Bueno, mis queridos lectores, he aquí el capítulo 4, espero y les agrade y no se desesperen, muy pronto, vendrá la verdadera acción, para todos los amantes de la violencia, el palabrerío y todas las cosas malas de la vida, les pido un poco de paciencia.
Quiero agradecer a todas aquellas personitas que me han estado apoyando en estos momentos, ya que como es mi primer fic, me estoy probando a mi misma, y también será pronto cuando me decida a escribir un nuevo fic que tengo en mente, donde Draquito será una de las estrellas protagonistas y ya saben, lo que me gusta, violencia, romance y muerte.
Am, que mas... a si. Un saludo a la carola que esta dengosa, cuídate naca, de veras te necesito mucho, y luego quien me golpea y quien me insulta y me hace reír con sus babosadas, pues tu burra. Así ponte las pilas y alíviate o te golpearé.
Bueno, aquí los dejo con un besote y un abrazote. Los quiere, Anne.
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Una noche de Furia.
By: Anne M. Riddle.
"Strage Relationship's"
¿Que demonios hacía Lisa, recargada en la pared... llorando? ¿Había estado llorando?
¿Lisa... ? ¿Qué demonios...?
Ella lo miró con las mejillas surcadas de lagrimas y le sonrió cínicamente. Él levantó una ceja en seña de no entender nada de lo que estaba pasando.
¿Qué? – Respondió tajante.
¿Cómo que qué? – Le reclamó él para después sonreír burlonamente. - ¿Y ahora porqué chillas?
Si chillo es muy mi problema Tom... preocúpate mejor... cuando chilles tú mientras te rebano la cara.
¡Cálmate! ¿Quieres? Aquí el asesino soy yo... tu apenas eres una mocosa en tu primer y último año en Hogwarts. No sabes nada de este negocio... aunque, - Torció la boca en una sonrisa.- si quieres podría integrarte. – Sonrió con malicia ante la idea de que ella, una mente retorcida al igual que la suya, estuviera en sus planes para convertirse en el mago más temido de todos los tiempos.
Mmm, eso... Riddle, tendría que pensarlo seriamente. Tengo mis propios planes en estos momentos.
¿Ah, sí? ¿Qué tiene planeado tu pequeño cerebrito sangre sucia? ¿Métodos Muggles? – Chasqueó la lengua dándose aires de superioridad ante ella. – Disculpa cariño, pero Hogwarts no es un lugar para Muggles, si quieres sobresalir en este negocio, no hay mejor opción que yo... Digo... Si aceptas, Nos dividiremos en partes iguales, no te vas a arrepentir. ¿Qué dices? – Extendió una mano rogando que Lisa, aceptara el trato.
Lo pensó seriamente, tal vez si se aliaba al famoso Tom Riddle, Frank... estaría orgulloso de ella. Se notaba a leguas que Tom era un chico muy inteligente, por supuesto, no era un Nerd sin vida propia, Tom... era una persona muy sabia, con mucho poder y claro... con mucha maldad.
Tantos años en el mundo de los anormales, de los asesinos y de todas aquellas personas indeseables en el mundo, le habían otorgado la capacidad de ver más allá de un par de ojos. Y los ojos de Tom, tan hermosos, tan profundos, con ese color verde oliva que la habían cautivado desde el primer momento, no eran comunes, eran los de un mounstro, los de un asesino.
Bingo. Había encontrado a su alma gemela.
Acepto. – Tomó la mano de él y la estrechó con fuerza. Estaba decidido.
Perfecto... – Sonrió dejando a la chica sin aliento, cosa que ella no dejaría al descubierto.
Aunque, no esperes que aceptare recibir órdenes de tu parte, así que no te acostumbres.
Lo imaginaba. Supongo que haremos una excepción, pero sólo esta vez, sólo porque eres hermosa te dejaré ser mi aliada y no mi sirviente. – Comenzaban a caminar por el pasillo.
¿Cómo se supone que debo de tomar eso? ¿Acaso me estas seduciendo Riddle? – Buen comienzo, estaba bromeando ¿Verdad?. Aunque... Se estaba acostumbrando al descaro que tenía Tom para sonreír después de ese tipo de comentarios.
Am... Sí. ¿Por qué? ¿No ha funcionado todavía?
Vaya, vaya. Conque después de todo... el Virginal, Casto y Puro Tom Riddle, no es tan puro como aparenta. – Levantó las cejas retándolo. – Y no. No ha funcionado. Eres bastante malo en eso de seducir chicas, y vaya a quién has agarrado de víctima. No voy a caer en esas.
No me conoces, por lo que... no puedes asegurar nada.
Uh... Discúlpeme, Señor. ¿Es así como debo llamarte? –Tom la miró seriamente. – Bueno... Otra cosa, explícame bien todo esto de tu plan... y dejemos de hablar de la falta de sexo en tu vida.
Ja, ja. Bueno, ¿Con qué puedo comenzar? – Sin ni siquiera pensarlo, pasó un brazo sobre los hombros de la chica, se dio cuenta demasiado tarde, aunque de alguna manera esperaba recibir un golpe, y solo recibió una pequeña mirada asesina que lo atravesó de punta a punta, pero nada más por que ella pasó su brazo sobre la angosta cintura de él.
Ah, Le estaba siguiendo el juego. Muy bien, Si esto seguía así la Casta, pura y virginal sería ella. Sin embargo, por otra parte, la cabeza de ella era un desastre, mucho pensamientos divagaban por ella, algunos como. "Si este imbécil sigue con ese tipo de acercamientos, no me hago responsable si pierde un ojo. Al igual que Frank"...
Se pasearon pavoneándose por el pasillo del expresso, sin pudores y sin penas, Tom hablaba y hablaba de su vida y de sus planes, ella solo escuchaba sin siquiera parpadear, estaba descubriendo la verdad sobre aquel misterioso chico de ojos oliverdes, y se asombrada de cada anécdota de cada muerte de cada... de cada todo. Era increíble. Tan parecido a ella. Pero a la vex diferente.
Entraron a su vagón deshaciendo su abrazo, para sentarse y seguir, seguir con todos esos relatos.
¿Y por qué Lord Voldemort? – Dudó ella.
Porque, Lord Voldemort significa, señor obscuro, señor de las tinieblas, o mi favorito, Señor de la reencarnación... Y concuerda perfectamente con las letras de mi verdadero nombre.
Oh... Ya entendí, y... – Sonrió traviesa. - ¿Cuál es tu verdadero nombre?
Tom Marvolo Riddle – Lisa estalló en carcajadas.
¿Marvolo? ¿Qué clase de nombre es ese?
No te burles, tonta. Yo no tengo la culpa de llamarme así, para ti soy Tom, solo Tom.
Ok. No te molestes "Tom", es sólo una broma.
Mas te vale. Y ya... eso es todo lo que tenía que contarte.
Es más de lo que yo quería saber. Espero que pronto me enseñes esas maldiciones imperdonables... no quiero parecer retrasada frente a tus sirvientes.
¿Más? – Otra mirada lo atravesó molesta. – Ya pues. No te preocupes, dame un mes y serás toda una experta en artes oscuras.
Eso espero. – Fueron interrumpidos por el sonido del tren al detenerse. Tom se levantó apresurado acomodándose su túnica. – ¿Adónde vas?
Soy un prefecto, debo dejarte... sigue a todos los de séptimo curso.
¡Hey! Espera un momento, recuerda que no debes dejarme sola en ningún momento. Acuérdate bien que soy peligrosa...
¿Peligrosa? Eres solo una niña Lisa. Ahora no tengo tiempo, ah, una cosa más... – Dijo antes de salir del vagón. – No te atrevas a relacionarte con gente que no sean los Lestrange, los Wilkes, los Malfoy's y los Zabinni. – Y sin más salió dando un portazo.
¿Pero quién demonios se cree? – Abrió la puerta y le gritó. - ¡Riddle, pedazo de idiota! ¡Vuelve acá! ¡Cabrón! – No recibió respuesta. Demonios. Tendría que arreglárselas sola. Además, ¡Quién demonios eran esos tipos! ¿Malfoy? ¿Era eso un apellido?
Maldijo entre dientes, no sabía mucho del mundo mágico y Tom era por decirlo, el único que se molestaría en enseñarla. Salió lentamente del vagón, del tren; mientras el viento revoloteaba sus cabellos dorados, y su capa.
Había muchos estudiantes, bastante gente, todos desconocidos. Diablos. Tom no se veía por ningún lado.
Comenzó a caminar sin rumbo alguno, con la mirada en el suelo. Hacía frío, por lo que apretó más la gruesa capa contra su cuerpo, iba ensimismada en sus propios pensamientos, maldiciendo el frío, maldiciendo a Tom, a Frank y a todos los pobres diablos de esa maldita escuela, hasta que chocó con alguien.
Subió la mirada con superioridad, para encontrarse con un chico alto, con cabellos largos y platinados, tez pálida y brillante, atractivo y con un porte fino, quien la miraba con cierta lujuria en sus ojos metálicos.
Una voz ronca la llamó a través de aquellos labios finos y sensuales.
Deberías tener más cuidado, cariño. – Sonrió el rubio. - ¡Oh! Disculpa mi falta de cortesía, soy Malfoy, Drake Malfoy. – Tomó delicadamente su mano y la besó haciéndola estremecer ante el contacto humano que había estado evitando con el paso de los años. - ¿Tu eres?
Am, Lisa Rowe. – Contestó pedante, conque... éste tipo era el famoso Malfoy. Era un Puto.
Encantado. – Tras Drake llegaron tres chicos más de la misma altura. – Chicos, miren a esta cosita que me acabo de encontrar. ¿No es adorable? – Sonrió, y vaya que era un pirujo, se le notaba a leguas. ¿Adorable ella? Oh, vaya. Le iba a enseñar lo adorable que era si no dejaba de mirarla de esa manera.
Bastante, me llamo Stephen Lestrange. Es un placer. – Un joven de rasgos orientales, ojos rasgados de color verde oliva, como los de Tom, piel morena y cabello almendrado. Apuesto. Y también pudo notar que no era como el rubio Malfoy, parecía más... más normal, en el buen sentido de la palabra. – Ellos son Blake Zabinni y Maximus Wilkes.
El placer es mío... – fue lo único que alcanzó a decir ya que comenzaba a hacer un análisis rápido de cada uno de ellos.
Blake Zabinni era de los más atractivos que había visto, era hermoso. Cabello negro y cenizo, piel cetrina y con unos ojos de un azul zafiro impactantes. Todos eran altos, pero el se veían de estatura media ante ellos. Después estaba Maximus Wilkes, que al parecer era un chico tranquilo e intelectual, de cabellos color arena y ojos castaños que relucían por detrás de los cristales de sus anteojos, de estatura mediana y de piel color beige, natural.
Los observó detenidamente y adivinó cada una de las personalidades. Podía suponer que Malfoy era el típico Pirujo, cabrón, que puteaba a la gente y que se vendía con el solo hecho de estar así de bueno. Noble de buena familia. Cabrón. Arrogante, pedante, pretencioso, ambicioso, promiscuo, altanero, burlesco, superficial. ¿Había nombrado cabrón?
Stephen parecía ser aquel que detenía las discusiones, con un carácter tranquilo y pulcro, suponiendo también que si empezabas a fregarle, no sobrevivirías. Estudioso, tranquilo, conservador, extemporáneo, creativo, expresivo. Adorable. Parecía débil y frágil, pero a la vez fuerte. Además la inteligencia parecía ser una de sus más allegadas características. Era un encanto.
Blake Zabinni, más bien era un cabrón de primera, pero no tanto como Drake. Tenía sus momentos, era misterioso, pero a la vez agradable. Parecía ser muy listo y muy astuto y fuerte. Tenía algo en su mirada que lo hacía ver encantador. Era como el hombre perfecto.
Y hablando de Maximus, desde luego que lo primero que pensó fue, lo inteligente y lo sabio que parecía ser, también se le veían un temperamento notablemente tranquilo. Parecía ser amigable, un poco regañón, esmerado, pedante algunas veces. Era como todos.
Sonrió. He ahí la causa del comportamiento de Tom. Esos parecían ser sus amigos, y el poseía cada una de las características de cada uno de ellos. Lo descarado de Malfoy, La ternura de Lestrange, el misterio de Zabinni y la sabiduría de Wilkes.
Quisiera pensar que todos ustedes son amigos de Tom Riddle. ¿No es así?
Estás en lo correcto cariño, esperemos quedes nominada para Slytherin, tienes las cualidades de la casa. – Afirmó Antoine..
Me da gusto que Riddle se digne a hablar de nosotros, en especial a tan bella dama. Estas preciosa, pequeña. Me has cautivado. – Sentenció el Malfoy.
Drake, entiende algo; no se acostará contigo, ¿Esta bien? – Stephen lo miró severamente gruñendo. – Tendrás que acostumbrarte querida, mientras estés en Hogwarts va a estar putéandote hasta que te acuestes con él.
Si vive para contarlo, no te recomendaría que trataras siquiera de tocarme, puede que te quedes sin el atractivo, y hablo de tu rostro, querido... no de tus escasos atributos masculinos. – Lisa escupía llamas por los ojos. ¿Alguien se estaba ganando una paliza? Su mano apretaba fuertemente una navaja bajo su túnica, pero una mano en su hombro la hizo detenerse. Volteó y se encontró con una mirada descarada, era Tom.
Quieta, les agradecería mucho que no la estén chingando, es un poco desesperada, así que ya saben el que quiera obedecerme, o el que quiera alguna maldición... y tú, pórtate bien, no puedo estar vigilándote todo el día... ¿Quieres?
Mira, a mí no me vas a mandar... ¿Ok? ¿Captas? No soy tu sirvienta. – Dijo indignada.
Tom, hubieras puesto en la carta que nos mandaste... muñeca violenta y con ataques de ira. Espero y no muerda. –Dijo Drake sonriendo con malicia y burla, los demás rieron por lo bajo.
Malfoy, Pendejo. No voy a permitir esos comentarios. – Lisa sonrió. – Pero tampoco te permitiré a ti, Lisa que hables cosas que no debes.
Pero... – Se escuchó entre Lisa y Drake.
Pero nada, estoy esperando una disculpa.
Perdón. – Volvieron a murmurar.
¿Qué? No escuché.
Perdón.
Si, perdón. Ya Tom, te emocionas, nomás diles a tus chicos que no me estén coqueteando si no quieren lamentarlo.
Ok, bebé. Tengo que irme de nuevo. Chicos, cuídenla... – Y se perdió ondeando la capa entre la multitud.
Am, quisiera pensar que no acabo de escuchar lo que acaba de decir... – Exclamó Blake subiendo la ceja, en forma de interrogación.
Pues yo creo que escuchaste bien mi querido Blake... acaba de llamarla "bebé". –Stephen se volvió para con Lisa y la miró con una sonrisa divertida. - ¿Qué le has hecho a nuestro Tom de siempre? ¿Ah? Jamás ha llamado bebé a una chica.
Oh... Cállate Lestrange, no me interesa que Tom me llame de esa manera. ¿Nos vamos ya? Hace un frío de mierda aquí afuera.
Lisa, puedes tutearnos, me puedes llamar Stephen, al igual que a Blake, a Max y a Drake... Vivirás todo un año con nosotros, tendrás que soportarnos. – Le sonrió y por primera vez en su vida se sintió aceptada, aunque ellos eran bastante anormales. Comenzó a sonreír lentamente, y asintió con la cabeza.
Oh vamos, caras de gays, un abrazo de grupo, para recibir a la pequeña Lisa...
Lisa no tuvo tiempo de reaccionar porque los cuatro se apretaron contra ella delicadamente uniéndola en un abrazo, que hasta sus pies quedaron 10 cm. Encima del suelo, Sonrió.
¡Malfoy! Deja de llamarme pequeña... ¿Quieres?
Sería divertido, estaban locos, eran agradablemente descarados. Se acostumbraría, y ahora si, había llegado a la conclusión de que la locura no era una enfermedad, a menos que Hogwarts estuviera sufriendo una epidemia en esos momentos, pero no, no era una enfermedad, era un estado de la mente, del cual ya no podría salir, del cual ya no quería salir. Estaba atrapada, y lo peor era, que le agradaba.
Atravesaron la estación, mientras Stephen la cubría del frío con su capa y jugaba con sus cabellos. Caminaban y reían de las bromas de Drake. El camino pareció segundos para Lisa, no se fijó cuando subieron a los botes, ni cuando entraron al castillo, y mucho menos cuando ya se encontraba sentada en la mesa de Slytherin, con Toma su lado.
Pero oyó su nombre inundar el salón, giró lentamente la cabeza y observó a los adultos que la miraban con extrañeza, se levantó lentamente, arrebatando más de un comentario. Y comenzó a caminar por entre las mesas hasta llegar a la tarima, donde le indicaron tomara asiento en un pequeño taburete. Así lo hizo, para después sentir un enorme sombrero sobre su cabeza.
Tom estaba conmocionando su rostro, con indecisión, y se mordía las uñas nerviosamente, mientras en su cabeza se repetían unas frases. Slytherin, por favor, Slytherin.
Mientras Lisa escuchaba una pequeña vocecilla que ataladraba sus oídos.
Ah... ¿Si? Esperas ir a Slytherin ¿No? Y por lo que veo, tienes planes... planes... –susurró el sombrero. – muy oscuros. – Lisa sonrió mientras se llevaba un dedo a los labios.
Shh... – lo calló. – Eso, es cosa mía.
Bien, tu lo has pedido... – murmuró el sombrero para después gritar estruendosamente. - ¡Slytherin!
Tom no pudo ocultar la sonrisa de alegría, mientras miraba a sus amigos, a sus viejos y fieles camaradas, aplaudían, aún no podía decirse a sí mismo por qué la alegría de que aquella joven entrara en sus planes, se sonrió. Llevaba apenas un día entero con ella, y ya no podía sacarla de su cabeza. Sabía que pronto se arrepentiría, pero le daría el gusto, mientras durara.
Lisa se había levantado, y caminaba dando un ligero brinquito, había quedado en Slytherin, estaba más que contenta, estaba orgullosa, era astuta y era mala. Era toda una Slytherin.
Recorrió el gran salón con la mirada, ignorando las miradas lujuriosas, y las miradas de envidio y rencor, pronto sabría quien serían sus primeras víctimas. Se sentó donde Tom, recibiendo un fogoso abrazo de parte de los cinco jóvenes. Lo sentía. Se sentía querida. Aunque de cierto modo sobreprotegida.
Lisa, aquí esta tu reglamento del hospital. – Le extendió un largo pergamino mientras se reía de la cara de angustia fingida de la chica.
Veamos, No instrumentos punzocortantes, no varitas antes ni después de las clases requeridas, no plumas cuando esté cerca de otros estudiantes... patrañas Tom. ¿Qué acaso piensas que no mataré a nadie? ¡Por Dios! ¡Un poco de libertad, por amor a Jesús!
Resulta que la pequeña Lisa, será la asesina menor del equipo. – Blake se burló de ella con ese comentario. –
Supongamos que ignoraré eso Zabinni. – Le sacó la lengua. Se volvió hacia Tom y le hizo pucheros. – No me puedes hacer esto Tom, yo se que puedes intervenir, ya sabes; algo de corrupción al menos. –Tom sonrió a sus adentros por la facilidad de convencimiento que tenía ella, pero su rostro estaba con el semblante frío y estricto.
Lisa, dame acá todo lo que traes en tu túnica. – Puso la mano, y no se digno a mirar el puchero que ella le dedicaba porque sabía que se iba a atacar de risa.
Ándale, chiquita. Has caso. – Drake trataba de mimarla, pero lo único que conseguía era el enojo de la joven.
Si, bebé. Pórtate bien, tal vez mañana Tom se sienta generoso y te de alguno de tus juguetes.
¡Argh! ¡Púdranse todos! Me las vas a pagar Marvolo. – Max escupió su bebía mientras estallaba a carcajadas. Los demás también se reían. Tom se sonrojó. – Toma. – Mientras sacaba de su túnica casi una docena de navajas y cuchillos, aventó el último con tanta fuerza que quedó clavado en la mesa de madera. – Toma, Trágatelos y métetelos por donde te quepan.
Yo también te adoro, y no me vuelvas a llamar Marvolo. ¿Entendido? – Con un ágil movimiento de varita desapareció todas las armas. – Por cierto, dame la navaja que tienes en la manga izquierda.
Esta bien. – Contestó arrastrando las palabras molesta.
Así me gusta... ¿Quieres chocolate? – Le sonrió Stephen con una barra de chocolate en la mano.
No trates de sobornarme Stephen, no va a funcionar, no conmigo. – Se cruzó de brazos y miró hacia otro lado, pero después preguntó. – ¿Tiene almendras? – Lestrange asintió sonriendo. – Dame acá eso. – Se la arrebató de la mano.
Tienes que decirme la receta Steph, Lisa te tiene más confianza que a mí... Sólo le doy chocolates y podré acostarme con ella ¿No?
En tus sueños Malfoy, estás hambriento de sexo, Lisa no es fácil. – Le aseguró Blake.
Eres un niño Drake, y Lisa también. Ya ves, la sobornas con chocolates. – Tom le sacó la lengua a Lisa.
Disculpa Marvolo, pero no soy una niña.
No, tu eres lesbiana. – Los chicos estallaron a carcajadas haciendo que todo Slytherin se fijara en ellos. Como populares tenían que ser el centro de atención.
Claro.
¡Ah! ¡Déjame en Paz, Riddle!
Y así comenzaría todo... Estaban encantados con la nueva integrante del Clan, y de algo estaban seguros aquellos chicos, Lisa no se olvidaría tan fácil, ella dejaría huella en sus corazones, pero más en el de Tom, quién al parecer aún no se daba cuenta de lo que estaba sucediendo con el frío y calculador Tom Riddle, pero mantendría esa reputación, aunque en el fondo se pensara otra cosa.
En cambio, Lisa, por primera vez se sentía amada, no necesitó contar su vida para que la aceptaran... ellos ya lo estaban haciendo, sin importar su estado económico, sin importa que estuviera mal, sin importar nada. Se estaba acostumbrando demasiado rápido a ellos, a él. Pero, y ¿Frank? ¿Qué le diría sobre ellos? ¿Tendría que matarlos también?
No por favor, No... No a ellos. Ellos empiezan a amarme... Por favor Frank.
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Otro capítulo, bueno, espero les haya gustado y a continuación unos adelantos.
En los próximos capítulos, Tom tendrá que pegarse unos tiros el solo, antes de cometer una locura cada vez que observa a la rubia.
Los cuatro tipos buenotes, seguirán puteando y chingando a la pequeña niña.
Lisa conocerá ciertas personitas, desagradables, que podrán convertirse en sus nuevas víctimas.
Tom es perseguido y acosado por la chica más buena de la escuela. A Lisa no le parecerá.
Más visitas de Frank, y un plan macabro.
Lisa, asesina por primera vez en el colegio.
¿Un baile?
Tom, cegado de ira, o de celos.
Lisa borracha...
¡Ya! Es mucha información para ustedes.
Me siento buena onda y les puse eso, pero es demasiado. Solo lo hice para ver si siguen leyendo y por favor, déjenme un Review, por lo menos con una palabra mugre. ¿Si? Andenleee...
Bueno pues, ya me largo, soy demasiado enfadosa, por lo que veo. Solo una ultima cosa.
R
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