EPÍLOGO.

(8 MESES DESPUÉS)

Estaba trabajando en su oficina en Kaiba Corp, después de haber sido seleccionado uno de sus productos como el más vendido en el mercado mundial. Sus ojos azules estaban tan cansados de ver la pantalla de la laptop desde la mañana, si bien sus hábitos de trabajo se habían modificado, cuando era hora de entregar un trabajo o proyecto, se tornaba todo responsable y adicto al trabajo, como al principio.

Sus cabellos castaños se sentían tan pesados contra su frente y el constante dolor de cabeza que le estaba dañando seriamente era algo que, estaba seguro, ni un par de aspirinas iba a desaparecer.

Terminó de teclear lo que estaba haciendo y cerró el documento tras haber guardado los cambios; por su mente pasaban miles de pensamiento que le hacían sentirse satisfecho por el rumbo que su vida había tomado, a diferencia de exactamente un año atrás, cuando estaba en su oficina, haciendo exactamente lo mismo que en ese instante... sólo que en aquella ocasión sólo había una persona en su mente por quien se preocupaba.

Ahora tenía que preocuparse por dos, compartir con dos y amar a dos, sabiendo que el amor que tenía por cada una de ellas era diferente, pero que con ambos se sentía tan completo como nunca antes en su vida se sintió.

Joey Wheeler en su vida fue un remolino, que removió todo y lo cambió de lugar, pero que trajo grandes beneficios a largo plazo y una alegría imposible de reemplazar.

Amaba a Joey, aunque a veces su relación era un gran reto a su paciencia y a su forma de ser; ninguno de los dos terminaba de congeniar perfectamente con el otro, pero habían aprendido que se necesitaban y sobre todo, se complementaban y estarían uno para el otro en lo bueno y en lo malo.

Un año atrás, cuando estaba pensando en su oficina en lo cruel que mucha gente podría llegar a ser, y en lo mucho que él se cerraba al mundo, nunca contempló la idea que ese mismo día todo iba a cambiar para él y que se encontraría recibiendo a la única persona a quien nunca pensó tener.

Mokuba siempre fue su única preocupación y al único ser humano al que amaba, puramente.

Pero después llegó Joey, con la cuestión de su accidente y su pérdida de memoria, en la que ambos se vieron arrastrados en nuevas emociones y sentimientos tan extraños que ninguno de los dos sabía cómo manejar, especialmente Seto Kaiba por ser como era, alguien tan ermitaño y cerrado. Para Joey fue complicado porque no tenía ni la más remota idea de cómo eran las cosas antes.

Lo bueno fue que todo se resolvió y muy bien y ambos terminaron juntos, compartiendo todo.

Un año atrás, Joey entró a su vida, quizá para siempre, quizá no, pero algo era definitivamente seguro, ambos estaban felices con lo que habían obtenido.

Se pasó una mano por el cabello, apartándolo de su rostro.

Terminó su taza de café lentamente, mientras seguía contemplando en su mente la imagen de Joey, su hermosa belleza natural, recordando su entregada pasión, su vitalidad contagiosa y hasta la artística forma en que dormía... de una forma tan perfecta que a él le asustaba.

Por qué amaba a Joey? Por qué Joey le amaba a él?

Simplemente estaba feliz de tener a alguien con quien compartir y con quien ser feliz, alguien con quien estar y con quien pasar los momentos más importantes de su vida y que ya no era solamente Mokuba; ya no limitaba a su hermano, ya no le cortaba la libertad.

Hacía ocho meses, celebró el regreso del cachorro a la mansión, con una fiesta sorpresa que terminó siendo un desastre.

Él terminó sucio por la crema del pastel, Yami completamente vestido en merengue y Bakura imitándolo también estaba mucho más sucio que el CEO, quien sólo tenía en la cara.

Aún no pagaban su atrevimiento, pero es que con tanto trabajo y el cuidado de su hermano y la atención que le prestaba a su amante, no le quedaba mucho tiempo libre.

Bostezó.

Quería simplemente volver a casa y encontrarse con su hermano y Joey, pasar un momento silencioso y tranquilo con sus dos personas favoritas.

Así que se levantó de su silla y se encaminó a la salida, pensando en lo afortunado que era, aunque él no creía realmente merecerlo.

OOOO

"Estás bien, Mokuba?" Preguntó Joey, sonriente, viendo al pequeño, que no lucía tan feliz, sentado en uno de los sillones de la mansión, tomando chocolate caliente. "Qué es lo que tienes?"

El pequeño no respondió inmediatamente, sino que se detuvo un momento a observar su humeante taza y a disfrutar de su aroma delicioso, aquel vapor que expelía y que hacía llegar el olor a él.

Se consideraba muy afortunado por tener una familia, ya no estaba solo y su hermano era feliz y ya no estaba amargado el 70 de su tiempo.

"Serenity y yo les hicimos un regalo hace ocho meses y está cercano a expirar." Dijo Mokuba, tristemente.

Joey recordó el regalo.

Un viaje a una isla tropical, para que se alejaran de todas las preocupaciones y de la vida ajetreada de Seto Kaiba; pero su amante no había tenido mucho tiempo libre... así que por eso mismo Mokuba consiguió un paquete que estaría disponible un año.

Faltaban sólo cuatro meses más y el plazo se terminaría.

El rubio sonrió, él quería mucho olvidarse de todas sus responsabilidades y marcharse con Seto, lejos de todo el mundo, estar juntos sin que nadie se interpusiera entre ellos, como lo hacían las reuniones de Kaiba y los estudios de él.

"Hablaré con Seto, sí? Intentaré convencerlo que partamos pronto." Animó al pequeño, comprendiendo que Mokuba estaba pensando que su regalo había sido un desperdicio. "Además, hace un año que yo vine a esta casa, Mokuba, cuando aún estaba amnésico. Supongo que eso es algo para celebrar."

El pequeño asintió, contento de la respuesta que había obtenido de su nuevo hermano, uno con quien pasaba más tiempo, que jugaba más con él, que le brindaba a Seto la felicidad que toda su vida le hizo falta.

Él por eso estaba tan feliz con la presencia del rubio en sus vidas, aunque eso también significaba que Joey había arrastrado con él la presencia de sus amigos y de su hermana, motivo por el cual Seto muchas veces se enfadaba, diciéndole que no quería que le obligara a ser amigo de los otros.

Aún no se trataban amigablemente, se toleraban, pero no eran amigos.

"Ésa es una buena idea, Joey!" Apoyó Mokuba. "Estoy seguro que va a aceptar."

Joey no dijo nada al respecto, aunque realmente no estaba muy seguro si la respuesta de su amante iba a ser sí o no.

OOOO

Cuando Kaiba entró a su habitación, el rubio ya estaba en la cama, durmiendo, así que intentó no hacer mucho ruido cuando entró al baño, para tomar una ducha de agua tibia y finalmente irse a la cama.

No tardó mucho, diez minutos después salió, liberando el vapor encerrado en el baño y se dirigió a la cama para tomar su lugar al lado del rubio quien se movió lentamente, acomodándose junto al cuerpo del CEO, quien sólo sonrió mientras pasaba su brazo por la cintura del rubio, rodeándolo y pegándolo a él.

Joey no tardó mucho en despertar y mirar al castaño.

"Hola." Le saludó el rubio, besando los labios del castaño, quien respondió el beso. "No dijiste que vendrías tarde."

"Lo siento." Se disculpó. "Estaba muy ocupado en el trabajo." Mintió, realmente había estado muy ocupado pensando en un suceso de un año atrás, cuando encontró el cuerpo inconsciente del rubio, una duda que no tuvo respuesta en los ocho meses que habían estado como amantes, y en el año que compartieron contando desde el momento en que estuvo amnésico.

Un asentimiento de Joey.

No iba a presionar a Kaiba y a pedirle que pasara más tiempo con él, al principio lo había hecho y eso terminó mal, ambos discutieron y se dijeron cosas que no querían decirse, para al final terminar reconciliándose y decidiendo que no se iban a entrometer en las actividades del otro, siempre y cuando no se ignoraran.

"Lo supuse."

No dijo más.

"Podemos hablar, cachorro?" Preguntó Kaiba, inusualmente serio.

Del mismo tipo de serio que no había estado en meses y que hizo a Joey perder todo sueño y estar demasiado alerta a las palabras que su amante pudiera pronunciar en ese momento.

"Sucede algo?"

"Solamente quería hacerte una pregunta." Empezó Kaiba, su voz disminuyendo a un casi inaudible susurro que sopló en los labios del rubio, quien no se contuvo más y besó una vez más a Kaiba, sintiendo su fuerte sabor a menta. "Te importa?"

El rubio negó. "Qué es?"

"Hace un año, cuando te encontré inconsciente en el suelo... después de haber sido arrollado... estabas sonriendo, cachorro. En el hospital no tuve la oportunidad de preguntarte el motivo." Explicó lentamente, sin apartar su mirada del rostro del cachorro. "Por qué?"

"Por qué sonreía?" Kaiba asintió. "Siento tú, creo que deberías saber muy bien por quél, Seto. Eso iba a alejarme de una vida de sufrimiento."

Kaiba negó. "Qué hay de tus amigos, tu hermana..., yo?"

"Bueno, mis amigos iban a superarlo, igual que Serenity, y tú no te interesabas por mí en ese entonces, así que no tienes mucho qué reclamar, Seto." Rió el rubio ante la mirada de indignación de Seto.

"No es justo, cachorro."

"Quién dijo que la vida es justa, eh?" Otro beso a Kaiba, quien no reclamó más. "Ah, te tengo una propuesta... Mokuba me recordó los boletos para nuestro viaje, aquel que nos obsequiaron él y Serenity."

Kaiba asintió.

Era una muy buena idea, especialmente porque él acababa de terminar un proyecto y tenía tiempo de sobra (tres semanas para él era mucho tiempo libre, aunque para otros era casi una miseria) para compartir con su hermoso amante.

"Es una buena idea... cuándo partimos?"

OOOO

La hermosa visión de aquel atardecer hizo sonreír a Joey, estaba sentado en el avión, en el asiento junto a la ventanilla... desde el cielo todo se veía mucho más hermoso; recibió una caricia confortante en su mano, por parte de su bien parecido amante ojiazul, que estaba también emocionado ante la perspectiva de estar tres semanas alejados de todos, teniendo al rubio total y exclusivamente para él.

No fue muy difícil que Joey le convenciera del viaje, porque terminaba el proyecto e iba a tener tiempo libre para pasar con su cachorro y Mokuba, lástima que su hermano hubiese insistido en que ése era un viaje exclusivo en pareja, donde él iba a estar de más y decidió quedarse en casa, con compañía ocasional de Yuugi y Yami (a quienes Seto pidió amablemente que le ayudaran con su hermano menor).

Los dos jóvenes que iban en ese avión no tenían ninguna expectativa realmente, simplemente buscaban pasar más tiempo uno con otro, enterándose de lo que pasaba entre ellos, compartiendo su amor, siendo por primera vez como una pareja cualquiera, en la que, no por ser uno un CEO, tuvieran que estar fraccionando su tiempo como pareja.

Joey y Kaiba hacían todo lo posible porque a pesar del poco tiempo juntos, el amor entre ellos dos no muriera.

No era una tarea sencilla porque estando juntos sólo un día o dos a la semana, lo demás del tiempo apenas se veían o simplemente intercambiaban unas cuantas palabras y un beso de despedida.

Era una horrible forma de estar juntos; al menos Kaiba no podía quejarse de la falta de interés del cachorro, quien en realidad hacía todo lo posible por no perder la paciencia ante la carente falta de atención que su amante ponía en él, todo por andar trabajando obsesivamente.

"Será un buen viaje." Susurró Kaiba, no queriendo romper el íntimo ambiente que estaba formándose entre ellos dos.

El rubio no apartó su mirada del espectáculo de colores cálidos que se mostraba en el horizonte, como un cuadro donde han trazado una línea suave de un tenue color rojizo que se va difuminando y que se combina con un exquisito color púrpura que empieza a inundar el cielo.

La experiencia de mirar un atardecer tan bello, tan cerca.

La sonrisa en su rostro contagió a Kaiba de un sentimiento hermoso y sin contenerlo más, giró al cachorro para entregarle un beso suave que simplemente acarició los labios del cachorro, mientras su mano libre le regalaba una caricia a su mejilla.

Joey sonrió asintiendo.

"Eso espero, porque no dejé todo para venir a encerrarme en el cuarto de hotel contigo..." Kaiba le miró, casi incrédulo. "viéndote trabajar, Seto. Trabajar, no."

Una sonrisa de parte del CEO, que le hizo saber a Joey lo mucho que en verdad éste había cambiado, aunque el mundo entero siguiera diciendo lo bastardo que el joven podía llegar a ser.

Aunque en ocasiones podía seguir siéndolo.

De eso no había duda alguna.

"Bien, porque yo no vine a trabajar, Wheeler." Le dijo en un tono retador que hizo sonreír al rubio.

"Y eso me alegra, sabes? Ya estaba empezando a pensar que tu manía por el trabajo estaba haciéndote olvidarte de mí." Se quejó el rubio, sonriendo, sujetando la mano de su amante y disfrutando el contacto, experimentando un cosquilleo en todo su cuerpo, como la primera vez que estuvo con Kaiba. "Te amo, Seto, aunque seas una enorme molestia."

El ojiazul sonrió sinceramente, de una forma en que no hacía muy comunmente, solamente a su amante y a su hermano menor, demostrando lo mucho que había cambiado, lo feliz que era y lo indispensable que la presencia de Joey y Mokuba era en su vida... para siempre.

"Lo mismo digo, Cachorro; tú eres lo más extraño en mi vida, un constante rompecabezas... y aún así eres lo único que siempre me ha hecho falta... sigo preguntándome cómo es que no nos dimos cuenta antes?"

No hubo respuesta de parte de Joey, mientras él mismo pensaba en una, para satisfacer su propia curiosidad, la duda por saber cómo habían terminado juntos realmente, aparte del hecho que su pérdida de memoria ayudó, y mucho.

Acaso estaban destinados a compartir?

Seguro que sí, porque estar juntos era tan natural como el aire que respiraban, como el color del cielo.

"Tampoco lo sé, pero lo bueno es que nos dimos cuenta."

Joey apoyó su cabeza en el hombro de Seto y lentamente se quedó dormido.

Kaiba simplemente le observó dormir, mientras él acariciaba los mechones rubios y sentía un calor en su pecho ante la hermosa, perfecta visión de su amante durmiendo a su lado, sujetó una manta y cubrió a Joey, dejándolo dormir tranquilamente, el besó su frente y se quedó admirándolo.

OOOO

"Tienes sed?" Interrogó el rubio, sujetando una bandeja con dos copas.

Kaiba ni siquiera asintió o negó, simplemente se puso en pie y sujetó su bebida, jalando a Joey con él, quien dejó caer la bandeja al suelo... los dos fueron al balcón, donde observaron a lo lejos el hermoso paisaje.

Llevaban dos semanas en aquel hermoso hotel, disfrutando el tiempo libre, compartiendo, haciendo el amor y simplemente estando juntos, como hacía mucho tiempo no hacían.

El rubio estaba muy contento, jamás en su vida había salido de Domino City a otro lugar que no fuera la El reino de los duelistas o la Isla de Kaiba, los cuales, debía admitir, en su tiempo no habían sido los mejores destinos, porque había ido arrastrado por problemas que hacían que su estancia allí no fuera placentera, ahora que estaban lejos, en un viaje con su amante, él estaba feliz.

Una especie de Luna de miel, según Mokuba, a pesar que no estaban casados.

"Esto es divertido." Comentó el rubio, alegremente, disfrutando el abrazo en el que estaba. "No crees?"

Un asentimiento. "Mgh.."

Joey se volvió, mirando a Kaiba con seriedad.

"Deberíamos hacerlo más a menudo, ya sabes: escapar del mundo y venir a refugiarnos a esta paradisíaca isla... sería genial."

Seto sintió una punzada de culpabilidad, desde que estaban juntos a pesar del amor incondicional y los momentos compartidos en la alcoba, ésta era la primera vez que realmente escapaban del mundo para compartir algo.

Sabía que le debía mucho al rubio.

"Podemos hacer de esto una tradición." Dijo Kaiba. "Festejando que un día como éste, hace un año llegaste a mi vida."

Joey sonrió, besó los labios de su amante y asintió.

"Y agradecer que tú estás conmigo, no?"

"Y todo porque tú perdiste la memoria." Fue el comentario de Kaiba. "Irónico, no?"

Joey guardó silencio, sólo pensando en lo cierto de todo eso. "Te amo."

Kaiba besó sus labios una vez más, con pasión desbordada, con una emoción que en vez de marchitarse con el tiempo florecía diariamente. "Yo también te amo, cachorro."

Un amor tan profundo, un sentimiento sin final que surgió de un momento de debilidad y que fue anclándose en los corazones de dos jóvenes necesitados de consuelo, de ayuda mutua para sobrevivir a las inclemencias de la vida, para encontrar un equilibrio y ser felices y finalmente poder decir que habían encontrado el amor y que estaban realmente contentos de conocerse uno al otro. Estaban completos.

O W A R I

Notas de Lena:

Hacía mucho que les debía esto, no? Lo lamento, pero realmente se me olvidó que había dicho algo sobre el epílogo. Hubo unos comentarios sobre el regalo de Mokuba y Serenity a la pareja, pero no me olvidé, era mi excusa para hacer el epílogo... pero en verdad olvidé todo de este fic, fue hasta hace poco que abrí un archivo y vi que era el fic y me decidí a terminarlo. Me debatía entre dos regalos, el viaje y un cachorro... pero me dije: Ya tuviste suficiente con cachorros en el otro fic, así que será el viaje. Espero que les haya gustado, ahora sí, me olvido para siempre de Crystal Memories.

REVIEWS.

Sabrina. Bueno, ya hay nuevo fic, pero ahí tienen el epílogo. Muchísimas gracias por tu comentario.

TENSHI. Tarde pero seguro, allí tienes el epílogo. Y sí, me agrada que me traten familiarmente. No sé, creo que estoy medio loca.

Caballero-reina 12. Bueno, sé que ya saben de mi nuevo fic, así que eso ya no es problema... tienen nuevo fic mío XD, sólo me faltaba cerrar este finalmente. Espero te agrade.

evel. No prometí el epílogo, pero me mataba la culpabilidad por haber dejado en duda el regalo de Mokuba y Serenity... por eso volví con este fic.

Nanase Katsura. Gracias por el apoyo, ya está el regalo de Moku y Serenity.

Blueazulacero. Tu comentario fue muy agradable. Arigatou!

Forfirith-Greenleaf. Amiga! Bueno ya tengo otro hijito, pero quería dejar volar libre a éste, así que cerré, según una amiga con "broche de oro". Sólo espero te guste.

Kai250. Sip, Seto cubierto de merengue fue el tema principal de mis sueños durante un buen lapso de tiempo, igual Yami y Bakura... Muchas gracias.

Susana. Nop, no se me olvidó el regalo, fue mi excusa para escribir el epílogo... allí se resuelve tu duda... espero.

Dark. Finales felices siempre? si sigo como voy con Shadows' World no llegaré pronto a mi final feliz, pero al menos lo intentaré. Gracias.

Rei Dark Angel. Allí está lo que contenía el regalo de los hermanos para Seto y Joey.

NaKuRucHaN. Qué bueno que te gustó, igual el que te dediqué... y ya hay nuevo fic mío... así que espero seguir en esto un largo tiempo más.

Serena140186. Hey, no pude leer tu historia, pero ya la buscaré, eh? Aún así gracias por el tiempo que le dedicaste a mi historia.

Tenshi Lain. No te preocupes por no haber dejado muchos reviews, lo importante fue que te gustó... jeje. Al menos para mí, porque me dijeron que no hago esto tan mal... Gracias por el apoyo. Y me alegra que te haya gustado el chantaje de Ryou a Bakura, intentaba hacer reír... pero no sé si me fue muy bien.

Aguila Fanel. El regalo fue un viaje, ya está explicado en el epílogo. Y ya hay un nuevo fic mío.

Kida Luna. Gracias por el apoyo, fue muy agradable contar contigo y Rex... también intentaré escribir más SetoXYami, sin que me linchen aquí, jeje. Nos vemos pronto en el msn.

Balucita. Gracias por el apoyo, intentaré no abandonar los fics, aunque me roben tiempo.

Cuídense mucho, chicas y gracias por su compañía a lo largo de este, mi primer fic largo de Yu-Gi-Oh!