¡Hola! Ya vuelvo por acá de enfadosa, ¿Me extrañaban? Bueno, sea cual sea la respuesta, siento la tardanza es sólo que como estoy un poco retraída mentalmente (por eso me relaciono con Lisa, aunque yo no mato personas, sólo en mi cabeza, pero nada de ahí en fuera) he estado falta de inspiración, me faltaron Reviews, pero pues cuando uno tiene un buen día, y tiene inspiración, no se puede negar escribir, y menos cuando lo curado de la historia está por comenzar.

También siento mucho que las fans de Tom estén un poco traumatizadas debido a su comportamiento, pero tranquilas (en especial a ti carola) todavía faltan muchos capítulos donde Tom, dejará de ser niño bueno y groserito, y se volverá como todo un cabrón debe ser, ¿Quieren llegar a leer eso? Bien, pues sólo dejen Reviews.

Bueno, aquí las continuaciones de mis dos pobres Reviews, ya que como soy rechazada de la sociedad y nadie me quiere nadie me mandan los Reviews, pero ni modo, estoy acostumbrada a ser rechazada así que no sientan lástima. Okey, si entiendo la indirecta, me callo.

CaroLinna: Que onda Carolina, este pues, gracias por tu Review, yo sé que tú eres fiel a mis historias locas, y pues hasta cierto punto tienes razón, la gente no nos comprende pero en fin, somos superiores. Y sobre a que Lisa te balacee el ojo, pues... ¿Segura que no estás tomando medicamentos, caro? (Eres una enferma, ¡Ja! ¿Y yo que?) Bueno, de cualquier modo, si estas drogándote, pásate una hierba, leve. Y pues, ya carola, deja la mota, en serio estas bien guaseada... xD... o te creas... Sigue dejándome Reviews, y chuleándome al Tom, que cuero. Lo amo, y ya sabes que te lo comparto.

Sherezade1: Gracias por tu Review, te lo agradezco mucho, pues como ya sabrás soy rechazada de la sociedad aquí en ff.net porque hay gente que prefiere leer fics, pues, aburridos, pero en fin, no quiere decir que el mío sea la octava maravilla, pero pues ni modo. Bueno, tienes razón, Lisa esta basada en el personaje de Lisa de Inocencia Interrumpida, porque me agradó su manera salvaje de comportarse, me copié eso, u_u! Pero fue solo la idea. Y si recuerdo ese episodio de los Simpson (una de mis series favoritas, Simpson Rules) Y, pues es obvio que Drake será igual que Lucius y que Draco, ¿Son Malfoy's no? Bueno, espero y sigas leyendo porque este capitulo me gusto mucho, espero te guste también. Sigue tu fic, ¿Sí? Me gustó mucho.

Bueno, ahora si, los dejo y espero y les guste.

C-Yaa!

*** ~*~ ***

This is Another Bloody Party.

Cap. 5

By: Anne.

El mes de septiembre pasó más rápido de lo que los Slytherin's esperaban. De lo que sí estaba seguro el nuevo grupo de amigos era que, había más confianza de la que algunos amigos suelen tenerse, más confianza de la que se puede ganar en un solo mes, y esa confianza estaba trastornando el carácter duro, frío y sobre todo fuerte de Tom.

Aquella rubia desquiciada, tenía el carácter de un niño, era mala y traviesa, con una facilidad impresionante para mentir y por supuesto para convencer a los chicos, para conseguir cualquier cosa que se le diera la gana.

Y ellos, como viles cabrones, como los pirujos mimones que eran, le daban lo que ella pedía, no había peros, ni siquiera un no. Ella era todo para ellos, era la luz que les hacía falta. Si ella no entendía alguna clase, o no podía con alguna tarea, ahí estaba Max para ayudarla, si no podía conseguir alimento a altas horas de la madrugada, dulces y cosas bonitas, ahí estaba Drake, si ella quería molestar a alguien, burlarse, putearlo como toda una Slytherin, ahí estaba Blake, si necesitaba cariño, abrazos, en algunos casos, besos; ahí estaba Stephen.

Y Tom, embriagado por aquellos encantos infantiles, por aquel carácter retorcido y malvado escondido tan solo en una inocente sonrisa, haría todo, hacía todo y estaba dispuesto a seguir mimándola, hasta que en algún momento se le olvidara respirar. Su mente era un desastre, todo un caos cada vez que la observaba mordiéndose los labios inconscientemente, o acomodándose los mechones dorados que le cubrían el rostro, o simplemente, cuando la escuchaba sonreír.

Se arrepentiría, sí. Pero lo disfrutaría como si fuera el último segundo mientras durara.

En esos momentos se encontraban en la sala común, el domingo por la noche sería el baile de la noche de brujas, y Drake molestaba a Lisa, como siempre. Se estaba acostumbrando a hacerlo cada vez que podía porque esa niña le fascinaba, hasta su carita enojada era adorable. ¿Qué podía hacer? Era irresistible. Hasta que ella se acercó a Tom.

Tom estaba estirado descaradamente en el sillón, mientras sostenía un libro a la altura de sus ojos, había sido un día sumamente agotador, las clases, sus rondas como prefecto y las clases extras que daba a Lisa, y como era jueves, para colmar su paciencia, habían tenido una reunión con los mortifagos, merecía un poco de descanso, relajación, algo, después de todo aquel estrés que comenzaba a acumularse en su espalda, hombros y cuello.

Pero, como siempre, nunca tenía su merecido descanso. Ahí estaba Lisa, de calilla, chingándolo, al igual que aquellos jodidos, que no podía hacer más ruido porque ya no era posible.

¿Tom? – Preguntó Lisa apoyada en el respaldo del sofá.

¿Mmm?

¿Qué haces? – Preguntó curiosa.

Estoy leyendo, por si acaso no lo has notado. –Señaló el libro que tenia en las manos, rodó los ojos y se dispuso a seguir con su interesante lectura.

Ah... – Ignoró por completo el comentario sarcástico del moreno. - ¿Y que lees?

Letras Prohibidas: La leyenda del Marqués de Sade.

Oh, ¿No es eso un libro prohibido? ¿Falta de sexo? Ts, que bajo has caído, te pones a leer sexo en lugar de efectuarlo. – Ella sonrió.

Lisa, ¿Te he dicho que jodes demasiado? – La chica se encogió de hombros y sonrió inocentemente. – Bien, jodes mucho. Demasiado, y... Si no quieres que me ponga

en acción y te folle, te doy tres para que te vayas a fregar a los chicos. ¿Entendido?

Uh, eso fue muy rudo, Riddle.

Estas advertida. ¿Es mucho pedir un poco de paz?

No lo creo, pero escucha esto... No pienso dejarte en paz, hasta... que platiquemos.

¿Sobre?

Sobre algo que quiero.

Al grano Marie. – Gruñó.

Muy bien, Marvolo. Hablemos sobre, lo que me vas a regalar en mi cumpleaños. –Tom levantó una ceja en seña de no saber lo que estaba sucediendo. ¿Acaso tenía mierda en la cabeza? Vaya que sí.

Esto tiene que ser una broma. ¿Verdad? ¿Estás interrumpiendo las interesantes cogidas de este "interesante y relajador" libro para pedirme un regalo de cumpleaños?

No. No es mi cumpleaños, lo que pasa es que quiero que me lleves a Hosmeadge... quiero un vestido nuevo, uno muy lindo para el baile. – Sonrió mientras se llevaba las manos al pecho y pestañeaba juguetonamente.

¿Tu? ¿Un vestido? –Soltó una sonora carcajada. - ¿Desde cuando eres tan femenina? – El libro que llevaba en las manos salió disparado al suelo. – Mmm, vaya. Que bueno que estés aprendiendo a mover cosas con la mente. Pero insisto... ¿Para que quieres un vestido?

¿No es obvio? Para ponérmelo, imbécil. ¿No quieres que me vea hermosa ese día? – Comenzó a hacer pucheros.

No necesitas un vestido, para lograrlo.

Sí, lo sé. Pero aún así, lo quiero.

¿Y? ¿Esperas que como todo un sirviente te compre uno? – Ella asintió. – Olvídalo.

Por favor.

No.

Por favor.

Dije que no.

Anda ¿Sí?

He dicho.

Ándale.

Ya basta Lisa.

¿Sí? ¿Sí? ¿Sí?...

¡Lisa! – Su paciencia se vino abajo, y atinó a tomar a la chica de la cintura con una fuerza brutal, que quien sabe de donde sacó, haciendo que ella quedara encima de él, mientras el la aprisionaba entre sus brazos.

¡Ah! ¡Suéltame!

¿Ves? ¿Ves lo que ocasionas? He estado así de cerca de besarte.

Am, no. ¿Ibas a besarme?

Exacto.

Cobarde.

¿Ah si? ¿Quieres comprobarlo?

Ok. Me doy.

Esta bien. – Dejó de hacer presión en sus brazos, pero ella no se movió, más bien se acomodó mientras ponía su barbilla recargada en el pecho de él.

No me tienes paciencia, ¿No es así?

Sí, lo sé. Me sacas de quicio. Eres... eres como un barro en el trasero de Dios.

En este caso, en tu glorioso trasero, porque Tú eres Dios.

Por supuesto, pero también necesito descansar. No creo que sea demasiado difícil que lo comprendas.

Recuerda que estoy loca.

Lo sé, pero te recuerdo que no eres estúpida. –Arqueó una ceja.

Lo sé. Aunque me gusta mucho estarte jodiendo.

Ya me di cuenta de eso. – Sonrió mientras acomodaba sus cabellos. – Pero aún así, no compraré un vestido, oh no. No lo haré. Anda, levántate. – La chica obedeció y se levantó.

Que bonita manera de desearme las buenas noches.

Soy original, es todo. – Se sentó con pesadez mientras le sonreía de una manera superior. – Anda, vete a dormir. No quiero que mañana te levantes tarde.

¿Por qué? ¿Qué se celebra?

Te llevaré a Hosmeadge. –Contestó cortante. Lisa abrió los ojos de la impresión, y sonrió mientras lanzaba un grito de emoción y se lanzaba al cuello de Tom.

¡Ay, mi vida! ¡Te adoro! ¡Gracias!

Sí, yo sé. Anda, vete. Buenas Noches. – Decía sonriente mientras le pegaba una ligera nalgada.

Buenas Noches, Tom. – Se atrevió a aventarle un beso inocente con la mano, haciendo que Tom sacudiera la cabeza.

¿Qué me esta pasando? – Se decía a sí mismo, mientras miraba a la chica subir las escaleras hacia su dormitorio.

Estás enamorado de ella. – Interrumpió Stephen.

Patrañas, Steph.

Aunque no quieras creerlo, lo estás.

Voy a suponer que no te escuché, Lestrange.

Esta bien, Riddle. – Y se marcharon, uno con una sonrisa en el rostro y el otro, simplemente, confundido.

Cada uno, se fue a sus respectivas habitaciones, para caer en los brazos del Dios del sueño, Morfeo. Mañana sería otro día, bastante, bastante atareado, sobre todo si se trataba de entrar a boutiques de ropa de mujer. Sobre todo si se trataba de estar con Lisa, cumpliéndole sus caprichos.

Lisa entró a su habitación campante, muy feliz de haber conseguido; una vez más, lo que quería. Se desvistió y se puso un fino camisón de seda blanco, que apenas cubría su pequeño cuerpo, y sin más se dejó caer en la cama, se arropó y cerró los ojos tratando de conciliar el sueño.

Pero, no llevaba más de cinco minutos dormida, cuando comenzaba a escuchar una respiración más, además de la de ella. Abrió los ojos, mientras se hacía cada vez más y más fuerte, pequeños murmullos se dejaban escuchar en medio de morbosos respiros.

"Lisa..."

Sin contestar tan siquiera se sentó en la cama de golpe, cuando pudo distinguir entre la oscuridad aquella estúpida máscara de conejo.

Frank, demonios. Me asustaste. - Suspiró con alivio. – Ahora, ¿Qué es lo que quieres?

"También me da gusto verte, pequeña. – Se sentó en la cama, ella sólo observaba con cierto sentimiento su máscara, él lo notó. – Oh, lo olvidaba. La máscara. No volverá a ocurrir. – Se despojó de ella arrancándole un suspiro de alivio a Lisa."

Gracias.

"Por nada. Últimamente no he venido a visitar a mi princesa, supongo que me extrañabas, ¿No es así? – Ella asintió sonriente. – Tengo una buena noticia y una mala... que no te agradará mucho."

¿De qué se trata? – Había cierto temor en su voz.

"Se trata de, que estoy muy molesto contigo Lisa, muy molesto."

¿Ahora qué hice?

"Ese es el caso, no has hecho nada. ¿Recuerdas mi petición? –Ella afirmó con la cabeza. - ¿Entonces? No veo acción alguna, al respecto."

Pero... nadie me ha tocado, nadie me ha molestado siquiera. Tu dijiste que... – Frank la interrumpió.

"Sé muy bien lo que dije Lisa. No soy estúpido. Mucho menos ciego, el que me falte un ojo no quiere decir que no te vea revolcándote con tus nuevos amiguitos. ¿Ah que si? Hasta los llamas por su nombre... ¿Y esa confianza? Ellos te tocan, te miran como a una ramera, y tu, te dejas hacer..."

Pero, Frank... No soy una ramera.

"Cállate. Lo eres cuando te conviene. – La chica guardó silencio sin replicarle. – Jamás tuviste esa clase de atención hacia mí, ¿Qué tienen ellos que no tenga yo?. – La rubia abrió la boca para decir algo, pero Frank levantó una mano en seña de que guardara silencio. – ¿Sabes? No quiero saberlo. Me estás decepcionando, esa no es la Lisa que yo conocí."

He cambiado. Ellos son mis amigos, no me molestan, ellos... incluso, me tratan bien.

"Oh, vaya. Solo te digo una cosa, si no haces algo pronto, te vas a arrepentir. ¿Entendido?"

Si Frank, Lo siento mucho.

"Pero... –Lisa, que estaba con la cabeza agachada, al escucharlo, se le iluminó el rostro. – Si quieres que yo esté muy feliz, y muy orgulloso de ti, tienes que hacerme otro pequeño favorcito."

El que quieras, ¿De qué se trata?

"Eres una bruja, y tu nuevo amiguito... Mmm Riddle, supongo que te ha estado enseñando magia negra, por lo que quiero que averigües un hechizo, o alguna de esas pociones."

¿Para qué?

"Para que me hagas real..."

Eso es imposible... – Estaba asustada, la idea de que Frank fuera real, viviendo en el mismo mundo de Tom, era terriblemente catastrófica. – Tu estás muerto...

" ¿Quién lo dice? ¿Ah? – Su voz obtuvo un tono de molestia."

Yo... Digo, te vi morir, yo... Yo misma te maté. Simplemente moriste. Frente a mí.

"¿Y eso que fregados importa? Me estas viendo en estos momentos, si me puedes ver, entonces también puedes hacerme real."

Yo, ni siquiera ser como hacerlo, Frank.

"A mi no me interesa. Averígualo por ti misma, tienes un mes para averiguarlo... de lo contrario, te irá muy mal. Bien sabes que no me tienes muy contento con tu actitud, cabrona de mierda. – Sin más, y sin ni siquiera dejar hablar a la rubia, se levantó y salió de la habitación, no sin antes murmurar un Buenas Noches."

No hubo oportunidad, ni siquiera para pedirle una disculpa a Frank, porque este ya le había azotado la puerta. Ella solamente, con el orgullo y la dignidad herida, se recostó nuevamente, abrazando su peluche, mientras sollozaba en silencio, mientras mojaba las sábanas, mientras... mientras el sueño la vencía.

***

A la mañana siguiente, escasos rayos de luz comenzaban a traspasar las cortinas de su dosel, adentrándose a las finas capas de seda de sus sábanas, molestándole.

Apretó sus ojos, mientras se revolvía entre las cobijas, y se tapaba hasta la frente con ellas. Agudizó el oído y escuchó, la puerta abrirse, pasos acercarse hacia su cama, y unas manos, bastante familiares sacudiéndola, mientras hablaba.

Lisa, hora de despertarse. – Obtuvo un gruñido de la rubia.

Ándale Lisa, es hora de despertar, hoy hace un buen día. – Ese era Stephen, y suponía que además de él, estaban Max, Drake y Blake, además de la primera voz que escuchó, claro, el principal, Tom.

Mmm... Una hora más... – Murmuró adormecida.

¿No tienes vergüenza verdad? Son las 10 de la mañana, hace una hora que deberíamos estar en Hosmeadge. – Le contestó Tom, mirando su reloj. – Pero no... tenían que convenserme de dejarte una hora más, y el pendejo de yo, haciéndoles caso... – Les reclamó a los otros.

Ay Tom, pobrecita. Ella no es un gallo madrugador como tú. – La defendió Blake.

No me la estés mimando. Vas a malacostumbrarla. Yo te apoyo Tom. – Habló el Malfoy defendiendo a su amigo, después dirigieron su mirada hacia la bella durmiente. – Mira nada más, que descaro. Ni siquiera se ha inmutado.

Gracias por tu apoyo Drake, tú si eres mi amigo. – Miró de reojo a los demás, y después a Lisa, que ni siquiera se había movido. – Ahora, dada la situación, tendré que recurrir al Plan B.

¿Plan B? – Max, desfiguró su cara en una de confusión extrema.

Si, Plan B. – Afirmó Tom, mientras destapaba a la chica, y pasaba su mano derecha por debajo de sus piernas y la izquierda por su espalda, cargándola en brazos, mientras ella, descaradamente se acurrucaba en su pecho.

Comenzó a caminar hacia el baño, mientras los demás lo seguían.

Malfoy, llena la tina.

No me digas que... No, pobre. – Blake lo miraba desconcertado.

No te compadezcas. – Mientras la miraba dormir plácidamente.

¿Nada como un baño de agua helada, para desperezarse? Oh, vaya. ¿De donde sacaste esa mierda? Le vas a ocasionar un resfriado. – Al parecer a Maximus no le parecía la idea.

Nah, lo único que le voy a ocasionar, va a ser un grito y un buen susto. Además, la estoy ayudando. Se le tiene que quitar lo huevona.

Bueno, pero es muy malo de tu parte, eres muy cruel. – Agregó Stephen.

Claro, soy un Slytherin, Un Lord. – Y les dedico una de sus sonrisas, de "soy el mejor, no lo duden". Observó que la tina se llenaba. – Bien, salgan de aquí pendejería, no quiero obstáculos.

¿Obstáculos? – Preguntó Blake.

Si, obstáculos.

¿Y eso?

Blake, ¿Cómo esperas que salga corriendo cuando ella intente golpearme, estando ustedes aquí?

Ok, ya entendimos. –Salieron algo apresurados del cuarto de baño, mientras se disponían a tender la cama de Lisa, y a sacarle ropa limpia para ese día. La consentían tanto, que se rebajaban a tenderle la cama.

Lo único que escucharon después de salir del baño fue el sonido de la llave cerrarse. El Splash que hizo Lisa al caer, sus ensordecedores gritos, y los pasos apresurados de Tom. Tom salió del baño, cerró la puerta e hizo presión, jalándola hacia su cuerpo, para evitar que Lisa saliera a echarle unas cuantas maldiciones.

Los demás sólo miraron a un Tom sonriendo divertido, mientras se apoyaba en la puerta, oyendo los gritos de Lisa. Además de que la puerta era buen escudo, al parecer Lisa estaba aventándole todo lo que tenía a la mano.

¡Tom! ¡Te voy a matar! ¡Argh, está helada! – Gritaba Lisa al otro lado de la puerta, mientras se oían sus chapoteos en el agua.

Esta bien, Lisa. No saldrás de ahí hasta que te bañes, y de paso te quites el enojo, porque no dudo que ya se te haya pasado el sueño. – Tom soltó una risa traviesa, los demás también se rieron.

Después de unos minutos salió Lisa, con sola una bata de baño cubriéndole el cuerpo, y con los cabellos estilando. Varias quijadas cayeron al suelo, al observarla.

¿Qué? ¿Esperan que me vista estando ustedes presentes?

Mínimo... ¿No? – Sonrió con lujuria Drake. Los demás asintieron.

Claro, Drake, ahorita mismo comenzaré a bailar desnuda. – Comenzó sarcásticamente, después apuntó a la puerta. – Tienen tres segundos para salir de aquí. Así que, fuera de mi vista.

¿No podemos quedarnos tantito? – Pareciera que Blake, no se iría hasta observar algo más que piernas.

¡Fuera!

Esta bien, nos vamos. – Todos comenzaron a salir de la habitación un poco decepcionados.

Cuando todos hubieron salido de la habitación, Drake se asomó con inocencia, preguntando.

¿Ni siquiera un minuto? – No pudo decir otra cosa, porque un vaso de cristal se estrelló contra la puerta.

Ya en Hosmeadge, se dieron el gusto de pavonearse por las estrellas calles, llamando la atención de varias personas. Lo más difícil fue, hacer que Tom entrara a una boutique, en la cual él se tomaría la molestia de gastar cierta cantidad de dinero, para satisfacer a la "niña".

Lo que Lisa no tenía planeado era encontrarse con la puta de Hogwarts, con las linda, perfecta y popular del colegio. La hubiera soportado un poco de no ser porque ella se acercó a donde ellos se encontraban. Marjorie era la chica más puteada en Hogwarts, por lo menos ya había estado en la cama de la mayoría. Era una engreída con si cabello rojizo, y su piel manchada de pecas. Era insoportable.

¡Tom, querido! Esto no se ve todos los días, ¿Tú, en una tienda de ropa para mujeres? – La voz chillona de Marjorie Smith resonó por toda la tienda. – Eres adorable.

Hola, Marjorie. – Contestó Tom con desgano, esa perra le había echado el ojo desde el quinto curso, y no había dejado de seguirlo cada vez que se lo encontraba.

Por lo que veo también vinieron ustedes. De verdad que son adorables, pero... ¿A qué se debe? ¿Acaso alguno ya tiene novia nueva? – Soltó una risa desagradablemente fingida, mientras se llevaba una mano a la boca, fingiendo además, la elegancia, que no poseía. Blake, ex novio de Marjorie sonrió maquiavélicamente, mientras se atrevía a decir.

Pues por lo menos, Drake, Steph, Max y yo estamos a salvo de tener novia, por ahora. Es por eso que Tom se encuentra muy callado, está esperando que Lisa salga del vestidor. Él tiene una novia.

Oh, Tom, cariño. ¿Es eso cierto? – Preguntó decepcionada.

Lisa no es mi novia. – Murmuró desviando la mirada.

¿Lisa? ¿Quién es Lisa? – Los cuatro chicos soltaron una risita, mientras se alcanzaban a escuchar unos gritos de emoción dentro del vestidor.

¡Tom! ¡Blake! ¡Max! ¡Steph! ¡Drake! ¡Lo tengo, lo tengo! ¡Este es el que quiero!

¿Qué esperas cariño? Sal, para que podamos verte. – Drake levanto un poco más la voz, seña de que quería darle en la madre a la Smith.

Las cortinas se corrieron y dejaron ver a una Lisa, que lucía espectacular. El negro resaltaba a la perfección con su pálida piel. Elegante, divina.

Aquel vestido parecía haber sido mandado a hacer especialmente para ella. Dos tiras negras se amarraban a su cuello, dejando sus hombros y su espalda al descubierto, en un escote renombrado, mientras que por enfrente, el cuello se dejaba ver en "v", haciendo resaltar sus atributos, aunque fueran pocos debido a su delgadez.

Se ajustaba a su cintura, para caer flojo y largo. Ellos sonrieron divertidos antes las poses de modelo de la chica, y además de las caras de decepción, envidia y disgusto que Marjorie le dedicaba a la pequeña Lisa.

¿Les gusto?

Estás divina. – Susurró Stephen.

Te ves, hermosa... Preciosa. – Drake sonrió lujurioso observándola.

Perfecta. – Max bajó la mirada acomodándose los anteojos, pero aún así con una agradable sonrisa en el rostro.

No tengo palabras, Lisa. Estas bellísima. – Contestó Blake resaltando las últimas palabras. Marjorie se cruzó de brazos.

¿Tom? ¿No me vas a decir nada?... ¿No me digas que no te ha gustado? – Puso las manos en sus caderas, fingiendo estar enojada, pero la sonrisa de su boca, aún no se iba.

Am... ¿Wow? – Susurró mientras sonreía divertido.

Bueno, será suficiente. – Dirigió su mirada hacia Marjorie, y lo supo, en cuanto vio su cara, ese desagrado que se convertía en odio rápidamente, supo que esa sería su primera víctima.

Así que... Esta es la famosa Lisa. – Marjorie no parecía muy contenta con la idea de que SU Tom tuviera una novia, él era suyo, y de nadie más.

Am, si... soy yo. ¿Tú eres?...

Marjorie. Marjorie Smith. Es raro que no hayas escuchado hablar sobre mí. – Contestó con el rostro en alto, con superioridad.

Pues, ahora que lo dices, sí. Si he oído hablar sobre ti. ¿No eres la puta que andaba con Blake, el mes pasado? Y que después... ¿Lo dejaste porque ya estabas harta de chupar el mismo pito todos los días?- Blake casi se tira al suelo de la risa. Tom solamente rodó los ojos, apretando sus dientes para evitar reírse.

Mira, perra. A mí, no me hablas así. ¿Entendido? Supongo que tu tampoco te has cansado... tienes cinco para ti solita. – Uh, golpe bajo. Los chicos miraron a Lisa, quien aún sonreía.

Tengo cinco, y aun sigo limpia y virgen, en cambio tú... no tienes ni uno solo... y ya hasta me da asco verte... No eres más que una perra cogida, una ninfómana si fondo. Eso es todo. – Drake, Max, Stephen y Blake chocaron las manos, mientras Tom seguía recargado en la pared con las manos en los bolsillos de su túnica.

¡Tom! ¿¡La estás escuchando!? ¿La has oído? ¿Vas a permitir que me llame de esa manera? – Casi lloraba la pobre estúpida, aunque los cinco sabía que era un llanto más fingido que preferían ignorarla. Se quedó callada, mientras Tom, meditaba unos momentos y después asomaba una sonrisa socarrona y burlesca.

¿Por qué no? ¿Acaso no ha dicho la pura verdad? – Lisa y los cuatro chicos estallaron a carcajadas. Marjorie apretó la boca y le estampó una sonora bofetada a Tom, que ni siquiera se inmutó.

Nadie. Escúchenme bien. Nadie me habla de esa manera, y Tú... – Señaló a Lisa. – y Tú... –Señaló después a Tom. – Me las van a pagar. ¿Me oyen? ¡Me las van a pagar y muy caro! – Y salió de la tienda a grandes zancadas.

Pobre Tom, lo abofetearon y ni siquiera dijo nada, en realidad nosotros empezamos el pleito. Y aquí mi querida Lisa, ni tarde ni perezosa, le siguió. – Stephen sonrió mientras Blake abrazaba a Lisa.

Ya, ya. No la hagas de emoción Blake. ¿Tom? ¿Estás bien?

Pronto tendré una mano marcada en mi cara, seguro que estaré bien. – Dijo sarcásticamente. – Te ves bien. Estaré en la caja. – Y se marchó sin decir más.

¿Cómo debo interpretar eso?

Puedes estar segura de que tienes vestido nuevo. – Max se acomodó los lentes mientras la observaba una vez más. Los demás asintieron embelesados.

Salieron de la tienda aún riéndose del incidente ocurrido hacía unos minutos. Recorrieron varias partes, y hasta se tomaron la delicadeza de pedir unas cuantas cervezas de mantequilla en el Caldero Chorreante. Llegó la tarde y tuvieron que regresar al castillo. Los cuatro chicos tuvieron que irse cada uno a hacer sus deberes, mientras que Lisa se quedó en su habitación, siendo acompañada por Tom.

¿Era tu novia? – Lisa rompió el silencio.

¿Marjorie? – Lisa asintió interesada, mientras seguía guardando las cosas que había comprado ese día. – No, es sólo una resbalosa. Lo único que quiere es una cojida y ya.

Lo supuse. Me cayó bastante mal...

A mi también me desagrada. Algún día terminaré echándole un maleficio.

No, eso déjamelo a mí.

Mucho cuidado, no querrás que te descubran si le haces algo. Podría acusarte.

Podría... si es que la dejo vivir.

No empieces. Un desmemorizador basta. – Lisa rodó los ojos, mientras abría su baúl, sacando hojas y hojas, aventándolas fuera de este, mientras Tom seguía sentado en la cama. - ¿Qué buscas?

Mi libro de Pociones, el que me robé de la sección prohibida... tal vez ahí venga alguna poción para cerrarle el pico a la perra aquella. – En un descuido aventó un pedazo de periódico, el cual... llamó la atención de Tom.

Las pociones son muy lentas, un maleficio estará bien. – Tomó varios pedazos de periódicos en sus manos, mientras dirigía su atención hacia estos mismos, guardó silencio mientras leía y conforme leía sus ojos se abrían a más no poder.

Muere Frank Beddingfield, en la noche de Brujas.

Este 31 de Octubre parecía uno muy alegre, más no para todos.

Ayer todo parecía ser normal, de no ser por la muerte de este joven de tan sólo 18 años de edad. El asesinato ocurrió en la casa de los Rowe, supuestamente deshabitada. Una bala le perfora el ojo, la agresora, una niña de 14 años.

Tomó otro pedazo de periódico y siguió leyendo.

Niña de 14 años en un manicomio.

Lisa Rowe, fue llevaba a una institución para enfermos mentales, al descubrir la policía que sufría de severos trastornos, además de contar con otros antecedentes penales, como homicidio en el caso Beddingfield. Los especialistas aseguran que ha llegado al manicomio para quedarse.

Caso Rowe, Caso perdido. No hay adelantos, ella no saldrá. Los doctores la bautizan, como la niña y su inocencia interrumpida. Sin remedio.

Tomó el último pedazo, y leyó.

Caso Rowe/Beddingfield se abre de nuevo.

Se descubre la verdad del asesinato mediante acusaciones de la niña Rowe, siendo sometida a un detector de mentiras. Ella no es inocente, aunque tampoco resultó ser culpable. La noche del 31 de Octubre Frank Beddingfield intentó abusar de la pequeña sobreviviente de los Rowe. A un año de este homicidio, Lisa se decide a hablar. Es trasladada a otra institución mental donde la enseñarán a vivir con su enfermedad. Se rumora que posee habilidades especiales. Los doctores se niegan a hablar. No darán más testimonios.

Estaba en shock, quería hacer algo en esos momentos, quería preguntarle... que pasaba con su vida, gritarle por las mentiras de Lisa, abrazarla, para consolarla y acompañarla en su dolor... pero no hizo nada de eso. Atinó a guardarse los papeles en las bolsas de su túnica, y fingir que no había leído nada, que nada había sucedido.

La voz de Lisa lo hizo volver a la realidad.

¿Me estás escuchando? Dije que encontré el libro... – Dijo señalando el grueso ejemplar en su mano.

Si escuché. El que no haya querido contestarte es otra cosa.

¿Qué? ¿Sigues molesto por la cachetada que te arrimaron en la tienda? Discúlpame, pero eso no fue culpa mía...

Si no fueras tan habladora, y hubieras mantenido el pico cerrado hubiéramos tenido un día feliz y sin estorbos, como la gente normal.

Mira Tom, no hablemos de normales ahora. No te he hecho nada, así que no me jodas.

Corrección, no me jodas tú a mi... No voy a estar soportando tus ataques de feminidad, que además no te quedan.

Cuando se te quite lo histérico y amargado me hablas. ¿Ok?

Voy a suponer que no te escucho.

Pues vas a escucharme, no vas a ignorarme tan fácilmente... si yo quisiera te mataría en estos momentos. No eres mas que un hablador que dice tener poder. – No pudo continuar porque Tom estaba a escasos centímetros de distancia, tomando fuertemente su muñeca mientras que con la otra mano le tomaba el mentón, ejerciendo fuerza, lastimándola.

No me retes, pendeja. No estoy para tus jueguitos, has estado disfrutando de la vida, y estas dejando mi trato de lado, prometiste ayudarme y ya no hay vuelta atrás. ¿Comprendes? Nadie me traiciona, al menos no viven para contarlo.

No te tengo miedo. –Susurró.

Esa no es una respuesta – Susurró enojado. Jaló sus cabellos hacia atrás obligándola a verlo de frente. – No juegues conmigo niña estúpida, no sabes con quién estás jugando. – Ella no dijo nada, respiraba agitadamente, mirándolo de manera agresiva.

Fue ahí cuando los dos sintieron la misma necesidad. Tom miraba de reojo sus labios, mientras que ella hacía lo mismo. La conciencia de Tom comenzó a funcionar repentinamente.

No podía sentir eso, pero sentía tanto deseo de probar sus labios. Ella se molestaría, de seguro recibiría una segunda bofetada en el día. Solo quería un beso, solo uno. Se acercó a ella lentamente, mirándola a los ojos, buscando tan solo un desacuerdo. Ella humedeció sus labios, él captó la indirecta.

Quería hacerlo, quería sentir lo que era besar sin obligación, lo que era besar con deseo, quería sentir que era besar a Tom Riddle.

Cerró sus ojos esperando el contacto de sus labios con los de él. Tom se acercó un poco más y sintió una punzada, como una corriente eléctrica cuando rozó sus delicados labios.

"¿Qué crees que estas haciendo hija de puta? – Frank estaba molesto. – Te lo dije, no eres más que una ramera. ¡Una ramera!"

Tom quería seguir pero Lisa le dio un agresivo empujón, separándola bruscamente de él. La imagen que tenía frente a él, no era nada agradable, los ojos de Lisa eran negros, estaban enrojecidos, ella quería llorar.

Basta, Tom. Basta. No te aprovecharás de mí, nadie volverá a abusar de mí de nuevo... Nadie. – Se tiró al suelo, mientras jalaba sus cabellos llorando, sollozando silenciosamente. - ¡Vete!

Tom no dijo nada, salió de la habitación en silencio... sin pensar que no la había dejado sola. Lisa no estaba sola en esos momentos. Pero, él si necesitaba estar a solas, necesitaba pensar, no en el beso, sino en lo que había descubierto. Se encerró en su habitación.

Lisa se quedó en el suelo, sollozando. Sabía lo que le esperaba. Frank la había descubierto.

Frank, puedo explicarlo... yo... – Frank la interrumpió.

"No quiero saberlo Lisa. Yo pensaba, yo pensaba que me amabas... Pero veo que me equivoqué. – Su voz era extrañamente suave, fingida."

Yo te amo Frank, yo... no sé que es lo que me pasa. No puedo comprenderlo. –Trataba desesperadamente de que Frank no se enojara con ella, al menos, que no la lastimara.

"Claro, no lo comprendes. Eso es porque eres una estúpida. Me tienes harto con esa actitud."

Perdóname, por favor. Yo sólo quería...

"¿Qué es lo que querías? ¡Anda, dilo!"

¡Quería que alguien me quisiera! ¡Quería saberlo! ¡Quería saber que se sentía ser amada! – No dejaba de llorar.

Frank se quedó callado, caminó hacia ella y la levantó violentamente del suelo.

"¡¿Quieres saberlo?! ¡¿Ah?! ¡Yo te voy a enseñar lo que es sentirse amado! ¡Yo te voy a enseñar, Hija de Perra! – Levantó una mano. Lisa lo miró aterrada. La iba a golpear.

¡Nooo! ¡Por favor, Frank! – Sus gritos se ahogaron en la habitación.

***

Maximus caminaba entre los pasillos, había sido una larga noche, de no haber sido porque Madame Pince lo había despertado, aún estuviera dormido tras una enorme pila de libros. Estaba cansado, pero no tenía sueño, había dormido lo suficiente en la biblioteca.

Entró al área de los dormitorios, y lo escuchó. Lisa. Era Lisa. Lloraba amargamente. No lo pensó dos veces, arrancó hacia su habitación, abrió la puerta, y la encontró en una esquina, echa un ovillo.

Ella lo vio y corrió a abrazarse a él. Max le respondió el abrazo, la acunó susurrándole palabras de aliento y la tomó en brazos llevándola hacia la cama.

Lisa, ¿Qué fue lo que pasó? ¿Qué demonios...?

Él me golpeó, Frank... Frank me golpeó. – Ella lloraba, Max no entendía nada.

¿Frank? Dime, ¿En dónde te golpeó?... – La examinaba, tenía miedo de que alguien le hubiera hecho daño, pero no. No había rastro.

Me golpeó. Duele Max... Duele mucho. Mírame... –Murmuraba con la vista perdida mientras se tocaba la cara y los brazos. - Estoy sangrando.

Lisa. – Max estaba consternado, ella le enseñaba los brazos diciéndole que estaban sangrando, pero sus brazos y su cara estaban limpios, ni siquiera un moretón. – No tienes nada. Estas... sana. –Trató de levantarse, pero ella se lo impidió. Desesperadamente limpió sus lágrimas y habló.

No le digas... Tom, no debe saber que Frank me ha golpeado. – Tragó saliva, mientras seguía hablando. – Tom no debe enterarse del plan... Es peligroso. Frank no quiere que me amen. Él es malo.

¿De qué hablas Lisa? – No comprendía nada, quiso averiguar pero Lisa se había desvanecido en sus brazos. Estaba ardiendo. – Esta delirando. – Tocó su frente. – Y ardiendo en fiebre. Por Dios... – Y salió corriendo, en busca del nombrado.

***

¿Cómo pudo recaer tan rápido, Max? Hace unas horas la vi, y estaba muy bien. – Preguntó Tom, mientras mojaba un pañuelo y lo ponía en la frente de Lisa. Intentaba ignorar lo que había pasado, pero sus labios aún estaban acalambrados.

No lo sé, cuando llegue estaba histérica. No... – Recordó lo que Lisa le había pedido. – No se que pudo ponerla en ese estado.

Max...

¿Sí?

Lisa está enferma.

Si, lo sé. Tiene mucha fiebre.

No hablo de eso, idiota. Lisa está enferma, está trastornada. Ella nos está ocultando algo... y lo único que podemos hacer es que ella decida contárnoslo algún día, mira... encontré esto. – Tom entregó los pedazos de periódico a Max, mientras este leía asombrado.

Frank. Es este Frank del que tanto me habló Lisa.

¿A qué te refieres?

Dijo que Frank la había golpeado, y ella no tiene ningún golpe o marca. Eso quiere decir que...

Lisa tiene alucinaciones.

Esquizofrenia. Para serte exacto. Esto es grave.

***

Pasó una semana y nadie quería hablar sobre el incidente, Lisa se comportaba como si nada hubiera ocurrido, mientras Tom le dedicaba algunas miradas asesinas de vez en cuando.

A Lisa no le preocupaba mucho la actitud de Tom, lo que le preocupaba era el baile, no divertirse, bueno... tal vez un poco, pero esa noche tenía que hacer algo para que Frank estuviera contento con ella.

Esa noche, ya estaba lista, había mucho alboroto afuera y Tom ya había tocado su puerta, apurándola y maldiciéndola.

Lisa terminaba de alistarse, ya con el vestido puesto, retocaba su rostro con un ligero maquillaje. Su cabello era la única diferencia, lo llevaba lleno de rizos, en vez de lacio. Se miró una vez más en el espejo y sonrió gustosa de su apariencia, para después salir de su habitación. Los demás estarían esperándola en la sala común.

Bajó las escaleras un poco incómoda, no estaba acostumbrada a usar zapatillas, mucho menos tan altas como las que traía en esos momentos.

***

Tom esperaba en la sala común, estaba sentado en un sillón, mientras daba ligeros golpeteos de impaciencia con los dedos en una de las mesas, hasta que escuchó una risita... los demás ya se habían largado de ahí con sus respectivas mujerzuelas, perdón, parejas... por lo que dedujo que era Lisa la que estaba por allí.

Sal de ahí, no voy a estar esperándote hasta que se te dé la gana. – Obtuvo otra risita como resultado. Suspiró, mirando su reloj con desesperación. Esa chica lo sacaba de sus cabales.

Escuchó el sonido de aquellos incómodos zapatos que acostumbraban a usar las chicas, aunque ciertamente, Lisa no era completamente una chica de verdad de esas que se maquillaban, y que usaban tacones altos, oh no, ella era un caso serio.

Fue entonces cuando la vio, con aquel vestido que resaltaba su piel en exceso. Aquellos rizos que caían a lo largo de espalda, su carita de niña, ahora pareciendo la de una mujer, por el maquillaje.

Ella le sonrió, mientras se acercaba y daba vueltas sobre si.

¿Cómo me veo?

Pues, pareces una mujer.

Ja... ja... ja. Estás insoportable esta noche, Marvolo.– Tom se puso de pie, vestido completamente de negro.

Y lo estaré durante toda la noche, Marie... Anda, Vamos, ya es tarde. No querrás que el baile empiece sin nosotros. – Le ofreció el brazo caballerosamente, un poco confundido, él no estaba acostumbrado a ser amable, o más bien, él NO era amable.

Sin nosotros, no es un baile... ¿Ok? – El solo asintió sonriendo, mientras ella se aferraba a su brazo y comenzaban a caminar hacia el Gran Salón.

***

Las mesas de Slytherin eran las mesas más elegantes y mejor adornadas... además de que los cuatro fieles servidores de Tom, ya habían apartado una mesa especialmente para él y Lisa.

Sólo esperaban que los dos tórtolos se dignaran a bajar, y lo supieron cuando oyeron que el Salón quedó mudo excepto por algunos murmullos de asombro.

Lisa y Tom entraron y se dirigieron hacia su mesa, Tom le alargó la silla a Lisa, como el caballero que no era, quien le sonrió maliciosamente haciendo que Tom volteara la cara para que no se notara la vergüenza que sentía en esos momentos.

Vaya, la parejita del año se digno a bajar... – Anunció Drake con una copa de brandi en la mano. – Espero no hayan estado haciendo cochinadas por ahí. ¿Eh? Me pondría muy celoso, Lisa.

Te aseguro que no hicimos nada... por ahora. – Dijo Tom con una sonrisa mientas se llevaba la copa a los labios.

Ya van a empezar... por cierto bola de gays, no me han dicho lo linda que luzco esta noche.

Luces hermosa, preciosa. – Dijeron los cuatro a coro.

Lo sé... idiotas, eso es obvio. Solo pregunto porque me gusta que me chuleen.

A mi también me gusta que me chuleen. Estoy bien guapo... buenísimo. No me puedes negar lo obvio. – Aclaró Tom. Lisa lo miró con la boca abierta. ¿Tom chuleándose?

Oh, Riddle. No conozco esa faceta tuya. – Max estaba asombrado, Tom jamás hablaba sobre su aspecto. – Me preocupa lo que Zabinni y Malfoy te estén metiendo en la cabeza.

Tranquilo Max. Deja que el chico Riddle se rebele, te juro que esta vez no fui yo ni Drake.

Este es el inicio, sólo espera a que comience a tomar. – Exclamó Drake con sorna.

No me voy a emborrachar, ¿Lo oyen? Sólo Tomaré con clase. – Gruñó el moreno de ojos oliva.

Yo también quiero de eso... – Interrumpió Lisa señalando las copas y viendo con indiferencia su vaso de jugo.

Ni lo sueñes, Lisa. – Stephen negaba con la cabeza.

Esto es para hombres, para grandes, para gente mayor.

Disculpen, tengo 17 años al igual que ustedes, así que puedo tomar.

Lisa, te ves como una mujer muy hermosa, no empieces a demostrar tus instintos de marimacha. – Murmuró Tom mientras se servía una segunda copa.

Fingiré no haber escuchado eso Riddle. Quiero beber de eso, y lo quiero ahora. – Se cruzo de brazos mientras arrugaba la frente, enojada.

Ya, chicos, sírvanle a la chiquilla esta lo que quiere, mañana no va a soportar la resaca. – Dijo Blake con una sonrisa burlona en el rostro. – Y yo, no la pienso ayudar.

A menos que consigas algo a cambio. ¿No es así Blake? – Murmuró Tom.

Exacto.

Cielos, no hablen de sexo barato, me largaré de aquí, voy a ver con que chica puedo... "hablar" sin distracciones. – Drake se levantó de la mesa. Y lo único que se pudo ver es una cabeza platinada que salía al lado de una pelirroja, bastante apresurados.

Yo... creo que también me largo, buscaré a alguna mujerzuela disponible.. – Agregó Stephen, mientras se levantaba y se iba.

Yo... tengo novia... – Blake, Tom y Lisa se quedaron con la boca abierta, y no pudieron reclamarle ni nada porque Max había salido disparado hacia algún lugar del Gran Salón.

¿Cariño, tu también nos dejarás solos para así poder hacer cosas malas? – Preguntó Lisa mientras se tomaba su segunda copa demasiado rápido.

No, yo no soy aguafiestas, tengo mucho esperando este baile, para planear una peda inolvidable, ¿No es así Tom? Hay que celebrar, porque muy pronto tomaremos el colegio. – Bajó su voz. – Y seremos temidos.

Exacto. En especial mi nombre. – Tom sonrió gustoso de que el fin de año llegaría, se graduaría y después regresaría a tomar el colegio, a tomar Londres, a tomar el mundo.

Bien, pues entonces. Brindemos. Brindemos por nuestra próxima victoria. – Lisa levantó su copa delicadamente tambaleándola ligeramente, los efectos del alcohol empezaban a hacerse presentes en ella, y solo con tres copas. Los dos chicos sonrieron ante su debilidad, pero aún así chocaron las copas tan fuerza que se hicieron pedazos, y Lisa estalló a carcajadas, contagiándolos. Esa sería una gran noche, y cada uno en sus mentes le daban a Lisa un tiempo de media hora, equivalente a 4 copas más dando como resultado, Lisa borracha, y esa, no se la perderían por nada.

***

El baile estaba por acabar, Lis estaba completamente inconsciente, y Blake parecía seguirle el juego, ya que también hablaba pendejada y media, Tom solo sonreía y de vez en cuando hacía alguna que otra jugada sucia.

Y entonces... –Hip.- Le enterré la jeringa en la cara, una... – Hip. – Y otra y otra vez... – Comenzó a reír como loca. – Es gracioso, fue ahí donde me corrieron, y me mandaron a San Mungo... –Hip.-

Eres un enferma, camarada, pero te acompaño en tu dolor... – Blake la abrazó.

Corrección, los dos son unos enfermos, de verdad que me siento completamente normal a lado de ustedes.

Mira, Marvolo... Marvolito... ¿Marvolote? – Hip. - ¡Ah! ¡Lo tengo! Marvy... Me estas ofe... ofendiendo... y estoy sensible esta noche... –Hip. – Yo... Yo –Hip.- Esperaba que me dijeras que estabas enamorado de mí... – Hip.-... y que... hiciéramos algunas travesuras... –Hip. Comenzó a llorar de la nada. – Pero eres un hombre... ¡Un hombre! Un hombre... con sus dificultades... –Hip. – Tu sabes... de lo que estoy hablando.

No Lisa, No lo sé... ¿Por qué no me lo cuentas? – Comenzó Tom, con su tono de voz, suavemente extraño... ella estaba vulnerable... Blake estaba casi babeando la mesa... ¿Qué podía hacer?

Sufres de impo... impotente... impotata... impoten... cia... ¡Sí! Eso... impotencia sexual. – Tom casi escupe el hidromel.

¿Qué?... ¿Estás segura? ¿Por qué no lo pruebas? – Tom sonrió de lado, esta jodida chamaca chingaba mucho estando sobria... ahora ebria... Mierda. Lo único que le faltaba era que bailara desnuda encima de la mesa, el baile era un desastre, Dippet ni siquiera se daba cuenta de que más de medio Salón, especialmente del quinto cursos en adelante estaban completamente pedos.

Porque... – Hip. - ¡Quiero bailar! – Justo en ese momento comenzaba a sonar una canción movida y sensual, Lisa aventó los tacones, haciendo que Blake recuperara la conciencia, y se subió a la mesa comenzando a mover las caderas, bailando provocativamente.

Wow... ¡Bien nena! ¡Baila para papá! – Blake hizo acto de presencia comenzando a aplaudir.

Maldita... Sea... – Tom se llevó una mano a la cara mientras sonreía sarcásticamente.

Vamos Tom... Diviértete un poco, hermano. Pocas veces se pone así, quién sabe y se quite algo de ropa... – Blake tenía razón, no tenía porque portarse como prefecto noche, a lo mejor tenía suerte y Lisa... bueno, ya saben... Sacudió la cabeza. ¿En qué estaba pensando? ¿él era un chico bueno? Nah, esperaría a que se bajara de la mesa y se la cojería. No tenía porque pedirle permiso.

La chica seguía y seguía contoneando las caderas, moviéndose el cabello haciéndola parecer una diosa, su suave piel pálida e incolora, ligeramente sonrosada por las copas de más, y la tenue luz del salón alumbrado soplo por escasas velas, Tom y Blake simplemente se habían perdido en ella.

Justo cuando Tom empezaba disfrutar esos arranques de locura que tenía la rubia, ella comenzaba a desabrocharse el vestido, Tom la observó embelesado. Ella se acercó a él hincándose en la mesa, mientras lo jalaba bruscamente de la corbata, que horas antes estuvo bien puesta, ahora estaba casi toda su camisa desabrochada y ni hablar de su corbata. Tom la miró a los ojos, aún con el semblante frío que solía conservar. Fue entonces... cuando juró que sus labios luchaban por sonreír, un tirante del vestido de ella cayó por su hombro derecho, aún no dejaba ver nada comprometedor. No. Sacudió su cabeza. Eso no estaba bien, ¡Bueno, bueno! ¡Si lo estaba y le agradaba! Pero, no era el momento.

Se levantó como el alma que lleva el diablo, y con una fuerza brutal (no era que la necesitara) cargó a Lisa echándola a su hombro, mientras golpeaba ferozmente su espalda y salió disparado hacia los baños más cercanos.

Cuando llegó a los baños, entró y la sentó brutalmente en el lavabo, y se le quedó viendo con una mirada de "Espero y estés contenta, porque no sabes lo que te espera". Después, le dio la espalda no sin antes decir.

Lávate la cara, y acomódate ese vestido, no salgas hasta que estés decente. Te espero afuera. – Y si más dio un portazo, ella sólo parpadeó.

¿Estás enojado? – Preguntó mirándose las manos mientras mecía sus pies descalzos.

No... – Obtuvo detrás de la puerta. – Pero si no me obedeces, lo estaré muy pronto.- Lisa sonrió, pero su sonrisa desapareció en cuanto de observó en el espejo y las nauseas empezaron a invadirla.

Voy a vomitar... – Murmuró antes de correr hacia el inodoro y encerrarse.

Eso te pasa por beber tanta mierda, Lisa – Murmuró Tom soltando una risita de satisfacción, en fin, ella se lo había buscado. – Vengo, te traeré agua. – Y sus pasos se perdieron, mientras la dejaba sola.

***

Lisa salió del baño, y se mojó la cara, mientras alguien abría la puerta, y esta vez no era Frank, ni Tom. Era exactamente la persona que quería ver en esos momentos. A pesar de las náuseas, del terrible dolor de cabeza y de estómago que empezaban a cegarla, no pudo reprimir una sonrisa, ni la corriente eléctrica llena de energía que empezaba a recorrerla entera, ni siquiera, que sus ojos ambarinos cambiaran lentamente, en un solo parpadeo a un color negro, pero no a ese negro opaco como cuando veía a Frank, sino a uno lleno de brillo, tintado ligeramente de rojo, de sangre, brillando de emoción y de satisfacción.

Qué tenemos aquí. Lisa Rowe en persona.

Hola Marjorie.

Querida, tu aspecto es... deplorable, parece que acabas de follarte a alguien, salvajemente, aunque, esa palabra va demasiado bien contigo. – Sonrió triunfante.

Tendrás que darme clases de cómo follar y quedar como si nada, ¿No crees, querida? – Se acercó peligrosamente a ella, mientras sacaba su varita sin ser notada.

Juegas tan sucio como toda una puta, esa cara de angelito no te queda, Rowe. – Contestó un poco insegura, ante la mirada perdida de Lisa.

¿Quieres probarlo? – Susurró apenas inaudible para la chica Smith.

No te tengo miedo estúpida, esta vez no está Tom para ayudarte.

Entonces, quieres jugar conmigo. – Murmuró un hechizo y la puerta se cerró con seguro. – Sólo que en este juego, yo siempre gano... Frank siempre gana.

¿Pero... qué? – Retrocedió la pelirroja asustada.

Insonorus. - Sonrió. – Esto te va a doler, grita lo que quieras, estamos solas. Solas.

La pelirroja quiso correr, aterrada, ella sabía que Lisa sufría de problemas mentales, más nunca imaginó que llegaría a atacarla, y lo supo cuando tiraron fuertemente de sus cabellos, impulsándola hacia atrás, haciéndola caer al suelo violentamente.

Gritó, pero nadie la escuchó. Lisa la torturó con varios hechizos, mientras Marjorie lloraba de terror. Fue entonces cuando Lisa tuvo una idea asesina que cruzó por su mente, dejó de jalar sus cabellos quedándose con algunos en la mano, azotando su cabeza contra el suelo mientras ella lloriqueaba.

Entre llantos y lloriqueos se distinguió claramente aquella maldición que mejor había aprendido de Tom. "Imperius" y Smith dejó de llorar, quedando paralizada.

¿Te agrada tu rostro Marjorie? ¿Es bonito, no? – Ronroneó melosamente, después de un momento de violencia le agradaba juguetear con sus víctimas. – Levántate. Quiero que te mires al espejo. – La otra se levantó como si fuera un zombie. - ¿Te crees muy bonita, no es así?. – Al no obtener respuesta, la abofeteó. – Contéstame, Perra.

Sí.

Bien, pues te tengo malas noticias, querida Marjorie. En unos momentos dejarás de serlo. – Desjuiciadamente la tomó de la cabeza y la estrelló contra el cristal. - ¿Duele? – Preguntó sarcásticamente. – Di que si, dime lo que sufres.

Duele.

Duele, ¿Sabías que hay miles de pendejas aquí en Hogwarts, que desearían tener un rostro como el tuyo? Lo dudo. Eres muy estúpida como para darte cuenta de eso. – Sacó un cigarro de no sé dónde, lo encendió y se lo llevó a los labios. – Anda pinche descerebrada, agarra un vidrio. ¿Para qué? Vamos, pregúntamelo.

¿Para qué?

Para que cortes en pedacitos esa carita que tanto amas. ¡Hazlo! ¡Corta esa carne sucia!

La visión era satisfactoria, aquella chica de bello rostro, víctima no sólo de la maldición "Imperius" sino víctima de Lisa, ahora cortaba en pedazos su rostro, pedazos de su carne caían al suelo, mientras su cara se empezaba a desfigurar, tanto por la sangre como por la falta de piel.

Cuando hubo finalizado, la chica estaba completamente deforme, y Lisa sonreía con maldad, y aburrida finalizó con la vida de esa perra que quiso pasarse de lista con ella.

"Jódete perra" Fue lo último que escuchó Marjorie antes de morir.

Avada Kedabra, tan simple copmo eso. Dejar que se termine, eso significaba la maldición, dejar que esta vida se termine. Y terminó para Marjorie Smith.

Fue rápido, una de las muertes más rápidas que hubo efectuado, de no haber sido por ese malestar, se hubiera divertido un poco más, y a lo grande. Quitó los hechizos y justo cuando pensaba arrojar el cuerpo por una de las ventanas del baño, escuchó la voz de Tom.

Puta... Madre. – Murmuró el moreno, mientras se llevaba una mano a la frente. – ¿Acaso tienes hormigas en el culo? Te dejo sola un momento casi convaleciente y cuando vuelvo te encuentro con un cadáver. Me lleva la...

¿Me ayudas a deshacer la evidencia? – Sonrió angelicalmente, sus ojos estaban amarillentos de nuevo.

Argh, esta bien. Lo único bueno que has hecho es matar a esta resbalosa, lo malo es que eres muy pendeja, ¿Qué tal si en lugar de mí hubiera entrado otro? ¿Qué hubieras hecho, ah? –Replicaba mientras con hábiles movimientos de varita y sin ni siquiera usar la voz, limpiaba la sangre y desaparecía el cuerpo y cualquier evidencia, como el vidrio roto, que acaba por ser restaurado.

¿Lo mataba también? – Tom bufó negando. Con un movimiento de cabeza la invitó a salir del baño. Ella intentó caminar pero un mareo se hizo presente. – Ay, Tom... espera, estoy mareada. Todo se mueve...

¿Qué te dije acerca de tomar esa mierda, eh? – Ella lo miró con cierto sentimiento. – Anda ven acá, necesitas dormir. – Murmuró resignado mientras la tomaba en brazos, y ella se le acurrucaba en el pecho.

No sé que me pasó... de pronto... sentí ese deseo de... matarla... – Murmuró cerrando los ojos, mientras Tom caminaba hacia la sala común.

Son impulsos, yo los tengo de ves en cuando...

Tu eres un Lord... – Susurró más para sí misma que para él.

Por fin lo aceptas.

Caminó con ella... traspasó la sala común y subió a los dormitorios, donde sin pensarlo la recostó en la cama de la oscura habitación de ella, pero ella se levantó de nuevo hacia el baño donde se amarró el cabello en una cola alta y volvió a lavarse la cara, mientras cogía el cepillo de dientes y la pasta.

Aún no puedo quitarme el sabor a vómito de hace rato. – Y se metió el cepillo a la boca.

Asquerosa... – Y sin más, se tiró a la cama descaradamente mientras observaba su reloj. Las 4:45 a.m., faltaba poco para amanecer, se daría el lujo de dormir sus dos horas merecidas de sueño. Cerró los ojos un momento y pasó sus brazos detrás de su cabeza. Segundos después sintió una presencia cerca de él. Abrió los ojos.

¿No tiene usted una habitación propia señor Riddle? – Susurró la rubia mientras se acostaba a su lado, cubriéndose con las mantas.

Se supone, pero no la uso en días de fiesta. – Volvía cerrar los ojos.

¿A qué se debe?

A que en esos días no acostumbro dormir. Que duermas bien. – Ella no dijo nada se arropó y le dio la espalda.

Las 4:52 a.m.

¿Tom? – Murmuró la rubia.

¿Mmm?

Tengo frío.

Hay suficiente manta para ti sola, ¿No?

Si, pero tengo frío, ¿tu no?

No, el frío es para los débiles. – Lisa rodó los ojos. Hubo un silencio.

¿Me abrazas? – Tom gruñó exasperado, pero tranquilo. – Por favor... ¿Sí? .- No obtuvo respuesta, sólo un brazo que pasó por su cintura, un torso fuerte que se apegó a su espalda, además de una respiración en su cuello y oído. – Gracias.

Ya... Duérmete. – Se estremeció, y él lo notó pero aún trató de conciliar el sueño.

Las 4:55 a.m.

¿Tom?

¿Mmm?

¿Me das un beso de buenas noches? . – Sintió un beso en su cuello. – No. Uno como el que me ibas a dar la ves pasada...

Estás drogada, ¿Verdad?

No...

Ah, entonces no me preocupo, de atiro eres pendeja.

¿Sigues enojado porque me porté mal?

Olvídalo.

Entonces, dame un beso de buenas noches.

Estas ebria Lisa. Ya duérmete.

Me niegas, pero sé que tu también quieres.

Chingado, ¿Me vas a dejar dormir?

Nop.

Si te beso, me vas dejar ¿Verdad?

Sip.

Esta bien

Se apoyó en un codo a regañadientes, mientras se acercaba a los labios de la rubia, lentamente, los rozó, volviendo a sentir esa corriente eléctrica al igual que la vez anterior, y la besó. Lentamente, estaba cansando, muy cansado como para que el salvajismo saliera de él, rompió el beso lentamente y si no hubiera estado oscuro juraría que Lisa había sonreído antes de quedarse completamente dormida.

Sería en otra ocasión, y esta vez Lisa, no se iba a salvar, no volvería a dejarlo con las ganas. Nadie le hacía eso. Él era Lord Voldemort, y ninguna chiquilla endemoniada le robaría el corazón, lo que el no sabía, o más bien, lo que no quería aceptar es que ya era demasiado tarde como para ponerse a reflexionar.

Demasiado Tarde.

***

Bueno, ahí esta el capítulo, espero les haya gustado y bueno pronto seguiré, si Uds. se portan bien conmigo y me dejan un Review, (yo he sido bueno y he dejado muchos) merezco uno ¿No?

Bueno, los únicos adelnates que habrá, serán que Lisa intentará volver a Frank real, pero ¿Lo logrará?

Si lo logra, ¿Podrá Frank vivir en el mismo mundo de Tom?

Alguien tendrá que irse, ¿Quién?

Tom en un momento romántico. (Eso lo escribí yo?)

Más muertes.

Tom furioso.

Más besos. Esta vez bien dados.

Y nomás, es mucha información para ustedes...

Solo una ultima cosa...

R

E

V

I

E

W

S