Capítulo 25. Retorno.

Nunca mires atrás,
porque el pasado es algo que no debe importar tanto
hay que fijarnos más en nuestro presente.

-ANÓNIMA.

Un beso en la frente, una caricia en su mejilla, un apasionado beso en los labios, aquel abrazo firme que le presionaba al cuerpo de su amante y el deseo que era imposible de esconder entre ambos; una llama que después de haber sido encendida iba a ser imposible de apagar, algo que estaba destinado al triunfo.

Las manos curiosas que acariciaban bajo aquella camisa blanca, sintiendo la suavidad de la piel firme, mientras sus labios se entretenían en aquel largo y esbelto cuello con aroma a canela.

Hasta que su mano se topó con la venda que cubría la cintura del rubio, hasta donde estaba la herida, entonces, Kaiba detuvo sus movimientos suaves sobre el rubio, debido a que éste estaba herido y no quería ser el causante de abrir la herida que había sido curada con esmero por una enfermera, para que el rubio pudiera irse.

Pero era una forma de entretener al cachorro sin que éste preguntara cada cinco minutos por qué aún no iban de regreso a la mansión, que él ya quería estar a solas con él y ese tipo de cosas.

Kaiba tenía que hacer de oídos sordos para poder ayudar a Mokuba a que terminara de arreglar el regalo que estaban preparando para el rubio.

Todos los amigos del cachorro habían ido a la mansión Kaiba a ayudar al pequeño, pero necesitaban una distracción y todos miraron a Kaiba.

Aún recordaba la expresión casi burlona de Tristán cuando le vio.

"Él es tu amante, Kaiba, así que es hora que tú te encargues de distraerlo mientras nosotros preparamos la sorpresa."

Quiso negar, decir que no iba a poder porque tenía trabajo que hacer, cuando vio que Mokuba sonreía.

"No te preocupes, Seto," Había dicho, viendo a su hermano con fingida inocencia. "yo le dije a tu secretaria que estabas muy enfermo y que no ibas a ir, así que canceló todos tus compromisos de hoy."

Por eso mismo ahora estaba en el hospital.

Pero tampoco hay que malentender, él quería estar con el cachorro, pero realmente tenía trabajo que hacer ese día. Por una parte agradecía el gesto que Mokuba tuvo al hacer eso, pero eso sólo amontonaba la carga de trabajo para otros días, y ahí iba a haber problema, porque en verdad iba a querer pasar más tiempo, luego, con su cachorro.

"Pasa algo, Kaiba?" Preguntó muy serio el rubio, alejándose de su amante.

Su tono de voz era muy formal y su mirada muy inquisitiva, de una forma que hizo reír mentalmente al castaño, porque esa expresión tan pensativa y curiosa del rubio le hacía lucir muy diferente a como en realidad era. Mucho más analítico de lo que era en verdad Joey.

Aún era una interrogante muy fuerte para él y para todos los interesados en su vida, léase la prensa, cómo se enamoró de alguien a quien en un principio desdeñó y odió con toda su fuerza.

Para el rubio también era una pregunta que quería, o más bien exigía, Kaiba le diese una respuesta.

Y exigía una coherente, cuando nada entre su relación lo era.

Todo se salía de los parámetros que normalmente cualquier pareja tuviera en sus vidas, mucho más excitante que las relaciones promedio.

Porque, quién, en su relación sobrevive todo lo que ellos dos? Una amnesia, el recuerdo y un padre alcohólico y vividor.

Y la manada de amigos alegre, irritantes y cursis (Tea) del cachorro.

Por su mente cruzó la pregunta si en verdad Joey soportaba los discursos de la amistad de la tipa, quien no era tan mala persona realmente, sino que era un poco obsesiva con respecto a ese tema.

Su mundo era muy rosa.

"Seto Kaiba!" Exclamó el rubio, dando un golpe en la cama y llamando así la atención del castaño, quien parpadeó un par de veces antes de mirar a su pareja, frente a él y darse cuenta que había estado divagando y por consiguiente, ignorándole. "Ya regresaste de tu viaje a la Luna?"

Un sonrojo cubrió las mejillas de Kaiba y el rubio estalló en ruidosas carcajadas.

"Te sonrojas?" Se burló, consiguiendo que el otro le diera un leve empujoncito que le llevó a caer de espaldas en la cama de hospital. "Te veías completamente adorable, Seto."

"Deja. Eso. En. Paz." Puntualizó el castaño, suplicándole a todos los dioses que conocía que el cachorro pronto olvidara aquel episodio de sus vidas.

"Bueno, ahora sí vas a hacerme caso?"

Un asentimiento y la mirada cerúlea se posó en su figura, atentamente, demostrando que ahora sí iba a estar atento a cualquier movimiento que hiciera o a cualquier cosa que le dijera.

"Por qué no vamos a la mansión? Quiero ver a tu paranoico hermanito." Dijo sonriente.

"Tanto quieres volver?"

"Sí!" Respondió el rubio, pasando su mano por el despeinado cabello que le caía en los ojos y apartándolo con un movimiento rápido. "Quiero ver a los demás, y también quiero dormir mucho rato."

Tal vez lo que le había atraído tan magnéticamente sobre el rubio era el hecho que era su complementario y que se tomaba, a diferencia suya, la vida como una jornada entretenida, a pesar de todos los altibajos que se le habían presentado y que había tenido que superar por su propia cuenta.

En resumidas cuentas, Joey era al mismo tiempo que lo opuesto de Kaiba una copia casi exacta.

Ambos peleaban ferozmente por el bienestar de sus hermanos y salieron adelante sin ayuda de nadie más, sólo su esfuerzo, su inteligencia y su capacidad, así como las ganas de no quedarse estancados.

"Vamos, Seto! Qué es lo que no me estás diciendo?" Presionó el rubio, sospechando que el motivo por el cual su hermoso novio estaba reteniéndolo en el hospital, a pesar que el alta ya había sido firmada, era por algo más que las ganas de estar allí. "Porque dudo mucho que en verdad te guste tanto estar en un hospital."

"Bien, cachorro… quieres ir a desayunar?" Preguntó suavemente.

Había dado en el blanco, se dijo mentalmente, cuando vio que la expresión del rostro de Joey se convertía en una alegre sonrisa, al tiempo que asentía, sujetaba la mano del castaño y lo jalaba fuera de aquel cuarto de hospital.

Él mismo estaba hambriento porque salió de la mansión muy aprisa, huyendo de las miradas suplicantes de todos los amigos del cachorro, donde le pedían que sí fuera a entretener al cachorro.

Incluso creía haber oído a Yami decir un…

"Si es necesario puedes rentar una habitación de hotel… ya sabes."

Todos habían reído… incluso Mokuba.

"No creí que intentaras librarte de mis preguntas de esa forma, Seto." Le dijo Joey, cuando ya habían llegado a la limosina del CEO y estaba adentro, dirigiéndose a un restaurante. "Pero estoy dispuesto a perdonarte eso si prometes decirme qué es lo que estás escondiéndome."

Un gruñido de la garganta de Kaiba fue lo que recibió.

Se lanzó sobre él y le dio un beso de lleno en los labios. "DIMELO."

"Bien, Joey," Dijo con una mirada seria. "es una sorpresa, así que tendrás que esperar hasta que sea hora."

"No me parece tan buena idea, pero no voy a decir nada."

"Ya lo hiciste, cachorro." Dijo el CEO, tomándolo de la mano y llevándolo fuera de la habitación.

Iba a llevarlo a desayunar y haría que se olvidara de todo, porque estando juntos a él el mundo entero se le borraba de la mente y su vida simplemente era el rubio ruidoso y hermoso que estaba frente a él… iban a tener que acostumbrarse al hecho que a ellos dos el amor les era una medicina que curaba sus almas después de tanto sufrimiento al que habían sido expuestas.

OOOO

"Apresúrense!" Canturreó Tea, viendo como todos estaban muy apurados terminando de adornar la mansión Kaiba, en contra de éste, quien había dicho que no quería que cambiaran la decoración de su casa con globos y serpentina.

Bien, nadie dijo que todos fueran a obedecer a Kaiba, y si bien Mokuba estaba un poco obligado por ser su hermano menor, los demás no tenían por qué obedecerlo y cierto faraón, con ayuda de Tristán, se habían encargado de romper las reglas impuestas a Mokuba.

Había serpentinas en todo el suelo, así como globos y confeti, y todos los adornos de la mansión que eran considerados muy caros, habían sido retirados del salón para que no fueran a romperse.

"No crees que ayudarías más si en vez de dar órdenes estuvieras ayudándonos?" Preguntó Bakura, a quien Ryou había llevado allí con un chantaje (le había dicho que si no iba, iban a dormir separados por dos semanas). Aquello había sido casi la muerte para el robatumbas, motivo por el cual decidió ayudar.

La castaña miró de reojo a Bakura y negó.

"No seas tan aguafiestas, Bakura, mejor termina de ayudar a Ryou." Dijo ella, disfrutando la mirada de enfado que el albino le lanzó, al mismo tiempo que a él le lanzaba una mirada de ese tipo Ryou.

Ella se dio media vuelta, dispuesta a ayudar a Yuugi a terminar de inflar los globos, pero alcanzó a escuchar al robatumbas.

"No estoy dispuesto a soportar más… la mandaré al reino de las sombras."

"Si tú haces eso, ya verás lo que yo no voy a hacer contigo."

"…" Ninguna réplica vino de parte de Bakura mientras terminaba de colgar aquella enorme manta que había hecho Tea, que decía 'Todos estamos contigo, Joey. Bienvenido a Casa'.

"Eso supuse." Dijo Ryou, antes de dar media vuelta y continuar con su tarea de retirar toda la cerámica y porcelana cara, para evitar que Kaiba terminara asesinándolos por romper algo valioso.

Cuando Tea llegó con Yuugi tomó algunos globos y empezó a inflarlos, viendo como quedaban desperdigados en el suelo, junto con la serpentina y el confeti, así como otros papeles de colores.

"Cuándo van a llegar?" La pregunta de Tea hizo a Yami volverse.

"Le dijimos a Kaiba que tardara cuando menos unas dos horas." Respondió. "Pero si oyó mi última sugerencia, démosle cuando menos tres horas y media, no crees, aibou?"

La expresión de vergüenza que cruzó el rostro de Yuugi hizo a la castaña reír al darse cuenta que Yami estaba dándole detalles íntimos de su vida romántica con Yuugi, cosa que a ella no le interesaba saber, pero que al ver la expresión sonrojada de Yuugi le daba mucha risa.

"Esperemos que no haya oído lo último."

En ese momento, la puerta se abrió y entró un sonriente Mokuba, uno de los sirvientes de la casa llevaba un enorme pastel de sabor chocolate en sus manos, en dirección a la cocina.

"Conseguí el pastel!" Gritó entusiasmado, Mokuba, sus ojos grisáceos con tonos azules vieron todo el lugar. "Ésta es mi casa?"

Un asentimiento de parte de Tristán.

"Es lo mejor que pudimos hacer, en tan poco tiempo, Mokuba."

"Además hay muchas cosas costosas y muy pesadas, no quisimos moverlas todas porque podríamos romper algunas." Confesó Serenity, sonriendo a modo de disculpa. "Pero todas las figuras pequeñas se la entregamos a la dama de llaves."

"Madeline sabrá donde guardarlas."

"Eso espero, porque si Kaiba luego decide cobrarnos, voy a deberle esto eternamente." Fue la queja de Tristán.

La sonrisa de Mokuba le infundió un poco de tranquilidad al castaño, ya que confiaba en que Mokuba iba a protegerlo con su amable personalidad del intratable carácter de su hermano mayor.

Dios bendiga a Joey. Fue lo último que pensó antes de continuar con su labor.

"Serenity, acompáñame." Dijo Mokuba, llamando a la pelirroja, quien asintió, alejándose de Tristán y uniéndose a Mokuba.

Subieron a la habitación de Mokuba, donde él sacó de su armario una enorme caja, envuelta en papel para regalo y con un moño azul sobre ésta.

"Es de nosotros para Seto y Joey." Aclaró al ver que la pelirroja reparaba en la tarjeta, que decía: 'De Serenity y Mokuba'.

"Pero yo no cooperé en tu regalo, Mokuba." Dijo la niña, sonriéndole a Mokuba.

"Aún así, estoy segura que ellos apreciarán el gesto, y quiero que estés conmigo cuando se los entregue, hoy al final de la fiesta." Confesó el pequeño.

"Por supuesto, Mokuba. Cuenta conmigo."

OOOO

"Deja de quejarte y termina con eso." Dijo Ryou, pasándole aquella escoba al espíritu de la sortija, quien resopló y se negó a aceptar aquel artefacto en sus manos. No iba a limpiar! "No seas tan necio, Bakura, además es sólo aquí… para que no haya basura."

Bakura negó, frenético.

"Hay suficientes esclavos que trabajan para Kaiba, no pienso limpiar la entrada de ése." Exclamó, dejando que la escoba cayera al suelo y viendo de reojo a Ryou, quien se agachó a recogerla y empezó él con la tarea.

"Bueno, si no te molesta… me convertiré en otro más de los esclavos de Kaiba… digo, quizá él, al menos apreciará lo que yo sabré hacer con él." Dijo inocentemente el peliblanco, su acento inglés sonando de forma seductora cuando en un susurró concluyó. "Y yo sé hacer muchas cosas."

"O.ó" Expresión en el rostro de Bakura.

"n.n" Expresión en el rostro de Ryou.

De un momento a otro, la escoba ya estaba en manos del robatumbas mientras terminaba de limpiar la entrada que daba directamente a la casa, las escaleras e incluso parte de aquel camino por donde transitaban los vehículos.

"Listo, Ryou."

Recibió por parte del inglés un beso en la mejilla, uno en los labios y un leve abrazo.

"Llegando a casa me aseguraré de recompensarte por lo bien que te has portado hoy." Un guiño de parte del peliblanco y lo vio entrar a la mansión, dejándole allá afuera, con ganas de que la aún no empezada fiesta ya terminara, para poder irse a la casa con Ryou y asegurarse él que su recompensa fuera entregada.

Sí, señor, no iba a quedarse con las ganas de estar con Ryou.

OOOO

"Yami, no puedes esperar a que estemos en casa? Esta casa es de Kaiba." Dijo el pequeño sintiendo las manos del faraón hurgar bajo su camisa y descender bajo su pantalón, hasta apretar firmemente entre sus manos sus glúteos. "YAMI!"

Éste no se apartó, sino que le dio un beso muy profundo al pequeño, robándole el aliento de forma sorpresiva y disfrutando de la entrega casi total cuando el pequeño sucumbió en sus brazos y se pegó por instinto a su cuerpo, para evitar caer al suelo.

Una vez más, aprovechando que el otro estaba muy distraído dentro de aquel beso, aprovechó para desabotonar los primeros botones de la camisa de Yuugi y empezar a quitársela.

Yuugi gimió de contento cuando sintió la lengua de Yami en su garganta, dejando un rastro húmedo que iba descendiendo, hasta llegar a su pecho, y no habría despertado de su estupor si no hubiera escuchado aquel grito proveniente de la puerta, y no habría, tampoco lanzado a Yami en dirección a donde el pastel se encontraba si éste no lo hubiese estado provocando en medio de la cocina.

El merengue del pastel manchaba el cabello tricolor del joven ex faraón.

"Yuugi!" Exclamó Mokuba, en la puerta, justo detrás de Serenity, quien había sido la que lanzó aquel grito.

En el fondo, ignorando la conversación entre Mokuba, Yuugi y Yami, Serenity pensaba que ahora que tenía un cuñado tan adinerado iba a aprovechar para ir a un psicólogo, especialmente ahora que estaba topándose muy a menudo con ese tipo de escenas, y es que ver a su hermano y a Kaiba no había sido precisamente algo muy agradable… ver a Yami y a Yuugi tampoco lo fue.

Qué le había hecho ella a los dioses para que la tratasen tan injustamente mostrándole ese tipo de imágenes?

Ella (a diferencia de la fic-writer y las lectoras) no era una YAOI-Lover, era simplemente una joven que tenía un hermano enamorado del más rico de todos en Domino.

Iba a tener que hablar con Joey sobre lo del psicólogo.

Fuera de los pensamientos de Serenity, Mokuba regañaba a la pareja por haber sido tan descuidados, especialmente a Yami, por haber aterrizado en el pastel que había ido a comprar para Joey.

Ahora tendría que mandar a Madeline a buscar otro, porque ellos no podían perder más tiempo.

"Lo siento, Mokuba." Se disculpaba con Mokuba, Yuugi, completamente apenado por la escena que acababa de protagonizar con Yami, quien estaba intentando quitarse todo el merengue del cabello y de la ropa. "Yami también lo siente, de eso estoy seguro."

"Ése no es el problema, Yuugi." Dijo Mokuba. "El problema es que Joey y Seto ya vienen en camino y ahora tengo que enviar a Madeline por otro pastel, y esperar que no demore mucho."

"Bonito atuendo, faraón. No sabía que te gustaba vestirte de merengue." Se burló Bakura y lo lamentó cuando sintió en su rostro aterrizar aquel montón de pastel que Yami le lanzó.

"Yami no!"

"Bakura!"

Pero ninguno de los dos escuchó y Mokuba vio como el robatumbas aterrizaba sobre el pastel de chocolate cuando quiso atacar directamente al faraón, y ambos terminaron completamente cubiertos de crema para pastel.

En ese momento la puerta de la cocina se abrió y entró corriendo Tea.

"Ya llegaron, Seto y Joey están…"

Las palabras murieron en sus labios ante el espectáculo que todos estaban presenciando y que nadie quería perderse.

OOOO

Joey terminó apresuradamente su desayuno, mientras Kaiba iba apenas por la mitad de éste.

"Sé que tienes muchas ganas de ir a casa y encontrarte con tu sorpresa, cachorro, pero tómalo con calma." Pidió el CEO suavemente, sonriéndole. "Por qué no ordenas algún postre en lo que yo termino esto."

Joey negó.

"Mejor te espero, para que compartamos el postre." Dijo el rubio, con una sonrisa en los labios, tomándose el último sorbo de su malteada de fresa y mordía descuidadamente una última rebanada de pan tostado que había en su plato, cubierto con mermelada.

Esta vez fue el turno de Kaiba para mover de forma negativa la cabeza.

"No me gustan los postres, cachorro; generalmente evito comer cosas dulces." Dijo, comprobándolo al momento de tomar su taza de café y tomar un poco del amargo líquido, al que no se molestó en agregarle azúcar.

"Eres un fenómeno." Murmuró el rubio por lo bajo, complacido de obtener una mirada de su amante, quien sólo rodó los ojos. "Pero uno muy agradable."

"Bien."

"Y…… qué es la sorpresa?" Preguntó el rubio, descuidadamente, como si esperara que el castaño no fuese a darse cuenta de cuál era la pregunta que estaba haciéndole y le respondiese rápidamente, olvidándose que era una supuesta sorpresa para el rubio, pero Kaiba no era torpe y sólo ignoró su pregunta.

Los ojos de Joey le miraron con reproche.

"Eres cruel, Kaiba, lo sabes?" Preguntó.

"Vas a ordenar sí o no?" Quiso saber el CEO, viéndole de reojo, mientras terminaba de desayunar.

"Sólo si aceptas compartirlo conmigo." Dijo.

"Bien, qué tan complicado puede ser comer un postre?" Preguntó.

Diez minutos después, Kaiba supo que con Joey comerse un postre no era muy complicado, especialmente porque más de tres cuartos terminaron siendo del cachorro, y como él no disfrutaba mucho de la comida dulce, no se rehusó.

"Bien, cachorro, si en verdad quieres llegar a ver tu sorpresa, es hora que nos vayamos. Los demás deben estarnos esperando."

Los demás, esa palabra hizo a Joey sonreír cuando miró a Kaiba.

"Los demás también están allí." Dijo, poniéndose en pie con ayuda de Kaiba, quien quería evitarle a su cachorro todo el esfuerzo posible, por eso mismo lo dejó apoyarse en él mientras caminaban a la limosina, después que Kaiba hubiese dejado el importe de lo consumido junto con una muy generosa propina en la mesa.

Un asentimiento y ambos entraron al vehículo, ocupando sus respectivos lugares para poder, finalmente, marcharse a casa.

Unos minutos después ya estaban fuera de la enorme mansión y Joey la miró fijamente.

"Sabes? Aún recuerdo, vagamente, la primera vez que vine a tu mansión… fue cuando… tú sabes, me trajiste del hospital, aún estaba amnésico."

Kaiba recordó ese momento, había sido cuatro meses atrás, y no creyó jamás que ese acontecimiento le llevaría a encontrar el amor.

"Sí, aún recuerdo ese día." Fue lo que dijo el CEO.

Cuando entraron, oyeron ruido, gritos y ambos se precipitaron con rapidez a la cocina, donde, al pasar por la sala vieron todos los globos y demás cosas, Bakura estaba sobre Yami, ambos cubiertos de crema para pastel, intentando mancharse más, aunque ya no era posible.

La mano de Joey sujetó la de Kaiba, y disfrutó viendo la sonrisa que se formó en los labios rosáceos del CEO.

"Gracias por la sorpresa." Dijo en un susurro, los demás los miraron levemente, para continuar al pendiente del combate que estaban teniendo el faraón y el robatumbas.

Por su parte, Kaiba se inclinó para darle un beso en la frente al rubio.

"Y también recuerdo lo que te dije esa vez, cachorro."

La expresión confundida de Joey hizo al castaño sonreír levemente, cuando entrelazando sus dedos, sintiendo la calidez de la mirada de Joey y recordando rápidamente lo que habían vivido durante esos cuatro meses, repitió lo mismo que la primera vez…

"Bienvenido a mi casa, Joey…" Pera esta vez, agregó algo más. "Bienvenido a nuestra casa."

Y ninguno de los dos vio venir aquella enorme rebanada del pastel que dio de lleno en la cara del CEO, haciendo a Joey sonreír, al mismo tiempo que Kaiba estallaba en gritos y se dirigía a donde estaban los causantes de aquello, para conseguir su propia venganza.

Finalmente, estando juntos, habían encontrado la suficiente felicidad y los amigos del cachorro, aún un poco renuentes, pero habían aceptado que Kaiba hacía feliz a su amigo, y así, estarían juntos hasta que el amor así se los permitiera.

O W A R I

Notas de Lena:

Hola! Les pareció el final? Quise hacerlo un poco más ligero, por eso mismo me permití poner algo que cuando lo imaginé era cómico, espero que a ustedes les haya parecido divertido.

Tras 25 capítulos y un interludio, espero haber complacido a todos, y que les haya gustado el final que tomó esta serie, pronto les traeré otro fic SetoXJoey, que de hecho ya estoy empezando a escribir. Una vez más, les agradezco a todas el apoyo y la compañía a lo largo de este fic… un enorme beso a todas ustedes… se les aprecia.

Sobre el epílogo que mencioné en el capítulo anterior, pues les advierto que no es algo seguro… podría hacerlo o podría no hacerlo… Será de acuerdo a mi inspiración y mis tareas.

Hasta el próximo fic.

Una vez más, menciono ahora sí, sin olvidar a nadie, a todos aquellos que me acompañaron a lo largo del fic… y a ti también, aunque no estés en la lista por no dejar comentarios… Gracias por leerme.

Kida Luna, Forfirith-Greenleaf, NaKuRu-cHaN, Keyg, Ishida Rio, Kendra Duvoa, Kai 250, Rei Dark Angel, saritakinomoto, Dark Beth, Tenshi Lain, Mellory, Oriko Asakura-Tao Li H.U.S-H, Kishe, Susana, Ave Suiris, caballero-reina 12, serena 140186, Magic, Eiri Saiyuki, Sabrina, AGUILA FANEL, Sehren Kou, evel, Akire Rosales, Subaru Sakurazuka (Selene Sumeragi), Noriko Sakuma, Ari-chan, AkaiMegami, Leaven, Radfel, Ken Ohki, Ishisu-Magy, Feith Aisha, Elizabeth, kiki-chan, Hezziel Leiya, kinyoubu, Tanuki-chan y Kitsune-kun, moogle, Arashi WeiB KreuZ Yaoi, Akeru Fujimi, aome-sama, tenshi, caila-c, Milharu.

REVIEWS.

Saritakinomoto. Ni que lo digas, generalmente cuando yo leo un fic igual dejo que mi imaginación se cree toda una historia… muchas veces me llevo agradables sorpresas, otras no… Y como tú dices… démosle una cálida bienvenida a mi libertad. Gracias!

Pretty Tana. Muchísimas gracias por el comentario… y concuerdo contigo… ésa es una enfermedad muy fuerte… XD

Forfirith-Greenleaf. No! Creo que sinceramente Mokuba sí necesita que lo envíen a un psicólogo… si ya hasta te contagió a ti… este capítulo yo no lo vería tanto como un gran final, sino algo mucho menos complicado a la historia y según yo más relajado. Créeme, a mí también me gustó hablar contigo en el msn, y me agradaste mucho… yo también espero encontrarte pronto. Cuídate mucho, amiga. Besos!

Caballero-reina 12. Gracias, es muy agradable oír comentarios como los tuyos. Cuídate y nos leemos pronto. Ciao.

Kai 250. Sí, más tiempo libre para mí! Y mis fics! Espero que el siguiente fic que escriba también te guste… nos leemos. Ciao…

NaKuRu-cHaN. Ya no hay más para fic, además creo que es mejor que le diga adiós mientras aún esté bien, que luego si le alargo y sale muy feo me voy a arrepentir. Espero haber complacido tus gustos con este cap, aunque no sé si sea muy tierno… hasta luego.

Anya Shoryuky. Allí tienes la continuación, esperando que nadie se vuelva loca esperando. Gracias por el tiempo que te tomaste leyéndome y escribiéndome. Ciao.

Kida Luna (24). Está bien. ME RINDO! Mi ejército estaba empezando a cansarse y Yami me exigió que le regresara a sus dioses egipcios. Hey, Rex! No fue mi culpa el daño que te hicieron, yo no te usé como escudo… es más, hasta te cuidé… De mi Ex… se enojó porque me gusta el yaoi, y por eso lo mandé lejos… donde espero no lo vuelva a ver… Espero hacer un fic one-shot YamiYuugi, porque me pidieron un lemon de ellos… pero no es seguro. Espero mis ojos con ansias, eh? Nos veremos.

Oriko Asakura-Tao Li H.U.S.H. Es que es suyo! Kaiba TENÍA que decirlo. Pues ya no más problemas, eso es algo que ya no queda… aquí se termina. Te gustó la paranoia de Mokuba… sí, fue algo chistoso, supongo. Gracias por todo y te mando un abrazo.

Serena140186. Estúpidos administradores de ffnet. Gracias por el comentario e igual yo espero mejorar en mis próximos lemon. Hasta pronto.

Kida Luna (25). Gracias por el comentario, pero ya deja de atacarme, que ya me rendí, mujer… Quieres que dañe a Yuugi? Mira que yo con gusto lo hago XD, para que Yami le consienta. Y de hecho, Seto Kaiba ya se preocupa por ti… se preocupa porque estés lo más lejos posible de él… XD… dice que podrías llegar a ser peligrosa… Hasta el próximo fic.

Tenshi. No hay problema… a mí me agrada que me traten con familiaridad, así se siente mejor. Gracias por el mensaje… nos leemos pronto.

Tenshi Lain. Gracias! Y no te preocupes, a Joey no le pasó nada. Sobre mi ex, no importa… no mucho al menos, y a veces a mí me incomodaba el hentai, cuando mi hermano lo buscaba, pero aprendí a aceptar que cada quien tiene sus gustos, por eso si a él no le gustó mi gusto por el Yaoi, entonces no le gustaba yo. Ciao!