"CRYSTAL MEMORIES"
Capítulo 12. Pláticas de hermanos.
Mokuba miró aburridamente aquel largo y estrecho pasillo, en menos de un mes había ido dos veces ya al hospital, y de nuevo se preguntaba sobre la salud de su amigo, y veía como su hermano parecía decidido a abrir un círculo en el suelo, dando vueltas obsesiva y repetitivamente alrededor de un punto invisible en el suelo… Estaba volviéndolo loco.
Comprendía su preocupación, ya que el rubio no dio indicios de estar empeorando, a decir verdad, cada día que pasaba parecía ir mejorando mucho y sus facciones recuperaban la tonalidad rosácea que normalmente poseía. El brillo de vida, la sonrisa, la simpatía… se veía cada vez más lleno de vida en vez de notarse alguna desmejora, todo lo contrario.
Kaiba estaba al borde de los nervios.
"¿Qué es lo que pasó?" Cuestionó Mokuba, inocentemente, sin esperar más que una mirada, porque estaba seguro que su hermano no iba a prestarle mucha atención, especialmente estando el rubio en manos del doctor, que estaba haciéndole algún análisis… pero no había nada malo en él… quizá sólo algún vacío en su mente al que se quiso aferrar, nada por lo que debiera preocuparse.
Cuando el pequeño apartó la mirada, sabiendo que no obtendría respuesta, la voz de Kaiba le hizo saltar en su asiento. Sorprendido.
"No sé qué tiene, pero no debe ser grave. Joey estaba mostrando signos de mejora, Mokuba. No puede, de pronto, empeorar tan gravemente. Debió haber sido algún resquicio… nada de importancia…" No sonaba muy seguro, ni él mismo creía sus palabras.
"Eso espero."
Kaiba asintió.
Vio a su hermano, realmente parecía alguien interesado en la salud del cachorro, y en su persona, más allá de la diversión que obtendría por ser amigo de él… Los amigos… maldición. No avisó a Yuugi y a los demás, y de seguro lo verían en las noticias… otro encabezado para los tabloides… 'Amante de CEO de Kaiba Corp sufre debido a un traumatismo encefálico'.
Sólo esperaba que no fuera nada realmente grave.
Oyó por completo la conversación de Joey con Mokuba, y sentía un brinco en el pecho al sólo recordarla… los dos parecían obstinados en sus puntos… Mokuba quería que Joey admitiera su atracción por Kaiba, del mismo modo en que Joey quería esconderla, aunque fuera obvia.
Fue conmovedor sentirse querido por dos personas que veían lejos del dinero y la fama, su personalidad entregada y sobreprotectora… muy posesiva y casi asfixiante, con todo lo que amaba.
Como con Mokuba.
"¿De qué hablaste con Joey antes de todo esto?" Preguntó Seto, sentándose al lado de su hermano, quien sonrió de lado, como rememorando la conversación que sostuvo con el joven rubio, de quien no sabían ninguna noticia, ahora.
Estaba muy interesado en el tema, y en ver qué le diría su hermano menor. Aunque dudaba que le mintiera, Mokuba no estaba habituado a esconderle ningún tipo de secreto, sin importar su calibre.
"Le pregunté sobre ti." Respondió, completamente honesto, y disfrutando de la mirada de su hermano, que se suavizó ante la respuesta, como si fuera exactamente lo que estaba esperando escuchar. "Me dijo, en resumen, que le agradas, pero se niega a aceptar que le gustas."
Las mejillas de Kaiba mostraron una leve sombra de un tono rosáceo.
Pero Mokuba fue capaz de notarlo.
"¿Eso hablaron?"
Un asentimiento.
"¿Te das cuenta que me estás ligando con el perro?" Fue su siguiente pregunta, y vio como su hermano rodaba los ojos, cansado de ese argumento viejo e invalido, o al menos ya lo era para Mokuba, especialmente luego de ver aquel especial brillo en los ojos azules de su hermano cuando su mirada se posaba, con mucha atención, en el dueño de aquellos pozos melados. "Es Wheeler y no llevamos precisamente una relación cortés o siquiera cordial."
El niño estuvo a un paso de golpear a su hermano con su indiferencia, por un momento.
Kaiba estaba siendo muy terco, al estilo de Joey.
"Y tú, ¿te das cuenta que estás cerrándote a la posibilidad que, en verdad, te guste Joey?"
"Estás saliéndote del tema, Mokuba… Todo está claro: A mí no me gusta Wheeler." Respondio Kaiba, queriendo sonar convincente, porque sabe que su hermano no es fácil de hacer, y no quiere que llegue a oídos de alguien la información que podría gustarle el rubio. "No sé por qué te empeñas en ello, lo mismo que hiciste con Wheeler."
"Porque al menos es más fácil hacerlo a él admitir que siente algo por ti. Especialmente por esos ocasionales sonrojos que lo acosaban, y sé que al menos a ti también te agrada."
Kaiba negó.
"Y no me molesta que ambos sean hombres. Lo juro." Dijo, viendo como el pequeño sonreía y asentía. "Deberías aceptar que es un buen partido."
"No estoy buscando pareja, Mokuba. Así que no me enumeres sus cualidades, no me hace falta conocerlas porque estamos hablando de Wheeler, y ése que está en nuestras casas no es él, al menos no completamente." Respondió mucho más brusco de lo que planeaba. El tema no era de su gusto, porque no quería pensar más en Joey, y precisamente Mokuba se lo recordaba. "Sólo es una parte de él… por así decirlo, la envoltura, Mokuba. Porque en esencia, Joey no está en nuestra mansión, ya que perdió la memoria."
"A mí me agrada."
"Lo sé." Dijo el castaño, consciente de eso y del cariño que, incluso en él, logró despertar en pocos días el joven… pero el verdadero Joey Wheeler era cuestión aparte. Un poco muy impulsivo y lleno de un entusiasmo escandaloso, más exagerado que el del actual Joey, y se caracterizaba por su usual arrogancia. La cual odiaba, se creía, en ocasiones, el centro del mundo. "Pero que a ti te guste, como ser humano, la actitud del perro, no significa que a mí me tenga que gustar. No tienes que imponerme tus gustos."
Mokuba negó.
"Si algo le pasara, tú te preocuparías por él." Dijo.
"Porque está bajo mis cuidados y no me gustaría que algo malo le pasase. No le odio, Mokuba. Simplemente me desagrada que actúe como lo hace, como el animal impulsivo que es, y que pretenda conocerme cuando no lo hace… juzga a las personas antes de conocerlas."
El pequeño rodó los ojos de tono azul-grisáceo.
"Como tú." Aclaró el pequeño. "No conocías bien a Joey antes de ponerle el sobrenombre de perro… ¿o sí? Y siempre le dices 'duelista de quinta' y cosas así… él es alguien muy… bueno."
"Te quedaste sin argumentos, Mokuba. No quiero hablar sobre Wheeler, o al menos no sobre su verdadera personalidad, que si a ti no te sobran argumentos, a mí sí."
Obstinado.
Su hermano era peor que infante que quiere un dulce o un juguete nuevo… mucho más insistente que eso, y era imposible sacarlo de un lugar cuando se posicionaba, tercamente, en él.
Ahora estaba con su irremediable aversión a Joey.
"No sé tú, Seto, pero a mí sí me agrada Joey… especialmente para ti."
«Sí, para mí.»
"No insistas, Mokuba."
Se levantó y le dio la espalda a su hermano, dispuesto a no responder más preguntas que involucraran algún posible sentimiento que sintiera por el rubio. Porque aunque era verdadero y veía muy bien a Joey, aceptando que le gustaba, también tomaba en cuenta que como una persona pública, no podía dejar las cosas al azar. Su vida no sería tomada con tan poca importancia.
Antes de aceptar que le gustaba el rubio tenía que ver cómo iban las cosas.
"¿Por qué te niegas a analizarlo, cuando menos? Sólo es Joey, no vas a morir si le haces cuando menos, un poco de caso… él sí te acepta, y le gustas aunque seas tan antisocial." Le dijo con una enorme sonrisa. "Eso ya es algo GRANDE. Dale una oportunidad."
Kaiba gruñó algo.
"Te diré algo Mokuba." Empezó, sonando muy serio. Más que de costumbre. "Joey posee una belleza notoria hasta para un ciego, porque es muy altruista, siempre mete las narices donde no le llaman… pero no es el tipo de persona que quiero cerca de mí; empezando con el hecho que ni siquiera he aceptado ser homosexual, Mokuba. Nunca antes me sentí atraído a un hombre."
Mokuba asintió.
"¿Si Joey lo fuera y a ti te gustara?"
"Entonces se darían las cosas, pero no pasa ni una ni la otra, al menos no ahora." Dijo. Estaba enterado del famoso dicho de 'Nunca digas nunca', por eso mismo no se cerraba a la posibilidad de admitir una atracción hacia el rubio, especialmente porque sí le atraía.
No recordaba haber sentido algún gusto por algún niño o niña en su infancia, ya que estuvo muy ocupado en su hermano y en su futuro, buscando una forma de salir del orfanato.
Cuando 'heredó' Kaiba Corp tampoco se fijó en la gente que le rodeaba o decía estar interesada en él, porque ellos sólo amaban su dinero y la imagen famosa que se proyectaba mundialmente, y ninguno de ellos estaba dispuesto a aceptar la responsabilidad de cuidar a Mokuba de la mano con Kaiba.
Veían en el más pequeño de los Kaiba un estorbo.
"No entiendo por qué te dio por involucrarme con el rubio."
"Nunca has tenido novia, Seto." Le dijo. "Y no quiero verte eternamente solo. Joey está ahora en la mansión y gusta de ti… como muy pocas personas realmente lo hacen. Digo, aparte de pensar en ti como el príncipe de sus sueños por todas esas fotografías tuyas que circulan por la red."
"Lo sé, pero es porque nadie piensa en ti. Todos piensan en sí mismos."
No todos. Mokuba negó, frenético, queriendo convencer a su hermano de aceptarlo.
"Joey no lo hace. Él se preocupa por mí."
Yuugi y compañía también, quiso decir Kaiba, pero eso implicaba que su hermano lo liara con otro del grupo, cuando el único que le interesaba era Joey, y al principio, debía admitirlo, levemente el faraón, especialmente cuando se enteró que era un ente diferente al pequeño Yuugi.
Tan diferente al noble y amable joven, alguien enigmático y por qué no admitirlo, endemoniadamente llamativo. Con una personalidad entre lo oscuro de sí mismo y la brillantez constante que rodeaba a Yuugi.
Pero eso pasó rápido, dándose cuenta que aquellos sentimientos pertenecían exclusivamente a un ente que quería expulsar de su nueva vida: Seth.
Él no gustaba del faraón, es más eso fue un fugaz sentimiento.
Por eso mismo no se clavó en el asunto y lo dejó pasar, olvidándose casi al instante de ello… solamente cuando pensaba a futuro, con Joey, recordaba el suceso que le ocurrió, ni Joey o el faraón poseían entrada en su vida.
Se sentía acorralado por sus propios sentimientos, y no sabía cómo esconderlos o hacerlos desaparecer definitivamente. Era tan difícil aceptarlo. Aunque Mokuba lo sabía, podía leerlo en las expresiones de su hermano, a Kaiba no le sería sencillo decirlo en voz alta; lo suyo necesitaba un poco más de experimentación y muchísima más teoría que práctica, especialmente tomando nota que Kaiba jamás sintió algo tan fuerte, que no fuera impulsado por un vínculo consanguíneo, como su hermano.
Ahora el rubio vino a atormentarlo, duro.
"Lo sé." Admitió Kaiba. "El problema no es si él se preocupa, sino si yo le quiero."
"Cuando menos admite que te llama la atención, de forma muy particular, Seto." Pidió Mokuba, casi rogando que admitiera el hecho. "Porque lo estás menospreciando y no lo conoces bien."
Kaiba sopló aire con fuerza.
"¿Conocerlo, Mokuba?" Preguntó, sin creerlo. "Está amnésico, hermano, no recuerda nada, y de esa forma no puedo conocerlo, ¿sí?"
Mokuba sólo atinó a mostrar una débil sonrisa.
Era un poco tarde y los doctores, al parecer, querían imprimirle más misterio a la escena porque no se aparecían por ningún lado. Eso o Mokuba se puso de acuerdo con ellos para que no interrumpieran su conversación con Kaiba, porque quería sacarle a la fuerza un 'Sí, me gusta'.
"Pero si Joey recordara, ¿lo intentarías?"
"Si Joey recordara, Mokuba, créeme, no se hubiese acercado a mí de la noche a la mañana, y nosotros dos no estaríamos teniendo una conversación tan absurda como, al menos yo, considero ésta."
"Sí." Admitió Mokuba, derrotado en su argumento tan frágil y quebradizo. "Sólo espero que él esté bien."
Kaiba se alejó de su hermano unos cuantos pasos y apoyó su mano en la pared, como si fuera un medio de apoyo para sí mismo. La expresión de su rostro denotaba preocupación, ahora que no estaba mirando los ojos de su hermano, y sabía que estaba realmente al tanto del rubio… y se permitió una sonrisa ligera, realmente le gustaba Joey.
"Yo también espero esté bien." Susurró suavemente, casi inaudible, de modo que el pequeño Mokuba no pudo escucharlo.
--------------------
La llamada de Mokuba le hizo sentir al borde de un colapso nervioso, y por eso mismo le pidió a su madre que se apresurara a llevarla al hospital, quería estar al lado de Joey en su recuperación, especialmente porque Kaiba les impedía acercarse, diciendo que era Joey quien no estaba listo para reunirse con sus amigos… ella lo comprendía, pero ¿por qué Joey tampoco quería verla a ella?
Corrió por los pasillos blancos, largos y estrechos, agitada.
Sabía que su hermano estaba por allí, la guiaba la confianza y un llamado íntimo, que sólo ella podía escuchar… además, la enfermera sólo le dijo que derecho, al fondo, Seto Kaiba y Mokuba Kaiba debían estarla esperando.
Apuró el paso.
No avisó ni a Yuugi ni a los demás, porque Mokuba le dijo que se presentara sola, que Kaiba sólo accedió a que ella fuera, no a la compañía de los demás, especialmente porque el rubio parecía mucho más frágil y sólo estaba entendiéndose con Kaiba, que se mostraba muy amable y útil, mucho más preocupado por él que nunca.
Serenity agradecía el gesto, y podía distinguir en los ojos de su hermano, así como en los de Seto Kaiba, un sentimiento común y muy nítido. Algo que si no notaba el resto de la gente era porque se cegaba.
Ella lo supo ver a la primera mirada, su hermano estaba fijándose demasiado en Kaiba, sin conocer su verdadera relación.
Las cosas irían empeorando, y no precisamente de parte de Kaiba, porque éste parecía apreciar a Joey de una forma en que nadie más lo hacía… y le daba atenciones y cuidados que no cualquiera.
Se detuvo, precipitadamente, frente a Kaiba, quien enarcó una ceja y asintió.
"Aún no sabemos nada de él." Dijo, sabiendo que ella preguntaría inmediatamente por su hermano, así como él hubiera hecho si Mokuba hubiese estado herido o necesitado de ayuda.
"Gracias por dejarme venir, Kaiba Kun." Agradeció con una leve inclinación, en la que sus ojos se vieron cubiertos por sus mechones de cabello castaño rojizo, estaba un poco incómoda en medio del silencio entre los hermanos… No sabía qué llegó a interrumpir, así que por eso mismo se alejó unos cuantos pasos, no queriendo estorbar en la comunicación familiar de los Kaiba.
Sólo habían pasado cinco minutos cuando un doctor salió, y Serenity se precipitó a él, urgida de información.
"¿Es usted familiar del Joven Wheeler?"
"Sí, doctor." Afirmó ella.
Kaiba no se movió, le dejaría entrar a ella primero y luego conversaría con el cachorro, aclarando algo. La idea de llamar a su hermana fue de Mokuba, él no quería lidiar con un cachorro tan voluble y temperamental.
"Puede pasar. Sígame."
Y así lo hizo la pelirroja, mirando apologéticamente a Kaiba, sabiendo que él también quería verlo, porque sino no hubiese ido al hospital, tan preocupado, a llevar a su hermano.
"¿Está bien, doctor?" Quiso saber ella.
El doctor asintió.
"Creí que usted sabía más de su situación." Dijo.
"Está amnésico y no me ha permitido verlo mucho." Mintió. "Pero la última vez estaba muy bien." Ésa era información que Kaiba le dio, diciéndole que su hermano cada día iba mejorando notablemente, y que ahora sólo se empeñaba en descubrir algo de su pasado, pero no a grados tan molestos… bueno, sólo un poco. "No creímos que tuviera una recaída."
El doctor le sonrió levemente.
"No tuvo ninguna recaída, señorita…" Respondió. "Es algo perfectamente normal que sufra dolores de cabeza, es un procedimiento habitual dado que sus memorias están estableciéndose. Aún no recuerda nada, pero pronto lo hará. Es cuestión de tiempo, y también paciencia. Si alguien le presiona porque recuerde, él entrará en constantes jaquecas y las cosas se demorarán más." Explicó. "¿Acaso Kaiba San le presiona?"
"¡Para nada!" Respondió. "Es él mismo quien se presiona."
"Hable con él, señorita Wheeler. Dígale lo que acaba de escuchar, no es prudente que se obsesione… todo irá bien."
Ella asintió. "Gracias."
Llegaron a la habitación y el doctor abrió la puerta. "Cuando usted termine, Kaiba San o su hermano podrán pasar, avíseles."
Otro asentimiento.
"¿Kaiba?" Joey levantó la cabeza de la almohada, para encontrarse con una linda pelirroja que le veía fijamente, con ojos llorosos… sintió una emoción cruzarle el pecho, pero no supo qué era. "¿Quién eres?"
Ella no dudó mucho antes de soltar varias lágrimas en señal de dolor y al mismo tiempo de agradecimiento al ver que su hermano estaba bien, sano y salvo. Mostrando una salud que antes no era muy común en él.
Kaiba en realidad estaba haciéndose cargo de él.
"Soy Serenity, Joey. Tu hermana."
La miró…
"Hola… ¿qué haces aquí?"
Ella se contuvo de irlo a abrazar, Mokuba le explicó que eso no le gustaba ya que le hacía sentir en deuda con los demás, como si él no fuera capaz de demostrarles el mismo afecto desmesurado.
"Mokuba Chan me llamó, diciéndome que estabas un poco grave, y me dijo que si quería podía venir." Vio como Joey sonreía. "Espero no te moleste que esté aquí."
"No."
Estaba bien, ver que alguien se preocupaba por él al borde del llanto, como esta niña dulce y linda que estaba frente a él. La expresión de su rostro denotaba su preocupación a un nivel muy elevado.
Incluso más que el propio Kaiba, y de forma más normal.
"Kaiba San y su hermano esperan afuera…" Le avisó. "Si quieres puedo salirme."
"No es necesario." Fue su respuesta. "Kaiba y Mokuba han hecho mucho por mí, no quiero preocuparlos, así que déjame pensar en una respuesta para ellos."
Serenity sonrió. "No hay nada de que preocuparse, al menos eso me dijo el doctor, probablemente ya les dijo a los Kaiba también… ellos se preocupan mucho por ti."
"¿También Kaiba Seto?" Preguntó, débilmente, sin querer denotar sus sentimientos.
"Especialmente él, Joey." La sonrisa de su hermana hizo feliz a Joey. "¿Crees que no lo sé, Joey? A ti te gusta, Kaiba San."
El violento sonrojo de Joey no fue nada… al menos para Serenity, quería llegar más hondo y ver en verdad si su hermano gustaba de Kaiba y por qué… y si era correspondido, aunque al menos, a ella, así le pareció.
"Tú no sabes, Serenity, porque no has estado conmigo." Dijo, no quería sonar grosero o brusco, pero tampoco quería admitir que tanto podía llegarle a gustar un hombre como Kaiba, que parecía casi imposible de alcanzar… alguien a quien sería difícil seguirle el paso. "Y él sí, por eso parezco tan cercano a él y por eso le aprecio… un poco."
"Yo sé eso." Sonrió, limpiando los últimos resquicios de lágrimas en sus mejillas blancas. "Y no me preocuparía que Kaiba San te gustara… bueno, sería un poco raro, porque siempre te imagine con Mai Valentine, pero si ella no está aquí, cuidándote, es porque no te merece, realmente. Mokuba Chan y Kaiba San sí han demostrado interés en ti… o quizá una compasión muy grande. Aunque no sé… ellos parecen quererte bien."
"Eso espero."
"Además, no deberías preocuparte tanto por el pasado, Joey," Empezó ella, tomando el consejo del doctor. "Eso sólo le imprime más presión a tu vida, especialmente ahora que estás en recuperación."
"¿Qué?"
"El doctor dijo que te relajes un poco, eso te ayudará a recordar mucho más rápido que si te obsesionas con el hecho de no recordar nada."
Lo sabía.
Pero quería saber hasta dónde podría llegar con Kaiba de acuerdo a sus antecedentes con el joven, quizá no muy lejos… o tal vez más lejos de lo que podría llegar ahora. No sabía a ciencia cierta, y eso era lo que quería averiguar.
Pero el CEO no le daba respuestas, se las negaba.
"Serenity, ¿cómo supiste que Kaiba me gustaba?"
Ella le sonrió. "Se te ve en los ojos, Joey. Jamás te notaste tan feliz y porque cuando lo nombras o piensas en él, todo parece más brillante en tu rostro."
Alzó la mirada, encontrándose con el rostro de su hermana, que se acercó a él. Ella depositó un beso en su frente.
"Iré a casa, Joey, ya es media noche y mamá está esperándome fuera. Kaiba San y Mokuba Chan querrán verte, así que no te quito más tu tiempo."
"¿Podrías pasar otro día a verme, si no es aquí, en la mansión?"
Ella asintió, feliz. "Por supuesto, Joey."
Sólo la vio salir, sonriente.
Unos minutos después, Kaiba entró, serio, y tras él, Mokuba.
"Joey."
La voz fue de Mokuba, el CEO no dijo nada, sólo esperó a que Mokuba, tras un intercambio insignificante de palabras, con Joey, saliera, dejándolos solos. Quería tratar un asunto con el perro.
"¿Cómo te sientes?" Preguntó.
"Mucho mejor." Sonrió. "Aunque un poco cansado, eso sí."
Le sorprendió que Kaiba se sentara en el borde de la cama, a su lado y le mirara con tanta intensidad en los orbes azul rey, estaba casi en el limbo, entregado a emociones que no experimentó antes… atrapado en Seto, rodeado de él, y tan cálido que tenía miedo de moverse.
"Bien."
Lo que más en shock le dejó, fue el leve roce de la mano de Kaiba contra la suya… y el movimiento casi imperceptible de una caricia sobre ella.
"Eso me alegra."
Se puso en pie, en silencio, y salió de la habitación, dejando en Joey un remolino de emociones que agitaban su respiración y lo dejaron casi K.O.
-Continúa…-
Notas de Lena:
Hubo un bonito momento, y es que si me apresuro, las cosas no van a salir como YO las quiero, sé que me deben estar detestando, porque tardé mucho tiempo en actualizar y ahora porque me demoro en el YAOI, pero les juro que ya se viene acercando, es muy predecible en Joey, al menos en Kaiba estamos dándole la pauta que necesita, y un poco de tiempo para que no termine en un intento fallido de suicidio.
Gracias por los reviews, ando sin tiempo para responderlos pero quiero agradecerles a todos los que me han escrito, por su apoyo: Guerrera Lunar y Rex; Akeru Fujimi; Tenshi; Milharu; Kendra Duvoa; Oriko Asakura; Aguila Fanel; Ishida Rio; Akire Rosales; etcétera.
