Lo que hace disfrutable una relación son los intereses comunes; lo que la hace interesante son las pequeñas diferencias.
-TODD RUTHMAN-
NOTA: Éste capítulo (interludio), no sigue la trama del anterior, es un momento que decidí escribir aparte, porque cuando lo pensé y estaba en clase de economía, lo visualicé como parte del capítulo 15, pero ése ya estaba muy largo, en el 16 ya no encajó, por eso mismo lo puse entre el 16 y el 17.
Interludio. Abriendo la ventana…
La mañana era cálida y muy tranquila. Tres meses desde que su hermano sufrió aquel trágico accidente, cuando encontró la felicidad al lado del ser humano que nadie esperó lo acogiera con tanta amabilidad.
Ella sabía muy bien que su hermano estaba prendado del CEO, cómo iba a negarlo si cuando estaba frente a él prácticamente babeaba frente al ojiazul.
Quizá el ojiazul no hubiera hecho mención de ello, pero la chica sabía que Kaiba conocía de los sentimientos de su hermano. Tal vez no los correspondiera del mismo modo, pero estaba seguro que no el castaño no le era completamente indiferente a su hermano.
Seto trataba bien al rubio, no se quejaba de su presencia y estaba siempre dispuesto a ayudarle.
Mokuba le dijo que su hermano y el CEO estaban en la oficina del último, y le indicó cómo llegar a ella.
La mansión Kaiba era realmente grande, llena de largos y anchos pasillos, en donde abundaba la opulencia.
Podía apreciar el elegante decorado en las paredes, aquel papel tapiz de color arena que combinaba a la perfección con la alfombra, con las lámparas con forma de antorcha que estaban pendidas en las paredes, con aquel cuadro tan bien elaborado donde se mostraba un hermoso paisaje.
Un par de estatuillas de mármol prolijamente acomodadas en puntos estratégicos en el pasillo, dándole un toque clásico, muy elegante a la mansión.
Estaba un poco cohibida al principio, la primera vez que apareció allí para hablar con su hermano; porque quizá podría incomodar a los Kaiba, o porque no perteneciendo a su 'clase', podía equivocarse frente a ellos.
Mokuba parecía no fijarse en esos pequeños detalles, y Kaiba simplemente no estaba mucho tiempo y cuando estaba presente, su atención se centraba más en su hermano y en Joey, por lo que no tomaba tan en cuenta lo que la chica pudiera hacer bien o mal.
Suspiró, allí estaba, frente a la oficina del joven CEO, esperando poder hablar con su hermano un momento, sin tener que interrumpir ninguna conversación importante entre su hermano y Kaiba, por eso mismo golpeó suavemente la puerta.
La única respuesta que obtuvo fue un extraño gemido, que ella asoció a dolor, por parte de su hermano.
Inmediatamente abrió la puerta, para luego cerrarla, completamente sonrojada.
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Joey estaba frente a él, porque le mandó a llamar con un miembro de la servidumbre, y en ese momento el rojo sonrojado del rubio se le antojó sencilla e irremediablemente apetitoso, por lo que con el consentimiento del rubio procedió a entregarle un beso en el que le demostró algo… no afecto abiertamente, quizá más gusto, pero algo al fin y al cabo.
Para el rubio fue un gran alivio cuando el castaño le sujetó el rostro entre sus manos y posó su boca sobre la suya, palpitante, sedienta de Kaiba.
La lengua experta de Kaiba se enredó con la suya en una danza peligrosamente sensual que incitó a Joey a gemir fuerte y prolongadamente, al mismo tiempo que un sonido como de un golpe leve le desvió un momento del beso.
Kaiba simplemente ignoró el ruido y reverenciando la boca suave del rubio, mordió levemente su labio inferior, disfrutando aquel nuevo gemido que probablemente se escuchó afuera de la oficina.
El ruido de la puerta abriéndose les hizo separarse, y vieron como la chica cerraba de golpe la puerta. Sorprendida y avergonzada.
Joey cerró los ojos con fuerza y vio a Kaiba, que se alejó de él.
El momento estaba roto, además, Joey tenía que ir a aclarar las cosas con su hermana.
"Ya regreso, Seto."
Y el CEO simplemente asintió, suspirando derrotado.
Continúa…
Las notas de autora y la contestación a los reviews en el siguiente capítulo… Léanlo… subí dos.