Capítulo 16. Emociones Privadas.

Cuando llegó a casa, sintió una calidez irreconocible en su pecho, algo que despertaba una incomodidad con la que no era fácil lidiar. Cómo iba a acostumbrarse a todo ello cuando su vida estaba regida por el sufrimiento y los sacrificios? Ahora que se veía rodeado de tantos beneficios sentía que, en el fondo no los merecía.

Pero tal como le dijo a Yuugi, no quería renunciar a Joey.

Era sólo humano, cometía errores y no era perfecto, aunque se esforzara por serlo. Si bien su vida empresarial y su relación fraternal con Mokuba llevaban un ritmo maravilloso y no había ningún altibajo en ellas, en su vida sentimental y la forma en que trataba a los demás, se veía a sí mismo muy lejos de ser alguien que motivara a los demás a comprenderle.

Su pasado no fue el mejor, pero su presente era turbio por decisión propia; como un mecanismo de defensa ante las posibles heridas que la gente pudiera ocasionarle.

Lo que para él significaba que si bajaba la guardia, muchas personas podrían llegar a querer apoderarse de lo que era suyo, lo que le costó tanto esfuerzo.

El bienestar era por Mokuba, él hizo todo lo que realizó buscando una vida sencilla para su hermano, así éste no tuviera que enfrentar los mismos obstáculos que él tuvo que superar, las mismas montañas que escaló.

Gozaburo fue una espina muy difícil de sacar, porque se enterró profundo, causando una herida muy hondo que apenas y cicatrizaba, y aunque en Mokuba también dejó huella, su paso por la vida del más pequeño fue tan rápido que los golpes que le dio a su inocencia se curaron con facilidad y ahora el pequeño era el mismo Mokuba alegre y dulce que Seto conoció.

El rubio le pidió que no demorara, porque él y su hermano estaban esperándole para una cena.

Cuando escuchó esas palabras, se dijo que no importaba… pero sí le importó y mucho, así que al momento justo, decidió que dejaría las demás actividades al día siguiente, después de todo, seguirían estando allí.

Si su hermano y el cachorro estaban esforzándose por complacerlo y brindarle su compañía, mientras que su hermano buscaba que admitiera una posible relación, él podía disfrutar simplemente la compañía que ambos podrían brindarle.

También estaba el hecho que desde la llegada de Joey a sus vidas, tras el accidente, el CEO tenía muy poco tiempo para sí mismo, porque si no estaba demasiado pendiente de Wheeler, gracias a la insistencia de Mokuba, estaba demasiado pendiente de Kaiba Corp.

Su tiempo se venía fraccionando cada vez más, así que poner todo su empeño a la realización de su trabajo, a la crianza de un niño, y al cuidado de un cachorro muy torpe que estaba amnésico, eran todo un reto hasta para un genio.

Las luces estaban apagadas, por lo que el recibidor estaba en completa oscuridad.

Conociendo cada rincón de su mansión, caminó muy seguro de sí mismo directo al apagador, sabiendo exactamente donde se encontraba éste.

"Ouch!"

Joey Wheeler le había caído encima, de algún lugar, y en ese preciso momento la luz se encendió.

Su hermano estaba parado al lado del interruptor, sonriéndole condescendientemente y mirando a Joey con diversión.

El peso firme de Joey sobre su cuerpo y la calidez que emanaba, así como aquel peculiar aroma a miel y canela, le hicieron sonreír instintivamente.

Los ojos de Mokuba no mostraron sorpresa ante el inusual gesto de su hermano, porque eso significaba que sus suposiciones estaban en lo correcto y no estaba tan desviado del punto como su hermano quería hacerle creer.

"Lo siento, Kaiba." Se disculpó Joey, poniéndose en pie y extendiéndole la mano al CEO para ayudarlo a levantarse. "Mokuba me dijo que bajáramos pero todo estaba completamente oscuro y… me tropecé con el último escalón."

Kaiba aceptó la ayuda, sujetándose firmemente a la mano cálida del joven rubio.

El firme pero fugaz contacto sirvió para animar a Kaiba, quien dejó, momentáneamente de lado, sus ideas acerca de lo confuso que los sentimientos podían llegar a ser.

Después de la cena tendría tiempo para ello.

"Por qué estaban las luces apagadas?" Cuestionó, entonces, el CEO de Kaiba Corp, mirando a su hermano de reojo y sospechando que su inocente mirada no era más que una fachada.

El ya no tan inocente Mokuba estaba planeando algo, y Kaiba lo intuía al ver como su hermano se apresuraba a marcharse, para dejar solos a ambos jóvenes.

"Mokuba las apagó." Respondió el amnésico joven, viendo de reojo a Kaiba.

En el interior quería lanzarse sobre Kaiba y darle un profundo beso en los labios… por Dios! Podía sentir como sus labios palpitaban, suplicándole por un beso prolongado con el hermoso sujeto que estaba a su lado.

"Lo supuse." Murmuró el castaño, sujetando a Joey del brazo y jalándolo con él al comedor. "Vamos a cenar."

Joey sonrió.

"Eres muy brusco, Kaiba." Dijo, recordando que ese mismo brazo fue el que estuvo enyesado por dos semanas y media. "Ése brazo aún podría estar herido"

Vio como Kaiba negaba una vez, sin molestarse en mirarlo.

Se preguntaba cómo era posible que pudiera aceptar una relación en secreto con alguien que parecía no tener el más mínimo interés en él? No lo sabía, pero en el fondo estaba plenamente agradecido por el hecho que eso le ayudaba un poco en algo.

La carente muestra de afecto en el CEO le motivaba a ser él quien, cuando menos un poco, le brindara la atención necesaria a Seto para hacerlo sentir un poco más comprendido y querido.

Sonrió suavemente, provocando que el de maravillosos ojos azules le mirase, sin comprender.

"Wheeler?"

Negó.

"Cenemos, Kaiba." Y de un leve empujoncito, se soltó del firme agarre de Kaiba, quien estaba seriamente empezando a lastimarle. "Y no seas tan rudo! No ves que estoy herido?"

Su tono de voz, un poco infantil contrarrestó las palabras que le dijo, que de haber sido en otro tono hubieran sacado la crueldad de Seto Kaiba a la superficie, sin embargo, el CEO sonrió y asintió.

"Sólo muévete, Mokuba está esperando." Dijo, para después añadir, como un dato extra. "Odio hacer esperar a la gente."

El rubio asintió.

Eso Mokuba ya se lo había dicho.

Así que caminó más rápido y finalmente llegaron a la mesa, donde Mokuba ya estaba sentado, mirándoles con entretenimiento en sus ojitos grisáceos, los mismos en donde también se veía su casi perdida inocencia en cuanto al tema de la vida privada de su hermano mayor.

"Cómo te fue en la escuela, Mokuba?" Preguntó el CEO, sentándose a la cabeza de la mesa y viendo como Joey tomaba asiento a su lado.

"Fue bien, un poco aburrida, pero muy bien."

Joey miró el plato, con aburrimiento.

Kaiba sabía muy bien que el 'perro' amigo de Yuugi, el mismo Joey con quien siempre tuvo sus diferencias, ya habría atacado el plato de comida, hasta no verle el fondo y volver a distinguir la cerámica del elegante y costoso plato.

"Qué más, Mokuba?" Continuó, viendo que el rubio recibía, en una bandeja, una cápsula y tres pastillas.

"Bueno…" Se detuvo un momento, viendo al rubio. Odiaba el momento en que tenía que tomar sus pastillas… Lo detestaba! "hoy llegó una nueva compañera, y nos asignaron una tarea en equipo, por lo que mañana va a venir a trabajar conmigo."

Joey se ruborizó al notar la mirada de ambos Kaiba en su persona.

"Qué? Interrumpí su charla?" Preguntó, completamente rojo.

Mokuba negó, mordiéndose la lengua para no cometer otro error como el del hospital, mientras que Kaiba simplemente apartó la mirada.

Él no daba a nadie explicaciones de sus actos.

Sí, estaba empezando con Joey a abrirse un poco, eso no significaba explícitamente que iba a justificarse con él por todas y cada una de las acciones que llevaba a cabo. Era independiente y amaba su libertad.

"Sólo tómate eso y empieza a cenar, antes que la comida se enfríe." Ordenó Seto Kaiba.

Mokuba sonrió al ver como Joey se ruborizaba aún más.

Su hermano y el rubio componían una muy bonita pareja, aunque supiera que los amigos de Joey iban a rechazar a su hermano, por la peculiar forma en que siempre trató al rubio.

El pequeño estuvo pendiente de Joey hasta que la servidumbre se marchó con la bandeja vacía y vio la mueca de incomodidad que el rubio se forzó a hacer.

Eso de las pastillas y medicamentos para él era completamente innecesario, si alguna vez se iba a recuperar, iba a ser por cuenta propia, y depender de la medicina no se le hacía muy bueno.

También estaba el hecho que quería todo, menos recordar.

"Pasa algo, Joey?" Le preguntó Mokuba cuando vio al rubio suspirar y tomar el tenedor, para empezar a comer.

Seto miró de reojo, levemente preocupado.

"NO! Para nada, Mokuba, es sólo que… odio tomar medicamentos." Se justificó, sintiendo como la mirada del castaño abandonaba su rostro.

"Pues entonces no deberías tomarlas." Opinó Mokuba, consiguiendo ganarse una sonrisa del rubio, quien parecía estar a punto de decir 'Es lo que haré'.

"Pero tienes que tomarlas, Wheeler."

Joey asintió.

"Lo sé, Kaiba. Lo sé."

Así, en silencio, los tres terminaron su cena.

Ocasionalmente, Mokuba le enviaba miradas de súplica a ambos jóvenes, que eran olímpicamente ignoradas por el CEO, pero que contagiaban de un anormal nerviosismo al joven Wheeler.

El primero en ponerse en pie fue Seto, quien no dijo nada, simplemente se marchó.

"Siempre es así, Mokuba?"

La pregunta no sorprendió al niño, más bien le hizo sonreír. La preocupación evidente por parte de Joey hizo a Mokuba sonreír en alivio.

Si no estuviera el rubio allí, Seto estaría aún en Kaiba Corp y él estaría solo en la mansión.

"Generalmente, ceno solo."

La imagen mental del pequeño sentado en ese enorme lugar, solo, le hizo pensar en lo cruel que deliberadamente el CEO podía ser… y lo era a propósito, aunque dijera que no era así.

"No puedo creerlo!" Exclamó y se puso en pie. "Tu hermano no debe tratarte así." Le dijo al pequeño.

Mokuba sólo le sonrió. "No es problema para mí, Joey. Eso es algo a lo que estoy habituado."

Los ojos miel de Joey se agrandaron al oír la naturalidad en las palabras de Mokuba, que para él era una costumbre el hecho que su hermano mayor simplemente le dejase así, sin una despedida.

"Hablaré con él."

"Bien, no esperes mucho, Joey." Sonrió el pequeño, mirando al rubio ponerse en pie. "Generalmente, Seto no es muy amable cuando se le cuestiona. No quiero meterte en problemas."

El rubio negó.

"Mokuba," Empezó, con una sonrisa triste en el rostro. "yo no recuerdo a Serenity, pero si lo hiciera, no le haría eso jamás. Es mi hermano, y así como tú y Seto, son lo único que tienen en el mundo."

"Cómo le llamaste?" Preguntó el niño.

Fue hasta entonces que Joey se dio cuenta que había cometido una indiscreción, pero haciendo uso de toda su dignidad, o la que pudo encontrar, no se sonrojó y miró firmemente al pequeño.

"Me dejé llevar, Mokuba. Tú siempre le dices 'Seto'."

El pequeño río.

"Por supuesto, Joey. Él es mi hermano." Fue la respuesta que dio el niño, disfrutando la leve incomodidad del rubio.

"Sólo hablaré con él, Mokuba."

Tras una despedida con el pequeño se dirigió a la habitación de Kaiba, esperando que éste no perdiera la razón y actuara dentro de los límites que hasta ahora conocía.

Le gustaba el CEO, pero le asustaba conocer la verdadera identidad del atractivo joven serio…

Eran muy raras las demostraciones de afecto que le hacía al pequeño, qué le hacía pensar que con él iba a ser distinto?

Apostaba demasiado en su 'relación' con el castaño, pero no le importaba arriesgarse, ya que sabía que si sufría, contaba con grandes amigos como Yami, Yuugi, su hermana, y quizá el resto.

Si Yami y Yuugi aceptaron su error y fueron a ofrecerle su amistad, sin pedirle nada a cambio, los demás podrían aceptar su mismo error y hacer lo mismo; de esa forma recuperarían su amistad con el joven rubio.

Tampoco quería forzar mucho lo que tenía con Kaiba.

Por eso mismo le daba su tiempo, pero el hecho que fuera tan insípido con Mokuba era un buen motivo para irlo a visitar en su habitación después de la cena.

Tocó la puerta levemente, casi tembloroso.

"Adelante." Ordenó Kaiba.

Cuando abrió la puerta lo vio sentado en un escritorio dispuesto en su habitación, trazando unos planos para la creación de alguna máquina virtual de la que Joey no quería saber ni lo más mínimo.

No tenía insomnio como para requerir de una conferencia acerca de los trabajos que el CEO realizaba.

"Kaiba…" Llamó, sintiendo el ambiente ponerse más pesado, un poco tenso… tanto que se podría cortar con una tijera. "podemos hablar?"

"Es lo que estás haciendo." Soltó el CEO. "Hay algo que quieras decirme?"

"Sí."

"Y es?"

Joey cerró la puerta tras de sí y se aseguró de cerrar la puerta con seguro.

Mokuba no iba a interrumpir.

Tenía una conversación pendiente con el CEO, no iba a permitir que la presencia del pequeño Mokuba interrumpiese.

Sí, le agradaba el niño pero es no significaba que iba a permitirle interrumpir en su charla con el castaño.

Había un par de puntos muy importantes que quería aclarar.

"Habla de una vez, Joey, no tengo tiempo que andar perdiendo, lo mismo que tú." Habló Kaiba, viendo fijamente el monitor de su laptop.

No estaba haciendo algo que no pudiera interrumpir, pero no quería interrumpirlo, su conversación con Wheeler no debería ser ahora, porque él no estaba con ánimos de cuestionarse mentalmente si lo que estaba haciendo iba en contra de la moral con la que fue criado, mucho antes de irse con Gozaburo.

Porque si lo comparaba con su vida de infierno al lado de su padrastro, obviamente iba en contra de lo que éste profesaba.

El amor no era algo por lo que valiera la pena luchar porque termina destruyendo las defensas, y uno al ser vulnerable pierde todo lo que posee, porque sin carácter uno no es capaz de defenderse.

"No deberías ser tan brusco, Kaiba. No busco iniciar un argumento contigo." Se excusó el rubio.

En el fondo, Kaiba odiaba esa sumisión en el cachorro, porque no era el mismo que conoció en el pasado, él que hacía que su cuerpo se tensara, con el que siempre sostenía discusiones llenas de una atmósfera ardiente.

Fuera de odio o de algo más, ahora carecía de ello.

"Yo no soy lo que tú quieres creer, Joey." Le dijo. Sus ojos miraron de un vistazo al rubio, quien se estremeció ante la visión perfecta del CEO mirándole fugazmente. "Así soy."

"Lo siento."

"Eso es lo de menos. Qué es lo que querías tratar conmigo?"

Joey sonrió dulcemente y caminó hasta estar cerca de la cama del CEO, donde se sentó cómodamente en el borde y miró desde allí al líder de la corporación más famosa de todo el mundo empresarial asiático, y con miras a serlo mundialmente.

"Buscaba hablar contigo de nosotros dos."

Su voz, un susurro casi silencioso hizo experimentar un escalofrío al CEO.

"Habla." Ordenó precipitadamente, sabiendo que su hermano menor podría aparecer en cualquier momento.

Mokuba tenía el premio al niño más inoportuno.

"Sabes que no recuerdo nada, Kaiba." Empezó, sintiendo sus manos húmedas por el sudor que exudaba en sus palmas debido al nerviosismo. Kaiba sabría lo que estaba sintiendo? Tal vez no. "Ambos estamos arriesgándonos en eso, sea lo que sea, que tenemos. No estoy diciendo que debamos dejarlo de lado, porque yo ahora no podría, sólo digo que… Cómo vamos a hacer cuando yo recuerde?"

"Lo veremos en su momento, a menos que sí quieras dejarlo de lado." Fue la respuesta un poco incómoda del CEO. "Será lo que tú decidas."

"Ésa me sonó a la misma respuesta de Mokuba."

"Qué?"

"Hablé con tu hermano y dijo que me apoyarán, ambos. Pero que es decisión mía lo que suceda después que lo de la amnesia llegue a su punto culminante." Dijo, sonriendo. "No soy el más brillante ser humano del mundo, lo sé, pero también sé que, por la actitud de tu hermano, lo nuestro no sobreviva cuando yo me haya recuperado."

Un asentimiento por parte de Kaiba.

"Entiendo, Wheeler. Entonces, qué es lo que sugieres que hagamos?" Su voz sonó casi déspota. No quería dejar al descubierto sus sentimientos, porque haber aceptado el beso de Joey le ponía en una situación de por sí, ya muy difícil.

El rubio sólo negó, y se llevó una mano a la cabeza, en actitud pensativa.

"Que nos dejemos llevar… Ya después sabremos cómo resolver los problemas que vengan."

Fue el turno del castaño para negar. "Y si no es así?"

"Al menos habremos disfrutado la grandiosa oportunidad que se nos está presentando, Kaiba." Bajó la mirada. "Así no nos lamentaremos por lo que pudo ser y no fue al final."

"Concuerdo contigo…"

Se paró de su asiento y se acercó a Joey, sentándose a su lado.

Sintió aquel confort en su pecho cuando la mano de Joey se unió a la suya, entrelazando sus dedos.

Se contuvo de mirar al rubio, simplemente se mantuvo allí, sosteniendo la mano de Joey contra la suya en un muy cálido contacto que le hizo sentir unido al joven que se apoyó en su hombro.

"Gracias por no echarme de tu casa."

Joey alzó su rostro para plantar un cálido beso en la mejilla del CEO, y escondió su rostro, apenado, en su cuello.

Con los ojos cerrados, el rubio inevitablemente cayó en un profundo sueño, del que Kaiba no quiso despertarlo.

"Gracias a ti, cachorro."

-

Kaiba estaba parado frente a él, con una pose arrogante y con una mirada cruel en sus ojos azules, que parecían arder de algo similar al odio.

Allí estaban todos sus amigos, a su espalda, y tras Kaiba estaba simplemente Mokuba, quien intentaba imitar la mirada desafiante de su hermano, que en ese momento sacaba una carta de su deck y la colocaba boca abajo.

Qué demonios estaba haciendo allí?

Por qué veía todo eso?

Quiso ir a Kaiba, pero no lo hizo, porque en ese momento el Joey Wheeler que estaba frente a Kaiba sonrió, burlón.

Con una carta destruyó el monstruo que estaba tras Seto Kaiba, un enorme dragón blanco.

No podía oír lo que ambos decían, pero fue conciente de la mirada de repugnancia que Kaiba le lanzó cuando hizo uso de otra carta, una que trajo de vuelta al enorme dragón, sólo que del lado de Wheeler.

Ese odio en las pupilas de Kaiba era real?

Sólo esperaba que no lo fuera, porque no podría soportarlo al momento de regresar a la realidad.

Pero no podía sentirse tan rechazado, la misma mirada que el CEO tenía en sus ojos azules era la que él estaba utilizando.

Querían verse derrotados mutuamente.

No quería ver eso!

"ALTO!" Gritó, con toda la fuerza que su voz le pudo dar, al más alto tono que alcanzó, pero ninguno se detuvo.

Con una sonrisa en los labios, una que denotaba superioridad, y tras un remolino, Seto Kaiba recibió con una emoción apenas notable, la llegada de su segundo Dragón ojazul, para ver como ambos monstruos se atacaban y desaparecían del campo de batalla.

Eso no era todo, o sí?

Supo que no cuando vio como con la misma carta que 'él' revivió al monstruo de Kaiba, éste hacía lo mismo.

Fue el final para Joey Wheeler, cuando aquella cortina de polvo que se levantó del cielo le hizo cubrirse los ojos.

Desafortunadamente sí escuchó las últimas palabras que Kaiba pronunció.

"Tú y yo no somos amigos, Wheeler."

"Tú y yo no somos amigos, Wheeler."

"Tú y yo no somos amigos, Wheeler."

-

Abrió los ojos, agitado, para encontrarse con que estaba durmiendo en la habitación de Seto Kaiba, quien le miró desde su sitio, en frente al computador. No se había apartado de allí desde que el rubio se durmió.

"Un mal sueño?"

Joey asintió, poniéndose en pie y arrodillándose frente a Kaiba, para poder inclinar su cara y robar un beso de los labios del CEO.

"Eso espero."

Pero Kaiba no tuvo tiempo de preguntar, porque el rubio le abrazó con mucha más fuerza, enterrando en el cuello de Kaiba su rostro.

NO QUERÍA RECORDAR!

Continúa…

Notas de autora:

Una entrega más de este fic, al cual finalmente le volví a agarrar el ritmo, y al cual ya le tengo un especial cariño, por ser el fic que más altibajos ha tenido, porque he estado a punto de dejarlo abandonado, pero luego pienso en lo que yo sufro esperando actualizaciones, o el desenlace de algún fic abandonado, y eso me dice 'Lena, continúalo'. Así que por eso mismo ahora es el único en el que me estoy enfocando.

Gracias a todas por sus comentarios, son de mucha ayuda.

REVIEWS.-

Sehren Kou. Sí, sé que no es YAOI, al menos no aún, sino Shonen Ai. Intento hacerlo muy ameno, porque a mí me aburren los fics donde tras un 'Te gusto' o un 'Te amo' se lanza a la cama. Eso carece de sentimiento y es una forma muy fácil de escaparse de escribir una trama. Para mí esto es un reto, ya que aprender a escribir no es algo que se hace de la noche a la mañana. A Mokuba lo planteo de ese modo porque es alguien muy inteligente y maduro para su edad, aunque como todos los niños en el mundo, tiene su toque de inocencia… muy en el fondo. Yuugi sabrá cómo tratar la situación, y Atemu ya lo está haciendo… Lo de mi profesor, fue un error de dedo (por no revisar el capítulo anterior hubo muchos errores, éste sí lo revisé): Pegó el grito en el cielo… o sea que se sorprendió mortalmente. Nos leemos. Sayonara.

Eiri Saiyuki. Concuerdo contigo sobre Moki, tener que soportar a semejantes necios, es todo un reto a su paciencia. Obviamente alguien tiene que sufrir, en este caso es Seto, pero Joey también se llevara su sana ración de dolor… es un intento de fic dramático, con leves toques de angst, alguien tiene que sufrir… quién mejor que los dos chicos más atractivos del anime? Y sobre tu duda, fue Joey quien recordó a 'alguien' llamándolo 'Perro'. A Seto apenas lo recuerda en este capítulo.

Forfirith-Greenleaf. Sí, a mí tampoco me gusta que en un fic que va tan bien, apenas y se demuestran la más leve seña de afecto, ya están uno encima de otro, tratando de 'comerse' mutuamente. Obviamente no abandonaré el fic, porque es uno muy especial para mí. Especialmente porque gracias a él he conocido gente maravillosa… Nos leemos, amiga. Besos! (Yo tampoco quiero escribir que Joey recupera la memoria, jeje).

Kida Luna. Ya ves! He hecho un pacto con Ra, al menos hasta terminar este fic y todos los que tenga planeados para Yu-Gi-Oh! No me puede llevar. La plática ya está en el capítulo 15. Lo importante sí es el amor, aunque eso de animal y mujer O.ó… bueno, entendí el punto. Tampoco me he perdido ya… ya hasta conseguí un mapa (XD). Nos leemos.

NaKuRucHaN. Claro, sólo falta esperar el lemon, tan ansiado y pensado (por mí) Lemon. Joey tiene que recuperarse, sino no tendría sentido todo lo que he hecho en mi pervertida cabecita. Pero no sólo Joey va a sufrir. Y mejor ni te digo, que me hago spoiler yo solita. No, no he leído ese manga, la trama del fic surgió en un momento de ocio. Tú también cuídate.

Kendra Duvoa. Seto no sólo es testarudo, es un poco más que eso. Qué bueno que me apoyen con mi humilde punto de vista! Mi profesor ha llegado al punto de prohibir más exposiciones pro-homosexualidad. Yuugi no es comprensivo porque se preocupa mucho por el después, pero pronto irá recapacitando.

Subaru Sakurazuka. No había pensado eso, de hecho extraño a muchas que ya no me escriben, incluida tú… Hey, la prepa no es tan mala, yo ya estoy un paso fuera, pero no es mala. Te lo dice alguien que va un paso de salida. Ahora sólo pienso yo en lo feo que será presentar para la Uni. Gracias por el apoyo. Viene bien. CUÍDATE! Nos estamos leyendo constantemente y Besos!