Hoooola a todo/as :D
Si, ya estoy por aqui. Lo siento por el (terrible) retraso causado, primero fueron las vacaciones (en agosto me fui unos dias) y despues... algo que no esperaba (mi abuelo tuvo un infarto al finalizar las vacaciones – y los medicos que decian que no salia de esta, que nos fueramos preparando para lo peor... vaya que nos daban unos animos tremendos-), pero ahora ya esta bien (siempre le da por hacer lo contrario a los diagnosticos de los medicos, jeje) y yo, pues yo también estoy muy contenta y bien de animos (es quien mas me comprende, mejor incluso que mis padres, y estoy muy unida a él, asi que pueden imaginarse como me senti cuando le sucedio todo...), todo ha vuelto a la normalidad, todo el mundo esta bien, todo perfecto y vuelvo a tener ganas de escribir y seguir con lo que empece hace ya tanto tiempo ;) Asi que ya saben porque he tardado tanto, y de nuevo les pido disculpas por tan largo periodo de tiempo sin actividad, espero que este capitulo (numero 37, cada vez mas largos) les compense, pues son bastantes hojas ;) (me ha costado terminarlo, pero me ha gustado bastante como me ha quedado, teniendo en cuenta que habia ratos que ni siquiera queria ver un papel) Muchos besos y cuidense todos
Sólo decirles que espero que disfruten del capitulo y dejen sus bonitos (y valiosos) comentarios que se lo agradece mucho. Un abrazo y un beso enorme a todos.
Pd: Las contestaciones a los reviews las pongo al final del capitulo, que si no seria mucho trozo hasta que comenzase en realidad la historia ;) (acabo de fijarme y es bastante trozo, entre las contestaciones del anterior y las que me faltaban... buff... muchas).
Pd2: Si llegan a leer esto, pues lo primero, felicidades, y lo segundo, que les invito a pasear por mi blog (una especie de diario en la red), el enlace lo he puesto en donde la información personal (pinchando encima del nombre). Ahí voy poniendo algunos trocitos de texto que escribo a veces sobre varias cosas, asi que espero que también les guste. Muchos besitos a todos.
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Capitulo 37 La confianza y la antorcha I
La luz de la enfermería era más blanca y, al mismo tiempo, más mortecina que de costumbre. El exterior tenía un aspecto extraño. Ahora todo estaba cubierto de una gran capa blanca que tapizaba las ramas de los árboles, cubría el lago y daba un aspecto más invernal que correspondía a esas fechas.
Por fin lanzó un suspiro mezcla de nostalgia y satisfacción al volver a recordar todo.
- ¿Les echas de menos? – preguntó Harry dándose la vuelta, y finalizando la contemplación desde la ventana.
- Bastante – respondió Remus acercándose a él y pasándole el brazo por encima de los hombros – Pero se, que estén donde estén, se encuentran bien...
- Igual que Sirius
- Si, igual que él – dijo mientras miraba afuera del castillo, ocultando su mirada cuando un pinchazo de culpabilidad sintió en el corazón, no podía contar nada, no podía hablar sobre su experiencia, sobretodo a Harry, no podía dar esperanzas cuando él ni siquiera sabia cuando volvería y cómo.
- Va a volver, algún día volverá – fue lo ultimo que dijo el adolescente antes de meterse en la cama y volver a los brazos del dios del sueño.
- Eso espero – pensó el adulto mirando de reojo el paisaje que contemplaban sus ojos y recordando como había podido regresar finalmente...
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Se dejó resbalar por la pared, cansado, sin voz, sin esperanzas...
Todo en su cabeza era un vacío, no recordaba ese hecho, no recordaba aquella tarde, no recordaba el rescate de James... era como si le hubiesen borrado todo...aunque... en lo mas profundo de su corazón conocía la respuesta, sabia que al final la vida vencería al hielo, que la salvaría y que de ese amor, puro, sincero, nacería una pareja inseparable, juntos en las alegrías y en las penas, juntos en la paz y en la desgracia... juntos en la vida y, finalmente,... juntos en la muerte. Ni "ella" les había podido separar.
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Se intentó incorporar, mas su cuerpo le pesaba, pero tenía que hacerlo, ayudar como pudiese...
Poco a poco pudo apoyarse en la pared y levantarse hasta la altura de la ventana, había algo extraño, no se había dado cuenta antes: la habitación le agobiaba, intentaba que no se escapase de ahí por eso la ventana tenia una barrera, para que no pudiese salir...
Fuera, los gritos de los alumnos se escuchaban cada vez más angustiosos. Miró y lo que vio le dejó helado, igual o incluso más que la temperatura que hacia. Allí, en el centro no había nadie, absolutamente nadie, agua y más agua, y un gran agujero... los profesores a mitad de camino... ambos habían desaparecido. ¿Cuándo había sucedido eso? ¿Cuándo el cruel y despiadado hielo les había sepultado?... no lo sabia, pero tenia que ayudar, si, tenia que salir de allí de alguna forma y llegar al lago, pero por más que intentaba no podía hallar la salida...
Volvió a sentarse en el suelo, esta vez ya derrotado, no podía ayudar aunque quisiera, estaba condenado a ver lo que sucedía afuera y no poder hacer nada. Enterró su cara en sus brazos, y lágrimas de impotencia se deslizaban por su rostro... No podía hacer nada...
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Lejos, en el agua, una pareja se había encontrado y se abrazaba, en un vano intento de permanecer juntos hasta el final, un fin que se veía muy cercano...
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- Todo sucede por alguna razón y hay cosas que no podemos impedir que ocurran – dijo una voz y Remus, al reconocerla, alzó la vista para encontrarse con su versión de niñez, con el guía que tanto tiempo le había acompañado últimamente.
- Pero... ¿Por qué no puedo ayudar? – dijo titubeante - ¿Por qué no puedo salir de aquí?
- Ya has hecho lo que tenias que hacer. No puedes hacer más.
- Y ellos... Lily y James... van a morir si no salgo... no van a llegar a tiempo para salvarles...
- ¿Qué te dice la mente?
- No lo se, no me acuerdo de nada. No recordaba que sucedía esto.
- ¿Y el corazón?
- Que se salvaran
- Confía en él. Cuando todo parece ir en contra, el corazón muchas veces da las respuestas adecuadas – el niño se acercó a la ventana, y con una indicación de su mano, invito a Remus a acompañarle – Ven y observa.
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En ese momento, en el centro del lago, emergía un chico de pelo negro y alborotado, en sus manos sostenía el cuerpo inconsciente de una muchacha de su edad, pelirroja, aquella por la que se había arriesgado a morir. Al salir del agua fría, y tras respirar el ansiado aire, nadó hasta un terreno mas seguro, hacia un gran trozo de hielo y allí, una vez agarrado ya se sintió a salvo. Unos segundos después, alguien llegó a su lado y tras comprobar que ambos estaban a salvo, les ayudaron a salir del mortífero hielo.
James, al ver que todo terminaba bien, se desmayó en los brazos de la persona que lo transportaba, el guardabosques de Hogwarts y, más adelante, una de las personas en las que más confiaría su hijo.
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- Si no puedes hacer algo, hay que confiar en los demás – le dijo a Remus e inmediatamente, la estancia se deshizo frente a los aturdidos ojos del adulto... al abrirlos se encontró en medio del ya conocido desierto – No hay nada imposible – y mientras decía esto, unas pequeñas gotas de agua empezaron a caer el cielo.
Remus cogio una entre las manos y, al acercársela a los ojos, comprobó que no se trataba de lluvia normal, no, no era agua sino nieve, una nieve blanca y pura como nunca había visto. Cuando se dio cuenta de este hecho, al volver la vista para preguntarle a su acompañante por ese fenómeno, ya no estaba en el desierto... estaba cerca de la pista de quiddcth y alguien caía desde el cielo, en un vuelo descontrolado.
Corrió lo mas rápido que pudo y logró llegar a tiempo para salvarle... él estaba allí para protegerle, esa era su misión y nunca más le abandonaría.
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Suspiró de nuevo, mirando el invernal paisaje. Algo le decía que tenia que confiar en los demás, que por mucho que se empeñase en demostrar que podía hacer las cosas por sí mismo, siempre era mejor tener alguien al lado, alentándote y animándote, saber que, pasase lo que pasase, estaría a tu lado siempre: eso era lo que significaba la amistad incondicional, dar sin esperar nada a cambio...
Y ahora, cuando recordaba muchos de los acontecimientos que había vivido, se daba cuenta de que su vida, una vida condenada a la soledad (por ser lo que era), se había vuelto llena de seres queridos y que, por causas del destino, muchos de ellos ya habían desaparecidos, pero otros habían tomado su lugar... desgraciadamente de los primeros, de los verdaderos, a los que le unía un lazo irrompible... de esos ya no quedaba ninguno...
El aspecto del cielo le recordó, una vez mas, que pronto seria luna llena y, con ella, vendría una dolorosa transformación, algo que, pese al tiempo que había permanecido fuera (en ese lugar tan extraño parecía que todo era igual de extraño, los dias y las noches sucedian, a veces, rápido y a veces lentos, sin lunas, pero tampoco sin sol, sólo una luz uniforme, recordó Remus) todavía rememoraba y, por lo tanto, tendria que estar preparado. Asi pues, tomando en sus manos el vaso que contenia la pocion matalobos, dio la espalda al nevado pasisaje y se dirigió hacia su cama y al descanso que le esperaba antes de aquello.
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Una mancha negra sobrevolaba lentamente el cielo despejado en busca de una persona, era, en efecto, una lechuza mensajera, animal que utilizan los magos para mandar y recibir el correo. En este caso, la negra lechuza se encontraba un poco desorientada, puesto que, aunque su instinto le decia que llevase el pergamino que se encontraba en sus patas a una direccion, otra fuerza en su interior le indicaba que no, que tenia que ir a otro lugar. No sabia que tenia que hacer, nunca antes se había encontrado en esa situación... nunca, antes de conocer a esa mujer tan extraña, extravagante y amable con ella, cuando, desde su mas tierna infancia, había sufrido la ignorancia y el desprecio de sus dueños, pero ella, ella era simpática, le apreciaba y cada vez que la veia (aunque sólo hubiera sido un par de veces) la colmaba de atenciones y de caricias... Lo decidio, esta vez iba a ir con la desconocida.
Dio una vuelta en el aire, alejandose de ese modo de la casa que tenia ya a la vista, lugar que hacia que un estremecimiento le recorriese de arriba abajo cada vez que tenia que entregar una carta en ese lugar... ahora se dirigía en direccion contraria.
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Unos minutos despues, el bullicio de la civilización envolvia a la negra lechuza, estaba en medio de una gran y ruidosa ciudad. Vislumbro un viejo edificio, a pesar de su aspecto (muchas veces los viandantes que pasaban frente a él se preguntaban como no lo derruían y construían modernos apartamentos como los que predominaban a su alrededor) albergaba uno de los mas importantes edificios del mundo mágico (algo que ignoraban los que posaban sus miradas sin ver mas allá del polvoriento escaparate... en definitiva, muggles, es decir, personas no mágicas, no pertenecientes al mundo de los magos)
Volvió a dar una vuelta completa al lugar, su instinto le decía que allí se encontraba la persona que estaba buscando, la podía sentir, pero no veía el lugar debido a los humos y la niebla que cubrian el centro de la ciudad. Enfocó de nuevo su vista a lo que parecía un claro entre las nubes, a la altura a la que volaba (muchos metros por encima de la tierra y los suficiente para no distinguir algo en el suelo, pero claro, ella era una lechuza y por lo que ya se sabe, esta especie de animales tienen un sentido de la visión muy desarrollado y consiguen distinguir incluso a un ratón a varios cientos de metros sobre el suelo) le había parecido ver algo entre la contaminacion, un pedazo, casi insignificante, de un cabello rosa ¡Ahí estaba!.
Dio un giro completo hasta descender un par de metros, si, al fin la había encontrado, a la mujer simpatica, sólo esperaba que tuviera un par de chucherias lechuciles en los bolsillos ya que el vuelo la había dejado totalmente exhausta.
Rápidamente se impulsó con sus alas hacia el hueco que encontró entre las nieblas, el humo y los altos edificios. Al cruzar a tanta velocidad el cielo, no pudo contemplar como un par de extraños individuos, con muy malas intenciones, se dirigían velozmente hacia la mujer, que en esos momentos estaba de espaldas a ellos, tras haber salido de la nada (¿Cómo y de donde? Se hubiera preguntado el animal si hubiese tenido un par de segundos mas para observar la escena mas detenidamente)
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- Siempre lo mismo... que no se enteran que me valgo por mi misma – bufó, por enesima vez, Nymphadora Tonks, mas conocida por su apellido que por su nombre (mas que nada, que si alguien la llamaba por esa palabra... lo ignoraba totalmente) acababa de salir del Hospital San Mungo para Enfermedades y Lesiones Mágicas. Llevaba uno de sus brazos en cabestrillo, parte de su cabeza le dolia bastante, pero antes de ponerse en manos de uno de esos locos que llevaban batas y que, se suponía, curaban a los enfermos (mejor conocidos como medimagos, pero ella, claro, no era muy amiga de ellos desde un incidente que le ocurrió a muy tierna edad y del que no guardaba muy buen recuerdo del hospital y del medimago que la atendió) que deambulaban frenéticos por el edificio, preferia arriesgarse a curarse ella misma (con extremo riesgo de fallar, por sus resultados en los examenes de esa especialidad) y así se lo había hecho saber a todo el hospital.
En esos instantes acababa de salir de visitar a Moody, todavía convaleciente del ultimo ataque y que ella, valientemente (se asombraba todavía de lo que había hecho), llevara al hospital y avisara al maximo mandatario de la orden del fenix. OjoLoco continuaba en observación, en una de las solitarias y blancas habitaciones que ella tanto odiaba, prefería mil veces los colores chillones a no ver nada de colorido, por eso llevaba el pelo como lo llevaba (para disgustos de sus compañeros de equipo y demás personas que la conocían y no apreciaban esa muestra de originalidad)
- Necesita descanso – imitó, ironicamente la voz del medimago que se había atervido a aconsejarle – ¡Y un... escreguto de cola venenosa! Lo que necesito yo es... - no pudo terminar la frase, pues dos masas gigantescas se abalanzaron sobre ella, pero... mas les hubiera valido no haber hecho eso, como pudieron comprobar segundos despues: un codazo en la cara de uno (con la mano que tenia sana) y un rodillazo en "ciertas" partes del otro (que a partir de entonces ya no volvio a ser el mismo... ni su voz tampoco)
Sin darles triempo de reaccionar, los mismos golpes fueron dados, cambiando a los que los recibían y el objeto que uno de ellos portaba en la mano, una reluciente navaja, aunque nada intimidatoria como pudieron comprobar contra esa, en apariencia, indefensa mujer, voló por los aires y rozó algo que se dirigía veloz y exactamente hacia esa localización.
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Con un rápido gesto, logro atrapar a uno de los dos atacantes, arrinconándolo contra la pared, mientras el otro corría, como alma que lleva el diablo, escapándose del lugar, aunque cojeaba un poco (debido a otros golpes propinados por ella – si, al principio se veía una victima muy débil, pero como comprobaron, eso era sólo la apariencia... después de tantos años de delincuencia quien hubiera dicho que les vencerían a ambos una jovenzuela con el pelo rosa chillón – y a que cierta parte de su anatomía le producía que viese estrellitas alrededor de su cabeza)
- A ver... ¿Qué eres exactamente tu? – con el brazo sano apoyado en el cuello de agresor-convertido-en-agredido Tonks le empezaba a interrogar – ¿Un mortifago? Lo dudo... ellos son mas duros en las peleas...
- ¿Qué... que es un... morfi...? ha di...dicho?
- Mortifago, un siervo de quien-no-debe-ser-nombrado. No, imposible – sin relajar la vigilancia, empezó a escudriñar el atuendo que portaba el arrinconado – Uhm... cadenas, pinchos, y... ah, pero ¿que hay por aquí? Una linda navaja – concluyo al verla clavada verticalmente unos metros mas allá de donde se encontraban – Ya se lo que eres – una bombilla se iluminó en su mente – Eres un delincuente muggle, ¿me equivoco?
- Er... bueno... e pda dcir.
- Habla un poco mas claro, no te logro entender ¿Qué? – un tono azulado empezaba a aparecer por su cara, mientras el delincuente se señalaba una y otra vez a si mismo – Ah, ya comprendo, pero que despistada soy – desaflojó un poco, pero muy poco, su agarre - ¿Y bien?
- Se...se podría decir que... si.
- ¿Qué si qué?
- Soy un atracador, ¿de acuerdo?... Y uno de... los más peligrosos de la última década... incluso me apodan...
- Ya veo, ya – una mirada divertida surgió en la cara de la joven auror – pero, no me ha parecido nada difícil vencerte – volvió a apretar un poco el brazo sano contra el pecho del hombre – Aunque ¿sabes...? me has pillado en buen momento para ti, si llega a ser la mano derecha la sana, no se si hubieras vivido para contarlo... para tu información, soy diestra, aunque no se si lo entiendes, mejor así... – cada vez la cara del delincuente común se volvía mas perpleja, no sabia que podía significar el que tuviera una u otra mano en buenas condiciones y su salud, mientras, Tonks seguía divagando - ... porque los muggles sois así de impulsivos, no sabéis si el que tenéis enfrente es como vosotros o no y, además, una no estudio la carrera de auror para que le puedan vencer un simple par de simples muggles que se dedican a atemorizar a sus congéneres y... ¡Ay! – la lechuza, que acababa de llegar, aterrizó justo en su cabeza, haciendo que el agarre con el que sujetaba al hombre se deshiciera, permitiéndole a este salir corriendo por el mismo camino (y mas o menos en el mismo estado) que su compañero hiciera unos minutos atrás.
- Vaya, ahora que lo iba a llevar a la "cosimaria", pero bueno, otra vez será – con su mano sana logró desenredar a la lechuza de su pelo, tenia una fea herida en una de sus alas, producida por la navaja que había volado en ese lugar un rato antes, pero aparte de eso, nada mas que pudiera hacer temer por su salud – Ah, pero si eres tú, me alegra verte de nuevo "Hermes" – saludo a la lechuza con el nombre que le había dado, porque no sabia su verdadero (como todos saben, por muy mágico que sea el mundo de los magos, los animales todavía no podían hablar con los humanos) - ¿Qué llevas ahí? – observó el pergamino que portaba - ¿Ya? ¿Tan pronto? – exclamó al reconocer lo que significaba eso. Con cuidado, desprendió el pergamino de la pata de la lechuza (que se puso lo más rígida que podía – a pesar de su herida – para facilitar la tarea a esa humana tan simpática y tan amable con ella). Como se sabe, sólo el legitimo destinatario puede realizar esta tarea, si no, las lechuzas tienen que impedirlo por todos los medios posibles, pero, en este caso, no se daba ninguno de los dos casos: ni era el dueño de la carta, ni el animal lo impedía... ya que la joven auror se haba ganado rápidamente la confianza de la lechuza y esta, interiormente, sentía que hacia mas bien llevándole la correspondencia a ella, en vez de a aquel hombre que tan mal se portaba, ni una recompensa le había dado todavía, ni un gesto de cariño en todos esos años que llevaba con ella...
- Si, muy bien, así bonita – con cuidado para no hacerle daño, Tonks acariciaba la pequeña cabeza de la lechuza, no soportaba ver a los animales tristes (igual que no soportaba ver algo sin color) y esa lechuza parecía no haber tenido una vida lo que digamos feliz. "Hermes" ululó de felicidad, si, había hecho muy bien en ir a buscar a esa tan simpática chica, y mas cuando le acariciaba de esa forma y le daba una golosina cuando la depositó en el suelo (no se había equivocado, tenia un par de chucheria lechuciles en los bolsillos de esa rara ropa) – Es un asunto bastante urgente – al observar el cielo se dio cuenta de que era bastante tarde, el sol hacia tiempo que se había ocultado... aunque en esos días no se podía distinguir muy bien cuando era de día y de noche – Uhm... Veamos si Dumbledore esta levantado a esta hora... - de uno de los pliegues de su túnica sacó una pequeña pluma, tan pequeña que hubiera pasado inadvertida para todo aquel que no supiera que estuviera allí (y tampoco supiera como era o donde tenia, exactamente, que buscar... apenas un par de centímetros medía), era de un color mezcla de amarillo y rojo, cambiando de uno a otro y pasando por todas las tonalidades de ellos... efectivamente, era una pluma de fénix, y el mecanismo con el que llamaban los miembros de la orden a Fawkes, el fénix del director, el cual se encargaba de contactar con éste y señalarle donde se encontraban (si era en peligro, o en otras circunstancias)
Unos segundos después, la pluma se volvió roja totalmente, indicándole a la portadora que su mensaje había sido recibido, lo único que quedaba ahora era esperar...
Cansada por la pelea, se sentó en el suelo, junto a la lechuza que comía felizmente mientras ella, preocupada, reflexionaba sobre el mensaje que tenía en sus manos. Habían podido evitar un peligro, pero ¿podrían evitar éste sin que Voldemort se diese cuenta?
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Colores.
Colores que giraban a su alrededor.
Pequeñas esferas que chocaban y se mezclaban, produciendo estallidos a su alrededor.
Y, de pronto,... el calor, el frío...el silencio
Se vio sumido en un lugar sin sonido, sin ruidos, sin nada...
Sin color, sin sensaciones... en un vacío absoluto.
Quería salir, pero no veía nada, no oía nada, no veía nada.
Desde el interior de su cuerpo ascendió un calor extremo, ocupando el lugar del frío que le albergaba. Empezaba a sudar... quería salir de ese extraño lugar.
No quería estar solo, quería volver a donde fuera, pero no ahí, ahí no, a otro lugar, no sabia donde, pero quería regresar... regresar... regresar ya.
Una esfera se posó enfrente suyo, al principio de tamaño pequeño, parecida a la esfera que contenía la profecía que viese el curso anterior, pero luego, luego empezó a crecer y crecer, a rodearle con la luz blanquecina que desprendía, hasta que de pronto, con una explosión final, le rodeó un extraño humo verde
Dio un grito... de desesperación, de angustia...
-
- Sh... calma, Harry, ya pasó todo – Remus se inclinó hacia la cama con una poción en las manos para que la tomase inmediatamente, hacia donde estaba el hijo de sus mejores amigos. Estaba con una de sus manos apoyada en la frente de este y los ojos mirando de reojo, preocupados, la conversación que se desarrollaba entre varias personas unos metros mas adelante.
Aliviado de que sólo hubiera sido una pesadilla, una tremenda y angustiosa pesadilla, pero, al fin y al cabo, nada real, Harry respiró tranquilo y no fue hasta unos segundos mas tarde cuando se dio cuenta de lo que ocurría a su alrededor.
- ¿Qué está pasando? – sus ojos fueron hacia el mismo lugar que observaba Remus, allí se encontraban discutiendo el director, la enfermera, Tonks y el profesor Snape.
- Hemos interceptado un mensaje de quien-no-debe-ser-nombrado y... - ya no pudo escuchar mas, el sonido de la voz fue disminuyendo poco a poco, pero Remus seguía hablando pues veía como sus labios seguían moviéndose.
Era una sensación extraña ya que el resto del mundo continuaba, pero no podía escuchar ni una sola palabra, ni un solo ruido de lo que pasaba... ¿Qué era lo que le estaba ocurriendo? Cansado, volvió a tumbarse en la cama, estaba harto de que siempre pasase unas cosas u otras, ¿Por qué no podía su vida ser tranquila? ¿Por qué tenia que sufrir continuamente ataques, atentados contra su vida, enfermedades...? ¿Por qué era él quien era? Y, lo más importante ¿Por qué su vida pendía de una profecía? ¿por que para tener que vivir tenia que matar, como le habían pronosticado antes de que naciese?...
Con estos pensamientos, volvió a dormirse, pero esta vez sin sueños que le atormentasen la mente, pues, al fin, la poción suministrada unos minutos atrás hacia efecto sobre el nervioso paciente.
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- No podemos... por mucho que insista esta... aprendiza de auror – el maestro de pociones, Severus Snape, miró con un poco de desprecio a la joven que tenía al lado. Esta se encontraba impaciente por actuar y desmantelar ya la conspiración que había descubierto, aunque de momento le tocase aguantar los sermones de la enfermera del colegio, que refunfuñaba una y otra vez al ver las heridas y atenderla.
- Se puede. Ye aseguro que podemos... ay, cuidado con el brazo – Tonks se volvió hacia la enfermera, que ya le estaba aplicándole un ungüento frío en la heridas superficiales, el ultimo de los cuidados que necesitaba.
- No te quejes. Es por...
- Ya lo se, es por mi bien, pero... - se volvió hacia el director y jefe de la orden del fénix, el cual había ido a buscarla inmediatamente encima de un thesthal al hospital – Pero... no creo que debamos permitirle seguir con ello.
- No hay otra solución – contestó este gravemente, había mucho en juego – Ya sabemos que los dos están en peligro y... uno de los dos esta en su punto de mira... lo atrapara finalmente
- ¡No!, no lo permitiré – Tonks se volvió hacia la cama donde descansaba Harry y vio que alguien mas seguía la conversación que mantenían, él podría ayudarla a entrar en razón a los dos profesores – No podemos permitir que el-que-no-debe-ser-nombrado obtenga ese poder...
- Es muy peligroso tenerlos a ambos en el colegio – el profesor Snape respondió secamente – Nos arriesgamos a estar continuamente defendiendo y luchando, como lo sucedido en Halloween. Hay que separarlos y cuanto antes...
- ¿Y no sospechara?
- Ya lo hemos pensado. Habrá que estar atentos estos últimos meses y luego... - el director dio una ligera mirada hacia la única cama ocupada en esos instantes – ya se pensara que hacer. Lo que no podemos es continuar teniendo a ambos en el colegio, es muy peligroso para el resto del alumnado.
Un silencio siguió a lo dicho por el director. Este, viendo que podía hablar más de la cuenta (y teniendo todavía cosas que no podía revelar por ser asuntos que atañían a personas presentes), decidió que lo mejor era irse a su despacho y continuar allí meditando en paz y tranquilidad.
También la enfermera, al terminar su labor, prefirió retirarse, dejando a los dos miembros de la orden solos, en el rincón donde hasta entonces había estado desarrollándose aquella extraña reunión.
Tonks, todavía con el mensaje en la mano, y la lechuza herida en la otra, no podía entender como no se tomaban medidas mas fuertes en cuanto a ese tema se trataba: si Hogwarts era el lugar mas seguro (o se suponía eso), ¿Por qué decidían que uno de los mas codiciados objetivos de Voldemort no siguiera allí, a salvo entre esas paredes? No lo comprendía y así se lo hizo saber a su improvisado acompañante.
- Pero, ¿no es injusto para quien le toque?
- Joven, en la vida no hay nada justo – dijo el profesor de pociones antes de irse de la enfermería, dejando a la aurora todavía en la perplejidad.
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En otro lugar del colegio, bastante alejado de donde se había desarrollado la reunión anterior, se empezaba otra bien distinta.
- Fred – el hacia la pregunta se hizo notar dando un codazo al aludido - ¿has entendido algo de lo que han dicho?
- No – contestó este mientras se quitaba de sus oídos un pequeño aparato, como un audífono: eran las orejas extensibles mejoradas, que no necesitan cables para poder oír las conversaciones de los demás - ¿Hermione?
- Tampoco – respondió esta quitándose a su vez su par de "escuchadores"
El último de los que se encontraban en la habitación de los gemelos, es decir Ron, también hizo un ligero gesto de que no había entendido ni una palabra de lo escuchado.
- ¿Qué creen que puede ser?
- No se, pero tiene que ver igualmente con Harry. Por el modo en que se hablaban, y al estar este en la enfermería, casi os puedo asegurar al cien por cien que él es una de las personas de las que hablaban – dedujo la única mujer del grupo, a la vez que se sentaba en una de las camas de los gemelos.
- Si, ¿pero quien puede ser la otra persona? No hay nadie que conozcamos que tenga mucho poder mágico – dijo Fred, o quizás George, pues esta vez era de las únicas que no podían decir con certeza de quien de los dos se trataba (ni tan siquiera su hermano menor podía decirlo con seguridad)
- Y que este estudiando en Hogwarts – terminó de decir el otro gemelo.
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Una sombra invisible corría por los pasillos de una oscura y siniestra casa, después de todo lo que había visto y oído, no tenia ninguna duda de que algo terrible se avecinaba, no sabia todavía el qué, pero lo ocurrido hasta ese momento no se parecía en lo mas mínimo a lo sucedido hasta ese momento, era diez, no, cien veces mas terrible de lo que podía esperar. Tenia que dar aviso y pronto, para que se empezasen a preparar contra lo que se avecinaba.
Agarrando fuertemente la capa invisible que le ocultaba de la vista de los mortifagos que, en esa hora de la noche empezaban a pulular por los pasillos de ese lugar, su cuartel general, el joven auror intentaba llegar a la salida. Llevaba mas de tres meses infiltrado allí, no era agradable ver a los prisioneros gritando desesperados y no poder hacer nada, pero tenia que ceñirse a lo mandado, así que, sin muchos ánimos, pasaba por los calabozos para enterarse de los planes de los mortifagos y seguir escuchando los gritos de auxilio de los secuestrados.
Lo único que le daba fuerzas para seguir era la confianza que habían depositado en él, puesto que al haber sido una de las ultimas incorporaciones de la orden del fénix (y por lo tanto, no ser conocido por los servidores de Voldemort) podía estar en las filas del Innombrable como servidor y espiar para desentrañar los planes que se gestaban y poder actuar antes de que pudiesen hacer algo grave.
Todavía recordaba el día en que le propusieron esa misión: no era fácil ni sencilla le advirtió la otra persona que, como él, actuaba de espía para la Orden del Fénix, y llevaba varios años con ello ya.
"Tendrás que renunciar a tus sentimientos y actuar con frialdad" le había advertido con seriedad Severus Snape "Tendrás que olvidar todo contacto que tuvieras antes: amigos, familia... todo, ya no podrás contactar con nadie mas. Olvida a todos los que te conocieron alguna vez, ya no volverás a ser, nunca mas, el mismo"
Cuanta razón tenían aquellas palabras, pues desde el primer día en que le impusieron la marca tenebrosa (como parte de su entrenamiento y para "demostrar" su aceptación a los mortifagos) ya no volvió a ser el mismo, había cambiado a un ser mas oscuro, mas desesperanzado con la vida. Pero debía continuar, día a día, con su misión de espía, fingiendo algo que no era, demostrando actos de violencia que, ni en sus más terribles pesadillas había imaginado realizar...
Jonathan, el joven auror, se recostó sobre la pared, abrumado por sus pensamientos, cuan de terrible era todo aquello, toda la carga que tenia que soportar su mente. No podía imaginar como Snape llevaba... ¿Cuánto? ¿quince? ¿dieciséis? ¿diecisiete años? espiando al Innombrable si él, llevando tres meses, ya se sentía abrumadísimo por todo lo que sucedía a su alrededor y no sabia como no caer en la oscuridad que se abalanzaba encima suyo.
Oyó pasos que se acercaban, inmediatamente se cerciono de que ningún rastro de él quedara al descubierto, era todavía, a ojos de los ocupantes de la casa, un recién ascendido mortifago y esos lugares (las mazmorras) no eran sitios permitidos para ellos todavía.
Mientras veía como pasaba la figura vestida de negro casi a unos pocos metros de él, continuo dándole vueltas a la cabeza, intentando averiguar el motivo por el que Snape se había convertido, de un día a otro, en espía para la orden, porque él tenia el suyo: los mortifagos mataron a sus padres y a varios amigos suyos en un ataque ocurrido a principios de verano; entonces, ¿Cuál seria el motivo de su compañero espía?
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La semana empezó con bastante alegría en la casa Gryffindor: todavía duraba la felicidad por haber ganado el primer partido de la temporada de quidditch. Todo el mundo estaba alegre y eso se respiraba en el ambiente, y alguna que otra vez, la risa aparecía en la sala común, distendiendo algo la atmósfera de estudio que empezaba a producirse por tener los exámenes tan cerca. La razón era bien sencilla, pues el día anterior, "alguien" (aunque se podía deducir inmediatamente quien, mejor dicho, quienes habían sido los culpables) se había encargado de dejar unas galletas, de forma mas que apetitosa, encima de una de las mesas de la sala común, aprovechando la fiesta que se monto por la noche y al día siguiente de ganar el partido, y siempre había algún despistado que cogia una (y seguidamente se la comía).
En cuanto esto sucedía, todos los presentes (y que ya conocían el efecto de aquel alimento) se quedaban observando para ver el efecto producido (que era distinto según que personas), de momento se había visto (mientras duraba el efecto, que era sobre unos cinco minutos): a un muchacho de primer año convertido en un gato (parecido a la señora Norris para desgracia suya); a uno de tercero convertido en un ratón (durante el escaso minuto que estos dos coincidieron, se montó un jaleo tremendo en la sala, solucionado en cuanto hizo presencia uno de los prefectos que logro separarlos hasta que se termino el hechizo para uno de los dos); uno de segundo fue un lindo gavilán; dos de segundo fueron una pareja de lechuzas pardas... y varios animales mas pulularon por la sala durante ese fin de semana. Pocos quedaban que no supieran el efecto producido por aquellas galletas, entre ellos se encontraba Harry, que esa mañana había, por fin, salido de la enfermería (por su seguridad, y muy a regañadientes suyo, se había tenido que quedar un día mas, perdiéndose la celebración de San Valentín y la fiesta por la victoria del equipo de quiddicth) y que en esos momento se hallaba entrando en su sala común para coger los libros y pasar toda la mañana de clases.
- Ya se ve que lo pasaron bien ayer – exclamó este al ver el estado en el que había quedado el lugar – Dobby y compañía van a tener mucho trabajo.
- Y eso que no lo viste anoche – respondió somnolientamente Ron, que era quien le acompañaba – Hermione y yo estuvimos recogiendo bastante, según ella para no dejarle tanta suciedad a los elfos domésticos. No se porqué se empeña tanto en la PEDDO, ellos son felices así, no hay porqué marearles con salarios, días de fiesta, libertad...
- Pero son seres vivos, tienen derecho a no ser esclavos, a trabajar como prefieran, a poder elegir lo que quieran... - respondió una voz desde el sofá, e inmediatamente se levantó Hermione de allí.
- No se porqué pero no me extraño, sabia que estarías esperando – dijo Ron en tono divertido y vio como esta se abrazaba a Harry al verlo aparecer detrás de él.
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- Veo que todavía hay dudas en tu decisión – dijo el actual profesor de defensa contra las artes oscuras mientras releía una y otra vez los pasajes señalados de varios libros que se amontonaban encima de la mesa del director y que este le pasaba cuando pensaba haber encontrado algo. Entre los dos estaban buscando una solución, pero esta parecía fuera de su alcance pues o no encontraban datos fiables o, los pocos que hallaban, eran incompletos.
Albus Dumbledore levantó la vista del pergamino en el que estaba enfrascado y, con la mirada cansada que parecía haberse instalado en él desde el final del curso pasado, asintió en silencio.
Desde que había descubierto el terrible peligro que sobrellevaba tenerlos a ambos en el colegio, no había día en que no pensase como resolver el dilema (aparte de lo que estaban investigando por su cuenta en los libros que tenia en su despacho), y la única solución que se le había ocurrido había sido separarlos. No sabía si estaba haciendo lo correcto, pero no había otra alternativa: los dos juntos eran un gran peligro para los demás estudiantes... Si hubiera otra solución... pero no sabia que más podía hacer.
- Quisiera que ambos se quedasen en el colegio, pero no se que otra alternativa nos queda – concluyó el director melancólicamente. Nunca se había dado el caso de que un estudiante dejase el colegio a final de curso para continuar en otra escuela, esta seria la primera vez que se hiciese en Hogwarts y tenían que pensar algo para que no resultase extraño a ojos de los mismos estudiantes y del exterior.
- No se, todo esto es complicado. Ya no son las cosas como la última vez que estuve aquí – respondió el profesor, como comprendiendo lo que decía y pensaba su acompañante.
- Los tiempos han cambiado, amigo mío – dijo Dumbledore antes de volver a la búsqueda que parecía infructuosa hasta el momento.
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Después de dos horas de Historia de la Magia con el profesor Binns, que mas que despertarles aquella mañana de lunes les había valido para estar mas dormidos, los estudiantes de sexto año se encaminaron hacia la siguiente clase que tenían: Trasformaciones.
Por el camino, muchos de ellos comentaban el buen fin de semana que habían tenido y las ganas de repetir una nueva victoria de su equipo de quidditch, que, esperaban, fuera en el próximo partido, allá por el mes de abril, después de las vacaciones de Pascua. Además, alguno de ellos seguía felicitando a sus compañeros de curso que habían participado en la victoria. Harry ya estaba acostumbrado a que le felicitasen por las victorias, no por algo era ya el sexto año que estaba en el equipo, pero Ron todavía no se había acostumbrado a que le felicitasen por algo que hacia él, aun seguía dentro de él un poco de sentimiento de inferioridad al verse poca cosa en comparación con sus hermanos mayores (pero, también, todo hay que decirlo, este sentimiento iba remitiendo poco a poco)
De esta forma llegó el grupo completo a la puerta del aula, donde tendrían, de nuevo, una clase teórica de Transformación Humana, poco a poco iban adentrándose en los misterios que contenía esta atractiva área de las trasformaciones, y todos los estudiantes de sexto curso (de todas las casas) aguardaban impacientes a las lecciones prácticas, que no dudaban que estaban cerca, pues la profesora les había abrumado con tantos datos y tantas clases de teoría que todo el mundo ya sabia que riesgos conllevaba cambiar una consonante o una vocal de sitio, que peligros acarreaban la correcta o incorrecta posición de la varita, hasta, incluso, la respiración se tenia en cuenta. Aparte, todo había que decirlo, se acordaban de que en una prueba del Torneo de los Tres Magos (que rápido habían pasado ya dos años de aquello) Víctor Krum se había medio transformado en un tiburón, y eso que sólo iba a séptimo curso, todavía les quedaba a ellos varios meses y un curso por delante para aprender todos los misterios y secretos de la materia.
- ¿Será hoy? Han pasado las dos semanas que dijo la profesora McGonagall – comento Dean Thomas al resto de sus compañeros al entrar al aula – A mi ya me apetece transformar alguna parte de mi cuerpo y... no se... ¿Qué tal me vería con alas de pájaro? ¿O como un gato, igual que la profesora McGonagall?– dijo, haciendo también un ademán de intentar saltar a través de las mesas... consiguiendo la caída sucesiva de varias de ellas.
Las risas que provocó tal gesto se vieron acalladas súbitamente por la aparición de la profesora de Trasformaciones, que entraba en esos instantes. Se veía algo disgustada por algo, pero no mostró signos aparentes de lo que podía haber causado tal enfado.
- Bien, ya que tanto le apetece exhibirse, señor Thomas, venga aquí – señaló un lateral de la pizarra – Servirá como voluntario para las demostraciones practicas que vamos a tener a lo largo de la semana.
Con una gran sonrisa, el obligado voluntario fue al lugar designado, poco sabia él del cansancio que provoca las trasformaciones a una persona que nunca antes había practicado (aunque fueran mínimas y solo afectasen a una muy breve parte de su cuerpo como eran las manos y los dedos de ellas)
Fueron las horas de trasformaciones en las que mas atención pusieron los estudiantes, no se oía ni una mosca volar mientras la profesora efectuaba los movimientos requeridos, decía el hechizo y obligaba a Dean a mostrar los resultados.
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Mas tarde, cuando se terminó las clases, todos ellos estaban deseosos de que pasasen las horas rápido y que fuera ya el día siguiente, para aprender mas como debían hacer los ejercicios básicos de transformación humana. Bueno, casi todos estaba contentos, pues había una persona que se encontraba apoyada en los hombros de dos de ellos, puesto que no se podía sostener en pie debido al cansancio que tenia su cuerpo, la clase, para él, había sido una tortura terrible y esperaba que, al día siguiente, a la profesora ya se le hubiese pasado el enfado y no lo sacase de nuevo para realizar las pruebas. Dean, medio inconsciente, pensó también en que nunca mas volvería a hacer nada para hacer enfadar a su jefa de casa.
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- ¿Te encuentras bien? Te noto algo raro – por décima sexta vez le preguntaron a Dean en la mesa esa mañana y por décima sexta vez, él les contestó lo mismo.
- Estoy bien, gracias – fue lo que dijo antes de atacar la comida expuesta encima de la mesa, cocinada por los elfos domésticos que existían en la escuela.
Cada vez que algún grupo nuevo de Gryffindor iba llegando, siempre había alguien que preguntase sobre el extraño aspecto que ofrecía este compañero: las manos las tenía medio azules y la cara un poco amarillenta (justo los mismos sitios donde la profesora de Transformaciones había hecho las demostraciones esa mañana de miércoles. El lunes y el martes habían ido bastante bien, pero ese día, Dean se había movido cuando no debía y eso no es, digamos, muy conveniente cuando te están destransformando).
Y por décima sexta vez en la mañana, los compañeros que estaban sentados a sus laterales, es decir Neville y Harry (y todos los demás de alrededor), se mordían fuertemente la lengua para no contar lo sucedido en la clase anterior a la comida, puesto que era tan abochornante para el protagonista que les había amenazado con lanzarles (a toda la clase en general también, pues todos habían visto la fallida transformación) una maldición eterna si algún día contaban el aspecto que había obtenido (por obra y gracia de la profesora) en una de las demostraciones de prueba.
- Oye, Dean, que tampoco has quedado tan mal, la profesora McGonagall ha dicho que en un par de horas desaparece todo efecto secundario – le comentó Seamus desde enfrente de la mesa.
- Si, ya me acuerdo – dijo Dean, revolviendo un poco la crema de granadina que se había servido, y que, súbitamente, ya no le apetecía – Pero intenta soportar dos horas mas con mas aspecto de pitufo mareado que de ser humano. Ya me dirás que tal te sienta.
- Vale, vale, ya capto la idea. Eh, por cierto; Harry – el mencionado estaba hablando con una muchacha de primer curso, que toda colorada, le estaba pidiendo un favor - ¿Contra quien es el próximo partido de quiddtch?
- No se. Voy a mirar... Dean, ¿seguro que te encuentras bien? – Harry dejó la hoja que estaba consultando, e inmediatamente cogío a su compañero que se había medio desvanecido encima de su plato.
- Er... si... me... enc.... – intentó replicar este mientras se limpiaba con una servilleta restos de comida de su pelo, pero una arcada pudo mas que sus palabras. No llegó a vaciar su estomago, pero el color amarillo que había tenido en la cara, se acentuaba por momentos.
- Creo que será mejor que lo llevemos a la enfermería. Neville, ¿me puedes ayudar? – dijo Harry mientras se pasaba uno de los brazos del, ahora ya declarado, enfermo por encima de sus hombros. Este hizo lo mismo en el otro lado – Seamus, encárgate de decirle a Ron y a Hermione donde vamos. Somos dos, así que no creo que haya ningún problema.
- No te preocupes, en cuanto vuelvan de la reunión de prefectos se lo digo.
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El trío llegó rápido al pasillo de la enfermería, considerando que uno de ellos estaba un poco enfermo y que, cada dos por tres, se tenían que parar en un baño para vaciar su estomago (bueno, lo poco que quedaba de él, puesto que después de las dos primeras veces, no quedaba ya mucho en su estomago)
- NO, NO Y NO – una voz se oía gritar desde el interior de un aula, y fue por esto que los recién llegados no interrumpieron lo que parecía una pelea o una reprimenda a alguien y se quedaron a escuchar – No lo permitiré... - lo siguiente no lo llegaron a escuchar, pero era alguien que hablaba mas bajo y sin perder el control, no como la primera voz, y que intentaba calmar a esta – NO. Tiene que existir otra solución.... Pero, ¿Por qué? ¿Tan difícil es?.... – un bufido se escucho, después de que la otra persona le respondiese – Si, ya, una profecía, pero ya sabes que yo no creo en eso. Es mas, considero que todo es una farsa, nadie sabe lo que va a pasar en el futuro y nadie lo sabrá jamás.
- Uhmmm... Longbottom, Thomas, Potter... ¿no saben que escuchar detrás de las puertas es una muestra de mala educación? Aunque... - el profesor Snape se hallaba frente a ellos, había surgido de la nada, sin hacer nada de ruido y ahora estaba mirándoles con reprobación – no me extraña de usted – la mirada oscura del hombre se posó en Harry – siempre rompiendo las reglas, como si estas no existieran para usted. Decepcionante. Todo el mundo preocupado por su seguridad y usted tomando a la ligera toda precaución.
- Pe-pero...
- Nada de peros, cincuenta puntos menos a Gryffindor por cada uno de ustedes y... - torció el ceño al escuchar parte de la conversación que se escuchaba a través de la puerta ("Es absurdo que se haga caso a una profecía que diga que para...") – Váyanse a donde tengas que ir... ¡Ya! – no esperaron a escuchar mas de lo que el profesor iba a decirle, pues salieron casi corriendo hacia la puerta de la enfermería, al final de ese pasillo.
Inmediatamente después, el profesor de pociones entró furiosos a la clase y esta se dejó de oír en el exterior, pues aplico un hechizo silenciador nada mas traspasar la puerta, algo que tenían que haber hecho los ocupantes actuales antes de empezar a discutir.
- ¿Que piensan que están haciendo? Se puede oír a leguas lo que están discutiendo. Quiero una explicación, pensaba que era más sensato Lupin. Justo Harry ha estado fuera, como siempre, escuchando detrás de la puerta – en ese momento, Remus pareció perder el color que tenia en su cara.
- ¿Ha... ha oído algo?
- Por fortuna no, pero ambos – miró hacia la otra persona que estaba en la habitación, y que era la dueña de la voz que se escuchaba en el pasillo – mejor dicho, usted, ha estado a punto de desvelar uno de los secretos de la orden. Debería pedir su destitución en la orden, jovencita creo que no merece ni siquiera el cargo de auror.
- Ah, no. Sude sangre para ingresar y sacarme la carrera.
- Pues aprenda a comportarse como es debido, Nymphadora Tonks. Y ahora, váyanse a discutir a otra parte, no quiero que él pueda descubrir nada de esto, ¿me han entendido?
- Severus... Harry...
- No Lupin, no hace falta que le disculpes, es igual que su padre, siempre lo ha sido.
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Al fin llegaron los tres a la enfermería. Neville sujetó fuertemente a Dean (que ya a estas alturas estaba un poco exhausto por la carrera causada por el susto) mientras Harry abría la puerta para entrar.
- ¿Señora Pomfrey? – preguntó al no ver a nadie por ahí, ni siquiera había una cama ocupada o alguien que supiera donde se hallaba la enfermera - ¿Señora Pomfrey? – volvió a preguntar, y de repente, de la puerta que existía en la habitación, emergió la llamada.
Esta, al ver quien era el que requería sus servicios (puesto que se imaginaba que era Harry, todavía no había visto a los otros dos) se dirigió hacia él.
- ¿Qué te ha pasado ahora? ¿Fiebre? – acompaño la palabra poniéndole la mano en la frente - ¿Te sientes mal por algo? – la mano se deslizó hacia el hombro del muchacho, allí donde se había pegado un golpe en el partido con una blugder (eso era lo que decía él, pero la enfermera ya había visto una especie de picadura que no le gustaba nada, aunque esta desapareció al día siguiente) - ¿Otra pelea? – le preguntó esta vez, como echándole la bronca, ya era demasiadas veces las que había pasado ese muchacho por la enfermería en el ultimo año (batiendo todos los records de visitas a la enfermería acumulados en los años de escuela)
- Eh... No, esta vez no soy yo – la enfermera suspiro aliviada – Es Dean Thomas, se siente mal.
- Ah, si, ya veo. Bien, siéntenlo ahí – señaló una de las camillas, y entre los dos, es decir Harry y Neville ayudaron a este a ir al lugar indicado – y esperen fuera, por favor.
Después de un breve vistazo a los síntomas que presentaba el enfermo exteriormente, la señora Pomfrey desapareció, de nuevo, por la puerta por la que había aparecido.
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- Abra la boca – la enfermera depositó una pastilla bajo la lengua de Dean, por el aspecto que este puso cuando cerró la boca, esta no tenia un buen sabor – Bien, unos cinco minutos así y ya estará curado de las náuseas. Y mira que se lo he dicho muchas veces a McGonagall, que puede ser perjudicial aplicar mas de quince hechizos en el intervalo de una hora, pero nunca me ha hecho caso... hasta que ha pasado algo.
- ¿Es grave? – balbuceo como pudo el enfermo.
- No – la señora Pomfrey se aproximó hacia él con varios frascos de medicina – Pero si bastante engorroso. Mira – sacó un frasco que contenía una pomada de color escarlata – esto te lo tiene que poner cada media hora, siempre cada media hora, no se te olvide, pero por si se te olvida, tienes que ponerte – alzó un tarro diferente que contenía una especie de empaste azul negruzco – Y al acostarse, este – deposito en las manos casi saturadas un tercer frasco con un color imposible de decidir a primera vista, como verdoso, pero no se podía tener certeza de ello. – Además – volvió a irse hacia el armario donde guardaba las pociones curativas – cuando se vaya a dormir, todo lo que contiene esta ampolla.
- ¿Ya esta todo? – pregunto incrédulo, pues no creía que un simple caso de sobresaturación de hechizos en el cuerpo pudiera causar tantos quebraderos de cabeza para su curación.
- Si, ya esta. Puede irse con sus compañeros.
- Gracias.
- Ah – Dean ya estaba en la puerta cuando la enfermera recordó algo – Y si ve que la piel se vuelve violeta, no se preocupes, es sólo un efecto secundario de una de las pomadas, nada por lo que preocuparse.
- Ya, nada, seguro – dijo Dean, pero esperaba que no se diesen esos efectos secundarios que decía, pues tener tantos colores en el cuerpo no le gustaba nada de nada (y ser el blanco de las bromas de sus compañeros tampoco)
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- ¿Dónde esta Harry? – Ginny les preguntó nada mas entrar en el comedor, todo el comedor estaba ya lleno de estudiantes que habían terminado sus clases e iban a por el merecido sustento.
- En la enfermería ha ido a llevar a Dean, ¿Por qué? ¿Ha pasado algo grave? – respondió Ron, que, aunque había llegado segundos después, ya le habían puesto al corriente de la situación.
- No, nada, solo quería preguntarle sobre los encantamientos convocadores, a ver si me podía ayudar con la práctica, todavía no los domino del todo bien.
- Ah, hermanita, ahora se llama así "encantamientos convocadores" – en ese momento hacían su aparición Fred y George, este ultimo era quien había hablado, ya que alcanzaron as oír las ultimas palabras que había dicho su hermana y. además, puso un especial énfasis en las dos ultimas palabras.
- Déjenme en paz de una vez. Cuantas veces les tengo que decir que no, que no me interesa Harry como algo mas que un amigo.
- Ya, pero no seria maravilloso tenerlo de ¿Cómo se dice? ¿Yerno? ¿Cuñado? Si, eso, cuñado – dijo Fred para seguir con la broma – Además, le conocemos de toda la vida, no tendremos que amenazarlo ni investigarlo, ni descubrir su pasado oculto...
- Y no se te olvide el ser el blanco de todas las bromas posibles... y nuestro conejillo de indias para experimentar los nuevos productos...
- Fred, George – exclamó la pelirroja enfadada por todo lo que había oído, ¿Cómo se atrevían ellos a hacer eso con cualquiera que se atreviese a tocarle un pelo a ella? Ya era lo suficientemente mayor y adulta (a veces pensaba que de mentalidad, incluso mas que los dos gemelos juntos) para cuidarse por si misma.
- Vale, vale, era broma.
- Si. Nosotros no pensábamos hacer nada de eso a nuestro futuro cuñado. Te lo prometemos – Fred se señaló a él mismo y a su hermano. Ginny, viendo que ahí no le iban a hacer mucho caso, se fue hacia la parte de la mesa de su casa donde se encontraban sus compañeras de curso.
- Siempre y cuando sea Harry – manifestó George en voz baja, y guiñando un ojo a su hermano, una promesa era una promesa, pero su hermana no había terminado de escuchar la última parte de ella.
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- Bien, ahora que ya estamos los cuatro solos – Hermione miró a su alrededor, a pesar de estar en el comedor, se habían apartado y desde donde estaban (a un extremo de la mesa) nadie podía escuchar la conversación que iban a tener – Vamos a poner las ideas en común, ¿de acuerdo? A ver que es lo que están escondiendo los profesores ahora, porque están tan preocupados, ya os hemos contado como ha estado la profesora McGonagall estos últimos días
- Si, parece que todos están enfrascado en algún asunto grave. Binns, en clase parecía que tenia la cabeza en otra parte – dijo Fred, recordando las ultimas horas – Y así es en todas las asignaturas: defensa, transformaciones, pociones, historia, astronomía... incluso el director parece mas preocupado que de costumbre.
- Bien, pues veamos que puede ser – Hermione sacó de su mochila un pergamino y empezó a leer uno por uno los puntos que ahí existían – Numero uno: la profecía. ¿Qué pensáis? Yo creo que el futuro es muy inexacto, no creo que Voldemort crea en ello. Tiene otros planes, la profecía no es... no le da las bases para ganar. En realidad, no dice gran cosa, es lo que intuía la mayoría de las personas. No, no creo que sea eso.
- Pero ya sabes que el año pasado tenia fijación por ella... - comento uno de los gemelos
- Y por eso entró al ministerio si, pero este año ha cambiado, los ataques son muy directos, no creo que le importe mucho saber lo que dice realmente
- Entonces pasamos al numero dos: el departamento de misterios – continuó leyendo Ron - ¿Creéis que seguirá habiendo algo que le interesa de ahí a Voldemort?
- Uhm... ¿un cerebro?, ya que no tiene.
- Nada de bromas, George.
- Vale, vale. Pero es que no se me ocurre nada. Bien, ¿y que me decís de los ataques indiscriminados a muggles? ¿Puede ser eso?
- No, eso no puede ser. Date cuenta que estamos en una guerra, es así exactamente como actúan los que quieren dominar a los demás por medio de la violencia, atacando sin piedad, haciendo que teman a todo y a todos. En la anterior época de terror de Voldemort, hizo lo mismo, los mortifagos elegían a sus victimas entre los muggles para divertirse. Es sólo eso, diversión para ellos – terminó con tristeza la muchacha.
- Creo que nos falta algo – dijo Ron, mirando la lista con detenimiento – No se, pero presiento que se nos escapa algo muy importante y que lo tenemos delante... pero no se lo que es. Es sólo una sensación que tengo, pero pienso que ahí esta la clave para entenderlo todo.
- Eh, Ron, Hermione, nos vamos ya a clase, ¿vienen? – a un par de metros de ellos, Seamus les llamó, el resto de la clase de sexto curso de Gryffindor, ya se dirigían hacia el aula de Herbólogia, en el exterior del colegio. No les tocaba hasta dentro de media hora, pero para llegar hasta el invernadero tenían que traspasar toda la nieve que existía en el exterior.
- Si, ya vamos – Hermione recogió a toda prisa el pergamino, mientras que Ron se encaminaba, pero ano levantar sospechas e iba a donde se encontraban sus compañeros – Nos vemos esta noche, ¿de acuerdo? – murmuró a toda prisa la prefecta para despedirse.
- Vale, mismo sitio y misma hora de siempre – respondió George
- Hasta luego parejita y no se porten mal por el camino – se despidió casi gritando Fred y haciéndole la burla a su hermano pequeño, que todavía no se había ido muy lejos y podía haberle escuchado sin problemas, no había hecho falta que todo el comedor se enterase que se iban del lugar.
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Reviews
badboy666 (contestaciones cap 35) Bueno, esta vez han sido casi tres meses (según la fecha que pone en la historia, la ultima actualizacion fue el dia 08-02-04, es decir, a principios de agosto 0.0 y ahora ya estamos casi en noviembre) Ah, y gracias por poner que me perdonas por el retraso a causa de todo el embrollo que tengo en mi vida (carrera, practicas de trabajo, etc, etc y varios) no sabes que bien sienta que alguien comprenda tu falta de tiempo ;) Sobre la intriga, pues... no se, ya se vera si esta vez te dejo con mas o menos preguntas rondando en la cabeza (poco a poco – pero muy poco a poco – se va desenredando la historia) Remus y Sirius, pues ya viste quienes eran, pero... ¿para que estaban alli?, aaahhh. Veamos, la carta que ha recibido, en este capitulo (numero 37) se puede deducir quien ha sido (si se es atento – guiño-) Espero que te haya gustado, y muchos besos.
Gabriela de Black (contestaciones del cap 35) Muchas gracias por decir que te ha gustado el capitulo, espero que el siguiente tambien haya sido de tu agrado . Y bueno, vaya cuantas afiliaciones tienes, menos mal que te has hecho un listado, porque ni yo me hubiera acordado de todas (por la cantidad que son, jejej) (contestaciones cap 36) Tambien muchas gracias de nuevo por decir que te ha gustado el capitulo. Lo del lago, pues... tuve que leer varia veces los pasajes de los cinco libros para ver si salia algo relevante de los padres (como comenzaron) y como no encontre nada, pues salio esto (ademas, un dia me dio por pensar alguna historia sobre los años de estos en Hogwats – cosa que tengo ya algo del borrador- y salio esta escena (directamente y casi sin cambios desde el principio), y como la escribi y me gusto tanto, pues la meti en esta historia tambien (espero poder comenzar esa algun dia... ya veremos). Ah, y lo que dices de que la historia esta mejorando, sipi, yo tambien me doy cuenta, ya que muchas veces releeo lo del principio y bueno, yo también pienso que esta un poco extraño, pero ya esta escrito y no puedo cambiarlo (pues cambiaria algunas de las cosas que repercutiría en lo demas). Un beso muy grande para ti tambien
Syringen (contestaciones del cap 35) :( Todavía no me terminado de leer tu historia (y eso que he visto que ya esta terminada... enhorabuena), pero no te preocupes, que aunque ya hayas puesto fin, te bombardeare de reviews en cuanto termine de leer todo (lo tengo en un disquette, asi que lo lee mas pronto que si me tuviera que conectar a Internet – guiño -) Lo de saber hacia donde va el fic... puede que si se puda ver en algunas parte, pero en otras... ah, ya lo veras. Veamos, lo del "vigia". Si te refieres a quien estaba en el dormitorio cuando Harry se despertó (hace uno o dos capitulo, ya no me acuerdo), pues sipi, era ella, y con el brazalete de uno de sus hermanos, pero ya se sabra mas en otros sitios sobre esto – de nuevo, un guiño) Bueno, espero que el capi 36 te haya gustado. Muchos besitos a ti tambien. Nos vemos.
Erpandi (contestaciones del cap 35) Sipi, muchos misterios (y los que faltan) pero como digo por ahí, poco a poco se va resolviendo todo (pero muy poco a poco – guiño-) Lo de las practicas, bueno, ahora estoy menos harta de ellas (antes es como dices, no soportaba ponerme al ordenador de nuevo), pero desde que me han "asignado" otra tarea, pues es mas reconfortante y mas agradable para la mente (no como antes, que era estar todo el rato leyendo y leyendo en la pantalla, ahora es mas cosas de aplicación y ya no desgasto la vista como antes) Y ademas, como se ve el resultado, pues mucho mejor (son cosas graficas, no codigo como antes) Un saludito para ti tambien y muchos besos
Harry-Black86 (contestaciones cap 35) Si este te parecia corto... el siguiente era casi mas largo, y no digamos este (el 37), que parece que cada vez se va haciendo mas largoooos e intensos – guiño- La decisión de Sirius, pues ya la habras leido, pero no se si alguien la ha entendido... ya se sabra lo que sucedio y lo que hizo mas adelante. Y Draco... aunque no aparezca muy seguido, cuando lo hace lo hace muy intensamente (y si, creo que le faltaron un par de bofetadas, pero soy muy pacifica y – aunque se lo merecia – no lo hice) Lo del ser invisible, creo que ya se lo he dicho a alguien, pero no es muy complicado de deducir (estas en buen camino al afirmar "quien no es" y tus suposiciones) (contestaciones cap 36) Tambien muchas gracias por tu comentario, la escena del hielo, pues fue una escena que salio, como se dice, de una tirada (la escribi al principio asi y casi no cambie nada después) Lo de la largura, pues si, cada vez son mas largoooooos pero creo que de eso no os quejais mucho, jeje, y este (el capitulo 37) no se queda atrás (aunque parece que las contestaciones, a este paso, van a ser casi un tercio de lo que subo, jejeje) A Harry, pues en este capitulo se sabe ( o no), pero creo que es uno de los que mas cosas hace él (respecto a la aparicion de otras personas). Bueno, no me extiendo mas, solo que espero que te haya gustado y nos vemos espero que pronto (no creo que tarde mas de unas dos semanas en actualizar, no como casi tres meses, buff, pero es que han pasado muchas cosas...pero bueno, ya todo ha pasado y volvemos a la normalidad y rutina) Ciao y muchos besos.
TashaTurner (contestaciones del cap 35) Que bueno verte por aquí (y por Messenger y por los demas sitios, jeje) Si, por estos lares es mas facil leer los capitulos completos (aunque, ya que empece por el otro lado, pues no voy a abandonar el seguir subiendo alli) Creo que ya te respondi algo, pero como no me fio ni un pelo de mi cabeza (y mis pocas neuronas) te vuelvo a responder a todo (i´m sorry si me repito): 1. ¿pareja?, pues a eso no puedo responder. 2. Ginnuy, si, aparece mas, pero porque tiene que aparecer por diversas circunstancias (que nadie espera) 3. el espia, si, creo que habeis acertado muchos 4. Si, ella reconocio a quien estaba en el desierto... pero no era Sirius – guiño- Sobro lo de Christopher Jacques... me entere por diversos medios, y tambien lamento mucho que haya dejado de escribir ff, puede que no pueda con todo (creo que iba por 1 o 2 de bachillerato y esos cursos son miuy duros) y ademas, seguro que se lo ha pensado mucho antes de hacer lo que ha hecho (triste) ya veremos si nos da alguna sorpresa algun dia (esperanza) Por cierto, si algun dia nos vemos por el Messenger, te tengo que preguntar una cosica (que espero que sea pronto) Ah, y tus fics, :) ya te dije que me paso por ellos (otra cosa es cuando los termine de leer, que eso es otro cantar, que tengo una pila de lectura tremenda...) Pd2: Estudia las matematicas, que sirven de mucho después. Pd3: Muchiiiiiisssiiiimas gracias por el mensaje en el libro de visitas (lo acabo de ver)
Queenofthedeath (Contestaciones cap 35) Lo de volver a Hogwarts, en el capitulo presente (es decir, el 37) ya se ve que tuvo que pasar una prueba para poder regresar, si no, no podia (o... ya se sabra que hubiera pasado) Lo de la ayuda, creo que ya no hace falta – un guiño muy grande. A, y tambien me he apuntado tus historias a la (larga) lista que tengo, puede que el dia menos pensado encuentres algo en los reviews, :D Muchos besitos y gracias por tus mensajes en todos los sitios. Ciao.
Diana-Lily-Potter (contestaciones cap 36) Muchas gracias por el comentario (hace tiempo que no te veia, me parece a mi, pero no me hagas mucho caso, que mis neuronas no funcionan bien – guiño-) Y lo del lago, pues creo que ya se lo he explicado antes a alguin, fue una escena que aparecio para otra historia (todavía no esta al ordenador, todo al papel... buff, ya tengo mil cosas entre manos, para enfrascarme en otra... de momento muy poco a poco con ella) y como me gustaba, pues se añadio a esta (con unas pequeñas modificaciones – leves- del orignal). Espero que te siga gustando y nos vemos. Un beso muy grande.
jessytonks (contestaciones cap 36) Muchas gracias por el comentario :) Si, cada vez son mas intensos, cada vez ocurren mas cosas y cada vez son mas largos (jejeje) Ah, y muchas gracias por tus animos, yo procuro cuidarme y descansar, cosa que no consigo muchas veces, pero lo intento (guiño) Muchos besitos y cuidate tu tambien.
Nimmy Hello, que bueno que alguien tenga ese tipo de aburrimiento (yo a ver si logro estar un rato con aburrimiento, que creo que no lo conozco mucho últimamente, jeje) Ays, y creo que me sonroje un poco al ver esa lista que pones ;) (muchas gracias) Y ya ves, ya esta aquí un capitulo nuevo, espero que te haya gustado, Muchos besos y cuidate tu también. Ciao
Desire Black (contestaciones cap 36) Muchas gracias por el comentario, creo que la escena del lago le gusto a mucha gente 0.0 y posiblemente tengamos mas adelante (no aseguro cuando) algo mas de Lily y James (guiño) Sobre la pareja... pues no te puedo decir nada, es secreto de estado que es lo que pasara con ellos, jeje. Ah, y sobre lo que dices que nunca he puesto a esa pareja junta, pues... si no recuerdo mal, en alguno de los capitulos unicos que tengo, hay muchas veces que los pongo juntos (pero eso no quiere decir que los ponga aquí, pues tambien hice un g/d, un h/hr y varios emparejamientos mas (un tanto extraños, eso si)... es decir, que pruebo varias parejas y ya veremos cual es la que queda aquí) Si no los encuentras, pegunta, que ya te dire cuales son los h/g :D Muchos besos y espero que te haya gustado este capitulo tambien.
Miranda evans (contestaciones cap 36) Saludos :) Bienvenida al fic. Respecto a los autores que dices, yo tambien leo sus historias (a veces, cuando tengo tiempo libre, que no es mucho y mira que me da rabia ver que ponen cosas nuevas y no puedo leerlas) y con algunos, como me encuentro de vez en cuando por Messenger, pues no nos ponermos comentarios en las historias (pero se que la leen :D) Ah, y cuando te refieres a que algunas veces no se sabe de quien se habra, algunas (pero muy opocas) es intencionadamente, para que os quedeis pensando y mas tarde se puede deducir, jejeje (creo que por eso se crea tanta adiccion para leer los siguientes capitulos :P) Y bueno, con tu hermano pues a aguantar toca (por desagracia), que yo tengo aquí a dos que casi nunca me dejan ponerme a Internet (y eso que llegamos a un acuerdo para los horarios de cada uno, pero como ellos son mayoria, pues ya sabes quien sale perdiendo todas las veces) Bueno, no me enrollo mas, solo decirte que muchas gracias (de nuevo) por el comentario y que espero que te haya gustado el nuevo capitulo., Muchos besos. Ciao
