Si bien la rosa pierde al mediodía la hermosura que tenía en el alba, la belleza que irradiaba entonces era algo real. Nada en el mundo es permanente, y somos necios cuando pedimos que algo perdure. Y somos aún más necios si no lo disfrutamos mientras lo tenemos.
-SOMERSET MAUGHAM-
Capítulo 17. Fragmentos del ayer.
A Kaiba no le molestó cuando Serenity apareció de visita, porque era la hermana menor del cachorro, por eso mismo la dejó entrar a la vez que él salía en dirección a la corporación.
La chica le sonrió amablemente y entró a la mansión.
Sabía que su hermano era feliz en esa nueva vida, y ella también lo era, porque él no la excluía, sino más bien le permitía estar con ella y le contaba de los mínimos detalles que recordaba.
Tres meses y medio de amnesia, y la relación que su hermano inició con Kaiba (de la que ella supo por error), aún era secreto para todos… obviamente, el CEO le dijo que tenía que seguir siéndolo, por el propio bienestar de Joey.
Al momento en que se recuperase, Kaiba lidiaría con eso por cuenta propia, y Serenity le dijo que, si al momento de la recuperación total, él necesitaba apoyo, ella estaba allí para él.
Kaiba no le parecía una persona tan mala como decían los demás, aunque estaba consciente que su trato con el resto de los amigos de Joey era completamente distinto a como lo era con ella.
También con el propio Joey fue cruel cuando ambos eran conscientes de sus puestos; sabían que se odiaban. Eso era lo principal entre ambos, no?
Serenity terminó de entrar, mirando la belleza de la mansión, y sabiendo dónde encontrar a su hermano, que debía estar, junto con Mokuba, jugando algún videojuego. Eran tan predecibles, a diferencia del serio CEO que muchas veces le sorprendía.
Entró a la sala de juegos, donde ambos chicos estaban sentados en el suelo, mientras atacaban con brutal violencia los controles.
"Serenity!" Exclamó Mokuba, dejando de lado su control, y suspirando en derrota al momento en que la pantalla marcó "Winner" a favor de Joey. "No sabíamos que vendrías a Domino City."
De haberse anunciado, los hermanos habrían mandado a preparar una de las habitaciones de huéspedes, que era donde la chica siempre estaba, para no tener que ir a ningún hotel.
"Lo siento, fue un viaje de última hora. Papá decidió iniciar un juicio en contra de ustedes y envió una carta a mi madre, solicitándole ayuda, para que viniéramos a declarar en contra de tu hermano." Dijo a Mokuba.
Joey soltó de golpe el control y miró fijamente a su hermana menor y al pequeño Mokuba. No comprendía muy bien por qué un hombre que no le amaba en lo más mínimo y sólo le lastimaba, buscaba arruinar, una vez más, su vida.
Estaba perfectamente en la mansión de Kaiba, y aunque lo suyo ya no fuera completamente un secreto, estaba feliz de que la persona que lo supiera, fuera su hermana.
Ella prometió no decírselo a nadie, aunque el rubio luego le preguntó a Kaiba por qué no podían confiar en Mokuba?
Dijo que sí confiaban en el pequeño, pero no querían que fuera noticia del dominio público.
"Qué dijo 'mamá'?" Preguntó el rubio, sintiendo extraño pronunciar esa palabra.
No estaba acostumbrado a ello.
"Vinimos a Domino, pero no quiere ayudarlo. Así que sólo vinimos a brindarte nuestro apoyo."
El rubio parpadeó un par de veces, con incredulidad.
"Gracias, hermana."
"Seto sabe?" Preguntó Mokuba.
La niña sonrió tristemente al mismo tiempo que negaba con la cabeza.
"No creo. Pero hoy mismo deberá estarle llegando alguna nota o algo similar. No lo sé." Explicó lo poco que su madre le dijo.
Que era lo único que podía compartirle a Mokuba y a su hermano mayor.
Joey cerró los ojos.
Estaba recordando muy poco, desde el sueño que tuvo, empezó a recordar cosas más pequeñas, como su comida favorita, cuál era su videojuego favorito. Cosas muy mínimas.
Pero no quería seguir así.
Las pastillas que tomaba ya no servían, porque los dolores ya no eran tan frecuentes, y sus visitas al médico eran muy escasas. En tres meses y medio, fue cinco veces, las dos primeras cuando chocó, cuando sufrió ese dolor crónico y las otras fueron obligadas por el médico.
"Le dirás a tu hermano, Mokuba?" Preguntó Joey, abriendo los ojos y enfocándolos en Mokuba, quien sólo asintió.
"Acaba de salir, puedo marcarle a su móvil, no crees?"
La chica negó.
"Será mejor dejar que sus abogados atiendan esto, no creen? No hay que darle preocupaciones ahora." Dijo, y los dos jóvenes concordaron con eso.
No podían acudir a Seto cada que se presentaba un problema, aunque esta vez si ellos no iban, el mismo problema buscaría a Seto en Kaiba Corp por eso mismo ninguno de los dos dijo mucho al respecto.
Serenity tenía un punto a su favor.
No iban a complicarle su mañana más de lo normal, cuando salía siempre cansado de su monotonía. Acostumbrado a ella.
"Hay que ver cómo van las cosas."
Aunque a Joey no le gustara eso, vio como Mokuba se marchaba.
Al fin tendría un tiempo para hablar con su hermana de muchas cosas que le venían molestando.
Si sus recuerdos regresaban por completo, y Seto Kaiba demostraba el mismo odio que le profesó en su sueño, Joey no sabía cómo iba a reaccionar, porque si su padre iniciaba ese juicio y ya no contaba con el apoyo del castaño, cómo iba a hacer para protegerse.
Ya era mayor de edad, pero él mismo se rehusaba a dejar la casa de su padre.
Ésa fue otra de las verdades de su patética vida que se le reveló.
"Cómo has estado, Joey?" Preguntó Serenity, mirando como su hermano lanzaba un prolongado suspiro y se sentaba, dejándose caer, en el mullido sofá. Sus ojos melados llenos de un sentimiento que contagió de tristeza a la niña.
Su hermano no quería recordar, y eso él se lo confió en el último viaje que hizo a la ciudad.
"Mejor." Dijo, parcamente.
No lo sentía, porque aunque fuera mejorando y pronto sus amigos fueran de nuevo felices por tener a su lado al rubio, éste iba a volver a su vida de sufrimiento y tormento diario.
Ella se sentó junto a él y sujetó su mano con firmeza, sintiendo la leve resistencia por parte de su hermano al momento que quiso dar por terminado el contacto.
"No me mientas, Joey." Suplicó ella, viendo a su hermano sufrir en silencio. "Sé que no estás 'mejor' como tú dices. Por qué no me dices?"
Él sonrió, a medias.
"Tuve otro sueño, hermana. Uno más perturbador que el anterior."
"Fue de Kaiba?" Preguntó ella, con inocencia, sin saber si debía o no hacer esa pregunta, pero haciéndola porque fue lo único que se le ocurrió.
Un asentimiento por parte del joven rubio.
Cuando ella abrió la boca, dispuesta a preguntarle sobre qué trataba el sueño, vio como él se apresuraba a negar. Conocía muy bien a su hermana y no iba a dejar que lo convenciera.
"No." Dijo.
Ella negó. "Por qué no me lo dices?"
«Porque vas a cambiar de opinión respecto a Seto y no quiero que empieces a odiarlo.»
Él mismo se preguntaba por qué ese odio enfermizo en dirección a Kaiba.
Ambos lo tenían, pero la real pregunta para él era Cómo empezó todo ese enfermizo odio?
"Qué vas a hacer si papá gana el juicio?"
Él negó, confiando en que, con la ayuda de Kaiba y con la influencia que él tenía, era casi imposible que perdiera cualquier cosa. No iba a volver por su padre, al menos no por ahora.
Y eso le brindaba un maravilloso consuelo.
Uno que estaba seguro no estaría presente cuando los turbulentos dolores de cabeza explotaran finalmente y él terminara cediendo su mente a los recuerdos que estaban tan perfectamente ocultos bajo una neblina.
No quería recordar.
Sería sólo perder lo mejor que hasta ahora había tenido, y si bien sus amigos se mostraban maravillosamente, estaba seguro que ninguno de ellos hizo nada al respecto con sus padre.
"No creo que él gane. Ya sabes que Kaiba tiene muchas influencias, y no creo que sea fácil hacerlo perder un juicio."
"Él es tu padre." Afirmó ella.
"Kaiba me dijo que soy mayor de edad, hermana."
"Lo eres."
"Bien, entonces ya no hay problema, hermana. No lo crees? Lo mejor que me pudo haber pasado fue cumplir mis dieciocho años."
La chica le sonrió amablemente, ése era su hermano mayor. Siempre alegre.
"Sólo ten cuidado, Joey."
Él no entendió la advertencia de su hermana, pero no hizo mucho caso.
En ese momento, su hermana le regaló un cálido abrazo que le hizo sentir confortado, mucho mejor. Estaba seguro, además, que con el apoyo de aquel que estaba con él, en alma, iba a salir adelante.
-
Yuugi Motou miró por la ventana, sintiéndose mal, sinceramente mal por no confiar en lo que su mejor amigo estaba haciendo en ese momento. Por creer que Kaiba Kun iba a abandonarle en cualquier momento.
Pero era normal, no? Porque su mejor amigo peligraba.
Al no estar conciente de nada las cosas eran mucho más complicadas para Joey, y sin el apoyo incondicional de sus amigos las cosas no iban a mejorar para el rubio.
Por Dios! Si hasta Yami aceptó que Kaiba Kun no era tan malo y el hecho que ayudara a Joey era un gran hecho.
Para él seguía siendo complicado pero sabía que el castaño no era malo, era que simplemente dudaba si lo que hacían estaba bien o no, tomando en cuenta que estaban jugando con sentimientos.
Joey y Seto estaban arriesgándose demasiado.
Su Yami le miró desde la puerta.
"Yuugi?" Le llamó suavemente, viendo que su pequeña luz estaba demasiado pensativo últimamente. "Sucede algo malo?"
Los ojos grandes y violáceos del más pequeño le hicieron mostrar una leve sonrisa de amor.
"Sólo pensaba en Joey. Eso es todo."
Yami negó.
"Sigues mortificándote por ello, no es así?" Le preguntó, disfrutando el violento sonrojo que ocupó las mejillas de su aibou.
Era tan predecible que le encantaba conocerlo tan bien.
"Sigo pensando que es un error."
Su forma de pensar estaba muy bien, porque Kaiba nunca se tomó la molestia de tratar bien al rubio, pero ahora estaba demostrando que podía hacerlo, y muy bien. Incluso mucho mejor de lo que ellos podían.
"Te lo dije una vez, aibou. Kaiba no es malo, simplemente es una persona muy cerrada. Para protegerse a él, y a Mokuba, tiene que recurrir a métodos que para muchos nos pueden parecer crueles; él sólo busca brindarle protección a su hermano, y ahora a Joey." Explicó.
Era raro ser él quien ayudaba a Kaiba, cuando siempre era Yuugi quien decía que estaba solo y necesitaba un poco de compañía.
"Lo sé, Yami; y eso es lo peor, porque me siento culpable de juzgar a Kaiba Kun por la forma en que antes fue."
"Sólo eres real, Aibou. No te mortifiques, cuando las cosas pasen, Joey decidirá su suerte, no nosotros, y mucho menos Kaiba." Le dijo, acercándose a él y sentándose a su lado.
Fue agradable sentir el calor del cuerpo de Yuugi a su lado, cuando le abrazó, en agradecimiento por el confort que le acababa de brindar con aquellas palabras tan sabias.
"Al menos Joey ya nos aceptó."
Vio la mirada de tristeza que adoptó el rostro de su aibou después de pronunciar esas palabras.
"Cuál es, entonces, el problema, Yuugi?" Cuestionó el antiguo faraón, curioso acerca de lo que su luz quería comunicarle.
"Sólo nos aceptó para ya no estar tan solo, Yami. Y ni siquiera le hemos visto desde hace una semana. No puedo creer que después de tanto tiempo siendo amigos, pase esto y ahora esté con Kaiba Kun!"
Yami abrazó al pequeño y le besó la frente.
"No seas tan exigente con el destino, aibou."
Un sollozo cargado de tristeza hizo al faraón detenerse.
Sujetó con más fuerza el cuerpo pequeño de su luz y disfrutó que éste correspondiera con fiereza, no queriendo separarse de él.
"Mañana mismo podemos ir a verle, aibou."
Una sonrisa.
"Sí."
Un beso en la frente, y el pequeño se fue quedando dormido en sus brazos.
-
Seto Kaiba estaba muy ocupado realizando su trabajo dentro de la corporación cuando el teléfono sonó insistentemente. Tuvo que detener su trabajo para atenderlo, mirando casi furiosamente al aparato.
"Señor, Kaiba, uno de sus abogados está aquí, dice que es muy importante."
Los ojos azules de Kaiba se cerraron, en cansancio.
Los problemas legales de Kaiba Corp eran todo un martirio cuando no se trataban con rapidez, así que mejor darse prisa, incluso un dicho muy famoso lo dice: 'al malo paso darle prisa'.
Además, terminar rápido significaba llegar más temprano a casa, donde su hermano y el cachorro estaban esperándole para una tranquila velada.
"Hazlo pasar."
"Sí, Señor."
El porte firme de su abogado y su rostro siempre frío, calculador estuvo frente al castaño, dispuesto a explicar lo que estaba ocurriendo; aquello tan importante que tenía que haber detenido su actividad en la corporación para centrarse en la defensa personal de Seto Kaiba.
Los ojos azules centellearon con frustración, porque él odiaba verse interrumpido en lo que hacía y no quería tener más trabajo cuando él veía en su futuro, más exactos después de las 6h00 PM que iba a tener una tarde tranquila, completamente apacible al lado de Joey y Mokuba.
"Qué es lo que sucede ahora?" Preguntó, mucho más frío que de costumbre, viendo con mirada penetrante a su abogado, quien lanzó una risa casi irónica.
Cuando su cliente estaba de mal humor, muy pocos le soportaban. Él tenía la dicha de ser uno de esos escasos hombres.
"Hay una demanda legal en tu contra. Ése es el problema, ya que no conocía el caso que se me está presentando y necesito que usted se tome su tarde para proceder a explicarme todo lo ocurrido en los últimos tres meses y medio, especialmente en lo que cabe a su vida privada. Ya sabe, lo sentimental." Dijo el sujeto, caminando hasta la silla frente al escritorio.
Se sentó muy diplomáticamente y bajó su portafolio.
"No sé de qué hablas." Dijo el CEO, por completo olvidando que en esa misma cantidad de tiempo fue que todo inició con Joey Wheeler.
"Un tal Wheeler está demandándote para que le devuelvas la custodia de su hijo. Conoce al joven Joseph Wheeler?"
La pregunta sorprendió a Kaiba, en sí toda la noticia.
Acaso ese maldito bastardo que era el padre del rubio esperaba que huyera asustado por un pleito como ése? No iba a regresarle a Joey a menos que éste así lo quisiera, y podía saberlo a ciencia cierta, éste no deseaba absolutamente nada con su padre.
La única familia que ahora existía para él era su hermana, Serenity.
"Lo conozco." Fue la respuesta obvia del CEO, a un abogado jamás debe mentírsele, porque son ellos quienes se encargan de la defensa, y si no saben todos los datos es muy difícil para ellos estructurar su defensa.
"Supuse que lo del rumor no era completamente falso." Dijo. "Bien, el padre del joven Wheeler arguye que usted le robó a su hijo después del desafortunado accidente que le llevó al estado en que actualmente se encuentra. También ha sacado mucho provecho siendo él quien alimenta los rumores que usted es homosexual y está interesado en su hijo." Explicó.
"Cuáles son los cargos?"
El abogado rió sinceramente divertido, porque él sabía que a Kaiba no le iba a importar tanto eso. Pero la vida del Señor Wheeler tras haber atacado la reputación de un Kaiba, Seto especialmente, iba a ser un infierno.
"Secuestro, por muy estúpido que eso suene, y también acoso sexual."
"Yo no acoso a Wheeler." Dijo seriamente, dejándole ver al abogado, con una mirada, que estaba completamente furioso.
Claro, a diferencia del ser humano promedia no exteriorizaba su furia golpeando a medio mundo, sino que simplemente adoptaba un humor mucho más pesado que el acostumbrado.
"Y yo no dije que usted lo hiciera. Ahora, lo que necesito que usted me diga, siendo completamente honesto, si hay algo entre usted y ese joven." La bomba que le soltó a Kaiba le hizo apartar la mirada.
Para el abogado ésa fue respuesta suficiente, pero necesitaba que su cliente se lo confiara de palabra, para poder tener una verdadera defensa.
"Señor Kaiba?"
"Sí lo hay. Ése es un problema?" Preguntó, desafiante.
"Ninguno. Sólo habrá que mantenerlo en secreto, como hasta ahora usted ha hecho, por lo menos el tiempo que dure el juicio, o el que tarde su 'amigo' en recordar." Fue la explicación del abogado. "También tendremos que hacerle un par de análisis psicológicos al joven Wheeler, porque me tomé la molestia de ir al hospital donde estuvo cuando el accidente, y una de las enfermeras me indicó que su padre fue allí e incluso atacó a su hijo."
Kaiba asintió, consciente que aquel era un punto a su favor.
Su idea de noche tranquila se vio nublada desde el momento en que su abogado entró, pero jamás creyó que le llevara una noticia tan ridícula como ésa; especialmente el padre de Joey no gozaba ya de ninguna de sus neuronas porque estaba lanzándose al ataque contra alguien demasiado poderoso como lo era Seto Kaiba.
El papel de padre sufrido no iba a quedarle, especialmente después que había tantos testigos sobre la forma en que maltrató a su hijo en el hospital.
En el fondo estaba seguro que iban a ganar, y Joey iba a estar de su lado, incluso él declararía contra su padre, porque una noche en su habitación (la de Kaiba), el rubio le confesó que no quería recordar, porque sabía que no llevaba una vida muy amena al lado de su padre, y porque realmente disfrutaba estando con él.
"Aún así, Señor Kaiba, necesito que usted me ayude con esto." Fue lo siguiente que dijo el abogado. "El Señor Wheeler tiene un punto a su favor. Joseph Wheeler es su hijo."
"Ya es mayor de edad." Dijo Kaiba, furioso.
Acaso en todos los momentos en que encontraba un poco de paz y tranquilidad tenían que arrebatársela? Solamente quería que Joey fuera feliz y que lo vivido entre ambos no se fuera a borrar de la mente del rubio. JAMAS.
"Eso no tiene importancia, si se llega a saber la forma en que usted trató a Joseph Wheeler antes de esto, será un gran problema. Quizá ni siquiera le dejen quedarse cerca de usted."
"No pueden hacer eso!" Exclamó el CEO, a punto de lanzarse a golpes sobre su abogado, aunque él no hacía eso.
Joey despertaba los instintos más básicos en él. Quizá no Joey, sino el hecho de protegerlo.
"Claro que pueden, Señor Kaiba. Especialmente por la forma en que usted siempre se dirigió a Joseph Wheeler."
Kaiba rió, irónico.
"Eso también lo investigó?" Fue su pregunta, en un tono muy burlesco.
Estaba apretando los puños con fuerza bajo el escritorio, y sus ojos estaban centelleando con rabia. Cuándo fue la última vez que se enfadó tanto? No lo recordaba porque realmente hacía mucho tiempo desde que eso ocurrió.
Ahora que lo más importante en su vida era Mokuba, la ira no era algo que estuviera muy presente en su sistema.
"Es mi trabajo, luego usted no podrá quejarse que lo hago mal, porque me he documentado espectacularmente sobre este caso. Sólo necesito su ayuda en lo ocurrido en los últimos tres meses y medio."
Kaiba le miró.
"No consiguió nada de ese tiempo?" Preguntó.
"Su equipo de seguridad ni siquiera me dejó entrar a la mansión, por lo que debo admitir que hacen un excelente trabajo."
"Será mañana. Hoy tengo mucho que hacer. No quiero prolongar esto por más tiempo, así que solamente venga mañana. Al medio día estaré esperando su visita. No me haga esperarlo. Odio esperar."
El abogado asintió.
"Yo gozo de una gran cualidad, Señor Kaiba: la puntualidad." Rió al ver la mirada de agotamiento del CEO. "Vaya a casa. Mañana veremos como contrademandar al Señor Wheeler por todos los daños que ha hecho contra su hijo."
Antes de salir, el abogado agregó. "Siempre y cuando el hijo no se niegue a colaborar con nosotros."
"No lo hará."
-
Habían terminado la cena en completo y absoluto silencio, y Mokuba se fue a su habitación a dormir, aunque no pasaban de las 9h00 PM, y generalmente el pequeño suplicaba por quedarse más tiempo despierto.
Joey bajó la mirada, aunque Kaiba no lo había dicho sabía que el asunto de la demanda ya había llegado a Kaiba Corp, algo como eso no podía tardar tanto tiempo.
Menos cuando su hermana le dijo que requería de una respuesta inmediata.
"Ya lo sabes, verdad Cachorro?" Preguntó el CEO.
A Joey en un principio le sorprendió esa forma de llamarle de Kaiba, pero no iba a negar que era muy agradable escucharlo ser mucho más informal que un simple Wheeler o un Joey de mala gana.
"Sí, Serenity se enteró hace un par de días y ella y 'mamá' decidieron venir a apoyarnos."
"Yo necesitaré de tu ayuda, Joey." Dijo Kaiba, muy serio y el rostro de Joey adoptó una expresión casi triste. "Sé que será doloroso, pero necesito que declares en contra de tu padre."
Joey asintió.
"Él quiere mi dinero, me quiere a mí en la cárcel y seguirte lastimando. Yo no DEBO permitir que te hagan ningún daño."
El rubio asintió.
Instintivamente abrazó al CEO, sintiendo su calor ardiente contra su cuerpo delgado y esbelto.
-
Estaban en las afueras de un bosque frondoso; allí estaban también sus amigos y veía frente a él, mientras estaba en el suelo, en una pose que indicaba su derrota, viendo el rostro de Seto Kaiba.
Los mechones rubios cubrían parte de su mirada, pero a través de su rubio flequillo le lanzaba una mirada de desprecio al CEO, la misma que éste le estaba dedicando al tiempo en que lanzaba palabras hirientes al hermoso rubio que apretó los puños, sintiéndose vencido, herido en su orgullo como jugador en el torneo de Pegasus.
La pose arrogante de Kaiba le dijo mucho, que se creía superior a todo el mundo, le dejó saber de su soledad, que por eso mismo se refugiaba en esa actitud hiriente que alejaba a todo el mundo.
También le alejó a él, no es así?
Joey Wheeler y Seto Kaiba no eran buenos amigos, ni siquiera simplemente compañeros, como el CEO le dijo.
Joey Wheeler y Seto Kaiba eran rivales.
"Eres un perro patético, Wheeler, era lo que querías? Te derroté tan fácilmente que para mí eso no fue un duelo."
Él dijo algo, pero no lo escuchó, porque su cabeza dolía, algo en su interior quemaba y sus ojos ardían por las lágrimas que estaban acumulándose en ellos.
"Déjalo, Kaiba Kun. No tienes por qué tratarlo de esa forma!"
"ERES DESPRECIABLE, KAIBA!" Su propia voz le asustó.
-
Abrió los ojos y se apretó aún más al cuerpo que gustoso lo recibió entre sus brazos.
Era media noche y estaba en la misma habitación que Kaiba, ambos habían llegado a la conclusión que procederían legalmente contra el padre de Joey. Las cosas saldrían bien.
Joey finalmente iba a verse libre de su padre.
Pero por los sueños que estaba teniendo, donde se le mostraba su realidad con Kaiba, no era capaz de disfrutar plenamente de la sensación de saberse libre, porque cuando recordara y finalmente su odio contra Kaiba volviera… Todo se derrumbaría.
Continúa…
Notas de autora:
Lamento no haberme aparecido por acá la semana pasada, pero es que estuve en semana de exámenes y no tenía mucho tiempo para escribir y el poco tiempo libre lo usaba para descansar un poco mi cerebro de la horrible presión que los exámenes ponían en mí; ahora ya estoy libre de ellos y me dediqué a actualizar fics, porque no quería hacerlas esperar mucho más. Siento mucho la demora, espero que no haya sido mucha y que hayan tenido muchos fics buenos que leer… especialmente ahora que pasó el 14 de febrero.
REVIEWS.
Akire Rosales: Hola, ya las extrañaba, chicas! Obviamente habrá más YAOI, y no puedes acusarla de ser hentai… todas queremos cuando menos que haya LEMON, no? JEJE (Blush) Bueno, con respecto a agregarlas, ya las agregaré… aunque les advierto, yo casi no uso el msn. Y sobre tu fic, muy bueno, aunque nada más he leído el primer capítulo. Sorry por no dejar review, pero te prometo que te dejaré uno cuando menos. MUY BUENO!
Rei-Dark-Angel: Que bueno que te guste, a mí también me sorprende la forma en que escribo a Seto, pero es el amor lo que lo hace ser así, y sociable? sólo con Joey y Mokuba. Pero no te preocupes, ya viene un poco de lo bueno.
Forfirith-Greenleaf: Te aseguro que las cosas entre ellos, cuando Joey recupere su memoria, tienen que ir bien… TIENEN. Ese diálogo del después, me pareció muy cierto, por eso mismo escribí esa cita que esta al principio del fic… (Lena señala el principio del capítulo). Y en verdad no voy a abandonar el fic… Te mando un beso, amiga. No te me pierdas, sí? Y te cuidas mucho.
Evel: (Blush) Gracias por el comentario, que bueno que te esté gustando. Miles de gracias.
Sehren Kou: Mujer, ni disculpas tienes que pedir. A mí no me molesta, todo mundo tiene su lado Kaiba… despreocúpate. Te confieso que esa pelea entre Joey y Kaiba me gusta mucho, en sí, de todos los enfrentamientos de esos dos, ése es el que más me gusta. Bien, te quedé un poco mal con la actualización constante… me disculpo una vez más, pero fue por culpa de mis exámenes que no me aparecía por acá. Ciao!
Kendra Duvoa: Sí, una escuela católica, pero no es malo en absoluto, todo lo contrario, mis compañeros siempre le llevan la contraria a las monjas… Allí va otro recuerdo de Joey, espero te guste. Nos leemos.
Kishe: Ya son muchas las que no quieren que Joey recuerde, yo sólo aclaro un punto, sin memoria no hay más que besos. Que alegría que te guste mi fic. Lo que hará Joey, si se aleja o no, ya se verá después, no me puedo spoilear yo sola. Y gracias de qué, mujer? Yo soy quien te agradece ENORMEMENTE, ese review.
NaKuRucHaN: Bienvenida al club de las LEMON maníacas. Yo soy una! Jeje. Ok, en cuanto tenga la dirección, descargaré el manga. Gracias por el comentario.
Kida Luna (15): Rex tiene un punto a su favor. No puedo insultar a un profesor, Kida, además si me castigan por hacerlo, no hay actualizaciones… JAJAJA! Tú decides. Pero parece ser que mi profesor por fin entendió y ya dijo que está 'bien' mientras no sea pura lujuria ni dañe a terceros… GANÉ! La prensa se mantuvo fuera… fue el papá de Joey quien entró… yo gustosa te dejo que le cortes a él la lengua… No quieres? Claro que habrá LEMON. Siempre y cuando no me censuren aquí.
Kida Luna (16): Ya ves que Joey no lastimó a Seto, si ni lo quiere soltar. Supongo que a partir de ahora mi escolta personal va a estar más ocupada intentando protegerme, no? Pero si me matas no hay fic. Ya ves, siempre hay un punto para mi defensa. Esperaré esas amenazas con gusto… No! Digo, ese apoyo, con mucho gusto. Ustedes dos también se cuidan mucho, y tampoco se me pierdan. Ciao!
