Declaimer: Los personajes de Card Captor Sakura no me pertenecen (aunque no me molestaría que me regalen a Shaoran y Eriol ), lamentablemente el Estudio Clamp me gano de mano y se los quedaron ellas.

Un príncipe que se convirtió en sapo.

(by Lady Verónica Black)

¿Cómo podría la bibliotecaria de un pueblo saber que el hombre del que se enamoró dos años atrás era un príncipe? ¿O qué el hijo que habían concebido era el heredero de una corona? Lo único que Tomoyo sabía era que el encanto seductor de ese hombre la había hecho mujer, y que aun después de tanto tiempo ella lo seguía amando...

-Capítulo Seis-

"Una Princesa Diferente"

Copos de nieve caían de un cielo gris por delante de la ventana del cuarto de estar de Tomoyo aquel mismo día algo más tarde. Eriol estaba inquieto, impaciente por acabar lo que tenían que hacer. La duda lo embargaba por momentos.

-Ya estoy lista –dijo ella con voz fría a sus espaldas.

Eriol se volvió. Tomoyo llevaba un vestido de punto color rosa pálido con cuello de cisne que le bajaba hasta media pierna. El único adorno eran dos aros de oro que brillaban ante la blancura de su cuello. El cabello negro, limpio y brilloso, le caía libremente por la espalda hasta la cintura.

"Cenicienta", pensó Eriol. "Parece una princesa de cuentos, pero sin las joyas y los aires de grandeza".

Eriol dio un paso hacia ella con intención de besarla y abrazarla, pero Tomoyo se aparto con expresión atemorizada.

-No, Eriol. La situación ya es lo suficientemente complicada y confusa para complicarla aun más. Por favor no hagas que me sienta más perdida de lo que ya estoy.

Eriol dejo caer los brazos.

-Lo siento. Es que estas tan... tan...

Queria decir hermosa pero tenia miedo que Tomoyo se enfadara, o tome a mal sus palabras.

-Espero que esta ropa este bien –dijo ella girando sobre sí misma nerviosa-. No tengo que ir de blanco, ¿verdad?

-No. Se supone que es nuestra segunda luna de miel.

-Sí, ya me lo haz explicado todo –murmuro ella vagamente. Quizás Eriol encontrara la forma de hacer lo mejor para todos-. ¿Tenemos que irnos ya?

-Sí, si estas lista.

-Sí –respondió ella-. Y Sakura tiene todo lo que va a necesitar para Dan hasta mañana cuando vayamos a recogerlo.

Tomoyo lo miro con esos ojos amatistas tan dulces e puros que Eriol deseo de todo corazón no tenerla que hacer pasar por todo esto.

-¿Dónde se va a celebrar la ceremonia?

-En la oficina de un juez de Manhattan. Todo esta arreglado, el juez es un viejo amigo de mi padre.

-Ya veo, muy conveniente.

Era un alivió oír cierto tono sarcástico en la voz de Tomoyo, era señal de que recuperaba su espíritu de lucha. Y con él recuperaba también un poco de color en las mejillas, ya que se estaba empezando a preocupar seriamente por ella, parecía estar a punto de desmayarse en cualquier momento.

-Pasaremos la noche en la suite que mi familia tiene en Park Avenue. Sí todo sale según lo estipulado, por la mañana, antes de abandonar la ciudad, podremos ir a dar un paseo... sí te apetece.

Tomoyo frunció el ceño.

-¿Y los periodistas?

-Nunca están lejos de nadie que el publico considere una celebridad. No te preocupes, te acostumbraras. Lo único de lo que tenemos que cuidarnos es de no darles más información sobre nosotros de lo necesario. –Eriol se interrumpió un momento, pensativo-. No me han seguido a Nanticoke porque aun no han sospechado nada. Pero mañana, después de que salga el artículo del Times, todo será muy diferente.

-¿Qué les digo si empiezan a hacerme preguntas? –inquirió ella nerviosa.

-No te preocupes, en el trayecto a la ciudad hablaremos de eso. A propósito, vamos a ir en tu coche.

-¿Qué? ¿Y la limusina? –dijo Tomoyo viéndolo con expresión traviesa-. ¿Cómo vamos a sobrevivir sin ella?

-Nada de limusinas en este viaje. Cuanto menos llamemos la atención hasta estar casados, mucho mejor.

A Tomoyo escuchar de la boca de Eriol que en unas horas serian marido y mujer le sonaba como si le pasara a otra persona, como si todo esto solo fuera una de esas cosas que ella tanto leía en las novelas de Danielle Steel, o en las telenovelas que veían sus compañeras de trabajo.

Ella iba a casarse con Eriol en unas horas.... Se iba a casar con un príncipe.

Tomoyo insistió en conducir su viejo automóvil que después de años de fiel servicio se estaba volviendo algo temperamental.

Tomaron la autopista y recorrieron los treinta kilómetros o más sin pronunciar palabra. Tomoyo sintió la presión de Eriol, que contemplaba fijamente el paisaje nevado. De vez en cuando, el campo se veía salpicado de casas decoradas con luces y adornos de Navidad.

Tomoyo se sentía perdida, incapaz de reaccionar y tomar decisiones; se sentía como si le hubieran diagnosticado una enfermedad incurable y tenía los días contados.

Dos años atrás, cuando Eriol la abandonó, Tomoyo creyó que era el final de su vida. Pero había sobrevivido y se había echó más fuerte. Después, él regreso por unos días dejándola con una verdad que aun le costaba asimilar, pero la dejo otros dos meses más. Ese mismo días había vuelto y le había propuesto matrimonio, iban a vivir como marido y mujer, aunque no sabia por cuanto tiempo. Pero Eriol la abandonaría como lo había hecho las otras dos veces, de eso era lo único de lo que estaba segura. No sabía como pero tenía que encontrar la forma de protegerse a sí misma, de no sentir lo que sentía por él. Sabía que debía ser dura y fría con él... pero no podía, cada vez que lo hacia era como si la golpearan a ella misma.

-Me has dicho que íbamos a hablar de lo que le vamos a decir a los periodistas –dijo ella de repente, incapaz de seguir soportando el silencio-. He estado pensando y una bibliotecaria suena algo insípido y aburrido. ¿Qué te parece si les decimos que era una bailarina exótica y que nos conocimos en la fiesta de despedida de soltero de un amigo tuyo?

Eriol volvió la cabeza, le clavo los ojos en el cuerpo y pareció desnudarla con la mirada.

-Sí, de acuerdo –entonces, volvió a apartar los ojos de ella-. Pero antes tenemos que enseñarte a mentir sin que te sonrojes.

Eran las primeras horas de la tarde y ya empezaba a anochecer cuando pararon delante de un lujoso centro con hotel y boutiques de diseño. Un portero abrió la puerta del coche de Tomoyo, fingiendo no notar que no conducía un Ferrari o un Porche.

Durante las dos horas siguientes, el mundo pareció funcionar sin necesidad de que ella hiciera nada. Se sintió dirigida, llevada por las circunstancias. Un ascensor los condujo a una suite en el último piso. Eriol la tomo del brazo y le enseño las habitaciones lujosamente decoradas.

Después, Tomoyo permitió que Eriol la acomodara en un sofá del que, según ella, ni la misma reina de Inglaterra se hubiera quejado. Se quedó muy quieta. Concentrándose en su propia respiración mientras que intentaba normalizarla. Era vagamente consciente de la presencia de Eriol moviéndose por las habitaciones antes de descolgar el teléfono para hablar de algo bastante serio. Después, Eriol la sacó de allí, se metieron en un taxi y fueron a una oficina no muy lejos del complejo de edificios de las Naciones Unidas.

Allí, un hombre al que Eriol llamo Resnicek leyó una lista de preguntas extrañas que Tomoyo contestó con el mismo conocimiento que Dan tenía de astrofísica. Al parecer, el único propósito del juez era asegurarse de que nadie la había obligado, en contra de su voluntad, a firmar el contrato pre-matrimonial. La actitud paternalista del juez la puso más nerviosa de lo que ya estaba. Le dio la impresión de que aquel hombre de leyes estaba más consciente de lo que se le avecinaba y de los peligros que correría que ella misma.

¿Pero qué otra opción tenía?, se preguntó angustiada. Las manos le sudaban profusamente y tenía la garganta tan seca como si no hubiera bebido en días. Si no hacia lo que Eriol quería podría poner el peligro el futuro de toda su familia, y en especial el de su hijo.

Por fin, Eriol le dijo algo al hombre en alemán. El juez se encogió de hombros y planto un documento frente a Tomoyo.

-Firme aquí, señorita –le dijo el hombre-. Y aquí... y aquí.

Con manos temblorosas, Tomoyo hizo lo que le pedían. Luego Eriol también firmo. Después Resnicek llamó a su secretaria y los dos firmaron como testigos.

Estaba echo. La ceremonia solo consistía en firmar unos documentos, tal como si fuera la compra de un auto.

Pero ahora aunque no sabía por cuanto tiempo, Tomoyo Daidouji de Nanticoke, Connecticut, era una princesa. Esposa de su Alteza Real Eriol Phillipe Mark von Austerdan, el príncipe heredero de la corona de Elbia.

No tenía idea de cómo llegó a la suite desde la oficina del juez. No recordaba haber caminado, ni el trayecto en taxi, ni el conserje abriéndole la puerta, ni la selva tropical del vestíbulo del hotel, absolutamente nada.

De pronto, se vio sentada en el borde de una cama matrimonial, mirando a su alrededor y con la misma ropa que se había puesto para salir esa misma tarde. Había otras dos habitaciones cuyas puertas se abrían a una espaciosa sala que parecía diseñada para reuniones de negocios y recepciones. Nunca había visto tantas flores en un mismo sitió, orquídeas y rosas ocupaban hasta el ultimo rincón de la estancia. Una pared de cristal mostraba una impresionante vista de Nueva York. No quería saber cuanto costaba esa suite por días, tenía la impresión que se pondría enferma si lo supiese.

Más enferma de lo que ya se sentía.

Se miro las manos, descansando en sus piernas, con la intención de agarrarse a algo que fuera real. Entonces oyó sus pasos.

Eriol se detuvo ante ella. Ya no llevaba puesta la corbata y se había desabrochado la camisa blanca de seda dejando a la vista su torso. Tomoyo tembló y tuvo que cerrar los ojos en un esfuerzo para evitar esos intensos sentimientos que él le provocaba.

-¿Te encuentras bien? –preguntó él, su voz enronquecida por una emoción que Tomoyo no pudo identificar.

-Sí, creo que sí –se obligó a mirarlo a los ojos y luego se aclaró la garganta-. ¿Y ahora qué?

-Supongo que será mejor que te pongas esto –él le mostró un anillo de oro con un enorme brillante montado entre medio de dos hermosos zafiros.

Involuntariamente, Tomoyo jadeó antes de lanzar una nerviosa carcajada.

-No es posible que... No es de verdad, ¿no? Por favor, dime que no lo es.

-Lo es –respondió él solemnemente-. Este anillo lleva en mi familia cinco generaciones.

-Lo siento, no era mi intención ofenderte –dijo Tomoyo seriamente-. ¿Dónde se puede comprar un brillante tan grande?

-No lo sé –contestó Eriol estudiando la piedra-. Nunca he tenido que comprar uno. Era el anillo de compromiso de mi madre y antes de mi abuela, y mi bisabuela.... Creo que, originalmente, procede de las joyas de la corona rusa, antes de la revolución bolchevique. La piedra central se llama Corazón del Océano. Sí te fijas, veras dentro un extraño brillo rosáceo entre los dos zafiros azules.

Eriol le ofreció el anillo.

-Nunca había visto una piedra con nombre –dijo Tomoyo tomando la joya en sus manos.

En el momento que sus dedos se rozaron con los de él, sintió algo erótico, violento y... humillante. Apartó la mano como si se hubiera quemado.

Eriol, con expresión interrogante, frunció el ceño.

-¿No preferirías guardarlo hasta dárselo a una princesa de verdad? –preguntó ella con voz temblorosa-. Es decir, ¿no va en contra de la tradición que una plebeya lleve el anillo de tu familia?

-No te considero una plebeya –respondió él sencillamente.

Tomoyo trago saliva y le lanzo una mirada interrogante.

-Sí lo que has dicho es verdad, Eriol, el mundo entero va a saber quien soy en cuestión de horas. Te aseguro que no voy a parecerle a nadie más que una bibliotecaria de pueblo que por posesiones tiene un hijo y una pequeña casa en la playa. Dirán que lo único que me interesa de ti es tu titulo y tu fortuna.

-No importa lo que digan los demás –respondió él.

Tomoyo respiró profundamente. Pero sí, si importaba. De no ser así, Eriol no estaría ahora protagonizando aquel teatro.

-¿Alguna pregunta más antes de ponerte el anillo? –preguntó él acercándose más a Tomoyo.

-¿Cuándo van a empezar los abogados a tramitar los papeles del divorcio?

Eriol parpadeo como si lo hubieran golpeado.

-Supongo que inmediatamente, pero esperan que sigamos casados un año. Menos de eso sería un problema. Y ahora, dame la mano, por favor.

Tomoyo no se movió.

-¡Dame la mano! –grito él.

Antes de que Tomoyo pudiera esconder la mano detrás de su espalda Eriol ya se la había tomado.

Deslizo el anillo en el dedo anular y Tomoyo de pronto sintió la mano pesada, no solo por el peso de las tres piedras, sino por el peso del deber, la tradición e incluso quizás la sangre de algún Romanov que lo llevaba puesto al morir. El anillo brillo en su mano, como si aceptara a su nueva dueña.

-Es precioso –murmuro ella, que no quería confesar lo mucho que todo esto la asustaba-. Pero no tengo derecho a llevarlo.

Al momento, empezó a quitárselo.

Él le cubrió la mano con la suya, impidiendo que se lo sacara.

-¡No! No, el anillo esta donde tiene que estar, en la mano de mi esposa. Quiero que la gente te vea con él puesto.

-Ahhh ya veo... ¿es parte del espectáculo, eh? –no pudo evitar una nota de amargura en la voz-. El anillo es como esta suite, un desperdició de dinero.

Eriol lanzo un gruñido, cosa muy poco común en él, parecía a punto de perder todo atisbo de paciencia y amabilidad que le quedaba.

-¿Sabes la cantidad de niños que se podrían dar de comer con un anillo como este? ¿O la cantidad de remedios para enfermos? –Tomoyo se zafó de él y se paro-. Puede que no estés acostumbrados a que te digan estas cosas. Puede que no sea muy sofisticado despreciar joyas como esta o negarse a llevar un abrigo de piel o pensar en la cantidad de gente sin hogar a la que se le podría dar cobijo en una noche de invierno con el precio de solo una de estas piedras... Pero a mí me parece vergonzoso.

-¿Has acabado? –preguntó él con voz tensa, después de que Tomoyo se interrumpiera para recuperar el aliento.

Ella asintió con la cabeza.

-Y ahora, luego de habernos insultado a mi familia y a mí, vas a guardar silencio y me vas a escuchar. Algún día te explicare la importancia de las joyas y de los títulos nobiliarios de hoy en día, pero por ahora, princesa Tomoyo, tendrás que conformarte con obedecer y llevar puesto el anillo en todo momento, por desagradable que te resulte ser mi esposa. Es necesario que nadie sospeche de nuestro matrimonio. ¿Lo has comprendido?

-Sí –susurro Tomoyo.

De repente, se le ocurrió que si no conseguía cumplir con su parte del trato, Eriol no sentiría la obligación de cumplir con la suya, que era permitirle quedarse con Dan. Su rostro debió mostrar el miedo que sentía porque algo cambió en la forma de mirarla de Eriol. La furia desapareció de sus ojos, revelando otros sentimientos: preocupación, deseo, temor y... lujuria.

Tomoyo se humedeció los labios y los movió para conseguir pronunciar palabra alguna.

-Crees que estoy loca, ¿verdad? –susurro ella con la esperanza de distraerlo-. Crees que debería dar saltos de alegría por la suerte que he tenido. Este anillo... es exquisito, Eriol, y no fue mi intención menospreciarte a ti o las tradiciones de tu familia. Estoy segura que el anillo tiene mucho más valor sentimental que el precio que le darían en Christie's. Lo siento, a veces pierdo el control y me dominan los nervios. El dinero es necesario, todos lo necesitamos para sobrevivir, pero demasiado dinero me pone nerviosa.

-Eres preciosa –dijo bruscamente Eriol, sus ojos llenos con el reflejo de ella.

Al momento, Eriol se agachó y la estrechó muy fuerte entre sus brazos.

-¿Qué clase hombre eres? –protestó ella-. Acabo de insultar a tus antepasados y de rechazar todos tus valores. ¿Vas a decirme que eso te excita sexualmente?

-No –Eriol le alzó el mentón para que lo mirase a los ojos-. Tu siempre me excitas, Tommy, hagas lo que hagas.

Eriol se acerco suavemente y dejo que su frente descansara en la de ella mientras la miraba a los ojos.

-Cualquier otra mujer estaría pensando en como gastarse el dinero, sin embargo, parece como que a ti unas cuantas monedas te queman el bolsillo. Me parece que como princesa de Elbia, por decreto y ley, tienes derecho a que la corte te pague una mensualidad para gastos personales. En tu caso, es alrededor de unos treinta y cinco mil dólares.

Tomoyo se lo quedo mirando como si estuviera borracho y digiera que los elefantes eran verdes y volaban.

Él rió ante la expresión de su nueva esposa.

-Por supuesto, todos tus gastos están cubiertos, como los de Dan. La mensualidad solo es para caprichos, ropa, viajes que no tengan nada que ver con el palacio, regalos para amigos y familiares...

Tomoyo lo miraba casi segura de que había dejado de respirar.

-¿Tienes intención de dar ese dinero a obras de caridad para apaciguar tus problemas de conciencia? –preguntó él con una leve sonrisa.

Estaba jugando con ella.

-Bueno... no todo –dijo ella perezosamente. Los ojos de Eriol eran increíbles, intoxicantes...-. La casa de mis padres necesita un tejado nuevo. Pero no me importaría uno o dos vestidos nuevos, algo que no viniera de tiendas muy grandes.

-Estupendo –murmuro Eriol, acariciándole los labios con los suyos para descender luego a su cuello.

Tomoyo cerró los ojos y se puso tensa.

-Por favor, Eriol. No puedo... no quiero...

-Yo tampoco quiero, Tommy –dijo él-. Pero me parece que es algo que ninguno de los dos puede controlar. Cuando estamos solos es como sí fuéramos parte de un todo, necesito estar cerca de ti, que nada nos separe.

Los ojos de Tomoyo se llenaron de lagrimas.

-No digas esas cosas.

-¿Por qué no?

-Porque... -no podía dejarlo saber lo que sentía en lo más profundo de su corazón porque se aprovecharía de su vulnerabilidad.

"¿No la había dejado ya antes, tan pronto como se había dado cuenta que se había enamorado de él?"

-¿Porqué crees que le he dicho lo mismo a todas las mujeres con las que me he acostado?

Tomoyo asintió con la cabeza, incapaz de hablar.

-Nunca le he dicho a una mujer lo que acabo de decirte a ti, y nunca le he dicho a ninguna mujer que la amaba.

Tomoyo se quedó observando la solemne profundidad de sus ojos azules.

-Tampoco me has dicho a mí que me amas.

-Lo sé –le rodeo la cintura con los brazos-. Y no voy a pronunciar esas dos palabras hasta no estar completamente seguro que son ciertas, y hasta no saber que la mujer que amo siente lo mismo por mí.

-¿Y si nunca llegara ese momento?

-Al menos me quedara el consuelo de no haber engañado a nadie –dijo él con voz queda-. Nunca he seducido a una mujer con mentiras. Nunca te he mentido Tommy... solo no te dije todo lo que te podía decir sobre mí.

-Lo que es igual que mentir –insistió ella.

-No, mentir es diferente. Mentir mata al alma. No voy a mentirte. Sin embargo, todavía no puedo decírtelo todo.

-¿Todavía? –preguntó ella con sorpresa-. ¿Hay más cosas que aun no me has dicho, Eriol?

-Sí, hay más cosas que aun no te he dicho... y no sólo a ti. Algún día las cosas serán diferentes, espero. Pero por ahora, tendré que valerme yo solo, y vos vas a tener que confiar en mí.

-¿Confiar en ti? –Tomoyo sé lo quedo mirando con incredulidad-. ¿Esperas que confié en ti luego de haberme abandonado dos veces?

-Sí, lo espero; sobre todo porque no tienes otra alternativa. Me necesitas.

-¡No! –exclamo ella en tono desafiante.

Eriol sacudió la cabeza y luego la beso, suave y seductoramente.

-Vamos, Tommy, sabes que lo que acabas de decir no es verdad –volvió a besarla-. Leva mi anillo. Sé mi esposa, Tomoyo.

-Eriol, yo... -era muy difícil concentrarse o comportarse con sentido común cuando Eriol la besaba y acariciaba.

-Te deseo, Tommy. Te deseo más de lo que nunca he deseado a ninguna otra mujer. Que Dios me ayude porque es la verdad.

Tomoyo levantó los brazos y le puso las manos en el rostro. Entonces, se quedo mirando su perfectas facciones y sus fascinantes ojos.

-Eso me suena a intento de seducción, su Alteza.

-No lo es –dijo él rápidamente con una sonrisa traviesa.

Tomoyo le devolvió la misma sonrisa.

-¿Cómo esperas que te crea con la fama que tienes? –preguntó ella, ya menos asustada-. Sakura me ha enseñado revistas y fotos...

-¿Mías y de mis amantes? –los ojos de Eriol adquirieron un brillo orgulloso y seductor-. No voy a negar haber estado con mujeres impresionantes, atractivas y muy... apasionadas...-

Tomoyo ante esta declaración solo pudo fruncir el ceño y mirarlo fríamente, no le gustaba que hablase así de esas mujeres, ni que tampoco halla estado con otras, ella sabía muy bien que clase de chicas habían sido sus "amantes" y no le gustaban para nada, porque ella nunca podría llegar a ser como una cantante de rock, o una famosa actriz o una top model, solo era una bibliotecaria de pueblo....

Eriol al ver la cara de su ahora esposa solo pudo sonreír interiormente, al parecer su pequeña y hermosa esposa se había puesto celosa.

-Pero mi dulce Tomoyo ninguna te llegaría ni a la suela de tus zapatos. Ninguna tiene tu alma, tu generosidad, tu ternura, tu sonrisa y tu forma de dar cariño a cualquiera...

Sintió la mano de Eriol en su espalda, en los brazos, en los pechos... entre tanto su boca cubría la suya apasionadamente.

-Nadie nunca podrá ser como tu, eres perfecta ante mis ojos Tommy... mi dulce y tierna Tomoyo -pensó Eriol mientras besaba el cuello de la chica. Sin tomar conciencia de la verdadera naturaleza de sus palabras.

Tomoyo se perdió en la pasión con la que Eriol la envolvía... Era verdad era imposible estar separados cuando estaban solos...

Pero ella tenia que parar esto antes de que sea demasiado tarde... ella queria... debía parar antes que...

Continuara...

Nota de la Autora:

¡¡Hola a Todos!! El sexto capítulo es de lo más raro no tengo ni idea de cómo salió esto de mi cabeza, pero espero que les halla gustado. Ya saben espero, por favor, reviews de ustedes, de verdad es lo único que me hace seguir escribiendo porque la verdad últimamente ando con muchas cosas en la cabeza y puede que dejo esto de los fics por un tiempo, así que si les parece que no tendría que hacerlo les pido que me lo hagan saber. Ya desde ya gracias a todos y espero que les halla gustado el capitulo!!

Acá están las respuestas del quinto capitulo, GRACIAS A TODOS por tomarse unos minutos y darme su opinión. Arigatôu mis adorados lectores!!

Nishi: Hola tu!! Me a gustado mucho tu review Nishi, de verdad te parece tan malvado Eriol? Se que se comporto como un gran imbécil con Tommy, pero espero que no le guardes rencor él también tiene sus conflictos, no creas que lo hizo por mala persona. Y tienes razón en lo del embarazo, si puse esto en la trama porque me pareció que así iba a ser más realista y le iba a dar un toque más dramático, pero quiero aclarar algo, cuando Eriol abandono a Tomoyo por primera vez no sabia que ella estaba embarazada y la segunda vez, te puedo jurar que no la abandono del todo, solo fue para pensar las cosas, para él no fue nada fácil saber de la existencia de Dani. Sobre hacer sufrir al príncipe un poco más.... Mmmm claro que sí!! Va a sufrir pero de una manera bastante peculiar, la verdad me cuesta tanto hacerle este Entre nosotras te digo que es mi consentido - Espero saber de ti en este capitulo, gracias por el review. Chau!!

Yuzuriha: Bueno niña que te puedo decir, a mí también me sorprendió la proposición de matrimonio, Eriol no me había dicho eso!!! Pero Bueh... al final se han casado, no fue guau que casamiento pero marido y mujer en fin. Ahora que van a hacer estos dos casados, ni idea. Solo espera a que vallan al palacio, ahí va a empezar lo divertido. Espero que te halla gustado el chap, nos vemos!!!

Danyta: Hola Dany-chan!! Feliz de que halla actualizado?? Espero que si, y q el capítulo halla sido de tu agrado. Aunque aun no ha pasado nada "interesante" pero lo bueno viene en los próximos capis. Espero seguir sabiendo de ti en este capi tb. GRACIASSS!! Bye!!

ARLET: Cómo tas?? Sabes en tu review hubo algo que me encanto, acaso eres la única que pensó quien le dijo todo a la prensa?? De verdad que eres rápida chica, pero lamento decirte que no te puedo dar la respuesta a eso, más adelante te darás cuenta sola. Haber si te das cuenta de algo que esta próximo a pasar en este fic, ya he dado un par de pistas y varios ya lo han mencionado... estoy ansiosa de saber tu opinión sobre este capi, q te pareció la "boda"??

Hotarudono: Konichiwa Hotaru-dono!!! Lamento decirte que aun falta unos capítulos para conocer al Rey de Elbia, pero no desesperes que ya va a aparecer el viejis Mientras tanto veremos sufrir un poco a la parejita, aunque al que le veo las cosas más negras en el futuro es a cierto ojiazul... pero ya veremos. Espero seguir sabiendo de ti, Ja ne!!

Saiko Katsuka: Hola Saiko!! Que te puedo decir sobre el divorcio... creo que es algo que ellos ya decidieron, pero veré que puedo hacer... en el fondo sé que se tienen algo de cariño. Pero ya veremos que pasa de aquí en unos meses en su vida. Quizás con ayuda de Dani y Ron logren aclarar sus cosas pero aun no lo se... espero poder seguir leyendo tus reviews, Ja ne!!

Maru-chan: Hola Maru-chan!! De verdad crees que escribo genialificamente genial?? jajaja gracias por los cumplidos. Sobre tu pregunta de sí estudio la realeza, la respuesta es no, admito que es un tema que me llama la atención, pero solo eso. Sinceramente no tengo mucha idea del tema, pero he leído un par de libros que trata de duques y condes como protagonistas y me ha gustado. Espero que te guste este príncipe y el capitulo, Chau!!

Dany: Gracias por tu review, que gusto que te encante el fic, espero que el capítulo halla sido de tu agrado y pueda saber de ti en este capítulo. Ja ne!!

Pristess Artemisa: Holaaa!! Cómo estas?? Gracias por los elogios, que bien que te gusten mis fics, creo que cada ves que escucho eso me sale una sonrisa de oreja o oreja. Te gustan los ET?? Espero que pueda saber de ti en este capítulo. Bye!!

Aleirbagpotter: hola chica!! La verdad es que a la pobre Tomoyo casi le da algo con eso de "matrimonio" además ya anda medio malita y él le viene con esas impresiones, pero bue no puede decir que la idea no le gusto muy en el fondo.... La relación de ellos va a ser complicada pero no por ellos bastante intensa. Nos vemos, Bye!!

Dauluci: No te preocupes por no haber dejado review antes, pero porfiss intenta que en este si, es que me encantan los reviews!! Sé que la actitud de Eriol es difícil de entender pero ya veras que al final lo comprenderás. Sobre la opinión de la familia real... bue te puedo asegurar que no va a ser una fiesta cuando se conozcan. Espero que puedas escribir en este capi un review. Chau!!!

Espero saber de cada uno de ustedes en este capítulo. GRACIAS por todo!!

Att. Lady Verónica Black.

PD: Que la magia los acompañe, las estrellas guíen su camino, pero más que nada griten a todo pulmón: ¡¡Viva Xiao Lang Li, Eriol Hiragizawa, Harry Potter y Sirius Black!! ¡¡Los hombres más tiernos y sexys que hay!!"

¡¡DEJEN REVIEWS, PORFISS...!!