UN SALUDO CARIÑOSO PARA ASENETH POTTER WEASLEY... GRACIAS POR TU APOYO, ESPERO QUE ESTE NUEVO CAPITULO SEA DE TU AGRADO...

Y POR SUPUESTO A BOOH... UNA AMIGA MUY ESPECIAL...

AFFLICTIO

Un castillo medieval, se levantaba orgulloso sobre una colina.

Harry sonrió mientras lo contemplaba por largos minutos. Allí entre esas paredes, dentro de esas torres y torrecillas había vivido los mejores años de su vida, allí se había hecho hombre y se había convertido en un mago.

Un grito lo hizo salir de sus pensamientos.

�¡HARRY!...

Un hombre de gigantescas dimensiones, de aspecto peligroso, caminaba a grandes zancadas hacia él. Y abriendo las rejas con violencia, abrazó al joven sin darle tiempo de reaccionar.

Mi muchacho... ¡cómo has cambiado!... ¡pero qué ingrato has sido!... tanto tiempo sin saber de ti... ni una lechuza... ni una carta... ni una señal de humo... nada de nada... pero qué horror...¡tan mal te tratamos!

Todas aquellas palabras fueron dichas de forma tan rápida y atropellada, que no dieron ningún tiempo para ser refutadas.

Hagrid, si me dejas respirar quizás te pueda explicar... dijo Harry con un poco de dificultad.

Sentados frente a una enormes tazas de té, aquellos dos hombres llevaban un par de horas hablando, dentro de una rústica pero acogedora cabaña, ubicada a un lado de aquel castillo que no era más que el colegio Hogwart de Magia y Hechicería.

Sí... escuché algunos comentarios al respecto... dijo Hagrid mirando el fondo de su taza... pero no me causaron ninguna extrañeza... eso era de esperarse... tanto tiempo juntos... tantas cosas compartidas... aunque debo ser sincero... yo siempre pensé que tú y Ginny terminarían juntos y que algún día Ron se decidiría y Hermione lo aceptaría.

Harry guardó silencio. Por lo visto su amigo no estaba del todo enterado de la realidad de los acontecimientos, sin embargo tampoco tenía ganas de aclararlos.

Y me imagino que dejaste muchos corazones rotos por Alemania... dijo Hagrid con picardía... quién lo diría... el pequeño Harry Potter: un Héroe y todo un Galán de armas tomar.

No sé de dónde has sacado eso... dijo Harry ofendido... no he dejado ningún corazón roto... no soy un galán... ni mucho menos un héroe.

Ja, ja, ja... dijo Hagrid divertido ante la reacción del joven... pues lo de Héroe lo mantengo... los otros calificativos podemos discutirlos.

Harry iba a continuar con su protesta, cuando unos golpes en la puerta llamaron su atención.

Hagrid se levantó pesadamente y dejó entrar al director de Hogwart.

Buenos Días tengan ustedes... dijo Albus Dumbledore con una sonrisa... lamento interrumpirlos... pero no pude dominar la tentación de hacerme partícipe de la conversación tan amena que mantienen... las risas de Hagrid se escuchaban en mi despacho.

Dumbledore les guiñó un ojo.

Harry se levantó presuroso y estrechándole la mano dijo con alegría y respeto:

Discúlpeme, profesor... recién iba a ir hasta su despacho... pero me entretuve

La culpa ha sido mía... dijo Hagrid algo apenado... yo soy quien ha entretenido a Harry.

No se preocupen... dijo Dumbledore sentándose en una de las sillas de madera, colocadas alrededor de la mesa... vamos... vamos... continuemos con la charla.

Harry volvió a tomar asiento, mientras Hagrid servía nuevamente el té.

Y dime Harry...¿has decidido volver a tu puesto en el ministerio?... preguntó Dumbledore con anhelo.

Si... así es... Remus me escribió, confirmándome lo que usted me había dicho... afirmó Harry...

Me alegra escuchar eso... dijo Dumbledore con un deje de preocupación en su voz... porque la situación es delicada.

¿Delicada?... preguntó Harry dudoso... ¿por qué?...¿qué está pasando?

No estamos seguros... dijo Dumbledore preocupado... pero hay razones de peso para sospechar que nuestra comunidad está amenazada nuevamente.

Pero eso no es posible... dijo Harry incrédulo... Voldemort está muerto... yo mismo lo...

No... no es Voldemort... dijo Dumbledore haciendo un gesto de impaciencia con su mano... me temo que son algunos de sus seguidores... algunos de los mortifagos que lograron escapar.

Y ¿qué es lo que quieren?... preguntó Harry molesto... no pretenderán seguir en su tonto afán de mantener el legado y las ideas de Voldemort.

Pues me temo que sí... dijo Dumbledore sacando de su túnica una hoja de periódico... han habido muertes muggles, ocurridas en extrañas circunstancias... le he explicado al Ministro de Magia la posibilidad de que aún exista una célula clandestina de mortifagos... los aurores junto con la Orden del Fénix hemos unido esfuerzos.

Gracias al cielo... dijo Hagrid esperanzado... que este Ministro es mucho más sensato y escucha sus consejos profesor.

Harry mantuvo su mirada sobre Dumbledore, quien le extendió la hoja del periódico.

El joven la tomó en su mano y la leyó. Las noticias que allí habían impresas hablaban sobre cuatro muertes de muggles, en puntos cardinales diferentes, pero de igual forma: sin sangre, sin violencia, sin un motivo aparente; habían conseguido sus cuerpos con una extraña expresión de pánico en sus rostros.

Realmente la situación era muy delicada.

Sus pasos la llevaron frente a Las Tres Escobas. Entró al local algo nerviosa. Después de tanto tiempo, volvería a verlo.

Lo buscó con la mirada, pero no lo halló. Se acercó hasta la barra y pidió una cerveza de mantequilla, mientras se sentaba en una de las altas sillas.

Miró su reloj de pulsera, tal vez se había adelantado un poco.

Sin embargo cuando levantó su mirada, observó con agrado que su espera no

iba a ser tan larga, después de todo.

Hola, Hermione... dijo Harry sonriendo... ¿llevas mucho tiempo esperándome?

Si... un año... dijo Hermione abrazándolo

Luego de unos minutos se separaron. Harry cerró sus ojos, cuando se percató de la cercanía del rostro femenino. Pero cuando sintió el calor de un beso en su mejilla derecha, se sintió desilusionado.

Abrió sus ojos y con la mirada buscó una mesa apartada.

¿Te gustaría que nos sentemos en aquella mesa?... preguntó Harry señalando hacia un rincón del bar, tratando de parecer alegre.

Y... ¿qué te motivó a volver?... preguntó Hermione minutos mas tarde, mientras acomodaba una servilleta de tela sobre su regazo, una vez que ya habían ocupado la mesa... yo pensé que al terminar ese curso te quedarías en Alemania.

Bueno... yo también había pensado lo mismo... dijo Harry jugueteando con el pequeño florero que adornaba la mesa... pero descubrí que no puedo vivir lejos de mi gente.

Y... ¿por qué nunca respondiste mis cartas?... siguió preguntando Hermione.

Mantenía sus ojos fijos en Harry, con un aire de rencor en su mirada.

Harry bajó la mirada porque no sabía la respuesta a esa pregunta que él, tantas veces, también se había formulado.

Es que todo ha sido tan confuso... dijo Harry dudoso... quise darnos un tiempo... para que todo se aclarara entre nosotros.

Pero... ¿aquella noche no quedó todo claro entre nosotros?... siguió preguntando Hermione.

Harry la miró con asombro. No entendía aquellas palabras.

Hermione comprendió en ese instante que para él nada había quedado claro.

Ahora ella lo entendía todo.

Y no sabía cómo reaccionar, porque no quería herir a su amigo.

Harry... yo... eeh... bueno... aquella noche... yo te dije... yo te expliqué... comenzó a decir Hermione con voz pausada.

Harry no podía creer lo que estaba escuchando.

A medida que Hermione continuaba hablando, los recuerdos de aquella noche fueron llegando a su mente.

Entonces todo ese tiempo él había manejado una versión equivocada de los hechos.

Luego te marchaste... sin dejarme que te dijera toda mi verdad... pensé que todo había quedado claro... y en cada carta que te enviaba, anhelaba una respuesta del amigo que tanto necesitaba... dado que Ron también se había marchado... pero ahora comprendo que me equivoqué... lo que hice fue enredarlo todo, lo que logré fue confundirte... dijo Hermione tratando de aclarar los hechos.

"Pero qué idiota he sido", pensó Harry con rabia.

Oh, Harry, perdóname... dijo Hermione tomando la mano de Harry entre las suyas.. debí haber sido más explícita... no debí dejar que te marcharas así... debí comprender que tu silencio...

No te preocupes, Hermione... la interrumpió Harry, retirando su mano lentamente... creo que ahora ya has dejado todo muy claro.

Harry se levantó con brusquedad de la mesa e hizo ademán de marcharse, cuando Hermione lo tomó del brazo.

No, Harry... no entiendes... dijo Hermione molesta... siempre asumes esa actitud de omnipotencia... cuando en realidad estás perdido en un mar de dudas... por favor siéntate... que aun no hemos aclarado nuestra situación.

Harry se soltó con violencia. Se dio cuenta de que los demás comensales los estaban mirando de reojo.

Se sentó a regañadientes.

Ahora escúchame... yo te quiero... te quiero mucho... dijo Hermione con cariño... pero mi corazón...

Entonces todos esos besos y esas caricias fueron un gesto de amistad... dijo Harry con rudeza... a menos que ahora la palabra amistad tenga otro significado que desconozco... o.. ¿Ésa es la nueva forma de tratar a tus amigos?

Hermione se sintió ofendida ante aquellas palabras. Miró el vaso con cerveza de mantequilla que tenía ante sus ojos. Sintió el deseo de vaciarlo sobre la cabeza de Harry.

Pero decidió contenerse, porque ese arrebato sólo complicaría las cosas.

Respiró profundamente y continuó:

Voy a ignorar tus comentarios, porque sé que estás confundido y que en parte es por mi culpa... además, reconozco que yo también estaba confundida... me dejé llevar... y eso ayudó a que vieras las cosas como no son...

Harry, que mantenía una expresión de rabia y frustración en su rostro, comenzó a tamborilear con sus dedos sobre la mesa.

Cada palabra de Hermione le hacía comprender lo equivocado que había estado.

Y repasando mentalmente las palabras escritas en cada una de las cartas que ella le había enviado, trató de buscar alguna que expresara amor y no la encontró.

Tú siempre te crees el dueño de la situación... siempre crees que tienes todo dominado... continuó Hermione con furia ante la actitud de Harry... y que todo gira a tu alrededor... por eso no te dignaste ni un segundo a reflexionar sobre lo que nos estaba pasando...

¿AHORA RESULTA QUE YO TENGO LA CULPA?... preguntó Harry ofendido... te metes en mi vida y yo soy quien lo confundió todo... dejas plantado a Ron y soy yo quien cree que todo gira a mi alrededor...

Por favor, Harry, no metas a Ron en nuestra conversación... dijo Hermione al borde de las lágrimas.

Su rostro había adquirido un color pálido y sus manos temblaban.

Harry lo notó y se sintió muy culpable.

Lo siento, Hermione... discúlpame... perdóname... dijo Harry con miedo... es que... me duele reconocer que una vez más estoy enamorado sin ser correspondido.

Hermione, a quien estas palabras la tomaron totalmente por sorpresa, volvió a colocar el vaso sobre la mesa. Por su mente había pasado la idea de darle uso después de todo.

Sin embargo la situación había dado un giro de ciento ochenta grados.

Harry escondió su rostro entre sus manos.

Otra vez se sentía vacío. Otra vez había perdido.

Y todo aquel tiempo huyendo de algo que no existía. Haciéndose a la idea de que regresaría a cobijarse en los brazos del verdadero amor.

Pero qué idiota he sido... dijo Harry con voz temblorosa.

Harry... dijo Hermione olvidando su rabia.

No... no digas nada... es mejor olvidarlo... dijo Harry tratando de sonreír.

Respiró profundamente y haciendo un gesto con su mano para llamar al mesonero, dijo con una amplia sonrisa:

Vamos a ordenar... que me muero de hambre...¿tú no?

Hermione le sonrió con ternura.

Quizás era mejor olvidarlo.

Aunque sentía pena por su amigo Harry Potter.

Un gran mago, un Héroe de la comunidad mágica, con fama y fortuna, y con tantos amoríos en su haber, que era increíble creer que nunca hubiese encontrado el amor.

Porque Hermione bien sabía que lo que él decía sentir por ella, no era amor; era sólo su ego que le había hecho creer eso.

Sin embargo el amor siempre había estado y aun permanecía fielmente a su lado, solo que él no quería verlo.