Capítulo Cuatro: Un amago de beso
"¡Tienen suerte!" – dijo George mirando a Harry y Ron – "Dicen que las chicas muggles son mucho más lindas que las brujas"
"Bueno… no mucho más lindas" – dijo Fred ayudando a su gemelo para que las chicas en la mesa no le saltaran encima – "Pero si más atractivas" – el chico vio a su hermana pequeña de reojo que miraba con expresión soñadora el techo – "¿Y tu hermanita¿Por qué tan feliz de repente?"
"Porque…" – respondió la chica sonrojándose – "… esa es la secundaria en la que estudia Sam…"
"¿Es Ese el chico del cual has transmitido todo el verano?" – preguntó Charlie.
"Ehmm… sí" – respondió Ginny más roja que un tomate.
"¿Y por qué yo no sabía de él?" – preguntó la Señora Weasley con actitud ofendida.
"¡Porque no tienes Por qué saberlo todo mam�!" – Respondió Ginny, pero al ver que su madre la miraba con expresión desafiante y sin percatarse que Harry apretaba los puños, respondió – "Está bien, está bien… se llama Sam Martin, es un squib y tiene una vida de muggle normal¿contenta?"
"¿Y cómo lo conociste?" – preguntó Bill curioso.
"Bueno… una vez… tomé la completadora de papá que está en el sótano junto con todas sus cosas muggles y cuando estaba ahí me metí a no-sé-que-cosa y lo conocí…"
"¿Y no lo conoces en carne y hueso?" – preguntó Hermione
"Sí… si lo conozco; nos juntamos en el callejón Diagon cuando salí con Hanna Abbot y Colin…" – respondió poniéndose más roja que antes.
"Señorita" – dijo el Señor Weasley – "debería preguntarte porque sacaste mi completadora sin permiso, porque nos mentiste cuando dijiste que saldrías con tus amigos y porque no nos dijiste que estabas saliendo con un chico muggle; pero debemos irnos, se nos hace tarde. Ron, Harry, Hermione y Ginny, tomen sus cosas".
"¿Pero a dónde vamos?" – preguntó Harry aún con sus puños apretados bajo la mesa.
"Al centro de Londres niños… a comprar sus nuevos…" – el Señor Weasley sacó un papel que estaba sobre la mesa y leyó – "u-tiles esco-la-res"
"¿Cuándo empezamos las clases pap�?" – preguntó Ginny ansiosa sin poder contener su emoción.
"En dos semanas más" – respondió este – "Pero debemos comprar los útiles hoy si no queremos toparnos con el tumulto de muggles. Así que agarren sus chaquetas que salimos en cinco minutos"
El centro de Londres era enorme; tenía muchos edificios que la vista apenas alcanzaba, las calles estaban prolijas y bien cuidadas, había mucha gente con bolsas de plástico a cuestas y vendedores ambulantes ofreciendo todo tipo de cosas.
"¿Papá… de donde sacaremos el dinero para comprar todos los útiles?" – preguntó Ginny quien saltaba de alegría.
"Cambié algunos galeons, sickles y knuts por dinero muggle en Gringotts. Pensé que sabían que se podía intercambiar dinero también…"
La primera tienda a la que entraron fue una de uniformes, luego siguió la de mochilas y finalmente la librería. Fue un día bastante largo para todos, considerando que se levantaron a las 10 y recién estaban terminando las compras a las tres cuarenta de la tarde. La verdad es que los nombres muggles eran bastante raros, a Ron y Ginny les costó 5 minutos el aprender a decir "diccionario" y "cuaderno cuadriculado".
Para cuando llegaron a la Madriguera, ya era hora del té, y la señora Weasley tenía varios panqueques con manjar en la mesa y jugo natural de naranja para todos.
"¿Y?" – Preguntó la Señora Weasley – "¿Cómo les fue con las compras Arthur?"
"De maravilla" – respondió el Señor Weasley – "¿No es cierto chicos?"
Al parecer, de los cuatro presentes sólo Harry parecía no haberse divertido. Su cara demostraba tristeza y tenía la mirada gacha.
"Harry, cariño…" – comenzó la Señora Weasley – "¿Te ocurre algo?"
"¿Qué?... eh… no, nada Señora Weasley, no se preocupe…"
"¿En serio? Has estado muy serio últimamente, y sin mencionar triste… ¿Seguro que no ocurre nada?"
¿Qué podía Harry decirle a la Señora Weasley¿Qué estaba enamorado de su hija y esta estaba de novia con otro¿O que quiere ir a luchar contra Voldemort y nadie cree en él¿O que el recuerdo de su difunto padrino y padres se le veía a la mente a cada segundo? No podía decirle eso, no podía preocupar a la única persona que parecía haberlo "adoptado" después de que Sirius desapareció. No podía decirle nada a nadie… no podía expresarse, le costaba demasiado. No podía sacar de sus pensamientos a la pelirroja que por dos años lo había tenido trastornado, no podía seguir pretendiendo que todo estaba bien y vivir con la cabeza gacha para toda la vida… pero sin embargo, Harry respondió:
"Estoy bien Señora Weasley, no se preocupe…"
-.-.-.-
Habían pasado casi dos semanas desde aquello y la noche antes de empezar su nueva vida, Ron y Hermione conversaban animadamente en la pieza que el primero compartía con Harry. El chico de ojos verdes estaba acostado boca abajo sobre su cama, pensando como ya era de costumbre por esos días.
"Y… ¿como vamos a hacerlo cuando estemos all�?" – preguntó Hermione al pelirrojo.
"A… ¿a que te refieres?" - preguntó el chico.
"Digo… ¿estaremos en piezas separadas¿Será como Griffindor¿O estaremos todos en una misma pieza? No lo sé… tengo miedo…"
"No tienes porque tener miedo Herms… todo va a salir bien" – dijo Ron – "Harry y yo vamos a estar ahí y tú lo sabes… ¿no es cierto Harry?"
"¿Podrían dejarme fuera de la conversación?" – Dijo el chico de la cicatriz molesto – "Por lo menos vayan a conversar afuera, así me dejan de molestar de una vez con sus conversaciones"
"E… esta bien. Ven Ron, vamos a conversar al jardín…" – dijo la castaña cuya expresión de incertidumbre fue remplazada por una de tristeza.
"Vamos" – respondió Ron, y echándole una última mirada significativa a Harry, ambos se marcharon de la habitación.
La noche estaba estrellada y más hermosa de lo que ambos chicos pudieran imaginar, a pesar de que había una brisa muy fuerte. Los árboles se balanceaban suavemente a medida que ambos chicos pasaban por debajo de ellos.
"Harry está muy raro últimamente" – apuntó la chica – "Me da miedo pensar en que es lo que puede llegar a hacer… quizás el estar encerrado por tanto tiempo lo tiene agobiado… o el hecho de no poder hacer nada para remediar la situación de la guerra… o… lo que pasó con tu hermana…"
"Sólo espero que no haga nada de lo que se pueda arrepentir" – respondió Ron – "a mi también me tiene bastante preocupado…"
"… Y lo peor de todo es…" – continúo Hermione – "que pensé que contaba con su apoyo, pero ahora con lo último que nos dijo al parecer no es así" – concluyó deprimida.
"Pero Herms… no estés triste" – la calmó Ron poniéndole un brazo en el hombro, no quería que Hermione llorara.
"¿Por qué no he de estar triste Ron? – Preguntó la chica – "Es uno de mis dos mejores amigos, y me esta dejando de lado…"
"Pe… ¿pero yo soy tú otro mejor amigo no?" – Preguntó Ron pasándole su chaqueta a la chica al notar como esta tiritaba – "Digo… no me respondas si no quieres…"
"Tontito… por supuesto que tú eres el otro" – dijo Hermione abrazando su cintura y viéndolo a los ojos.
Ron se sentía cohibido. ¿Hermione lo estaba abrazando como a un novio? Y estaban los dos solos, no tenían que disimular frente a nadie. Ron se había puesto pálido y no sabía que decir.
"Ron¿te pasa algo?"
"N… No" – inquirió Ron – "Nada, es sólo que…"
"Sólo que ¿qué?"
"Es sólo que" – Que me estoy enamorando de ti, que creo que eres la mujer más hermosa de todas, que me haces el hombre más feliz del mundo con sólo tenerte a mi lado… pensó Ron con tristeza, sabiendo que jamás podría decirle aquellas palabras a Hermione – "…Que… yo siempre estaré contigo… a pesar de que Harry te abandone o NOS abandone… quiero que sepas que… pues… que yo siempre estaré contigo…" – rayos, me estoy explicando en círculos – "… que podrás contar conmigo para lo que sea y trataré de no defraudarte… digo… para eso estamos los amigos¿no?"
Hermione oía cada palabra que Ron le profesaba y esbozó una sonrisa, de esas sonrisas que derriten al pelirrojo. Comenzaba a hacer aún más frío y ambos seguían ahí, abrazados… Los ojos color miel de la castaña se mezclaban con los azules del pelirrojo y se hacían uno. Sus rostros habían acortado la distancia y cuando sus labios comenzaron a rozarse, Ron desvió su cara y Hermione le dio un beso en la comisura de la boca.
"Cre… creo que es mejor que volvamos… ma… mañana debemos levantarnos temprano" – dijo Ron colorado separándose de Hermione.
"Si… tienes razón" – dijo la castaña aún más acalorada y roja que Ron (n/a: será eso posible?) – "Mejor volvamos antes de que se haga aún más tarde".
Ambos chicos llegaron a la Madriguera en silencio; Ninguno de los dos se atrevió a articular palabra a medida que iban llegando, a pesar de que ambos pensaban lo mismo: "¿Por qué lo hice?"
Cuando se separaron para ir cada uno a su alcoba, Ron se deshizo en su cama mientras que Hermione se sentó en la suya y se tapó la cara. Ambos pensaban que habían hecho el ridículo.
¿Por qué fui tan tonto? Se preguntaba Ron. ¿Por qué no sólo le correspondí el amago de beso y ya¿Y si me lo habrá querido dar sólo porque ella estaba vulnerable? La verdad, es que este hubiera sido el primer beso de Ron, y fue sólo por ello que el chico se había desviado de los labios de Hermione; temía ser malo con los besos, y no quería que la chica se diera cuenta.
En su alcoba, Hermione deseaba jamás haber tratado de darle un beso a Ron, y sin ponerse el camisón de pijamas, se cubrió el rostro y comenzó a llorar…
En un próximo capítulo:
- La pesadilla de Harry
- Comienzan las clases en Livingstone
Y? que les ha parecido este:D a mi en lo personal me gusto mucho mucho... si tuviera mas tiempo me dedicaria solo a escribir este fic (que a todo esto, promete ser largo) pero tengo muchos BASTANTES deberes escolares, así que sólo podré escribir los fines de semana.
Que injusta la vida, no? Reviews please! au revoir!
principita
