Ya traigo aquí un nuevo capitulo de este fic.
Y muchas gracias por las criticas/comentarios que hacen, estoy eternamente agradecida por todo ello (ya saben, las contestaciones al final del capitulo)
Como siempre, espero que les guste

Y gracias por leer :D
Por cierto, el capitulo ha sido algo complicado de escribir, pues aunque sabia lo que pasaba, no quería plasmarlo en el papel... no quería escribirlo pero tenia que hacerlo :(
Besos miles y nos vemos en el siguiente capitulo
Ahora si, empiecen a leer y disfrutar ;)


Capitulo 44 Amargo regreso

Siempre se dice que, en el último instante de tu vida, justo antes de morir, ves esta pasar como si fuera una película: las imágenes, los hechos, los sucesos que has vivido… todo, todo lo ves antes de sumirte en la oscuridad eterna.

Ves pasar, por tu mente, tu vida entera: desde el primer despertar (el nacimiento, la innegable verdad de que lo que nace muere) hasta el mismo momento en que cierras los ojos a la vida para siempre. Se queda ahí, el cuerpo vacío de toda alma, de toda esencia que lo habitaba, mientras, aquello que daba la vida vaga para unirse finalmente al resto del firmamento.

Y, aunque fuera uno de los magos vivos más poderosos de la actualidad, también él experimentó la misma sensación que el resto, pues, en la muerte, todos son iguales: los poderosos y los inexpertos, los ricos y los pobres, magos y muggles, hombres y mujeres… todos son iguales al fin y al cabo cuando la muerte les llega.

De su boca no salió ni una palabra de despedida, la maldición le había negado ese ultimo derecho que algunos tienen. Rápida y mortal… Inmediata.

Impactó en su pecho, arrancándole la vida, negándole el seguir viviendo.

Lo último que vio, antes de caer al suelo, inerte su cuerpo, su alma ya libre, fue la sonrisa de victoria que se dibujó en los labios de su asesino… aunque… quizás se le quitase muy pronto, su muerte no era en vano…. Fue el último pensamiento que tuvo su mente, el último de su vida.

Una última alegría en su último segundo de existencia.

Cayó su cuerpo sobre el frío suelo.

Ojos abiertos, pero sin vida.

Mirándolo todo, Lord Voldemort sonreía.

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Un hombre.

Un hombre solo en medio de una colina desierta.

Paraje inhóspito.

A lo lejos un pueblo, una villa donde la vida proseguía su rumbo, sin saber que era aquel lugar.

Hace decenas de años allí se podía ver una magnifica mansión.

Después fue cayendo en desuso, a raíz de unos desagradables hechos.

Y ahora, ahora no existía nada, había dejado de existir, se había esfumado, desvanecido… para sus ojos y sus mentes.

Cualquiera que preguntase a algún habitante del pueblo por aquella casa, sólo se encontraría con una respuesta negativa: "No, aquí no ha existido nunca una mansión con ese nombre"

Se les había desvanecido todo recuerdo de lo relacionado con el apellido Ryddle.

No, ellos nunca habían conocido a alguien con ese nombre, ni nunca había existido una casa en esa colina… ni rastro de nada. Era más fácil así, era más fácil borrar la mente, modificarla que borrar a todo un pueblo: con lo último se darían cuenta, con lo primero no… pues ¿Quién puede negar lo que todo un pueblo dice?. ¿Quién no puede dudar de esa existencia cuando todo el mundo cercano dice lo contrario?

Pero ahí, en lo alto de la colina, se encontraba un hombre.

Un hombre que sabía que allí había existido una mansión… y seguía existiendo… si sabias como mirar.

Su aspecto estaba oculto, una gran capa oscura le cubría cara y rostro, sin dejar que nada delatase quien era. Sólo, en medio de aquella negrura, se podían distinguir dos brillos, sus ojos, que podían mirar a través del cuerpo y llegar a lo profundo del alma humana.

Ahora se encontraba viendo el paisaje que ofrecía la naturaleza para él, comenzaba un atardecer: el sol se despedía para renacer al día siguiente, los rayos se volvían rojos lentamente y desaparecían tras las escasas nubes que existían en el cielo en esa hora.

El hombre levantó la vista, uno de los últimos rayos llegaba hasta él y se dirigía hacia el suelo.

Siguió su recorrido y vio como este se detenía una milésima de segundo antes de continuar. Sonrió.

Levantó de nuevo la vista, enfrente no había nada, sólo una colina desierta… aunque él sabia muy bien cómo las cosas se pueden ocultar a los ojos indebidos, por algo era mas que una persona normal, por algo era un mago.

Una de sus manos se adentró en la capa que llevaba y extrajo algo de su interior. Su forma delataba que se trataba de algo fino y largo (no muy largo, de aproximadamente poco más de veinte centímetros de longitud). Indudablemente se trataba de una varita, pues eso es lo que llevan los magos para canalizar su magia, sin ella no se podría utilizar.

La miró tristemente en silencio, aquella no era la suya, la que siempre había tenido, pero había una razón para que la tuviera en las manos, una amarga razón que preferiría no recordar, que no hubiera sucedido, pero que tenia que ocurrir así.

Ahora tendría que acostumbrarse a utilizarla, a usar una varita de otra persona. Sabía que no daría el mismo resultado que la propia, pero mientras funcionase, lo demás no importaba.

Con la mano apretándola firmemente, con decisión, el hombre puso la varita frente a él, en un lugar determinado, premeditado, y murmurando unas palabras, esperó que surtieran efecto… y así fue.

Delgadas líneas empezaron a surgir del lugar donde había estado apoyada la varita unos instantes atrás. Delgadas líneas que al principio fueron transparentes, blancas y ligeramente del color del sol que empezaba a irse. Delgadas líneas que, poco a poco, fueron haciéndose más grandes cada vez, esparciéndose por doquier, a través de un algo invisible, de una pantalla en medio de aquel campo.

El hombre dio un paso hacia atrás, para contemplar todo con más atención.

Ahora ya no era una superficie pequeña, ahora las líneas se extendían a los lados, hacia arriba, hacia el suelo. Rápidamente surgían miles de bifurcaciones de las primeras existentes y se juntaban unas con otras, abarcando una gran superficie, perdiéndose en lo lejano… siempre dibujando una semi esfera sobre el suelo.

Hasta que, al final, el millón de líneas se fundieron, creando una pantalla luminosa, palpitante, deslumbrante… que tenia en su interior una mansión.

El hombre sonrió débilmente. Si, había logrado encontrar lo que buscaba, pero por el camino había perdido algo muy importante, algo que había tenido que suceder para que él tuviera ese acceso. No, no lo olvidaría nunca, quien era y lo que había hecho por él. En su manos tenia su varita y en su mente conservaría su recuerdo, así nunca moriría del todo.

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- Los dos sabíamos que este día llegaría. Tarde o temprano la separación definitiva – dijo uno de los dos hombres presentes en el despacho, en los exteriores se escuchaba el alboroto típico de un partido de quidditch, con sus gritos de animo y apoyo a los compañeros.

- Lo se – respondió el otro – Se lo que tengo que hacer… lo que tenemos que hacer – en sus ojos se veía una tristeza por la marcha del amigo – Sólo siento que tenga que ser así.

- No hay otra forma.

- Si, por desgracia no hay otra forma de hacerlo.

- Te deseo suerte en tu misión.

- Yo, ya lo sabes, no puedo desearte suerte. Tan sólo espero que al fin encuentres la paz tanto tiempo deseada.

- Lo haré, tenlo por seguro.

- "Para las mentes bien organizadas, la muerte es la siguiente gran aventura" – dijeron los dos hombres abrazándose fuertemente antes de despedirse para siempre… ya no volverían a verse mas y ambos lo sabían.

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Un ruido cercano le sacó de su ensimismamiento, un ligero aleteo y un leve viento: allí, en lo alto, cerca de él, se estaba abriendo una puerta. No era una puerta corriente, de madera o de cualquier otro material tangible, esta era diferente, aunque servia para el mismo propósito, atravesar algo y entrar en otro sitio.

Y de ella, de esa extraña puerta que se dibujaba con el aire, con las corrientes que formaban un circulo casi perfecto surgieron, por orden exacto, dos animales con forma de caballo, y cuatro jóvenes subidos en tres escobas (pues una de ellas llevaba dos pasajeros) Estos últimos aterrizaron en el suelo con gran estrépito, ya que la fuerza que les había expulsado era bastante grande. Cayeron unos encima de otros mientras sus acompañantes animales planeaban por el aire elegantemente.

¿Que hacían ellos allí?

Deberían estar en otro sitio, en el colegio. No allí.

Él había invocado la puerta para que los thestral pudieran llegar al lugar mas rápido, para tener una ayuda para transportar a los que habían venido a buscar, pero ellos ¿Por qué habían venido?

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Hermione, Ron y los gemelos tardaron unos segundos en situarse, un momento atrás se encontraban volando rumbo a ¿quién sabe donde? Y ahora, ahora se encontraban en el suelo, unos encima de otros, como si algo les hubiera tirado repentinamente al suelo.

La única mujer del grupo fue la primera en levantar la vista de la hierba y ver lo que tenían enfrente: una gran mansión que estaba rodeada de una pantalla semitransparente.

.-.Una gran barrera de protección descubierta – dedujo con la rapidez de su mente y con ayuda de sus extensos conocimientos sobre la magia, no por nada le gustaba sumergirse en los libros y memorizar y aprender todo lo que pudiera sobre su mundo.

.-.Exacto, Hermione – dijo una voz a sus espaldas.

Los cuatro se giraron a la vez y vieron al hombre desconocido, aunque para ellos no tanto, sabían quien era, su voz era inconfundible.

Este afirmó con la cabeza… si, era él.

Los dos thestrals aterrizaron a su lado, y les acarició suavemente, como se hace con un animal que conoces de toda la vida.

Las cuatro personas que estaban en el suelo también vieron su aspecto real, hasta ese año ninguno de ellos sabia cómo era realmente ese animal… ahora si lo sabían, cada uno de ellos había visto morir a personas enfrente suyo, y esa era la condición para poder observarlos realmente.

Comprobaron que todas las descripciones que habían oído, escuchado de boca de otros, eran tremendamente reales: el negro pelaje, las cabezas de dragón, los ojos sin pupila, blancos y fijos, las alas negras… todo tal y como les habían dicho. Y a pesar de no haberlos visto hasta ahora, dos de ellos habían volado en esos animales, hacia casi un año, volaron en algo invisible, algo que no veían. Pero si, ahora podían verlos realmente.

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.-.Vamos. No hay tiempo que perder, Harry nos espera – dijo el más pequeño de los pelirrojos, Ron, a sus acompañantes mientras se levantaba del suelo. Él había venido con un propósito, y era el salvar a su mejor amigo. También a él le había impactado la visión de los dos thestrals, pero no se quedaba viéndolos embobado, quizás el mas mínimo segundo contaba para su éxito o su fracaso.

.-.¿Harry? – en los ojos del hombre se instaló una duda, no había previsto aquello, aunque… podría ser, la trampa tendida por Voldemort podría haber servido para mucho más de lo que pensaban.

Miró a los cuatro, y observó lo que sostenía uno de ellos en la mano: la escoba del mencionado, y en uno de sus bolsillos sobresalía otra varita. Si, no había duda, allí dentro (en la casa) se encontraban más personas para rescatar.

.-.¿Dónde estamos? – preguntó Fred al levantarse del suelo y ver la mansión que tenían enfrente de ellos, lugar que no conocía ninguno.

.-.Estamos en los dominios de Voldemort, así que tenéis que tener cuidado con lo que hacéis – les explicó el hombre, mirando hacia donde dirigían sus miradas todos. Sabia que los cuatro eran bastante buenos y poderosos en hechizos y que podrían defenderos bien de los aprendices de mortifagos que iba a encontrar dentro (todos y cada uno, en algún momento de su vida había luchado con un servidor de Voldemort y ahí estaban, sanos y salvos) Iba a añadir algo mas, una sugerencia de volver al colegio a quien quisiera de los cuatro, pero vio la decisión que tenían en los ojos y sabia que no serviría de nada, iban a entrar y salvar a su amigo… costase lo que costase, no se rendirían en su empeño (sobretodo dos de ellos)

Cuando ya estaban todos preparados, en el borde justo de la esfera, el mago que la había invocado levantó la varita y recito algunas palabras en un idioma antiguo, perdido en los tiempos, que pocos conocían, y así, abrió un portal para que pudieran, los cinco pasar la barrera y adentrarse, finalmente, en los dominios del mago oscuro. Todos iban con un objetivo en concreto, todos iba a rescatar a alguien.

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Peter abrió los ojos, descubriendo que no cambiaba mucho si los mantenía cerrados o abiertos: todo cuanto veía era oscuridad.

Miró hacia los lados, derecha, izquierda… nada, no sabia donde estaba.

Abajo, arriba: todo oscuridad.

No se atrevía a moverse. Sabía que estaba de pie, en medio de aquel extraño lugar, pero le daba miedo dar un paso por si caía y caía y se perdía en la oscuridad. Sólo se mantenía de pie, inmóvil, en medio de donde estuviese.

Al principio no logró comprender como había llegado allí, lo último que recordaba era estar en una habitación, vigilando algo… después…

¿Que sucedió después?

No podía estar muerto¿verdad?., porque nadie le había matado… que él supiera.

Pero ahí estaban, esos últimos instantes de su vida no los recordaba¿y si estuviera muerto¿Y si alguien le había asesinado?.¿O él? Puede que fuera él mismo quien hubiera elegido abandonar la vida…

¡No!

Se consideraba un cobarde por cosas que había hecho, pero no llegaba a esos extremos de cobardía, siempre había algo o alguien por lo que vivir, siempre quedaba algo por lo que luchar, por lo que respirar y seguir día tras día.

Entonces... descartado.

¿Y alguien?.¿Y si alguien había entrado y le había asestado el golpe final?

No recordaba nada, pero esa idea, la idea de que ya no pertenecía a la vida, se instalaba en su mente. No sentía dolor, no tenía recuerdos de lo sucedido antes de llegar a ese lugar, sentía una gran sensación de paz, de tranquilidad (aunque también algo de miedo a moverse y caerse)… todo le señalaba en una única dirección: estaba muerto.

Quería desahogar su rabia. No, él no estaba preparado para morir. No ahora, no cuando todavía no había conseguido el perdón de aquellos a quien había destrozado la vida. Quería haber ayudado, quería haber sido de utilidad… mostrar que no era un traidor y un cobarde.

Gritó con todas sus fuerzas, pero su voz no se oyó en la oscuridad, allí no existía el concepto de sonido.

Unas lágrimas empezaron a caer por sus mejillas lentamente.

No, él no quería morir todavía. No, no quería. Quería ayudar, ser perdonado por las personas a las cuales había destrozado la vida: sus amigos, los que todavía quedaban con vida, Remus, Sirius. A los demás ya no podría verles, él mismo había sido el causante de su muerte.

A pesar de no ver nada, sintió sus manos llenas de sangre, sangre que el había hecho derramar, no por su persona, pero él había sido el causante. Él era el culpable de esa sangre, de esas muertes.

En esos últimos días de su vida (según lo que pensaba él) lo recordaba cada vez más, se sentía cada vez más responsable de esas muertes: la de sus amigos, la de la gente inocente que pereció después…

En sus manos, la sangre le quemaba más y más… mejor dicho, en una de sus manos, pues la otra no existía, no la tenia: había sido sacrificada en un ritual del que ahora se arrepentía.

¿Por qué?

¿Por qué había hecho lo que hizo?

No encontró explicación hasta que algo se materializo en su mente: por miedo.

Por sentirse inferior a los demás.

Por querer destacar.

Por querer ser más que nadie.

Por sentirse importante.

Por sentirse… alguien.

Pero ahora, en su muerte, comprendía que nada de eso era importante, que la vida era algo más que destacar sobre el resto, que la vida se disfrutaba desde el interior de cada uno sin tener que compararse. Que cada uno se fabricaba su felicidad, su vida… desde su interior.

Que, mientras uno se sienta bien consigo mismo, lo demás no importaba.

Había tenido que ser ahora, cuando ya no había vuelta atrás, cuando empezase a comprender todo ello.

Al fin se había encontrado con la verdad de la existencia, y ya no podía retroceder, cambiar el pasado.

Al menos, pensó, he llegado a comprender todo.

Se arrodillo y, aun sabiendo que su voz no podía oírse, pidió perdón mil y una veces:

Pidió perdón a todos los que conoció y traicionó.

Pidió perdón a todos los que no había conocido, pero sabía que, por su cobardía, estaban muertos.

Pidió perdón al mundo entero por ser tan cobarde, por dejar que las tinieblas inundaran su corazón.

Pidió perdón por no haber hecho lo correcto cuando tuvo oportunidad.

Pidió perdón por no ayudar cuando lo podía haber hecho.

Y, al final, se pidió perdón a si mismo, por traicionarse y dejar que los demás decidieran por él, por no haber disfrutado totalmente de la vida cuando había podido.

Al finalizar se sintió libre, con una libertad que no había disfrutado desde hacia años y años, con la claridad en su mente y una paz inesperada.

La sangre que existía, sentía, en sus manos desapareció en el mismo instante en que termino todo, y la oscuridad a reducirse, a tornarse gris y clara.

Sintió suelo firme bajo sus pies, ya no estaba en medio de una oscuridad embargante y opresora, ahora se encontraba en un lugar real, físico… podía sentir…

Miró hacia las alturas y se encontró con el azul del cielo.

Ya no estaba en el infierno de la oscuridad, ahora estaba en un lugar calido, lleno de luz.

Ya no temió avanzar, dar un paso más, descubrir donde estaba.

Se maravilló al ver el prado y la verde hierba, nunca había imaginado un paraíso tan bello como ese.

Y allí, unos metros delante de él, descubrió un bulto, un algo que desentonaba del resto, un algo con forma humana, un algo que le parecía familiar: era una persona de pie, en medio del campo.

Corrió y corrió hasta estar a su altura, y cuando llegó, lo reconoció inmediatamente a pesar de no haberlo visto desde hacia mucho tiempo, cuando iba a matarle a él, precisamente a él por lo que había hecho.

Se quedo frente a él, observando su estado (aunque si estaban, como pensaba, en el cielo, estaban bien ¿no?) y descubrió como los ojos de su amigo, de Sirius, de una de las pocas personas que le habían ayudado en su vida, le miraban detenidamente. No vio rencor en sus ojos, no vio ira ni rabia, sólo un profundo agradecimiento antes de abrazarle sinceramente, cosa que le sorprendió, pues con ese gesto le indicaba que le perdonaba de todo lo sucedido entre ambos (el perdón que instantes antes había suplicado en medio de la oscuridad… y que ahora estaba obteniendo por el abrazo de su amigo).

Fue entonces, cuando se sintió perdonado, cuando Sirius se desvaneció de sus brazos, pero dejándole a él con una gran sensación de paz en su interior: todos le habían perdonado, y, al final, se había ganado el derecho de disfrutar de esa tranquilidad tanto añorada.

Peter quedo extrañado ante la misteriosa desaparición, pero entonces recordó lo que había ocurrido, lo que había sucedido antes de llegar a ese extraño lugar, al sitio donde, desde ahora, descansaría eternamente…

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Una rata se internó en una pequeño ovalo de luz que se había dibujado en una tela oscura, sin saberlo, ya no regresaría nunca mas, aquella era la entrada al mundo de los muertos y quien la traspasase ya no volvería a la vida… pero esto ella no lo sabia, el pequeño animal se internó a causa de un sentimiento que tenia en su corazón, un sentimiento de amistad incondicional que, años atrás, había tenido y ahora volvía a sentir.

En cuanto llegó a donde llevaba la entrada se transformó en el ser humano que era, así podría ver con más claridad y reconocer las formas que se encontraban a su alrededor.

Era extraño, había muchas brumas que se creaban y desvanecían en aquel extraño sitio a donde había llegado, pero lo más extraño era lo que había en el medio, allí, desmayado, inconsciente, se encontraba una de las personas que no había imaginado hallar: Sirius.

Intentó aproximarse, pero una barrera invisible le impedía el paso. La golpeo pero no sucedía nada.

Entonces… le escuchó.

Escucho la voz en su mente, y supo que tenía en sus manos la vida de su amigo.

Era como una balanza: en un lado él, en otro Sirius… mas sólo uno saldría de allí, el que él eligiera. El otro… su destino seria… diferente.

Nunca se había sentido con tanta responsabilidad como la que tenía ahora sobre sus hombros, nunca había experimentado el tener la vida de una persona en sus manos (y, además, esa persona era una a la que había apreciado, a la que había conocido, y a la que había admirado)

Tuvo un presentimiento de lo que iba a ocurrir con la persona que no se salvase y tragó saliva… ¡era tan complicado todo pues sabia lo que iba a hacer!

Aunque…

Quizás esa era la razón por la que el sombrero seleccionador le pusiera en Gryffindor, en la casa de los valientes. Quizás porque vio lo que otros (ni él mismo) no habían descubierto. Quizás averiguo que su valentía se iba a mostrar al final, cuando se arriesgase a perderse en la oscuridad salvando a otra persona.

Quizás fue por eso mismo por lo que le puso en esa casa y no en ninguna otra.

Sin dudarlo respondió a la voz del lugar pronunciando el nombre de la persona a la que quería salvar.

No, no seria él, Peter, el que regresase al mundo.

Él se quedaría vagando, perdido, sin rumbo, para el resto de la eternidad.

Daba su vida por la de su amigo.

"Que así sea" dijo la voz, retumbando en el lugar, y una oscuridad empezó a rodear a Peter hasta tenerlo prisionero y asfixiarlo con su presencia.

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"Que así sea" oyó Sirius despertando de su inconsciencia y comprendiendo todo lo sucedido instantes antes. Deseó profundamente, antes de regresar, el poder agradecer a su amigo lo que había hecho por él, la oportunidad que le daba de nuevo y el perdonarle de todo lo que había sucedido entre ellos…

Lo deseó con tanta sinceridad en su corazón, que el ser que regia la vida y la muerte se compadeció de aquellas almas y le dio a una la oportunidad de verse los dos una vez más, antes de separarlas para siempre; y a la otra, tras ver su sacrificio altruista (pues muy pocas personas anteponen su vida por la de otra) la oportunidad de la paz tanto añorada.

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Harry levantó un poco la cabeza extrañado, desde el lugar donde estaba confinado oía pasos acelerados, personas que huían en busca de un escondite y de un lugar seguro.

Ahora ya no le dolía tanto el hombro, pero seguía estando ahí esa sensación de frío en su brazo. Un dolor dormido que se despertaba para hacerle enloquecer y sentir su cuerpo contraerse en un intento de protegerse de esa sensación.

Se había desmayado, de eso no había duda, pues no recordaba cuando había empezado esa persecución por los pasillos. Seguro que había sido a causa del dolor, ya que sentía todo su cuerpo cansado y agotado, exhausto y todos sus músculos con la misma sensación (o un poco más) que había tenido cuando en cuarto curso Voldemort le aplicase la maldición Cruciatus.

Algo resbalaba por su cara, un líquido amargo que supo que era cuando un poco llego a su boca: sangre. Sangre proveniente de su cicatriz.

Puso una de sus manos en ella, ya no sangraba. Eso significaba que lo que fuera que había sucedido para causarle tanto dolor había dejado de existir. Ahora sentía su alegría, la alegría de Voldemort, como el año anterior, cuando sus esencias estaban enlazadas, sentía que este reía y reía, que se alegraba y se vanagloriaba por algo que había hecho.

Se preguntó el qué había sucedido para que no le hubiera sentido hasta ese momento, pues sabia que el resto del año muchas tragedias y ataques graves habían sucedido, pero él no había sentido nada de nada… hasta ahora.

Y ahora, sentía la alegría de aquel ser oscuro y malvado, sentía sus ojos rojos de sangre que buscaban, con placer, su mente… hasta que le encontró.

"Por fin nos encontramos de nuevo" dijo Lord Voldemort en su interior.

Harry se estremeció, recordaba la maldad que desprendía aquel mago, pero ahora, ahora era todavía más poderoso, mucho más oscuro y mucho más tenebroso.

"¿Sorprendido?" se regocijo el mago oscuro "Ahora lo estarás más" dijo antes de poseer la mente del muchacho y hacerle ver lo que él tenia enfrente, de hacerle ver, con sus propios ojos, lo que estaba sucediendo en el Ministerio de Magia en aquellos momentos.

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Una sonrisa de victoria se dibujo en los labios de Lord Voldemort al contemplar, frente a él, el cuerpo caído del director de Hogwarts.

Al fin le había derrotado.

Al fin, un obstáculo había sido apartado de su camino.

Levantando con orgullo la cabeza contempló, con sumo placer, las caras horrorizadas de los trabajadores del ministerio que veían muy cerca su final, y supo que su reinado del mal ya había comenzado: nadie se iba a interponer en su camino nunca más.

Y, quien lo intentase, acabaría muerto… como aquel mago en quien todos confiaban y que no había podido hacer nada contra él… como Albus Dumbledore.

.-.Acabad con todos – ordenó a los mortifagos rompiendo el silencio que se había creado en los instantes en que él había recitado la maldición asesina – Que no quede nadie con vida – dicho esto, invocó su señal: la Marca Tenebrosa, más grande y temible que nunca, más oscura y más amenazadora que todas las anteriores. Esa imagen se quedo flotando en la parte superior del ministerio, cerca del techo, mientras los pocos que quedaban con vida caían al suelo para no volver a levantarse más.

Lord Voldemort sabía que tenia un espectador de excepción, él mismo le había traído para que viese lo que estaba haciendo, y que nada, ni nadie, se interpondría en su camino.

Nadie.

Quien lo intentase acabaría muerto, como aquel que tenia a sus pies.

Como Albus Dumbledore.

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Un grito de desesperación salio de su boca en cuanto volvió a su cuerpo, cortando toda conexión con él.

Desesperación y dolor.

Desesperación e impotencia.

Desesperación y más desesperación como nunca antes había tenido.

Le había visto, había visto el cuerpo del director, de una de las personas más poderosas que conocía…

Estaba muerto, muerto a manos del ser que él tendría que vencer.

¿Cómo iba a hacerlo?

Tan sólo era un joven normal y corriente.

No era fuerte ni poderoso.

Ni siquiera destacaba por su poder, sólo era un muchacho corriente.

Moriría a manos de aquel asesino, de ahí la desesperación, porque sabía que, si Dumbledore estaba muerto, él no tardaría en seguir el mismo camino.

Tan sólo le quedaba esperar su final, allí, en esa celda.

Moriría de la forma en la que había tenido que morir hacia dieciséis años, o quizás más dolorosa, pues Voldemort no se conformaría con sólo su muerte, tendría que ver su sufrimiento.

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Más y más pasos acelerados en el pasillo. Gente que huía y corría.

Pero no le importaba lo que pasase con ellos, sabia lo que iba a ocurrir cuando él llegase, no existía otro final para su historia.

Lamentaba no haber podido despedirse de sus amigos, de Ron, de Hermione.

Lamentaba no haber desvelado su más íntimo secreto, su más recóndito sentimiento por miedo al rechazo.

Ahora ya no había tiempo para dar marcha atrás.

"Al menos" pensó, "volveré a ver a mis padres, a Sirius, a las personas a las que dije adiós hace tiempo"

No esperaba nada más, pues nada más esperaba, sólo su final inmediato.

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El ruido de pasos se desvaneció a final del pasillo, y se escucho como las puertas que allí existían eran abiertas con hechizos avanzados.

Muchas personas vieron con asombro su libertad recién adquirida, mas los dos que avanzaban liberándolos no paraban… buscaban a alguien en concreto.

Al entrar a la casa y vencer en un instante a los mortifagos que se encontraban vigilando, y viendo que los demás empezaban a huir de ellos (el aura que desprendía el hombre que le acompañaba era grande y poderosa), se dividieron en tres grupos: Ron y Hermione en uno; Fred y George, otro; y el hombre iba solo. Todos sabían que o a quien buscar (el velo y las personas allí atrapadas)

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Así que, en ese pasillo donde ahora se encontraban Ron y Hermione, fue donde encontraron las primeras celdas ocupadas. Anteriormente habían descubierto muchas habitaciones vacías, pero esas no les servían, ellos buscaban a su amigo.

.-.Nos tienen miedo – dijo el pelirrojo alegremente al ver como los aprendices de mortifagos huían antes su presencia.

.-.Si, seguro que te temen a ti – se burlo la chica tras lanzar un hechizo a otra puerta y descubrir que esa celda estaba vacía – El gran Ron Weasley, el terror del mal.

.-.Ey, no te mofes – dijo este intentando parecer ofendido, aunque en realidad no lo estaba, conocía demasiado bien a Hermione para saber que lo decía en broma. Introdujo la cabeza en la nueva celda abierta, y comprobó como, aquella, también estaba vacía. Al salir añadió – Que si huyen, será por algo.

.-.Si, por tu mal aliento.

Ron le miró de reojo, y vio la sonrisa burlona en su rostro

.-.Pues eso parece que no te importa a ti. Bien te gustan mis besos – le dijo y descubrió que había vencido: esta vez la cara de Hermione ya no mostraba esa sonrisa, pero…

.-.De acuerdo, huyen porque tienen miedo de ti – rió ella

Caminaban los dos juntos por el pasillo y a la vez, abrían y buscaban cualquier rastro de su amigo.

No podía estar lejos.

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Harry, derrotado psíquicamente, creyó escuchar voces conocidas, aunque… no podían ser ellos. No podían estar allí a menos que también les hubiesen capturado. Sus voces sonaban alegres, no angustiadas ni infelices como deberían estar si estaban encerrados.

Creyó escuchar una medio discusión-broma entre ellos, como siempre hacían en el colegio. Estaban allí, al otro lado de la pared, justo a su altura.

Si, eran ellos… estaban allí… y libres.

Se intentó levantar, pero se olvido del pequeño detalle de que su tobillo se había torcido al llegar al lugar, por eso sintió un gran error al apoyarlo… y cayó al suelo con bastante dolor en él.

Las voces se alejaban.

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.-.¿Dónde crees que estarÿ – dijo Hermione tras abrir una celda vacía más, la puertas se estaban agotando y todavía no le habían encontrado.

.-.No se, la mansión es muy grande. Quizás en los sótanos¿no es el lugar preferido de las serpientes?

.-.Allí han ido a mirar tus hermanos, a ver si tienen más suerte que nosotros.

Avanzaban y cada vez quedaban menos puertas por abrir frente a ellos y más abiertas por detrás.

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Las voces de sus amigos se alejaban, pasaban de largo.

Por lo que podía escuchar e intuir, estaban abriendo las puertas de las celdas, pero la suya, la suya no la habían encontrado ¿Por qué?

Habían estado al lado, justamente a su altura, les había escuchado nítidamente… y ahora se alejaban de nuevo.

Miro la puerta, o mejor dicho, lo que parecía la puerta de la celda, pues desde donde él estaba nada la hacia distinguir del resto de la pared… excepto por la ranura, minúscula, por la que entraban un poco de luz y por donde mejor se escuchaba los sonidos del pasillo.

Así que era eso, la puerta no se veía porque no existía en el pasillo, estaba camuflada, confundida con el resto de la pared.

.-.Ron, Hermione… ¡Estoy aquí! – gritó con todas sus fuerzas dando golpes a la puerta para llamar su atención, pero su voz rebotó en las paredes, quedándose en ella, sin salir del lugar.

Lo que él no sabia era que esa celda donde se encontraba era una de las más seguras de la mansión, por ello le habían asignado su confinamiento. No había forma de hacer saber que él estaba allí…

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.-.Si no es esta… – dijo gravemente Ron mirando la última puerta del pasillo, ya todas las demás las habían abierto y no le habían encontrado.

.-.Le encontraremos, estoy segura de ello – Hermione se preparó para lanzar un hechizo que permitiese abrirla – Además, tienes que quitarle puntos por entrar a un despacho sin permiso, por algo eres prefecto – la chica intentaba, desde hace rato, animar a Ron con bromas y hacer así que éste no pensase ni se sumergiese en la tristeza que podía ver que empezaba a asomar en sus ojos. Ella también temía no encontrarle (o encontrarle ya muerto), pero confiaba en que todo terminase bien, al fin y al cabo, los tres tenían que graduarse juntos, eso era lo que habían prometido en su primer año. Por ello, intentaba que el desanimo no se apoderase de ella, mientras aparentara fortaleza, nada malo pasaría.

La puerta se abrió al final y reveló su contenido…… nada.

Con tristeza Ron se dio la vuelta y empezó a correr rumbo al inicio del pasillo… allí no estaba, no le encontraban.

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Los pasos de sus amigos volvieron a escucharse después de unos minutos eternos de desanimo por su parte. Había perdido la esperanza de que no le encontrasen.

Tenia que hacer algo para que detuviesen su posición.

Pero ¿qué?

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.-.¡Ron!. ¡Para!

.-.¿Que quieres?. ¡Harry no esta aquí!. ¡Hemos mirado todas las celdas de esta planta y no está– el pelirrojo se dio la vuelta enfurecido, estaba empezando a creer que se produciría en peor final de todos los imaginables.

.-.Tu mismo dijiste que se encontraba prisionero, que Voldemort lo había encerrado aquí – Hermione se puso a su altura y le recordó sus propias palabras.

.-.Lo se, lo dije, pero ahora creo que… ya… ya… - una bofetada le impactó en el rostro repentinamente.

.-.No lo digas – varias lágrimas empezaban a asomarse en su rostro – No lo digas Ron, por favor.

.-.Hermione, perdóname – se acercó y la abrazó fuertemente – Yo… yo no quería decirlo. Yo… no se, el desanimo me pudo. No quiero pensar que ya está…

En ese instante, sus ojos se posaron en un objeto en el suelo, eso no estaba antes, si no lo hubieran visto: era un papel, un trozo de pergamino con palabras escritas… creyó reconocer la letra.

.-.Hermione – se separó un poco de ella, pero todavía la seguía teniendo cerca - ¿Tu recuerdas algún objeto, un papel, en el suelo cuando hemos pasado antes por aquí?

Ella negó, no, el suelo estaba sucio, pero ningún papel que recordase.

Entonces vio como una sonrisa se instalaba en el rostro de Ron, una sincera sonrisa.

.-.Le hemos encontrado – dijo con alegría en su voz.

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.-.Siempre discutiendo – fue lo primero que dijo nada más verles, aunque la felicidad del encuentro se notaba en su voz.

.-.Y tú siempre metiéndote en líos – contestó una de las dos personas que se encontraban al otro lado, siguiendo la broma iniciada, en su rostro tenia marcada una mano, pero no le molestaba el dolor, la felicidad ganaba en la balanza.

Entre ellos se encontraban los restos de lo que había sido una puerta hecha a base de piedras, y oculta hasta ese momento de los ojos de los que pasaban por el pasillo.

Ron y Hermione lograron al fin derribar lo que quedaba y pasaron al interior, fundiéndose los tres en un gran y esperado abrazo. Rieron, al fin estaban juntos de nuevo.

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Ginny había escuchado con atención toda la historia (se sorprendió al comprobar que sólo habían pasado unos pocos minutos desde que empezasen a narrársela, era como si el tiempo no hubiera pasado en ese intervalo), y al final, creyó conocer a cada uno de los protagonistas, sabia quien era cada uno y se sorprendió al descubrir los secretos que portaban.

.-.Pero… ¿Por qué…? – se atrevió a preguntar a su acompañante – Esta es una historia muy personal ¿Por qué me la has contado a mi? Además… - en ese mismo instante se dio cuenta de que algo fallaba, era una sensación que tenía: algo estaba fuera de su lugar.

En ese momento, su acompañante, se inclinó hacia ella, y le dijo.

.-.Porque tú, Ginny, eras la persona que atesoró esa energía cuando la vida de la niña desapareció, porque en tu interior todavía queda algo de ese poder, y porque tu amor fue lo que logró salvar a Harry de un negro agujero al que le habían empujado.

.-.No comprendo, si yo… él… no… - la pelirroja se sintió desconcertada, ahora sentía como esa sensación que había tenido antes se incrementaba ¿cómo sabia ella tantas cosas?

.-.Él no puede venir porque esta preso, pero se que, en su interior, siente lo mismo que tú sientes hacia él, y se culpa de su impulsividad y de no haber pensado antes de actuar. Si lo hubiera hecho… ahora estaría aquí, junto a ti. Como ya te he dicho al inicio de la historia: los sueños se pueden hacer realidad.

.-.¿Cómo sabes todas esas cosas… Liz? – su acompañante sonrió al escuchar su nombre, ahora sabia lo que significaba y toda la historia que tenia detrás - ¿Cómo sabes lo que ha sucedido, y lo que siente cada persona? – hizo la pregunta que mas le costaba comprender

.-.Porque quiero que, cuando todos vuelvan, les cuentes tú la historia, hacer que comprendan la verdadera razón de todo, que se conozcan las causas y las consecuencias. Tienes que ayudar a comprender porqué ha sucedido lo que ha sucedido, y porque tenia que ser así… y no de otro modo. Tienes que desvelar el misterio, ayudar a comprenderlo todo.

.-.¿Por qué?

.-.Porque… - empezó a decir la otra persona - porque… yo ya no existo. Por eso sé todo lo que ha sucedido y sucede en estos instantes.

Entonces, y sólo entonces, Ginny se dio cuenta de la calidez que sentía en sus manos, y de que un leve resplandor verde (casi imperceptible) brillaba alrededor de la niña: ella no estaba físicamente allí.

.-.He sacrificado mis últimas energías para dar una oportunidad a otras personas que la necesitaban. Ellos tienen una misión que cumplir… yo ya he terminado la mía. Ahora me tengo que ir, a reencontrarme con mi madre verdadera y con los padres que me criaron, y ahora ya para siempre. Lo único que lamento es que no he podido disfrutar de mi padre tanto como hubiera querido, pues hasta ahora no sabía quien era él… y ahora… ya es demasiado tarde. Se que, cuando sepa toda la historia, un poco de su resentimiento contra la humanidad se suavizar� y comprenderá porque tuvo mi madre que sacrificarse para que él siguiera con vida. Espero que la vida que le queda la disfrute todo lo bien que pueda, mi madre y yo le estaremos esperando, allí… en el cielo.

.-.Liz…Luz en medio de la oscuridad… - una lagrima empezó a descender por las mejillas de Ginny, no era un lagrima de desconsuelo como las de antes, era una lágrima de tristeza al ver que se marchaba una persona a la que había apreciado bastante en su corta vida juntas.

.-.No llores Ginny, era mi destino – le dijo ella mientras le limpiaba la lagrima – Además, siempre estaré aquí, con vosotros… protegiéndoos…

En ese instante, las antorchas que habían estado brillando débilmente se apagaron del todo como si un viento hubiera pasado de repente, dejando en completa oscuridad aquella parte del pasillo.

Ginny sintió como en sus manos ya no había nada… estaba sola de nuevo.

.-.¿Por qué? – dijo sin dirigirse a nadie en particular - ¿Por qué tantas muertes y tanto sufrimiento?. ¿Por qué existe el mal?. ¿Para que sirven las guerras?. ¿Por qué?. ¿Por qué?. ¿Por qué? – se cubrió el rostro con las manos y dejo que sus lágrimas fluyeran libremente. No entendía la razón de las cosas, no comprendía la maldad que residía en los corazones de las personas. No comprendía nada.

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En una de las esquinas del pasillo, Severus Snape se dejaba resbalar por la pared, se sentía abatido y tremendamente triste. Sin saber porqué, un impulso le había hecho ir a ese lugar, y alcanzó a escuchar buena parte de la historia. Al principio, como la menor de los Weasley, no comprendía de que trataba, pero poco a poco lo supo, lo comprendió todo y se reconoció en ella. Y supo que había sucedido, y el porqué de todo, e igual que Ginny, también sintió el abatimiento por lo ultimo sucedido. Se sentía, a la vez, alegre y triste: alegre por saber lo ocurrido, y triste por saberlo en el último instante.

Abatido, se sentó en el suelo… ahora si que odiaba al mal con todas sus fuerzas, a Lord Voldemort con toda la ira de su corazón: primero por haberle arrebatado a sus padres, a su querida amiga y luego pareja, y por ultimo, a su recién encontrada hija.

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La puerta de la celda se abrió, desvelando así su contenido: las cuatro personas que allí se encontraban. Mientras que dos de ellas se encontraban en una esquina, agazapadas, las otras dos se encontraban en medio de la oscura habitación. Era un panorama desolador, pues una de estas dos ultimas (una mujer) sostenía entre sus brazos fuertemente a la otra: una niña que mantenía los ojos cerrados y con una expresión de paz en su rostro. La mujer tenía grandes lágrimas cayendo por su rostro, por lo que no era muy complicado entender lo sucedido.

El hombre que había abierto la puerta entró en la celda. No, él tampoco había esperado ese final, aunque se lo temía hace algún tiempo. Él había ido allí para rescatar a esas tres personas secuestradas (el velo, o lo que quedaba de él, ya lo llevaba en uno de sus bolsillos), y ahora se encontraba con bastantes sorpresas, aunque no por ello inesperadas: sabia que Voldemort estaba tras la pista de ambos… y al final había conseguido uno de sus objetivos: matar a uno de ellos.

Se acercó a la mujer, pero esta retrocedió ante su presencia, llevándose con ella el pequeño cuerpecillo.

Se agacho hasta quedar a su altura, y viendo todavía el recelo en sus ojos, se echó la capa que ocultaba su rostro para mostrar quien era en realidad.

.-.¿Me reconoces… Petunia?

Esta, tras unos segundos de indecisión, afirmó con la cabeza. Le reconocía, le había visto hace mucho, mucho tiempo, pero todavía recordaba esos ojos… eran inolvidables.

.-.No tengas miedo, he venido para sacaros de aquí – acercó una de sus manos, y la mujer ya no retrocedió ante su tacto – Vengo a llevaros a un lugar seguro… a todos – el hombre miró hacia las sombras donde se ocultaba el resto de la familia, sus ojos desprendían confianza – Tenemos que dejarla descansar – dijo entonces mirando el cuerpo de la niña – Tiene que dormir. Esta cansada ya de luchar. – no quería decir la triste verdad, aunque todo el mundo en esa habitación lo sabia. – Dámela. Yo la llevaré. La dejare en un lugar donde pueda descansar, en un lugar al cual esta unida desde siempre.

Petunia Durlsey le tendió el cuerpo que sostenía entre sus brazos y el hombre lo cogió con sumo cuidado, como si realmente estuviera dormida. Le acaricio el rostro con ternura y protección.

.-.Querida, ahora ya has cumplido tu misión, ahora ya puedes descansar en paz – dijo y depositó en su frente un ligero beso, antes de cubrirla con su capa totalmente.

Después tendió una de sus manos hacia la mujer y los dos se levantaron del suelo.

.-.Vamos, tenemos que salir de aquí – no era una sugerencia ni una orden, pero todos, absolutamente todos los que estaban en la celda le siguieron hacia la salida del lugar, abandonaban su breve, pero intenso, encierro para empezar una vida distinta a la que habían tenido hasta entonces.

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El sol desapareció totalmente por el horizonte, dejando paso a la noche.

Los últimos rayos rojos se desvanecieron en el aire.

La oscuridad no era total, todavía se podía distinguir las formas, y con esa leve claridad, se pudo ver las figuras de varias personas en la entrada de una gran casa.

Dos de ellas, idénticas en aspecto y personalidad, llevaban en sus brazos grandes sacos, botines de guerra les llamaron. Estas habían sido las primeras en terminar.

Después, unos minutos mas adelante, habían llegado tres más que se sostenían entre si, mejor dicho, dos de ellas sostenían a la del medio, que cojeaba débilmente, y que, a pesar de su aspecto cansado y agotado, su rostro resplandecía de alegría por estar de nuevo con sus amigos y al descubrir una triste verdad.

Algunas personas más habían llegado, prisioneros que se hallaban en la casa, liberados por la gente que había entrado, liberados por cuatro adolescentes que habían ido a salvar a un amigo.

Pero estos no habían ido solos, y por ello no se iban todavía: esperaban a alguien más, a la persona que les había permitido llegar y entrar al lugar.

Al fin llegó, y no llegó solo, llegó acompañando por las personas que faltaban de liberar. En sus brazos llevaba un bulto oculto que no quiso revelar que era, y aunque la forma le delatase ligeramente, nadie supo de quien se trataba.

Vio y observó al grupo formado.

Ya estaban todos sanos y a salvo.

Su misión había tenido éxito.

Como ya hiciera un tiempo atrás, transformó varias cosas que tenia a mano en trasladores, para que pudieran todos llegar a un lugar seguro, a Hogwarts.

Ya no serian prisioneros, si no gente libre.

En los ojos de las personas, al coger el objeto que les alejaba de ese lugar de pesadilla, aparecía un profundo agradecimiento y una gran admiración por esos magos que les daban la libertad, nunca olvidarían aquel día, y nunca olvidarían aquel gesto.

Uno a uno, todos se fueron yendo, quedándose sólo los principales, los que habían ido, básicamente, a buscar: Harry y los Durlsey.

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.-.Yo… yo no se que decir – balbuceo Vernon al ver lo que había sucedido a su alrededor, la idea de que la magia era algo extraño y que había que eliminar le parecía ahora algo descartada.

A su lado se encontraba su hijo, su esposa, al observar su arrepentimiento, se acercó a él, ya estaban de nuevo juntos los tres.

Los magos que ahí quedaban (es decir, los cinco adolescentes y el mago adulto), al ver el cambio que se producía en aquella familia, sonrieron, había servido de mucho su ayuda y, quizás, no estaba tan lejos el tiempo en que los muggles ya no temiesen el mundo de la magia, y que todos se ayudasen fueran quienes fueran.

.-.¿Cómo nos vamos nosotros? – acertó a preguntar un poco receloso de nuevo Vernon, aunque empezaba a aceptar la magia en su vida, no iba a confiar en aquellas cosas que se habían llevado a los demás, todavía no llegaba a ese extremo de confianza.

.-.Eso ya estaba previsto – dijo el hombre y, con un silbido largo, llamó a los thestral que pastaban no lejos de allí. Estos cabalgaron hasta quedarse a la altura de la familia – Se que su aspecto no es agradable – se disculpó al ver los rostros de estos – pero son un medio eficaz para llegar a donde tienen que ir. Confíen en nosotros, todos los hemos montado – hizo un gesto hacia los demás – y es una buena forma de viajar.

Vernon Durlsey gruñó, no le terminaba de gustar el aspecto que veía. No era que le desagradasen los caballos, pero estos no eran "exactamente" caballos, estos tenían ¡alas! (aquí cabe reseñar que, por circunstancias su aspecto no era el real, antes de llegar a la altura de la familia muggle, un hechizo de ilusión fue lanzado y no presentaban todas las características propias de los de su especie. Tal y como veían ellos, eran caballos normales y corrientes… eso si, con alas)

.-.En fin, lo que Dios quiera – dijo el hombre antes de subirse a lomos del "caballo" En el otro (y por cuestiones de espacio) subieron su esposa y su hijo.

Los animales saben donde llevarles, allí encontraran gente dispuesta a ayudarles – les despidió el mago viéndoles como empezaban a galopar y marcharse del lugar.

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.-.Bueno, ya estamos todos de nuevo – se dirigió hacia los adolescentes, y en particular al recién liberado, que se apoyaba en los brazos de sus amigos – Harry. ¿Cuántas veces te he dicho que la curiosidad es buena hasta cierto limite? – le medio reprocho al moreno. Este bajó la cabeza avergonzado, hasta ese momento había disfrutado de todo lo sucedió con sus parientes – Pero ahora ya es tarde para dar marcha atrás en el tiempo, lo pasado, pasado esta. Aunque… quizás, no todo este perdido. Mírame – le dijo y Harry levantó sus ojos y los sostuvo enfrente suyo. Fue sólo un instante, pero ambos sintieron el poder que empezaba a emerger del muchacho. Imposible de soportar por más tiempo la mirada, el adulto desvió su cara y empezó a hablar otra vez - ¿Te acuerdas de lo que decía la profecía verdad? Todos los días de este curso te has preguntado que era exactamente ese poder del que hablaba. No lo sentías, porque entonces no lo tenías. Ahora lo tienes. Voldemort, sin saberlo, ha desatado en ti el poder que tienes para destruirlo. ¿Cuál ha sido la causa? No lo se. Quizás un deseo de venganza por todo lo que te había arrebatado, o quizás fuera otra causa… no lo se. Pero ahora, en tus ojos, se puede intuir un atisbo de poder oculto que se despierta. No sabemos cuando será la hora en que se cumpla lo que ahí dice, pero todos – señaló a los que le rodeaban – estaremos a tu lado. Tus amigos… yo. Todos estaremos para apoyarte en lo que sea.

.-.Profesor…

.-.No Harry, yo también estaré allí para ayudarte. He perdido a mucha gente por el camino, pero se que su muerte no ha sido en vano. Todos luchamos contra el mal, y por desgracia, la llave de la victoria se encuentra sobre tus hombros. Sabes que tienes una responsabilidad muy grande, pero entre todos te ayudaremos a llevarla. Ahora… – mientras estaba hablando había visto algo detrás de ellos, al final del pasillo, justo a sus espaldas, él era el único que veía aquello, pues era el único que miraba en esa dirección -… disfruta con lo que tienes. Ya habrá tiempo para hacer frente a lo que tenga que venir.

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Nada mas terminar el discurso, dos brazos fuertes rodearon el cuerpo de Harry, acababa de llegar a su altura, hacia tanto tiempo que había esperado ese momento.

Este, al principio se asustó al sentir ese gesto, pero tras ver la sonrisa que tenia la persona que tenia enfrente, supo que no era nada malo, y… además… le sonaba tanto esas manos… ese olor.

Ron y Hermione también se sobresaltaron al sentir llegar a alguien por detrás, pero intuían de quien se trataba, por lo que se apartaron un poco al sentirlo a su altura.

Ese era el momento que tanto los dos habían añorado.
Harry se dio la vuelta y se encontró cara a cara con Sirius.

Se fundieron en un gran abrazo, un esperado, deseado y eternamente soñado abrazo.

Al fin había regresado.

Sirius, mientras sentía a su ahijado en sus brazos, levantó los ojos al cielo y agradeció a su amigo la oportunidad que le había dado… a cambio de su propia vida.

.-.Gracias Peter.


�¡Espero que les haya gustado!

Contestaciones a los reviews (¡muchísimas gracias a todos por ellos!)

.>. Gabriela Luthien Black.>.Hola guapa! Espero que tu inicio de clases no haya sido muy traumático… al menos queda el consuelo de que faltan ya menos días para las vacaciones de Verano (siempre hay que ser positiva :D) Gracias por decir que el capitulo anterior te aclaro varias dudas, era exactamente eso para lo que existía (guiño) Ah, por cierto¿no te suena una "cierta" parte de la historia? (pista: tiene algo que ver con el segundo nombre de tu nick y de un tal Beren… Si no te acuerdas, ya te lo recordare mas adelante – guiño) Sobre tu musa, pues no, no la he visto. Por desgracia la mía no me deja (ya quisiera yo) pero ya pondré un ojo y si la veo, te lo comento (ya veras como regresa… algún día) Por cierto, una tremenda alegría al final de este capitulo ¿no? Besos miles.

.>.Isaurita .>.Saludos Guapa! Uff, de nuevo los colores se instalan en mi cara (cara súper sonrojada, jejeje...) no acabo de acostúmbrame :P Como ya te dije por msn, la trama tenia "truco" ya que ciertas partes estaban pensadas incluso antes de que empezase esta historia (por lo tanto, es muy antigua la trama) Sobre si la historia esta interesante ahora… buff, y lo que sucede en este capitulo ¿Qué te parece? Suceden un montón de cosas (y no veas los sentimientos contradictorios que tenia en mi, como digo, no quería escribirlo pero tenia que hacerlo… uhmm… creo que ya se lo que es despedirte de un personaje a quien has empezado a querer –carita triste- y pobre Peter también) Ya me dirás si los encuentras, pero si aquí, en España, son bastantes difíciles de hallar, ya me imagino que allí será todavía mas :S (cara de confusión) Un besote muy grande (y no des ánimos a mi musa, que suficiente tengo con ella para que se anime todavía mas) Besos mil.

.>.Marce .>.Saludos miles! Sipi, el capitulo era para que se entendiera bastante la historia que rodea a esos dos y, como dice la narradora, "para comprender lo que ha sucedido y tiene que ocurrir" Sobre quien es esta misteriosa persona, sabia que mucha gente empezaría a pensar en diferentes nombres, pero también sabia que nadie lo adivinaría (por lo menos que yo sepa hasta ahora) Como habrás visto, en este capitulo ya se desvelan tus dos incógnitas sobre quien hablaba y que pasaba con Dumbledore… ah, y con los demás, que espero que te hayas llevado una alegría :D Muchos besos y nos vemos.

.>.Syringen .>.Hola guapa! Ay, Dios mío, que se me cae la cara de vergüenza, tengo por ahí un comentario pendiente de tu historia en otro ordenador y no lo he puesto todavía (si, para cabeza alocada y despistada la mía) En fin, espero que pueda próximamente, agarrare pronto esa cosa y seguro que te alegro (espero) un poco el día. Bien, pasando a otros asuntos, muchas gracias por dejar tu rr y no te preocupes, que la que debería pedir perdón soy yo por no comentarte la tuya (aunque sabes que la tengo siempre… pero siempre me olvido de poner algo, jooo. A ver como soluciono eso)

Sobre el fic, pues la verdad, al principio (me acuerdo) unos pocos intuyeron de quien era hija, pero como no se demostraba, pues las ideas empezaron a cambiar, así que fue pasando el tiempo y todo eso se olvido, pero no, no estaba perdido, ya que la historia tenia que ser desvelada finalmente ;P (por cierto, se que me vais a querer asesinar por las cosas que suceden en este capitulo) Ah, y ya habrás visto las contestaciones a tus preguntas a lo largo del capitulo (que sucede con Dumbledore, con Sirius, con Harry, quien cuenta la historia – como digo por ahí, nadie se lo intuyo- y sobre los demás… están reveladas) El tema Harry-Ginny, pues ahora ya están más cerca uno del otro, y veremos si puede existir un poquillo de felicidad entre ellos :P Ya veremos…

Uffff, vaya interrogatorio al final. Bien, creo que tendremos que empezará a contestar (¿se hace eso no?) Por lo que se puede intuir, la historia ya esta casi en sus últimos capítulos (no se cuantos faltan mas – mi musa es muy caprichosa- pero no creo que lleguemos al numero 50) por lo tanto, creo que antes de Junio de este año, este fic habrá acabado (icono un poco entristecido), pero si, si tengo intención de continuarlo, la idea del siguiente (del 7 libro, continuación de este) y la tengo medio estructurada así que no habrá mucho tiempo entre uno y otro (aunque el titulo todavía no lo sepa… estoy pensando) El titulo de esta, bueno, en sus comienzos (all� en un día de hace muchos meses) fue porque era "extraoficialmente" el titulo del 6 libro (aunque yo misma intuía que no iba a ser finalmente ese) así que lo "adopte" y así se quedo. Lo de que se ha ido por la tangente… ‚¡ mucho! Pero como digo, es mi versión del 6, y no creo que ocurran estas cosas ya, jejeje (creo que JK no incluiría tantas muertes como lo hago yo, jejeje) Hay muchas mas cosas que te podría comentar en torno a la historia, pero me conozco y se que cuando me embalo no paro de escribir :P Otro día será. El resto de las cosas que preguntas después de esto (como pongo al principio) están ya contestadas en el presente capitulo. Ah, por cierto, espero habré cambiado la opinión que tenia la gente sobre Peter, yo creo que no es, en el fondo, malo, sólo las circunstancias le obligaron a ello… Besitos miles guapa :D

.>.YaRoN.>. Saludos! No te preocupes, yo también suelo leer fics y no dejar contestaciones hasta muchos capítulos después (carita triste y arrepentida) Como digo siempre, no te preocupes, que con tal de que sigas leyendo es lo importante (y que te guste, eso es cierto también) Sii, la acción vuelve (en este capitulo ocurre un poco de todo), y lo que dices sobre que a mucha gente no le va a gustar… ya lo sabia desde que empecé a desarrollar (escribir) eso, pero no puedo cambiarlo :(… ya lo veras (ahora mismo estoy preparando las maletas para irme a un lugar donde no me puedan encontrar) Bueno, a cambio, hay una gran alegría al final del capitulo :D (espero que eso apacigüe un poco los ánimos asesinos contra esta pobre persona) Lo de continuar la historia, no lo dudo, yo la seguiré y ya veremos lo que ocurre en esa segunda parte :-) Ah, y a ver si dentro de poco menos de 100 días el nombre que salga de los labios del presidente del comité de los Juegos Olímpicos es el de esa ciudad tan preciosa (capital de España) y así, tenemos varias cosas importantes en pocos años, en tu ciudad los Juegos, y en la mía la Expo (Zaragoza 2008, ya oficial, ya preparándonos… Expo del Agua allá vamos ;-D) Besos miles!

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