GRACIAS A GINNY FOR EVER POR SU RR Y POR LEER LA HISTORIA
A ASENTÉ POTTER WEASLEY Y A IRETH ICELADY...PUES... JAJAJAJA... HAN DADO EN EL CLAVO EN ALGUNAS COSAS... PERO NO ES TODAS... JAJAJAJA... (A QUE SOY MALA ¿VERDAD?)... DEBERAN SEGUIR LEYENDO... PARA QUE DESCUBRAN OTRAS TANTAS... BESOS...
GRACIAS... MUCHAS GRACIAS... CUÍDENSE MUCHO
ANTE DIEM
Ginny abrió de nuevo sus ojos, al sentir que Harry se había alejado de ella.
En efecto, el joven mago miraba a su alrededor como buscando algo.
Buscaba el sitio donde podían permanecer sin ser vistos ni oídos, el tiempo necesario, para esperar el día señalado.
-¡Allá está!... se alegró Harry al divisar una pequeña casita campestre al borde de una hermosa pradera.
Ginny siguió con su mirada la dirección que Harry le indicaba.
Y el corazón le dio un vuelco al contemplar aquel lugar de ensueño.
Era una amplia extensión de tierra, una planicie donde la hierba verdosa con matices amarillos y rojizos, danzaba alegremente al compás del viento. Y sobresalían de aquella alfombra natural, miles de mariposas que jugueteaban sobre flores de diferentes formas y colores, compitiendo con pequeñas abejas por el polen de los largos pistilos.
Habían agrupaciones de arbustos formando una especie de camino, que conducía sin duda al lecho de un rió.
Quizás no había sido buena idea acompañar a Harry hasta aquel lugar.
¿Cómo iba a poder contenerse?.
¿Cómo iba a poder seguir ocultando sus sentimientos y deseos en ese paraíso y al lado de él?.
-Vamos Ginny... veras que el lugar es cómodo... dijo Harry amablemente, mientras con un gesto de su mano la invitaba a seguirlo
Ginny suspiró profundamente y anduvo tras los pasos del Harry.
Llegaron hasta la casita. Harry saco su varita mágica y abrió la puerta con ella, luego de invocar un "Alohomora".
Mantuvo la varita empuñada en su mano, mientras entraban.
Ella también llevaba su varita, e invocando un hechizo, hizo que las velas se encendieran y pudo contemplar mejor el lugar.
Había una pequeña sala, seguida de un pasillo, que conducía a dos habitaciones, una era la cocina y la otra un amplio cuarto con su baño.
El pasillo terminaba en una puerta de madera.
Parecía que aquella casa tenia años sin ser habitada: Todo estaba sucio, largas y gruesas telarañas colgaban de los techos y de las únicas dos ventanas sin cortinas por donde entraban los recién nacientes rayos del sol.
-Bueno creo que debemos regresar... dijo Harry mirando el giratiempo que había sacado de un bolsillo de su túnica.
Se acercó a Ginny, y paso alrededor de su cuello y del suyo, la cadena de oro.
Ella no podía apartar sus ojos de él, sus rostros estaban muy cercanos.
-¿Estás lista?... preguntó Harry
-Sí... afirmó Ginny sin reservas.
Harry le dio catorce vueltas al giratiempo. Sintieron un vértigo que duró solo segundos. Todo a su alrededor daba vueltas. Pero repentinamente se detuvo.
Aun estaban en la casita. Con la diferencia que todo estaba limpio. Los muebles, cortinas y alfombras parecían casi nuevos.
-Harry explícame algo... ¿donde estamos?... y... ¿de quien es esta casa?
-Estamos en las afueras de Hogwarts y esta casa es de Hagrid... dijo Harry guardando el giratiempo en el bolsillo de su pantalón.
Luego tomo de la mano a Ginny, al ver su cara de asombro y desconcierto.
Ambos se acercaron a la ventana. Él levanto la cortina que cubría el cristal, y señalando hacia la pradera dijo:
-¿Ves aquel sendero rodeado de arbustos?
-Si... dijo Ginny agudizando su visión
-Ese sendero conduce al bosque prohibido... ¿recuerdas que ahí fue donde ocurrió todo?... dijo Harry sin evitar estremecerse al recordarlo.
-Si lo recuerdo... me parece que fue ayer... dijo Ginny en un suspiro.
Harry bajo la mirada, para él también aquello estaba mas reciente que nunca.
Y saber que tendría que revivirlo le hacia sentirse temeroso.
-No te preocupes Harry... todo saldrá bien... dijo Ginny con dulzura.
Él sonrió y comenzó a acercarse a Ginny para darle un beso en la mejilla, pero ella lo rechazó sutilmente diciendo:
-¿Quieres desayunar?... luego puedes dormir un rato... tal vez estés cansado.
-No es mala idea... dijo Harry manteniendo su sonrisa.
En pocos minutos Ginny había preparado un delicioso desayuno, el cual Harry no pudo dejar de elogiar.
-¡Exquisito Ginny!... en serio... dijo Harry satisfecho mientras se limpiaba la boca con una servilleta... ¡tan rico como los de tu mamá!.
-Me alegro que te halla gustado... dijo Ginny algo ruborizada.
-Deberías de mudarte unos días conmigo... tal vez así aprendo algo... porque en la cocina soy un desastre... dijo Harry en tono jocoso, mientras se levantaba y comenzaba a recoger la mesa.
-"No solo unos días... si por mi fuera... el resto de tu vida", pensó Ginny bajando la mirada.
Una vez que ya todo estaba en orden. Harry sintió que el cansancio lo invadía.
-Creo que seguiré tu consejo... unas horas de sueño no vendrían mal.
-Me parece bien... dijo Ginny mientras se sentaba en un sillón y con un toque de su varita hacia aparecer unas carpetas llenas de papeles sobre la mesa cuadrangular que dominaba la sala.
-Pero... ¿qué haces?... preguntó Harry asombrado.
-Eeeh... lo que pasa es que tengo mucho trabajo atrasado... dijo Ginny a manera de disculpa.
Pero en realidad era solo una excusa. Así mantendría su mente ocupada en otra cosa.
-No seas tan responsable... tu también debes estar cansada... dijo Harry tomándola de la mano... ven... vamos a descansar un rato.
Pero... ¡hay solo... un... cuarto!... ¡una... sola cama!... titubeo Ginny con reserva y nerviosismo
-No hay problema por eso... dijo Harry restándole importancia al asunto... perfectamente cabemos los dos.
-No Harry... en serio... gracias... pero debo terminar...
-Tonterias... ven... vamos...
Harry no parecía dispuesto a desistir en su idea de que Ginny lo acompañara.
Ella permaneció se pie cerca de la puerta, mientras Harry le quitaba la colcha a la cama y acomodaba las almohadas.
Se quito la túnica y la dejo descansar sobre un banquillo ubicado bajo la ventana.
Ella hizo lo mismo. Y se acostó a lado de él, tratando de evitar el mas pequeño contacto.
-Tengo miedo Ginny... mucho miedo... dijo Harry con sinceridad, mientras se tocaba la cicatriz en su frente.
-Comprendo Harry, que para ti los nuevos acontecimientos no son nada fácil de asumir... dijo Ginny compresiva... pero ya veremos... ahora solo debes descansar.
-Si tienes razón... dijo Harry volviendo sus ojos hacia Ginny... gracias... gracias por estar aquí.
Ella lo contempló, mientras sus ojos verdes se cerraban y caía en un profundo sueño.
Y sin poder evitarlo ella también se dejó vencer por el cansancio.
-¿Qué te parece mi querida Bella?... ¿te agradan los planes que tengo para el muchacho?
Una voz casi humana retumbó contra las frías y mohosas paredes. Procedía de un especie de criatura deforme, ubicada sobre un mullido cojín de terciopelo verde
-No se amo... tengo mis reservas... dudó Bellatrix mientras con delicada dulzura limpiaba la piel áspera y gris de la criatura, al frotar sobre ella un paño que mojaba en un recipiente de plata, lleno de un liquido espumoso... recuerde que ese maldito chico es de armas tomar...
-Si lo se... pero esa es su mayor virtud... además por sus venas corre algo que me ayuda muchísimo en mis planes... dijo la criatura con voz cansada
-Debe descansar amo... mejor no hable más... luego terminamos la conversación... además el chico puede llegar y no conviene que escuche más de lo debido.
Sin embargo Bellatrix no sabia que ese "chico", ya había escuchado suficiente.
El hombre se volvió sobre sus pasos y se alejó del lugar donde minutos antes había llegado con sigilo, a tiempo para escuchar la conversación desde el inicio.
Con una sonrisa retorcida se contempló al espejo de la habitación que ocupaba en aquel lúgubre lugar, admiró su rostro joven, su cabellos ondulados que caían sobre su frente y sus hombros, su cuerpo se veía cada día mas lozano. Realmente era un hombre muy atractivo, pero solo su apariencia externa era agradable a los ojos, si alguien hubiese podido ver su alma quedaría horrorizado.
Pero sonreía. Sonreía complacido, al saber que el Señor Oscuro creía que lo tenia dominado.
Eso le causaba gracias.
Porque él también tenia planes, y llegado el momento serian los suyos los que se ejecutarían y no los de Voldemort.
Harry se despertó sobresaltado. Gruesas gotas de sudor empapaban su cara, su pecho y su espalda. Se incorporó con rapidez agudizando sus sentidos.
A su lado Ginny aun dormía.
-Fue solo un sueño... dijo en un susurro.
Sin embargo su razón no se conformó con esa explicación, le gritaba que no había sido un sueño. Aquel lugar existía y aquella conversación entre una mortifaga y su amo había ocurrido.
Necesitaba estar solo, por lo que abandono la casita y camino rápidamente sin rumbo fijo.
Llegó hasta una pequeña arboleda, que era la antesala al gran bosque, el bosque prohibido.
Se detuvo, porque su mirada estaba borrosa, a causa de las lagrimas. Respiraba con dificultad. Miro al cielo, y luego hacia la casita que había dejado atrás.
Se sentía inquieto, incomodo, triste.
Pero poco a poco esos sentimientos fueron remplazados por uno mas fuerte: la rabia.
Sin pensarlo, golpeó con su mano cerrada en un puño, el árbol mas cercano a él.
Un dolor intenso subió por su brazo acompañado de un crujido.
Contempló sus nudillos sangrantes, pero el mover sus dedos comprobó que no había fracturas.
Sin embargo aquel acto no disminuyó en nada su rabia y amargura. Por el contrario, se habían incrementado y ahora lo acompañaba la impotencia.
Se quedo de pie, inmóvil, frente al árbol, y dejó que su corazón se desahogara.
Lloró. Lloró como no recordaba haberlo hecho antes. Ni siquiera cuando era un niño.
-¿POR QUÉ?... ¿POR QUÉ?... grito desesperado... ¿POR QUÉ VUELVES DE NUEVO PARA ATORMENTARME?
Sus rodillas chocaron con el duro suelo, y rostro en tierra no pudo contener sus lagrimas
-¡¡Estoy cansado!... ¡no quiero continuar con esta pesadilla!... ¡¡no quiero ser mas un asesino!... ¡no quiero!... ¡no quiero!
Sintió que unos brazos lo rodeaban. Levantó los ojos y descubrió un rostro pecoso que le mostraba una mirada bondadosa, y unos labios tiernamente sonrientes.
-Ginny... dijo Harry bajando de nuevo la mirada, avergonzado de que ella lo viera en tal estado de desesperación.
-Cálmate... todo estará bien... le susurro Ginny al oído, mientras lo abrazaba con fuerza.
-Esta vivo Ginny... ¡vivo!... lo vi... lo vi en mis sueños... otra vez... dijo Harry con rabia apretando sus puños con fuerza.
Ginny lo apretó contra ella con más fuerza.
Aquella era una noticia impactante y desalentadora.
Tanta sangre y lagrimas derramadas, para que ese capitulo de la historia aun siguiera abierto.
Harry cerro sus ojos, quería olvidar.
Olvidar tan solo por un momento su triste realidad.
Por lo que, poco a poco, se dejó perder en aquel calor humano.
-Estoy aquí contigo... ahora... para siempre.
Se dejó llevar por el perfume de aquella piel suave.
El sonido rítmico del corazón de Ginny estaba increíblemente acoplado al suyo. Podía sentir su respiración y un leve temblor en su voz, al pronunciar aquellas palabras.
Y por un momento, un arrebato de deseo lo invadió.
La idea de adueñarse de la candidez que ese cuerpo emanaba, le ayudó a olvidarse por un breve instantes de su desesperación.
Delicadamente apartó con sus manos los cabellos rojizos de la chica, que cubrían la piel de su cuello, la cual comenzó a recorrer con sus labios de forma sutil.
Una oleada de incertidumbre, inundó el corazón de Ginny al no entender aquella actitud de Harry.
Pero eso no importaba en aquel momento. Porque ya la razón le había dado paso a la pasión.
-"Si... volveremos a encontrarnos... porque aun no hemos terminado", se dejó escuchar una voz burlona y fría, dentro del cerebro del joven mago.
Harry se separó bruscamente de Ginny, al tiempo que un dolor punzante en su cabeza le nublaba la conciencia.
-¡¡Harry!... ¿qué pasa?... ¿qué te sucede?... dijo Ginny asustada al ver como él sostenía la cabeza entre sus manos.
-Esté maldito dolor... dijo Harry apretando los dientes... que pensé que ya no volvería... pero otra vez quiere dominarme.
-OH... ¡Por Merlín!... dijo Ginny angustiada... ¿qué hago?... ¿en que te ayudo?
Harry cayó de espaldas en la hierva. El dolor comenzaba a hacerse insoportable a medida que unas carcajadas que solo él podía oír, se fueron haciendo cada vez mas fuertes.
Ginny comenzó a desabotonar la túnica y la camisa, al ver que a él le costaba respirar y que su rostro comenzaba a verse pálido y sudoroso.
Sin saber que mas hacer sacó su varita y colocándola sobre la cabeza de Harry convoco un hechizo
-Domare
Harry sintió como el dolor fue disminuyendo, y gracias a eso pudo abrir los ojos e incorporarse.
Estaba algo mareado. Pero pudo sostenerse en pie.
Ginny lo miraba interrogativamente.
-Es él... que ha regresado para atormentarme... dijo Harry molesto consigo mismo por haber sido débil... pero no me va a vencer... juro que no voy a doblegarme ante Voldemort.
En aquellos instantes de agonía, había comprendido que no podía darse por vencido sin luchar, y que si Voldemort quería ser vencido una tercera vez le daría gusto.
