:: "Crystal Memories." ::
Autor: Lena Hiyasaki.
Advertencias: YAOI-Lime.
Categoría: Drama/Romance
Pairing: SetoxJoey.
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Disclaimer:Yu-Gi-Oh! no me pertenece, es propiedad de su creador, Kazuki Takahashi. Yo sólo soy una fan que publica esto sin fines de lucro, y que lo único que gana haciéndolo, es recibir algunos Reviews de los lectores.
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Capítulo 7.- "Bienvenido A Mi Casa."
Entró corriendo al hospital, mientras sus mechones rojos se despeinaban ante la carrera desesperada que estaba efectuando, ella estaba preocupada por la situación que iba a enfrentar recientemente, pero no podía permitirse ser cobarde y no enfrentarla con la misma valentía con que el rubio enfrentó la situación que ella vivió, en la que, hasta el último momento, él no falló.
Por eso mismo, aquello requería de un poco de su comprensión, que ella se tomara más en serio el problema, ignorando lo que sucedía con respecto a los falsos rumores de su romance con Kaiba.
Ella conocía a su hermano, y estaba consciente que él sentía algo muy fuerte en dirección al castaño, pero no era algo como para que se involucraran, ella más bien le llamaba una fuerte rivalidad surgida entre ambos.
No era lo mismo, pero eso era lo que la gente olvidaba.
Entre su mundo de superficialidades y el interés, tanto social como monetario, que generaba un escándalo de ese calibre, todo el mundo se mostraría atento a cualquier movimiento de cualquiera de los dos jóvenes, cosa que dejaba limitado el acceso a la habitación del joven rubio.
Sólo rogó, en su interior, que Seto Kaiba estuviera allí mismo, no quería tener que quedarse con ganas de ver a su hermano.
Se detuvo bruscamente y volteó su mirada... su madre no entró con ella al hospital, demasiado entretenida en el complemento de la noticia central: el romance de Joey con un hombre. Y es que Serenity no se tomó la molestia de negarlo, no iba a hacer eso, nunca creyó que su madre lo creyera.
"Buenos días." Saludó, sonriendo amablemente a la enfermera que estaba tras la barra. Los ojos color gris de la enfermera se fijaron en el cuerpo menudo y pequeño de la jovencita y le sonrieron.
"Muy buenos días, Srta. ¿Puedo ayudarle en algo?" Fue su cuestión.
Serenity asintió y tras un suspiro y limpiarse las lágrimas, iba a responder.
Era agradable encontrar a alguien servicial dentro del hospital, y sabía que su oportunidad de encontrarse con Joey era esa o ninguna otra, por lo mismo su instinto le decía que no perdiera tiempo, porque si la desaprovechaba, no vendría ninguna otra.
"Sí, lo que sucede es que vine a ver al joven Joey... Seto Kaiba lo trajo ayer..." Un sollozo escapó, involuntariamente, de sus labios. "Soy su hermana menor."
Y la enfermera percibió la inocencia en el tono de la niña, además, el hecho que la jovencita venía sola, sin nadie acompañándola, y que, en realidad era una niña, que sabría muy poco cómo manejar cámaras y micrófonos.
Algo le hizo sonreír con un gesto similar a la disculpa.
Miró a la niña y le pidió acercarse un poco más.
"Lamento informarte que el joven Wheeler ha abandonado el hospital con ayuda de la seguridad que contrató Seto Kaiba, ellos acaban se salir por la puerta en que entran las ambulancias, querida, ¿por qué no vas a ver si aún puedes encontrarlos allí?" Explicó con suavidad, el sentimiento de lástima (porque eso fue lo que sintió la enfermera por la niña), se intensificó al ver el rostro derrotado que halló lugar en el rostro de Serenity Wheeler. "Iban a demorar, el Joven Wheeler iba a necesitar una última revisión médica antes de marcharse. ¿Por qué no te apresuras, pequeña? Aún podrías alcanzarlos."
Una sonrisa desplazó el gesto de tristeza en el rostro de la niña, y tras un par de asentimientos y una sonrisa de agradecimiento se preparó para otra agitada carrera en dirección a su hermano. Aquel que nunca la defraudó, el mismo rubio vivaracho que siempre luchó con fuerza por ella. Que nunca permitió que la derrota lo derribara.
Empujó un par de puertas, sabiendo que aquella entrada que estaba buscando era la más alejada de la recepción del hospital, estaba del otro lado, cerca de la sala de emergencias, donde, lo más probable, atendieron a Joey la noche anterior.
Casi tropezó un par de veces, pero su ímpetu, aquel que la llenó por querer ver al rubio, era más fuerte que cualquier otro sentimiento, e iba a demostrar cuan decididos (o más bien necios y obstinados) podían llegar a ser los Wheeler.
Se detuvo al encontrar un rostro familiar... y con una larga aspiración, llamó la atención de aquella persona, con un saludo, sacudió la mano, indicándole que lo llamaba.
Y resultó que aquel conocido era Tristán.
"¿Has visto a Joey, Serenity?" Preguntó el ojiverde, su voz sonó un poco resignada, él no quiso que la pelirroja se enterara de la situación de Joey, pero no había forma de evitarlo, en todos los noticieros televisados pasaban aquel acontecimiento, y de hecho estaban dándose investigaciones para hallar al culpable.
No que fueran a encontrarlo, nadie vio jamás el número de placas del conductor, ya que lo único en que prestó atención el CEO fue en el ser que yacía, inconsciente en el suelo.
"Lo están trasladando a la mansión Kaiba. ¡Tenemos que llegar al lugar donde reciben a las ambulancias!" Exclamó.
"Sígueme." Pidió Tristán, sujetando a la chica de la mano y corriendo él hacia donde sabía se encontraba el lugar buscado.
Pero cuando iban llegando, vieron una camilla, siendo empujada de regreso por una enfermera que lucía cansada... una bata de hospital sucia de sangre en uno de los bordes, aquello le indicó al amigo de Joey que éste iba rumbo a la mansión del castaño.
Serenity intuyó lo mismo, porque detuvo su andar, soltando prontamente su mano de entre la de Tristán.
"¿No deberías estar en la escuela, Tristán?" Preguntó ella. "¿O también acabas de enterarte de lo sucedido?"
Tristán negó una vez, quizá la pelirroja se enfadara con él, pero no había por qué mentirle, ¿o sí?
"No, Serenity, ayer en la noche, Mokuba nos avisó que Kaiba trajo a tu hermano al hospital, seriamente herido. Tea no quiso que te lo dijeramos aún, porque primero queríamos ver que tan grave era." Fue su excusa, muy pobre, pero que demostraba suma preocupación por la chica.
Pero ella no se enfadó, sólo asintió una vez y miró con sus ojos al amigo de su hermano.
"¿Y qué tan grave es?"
Tristán parpadeó, sin saber si decirle o no de la situación real de Joey, una cosa era saberlo herido, pero igual, si terminaba yendo a la mansión Kaiba, ella sufriría más que ellos cuando Joey prefiriera, sobre la compañía de su hermana, estar con el pesado y frío Seto.
Y ella, a diferencia de él, Tea, Yami y Yuugi, era más vulnerable, por ser sólo una niña y depender profundamente de aquel lazo que la unía a Joey; era su hermano y él siempre demostró quererla profundamente, preocuparse por ella infinitamente: ahora él no la recordaba en lo más remoto.
No quiso que sus ilusiones se rompieran frente al rubio, y por muy doloroso y penoso que resultara, él tendría que encargarse de ello.
"Él se encuentra amnésico, Serenity. Él no puede recordar a ninguno de nosotros, y por eso mismo aceptó a irse a la mansión Kaiba." Confesó. "No veo ningún otro motivo por el que Joey hubiese aceptado eso."
La chica asintió, dudando un poco de eso último.
"¿Qué dijo papá al respecto?" Preguntó, pero antes de permitir que el ojiverde respondiera, lanzó otra pregunta. "¿Cómo planea, él, pagar todo esto?"
Una situación un poco más extraña y que no quería tratar.
"Bueno, tu padre aún no sabe lo de Joey, a menos que lo haya visto en las noticias. Y sobre el dinero, Kaiba va a pagarlo todo, ¿no habías oído eso en las noticias?"
"Claro que sí." Replicó ella, pensó en su hermano, sus ojos color miel le hicieron sentir un hueco en el estómago al imaginarse a un Joey desubicado y solo, que no recordaba nada de él mismo. Un Joey abandonado, pero olvidaba que estaba con Seto y Mokuba, no quiso tomar en cuenta a ninguno. "Pero, ¿cómo le va a pagar Joey eso a Kaiba?"
Tristán se encogió de hombros, él en verdad no lo sabía.
Por su mente cruzó la misma idea la noche anterior, pero no quería encontrarse de nuevo cara a cara con el azulejo, estaba mejor así, paradito, y Kaiba no parecía con intenciones de responder sus interrogantes con respecto a la situación que estaban viviendo con el rubio en el hospital.
Él no conocía la situación de Joey, ni los problemas de su padre, pero sabía que un tratamiento médico en la situación del rubio no era nada económico, y si Seto Kaiba pagaba, cuando Joey recuperara la memoria, se sentiría en deuda con el arrogante CEO, y no importaría que se pasara toda la vida, él liquidaría por completo la deuda, él era demasiado honrado, y aunque Kaiba, por Mokuba, sintiera un poco de lástima y le perdonara la deuda, él seguiría pagándola.
Eso mismo le llevó a ser uno de los mejores duelistas en el mundo.
Su persistencia, aquella resistencia a las situaciones menos favorables, pero más que nada, su resorte, aquello que lo hizo saltar a la gloria, fue el recuerdo de su hermana.
Ahora, era el turno de Serenity de demostrarse fuerte, aunque todo lo que quisiera fuera derrumbarse a llorar por todo lo que rodeaba a su hermano, el constante dolor que lo agobiaba, y las penas por compartir con su padre, quien no se tomaba las cosas en serio.
"Supongo que Joey verá que hacer cuando este mal sueño acabe." Pronunció Taylor. Sus ojos recorrieron el cuerpo de la niña. "¿Viniste sola?"
Ella negó. "Mamá debe estar esperándome afuera."
"Vamos, Serenity."
Y ella asintió, empezando a avanzar a la salida, escoltada por uno de los mejores amigos de su hermano rubio. Aquel a quien ella amaba demasiado.
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Todo lo que podía pensar era en el rencor que escuchó en las palabras del padre del rubio, le exigía a su propio hijo dinero para satisfacer necesidades de segundo plano: aquellos deseos mundanos, paganos, que no dejaban nada bueno a largo plazo, los mismos deseos a los que él huyo, al igual que a las necesidades de primer plano del alma. Él era un solitario, lo que menos le importaba era la forma de ser de los demás, en nada le ayudaban, en nada le perjudicaban, pero era mejor cuando se mantenían al margen de todo lo que estaba en su vida.
Y en ese momento aquel cachorro de ojos color miel, que iba dormitando a su lado, en aquella limosina, era parte de su vida, para bien o para mal, él entró de forma caótica, y aunque no quiso dejarlo entrar de lleno, Mokuba se encargó de ablandar su corazón, ¿o había sido el mismo rubio?
Las cosas estaban saliéndose de control, y a él eso no le agradaba, él gozaba de ser quien manipulara los sentimientos propios y esconderlos era ya innato en él, pero esa calidez extraña que ardía en su pecho no era algo común en él, solamente cuando veía a Mokuba, que todo el hielo se derretía y podía mostrarse más humano, porque Mokuba, con su profundo amor fraternal, no le dañaría de ninguna forma.
Así como él no permitiría que nadie, ni él mismo, tocaran un sólo pelo de la cabeza del niño.
Lo adoraba lo suficiente como para permitirlo.
Y lo mismo ocurrió con el cachorro, él despertó un sentimiento en él: apoyo.
Estaba apoyándolo porque el sufrimiento del cachorro, aunque no lo demostrara, debido a su amnesia, era el mismo padecimiento que el experimentó, el maltrato familiar. Y si bien él decidio ocultar todo sufrimiento bajo una máscara de indiferencia al mundo entero, Joey supo disfrazar el dolor con una sonrisa hermosa, incluso engañando a sus amigos, quienes no tenían ni la más mínima idea.
Miró de reojo el reloj.
No había ido, en lo absoluto a clases, pero no importaba realmente, no había nada que pudieran enseñarle que él no supiera ya.
Cuando los amigos de Wheeler llegaran a visitarlo al hospital, encontrarían vacía aquella habitación, y las enfermeras accedieron, tras una cantidad de dinero que él les dio, a cambio de su silencio.
Si recibía alguna visita no esperada a la mansión, él no se quedaría así.
Pasó su mano por los mechones despeinados del rubio, intentando acomodarlos, pero el suave roce logró despertar al rubio.
"¿Kaiba?" Se percató que estaba en un automóvil. Vio por la ventana y sonrió. "Wow, nunca dejas de sorprenderme. ¿Esta limosina es tuya?"
El castaño asintió.
"¿Qué hago en tu limosina cuando debería estar en el hospital?" Preguntó, sus ojos no abandonaron jamás la hermosa visión que era el rostro de Kaiba, él sintió un vuelco en el pecho cuando esos ojos azules le vieron a los suyos directamente.
Kaiba no supo qué responder exactamente, si el rubio no recordaba nada él no quería recordárselo, pero ocultarlo de todas formas no iba a desaparecerlo, por muy doloroso que fuera, Seto Kaiba siempre supo que el pasado era lo que nos volvía a uno en lo que somos en el presente, por eso él simplemente se quedó en blanco.
Joey por su parte estaba en blanco por otro motivo, él no entendía muy bien su relación con Kaiba, pero para haber salido en las noticias, el castaño debía ser alguien muy importante dentro de Japón, tanto que se había vuelto un escándalo el hecho que estuviera preocupado por él.
Suspiró, creyendo que no recibiría respuesta de Kaiba.
Al mismo tiempo, el CEO habló.
"Decidí llevarte a mi casa, recibiste una visita muy inesperada, y no quiero que eso se repita." Confesó, sabía que el rubio sí recordaba lo sucedido antes de despertar en su automóvil, pero no quería mostrarse débil... se dio cuenta que eso era natural en el chico, algo que nadie podría cambiar.
Ni él mismo.
"Entonces no fue una pesadilla." Suspiró. "Dime que ese señor no era quien yo creo."
Su tono lastímero de voz no conmovió demasiado el corazón de hielo de nuestro CEO, pero le hizo suavizar su tono de voz cuando respondió con toda la tranquilidad del mundo, y descuidadamente, rozó la mano de Joey con la suya.
"Él es tu padre."
"¡Oh Dios mío!" Exclamó. Cerró los ojos, e iba a hacer un pucherito, cuando sus músculos faciales dolieron por los golpes recibidos, se cubrió el rostro con las manos, él no se había permitido derrumbarse ante los golpes, él no sabía quién era él, pero aquella verdad revelada, le decía que su vida no era muy sencilla.
Hijo de un ebrio que lo golpeaba, no era una verdad fácil de asimilar.
Por ese mismo motivo, decidió cambiar la conversación.
"¿Así que me llevas a tu casa?" Preguntó. Su voz sonó divertida, lo que hizo al ojiazul voltear su mirada a él y enarcar una ceja. "Creí que sería si después del alta aún no recordaba nada."
Kaiba asintió.
"No quería otra escena de ese tipo." Confesó, azorándose un poco ante la revelación, ésa era una de las pocas veces en que habló sin pensar demasiado lo que iría a decir, no que las demás veces que atacaba a Joey lo pensara demasiado, actuaba con base a su instinto, y si bien Joey siempre despertó en él un sentimiento extraño, completamente diferente al resto del grupo de amigos de Yuugi, él nunca lo dejó ver.
Quiso ocultarlo, porque aquello lo hacía débil, y ser débil no estaba entre sus posibilidades, por eso mismo su mejor ocurrencia ante el sentimiento de atracción fue la negación, y con ello vino el ataque al rubio.
Joey lo devolvió a la realidad de sus pensamientos con una ligera sonrisa.
"En verdad me sorprendes, Kaiba." Rió una vez más, alegre y miró la mano de Kaiba, peligrosamente cerca de la suya, y la tomó suavemente. "Eres alguien muy voluble, ayer apenas y me querías hablar, y hoy te preocupas mucho por mí."
Apretó un poco la mano de Seto.
"Supongo que después de esto nos llevaremos mejor que antes, ¿no? No será solamente 'compañeros'... Ojalá sea 'buenos amigos'."
«Ojalá.» Pensó el castaño.
"Quiero saber algo, Kaiba." Empezó el rubio, teniendo para sí la atención del chico-genio de Domino City.
"Adelante, Wheeler."
"Joey." Pidió el rubio. "Llámame Joey. Y lo que quiero saber es, ¿cómo se tomaron las cosas mis 'amigos'?" Preguntó.
Kaiba cerró los ojos, apoyándose más contra el respaldo de los mullidos asientos, pasó su mano por su lacio cabello castaño, perfectamente peinado, miró por el rabillo del ojo al rubio.
"No lo sé, ellos hablaron con Mokuba." Explicó suavemente, con muchísimo más tacto de lo que normalmente hubiera hecho.
Era porque se trataba del rubio, el mismo rubio que siempre le hizo perder la paciencia, el rayito de luz entre el grupo de Motou, quizá el único que realmente valía la pena para él, por la constante lucha que enfrentaba día a día, por no rendirse, por ser constante, por demostrar valentía al no dejarse vencer y mostrar siempre una sonrisa contagiosa, por ser el siempre accesible rubio.
"Podrás hablar con Mokuba cuando él llegue de la escuela, a la que no es necesario que asistas en estas situaciones, a menos, claro, que tú lo quieras." Propuso el CEO, él no obligaría al rubio a ir al mismo lugar que él tanto detestaba, pero si él quería ir, ya no sería culpa suya si terminaba aburriéndose. "Ya estamos llegando."
"¡Qué bien!" Exclamó. "Y con respecto a la escuela," Empezó con una sonrisa. "Yo creo que mejor paso."
La sonrisa en sus labios fue sincera, así como el gesto menos tenso del rostro del CEO, y fue una expresión lograda por el cabeza hueca de Joey, el perro, el tonto, el duelista de cuarta, el mismo joven que ahora iba a su lado, sonriendo tontamente mientras no apartaba su vista de la ventana.
Él se sintió mejor, menos frío, más humano, pero en vez de molestarlo, aquel sentimiento le llenó de confort.
"¿Qué hay de mis cosas y mi ropa, Kaiba?" Quiso saber el rubio. Él estaba preguntándose si eran solamente compañeros, cómo era que Kaiba correría con todos los gastos, ¿no tenía a una madre que hiciera eso? ¿Su padre?
El castaño lo miró de reojo, eso era algo que, extrañamente, jamás cruzó su mente; demasiado ocupado estuvo en alejar al rubio del hospital que olvidó su vestimenta, y sus pertenencias.
"No te preocupes por ello, yo me encargaré de conseguirte un nuevo guardarropa." Habló.
"Bien, yo sólo creo que viviré toda mi vida debiéndote tantas cosas." Empleó un tono de broma, aunque en serio lo pensaba, no quería enojar al CEO, pero tampoco quería ser una carga.
Él realmente no sabía del dinero que el chico poseía.
"No serás una molestia, si es a lo que te refieres, y no estoy cobrándote nada; hago esto más que nada por Mokuba, él sí es uno de tus mejores amigos." Concluyó ese tema.
¿Por qué el rubio no entendía que el dinero era lo de menos? Lo que debía importarle era la cuestión sentimental, con respecto a sus amigos, familia, la rubia Valentine (a quien no dejaría entrar a la mansión por nada del mundo).
"Gracias."
Llegaron a una enorme mansión, las rejas altas y la seguridad que rodeaba la casa le dieron a Joey una mínima idea del dinero que Seto tenía, pero sólo una mínima idea.
"No creí que fueras multimillonario, Kaiba." Empezó con una sonrisa. "Tu padre sí que debe tener dinero."
Kaiba estrechó los ojos.
"Este dinero es mío, Wheeler, yo no tengo padre... él está muerto." Dijo, no quería tomar el tema, no era agradable y sólo quería dejar de lado eso, nada del pasado regresaría a atormentarlo. Nada.
Joey no quiso indagar más, pero el tono de voz de Seto sonó muy simple.
Finalmente llegaron a la entrada de la mansión, era de proporciones gigantescas, con adornos clásicos y muy elegantes, las columnas de la entrada eran del más hermoso estilo barroco, y los colores blancos, perfectamente combinado con algunas franjas doradas eran otro complemento, así como la fuente, justo al frente de la mansión, con la forma de tres dragones (los ojiazules de Kaiba), que él nunca antes había visto.
Eso era la fachada de la mansión, sobraba decir que el enorme trayecto a la mansión estaba cubierto de hermosos árboles que cercaban un camino pavimentado por donde entraban los automóviles, y que ese mismo camino pasaba frente a la entrada de la mansión, donde las elegantes escaleras daban paso a más elegancia.
"Es hermosa." Pronunció con total honestidad, el CEO sonrió.
Abrió la puerta a la mansión Kaiba, para permitir a un húesped a quien nunca pensó tener en su hogar, los ojos de Joey observaron el pulido y limpio piso de mármol, los tapices que cubrían la pared, la hermosa cerámica y porcelana que adornaba estantes, y la tecnología que abundaba en pantallas, computadoras, y sistemas de seguridad que el mismo Kaiba instaló.
"Bienvenido a mi casa, Joey."
Y el rubio se giró, agradecido a él, para regalarle la más hermosa sonrisa que alguien jamás le hubiese regalado, consiguiendo sonrojarse profundamente.
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Continúa...
Notas de Lena:
Los sentimientos de Kaiba son muy confusos, porque él está confundido, lo que yo quiero plasmar de él es su sentir ante las emociones que el rubio despertó en él, y su más obvia reacción: Negarlo. Espero se entienda eso, y con Shizuka[Serenity], bueno, ella siente que debe estar con su hermano y ser su apoyo. Eso es todo por hoy. Hasta el próximo capítulo.
Nota Curiosa: Bueno, esto me pareció divertido, y quería decírselo a ustedes... ¿Sabían que mi perro cumple años el mismo día que Seto Kaiba? Wow, ahora ya tengo a quien darle el regalito de mi neko. Ya saben, para felicitar a mi perro XD. Ciao.
Reviews.-
saritakinomoto.- Sí! Fue lo único bueno que hicieron en ese hospital, alejar al papá de Jou. Y no te preocupes, tú ya estás dentro del fic, y buena elección... (Lena adorando a Seto a la distancia).
Ishida Rio.- Bueno, el padre de Joey es en sí un desgraciado, eso es evidente, y que todas nosotras le odiamos, incluso más, y más que el golpe, lo único que él quería era el money de Seto Kaiba. Shizuka tiene un punto a su favor, pero así es la vida, injusta. Especialmente con mis niños lindos. Y bueno, me imagino que todas querrán saber lo del papá de Joey, pero eso vendrá luego, por el momento disfruten la interacción entre Joey y Seto, que es lo mejor que podemos hacer por el momento. Y al menos sería entretenido ver como Seto busca al Inu por todo Domino City. Sobre la convocatoria, sí. You're in, y con Malik.
Oriko Asakura-Tao Lee.- Así es el padre de Jou en mi fic, un mugroso viejo que quiere aprovecharse de su pequeño hijo-cachorro. Y la oportunidad se le presentó de lo lindo con Seto Kaiba... digo, quiere dinero y se levanta una serie de rumores de su hijo siendo amante de la persona más rica (en todos los sentidos) de Domino City, aquello fue como un sueño hecho realidad. Lo del lemon, bueno, yo dije que lo haré con la condición que ustedes me guarden el secreto de los dueños del website, porque sino me censuran y retiran el fic, y nosotras no queremos eso, ¿o sí? Así que piénsenlo un poco ustedes. Yo lo hago, pero igual también me busco otro lugar donde publicar el fic por si acaso ocurre algo con los de este site. En el fic, no te preocupes, estás adentro.
Tanuki-chan y Kitsune-kun.- Hola. Gracias por los comentarios, y todas esperan que Seto le de su merecido al papá de Jounouchi, pero esperen un poquito: la paciencia es una virtud. ¿Estás enfermita? Te mando a Seto Kaiba para que te cuide. Y bueno, ya están en el fic. Y n.n Gracias por la felicitación.
kinyoubi.- Ya era hora que Seto tomara cartas en el asunto y llevara al cachorrito a su mansión. Tienes razón, lo bueno es que Joey no recuerda a su papá y eso es un alivio. Y ten por seguro que Seto sí cuidará al cachorro.
Hezziel Leiya.- Gracias por los comentarios, fue muy bonito de tu parte, ¡felicidades por tu cumple! Y bueno, ya estás dentro del fic. Sobre el messinger, no te preocupes, a ver que día coincidimos.
Selene Sumeragi.- Sí, ése es el mismo fic que leí al principio, aunque el primer yaoi que yo leí fue de King Of Fighters. Que bueno que te haya gustado, y sí, aunque he cambiado la actitud del CEO, espero que ése no sea un problema.
Guerrera Lunar.- Sí!! Matemos al papá de Joey!!!!!! Oye, claro que están invitados a mi fic, igual Rex, no podría dejarlo fuera jamás. Y gracias por la felicitación, aunque eso sí, falta mucho.
kiki-chan.- Bueno, puedes decir que ya estás en mi fic.
Elizabeth.- Gracias n.n Ahora formas parte de mi fic.
Feith Aisha.- Sí, son una de mis parejas favoritas, culpemos también a ese fic, que es hermoso en todos los sentidos y me fascinó. Bueno, cuídate mucho y bye.
Akire Rosales.- Okay, están en el fic, y sí, con todo gusto visitaré tu fic. Y gracias por el comentario.
Ishisu-Magy.- FELICIDADES aunque un poco atrasado, ojalá tú la hayas pasado bien. En cuanto al fic, bien, estás dentro. Estoy de acuerdo contigo, SETOXJOEY ES LO MEJOR.
