Capítulo 24. Poco a poco.

Cuando Yuugi se enteró del incidente con el papá de Joey, terminó arrastrando al faraón al hospital, preocupado por la salud de su mejor amigo y con ganas de compartir con él este golpe de la vida, porque la última vez habían llegado muy tarde y Kaiba les arrebató a su amigo… cosa que ya se había solucionado y todos salieron ganando… incluido Kaiba.

"Apresúrate, Yami, Joey debe estar muy herido." Dijo el pequeño, jalando al faraón de la mano.

Pero Yami no iba con tanta prisa porque Mokuba le dijo que no era algo de cuidado, que se tomaran su tiempo, no fuera que alguno de ellos terminara sufriendo algún accidente, como el que le sucedió al faraón en ese momento que, siendo jalado por su novio, aterrizó en el piso cuando Yuugi le jaló con más fuerza y él no lo percibió.

Su rostro terminó en el suelo.

"Yami, no es hora de jugar." Le reprendió Yuugi y apareció unos pasos atrás, Tristán con Serenity, que venían a visitar al rubio también.

"Sí, Yami," Se burló el castaño de ojos verdes, viendo como el faraón le lanzaba una gélida mirada, avergonzado del momento que acababa de protagonizar debido a la ansiedad de Yuugi por ver a su mejor amigo. "no es hora que estés jugando, mucho menos en un hospital."

Yuugi sonrió, en forma de disculpa al faraón, pero levemente divertido por el comentario que hizo Tristán.

Pero la pelirroja hermana de Joey no encontró el comentario muy gracioso, por lo que reprendió inmediatamente al amigo de su hermano.

"Tristán!" Exclamó, levemente enfadada por la actitud tan bromista del chico. "No es hora para que estés jugando, imagínate que en verdad se hubiera lastimado, o que tú te hubieses caído."

"Igual se hubieran reído." Se defendió el joven, pero Serenity no le hizo caso en ese momento, se dio media vuelta y empezó a caminar en dirección a la habitación donde Kaiba les había dicho que estaba el rubio.

"Lo siento, Yami." Se disculpó Yuugi, dándole un suave beso a Yami en la mejilla, que hizo a Tristán sonrojar por estar haciendo mal tercio justamente allí donde estaba la pareja.

Por eso mismo decidió seguir a Serenity y llegar antes que los enamorados al cuarto donde el rubio estaba descansando.

Cuando alcanzó a la chica, ésta le sonrió levemente.

"Vamos a ver a mi hermano, Tristán." Dijo suavemente, tomando la mano del joven quien se sonrojó ante el contacto.

"Sí, vamos."

oOoOo

"Cómo sigues?" Preguntó Mokuba, por millonésima vez al rubio, quien sólo sonrió esta vez, sin saber ya en que idioma responderle al pequeño hermano de su amante para que dejara de estar tan preocupado.

La herida de bala no había sido grave porque había sido atendida inmediatamente y porque no había dañado ninguno de sus órganos, es más, la mencionada bala sólo rozó la piel.

No entendía por qué todos hacían tanto alboroto por eso?

Estuvo peor cuando estuvo amnésico y nadie parecía recordar que superó eso y muy bien… es más, hasta con novio terminó saliendo de eso.

Lástima que Seto estuviera tan atareado enviando a su padre a la cárcel en ese preciso momento, porque si no ambos estarían en plena sesión de besos en aquella habitación y no dejarían entrar a nadie.

En verdad, lástima.

"No te preocupes," Dijo Mokuba leyéndole la mente y asustándole por ese mismo hecho. "mi hermano vendrá en cuanto termine las diligencias que está haciendo… él mismo está igual de preocupado por ti que todos nosotros, y algo me dice que no te molesta que él se preocupe."

Joey sonrió.

Estaba pensando que eso era muy cierto, porque al menos la forma de preocuparse de Kaiba incluía uno que otro beso suavecito y abrazos reconfortantes, pero los demás sólo podrían brindarle su amistad, contrario a Kaiba que iba a darle más que eso… Sí, estaba sonando muy pervertido incluso dentro de su cabeza.

"Eso es diferente, Mokuba." Dijo el rubio, viendo de reojo al pequeño que se reía de él en ese momento. "Kaiba es mi novio, y tú eres el hermano de mi novio."

Mokuba sonrió.

"Bueno, lo que importa es que estás bien, no?" Su voz sonó muy divertida. "Iré a buscar una taza de café. Quieres algo?"

Joey arrugó graciosamente la nariz.

"Puedes sacarme de aquí?"

Cuando Mokuba negó a su pregunta, el rubio negó.

"Entonces, no. Muchas gracias, Mokuba."

El pequeño salió y a los cinco minutos entró su hermana, acompañada de su amigo.

"Hola, Joey!" Saludó la joven, acercándose hasta la cama para depositar un beso en la frente de su hermano. "Cómo te sientes? Te están atendiendo bien? No necesitas algo más? Seguro que Seto hará que te lo den."

El rubio rió.

Su hermana estaba mucho más paranoica que el propio Mokuba cuando le llevaron al hospital, quien hizo que su hermano instalara a un oficial de la policía, que estaba en la puerta, vigilando que los que entraran no estuvieran armados para atentar contra la vida del rubio.

Ahora su hermana estaba lanzándole aquella serie de preguntas… todo estaba muy raro y rápido ese día.

"Seguro que lo hace, hermana, pero Seto no está en el hospital." Anunció el rubio, haciendo que su amigo sonriera.

"Genial! Así no tendré que fingir que me agrada."

La chica le miró de reojo y le lanzó un resoplido de indignación.

"Tendrás que enfrentarlo en algún momento." Fue lo que dijo Joey.

Fue como si lo hubiera invocado, pensó Tristán inmediatamente, porque en ese instante se abrió la puerta y Seto Kaiba entró, viendo confundido que Tristán y Serenity estaban con su cachorro.

Se congeló en la puerta.

"Si quieres puedo volver luego." Dijo.

Joey estalló en risas al ver lo cohibido de su amante al momento de estar con otras personas.

"No te preocupes, Seto." Dijo, sonriendo. "Ellos ya se iban, no es así, Serenity?"

Ella asintió, jalando con ella a Tristán que se resistía a abandonar la habitación, especialmente porque acababan de entrar a ella.

"Pero…"

"Luego puedes decirle eso, Tristán… yo no creo que a Joey le interese en este momento." Dijo la pelirroja.

"Estás seguro?" Preguntó Kaiba cuando ya habían llegado a la puerta.

"Ciento por ciento, Seto."

La pelirroja se despidió con una inclinación de cabeza.

Quedaron solos en la habitación de hospital.

"Debo admitir que esta vez incluso la paranoia de tu hermano se transmitió a Serenity." Dijo con una sonrisa Joey, viendo a su amante que caminaba a él y se sentó a su lado.

Los ojos azules de Kaiba estaban fijos en su persona.

"Qué pasó con mi papá?" Preguntó Joey.

"Está en la cárcel, cachorro, como debió estar desde hace mucho tiempo."

Los ojos melados del rubio vieron fijamente a Kaiba, con un leve reproche.

"Sé que sigues creyendo que fue innecesario, cachorro, pero no iba a permitir que siguiera lastimándote más." Confesó el CEO, desde el disparo no había hablado así con Joey, a solas.

"Lo siento."

Kaiba negó y tomó entre la suya la mano del cachorro.

"No fue tu culpa y yo debí suponer que algo así iba a intentar después de todo el dinero que le ofrecí… Lamento no haber estado contigo antes." Se disculpó el CEO, la mano de Joey se entrelazó con la de Kaiba.

"Tiendes a preocuparte mucho, Seto." Dijo el rubio, levantándose con mucho cuidado y sentándose en la cama, para darle un abrazo al castaño, quien lo correspondió levemente, no queriendo abrir la herida del costado del rubio. "Deberías relajarte un poco."

Kaiba simplemente sacudió la cabeza y apoyó su frente en el hombro de Joey, el aroma delicioso del cachorro era intoxicante y dejaba sin defensas a Kaiba.

"Eres muy tonto, Perro." Dijo, pero dándole una entonación afectuosa a las palabras, de modo que Joey simplemente rió.

"Qué dices?"

"Si no me preocupara por ti no me tomaría todo tan en serio." Fue lo que dijo, sin levantar el rostro.

Era la primera vez en su vida que confesaba algo así, motivo por el cual estaba sonrojándose y no quería que su cachorro se diera cuenta que confesar su preocupación y su afecto era algo que le cohibía.

"Te digo un secreto…?" Preguntó Joey.

Kaiba simplemente asintió.

"Te quiero muchísimo."

El beso en su cuello le hizo sentir un placentero escalofrío y el que le siguió, en su oreja le hizo sonreír debido al cosquilleo que estaba produciéndole las expertas caricias del CEO.

Se apartó de él y le dio un profundo beso, en ese mismo momento la puerta se abrió.

"Joey!"

Los dos jóvenes se separaron inmediatamente.

Kaiba suprimió un gruñido de enojo al momento de ver que Yami y Yuugi estaban parados en el umbral de la puerta, luciendo una sonrisa de oreja a oreja en el rostro.

"Si tienes energía para hacer eso, definitivamente no es algo de lo que deba preocuparme." Dijo Yuugi.

El CEO apartó el rostro, debido al profundo sonrojo que se había anidado en sus mejillas.

"Definitivamente." Les concedió el rubio, sorprendiendo a Yami, Yuugi e incluso a Kaiba. "Así que no sean tan aguafiestas y dejen que cuando menos terminemos lo que estábamos planeando…"

Yuugi rió.

Yami asintió.

Kaiba no hizo absolutamente nada.

"Lo siento, Joey." Dijo el pequeño y tras darle un abrazo a su amigo, quien lo correspondió, se despidió.

"Sí. Ambos lo sentimos… de haber sido nosotros también nos habría enfadado que nos interrumpieran."

"LARGO!" Exclamó Joey, con expresión casi homicida.

Cuando la puerta se cerró, Kaiba suspiró.

"Así que esto es estar en tu vida." Dijo con una sonrisa que Joey encontró muy atractiva. "Presiento que es incluso peor, no es así? Todo un entero remolino que me va a arrastrar."

La sonrisa de Joey se ensanchó.

"Eso es cierto, pero si yo pude soportar cuatro meses contigo y tus estrictas formas de ser, creo que es hora que tú me soportes a mí." Retó el rubio y Kaiba rió.

"Así que esto sólo va a durar cuatro meses?"

Hubo un sonrojo en las mejillas del rubio, al tiempo que replicaba.

"Eso no es lo que yo intentaba decir!"

Iba a decir algo más, con voz potente, cuando Kaiba lo volvió a abrazar fuertemente y lo apretó contra sí.

"Eres una enorme molestia, Wheeler, pero… te amo."

Los ojos del rubio se agrandaron ante aquella confesión y se abrazó con más fuerza a su amante.

Jamás creyó que alguien fuera a decirle algo así y con tanta seriedad, tan intensamente.

Sí, iba a ser casi un martirio convivir con Kaiba, porque ambos eran dos personas muy diferentes, pero el amor era un factor muy importante en la relación que ellos dos llevaban, no?

Por qué decirse que no había cuando sí había?

Besó los labios del castaño con amor.

"Y tú eres un ricachón arrogante, pero también te amo, Kaiba." Confesó.

"Ha sido mucha emoción por hoy, cachorro. Iré a la mansión un momento, en seguida vuelvo." Dijo. "Hay un guardia cuidándote y además están tus amigos… me llevaré a Mokuba."

Joey sonrió.

"Gracias a Dios! Porque creo que su paranoia es contagiosa." Dijo el rubio.

El beso que le dio Kaiba en los labios fue sólo un roce que el rubio disfrutó plenamente.

"Duerme un poco, así el dolor disminuirá."

Joey asintió.

"Por mí ni te preocupes, Seto. Yo estoy de maravilla." Se volvió a acostar y cerró los ojos, inmediatamente se quedó dormido.

No porque estuviese agotado físicamente, pero sí lo estaba mentalmente y tras tantas sorpresas de ese día su subconsciente sólo quería un poco de descanso, así que, libre de sueños y pesadillas, el rubio tuvo un sueño placentero.

oOoOo

Cerró la puerta suavemente, evitando cualquier ruido, vio a los dos jóvenes afuera, esperando a que él saliera. Yami y Yuugi se acercaron a él inmediatamente, con una sonrisa leve en los labios.

"Queremos hablar contigo." Fue lo que dijo el faraón.

No estaba de humor para conversar en ese momento, pero estaba cien por ciento seguro que tenía algo que ver con su rubio, así que iba a tener que posponer unos cuantos minutos más su descanso para hablar con los amigos de Joey.

"Muy bien, qué es lo que quieren?"

Yami le hizo señas para que los siguiera y terminaron sentándose en uno de los cómodos sillones que había afuera, en aquella pequeña sala de espera para los familiares del enfermo.

Hubo un lapso de silencio de aproximadamente dos minutos, en los que Yami no hizo más que mirar a su aibou, que era quien quería hablar seriamente con el ojiazul, que estaba empezando a hartarse de tanta espera.

Hizo el ademán de ponerse en pie justamente cuando Yuugi empezó a hablar.

"Sabes, Kaiba Kun, yo siempre supe que había algo entre tú y Joey." Dijo con voz suave. "Jamás imaginé que fuera en esta dirección, no lo desapruebo, sino todo lo contrario, pero sí me parece un poco inusual… sí me entiendes, no?"

Kaiba lo miró a los ojos, viendo que el pequeño estaba siendo muy serio, aceptó. "Sí, es inusual, especialmente porque Joey y yo jamás dimos muestras siquiera de tolerancia uno al otro."

Yami vio que Yuugi asentía.

"Estamos de acuerdo en que ustedes se amen, eso es tácito." Dijo el faraón. "Eso no era lo que querías tratar con él, Yuugi."

"Cierto."

"Qué es entonces lo que quieres hablar conmigo?" Preguntó Kaiba, muy serio.

Estaba terriblemente cansado y no quería dar explicación alguna de su relación con el rubio.

El mundo podría cuestionarlo todo y no estar de acuerdo, mientras hubiera afecto entre ambos las cosas iban a estar bien para él.

"Bueno, es sobre Joey." Dijo Yuugi.

Los ojos de Kaiba vieron a Yuugi casi incrédulos…

"Lo sé."

"Bien, nos estábamos preguntando si vas a dejar que regrese al motel donde ha estado viviendo." Preguntó Yami, directamente. "Porque ahora que está grave, con lo de la herida, nos preocupa que esté en ese lugar."

Eso era muy cierto, él desde un principio no estuvo de acuerdo con la estancia de su rubio cachorro en aquel lugar, iba a hacer todo lo posible por hacer que su cachorro no decidiera estar allí.

Incluso iba a llevarlo a la mansión Kaiba a vivir.

No habría ningún problema con Mokuba y él no iba a aburrirse jamás del rubio, así que no había más que pensar.

"Ya había pensado en eso." Dijo seriamente. "Alguien irá a recoger sus cosas a ese lugar. Estará en la mansión Kaiba de hoy en adelante."

Los ojos violáceos de Yuugi se agrandaron en sorpresa, pero estaba feliz de ver que Kaiba estaba tomándose en serio a su amigo.

"Gracias por cuidar de Joey."

Las palabras de Yuugi hicieron a Kaiba pensar en los buenos amigos que el rubio tenía, y eso era bueno, porque él no iba a estar todo el tiempo con Joey, sí, le amaba y esperaba compartir toda su vida con él, pero su tiempo se fragmentaba, debido a la empresa, a Mokuba y ahora a su amante.

Por eso mismo estaba conforme con las amistades de su rubio cachorro, quien iba a estar siempre rodeado de personas capaces de hacerlo feliz y protegerlo por si él le faltaba.

Solamente esperaba estar con él todo el tiempo.

"No es necesario que lo agradezcan," Dijo, poniéndose en pie, en verdad anhelaba cuando menos una hora de descanso, si no iba a terminar por perder la poca cordura que aún tenía. "es Joey y yo siempre estaré allí para él."

Dio media vuelta y sin despedirse de los dos jóvenes se marchó.

Los ojos de Yami vieron fijamente a Yuugi.

"Lo ves, él va a protegerlo, no tienes porque ser tan paranoico."

"Pero es que… ya ves lo que sucedió, y estaban en Kaiba Corp." Dijo el pequeño y Yami sonrió.

"Joey tiene un punto, la paranoia de Mokuba sí es contagiosa."

El codazo que le propinó Yuugi le hizo sonreír.

oOoOo

Abrió los ojos lentamente, disfrutando aquella suave caricia que le estaban dando en su rubio cabello, y cuando lo hizo pudo reconocer la figura de su amante, sentado al lado de él, en la cama, acariciándole afectivamente, sus ojos azules fijos en los rasgos bonitos de su cara.

"Buenas noches, cachorro." Saludó Kaiba, inclinándose para darle un beso en la frente al rubio, quien arrugó la nariz y se inclinó un poco en dirección a Kaiba, para estar más cerca de él y compartir un poco de su calor corporal.

Disfrutaba mucho de los contactos con el CEO, porque contrario a lo que pensó siempre que le conoció, el CEO no era aquel cubo de hielo que el mundo entero pintaba, sino alguien muy cálido y muy posesivo que siempre demostraba su afecto a las personas que amaba, aunque le costara un poco de trabajo, y sólo lo hiciera en privado.

"Seto, tiene mucho que volviste?" Fue su pregunta, preocupado por haber hecho esperar tanto tiempo a su castaño, que estaba perdiendo el día de trabajo y no se estaba quejando, como lo haría normalmente.

No hubo respuesta del CEO.

Éste tenía sus ojos fijos en la herida que había manchado la venda que cubría su torso, alrededor de aquella herida que ocasionó la bala.

"Llamaré a la enfermera." Dijo. "Podría infectarse la herida."

La mano del rubio le detuvo, sujetándole de la manga de su camisa.

La mirada que le envió Seto fue casi asesina, estaba preocupándose por él y éste se negaba a ser atendido apropiadamente. Qué esperaba Wheeler de él, en ese momento, cuando estaba dispuesto a cualquier cosa?

"Podrías resultar…"

"No me importa." Confesó el rubio, sujetando su mano. "Han entrado muchos doctores, he visto cientos de enfermeras, y estoy seguro que tú has sido contagiado de la infernal paranoia que tu hermano tiene… deberías pensar en enviarlo a un psicólogo… Yo estoy perfectamente bien… de hecho cuando te fuiste, a los cinco minutos entró una enfermera y dijo que mañana mismo podría irme."

El CEO asintió, serio.

"Ya me lo habían dicho."

"Sí, eso supuse de inmediato, pero como no estabas no pude comprobarlo."

"También mandé a recoger todas tus pertenencias al motel para que te quedes en la mansión, conmigo y con Mokuba."

Joey negó.

"Yo no estoy contigo por la cuestión del hogar, y eso lo sabes, déjame cuidarme por mí mismo." Pidió el rubio y Kaiba le dio un leve golpecito en el brazo.

"No te estoy ofreciendo ser tu benefactor, Joey." Comentó el castaño. "Pero te estoy dando la oportunidad que estés en un lugar donde, especialmente ahora que estás herido, alguien puede cuidar muy bien de ti."

Los ojos de Joey se cerraron.

"El mundo va a especular." Su preocupación era por Kaiba, no por su persona.

"Que lo hagan si así lo quieren, a mí no me molesta, por qué va a molestarte a ti? Además, ya lo hicieron una vez y sobrevivimos a esa situación, podemos hacerlo nuevamente. No sé por qué, Joey, pero tú te empeñas en decir que no va a funcionar así."

El rubio sonrió y se inclinó hacia Kaiba, sujetó su mano con fuerza y asintió.

"Es que todo esto es muy… irreal." Dijo. "Aún recuerdo cuando me llamabas perro y esas cosas, y ni siquiera me has dicho el verdadero motivo por el que te apiadaste de mí cuando me encontraste en la calle."

"Al principio fue por Mokuba." Confesó, suavemente, sintiendo como el rubio se tensaba, como si se diera cuenta que Kaiba estaba diciendo que no le importaba. "Pero al mismo tiempo me di cuenta que era porque tú eras importante no sólo en la vida de tus amigos, sino también en la mía, quizá de un modo muy retorcido en ese entonces, pero no quería perder aquello que sólo tú me brindabas."

Joey rió.

"Yami era tu rival." Comentó el rubio. "Él te daba más de lo que yo."

"Cachorro, tú me dabas tu pasión en cada uno de nuestros encuentros y eras tan entregado que eso me bastaba." Confesó. "Además de Mokuba tú eras importante, pero yo no quería admitirlo."

"Te gustaba?" Preguntó, incrédulo.

Los ojos azules del CEO le miraron con afecto, entendiendo que lo que estaba confesándole al cachorro era algo muy íntimo.

"Me atraías, no lo voy a negar, pero era puramente físico."

"Y cuándo cambió?" La curiosidad del cachorro divirtió a Kaiba.

"No lo sé, pero cambió… y eso es lo único que debería interesarnos, no es así?" Preguntó y su mano tomó la de Joey.

"Aún así, quiero saberlo, Kaiba."

Éste le dio un beso en la frente.

"Fue cuando te vi tan vulnerable, como un cachorrito abandonado."

Recibió un leve golpe del rubio.

"Oye!" Exclamó "Yo no soy ningún cachorrito abandonado."

Un abrazo de Kaiba le presionó contra su cuerpo.

"Bueno, pero eres mío."

Los labios del cachorro le besaron suavemente, estaban felices uno con otro y no había más obstáculos entre ambos, lo único que importaba era seguir cultivando el amor, no? Ya habían superado varias cosas juntas, por qué no superar unas cuantas más.

Continúa…

Notas de autora:

Estuve a un paso de decir que éste era el último capítulo, pero luego me dije que no podía cortarlo tan bruscamente, así que me decidí a escribir uno más, y si me da la inspiración, quizá un epílogo, para aclarar los últimos puntos.

De todas formas aprovecho a agradecer a todas aquellas personas que me han apoyado a lo largo de este proyecto que ha sido Crystal Memories, que fue muy importante para mí como mi primera historia larga de Yu-Gi-Oh, y con suerte no la última.

Kida Luna, Forfirith-Greenleaf, NaKuRu-cHaN, Keyg, Ishida Rio, Kendra Duvoa, Kai 250, Rei Dark Angel, saritakinomoto, Dark Beth, Tenshi Lain, Mellory, Oriko Asakura-Tao Li H.U.S-H, Kishe, Susana, Ave Suiris, caballero-reina 12, serena 140186, Magic, Eiri Saiyuki, Sabrina, AGUILA FANEL, Sehren Kou, evel, Akire Rosales, Subaru Sakurazuka (Selene Sumeragi).

REVIEWS.

NaKuRu-cHaN. Sip, ése es tu nick. Bueno, como en este capítulo no hubo mucho romance, tu panal vendrá en el siguiente, porque planeo algo más romántico, o al menos ésa es mi idea. Te tengo la mala noticia que el lemon YamiYuugi no lo voy a hacer en este fic, pero estoy pensando en un One Shot de esos dos… Cuídate mucho y nos vemos pronto.

Saritakinomoto. Qué bueno que ya tengas Internet, es un suplicio estar sin él! Bueno, creo que incluso sobrepase mis expectativas, porque yo planeaba 15 capítulos y un epílogo… pero ya ves, me pasé por unos cuantos. Mokuba no ha perdido su inocencia, él sólo se burla de su hermano… eso es divertido. Joey está de maravilla, y el papá ya recibió su merecido, así que ahora ya no más conflictos… Sobre mi ex, tienes muchísima razón, pero yo fui quien le terminó, porque me hizo escoger entre mis fics o él… y si no me acepta con mis gustos, entonces no me aceptaba. Gracias por el ánimo y el comentario. Besos.

Rei Dark Angel. Estando en la cárcel espero que sufra, eso queda a imaginación de cada una de ustedes. Besos.

Forfirith-Greenleaf. Hola, amiga! La herida de bala de Joey no es peligrosa, ya lo dije en el fic, fue sólo un roce, porque no puedo poner a mi cachorrito en peligro, mucho menos ahora porque le da un ataque a Kaiba, y eso es algo que nadie quiere. Cómo crees, amiga, el agradecimiento va de mi parte, porque te tomas el tiempo de leer y dejar review! Como sea, te mando un besote, y te cuidas mucho. Nos vemos pronto. Y no te preocupes, sí voy a terminar el fic de Gundam Wing.

Kai 250. Kaiba llegó justo a tiempo, ahora que empieza la recta final, me enfocaré en su relación y en su afecto. Bueno, tal vez sí encuentre alguien que comparta mis gustos, pero sí sería muy raro… además, agradezcámosle al torpe de mi ex que ahora tengo más tiempo libre para mis fics. Te leo pronto. Ciao.

Kida Luna. Hola, Rex. Hola, Luna. Gracias por el apoyo.

Keyq. Gracias por el comentario. Nos leemos pronto. Y tienes razón, Joey no pega ni una. Ciao.

Sehren Kou. Gracias por el comentario, lo del hotel y la mansión sí fue un error, pero luego me percaté y se puede ver que Kaiba o Joey dicen algo de regresar del hotel. Nos leemos pronto. Ciao. Y no te preocupes, tengo otro fic planeado para cuando termine este. No se van a librar tan fácilmente de mí.

Kendra Duvoa. Gracias por la compañía a lo largo del fic y los comentarios, sobre el novio no hay problema, creo que la compañía de mis amigos ha sido algo fundamental y ellos no me abandonan… así que mejor para mí, ahora tengo más tiempo para escribir. Suerte y nos leemos.