GRACIAS A LA CANDIDA ERENDIDA POR SUS COMENTARIOS...
PERDIDI
Claro Harry pasa... dijo Ginny mientras le tomaba la mano... está es tu casa...
Harry se sentó pesadamente en el sof� y dejo descansar su cabeza en el respaldo de forma abatida.
Ginny sentía que su corazón latía mas rápido a medida que se acercaba a aquel joven, y al sentarse a su lado, su piel se erizó, cuando él le acaricio el rostro.
Lo deseaba tanto, que no estaba segura de poder controlar toda la pasión que le producía la cercanía masculina.
Ginny... siempre has sido tan maravillosa conmigo... dijo Harry contemplándola mientras seguía acariciándola... no se como podré agradecerte todas tus bondades...
"Haciéndome el amor ahora mismo", pensó Ginny con descaro.
Sin embargo la mirada de Harry solo expresaba cariño, por lo que ella bajó la mirada y respirando profundo dijo resignada
Sabes que te quiero mucho... siempre puedes contar conmigo... para lo que sea.
"No Harry yo no te quiero... yo te amo... y cuanto daría porque tu también me amaras", pensó Ginny con amargura.
Si lo se... y te lo agradezco mucho... dijo Harry sonriendo... yo también te quiero mucho...
Se levanto con brusquedad del sof� para alejarse de aquellas caricias que estaban perturbando su cordura.
Pero trato de fingir, por lo que dedicándole una pequeña sonrisa le dijo:
¿Quieres un vaso con agua?... no te ves bien...
No estoy bien...se sinceróHarry con tristeza en su voz... hoy he hablado con Hermione...
Ginny se detuvo en su camino a la cocina. Volvió su mirada hacia Harry. Sintió seca la garganta. Se acerco poco a poco y colocándose frente a él, preguntó con un dejo de anhelo en su voz:
Y... ¿qué paso?
Harry levanto la mirada.
No me ama... nunca me amo... fue todo una confusión...
La joven pelirroja sintió un torbellino de sentimientos haciendo erupción como un volcán en su corazón.
Aquella era una noticia impactante. Pero también muy alentadora. Al menos para ella.
Lentamente se sentó de nuevo al lado de Harry.
Él dejo descansar su cabeza en el regazo de Ginny.
Aquello la tomo por sorpresa, y de nuevo el deseo por él, la abrazo como una ráfaga de viento impetuoso, mientras sentía las caricias de Harry subiendo y bajando por su pierna.
Al parecer para él solo era un acto de cariño, pero para ella significaban mucho más. Tratando de librarse de aquellas caricias tan tentadoras, ella le tomo la mano y mientras la sostuvo entre las suyas, hizo acopio de todas sus fuerzas y continuo la conversación lo más normal que pudo.
Quizás seria mejor que me expliques... por que la verdad no entiendo nada... claro solo si quieres hacerlo.
Harry se acomodo en el sofá. Mantuvo su cabeza reclinada en el regazo femenino, solo que ahora la miraba directamente a los ojos.
Ginny no pudo evitar acariciar sus cabellos azabache.
Él le contó con lujo de detalles la conversación que había mantenido con Hermione en el bar: Las Tres Escobas, luego de que había ido de visita a Hogwart.
Puedes creerlo... ella no me ama... luego de lo que vivimos... no entiendo... ¿cómo permitió que pasaran tantas cosas entre nosotros... sino me amaba?.
El corazón de Ginny dio un vuelco.
¿Qué significaba: "...luego de lo que vivimos"... "como permitió que pasaran tantas cosas"?.
¿Acaso habían llegado a una relación mas intima?
Sintió un vació en el estomago. De pronto se sintió un poco mareada.
Todo fue tan maravilloso... continuo Harry sin percatarse cuanto daño hacían sus palabras en aquella joven que mansamente lo escuchaba... juntos descubrimos las delicias del placer compartido... ella es tan fabulosa... tan llena de fuego...
Ginny se paro de golpe, haciendo que Harry cayera al suelo, dándose un fuerte golpe en la cabeza.
?Hey!... pero...
Harry iba a quejarse por aquel repentino acto, pero al ver la mirada de Ginny, comprendió rápidamente que se había equivocado al dejar que sus pensamientos se transformaran en palabras.
Perdona mi insolencia... Ginny... No fue mi intención... ¡Por Merlín!... discúlpame... tu eres una dama... olvida mis necios comentarios.
Ginny miró hacia la ventana. Fue hasta ella y la abrió de par en par. Dejo correr la brisa, porque las lagrimas estaban a punto de hacerse visibles en su rostro y el frió contacto del viento le ayudo a serenarse un poco.
Harry no sabia que hacer para remediar su falta.
La confianza que tenia con Ginny le había hecho sentirse libre y por eso dejo fluir sus pensamientos sin freno. Pero olvido un pequeño detalle, que ella era la hermana de Ron, el antiguo novio de Hermione.
Sin embargo había algo quizás más importante, esa joven bruja lo amaba desde que tenia uso de razón.
Harry no se percato de esa realidad. Él solo pensaba que había herido el orgullo de una mujer.
Pero era mucho mas que eso: Había herido el corazón de una mujer enamorada.
Aquellas palabras habían hecho mella. Porque ella lo amaba con locura. A ese hombre que acaba de confesarle sus intimidades con otra mujer.
Ginny perdóname... soy un estúpido... no debí decir esas cosas... no a ti... perdóname... dijo Harry apenado e intento abrazarla.
Pero ella lo rechazo sutilmente, alejándose de él
Y...ahora...¿qué piensas hacer?... dijo Ginny sin mirarlo a los ojos.
No se... dijo Harry encogiéndose de hombros... quizás ella tenga razón... tal vez en realidad no hubo ni hay amor entre nosotros... solo fue una locura de juventud... un mal entendido.
¿Una locura de juventud?... ¿Un mal entendido?... preguntó Ginny molesta... ¿te das cuenta que por esa "locura", por ese "mal entendido", mi hermano Ron casi pierde la razón... y que debió irse lejos y alejarse de todo y de todos para no cometer una locura?
Harry sintió aquel reclamo de Ginny como una daga clavarse en su corazón.
Él sabia que tarde o temprano eso pasaría. Bajó la mirada.
Un sentimiento de vergüenza lo embargo.
Si lo se... dijo Harry cubriéndose el rostro con sus manos... y no sabes cuanto me duele... saber que por mi culpa... por mi inmadures... por mi estúpido ego... perdí algo tan valioso como la amistad de alguien a quien le debo la vida.
¿Estas seguro?... pregunto Ginny con duda
Harry la miro confundido por aquella pregunta
¿Estas seguro que te dolió?... dijo Ginny aun mas molesta... porque si mal no recuerdo... tu no hiciste nada por recuperar su amistad... o... ¿me equivoco?.
Harry pudo entender todo el resentimiento que Ginny guardaba en su corazón con respecto a ese tema. Con impotencia se dio cuenta que estaba saliendo a flote.
Y pensó que mejor era dejar que ella se desahogara.
Ginny sabia que estaba dándole al asunto un toque surrealista que no tenia, pero quería hacerle daño. Quería hacerlo sufrir tanto como él lo hacía con ella.
Hay errores en la vida... dijo Harry triste... que no pueden enmendarse...
Esa es una posición muy cómoda... dijo Ginny con reproche... es la salida mas fácil... darse por vencido sin luchar... ¿acaso la amistad y el cariño que existió entre mi hermano y tu, no merecen ser rescatados del abismo a donde tu los enviaste?
Harry volvió a sentarse en el sof� y escondió el rostro entre sus manos
Es que no se por donde comenzar... dijo abatido... ha pasado tanto tiempo... y no se si él quiera verme.
He ahí tu mayor problema Harry Potter... dijo Ginny aun molesta... que todo lo das por sobreentendido... y prefieres huir que enfrentarte... si hubieses tenido el valor y la madures necesaria para aclarar tu situación con Hermione...
¿Qué prefiero huir que enfrentarme?... le interrumpió Harry sorprendido... ¿cómo puedes decirme eso?... si tu mejor que nadie sabes como fueron las cosas... tu sabes porque decidí irme...
Pero no dejaste que Hermione te explicara... dijo Ginny a la defensiva... si hubieses respondido a sus cartas, todo se hubiese aclarado.
Admito que debí aclarar las cosas con Hermione... dijo Harry con voz queda... pero nunca mas vuelvas a acusarme de ser un cobarde...
Ginny se estremeció ante la mirada fría de Harry al pronunciar aquellas ultimas palabras.
Y discúlpame si te he desvelado... dijo Harry cansado, mientras se dirigía a la puerta... tratare en el futuro de no molestarte más.
Ginny dejó que Harry se marchara, sin reprocharle todo lo que aun guardaba en su corazón, tanto el amor que por él sentía, como el rencor por la perdida de su hermano.
Harry decidió bajar por las escaleras del edificio, como lo hacían comúnmente los muggles.
Tenia sentimientos encontrados. Por un lado estaba el hecho de reconocer que entre él y Hermione en realidad nunca había existido amor, y por otro el recordar cuanto le dolía haber perdido la amistad de Ron.
Sin embargo un nuevo sentimiento lo embargaba.
Se detuvo en el descanso de la escalera, cuando solo le faltaban unos peldaños para llegar a la planta baja.
Se sentó en el penúltimo escalón y recostó su cabeza de la pared pintada de un tenue color salmón.
Cerro sus ojos y decidió dejar que el pasado se adueñara una vez mas de su mente, sin saber que a varios kilómetros de distancia alguien más estaba sumida en ese mismo pasado.
Aquella noche todos dormían o al menos eso era lo que se esperaba a altas horas de la madrugada en la vieja casona, que a la vista muggle se encontraba sobre una colina en las afueras de Escocia, y en cuyas rejas de hierro oxidado descansaba un letrero que advertía: "Prohibido el paso. Casa Embrujada".
En aquella edificación en ruinas, funcionaba la Escuela de Juristas Mágicos, donde los jóvenes magos y brujas debían realizar sus estudios leguleyos durante tres años, para llegar a obtener su titulo de: Jurista en Leyes Mágicas.
Era un día de semana. Las actividades habían dejado agotados a todos los miembros tanto del personal estudiantil, como del profesoral, ya que se había llevado a cabo las sesiones de debates intergrupales, que involucraban a los mejores estudiantes de los tres niveles académicos.
Sin embargo alguien permanecía aun despierta en su habitación. Se encontraba sentada frente a su escritorio, mirando extasiada la medalla que acunaba en sus manos. Había ganado el debate que había defendido frente a un jurado. Y se sentía muy orgullosa de si misma. Abrió lentamente la pequeña gaveta, y coloco la medalla en un pequeño cofre. Pero al levantarlo se encontró con una carta.
Sus manos temblaron al tocarla. No necesitaba abrirla para recordar quien la había escrito y las palabras que allí estaban impresas:
" Siempre serás mía, porque tu llenas mi alma, pero eres tan lejana como el horizonte. No se si eres mi fortuna, o eres mi castigo, solo se que te amo sin razón y sin medida...
Y tal vez tanto amor este prohibido... pero igual sigo aquí muriendo por estar contigo..."
"Quizás halla sido mejor así", pensó Hermione con honda tristeza, mientras cerraba lentamente la gaveta.
Ya no podía dar marcha atrás. Aquello había quedado el pasado y ella había decidido olvidarlo, porque había sido un error.
Ahora su mundo eran sus estudios leguleyos y no había cabida para nada más.
Pero que equivocada estaba.
Un golpe en los cristales de la ventana, le hicieron salirse de sus pensamientos.
Abrió el amplio ventanal que daba paso a un pequeñísimo balcón. Allí un joven la esperaba
¡Harry!... ¿qué haces aquí?... pregunto Hermione sorprendida.
Aunque no podía negar que aquella visita le resultaba mas placentera de lo debido.
Hola... lamento molestarte... pero creo que tenemos que hablar... dijo Harry anhelante.
No se... creo que no es lugar ni el momento... dijo Hermione confundida... no deberías estar aquí... si te encuentran no se que excusa pueda dar... además... ¿cómo hiciste para entrar?
Eso no importa... dijo Harry cerrando el ventanal, e invocando un hechizo con su varita mágica, sello las paredes y la puerta... no me voy de aquí, hasta que aclaremos nuestra situación.
Hermione se sentía tan confundida y abrumada por lo que había pasado entre ellos que no sabia como debía actuar.
Harry fue tan solo un beso... dijo Hermione tratando de restarle importancia a lo sucedido... y... no deberias de estar aqui
¿Tan solo un beso?... pregunto Harry mientras se acercaba a ella... ¿estas segura de eso?
La tomo entre sus brazos y la atrajo hasta él. Sus rostros quedaron muy cercanos, sus labios se rozaban.
Dime que me valla y lo haré... dijo Harry sonriendo dulcemente.
Hermione sintió perder la cordura, y sin dudarlo ni meditarlo lo rodeo con sus brazos y cerrando sus ojos acerco mas sus labios, los cuales fueron rodeados por los de Harry.
Se besaron con pasión desenfrenada, mientras se fueron despojando de sus vestiduras.
Hermione sentada sobre la cama gemía y respiraba entrecortadamente, sus dedos se enredaban en la cabellera azabache de Harry, mientras él fue poco a poco recorriendo con sus labios la suave piel de sus muslos, para ir ascendiendo sin prisa, sin pausa hasta llegar a sus ingles y dejarse llevar por el placer de perderse en el centro de su feminidad.
Luego de unieron en un abrazo y dejar que sus cuerpos se fundieran lentamente, para acoplarse en una rítmica y sensual danza, llegaron junto al limite del placer y del deseo.
Al cabo de varios minutos, él descansaba sobre ella, mientras recorría con sus besos su cuello dejando que las manos femeninas acariciaran su espalda.
Harry... esto ha sido... maravilloso... dijo Hermione mirándolo a los ojos... pero no se si ha sido lo correcto.
Por alguna vez en la vida... dijo Harry entre besos... no quiero pensar en nada... solo quiero dejarme llevar...
Pero... y... ¿que hay de ellos?... dijo Hermione tratando de mantener la mente lucida
¿Ellos?... pregunto Harry deteniendo sus besos y mirándola confundido
Si... ellos... Ginny... y...
¿Ginny?... ?Ginny!...
Harry dio un respingo y se encontró sentado al final de las escalera.
Realmente aquello no había sido lo correcto. Y no siempre era buena idea dejar que el deseo controlara la razón.
Ahora estaba pagando las consecuencias de su imprudencia.
No quiero perderte a ti también... dijo Harry en un susurro, mientras miraba nostálgico escaleras arriba... Ginny... en realidad eres muy especia para mi...
Suspiro profundamente, se sorprendió al descubrir que la actitud de Ginny le dolía, podía entenderla, pero no estaba dispuesto a aceptarla. No cometería el mismo error una segunda vez.
"Eres la única amiga que me queda... porque se que entre Hermione y yo nada volverá a ser igual", pensó Harry mientras salía a la calle solitaria.
La luna iluminaba el sendero que sus pasos le hicieron recorrer.
Cruzo la esquina, sin rumbo fijo.
Una serie de tiendas se disponía a ambos lados de la calle.
Uno que otro vehículo automotor muggle transitaba por aquella zona.
Los ladridos lejanos de un perro rompían el silencio de la noche.
De pronto Harry se detuvo. Alguien lo seguía.
Giro su cabeza, tras de si. Pero no vio a nadie.
Sin embargo podía sentir una presencia humana en el lugar.
Con cautela saco su varita mágica.
Repentinamente la oscuridad envolvió el lugar y Harry adopto posición de combate.
¿Quién anda ahí?... dijo Harry amenazadoramente... lo atacare sino me dice quien es...
Pero no hubo respuesta alguna.
Un dolor agudo que hacia un año no experimentaba, ahora lo envolvía con furia.
Calló al suelo, al perder el equilibrio, por el mareo que el dolor en la cicatriz que llevaba en su frente, vestigio de su primer encuentro con Lord Voldemort.
Ese dolor le estaba quemando la piel.
Respiraba con dificultada, estaba angustiado. No podía estar sintiendo aquello.
"No... no... no es posible... él esta muerto... yo lo mate... esta muerto... muerto", pensó con desespero mientras se apretaba con fuerza la cabeza con sus manos.
Un viento suave pero helado le acaricio el rostro.
Sus sentidos se alertaron.
"He regresado... pronto sabrás de mi... aun no hemos terminado Harry Potter"
Aquellas palabras resonaron con fuerza dentro del cerebro de Harry.
¿Ron?... ¿Ron eres tu?... pregunto Harry confuso
La luz plateada de la luna volvió a iluminar la calle.
Y Harry se dio cuenta que lo que fuera aquella presencia, humana o no, se había marchado.
Trato de ordenar sus ideas, porque estaba seguro que esa voz era la de su amigo Ronald Weasley.
Aún sus sienes le latían, al mismo ritmo de su corazón.
Aquel dolor del cual pensó que se había librado para siempre, ahora volvía.
Decidió que algo tenia que hacer, porque solo existía una explicación: Lord Voldemort seguía vivo.
