:: "Crystal Memories." ::
Autor: Lena Hiyasaki.
Tipo: Serie.
Advertencias: YAOI-Lime.
Rating: PG-13
Categoría: Drama/Romance
Pairing: SetoxJoey.
CEO: Chairman Executive Office o en español Presidente Ejecutivo.
================================================================================
Disclaimer:Yu-Gi-Oh! no me pertenece, es propiedad de su creador, Kazuki Takahashi. Yo sólo soy una fan que publica esto sin fines de lucro, y que lo único que gana haciéndolo, es recibir algunos Reviews de los lectores.
================================================================================
Capítulo 4.- "Sorpresa."
Algo estaba mal dentro de todo lo que estaba sucediendo, él no podía estar en un hospital con el cachorro en una habitación en cuidados intensivos, ¡no! Además, se sentía como en la dimensión desconocida, ¿él preocupándose por alguien más que no fuera Mokuba? ¡Imposible! Aún así, cierto.
Pasó su mano por el prolijamente peinado cabello castaño, suave, sedoso y lacio; sus ojos, azul rey, estaban fijos en las agujetas de su zapato, perfectamente amarradas en un bien hecho nudo.
Por algún extraño motivo, su corazón latía acelerado, esperando el momento en que lo llamaran los doctores, diciéndole que podía pasar a la habitación donde el rubio estaba. Ni pensarlo mucho, él siempre prefería quedarse solo y el agradecimiento del joven rubio no sería muy agradable en ese momento, sería preferible no tener que enfrentarlo, pero, aun cuando no lo hiciera, en camino al hospital iban Yuugi Motou y compañía, y sabía que, al menos, ellos le agradecerían eternamente el sólo hecho de no haber dejado al rubio abandonado en la calle, a merced de la muerte.
Él no era tan malo y cruel como a veces la gente quería creer. Si hubiese sido Mokuba, y no que quisiera que algo como eso le pasara a su hermano nunca, hubiera sido bueno que alguien lo recogiera y manejara a un hospital... sin importar si lo hiciera por una recompensa o no... mientras Mokuba estuviera bien.
«No sé ni qué estoy haciendo todavía aquí.» Se dijo, reprendiéndose mentalmente.
Hubiera sido mejor dejar al cachorro en manos de los doctores, de todas formas ya había dicho que él correría con los gastos pertinentes al accidente que el rubio había sufrido, sin importar cuan alta fuera la cantidad.
Estaba seguro que el perro no tendría el efectivo suficiente como para liquidar una suma de ese tamaño, y también sabía que lo primero que haría sería molestar continuamente a Kaiba, suplicándole algo para poder 'liquidarle' a él su deuda. Que tomaría toda su vida en pagar.
Ni pensarlo, Wheeler era demasiado molesto, así que lo último que quisiera sería tenerlo a su lado.
Sería un regalo, sí, algo de parte de Mokuba, aunque quien en verdad corriera con los gastos fuera el CEO de Kaiba Corp.
Una taza de café se posicionó cerca de su rostro, y pudo apreciar que una enfermera de rasgos bonitos se la entregaba, con un sonrojo en sus mejillas, quizá feliz de ser ella quien atendiera al famoso y apuesto CEO de ojos azules.
"Gracias." Murmuró, aunque no sonó para nada agradecido.
Era un acto reflejo, intentar ser cortés, aunque no quisiera decirlo, sin sentirlo.
Tomó un sorbo de café, amargo pero así era como a él le gustaba.
Uno de aquellos datos que, inexplicablemente, había llegado a oídos de un reportero que escribió un artículo completo sobre Seto Kaiba y su gusto por el café. ¿Cómo lo tomaba? ¿a qué hora? ¿y por qué?
Lanzó un suspiro, esperando un poco más, antes de mirar su reloj y sorprenderse.
Era la 1h00 AM, y tenía que terminar la tarea que los maestros estúpidos e inútiles dejaron, estar temprano para la escuela y luego marcharse en su limosina, ahora conducida por un chofer, a Kaiba Corp, para encargarse de las reuniones y juntas con los directivos, aquellos que llegaron a reemplazar a los cinco grandes.
Si la pandilla Motou no llegaba a tiempo, tendría que irse, dejando al perro solo.
Terminó el café al mismo tiempo que un doctor salía de un pasillo largo e iluminado con luces fluorescentes blancas, y se acercaba al CEO con una sonrisa radiante, como si pudiera leer el signo de pesos en cada una de las serias expresiones del CEO.
"Su amigo ha sido tratado, encontramos una herida en la parte posterior de su cabeza, que puede ocasionar ceguera temporal o quizá alguna otra posible reacción ante el fuerte impacto. Tiene un brazo fracturado, por lo que procedimos a enyesarlo y lo demás fueron sólo golpes superficiales en el cuerpo y algunos raspones." Explicó suavemente. "Nada serio. Encontramos un donador de sangre y pudimos reponer lo que perdió."
Vio que Seto no expresaba nada en su rostro, pensó que quizá el joven estaba en shock por lo que él acababa de decir... y es que los golpes se veían mucho peores de lo que eran, pero de todas formas, no estaba tan bien, faltaba ver cuál sería el resultado de ese golpe en la parte baja de la cabeza.
Pero Seto no pensaba en nada de lo que el Dr. pudiera pensar, sino que estaba buscando una forma de decirle eso a los amigos del perro.
"De acuerdo." Dijo fríamente, respiró normalmente antes de ahogar un bostezo y continuar. "¿Puedo verlo?"
"Por supuesto." Contestó. "Aún no está despierto, pero falta poco para eso, solamente está durmiendo."
Kaiba asintió, avanzando por donde el Dr. lo guiaba, abriéndose paso entre enfermeras y doctores, personas preocupadas, pacientes y un nauseabundo olor a pastillas, medicina, y alcohol.
Se detuvo frente a una puerta, el número 210 estaba en ésta, brillando de color plateado, y entró sigilosamente, cerrando la puerta tras de sí, ignorando las últimas palabras que pronunció el doctor.
Allí en la cama estaba el rubio, tenía la cabeza vendada, unos cuantos raspones en la mejilla, el brazo enyesado, el torso vendado, quizá por algún golpe fuerte que hubiese recibido, el labio estaba un poco inflamado y había sangre seca en éste. Sus dedos pálidos sobresalían del yeso.
Contuvo el aliento durante un momento, Joey se veía tan mal, completamente herido y desvalido, y esperaba a que despertara.
Tenía que ver que tras aquella mirada siempre llena de vida había todavía luz, que no se había apagado, que volvería a abrir los ojos y a actuar tan impulsivamente como Kaiba ya estaba acostumbrándose a que el rubio fuera.
Se sentó al lado de la estrecha camilla donde descansaba el rubio, sabía que el golpe había sido tan intenso... y pensaba que estaba peor, pero por suerte, el rubio tenía un cráneo muchísimo más duro de lo que cualquiera hubiese pensado, aún estaba vivo en aquella habitación de hospital, durmiendo, según palabras del doctor.
Pensó nuevamente en Mokuba, definitivamente si algo así le pasara al pequeñín, debería haber alguien dispuesto a llevarlo al hospital, ¡no podían permitir que el chiquillo muriera!
Lo mismo con Wheeler, había mucha gente que lo apreciaba por su forma tan abiera de ser con los demás, por siempre estar tan lleno de energía, por contagiar su entusiasmo incluso a personas como Yami, quien se caracterizaba por ser una persona muy centrada y seria.
"Wheeler." Llamó, tomando la otra mano del rubio, sorprendiéndose al ver algunos enormes moretones en su piel dorada, dejó que uno de sus dedos se deslizara sobre la piel golpeada del rubio.
Escuchó un gemido de dolor y procedió a soltar la mano del rubio, dejando que se golpeara contra la cama.
"¡Ouch!" Se quejó el rubio.
Seto esperó alguna retahíla de insultos, pero sólo consiguió una extraña sonrisa y la mirada sorprendida del rubio al ver que estaba vendado y herido y que su labio le molestaba para hablar, debido a la inflamación.
"¿Estás bien?" Preguntó, más por cortesía que por oír la verdadera respuesta de parte del joven.
Se veía confundido, quizá el golpe había terminado con la veintiúnica neurona que él poseía, o tal vez fueran sólo los calmantes que le habían servido en el hospital, para que, cuando despertara, no sintiera el punzante dolor.
"¿Wheeler?" Le llamó al ver que examinaba lenta y detenidamente el rostro de Seto, y al no sentirse cómodo con los ojos color miel del joven en su rostro.
"Oye, esto puede sonar un poco tonto, pero... uh... ¿quién soy yo?"
Y la pregunta sirvió para hacer algo que nadie jamás le había hecho a Seto Kaiba... quedó descolocado.
[- - - - - - - - - - - - - - - - - -]
Mokuba bajó de la limosina de su hermano, sus cabellos negros revolotearon con el viento fresco de la madrugada... al día siguiente tendría que atender clases, pero contaba con que su hermano se apiadara de él y lo dejara faltar cuando menos un día, se lo merecía por ser un niño tan servicial.
Caminó, nerviosamente y tocó el timbre de la puerta de Yuugi, y esperó a que éste abriera la puerta.
Unos pasos del otro lado y finalmente, la puerta se abrió.
El rostro pálido del faraón se dejó ver, sus ojos rojos miraron a Mokuba, quien le regaló una sonrisa, a la que el respondió amablemente, esperando a que Yuugi llegara también; tendrían que salir lo antes posible para llegar al hospital a tiempo.
Y eso que no le habían dicho al pequeño que tenían que pasar por los demás.
"Mokuba," Empezó el faraón, su voz varonil y a la vez suave se dejó oír mientras invitaba al pequeño a entrar a la casa. "¿te molestaría que pasaramos por Tristán y por Tea? Lo que sucede es que Yuugi les avisó lo del accidente y todos queremos estar con Joey."
El pequeño sólo pudo sonreír.
"No te preocupes, ¿sí? Iremos por ellos, sólo necesitamos partir ahora mismo; Seto tiene que llegar temprano a casa."
Yami asintió con una mueca de agradecimiento en su apuesto rostro, era increíble que el joven frente a él realmente fuera el hermano de Seto Kaiba; tan opuestos ambos, uno lleno de alegría y una inocencia tan natural, mientras que el otro era tan serio y solamente preocupado por el bienestar de su hermano menor y de la compañía que estaba administrando.
Estiró su mano y acarició los cabellos negros del pequeñín.
"¡Vamos, Yuugi!" Llamó el faraón.
"Sí." Se escuchó la voz más suave de su aibou, mientras que bajaba las escaleras, vistiéndose una chamarra que lo cubriera del intenso frío.
"Vamos." Dijo Mokuba y los tres salieron de la casa y abordaron la limosina.
Ya adentro, Yuugi lo recordó.
"¿Pasaremos por Tea y Tristán?" Preguntó, con un rubor en sus pálidas mejillas.
"Sí, Yuugi, no te preocupes." Una sonrisa amable. "¿Qué pasó con la hermana de Joey?"
Yami miró de reojo a su aibou, él no mencionó para nada a Serenity, por lo que no sabía qué sucedió con la joven, quien de saberlo, querría ser la primera en llegar al hospital a ver a su hermano.
"Tea dijo que no era conveniente decírselo aún, hay que ver en que estado se encuentra Joey antes que ella pueda enterarse, sino podría entrar en un shock." Explicó.
"¿Y May?" Quiso saber, esta vez, el faraón, los ojos violeta de Mokuba se fijaron en Yuugi.
"No contestó la llamada."
"¿Su padre ya lo sabe?" Quiso saber Mokuba.
Yuugi negó simplemente, cerrando sus ojos ante el cansancio y la preocupación por no saber qué estaba pasando con su mejor amigo, era imposible pensar en no verlo durante algún tiempo con una sonrisa como la suya... tan libre e intoxicante... ¡Joey debía estar bien!
"No hay nadie en casa de Joey."
Mokuba apartó su mirada.
Pobre Joey, a él le agradaba mucho y siempre le estaría agradecido a él y a Yuugi por haberlo ayudado a rescatar a Kaiba del mundo virtual la primera vez que los 5 Grandes actuaron contra Kaiba, y cuando perdieron contra Kaiba y Yuugi (Más precisamente, Yami).
Bostezó en silencio, pasando una mano por su cabello negro.
Yuugi clavó su vista en la ventana, mientras que Yami no se atrevía a hacer más que observar a su aibou, sintiendo a través del nexo que compartían que el joven estaba muy triste.
Era su mejor amigo.
"No te preocupes, Yuugi." Era Mokuba, siempre tan sonriente y amable como solamente él era capaz de ser. Sus ojos violeta fijos en el pequeño joven de cabello tri-color. "Seto se encargará de todo en el hospital... y aunque suene muy vacío... entre más dinero haya, mucho mejor será el servicio."
Y Yami y Yuugi sabían que eso era cierto, por lo que en cuestión de cuidado y atenciones no tenían duda alguna, pero en cuanto a la salud del rubio... allí era donde radicaba el problema.
"¿Dijo algo más Kaiba?"
El más pequeño de los Kaiba no distinguió a quien había realizado la pregunta, así que respondió al aire. "No dijo nada más."
Pronto llegarían a casa de Tea, y luego irían por Tristán.
Y la última parada sería el Hospital Domino.
[- - - - - - - - - - - - - - - - - -]
"¿Qué dijiste?" Le miró como si estuviera bromeando, pero el rubio no reaccionó ante la mirada de advertencia que el CEO le lanzó; la misma que, en una situación normal, hubiera obligado a Joey a regresar a la 'normalidad' argumentando que no sabía lidiar con una broma.
Joey le regresó una mirada muy similar a la suya.
"Dije... uh... ¿me podrías decir quién soy?" Volvió a formular la pregunta.
Kaiba negó, riendo burlonamente.
En verdad, Wheeler debía estar bromeando si creía que con eso él caería tan fácilmente. No era tonto, más bien todo lo contrario, por eso mismo analizaba todos los lados del problema, y cayó en cuenta de algo... ¡el golpe en la cabeza!
"¿Sabes quién soy?" Intentó, negándose a aceptarlo por completo, había algo que no le agradaba del hecho que el perro no recordara quién era él, y no sabía cuál era el motivo de aquella molestia.
El rubio negó.
"¿Bromeas? Nunca en mi vida te había visto... o al menos no recuerdo haberte visto antes. ¿Quién soy yo?" Insistió.
¿Por qué el joven de ojos azules no quería responderle?
"Wheeler." Respondió. Era extraño no llamarlo con ningún sobrenombre que lo hiciera enfadarse, sino solamente Wheeler. "Joey Wheeler."
Joey sonrió.
"No era tan difícil decir mi nombre... ahora, sí... ¿quién eres tú?" Fue la siguiente pregunta.
«La última persona a quien, de recordar, desearías ver en esta sala de hospital.» Pensó, un poco molesto.
"Me llamo Seto Kaiba." Respondió. "Pero tú siempre me has llamado, simplemente, Kaiba." Aclaró, no quería tener a un sonriente Joey diciéndole Seto a cada rato.
"Bien." Una sonrisa amplia y amable. "¿Qué tipo de relación llevamos?" Le preguntó el joven, para posteriormenete quejarse por la hinchazón de su boca. "Y antes que nada, ¿por qué estoy aquí?"
Seto quiso reírse de él en su propia cara, pero éste no era el mismo Wheeler a quien siempre molestó, no. Esta persona, aunque por fuera era la misma, actuaba completamente diferente a como actuó en el pasado... el golpe fue así de intenso.
¿Qué diría la pandilla Yuugi de verlo así de preguntón con Kaiba Seto? ¡Lo alejarían del CEO!
"Estás aquí porque un automóvil te golpeó y yo te encontré en la carretera. Y tú y yo sólo somos compañeros de clases que han compartido algunos momentos." Dijo, no quería especificar qué tipo de momentos o qué tipo de relación... 'Compañeros de clases' estaba bien por el momento.
"Bueno, Kaiba," Empezó. "espero que no te moleste, pero quiero descansar, ¿sí? Me siento molido por completo. Ojalá sigas aquí para cuando despierte... eres muy amable por haberme traído."
Y lentamente fue cerrando los ojos, en verdad estaba muy cansado.
Mientras que para Seto, todo aquello rayaba en la estupidez, el perro perdió la memoria. Toda una broma cruel del destino, y que él fuera la primera persona que lo viera, peor aún... sería horrible que no recordara pronto y que siempre recordara el momento 'amable' de Seto Kaiba.
Sólo lo observó dormir en silencio, esperando que, de un momento a otro, la puerta se abriera, dejando entrar al séquito de seguidores de Yuugi, con éste y su hermano(Mokuba), para poder despedirse, por cortesía nuevamente, dejar un adelanto a los pagos y marcharse a 'descansar'.
[- - - - - - - - - - - - - - - - - -]
Continúa...
Notas de Lena:
Bueno, aclaro que borré el YamixYuugi que hay en la información del fic, porque la pareja no me gusta [sí, tienen sus cualidades y son bonitas y he leído de ellos, pero no me gusta para escribirlos, aún no estoy preparada], pero lo iba a hacer para una amiga, que los ama, pero que ahora ya no lo quiere, sino quiere que me centre en el SetoxJoey, así que algún día de éstos, a lo mejor vuelvo a poner, si me animo, el YamixYuugi.
Ahí está, finalmente, la suerte de Jounouchi, a mí me pareció todo tierno mientras preguntaba... pero esto no ha terminado, sí? Falta mucho más, que mi mente es mucho más retorcida y maniaca que eso. Cualquier duda, ahí me dicen, ¿sí? Y espero que el largo de los capítulos, como mínimo, vaya quedando así.
Reviews.-
Ishida Rio.- Bueno, aumenté el largo de los capítulos sin acabar con mi veintiúnica neurona, jeje. Sí, el capítulo anterior era una lapso de descanso, como tú dices, que no altera la trama en nada, pero que quise poner... ¡quería poner a Moki! No te preocupes, los demás sufrirán, mucho. Espera un poco más, pero el sufrimiento vendrá. Y aquí tienes el siguiente capítulo. ¡Disfrútalo!
Guerrera lunar.- Ya viste lo que pasó cuando Joey despertó... No hubo infarto!! XD La enfermera, bueno imaginemos que la despidieron, ¿sí? Oh sí, es muy bonito escribir y jugar con los sentimientos de los personajes, muy divertido!! No tiene SIDA, sino ¿cómo pondría yo, así, a mi Kaiba-kun con él?
AikaMegami.- Gracias por el comentario. ¿Más angst para Joey? Veré que se puede hacer, jeje. Y no, no habrá YamixYuugi, porque aún no estoy lista para una relación entre esos dos. Cuídate y hasta el próximo capítulo.
kendra duvoa.- No, los amigos de Joey no son tan malos, pero sí desconfiarán un poco del gesto del castaño... ¡vamos, si es Seto! Y bueno, con eso queda respondida tu duda sobre lo que le hice a Jounouchi.
AGUILA FANEL.- Gracias. Sí, maldito el que lo atropelló... me gusta pensar que luego él chocó y murió XD Ojalá no haya demorado mucho y sí... Seto es un amor por ayudar a su cachorro.
Selene Sumeragi.- Gracias por los comentarios... y sí, es bonito ver a Seto actuar de esa forma... y sobre celos, déjame lo pienso y a lo mejor también ponga un poquito. Cuídate mucho. Y no te preocupes por °Blue feelings.° a mí me gusta más el SetoJoey, así que seguiré con ellos.
Noriko Sakuma Goddess of Hell.- Me alegra que hayas actualizado tu fic de Harry Potter... Me encanta!! Pasando a otro tema; falta poco para ver si Seto se aprovecha o no, de todas formas ahí está... Joey no se acuerda de nada! XD y no importa lo del review, mujer... que me dejes uno me hace sentir muy feliz!! Sigue escribiendo así de bien.
