Hola! Saludos a todos y todas!
Aquí les traigo un nuevo capitulo del fic, y vengo con dos noticias, una mala y otra buena. Creo que mejor seria decir primero la mala: "este es el penúltimo capitulo"… y ahora la buena (aunque creo que muchos ya lo sabéis ;D): Siii, voy a escribir la continuación a este (es decir, el séptimo curso)
Así que todavía me tendréis que aguantar mucho más tiempo XDD (espero que no tarde tantos meses como me ha costado este… ya veremos :P)
Ah, y antes de empezar a leer ya el capitulo, al final, después de las contestaciones a vuestros magníficos, maravillosos y estupendos comentarios /reviews (ya saben, están después del capitulo), hay una sorpresa que espero que les guste.
Muchos besos y, como siempre, espero que disfruten del capitulo.
Capitulo 46 La fuerza de la unión
Una extraña somnolencia se apoderó de todos y cada uno de los que se encontraban en la enfermería, y uno a uno, cayeron en un profundo sueño, en un pacifico y tranquilo descanso… en la posición en la que estaban: encima de una cama, sumidos en un gran abrazo, o, los menos afortunados, encima de una silla. Todos y cada uno de ellos cayó bajo el influjo de Morfeo…
Bueno, mejor dicho, todos excepto uno, el único que, en esos instantes, se mantenía despierto y lucido, apoyado cerca de la ventana y contemplando, con un insólito brillo en los ojos, las escenas que veía a lo largo y ancho de la habitación. Él era el único que no había sucumbido al sueño, pues conocía muy bien al animal que causaba ese hechizo, y le había pedido (al reconocerlo, y saber su propósito) que no le afectara si podía, que tenia cosas en las que pensar todavía… ya habría luego algún momento para descansar, pero todavía… para él no.
Dumbledore, al ver que todos dormían, alargó la mano y acarició a Fawkes, su querido fénix, que se encontraban apoyado en la ventana, y era quien había invocado la canción del sueño. Como todos los fénix, Fawkes había intuido el peligro mucho antes de que ocurriera, y por eso había escapado por la ventana antes de que fuera atacado (y arrasado) el despacho del director… Y como muchos fénix, había regresado cuando se le necesitaba, después de haber viajado y ayudado a personas en apuros.
Ahora se encontraba de vuelta en Hogwarts, y tras haber sentido la necesidad de descanso y de una noche sin sueños, había invocado un antiguo y lejano canto de su especie, capaz de hacer sumir en un sueño a los que deseara el animal.
.-.Si, mejor así – dijo el director al ver a todos dormidos - Mañana, con la luz del sol, los problemas se verán de otra forma – concluyó al ver el sueño tranquilo de todos.
Dio una pequeña vuelta y observó, uno por uno, a todos los que se encontraban en la enfermería dormidos: la señora Pompfrey estaba sentada en una silla, ladeada su cabeza ligeramente hacia un lado… le colocó una manta por encima, para abrigarla del frío nocturno. Cerca, en la cama a continuación de ella, se encontraba aquel mortifago que los gemelos Weasley habían traído. Le apenaba el ver el rumbo que había tomado la vida del chico y ex alumno del colegio, aunque no estaba muy extrañado, pues conocía a sus padres, y tarde o temprano le habrían obligado a ello (cuánto influyen los pensamientos de los padres sobre los hijos, pensó con amargura)
Después se dirigió hacia el lugar donde había ocurrido un suceso extraordinario, sonrió, una sonrisa autentica y alegre, al ver el feliz desenlace de una trágica historia. Nunca había visto nada parecido, pero pensó que ambos protagonistas se merecían aquella recompensa, ambos habían sufrido a lo largo de su vida, y quizás ya fuera hora de dejar que la alegría fuese lo que gobernase sus vidas. Ahora estaban juntos, padre e hija, nunca nada más les separaría… o eso esperaba, intentaría que fuese eso con todos los medios de los que disponía. Miró a los dos, el hasta ese momento infeliz y gris profesor de pociones (y un hijo para él), dormía sobre la pequeña figura de su recién encontrada hija (que también estaba profundamente dormida). Todavía permanecían abrazados, en claro gesto de protección por ambas partes… se acabaron las mentiras, los lazos escondidos estaban desvelados para siempre.
Por ultimo, y con esa sonrisa sincera en sus labios, se dirigió hacia el lugar donde había más gente, aquel grupo en el que la unión entre sus miembros era tremendamente fuerte, pues, si uno necesitaba auxilio, los otros le ayudarían sin preguntar ni pedir nada a cambio. Sabia que tres de ellos compartían una unión, una amistad fuera de todo limite, fuerte, inaudita… irrompible… le recordaba tanto a él y a su amigo. Suspiró de tristeza al recordar, ahora ya sólo quedaba él… Igual que había hecho con las anteriores personas, puso encima de cada uno una manta. Todos estaban sumidos en un sueño de paz. Se lo merecían, después del día y la noche tan atrejeados que habían tenido, ahora merecían un descanso tranquilo.
Alzó el brazo, en un gesto tantas veces ejecutado, y Fawkes voló desde la ventana hasta posarse ahí: ya era hora de abandonar la enfermería. Luego, cuando fuera entrada la mañana del día siguiente, regresarían para despertarles a todos… pero de momento, que descansasen y durmiesen profundamente: todos merecían tranquilidad ahora.
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Albus Dumbledore caminaba despacio por los silenciosos pasillos. Todavía era de noche, una noche en la que el rumbo del mundo había cambiado… ¿para bien o para mal? No lo sabia, en ese instante no conocía la respuesta, aunque si sabia que su vida ya no seria la misma que había llevado hasta entonces, muchos sucesos habían ocurrido y poco tiempo le quedaba para solucionar y hacer todo lo que tenia pendiente.
Unos metros por delante suyo, Fawkes volaba a media altura, dándole una luz y mostrándole el camino tantas veces recorrido desde la enfermería hasta su despacho. Quizás no hubiera hecho falta aquel guía, pues conocía el camino y lo podría recorrer incluso con los ojos cerrados, pero el fénix había asumido esa tarea, y por mucho que insistiese, sabia que no lograría nada.
Mientras caminaba, iba fijándose en los cuadros que existían por todo el castillo. Cuadros que ocultaban salas, que servían de puertas para habitaciones, que estaban ahí de vigilantes y espías (aunque eso sólo lo supiera él), que estaban ahí velando por todos los habitantes de la escuela, e informaban como nadie de todo y cuanto acontecía en el lugar.
Ahora, a esas alturas de la noche, todos los habitantes de los cuadros se encontraban dormidos, sumergidos en el descanso, pues aunque fueran cuadros, al ser creados en el mundo mágico, tenían la habilidad de comportarse y sentirse tal y como fuera su dueño antaño, es decir, que seguían los ciclos día-noche y se comportaban de igual forma que si estuvieran vivos (con la excepción de no envejecer, en eso tenían ventaja sobre sus antiguos dueños) Todos y cada uno de los habitantes de los cuadros, igual que los estudiantes y profesores, estaban durmiendo, y era la luz intensa de un fénix lo que les despertaba y anunciaba el paso del director por esos pasillos.
Al principio, la mayoría protestaron al ser despertados, pero tras fijarse en quien iba tras la luz de Fawkes, callaron rápidamente, pues el director mostraba la cara más cansada que jamás habían conocido, parecía que todos los problemas y todas las preocupaciones del mundo se habían instalado muy profundo en él, haciendo que sus arrugas se intensificasen y le mostrasen más viejo que nunca. En verdad, ahora si parecía tener mucha más edad de la que tenía realmente, y también parecía que una parte de él se había desvanecido, se le notaba derrotado y abatido, inmenso en algo que sólo él sentía.
Muchos de los habitantes de los cuadros, al verle, callaban, más cuando doblaba la esquina y desaparecía tras otro pasillo, se reunían entre si, y empezaban a hacer conjeturas sobre lo que podría haber sucedido en esas escasas horas, para que el director tuviese esa carga de preocupación y abatimiento encima.
Dumbledore no dio muestras de si conocía o no lo que sucedía a sus espaldas, entre los cuadros, pues muchas cosas pasaban ahora por su cabeza, y eso era tan sólo un problema (mínimo problema) más en la extensa lista. Sólo caminaba y caminaba rumbo a su despacho, con sentimientos contradictorios, pues por una parte si quería llegar pronto para quitarse (o intentar hacerlo) todas las preocupaciones que tenia encima; pero por otra, no quería llegar, pues eso le confirmaría finalmente que se encontraba solo en la defensa y protección del castillo y de sus habitantes.
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Al final, cuando sólo faltaban unos pocos metros para llegar al lugar de acceso a su despacho, tuvo que parar y apoyarse en la pared, cansado y abatido. Nunca antes había sentido en sus hombros el lento, incesante y terrible avance del tiempo, justo ahora, cuando necesitaba tiempo, justo ahora es cuando más rápido transcurría este. Sabia que le quedaba muy poco para el final, para el desenlace, pero esperaba poder tener el tiempo suficiente para solucionar todo y cuanto era necesario… nunca antes había sentido tanto esa necesidad de que los minutos fuesen más despacio.
Justo ahora, cuando todos más le necesitaban, era cuando el tiempo había decidido jugar en su contra… sentía que su tiempo finalizaba, y no podía hacer nada… absolutamente nada.
Aunque, esperaba, poder hacer algo antes del fin… tenia que hacerlo.
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Fawkes, su fénix, como sabiendo lo que le sucedía, se encontraba en esos instantes, apoyado encima de la estatua que daba acceso al despacho. Quieto y silencioso, como esperando a que terminase el director de lamentarse… y cuando lo hizo, cuando Albus Dumbledore alzó los ojos hacia él, pudo observar la decisión en sus ojos, pudo ver que, aunque las arrugas todavía permanecían profundas, un brillo de decisión existía en lo profundo de su persona: ahora era cuando todo empezaba realmente.
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Arthur Weasley todavía estaba eufórico ante su descubrimiento: la tragedia que todos habían pensado, la muerte del director de Hogwarts, había sido nada más y nada menos que un engaño. No era él, no era de Albus Dumbledore el cuerpo que tenia delante suyo a pesar de que tuviera su mismo aspecto, su mismo rostro, su misma ropa y su misma varita. No era él, y por ello estaba eufórico. Todavía quedaba una esperanza para derrotar al mal.
Levantó la vista y contempló a su alrededor: se encontraba solo en medio del desastre. A su lado, el pergamino en el que habían anotado todos los nombres de los fallecidos y que le había permitido aquel gran descubrimiento, pues donde tenia que estar el nombre del director, no estaba y eso había sido la causa de que cerciorase completamente la información escrita y descubriese, de ese modo, que el director no estaba muerto.
Ahora… ahora no sabia que hacer, pues por una parte quería contárselo a todo el mundo, decir que no se apenasen, que no llorasen, que las perdidas, aunque bastantes, no eran tan graves como esperaban… pero por otra parte, pensándolo bien, si Dumbledore había permitido ese engaño era por alguna buena razón, y no seria él quien estropease su plan. Así que, levantándose del suelo, y enrollando el pergamino, decidió que no diría nada a nadie hasta que no recibiera alguna explicación sobre lo sucedido… aunque, eso si, tendría que preservar el secreto y no dejar que nadie se diera cuenta de lo que había ocurrido realmente.
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Mientras todos estos pensamientos pasaban por su cabeza, otros dos miembros de la orden del fénix se lamentaban en silencio en una de las habitaciones semidestruidas del ministerio: Tonks seguía consolando a la persona que había descubierto el cadáver del director, a su compañero habitual de misiones, que estaba totalmente abatido, sentado en el suelo y abrazándose las rodillas con las manos. Lloraba y lloraba y ella no podía hacer mucho más, excepto permanecer a su lado y ofrecerle su compañía silenciosa.
También se lamentaba de la gran perdida sufrida, también para ella Albus había sido un gran apoyo en esa época oscura que les había tocado vivir. También para ella el director había sido un gran mago al que admirar y respetar. Intentaba que las lagrimas no saliesen de sus ojos, aguantaba y aguantaba, pero sabia que, tarde o temprano, ella también se derrumbaría como su compañero, también lloraría sin cesar.
Afuera, el barullo cesaba poco a poco, ya estaba todo el desastre evaluado y, ahora, solo faltaba que el resto de la gente lo supiese: no seria fácil ocultar tal magnitud de pérdidas humanas.
Tonks escuchó con atención y comprobó como todo el mundo empezaba a irse y desaparecer, rumbo a sus casas o a algún lugar donde descansar un poco, y se sintió, por primera vez en su vida, la soledad, el estar solo, sin una persona de referencia… y ya no pudo más, y se derrumbó junto a su compañero, ambos llorando por el mismo motivo…
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Al principio había sido todo muy duro, el perder a sus padres y a varios de sus compañeros y amigos a manos de los mortifagos, en un gran ataque en el que él y sólo unos pocos más, habían salido supervivientes (y todavía no se explicaba cómo). Después, el no saber que hacer con su vida, si continuar con sus estudios de auror (ya que solo le faltaban unos pocos meses para graduarse) o abandonar el mundo mágico y huir lejos de cualquier cosa que le pudiese llegar a dañar. No supo que hacer, pero la respuesta a sus dudas se la proporcionó un hombre al que había admirado de pequeño. Él sólo había sido un retrato en uno de sus cromos, el primero que tuviera al llegar a Inglaterra, pero a pesar de eso, le admiraba profundamente.
Sus padres habían decidió mudarse y encontrar un lugar fijo, después de todos los viajes y viajes que hacían a causa de su trabajo como aurores. Esta circunstancia fue también la causa de que no pudiera tener amistades muy duraderas, pues en cuanto conseguía tener a alguien muy cercano, a sus padres les mandaban a otro país… y eso unido a la precaria situación monetaria que tenían entonces, no le permitió ir a la escuela: sus padres fueron los que le enseñaron los fundamentos básicos de la magia.
Y así pasó un año tras otro, presentándose a los exámenes extraoficiales para convalidar los cursos y estudiando por su cuenta. No era un gran alumno (lo sabia) pero a pesar de ello, pudo aprobar y sacar la suficiente nota como para estudiar la carrera que quería: auror, como sus padres, a los que tanto admiraba.
Al final, después de todos los esfuerzos realizados, cuando ya le faltaba muy poco tiempo para cumplir su sueño, sucedió el desastre y todo su mundo se tambaleó: se sintió solo en el mundo… y fue entonces cuando conoció a aquel que le salvara del pozo de desesperación en el que se había sumergido. Fue entonces cuando conoció en persona a Albus Dumbledore y se unió, al terminar sus estudios (aprobando con altos honores los últimos exámenes) a la Orden del Fénix.
Y ahora… él estaba muerto también.
De nuevo estaba solo.
Oyó un sollozo contenido a su lado, y cómo, al cabo de unos segundos, alguien empezaba a llorar sin consuelo. Entre las lágrimas que caían de sus ojos, pudo distinguir la figura de Tonks, que en esos instantes ya se derrumbaba totalmente y lloraba cerca de él. Al verla ahí, llorando por la perdida del director, llorando por lo mismo que él, sintió como su corazón daba un vuelco. Nunca había sentido esa sensación antes, nunca había sentido tal conexión con alguien que conociera y que no fuera de su familia… nunca había sentido que necesitase tanto abrazar a alguien, agradecerle el estar a su lado en esos momentos tan duros para ambos.
Si, habían estado juntos en muchas misiones, se peleaban continuamente, le regañaba a veces y él se enfadaba, recriminándole que ella no era nadie para que le gritase… se llevaban como dos polos opuestos, pero Dumbledore, una y otra vez, les emparejaba en las misiones, como si disfrutase de sus peleas y enfados…Y ahora, después de tanto tiempo juntos, de haber sobrevivido a múltiples batallas con los mortifagos… ahora cuando los dos lloraban por la misma perdida, sentía que, desde el fondo de su corazón, descubría lo que sentía hacia ella realmente…
Despacio, sin que se diera cuenta Tonks de sus movimientos, y temeroso de su rechazo (pues no sabia si ella sentía lo mismo hacia él) se fue acercando poco a poco hacia ella, hasta que la tuvo enfrente suyo. A pesar de todas las lagrimas que había derramado (y seguía derramando), su visión no estaba muy borrosa, y podía ver las lagrimas de ella, su llanto por la perdida del director. Acercándose despacio, puso primero una de sus manos en su hombro (imitando el gesto que ella le había hecho cuando encontrasen el cadáver de la persona a la cual había admirado muchísimo hasta entonces), y después, al no encontrar resistencia por su parte, le abrazó. Tonks, al sentir ese abrazo, supo que el tiempo del engaño había acabado, ya no tendría que estar fingiendo más lo que sentía hacia ese alocado joven que, casi desde el primer día, le había robado el corazón como ningún otro: respondió al abrazo fuertemente.
Los dos pensaron lo mismo al sentir entre sus brazos al otro y saber que sus sentimientos eran correspondidos: viejo y loco Albus, quizás él si sabia que acabarían juntos al final.
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Despacio, subía las escaleras hacia su despacho. Ya había decidido todo lo que iba a hacer, ya había pensado en la estrategia para poder derrotar a Voldemort, para evitar que su reino del mal llegase. Ya había planificado todos y cada uno de los pasos a seguir, y todo lo que había que hacer… aunque, quizás, muchos no comprendiesen los motivos…
Si, porque existía una parte complicada en sus planes, algo en lo que los demás no estarían de acuerdo, pero todo era por y para el bien general, aunque no lo comprenderían en un primer instante. Seguro, lo sabia, les conocía muy bien y sabía que ninguno aceptaría su decisión al principio… pero tenia que hacerlo, era una parte muy importante en sus planes.
Suspiró al llegar a los últimos escalones. Seguro que nadie lo comprendería en un primer instante…
La puerta del despacho se abrió cuando llegó a su altura y, por primera vez, vio el desastre causado en el despacho, el desorden y la destrucción que, unas horas antes, había causado el intruso en el castillo.
No le sorprendió, pues ya en la misión de rescate, le habían hablado de lo sucedido, del estado en el que se encontraba el lugar… y ahora lo veía con sus propios ojos: todos los objetos por el suelo, todos los libros rotos y esparcidos por doquier, todo tirado y destruido.
No le fue difícil deducir lo sucedido: que cuando el "supuesto" director llegó al ministerio para ayudar al ministro con el robo del velo (él ya estaba a unos kilómetros de allí, buscando la vieja casa), alguien, desde otra sala, accedió a la chimenea y al colegio. Bien sabia quien había sido el responsable de eso¿Quién si no, alguien que paseaba impunemente por el ministerio, aun siendo mortifago, podía acceder a las redes flu, pero, por desgracia, no tenia pruebas concluyentes: no había dejado ni un rastro que le incriminase…Ahora la seguridad no tendría que doblarse, sino triplicarse: les esperaba un año muy duro, y seguro que Voldemort concentraría todas sus fuerzas para derrotarle una vez que supiese del engaño.
Con cansancio, se aproximó a su sillón, y se dejó caer, sin importarle los pergaminos del suelo o todo el desastre de su alrededor.
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Tras unos minutos de descanso (con los ojos cerrados, y la cabeza echada hacia atrás por el cansancio acumulado) en los que se centró profundamente en el plan que estaba formándose en su mente, decidió que ya era hora de empezar. Así que, con la varita que a partir de entonces tendría (la suya ya no, eso había sido una parte importante del plan de engaño), convocó hechizos de limpieza que permitieran organizar un poco el desastre del despacho, y así, hacer sitio para los que tenían que venir.
Poco a poco, los libros rotos y los pergaminos se amontonaron en un rincón, los destrozos también se apartaron, y le permitieron una pequeña zona despejada de todo. Fijándose en algunos de los objetos destrozados, eligió algunos bastante grandes y les aplicó un hechizo trasformador, y así lo hizo hasta tener un considerable número de sillas alrededor de su mesa: había decidido llamar a varios componentes de la orden… y empezar con su plan.
Antes de eso, y dando tiempo para que los hechizos de limpieza actuasen adecuadamente, se acercó hacia un armario que tenia, allí era donde almacenaba el pensadero, aquel objeto que le iba a ayudar tanto en su plan, y aquel objeto que le permitiese desahogarse de todas las preocupaciones que inundaban su mente… ¡tenia tantas! Desde que recordase, el pensadero le había ayudado de gran manera (a él y a muchos que conocía, pues era un poderoso objeto mágico)
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De pie, frente al armario vacío, observó con preocupación el rastro que, tras los largos años transcurridos, el redondo recipiente había dibujado en el estante ¡No podía ser! Ahora no, justo cuando había encontrado una manera para derrotar a Voldemort, este estaba a un paso por delante de ellos.
Abrumado por el fatal descubrimiento, pues no solo sus secretos serian desvelados, sino un montón más, de muchas otras personas, y todos importantes, se sintió derrotado, y no pudo evitar que la angustia le invadiese ¿Cuántas más maldades había hecho el infiltrado en Hogwarts antes de irse?
Dio la vuelta despacio, apoyándose en la puerta del armario, y empezó a pasear su vista por los objetos de su despacho, por si faltaba alguno… pero todos estaban destrozados y en pedazos. En un par de veces, tuvo que dedicar algunos minutos más para averiguar a que objeto pertenecía el trozo roto que miraba, y cada vez que reconocía algo, no podía evitar un suspiro de alivio al saber que no se lo había llevado.
Por estar tan concentrado en la tarea de reconocimiento, no se percató de la llegada de los ocupantes de los cuadros, huidos al irrumpir el mortifago en el despacho. Sólo, cuando ya había terminado, fue cuando se dio cuenta de que todos y cada uno de los directores anteriores de Hogwarts ya estaban allí, haciéndole compañía.
.-.Vaya desastre – dijo, a modo de saludo, uno de ellos, y los demás cabecearon afirmativamente, al estar de acuerdo con lo que decía.
.-.¿Que ha pasado? – preguntó otro.
Y así, uno a uno, decían sus dudas, más Dumbledore permanecía callado, ya reconociendo los últimos objetos, y dándose cuenta, tristemente, que lo único que faltaba en el despacho era precisamente lo más importante de él: el pensadero.
.-.En mis tiempos, no hubiera sucedido esto…
.-.Parece que haya pasado un huracán…
.-.¡Vaya seguridad tiene ahora el castillo…!
Ahora ya no eran preguntas, ahora los cuadros se quejaban abiertamente.
.-.Damas y caballeros – por primera vez el actual se dirigió hacia ellos – las explicaciones de lo sucedido las sabrán a su debido tiempo. Vamos a tener visitas – con un gesto del brazo, señaló hacia las sillas ya preparadas.
Antes de dirigirse hacia el sillón y empezar a llamar a los miembros de la orden (ahora tendría que modificar fuertemente sus planes, la perdida del pensadero era bastante grave y afectaba a sus planteamientos iniciales), vio que uno de los cuadros todavía seguía sin dueño. Dirigiéndose hacia el vecino más inmediato (que, en esos momentos le comentaba algo a una de las antiguas directoras), le dio un par de toques de atención.
.-.Si, Dumbledore¿que quieres? – dijo este un poco malhumorado al ser reclamado.
.-.¿Dónde esta Nigellus? – y le indicó el cuadro vacío, el otro se encogió de hombros en clara muestra de no saberlo, y seguidamente, reanudó su conversación, haciendo caso omiso del actual director ("Pues si, cuando yo era director…")
Albus se sentó en el sillón, imaginándose que Phineas Nigellus se encontraría en el otro retrato que tenia, en la casa Black. Al menos, un problema bastante grande hasta entonces estaba solucionado (la vuelta de Sirius), ahora sólo quedaba prepararse para lo que iba a venir: para la época más oscura y peligrosa de ese tiempo, para la guerra y para el poder de Voldemort que empezaba a crecer como nunca antes.
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Fawkes, que hasta ese momento se había quedado esperando en la ventana, voló y se posó enfrente del cansado y abrumado director. El despacho ya estaba bastante recogido (aunque al día siguiente, los elfos seguro que trabajarían bastante tiempo para dejarlo completamente limpio), y sólo estaban las sillas vacías esperando enfrente de la mesa.
Como sabiendo que algo le pesaba en la mente, empezó a entontar una de las canciones que conocía, dándole fuerzas y esperanzas de que todo iba a salir bien. Dumbledore, al escucharle, no pudo evitar que una leve sonrisa asomase de sus labios: tanto tiempo juntos y parecía que el fénix le comprendía y sabia lo que le ocurría mejor que la mayoría de las personas de su alrededor.
.-.Bien, ya va siendo hora de llamar a los demás – decidió mientras acariciaba al fénix y empezó a llamar a varios de los miembros de la orden como siempre lo hacia. Había decidido continuar con su plan, con unas leves modificaciones eso si, pero sabia que todo tendría que ser de esa manera… ojala comprendiesen, al final, porque actuó de esa manera… porque sabia que, al inicio, nadie le iba comprender…
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.-.Y ahora¿Qué vamos a hacer? – preguntó al aire Nymphadora Tonks, sabiendo que la misma pregunta se la estaba haciendo la persona a la cual abrazaba ahora fuertemente, sin querer soltarla.
.-.No lo se – le contestó su compañero, mientras le acariciaba la cabeza (apoyada en uno de sus hombros) – Pero sea lo que sea, estaremos juntos hasta el final, te lo prometo.
.-.Gracias – le agradeció Tonks, después de la perdida de su primo, Sirius, el año anterior y ahora la del director, se sentía bastante sola y huérfana. Al menos, había encontrado un gran apoyo en el momento menos inesperado: allí, a su lado, junto a ella. Le abrazó de nuevo.
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En la puerta, y sin que ninguno de los dos lo notase, se encontraba Arthur, que había alcanzado a escuchar los llantos de los dos jóvenes (casi de las edades de sus hijos mayores) y sabia que tenia algo, una información, que les iba a alegrar, pero no podía decirles nada… por desgracia. Que extraño tiempo les tocaba vivir, en el que desgracia y alegrías se entremezclaban fuertemente.
Y, de pronto, para su sorpresa, y la de los dos jóvenes, unos objetos aparecieron de repente flotando enfrente de la cara de cada uno de ellos: era la forma urgente de comunicar que había una reunión de la Orden del Fénix.
Tonks, alzando una de sus manos, cogió la delicada pluma roja de fénix, y al sentir entre sus dedos la calidez que emanaba, y el significado que tenia (pues sólo una única persona podía comunicarse con ellos de esa forma), supo que no se encontraba sola, y además, tuvo la extraña sensación de haber recuperado a más de una persona en esa noche.
Al contacto con sus manos, y unos segundos después de llegar, la pluma se convirtió en un pequeño pergamino donde les comunicaba el cuándo y el dónde se celebraría la reunión (inmediatamente y en el despacho del director de Hogwarts.) y la forma de llegar (que seria a través de la red flu): allí sabrían que era lo que había sucedido realmente esa noche tan extraña en el mundo mágico…
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Uno a uno, los componentes supervivientes de la orden del fénix fueron apareciendo por la chimenea. Pocos más bien, pues bastantes habían caído en el ataque del ministerio. Y todos, al llegar, se quedaban atónitos ante el estado en el que se encontraba el despacho, y ante la ausencia de la persona que les había convocado… pues Dumbledore no se encontraba en esos momentos allí.
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Al cabo de unos minutos de desconcierto, la puerta del despacho se abrió, y tras ella apareció no sólo una persona, sino dos, y todo el mundo quedó con la boca abierta al ver aparecer a la segunda: era el menos inesperado. Una mancha de un color indefinido se abalanzó sobre él nada más reconocerle, y Dumbledore se apartó a un lado para dejar que los dos se encontrasen adecuadamente. Pues si, esa persona era nada más y nada menos que Sirius Black, al cual el director había ido a buscar a la enfermería (y despertar del sueño profundo en el que los demás estaban sumidos) Podía haberle dejado allí descansando tranquilamente, pero algo le decía que una persona se alegraría bastante al verle… y así había sido, Tonks había recobrado la alegría (y la torpeza, todo hay que decirlo) cuando vio aparecer a su querido primo desaparecido (aunque su madre fuera realmente su prima, ella lo consideraba de la misma forma) Además, así él escucharía también lo sucedido en toda su larga ausencia, pues era bastante.
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.-.Bien – Albus sonrió ante la espontaneidad de la muchacha y espero a que todo el mundo se sentase en sus asientos antes de ponerse él en el sillón – Ahora que todos estáis aquí – vio que quedaban varios sitios libres, lo que sólo podía significar una cosa, desgraciadamente – Tengo que contarles todo lo que ha sucedido esta extraña noche. Se que algunos me consideraban caído en el ministerio – de reojo vio el pergamino en manos de Arthur y supo que era el único que había descubierto el engaño, pues todos los demás estaban atónitos todavía ante su aparición – pero todo ha sido por una razón… y ahora la comprenderán.
.>>.Se que no va a ser fácil de asimilar todo lo sucedido (y hay muchas cosas que han ocurrido y de las que no sabíamos nadie nada) pero todo, a excepción de las perdidas en el ministerio, ha trascurrido mejor de lo que en principio se esperaba. No sólo accedí al cuartel general de Tom – casi todas las personas que se encontraban allí, ante la mención de Voldemort, se sorprendieron – sino que desbaraté sus planes – no dijo que también él había sufrido perdidas – y logré rescatar a varias personas importantes para nosotros. Pues si, sin que nos diéramos cuenta habían secuestrado a Harry y a otra persona a la que no voy a mencionar, pero que tiene un pequeño papel en nuestra lucha contra el mal. Además, como ya podéis observar, se encuentra de nuevo entre nosotros, Sirius – este todavía se encontraba débil y cansado, pero había adoptado de nuevo su forma humana para asistir a la reunión: quería escuchar.
.>>.Ahora hay muchas cosas que decir respecto a lo sucedido en esta noche, pero quizás nos duraría muchas horas, por lo que he decidido que voy a contar por encima lo que ha pasado, para que comprendáis el porqué, en el ministerio, hay una persona con mi aspecto, y cómo he permitido que sucediera tal desastre… Se que va a ser un poco complicado de entender, pero espero que comprendáis porqué he actuado de esta forma…
Y así empezó a narrar el engaño planeado para esa noche…
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Mientras que en el colegio, en el despacho del director, los componentes de la orden del fénix que habían sido llamados oían la historia y las razones del comportamiento de este, en un lugar bastante alejado, a miles de kilómetros de allí, un gran grupo de encapuchados llegaba a su cuartel general. Entre ellos se distinguía una gran figura que parecía irradia maldad por todos los lados de su piel (aunque, quien le mirara la cara, y realmente muy pocas personas le habían mirado – y salido vivas de ese acto – estarían de acuerdo que en casi nada se parecía a un ser humano… a pesar de tener figura humana)
Lord Voldemort estaba a la cabeza de sus eufóricos y alegres tropas de mortifagos al llegar a la colina: habían destruido un bastión importante del mundo mágico y ya les quedaba menos para imponer su reinado de terror… Por eso no se dieron cuenta, en un primer momento, de que algo sucedía a su alrededor, y que, en los ojos de su señor, aparecía una mirada de ira y se volvían sus ojos de un rojo sangre amenazador: había sentido que algo iba mal desde el primer momento en que apareciera a las puertas de la mansión.
Dejando boquiabiertos a sus mortifagos, Voldemort entró rápidamente en la casa y se dirigió hacia un lugar, no sabia que iba a encontrar, pero si sabia que seria algo bastante desagradable para él. No se dio cuenta de que el interior de la casa se encontraba silencioso y vacío…
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Al llegar a la sala principal, y al ver la marca que se encontraba en la pared, supo que había sido victima de un gran y trabajado engaño… y su ira creció tanto que una buena parte de su enfado se transformó en un hechizo que destruyó la pared completa, dejándola reducida inmediatamente a escombros. Una sola palabra salió de su boca "Dumbledore". Sabia que había sido él el que había entrado al lugar, nadie, excepto el director de Hogwarts, dejaba esa marca. Su ira creció y creció, y no quedó lugar ni habitación en la casa que no recibiera algún daño, al descubrir Voldemort todo lo sucedido en su ausencia.
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Fuera, los mortifagos que todavía permanecían, se encontraban callados y dudosos de entrar a la casa, pues nadie quería ser objeto de la rabia de su lord, y oían, una y otra vez, los ruidos y destrozos en el interior… parecía que la furia de su señor se hubiese desatado como nunca antes habían visto y estaba destrozando cualquier cosa a su alcance (y por eso no se atrevían a entrar, no fuera que un rayo mal dirigido les inflingiese graves daños). Aguardaban todos afuera temerosos de la ira y rabia de Voldemort.
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Todo se estaba derrumbando a su alrededor. Por donde quiera que mirase, sólo existía destrucción.
Polvo y ruinas. Trozos derruidos de paredes y objetos por el suelo.
Ahora sólo estaba él, en medio de tanta tragedia y desastre.
Y, de repente, sintió una rabia inmensa por lo ocurrido, agarró su varita fuertemente en la mano y lanzó un hechizo hacia la puerta que todavía permanecida cerrada, pues acertaba a ver una figura amenazadora tras ella.
Algo cayó, una persona… inerte, sin vida.
Corrió hasta llegar a su altura, justo cuando la maldición asesina le había alcanzado, fue cuando pudo reconocer su rostro… y ahora era demasiado tarde.
Dio la vuelta al cuerpo, con lágrimas en los ojos, y pudo comprobar que, entre los rasgos tan conocidos para él, existía una expresión de sorpresa: ninguno de los dos había esperado ese final.
Quiso gritar, maldecir todo lo ocurrido, pues las circunstancias le habían empujado a ser como era ahora. Su grito desesperado se elevó en el cielo, rasgando el silencio creado tras la última batalla de la gran guerra…
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Harry se despertó de pronto, inundado en sudor frío y temblando como nunca antes lo había hecho: despertaba de una horrible y angustiosa pesadilla. Lo había sentido todo tan real, que por un momento dudó si lo que veía sucedía en verdad, o era tan sólo eso: un sueño, o mejor dicho, una horrible pesadilla. Sus temores se confirmaron cuando el asesino de su sueño levantó la vista y pudo distinguir de quien se trataba¡era él mismo! Aunque sus ojos estaban tremendamente oscuros y reflejaban una gran desesperación y tristeza por la vida… como si le faltase muchas cosas en ese momento, como si hubiese perdido sin remedio muchos de sus apoyos vitales.
Pero ahora, al despertar, al saber que sólo había sido un sueño, supo que no estaba solo en la vida, que la sensación de vacío que se había apoderado de él al despertar, se disipaba y alejaba, más aun al comprobar, en su mano, el fuerte agarre de una persona.
No distinguía bien todo cuanto le rodeaba, alguien le había quitado las gafas cuando se había quedado dormido, pero no por ello estaba ciego, aun distinguía las formas y los contornos de las personas que estaban a su alrededor.
Con cuidado para no despertar a Ginny (que se encontraba medio tumbada y profundamente dormida en un lateral de la cama, y agarrándole fuerte una de sus manos), se incorporó un poco en la cama. Así, de esta manera, pudo ver como se encontraban el resto de las personas en la enfermería (bueno, no todas, sólo las que estaban más cerca de él, pues lo demás era muy difuso y no alcanzaba a ver nítidamente nada más)
Fred y George eran los que más alejados estaban de la cama, e igual que todos los que se encontraban en la enfermería (a excepción de él, claro) un sueño profundo les invadía. Sus cuerpos se habían deslizado poco a poco de la pared, y los dos estaba ahora tumbados de cualquier manera en el suelo, las mantas que les cubrían hacia ya rato que no les abrigaban. Los dos tenían una expresión de profunda inocencia, de no haber roto un plato en su vida, pero eso era, claro esta, debido a las ilusiones del mundo de los sueños, pues él, que los conocía tan bien, sabia que eran (los dos) unos grandiosos bromistas, y más valía tenerlo como amigos que como enemigos, pues podían ser terribles.
Al lado de ellos, y en la posición más cercana a su cama, se encontraban sus dos mejores amigos: Al verlos juntos (los dos apoyados en la pared dormidos, con una manta que les cubría a la vez, estando la cabeza de Hermione apoyada en uno de los hombros de Ron), sintió un escalofrío que recorría todo su cuerpo de parte a parte cuando miró a este ultimo, más la sensación desapareció poco después, junto con el recuerdo de la pesadilla… ya no se acordaba de porqué se había despertado.
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Sintiendo como el sueño le empezaba a invadir de nuevo, se recostó en la cama, para poder dormir un poco más, y sus últimos pensamientos fueron para la persona que le acompañaba en la cama: ahí estaba, como no, Ginny, a su lado. ¡Cuantas veces había deseado esos últimos momentos que habían vivido antes de tener que sentarse en la cama!. ¡Cuantas veces había soñado con esa pelirroja en particular!. ¡Y cuantas veces se había sentido tan temerosos de que la respuesta fuera negativa! Muchas dudas le habían asaltado, pero había comprobado que eran vanas, especulaciones falsas, pues ahora estaba allí, junto a él, y se sentía correspondido y amado. Con cariño, y con la mano que tenia libre, le apartó un mechón de la frente y se inclinó para depositarle un ligero beso en ese lugar antes de sumirse en el sueño del descanso.
Sabía que, mientras todos permanecieran juntos, nada malo pasaría, pues la unión de todos ellos, su amistad, su entrega sin límites, su apoyo incondicional… eso era lo que le daba fuerza para afrontar el destino que le había sido impuesto. Su último pensamiento antes de dormir fue la firme decisión de confiar en todos ellos, de revelar todas las preocupaciones que tenia en su interior desde el final del año anterior, de confiar, sin reservas, en ellos, y contarles todo lo relativo a la profecía que gobernaba, fatídicamente, su vida.
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Unas horas después, cuando ya había acabado la reunión en el despacho del director, cuando el sol empezaba tímidamente a salir por el horizonte, y todavía el resto del castillo permanecía dormido (al igual que todos los que se encontraban junto a ella en la enfermería), Ginny se debatía y agitaba en sueños: se veía a si misma en el centro de una gran habitación desconocida, y desapareciendo tras la puerta, veía a alguien que se marchaba…
.-.No me dejes…por favor, no te marches… no quiero quedarme sola… no de nuevo… ya le he perdido a él… no te vayas tu ahora… no quiero perderte a ti también… no quiero quedarme sola… no te alejes de mi lado… por favor… no me dejes… no te marches… - repetía y repetía sin cesar en el sueño, arrodillada y suplicando, con lágrimas corriendo por sus mejillas, mientras veía como la puerta se cerraba y la dejaban sola y abandonada en la habitación… - No te marches, por favor… no me dejes sola…- balbuceó, antes de abrir los ojos tímidamente y comprobar que todo había sido un mal sueño.
Apretando fuertemente la mano que agarraba y mirando con ternura a la persona que estaba en la cama, se volvió a dormir… olvidando todo rastro de aquella pesadilla.
Ahora sólo sentía la fuerza que emanaba de la unión de todos los que le rodeaban y que nada, absolutamente nada, les separaría: la amistad y el amor eran irrompibles y junto a todos ellos, podían superar cualquier dificultad que la vida les pusiera por delante.
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Contestaciones a los reviews (como siempre, muchas gracias por ellos, les estoy eternamente agradecida)
.>. isaurita .>.Hola guapetona :D Como comprobaste, en cuanto tuve tiempo mandé el aviso (ya que le faltaban las contestaciones y el agradeceros el estar ahí conmigo :D… de lo cual estoy muy contenta y feliz, jejeje) Como también ya sabes, este es el penúltimo capitulo, joooo, que pena, que la historia ya se acaba, pero no preocuparse, que todavía tenéis loka para rato… el séptimo esta ya en camino. En fin, que ya sabes lo que me puedo alargar cuando hablo :P Ah, y enhorabuena (de nuevo) por ese premio (que se que te lo pasaste estupendamente) Besos y nos vemos. Muackkk. Espero que te haya gustado el capitulo :D
.>.Syringen.>. Saludos guapetona! Gracias, me alegro de que te encantase (y justo, has elegido una de las escenas que mas me gustan… ay, ese encuentro es muy bonito .) Y si, tengo unos cuantos ases bajo la manga y cosas que no os esperáis (aquí, maquinando ya para el séptimo libro :P) Lo de subir pronto el capitulo, como que no ha podido ser por circunstancias ajenas a mi (en realidad, muy cercanas, estoy con una muela dando la lata… toda la semana y lo que queda, joooo) Espero que este capitulo también te guste mucho .… pasa poco y pasa mucho (toca entreleer jejeje) Besitos muchos. Nos leemos :D
.>.YaRoN.>. Hola! Y sipi, no ha muerto ninguno de los dos que se pensaba ;D… aunque… (mejor me callo, jejeje) Me alegra mucho que te haya gustado el capitulo . estoy muy contenta de eso. La historia ya esta en sus momentos finales (como que este es el penúltimo capítulo), pero como digo, todavía tenéis loka para rato :D Besos y nos vemos (espero que pronto) Muackkkksss. Pd: Espero que te haya gustado este capitulo.
.>.queenofthedeath.>. Hola guapetona, me alegro verte por aquí de nuevo :D Y no te preocupes, tu lee a tu ritmo (lo importante es que te este gustando, y por la extensión del review, veo que si :D… muchas gracias!) Si ya te has leído estos dos últimos capítulos, sabrás varias de las respuestas a tus preguntas (quien esta en realidad muerto y quien no… ah, y si, me encanta hacer sufrir a los personajes, jejejej… y mas que van a sufrir :P) Espero que te hayan gustado estos dos capítulos, y ya sabes, si quieres preguntarme algo, sin problemas. Muchísimos besitossss. Nos vemos.
.>.Celina.>. Saludos¿Qué tal ya con el calorcito? (hemos pasado de mucho frío a mangas cortitas… en fin, quien entiende a este tiempo tan loco que tenemos :P) Muchas gracias por el piropo :D me ha alegrado mucho que te gustase tanto (además, contiene muchas escenas que me encantan XD) Y no sabes cuantos (y de que tipos) ases tengo bajo la manga :P (no sabes lo que tengo preparado… ;D, ya veréis, ya veréis, jejeje) En fin, que muchas gracias de nuevo por dejar tu comentario. Besos muy grandes desde la ciudad del agua ZH2O ;D PD: Espero que te haya gustado este capitulo también. Ciao.
.>.pilitonks.>. Saludos! Y de nada... aunque yo tendría que daros las gracias a vosotros por leer lo que yo escribo :D (y, sobretodo, escribirme los magníficos y maravillosos mensajes que me mandáis… a pesar de tardan un poquillo en contestar e-mails… si es que no tengo casi tiempo, joooo… :P) En fin, que muchas gracias y me alegro que te haya gustado el capitulo (en su totalidad y en esas "tramas" en concreto… no sabes lo que me alegro, y al sorprenderos ;D) Sobre lo del profesor, sipi, es una "vida" muy dura, pero tenia que cumplirse todo, no podía morir… hasta ese momento (pobrecillo) Sobre lo de la "resurrección", si, tiene una explicación lógica, pero habrá que esperar un poquillo para saber concretamente que fue lo que sucedió… como todo aquí, tiene su explicación :D Ahhh, y espero que te lo hayas pasado estupendamente en las casetas, no sabes la envidia que me da toda esa fiesta (además, que os ha hecho calorcillo… que bien ¿no?) En fin, muchos besos y gracias por leer.
.>.Mariet Malfoy.>. Saludos! No te preocupes por no haber dejado reviews antes, con sólo este ya estas disculpada :D (vaya que largo y completo, me gusta mucho que la gente comente algunos puntos y las cosas de la historia). Y sobre lo que comentas de no tener tiempo, lo comprendo, yo a veces también tengo esa falta de tiempo (ahora ya no tanto, pero antes… bastante) En fin, que me alegro que siguieses leyendo el fic aunque yo misma se que el principio es un poco liante, pero al final todo se aclara y va mejorando y mejorando :D (o por lo menos, creo que estos capitulas son bastante mejor que los anteriores… justo cuando la historia ya va terminando… aunque esta loka seguirá con la siguiente parte hasta finalizar del todo) Muchas gracias, de nuevo, por escribir todas esas cosillas del capitulo, estoy muy alegre por ese extenso comentario. Y a ver, vayamos por partes (ya que tu has escrito todo eso, es menester mío, contestarte a todo y cada uno de los puntos ;D)
1) Harry/Ginny, si, al final están juntitos y felices.
2) Los gemelos, ay dios, yo también los adoro XD son geniales, además, todas sus escenas se escriben solitas (creo que ellos mismos se "rebelan" y deciden que hacer en cada momento… ¡En cuanto me descuido, ya van por su cuenta, jajjaja! (un ejemplo claro de ello es la escena que dices tú :D, en principio ni estaba planeada… y cuando me quise dar cuenta, ahí estaban "hablando" con Flint XDDD (en fin, que van por su cuenta, y son geniales – yo también me rió mucho con sus escenas :P, son únicos)
3) Sirius: Siiii, al final ya ha regresado (ya era hora ¿no? Jejeje)
4) Severus: Muchas gracias, me alegro mucho que te gustase su "pasado" (tenia que explicar muchas cosas y el porqué es ahora así… cualquiera seria igual de haber sufrido como lo hizo él¿no crees?) Ahora, y tal y como se dice en una parte de este capitulo hay "un feliz desenlace a una trágica historia" :D Y estos dos aun tienen algo que hacer, ya comprenderás lo sucedido mas adelante :D
5) Dumbledore: Sipi, hicieron un cambiazo entre ellos, pero el director no cambio su aspecto, por eso le reconocieron al llegar y encontrarse con los demás ;D
En fin, que de nuevo, muchas gracias por este pedazo de comentario, y me he quedado súper sorprendida 0.0 ¡en una noche¡Que maquina! Mi eterno agradecimiento :DD Un besazo muy grande y un enorme abrazo Pd: Espero que este capitulo también te haya gustado. Nos vemos.
La sorpresa:
El siguiente capitulo ya esta en marcha :D y avanza a una velocidad tremenda… a este paso, el ultimo de todoscreo que va a batir el record del capitulo con mas hojas (que hasta este momento lo tiene elanterior a este ;D)
Su titulo es: "Gotas en el agua" y como pueden deducir, es ya el final de curso… y de este fic (jooo, que ahora me pongo a llorar)
Por estar ahí, aguantándome hasta ahora, les dejo un regalito :D, un trocito del capitulo, para que la espera no sea tan dura (y puedan dar vueltas a la cabeza en el intervalo)
Besos.
Nos vemos
Avance
"Ya era el ultimo día de curso, las ultimas horas que pasarían en el castillo, y luego… las vacaciones de verano. Por primera vez, en toda su corta vida, Harry deseaba más que nunca que estas llegasen, deseaba con fuerza estar ya en el tren, rumbo a la estación y disfrutar como nunca de aquel verano que, en principio, parecía fantástico, pues iba a pasarlo en casa de Ron, junto a varias de las personas que más quería.
Por eso, la llegada acalorada de Neville a la habitación le sorprendió, ya que le traía el mensaje de que, en la sala común, McGonagall le estaba esperando: el director tenia que hablar con él con urgencia, tenia algo que decirle muy importante… y por la cara que tenia la subdirectora al transmitir el mensaje (según le explicó Neville al verle), aquello no era completamente de su agrado…"
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