas, matando ferozmente a un alfil negro del otro jugador. – Te toca Ron.
- Er… si… ya… - un dormido pelirrojo abrió finalmente los ojos, apoyado en el sillón como estaba, el sueño se había apoderado fácilmente de él. Tras dar un rápido vistazo al tablero, y comprobar que el movimiento que había hecho su contrincante era de lo mas previsible, acertó a decir: - Alfil a c-2…… Jaque… Mate… De nuevo… ¿Otra partida?
*****
- ¡Por las barbas de Merlín! – el grito que se escuchó en el despacho del director del colegio se podría haber percibido en varios kilómetros a la redonda sino fuera porque tenían un hechizo silenciador protegiéndoles – Tanto tiempo buscando la solución, y estaba enfrente de nuestras narices…. ¿Qué te pasa Albus? – el otro ocupante de la habitación se dio cuenta entonces de que el director estaba, insólitamente, con una amplia sonrisa en la cara, y mirando en su dirección, ahora en mitad del despacho con las manos alzadas, y portando un antiguo libro en la mano.
- Es… sólo que hacia tiempo no te veía así… Y, esa forma de hablar…
- Ya sabes que se me pega de los alumnos – contestó, relajándose de toda la alegría que le había embargado anteriormente. Caminó hacia su antiguo lugar, y se dejó caer encima del mullido sofá, gesto que hizo sonreír de nuevo al director - ¿Qué?
- A tu edad… y haciendo esas cosas – bromeó, pero enseguida se puso serio y, recostando su cabeza sobre los dedos de sus manos entrelazadas, por encima del libro que él también estaba consultando, miró al otro profesor - ¿Qué es lo que has encontrado?
- Es tan simple que por eso lo hemos pasado por alto tantas veces. Como siempre se dice, la solución mas sencilla puede ser la correcta… Este párrafo – dio la vuelta al libro para que el otro pudiera leerlo perfectamente, mientras continuaba hablando – es lo que estábamos buscando. Es la pista para resolver… - mientras el otro hablaba los azules ojos del director se perdieron en las palabras que tenia frente a sus ojos, si, parecía que aquello era la solución, y era tan… simple.
En otra parte del castillo, dos pelirrojos guardaron en los bolsillos de las túnicas, algo que parecía un pequeño botón, pero que a ellos les servia para escuchar cualquier conversación que trascurriera en la parte señalada en uno de los lados del objeto.
Se sonrieron satisfechos por lo que habían alcanzado a oír, y, disimulando primero y corriendo después, fueron hacia su dormitorio, donde tendrían que anotar un par de datos interesantes para sus investigaciones.
*****
Los días de navidad pasaron tan rápidamente entre escapadas al campo de quidditch (para practicar o simplemente jugar un rato), bromas con los gemelos (que seguían perfeccionando sus bromas) o simplemente sin hacer nada, sólo estar en la sala común hablando, que enseguida se plantó el día de Navidad y con ello un despertar especial para todos: los regalos se amontonaban a los pies de la cama.
- ¡Feliz Navidad! – un grito consiguió que los dos únicos ocupantes de la habitación salieran de su apacible sueño, agitándose en la cama y refunfuñando contra la persona que les había despertado.
- ¡Hermione! ¡No te permiten entrar en la habitación de los chicos! – fue la delicada respuesta que obtuvo la muchacha, que ya se encontraba vestida, en cuanto uno de los dos, Harry, la enfoco correctamente a través de sus gafas, Ron se había refugiado de nuevo en sus calidas sabanas.
- Estamos en vacaciones, además… ¡es Navidad! – se acercaba lentamente, siendo seguida por la mirada por Harry, hacia la cama del pelirrojo – ¡A levantarse! – volvió a repetir, acompañando esta vez las palabras con una sacudida de las sabanas, que inútilmente Ron intentaba retener.
- Si, si, ya me levanto – replicaba este, pero inmediatamente volvía a caer dormido.
- Os espero abajo, voy a despertar al resto de las chicas – dijo a modo de despedida, no sin antes lanzar un pequeño chorro de agua sobre la cabeza dormida de su amigo.
- Maldito hechizo, se la devolveré como sea… - el empapado dejo de protestar al ver el gran montón que tenía enfrente, a los pies de su cama - ¿De nuevo Dobby? – alcanzó a preguntar a Harry mientras este le mostraba dos pares de prendas que, echando mucha imaginación, bien podía parecer calcetines.
- Si, parece que son… jugadores en escobas, o por lo menos eso pone en la tarjeta y me desea suerte con mi puesto de capitán – abrió el baúl y metió el obsequio junto con otros muchos que tenia en su baúl, al ver un par de cosas a Ron se le iluminaron los ojos, ahí seguía algo muy importante.
- ¿Conservas el cuadro del año pasado? –alzando este, después de remover el contenido del baúl.
- Er… si. Pero todavía sigo sin poder entenderlo – los recuerdos de la anterior navidad hicieron que se acordasen del lugar donde habían estado pasando las fiestas e inmediatamente un silencio se hizo entre los dos, cada uno sumido en su propio pensamiento.
Tras un incómodo rato, el movimiento inesperado de uno de los regalos les hizo volver a la realidad y rápidamente ambos se lanzaron para desenvolverlo, algo que hicieron a duras penas ya que el paquete se resistía a ser abierto.
- Apuesto que es de Hagrid, él siempre manda cosas extravagantes, aunque…
- No, de mis hermanos, ambos están mal de la cabeza, podrían haberte mandado cualquier extraño artilugio…
- Si fuera así, tu también tendrías algo parecido – Harry dirigió una mirada hacia el montón de los regalos desenvueltos de su amigo: entre el típico jersey Weasley, las cajas de grageas y golosinas varias, la comida de sus padres, los libros que le habían regalado varias personas (entre ellos, y de nuevo, un planificador de deberes avanzado cortesía de Hermione) y un equipo completo para el mantenimiento de la escoba (cortesía del propio Harry), no encontraba nada que se le pareciera a aquel pequeño paquete que no cesaba de moverse entre los brazos de los dos.
- No tiene tarjeta – aventuró a decir Ron al atrapar entre sus manos el regalo - ¿Y si fuera de… de Quien-tu-sabes? – inmediatamente dejó caer al suelo el paquete que empezó de nuevo a moverse.
- No creo que Voldemort – bufó al ver a su amigo poner una cara rara – se dedique a mandarme regalos por Navidad.
- Ok, entendí. Pero… ábrelo ya y saldremos de dudas.
El papel de regalo se rasgó de parte a parte, dejando ver de esta forma un raro ejemplar de libro, parecido al que tuvieran en tercer curso en la asignatura de cuidado de criaturas mágicas (por la forma de moverse), pero mucho mas raro aun, ya que este, exteriormente no tenia ninguna cosas extraña, era un libro liso, de color blanco, sin marcas visibles, y sin titulo siquiera, sólo que a veces se movía en el sitio.
- De Hagrid seguro, sólo él mandaría un libro asesino – dijo Ron, viendo a este moverse en los brazos de Harry, que estaba mirando la primera hoja.
- Uhm… no se, Hagrid ya me ha regalado algo – señaló su propio montón: el jersey de los Weasley (dibujada un pequeña snicth a la altura del corazón, junto con las palabras bordadas de capitán de Gryffindor), el organizador de Hermione (debía ser por las veces que ignoraban el hacer los deberes en lo que llevaban de vacaciones), varios ejemplares de libros vía componentes de la orden del fénix, varios pasteles y caramelos de diversas personas, un surtido especial de cohetes para fiestas de Sortilegios Weasley, un libro titulado "Técnicas y estrategias para capitanes de quididcth" de parte de Ginny, otro, complementario al anterior (también versado sobre ese deporte) de parte de Ron… y muchos mas regalos, incluyendo una guía completa de criaturas mágicas (edición de ese año, recién salido al mercado)… de Hagrid.
- ¿Qué pone?
- Es raro – Harry miraba extrañado aquel libro – todas las hojas están en blanco… sólo en la primera pone algo – alcanzó a terminar de decir al pasar rápidamente todo el libro. Deslizó su dedo hasta el medio de la hoja, hasta detenerse en las únicas palabras que estaban escrita ahí – "¿Crees en la Magia?"
- ¿Nada mas?, ¿sólo "¿Crees en la Magia?"?... Pero ¿que tontería es esa?, somos magos ¿no?, utilizamos la magia… es absurdo. ¿Seguro que no pone nada más?
- No, nada más. Y no parece ser como el diario de Tom Ryddle – ahora le echaba un vistazo por afuera, después de intentar escribir dentro con una pluma nueva (regalo de Tonks, un juego completo de escritorio) – Se queda la marca de lo que escribo – agregó al ver que su nombre seguía escrito en un lateral de la primera hoja.
- Ya lo investigaremos mas tarde. Creo que mi estomago ya reclama el desayuno.
Dejando los muchos regalos que habían recibido, los dos se vistieron rápidamente y bajaron a la sala común a esperar a los demás para ir al comedor.
- Tanta prisa y ahora son ellas las que tardan en bajar – Ron estaba de nuevo protestando, por cuarta vez se había levantado del sofá y se había encaminado hacia las escaleras que delimitaban el acceso a las habitaciones de las chicas.
- Ya terminaran… algún día – le contestó Harry desde otro de los sillones, mientras se calentaba las manos en el fuego.
- Si pudiésemos subir… pero no, los estúpidos de los fundadores no nos permiten subir a los dormitorios de las chicas… Somos menos confiables que ellas – se volvió hacia Harry que ahora estaba riendo por la forma tan acalorada de expresar su amigo las cosas – Pero sabes, es una norma ridícula y… y… - una bombilla se le encendió en la cabeza – Y genial, magnifica, excelente…
- ¿De que hablas? – Harry se incorporó de su lugar y se le acercó rápidamente, intentando que no empezase a subir por las escaleras, cosa que estaba haciendo.
- Shhh, calla, están bajando… y yo subo – ponía un dedo en su propia boca, señalando que no hablase muy alto.
Al cabo de unos instantes, entendió el plan de Ron, iba a hacer que resbalasen por el tobogán que se formaba al intentar aquella acción de entrar un hombre al dormitorio de las mujeres, pero en vez de aterrizar en la mullida alfombra, había conjurado este una especie de charco de agua, venganza por su despertar en esa mañana de Navidad.
Las armaduras del castillo entonaban alegre y desafinadamente los villancicos propios de aquella época, haciendo subir y bajar su metálica mandíbula y creando un eco a las letras que entonaban con dificultad. Como era corriente, también el travieso duende hacia de las suyas y mas de una vez las melodías estaban modificadas y sonaban palabras que claramente no pertenecían a esa época de alegría y fiestas.
Los pasillos, antes repletos de estudiantes que se encaminaban a las clases durante el curso escolar, se encontraban ahora vacíos, o con algunos pocos de los que se habían quedado a pasar las fiestas allí.
A pesar de todo, el ambiente navideño se percibía más en la trabajada decoración que decoraba el gran comedor que en los intentos por hacer más agradable el resto del castillo (exceptuando las salas comunes, donde cada casa la decoraba como querían los miembros que se quedaban en las fiestas)
- Para la próxima vez… planificarlo mejor – dijo Hermione entre risas y mirando a sus dos amigos, que intentaban secarse las ropas mojadas con la varita – No se puede sorprender así a la gente – ella y varias chicas mas que se habían quedado a pasar las fiestas en el castillo miraban los intentos de Harry y Ron de secarse rápidamente y de intentar dejar de ser el centro de atención.
- Ey, ¿Quién ha ido al lago a alimentar al calamar gigante y no nos ha dicho nada? – la aparición de los dos gemelos Weasley por el pasillo desemboco en una risa general, aun mas cuando Ginny les explicó el motivo de todo – Tsk, tsk, las chicas son mas listas que ustedes –dijo Fred dirigiéndose a su hermano, que ya había terminado de secarse – Creo, Ronnie que vamos a tener que enseñarte el sutil arte de las bromas – la imitación del profesor Snape la hizo perfecta.
- Ah, no por favor, ese suplicio no – siguió la corriente el aludido – No se si soportaría mas tiempo con ustedes dos.
- ¿Qué tal los regalos de Navidad? – preguntó George a Harry, viendo de reojo como Ron y su otro hermano gemelo intercambiaban algo mientras fingían una pelea: el plan había salido a la perfección.
- Muy bien, Dobby me ha regalado un par de calcetines, Hagrid una guía de animales mágicos… - siguió enumerando todas las cosas que había desenvuelto aquella mañana, echando, interiormente, en falta los regalos de dos personas especiales para él -… y muchas gracias por el surtido de bromas, este verano mi primo Dudley va a tener mucha diversión – terminó de bromear al tiempo que llegaban al gran comedor.
Como todos los años, la decoración del Comedor era magnifica y espectacular, los árboles que se adornaban para esas fechas estaban llenos de velas, de guirnaldas o de pequeños cristales de hielo y en todos ellos, varias pequeñas hadas revoloteaban dejando caer un polvo dorado y plateado encima de los que tranquilamente pasaban por las mesas. En las paredes, el muérdago y el acebo adornaban las frías piedras y del techo, una ilusión de copos de nieve caía dando la sensación de nevar, pero que se desvanecía al llegar a la mitad del recorrido. Y encima de las mesas, la típica comida que los elfos se afanaban en preparar para deleitar a los comensales: cientos de pavos asados, salsas, patatas, zumo de calabaza… y de postre pudines de Navidad, que junto a los huevos sorpresa era lo que mas gustaba a los estudiantes que se quedaban a pasar las fiestas.
Aquel día era, simplemente, perfecto para todos, y las risas y alegría contagiaron a todo el mundo que celebraba en el castillo la navidad, incluso Harry, que a veces andaba pensativo, se contagió de las bromas y risas de sus compañeros y se sumó a la fiesta, disfrutando mucho la celebración.
No se dio cuenta de que dos pares de ojos le observaban desde la mesa de los profesores, y que los propietarios de estos, sonreían interiormente al ver la alegría del joven. Si, aquel día iba a ser muy especial para él…
*****
Agotado, rendido de cansancio tras aquel día de celebración, Harry se despidió de sus compañeros y empezó a subir soñoliento hacia su habitación. Dejando las sorpresas que tenia de la comida de aquel día de navidad en un montón, cerca de sus regalos, se arrastró a su cama, y, sin quitarse la ropa que llevaba, se tiró encima de las sabanas, ahora sólo quería dormir… nada más.
El resto de la gente se quedó un rato mas, pero enseguida siguieron su ejemplo y poco a poco se fueron a descansar, aquel día había sido muy agotador, y mas después del partido de quiddicth que habían jugado tras la comida, las guerras de nieve (con bolas encantadas mágicamente) y las bromas y juegos al ajedrez mágico con los que habían trascurrido toda la tarde en la sala común…
- Nosotros también nos vamos a descaaaaaannnsar – Fred abrió todo lo que pudo la boca a causa del bostezo, despidiéndose de esta forma de las pocas personas que permanecían en la estancia – Y cuidaaaaado con el muérdago – señaló los racimos de bayas blancas que flotaban por la estancia–llevan…
- Si, ya lo se, están infectados de Nargles – dijo Ron de mala gana, porque sus hermanos no se iban de una vez a dormir.
- No, te equivocaste Ronnie – rió burlonamente George desde el agujero del retrato de la Dama Gorda – llevan polvos pica-pica y… - el resto de lo que dijo quedo ahogado por las risas de la otra persona que salía, pero alcanzo a oír una parte del final, ya que apoyó la cabeza contra el cuadro cerrado
- … brr… si quieren hacer algo de eso aqu
- … deja que te recuerde que tú y…… iban muy acaramelados hace dos años…
-… si, pero una cosa es yo y otra que sea tu hermano pequeño… Oh, dios mío… ¿por que muestras comida al hambriento?... No, definitivamente no van a poder besarse mientras yo este en Hogwarts…
A partir de ese trozo, las voces eran tan ininteligibles que Ron ya no pudo distinguir más de la conversación.
- Asunto resuelto – se dio la vuelta, para sentarse frente al fuego – Fred esta celoso de mí – sonrió satisfecho a la otra persona que todavía quedaba en la sala común, el resto ya se había subido a descansar.
*****
Primero un pie, después el otro, apenas unos milímetros de la posición anterior.
Caminaba despacio por el desconocido lugar, sintiendo en sus desnudos pies el roce calido de algo, pero sin llegar a distinguir que era… y con sólo una idea en la cabeza: avanzar.
Levantando un brazo, poniéndolo a la altura de su rostro, intentó que el brillo de la claridad no le cegase tanto, pero no lo consiguió y el intento se quedó en eso, en vano intento. La luz le cegaba y no podía sacar más información de aquello que estaba bajo sus pies, pues, a veces era calido, y otras veces frío, unas veces escurridizo y otras uniforme. ¿Dónde se encontraba?
Siguió avanzando por el lugar desconocido, su sexto sentido, aquel que tantas veces le ayudase a sobrevivir desde que era un inocente muchacho, le indicaba ir siempre hacia delante, no retroceder…
Y así lo hacia hasta que algo se interpuso en su camino, un objeto, una roca, algo sólido que le hizo caer al suelo, haciendo chocar su cara sobre la arena del desierto… algo que averiguo al limpiarse esta de la boca, su sabor salino era absolutamente inconfundible.
Al mirar hacia atrás averiguo que era aquello que le había hecho caer al suelo, un trozo de vidrio que capturaba los brillos de la luz, reflejándose estos a todas partes, un solitario objeto, y con el que había tropezado en su camino. Las formas irregulares de este le indicaron que no era sino una parte de algo mas grande, como si estuviera roto, las esquinas estaban cortadas en trozos que a nadie se le ocurriría para un cristal…
Aguantando el dolor, pues el pie empezaba a sangrar, se aproximó hacia el vidrio, algo le decía que le era muy conocido, muy familiar… e hizo mal, ignoró las señales que había recibido hasta entonces y aquellas que le decían que no debía retroceder, nunca mirar hacia atrás…
El caminante solitario se dio cuenta de su infortunada acción un segundo después de empezar a girar la cabeza, sabia que había hecho mal y ahora recibiría su castigo.
Sus dedos no llegaron a tocar el vidrio, pues un abismal agujero negro empezó a crecer entre ambos, haciendo la separación mas grande a cada instante que pasaba, y dejando el brazo en una posición inútil mientras el objeto se alejaba de la solitaria figura…
*****
Se removió inquieto en la cama, el sueño que había tenido no lo recordaba, pero si aquella sensación de peligro, de lejanía… de perdida. Un sudor frío le bajaba por la cara, había estado temblando todo el rato hasta que se había despertado a causa… a causa de no sabia el qué.
Le costó un par de minutos ubicarse en el lugar, pero enseguida se dio cuenta de que estaba en su habitación del colegio: los ronquidos inconfundibles de una de las camas le hizo recordar esto. Lo que más tardó fue en recordar por qué estaba vestido encima de las sabanas, sin el pijama. Un vistazo a los pies de la cama le valió para que, por su mente, pasasen las imágenes de aquel día, desde el instante en que se levantase a causa de Hermione, cuando habían abierto los diversos regalos, pasando por la magnifica comida de Navidad, hasta su repentino cansancio y su despertar inesperado.
Levantándose, se acercó hasta una de las ventanas que había en la habitación, la luz de la luna entraba tímidamente y se posaba sobre las cortinas… era una noche muy despejada, distinta de todas las que habían tenido hasta en ese momento en el curso, las estrellas, la luna, las constelaciones… se podían ver perfectamente en el gran manto celeste.
Poco a poco, para no despertar a la única persona que estaba en la habitación, caminó hasta quedar enfrente de la ventana, donde podría observar mejor toda la extensión. Se quedó ahí parado por espacio de varios minutos, hasta que una estrella fugaz cruzó el cielo, iluminando todo con una luz poderosa… formuló un deseo, proveniente de lo mas profundo de su corazón, y de nuevo se volvió a recostar en su cama, ahora ya dentro de sus sabanas, en la calidez que le proporcionaban estas, y se sumió de nuevo en el reino de los sueños…
*****
El paso de una estrella fugaz hizo que la agradable sensación que tenía se incrementase, en ese lugar se sentía libre, mirando el cielo podía ver la inmensidad del universo y como él se sentía parte de todo aquel despliegue de energía.
Cerró, por primera vez desde que llegase a aquel desierto, los ojos, y bajo la estrella azul que tenia su nombre, se sumió en un recuerdo que creía perdido.
Flash-Black
- No puedes ser t
- ¿De que te extrañas al verme? Sabes muy bien que este lugar es más de lo que parece.
- Pe-pe-pero, hace tanto tiempo que perdí la esperanza de volver a verte
- Sirius, sabes muy bien que no desaparezco sin motivo… y que siempre vuelvo cuando se me necesita
- Es tan extraño. Todo esto es tan extraño…
- Lo se – con un gesto hizo callar al hombre, que había abierto la boca para seguir hablando – Se que quieres volver a ver a tu ahijado, pero ya sabes a lo que te arriesgas, ¿verdad?
- Si…
- Será muy peligroso, aun mas para ti
- Asumo el riesgo
- No se acordará de nada
- Podré verlo en persona, eso es lo importante, y así sabrá que me encuentro bien.
- Podría quedarle esa sensación, si, pero en lo mas profundo de su corazón. Y, Sirius, lo lamentaras luego, ya lo veras.
- Con tal de verlo… ¿Por que lo dices?
- Te conozco… bastante bien, y se que lo harás, gritaras desesperado y quizás, descargues tu ira y rabia contra las paredes, como siempre haces. Correrás hasta cansarte, gritaras contra todo, te preguntaras por qué no puedes salir de este lugar…
- No lo har
- Se que lo harás…
- Me controlar
- No te creo…
- Vas a seguir así, reprochándome cosas que todavía no he hecho, mis futuras acciones… Yo sólo quiero verlo, sólo pido eso.
- Bien, vas a verlo, pero no olvides que te lo avise.
- Entonces… ¿me vas a ayudar?
- Si, pero acuérdate de lo que te he dicho, Harry no se acordará después de nada, le esconderé el recuerdo
- ¿Cuándo?
- Busca el lugar que existe entre el sueño y la vigilia, aquel donde todavía recuerdas tus sueños, pero no estas ni despierto ni dormido. Allí donde las grandes historias toman forma, allí donde las esperanzas son depositadas… allí le guiare, y allí os encontrareis por un breve espacio de tiempo
- Allí os aguardare impaciente, buscare el lugar, no me rendiré hasta que lo encuentre. Día y noche buscare y allí os esperare… Gracias…
- Estel o Vlaxs, que es como me conocen en el colegio – interrumpió la figura vestida de negro cuando vio que Sirius iba a pronunciar su nombre – Ahora estos son mis nombres… hasta que mi misión termine.
Fin Flash-Black
Una sonrisa apareció en su rostro, no se acordaba de esta conversación, a mas de uno habían modificado los recuerdos en aquella ocasión.
Tenia razón, maldita sea, siempre tenia razón, le conocía demasiado bien, había actuado de igual manera que lo que había predicho. Otra sonrisa apareció en su rostro, esperando que lo dicho en aquella ocasión (y que alcanzó a oír muy lejanamente) fuera verdad: que pronto vería de nuevo a Harry.
Y de esa forma se sumió en un sueño… sin darse cuenta se vio trasportado a un lugar que él conocía… demasiado bien…
