IN AMBIGUO

De regreso a la casita, Harry se mantuvo callado, sumido en sus pensamientos y tratando de organizar sus ideas.

Lo prioritario era regresar a aquel día de Abril y no perder detalle de lo acontecido esa tarde.

Aun no entendía la importancia de eso, pero si era una petición de Albus Dumbledore, él no la discutiría, ni la cuestionaría.

Ginny lo observaba por momentos, no quería apartarlo de sus preocupaciones, pero lo que había ocurrido hacia unos minutos, necesitaba ser discutido.

-¿Harry?... preguntó ella con duda.

-Dime... respondió él sin mirarla

Harry había avanzado unos pasos, con la intención de seguir, pero al ver que ella se había quedado atrás, volvió su mirada y no le quedo más remedio que detenerse.

-Se que tal vez no es el momento... dijo Ginny mirándolo fijamente... pero... con respecto a lo que pasó hace rato... yo quería saber...

-No te preocupes Ginny...

Le interrumpió Harry y con tono resignado continuo ...

-Ya me acostumbrare de nuevo... antes solía pasarme muy seguido...

Harry retomó el camino, dejando a Ginny sumida en un sentimiento de frustración y decepción.

-No era de eso de lo que yo quería que habláramos... dijo Ginny en un susurro, mientras Harry se alejaba.

La noche cayó rápidamente sobre la hermosa pradera.

Ginny se había ido al cuarto y mientras se desvestía, decidió no salir fuera de esas cuatro paredes.

Se sentía molesta con Harry, pero también con ella misma por ser tan vulnerable.

Sin embargo no podía dejar de sentir culpabilidad, sabia que él estaba pasando por un momento difícil y la necesitaba, pero su amor propio y su orgullo le impedían ser la amiga buena y bondadosa que Harry necesitaba.

Contempló su cuerpo desnudo reflejado en el espejo del baño por un momento, y dejo que sus manos recorrieran algunas zonas privadas.

Ella solo quería ser una mujer.

La mujer que él deseara con locura, aunque fuese por un instante. Ese instante que había estado a punto de consumarse entre los dos.

Bajo la regadera dejó que el agua recorriera su cuerpo, para tratar de apagar el volcán que pugnaba por hacer erupción en su piel.

-Vamos Ginny... compórtate... se recrimino a si misma... cálmate... no es este el momento ni el lugar... además él te necesita.

Pero mientras se vestía, una voz en su interior dijo:

-"Y... ¿cuando vas a comenzar a respetarte tu misma?... ¿dónde queda lo que tu sientes?... ¿acaso eso no importa?... ¿acaso Harry Potter se merece tanto amor?... un amor que él no ha sabido valorar"

Ginny terminó de colocarse la túnica limpia, que había hecho aparecer con un toque de su varita mágica, al tiempo que su corazón latía rápidamente. Aquella voz la había inquietado. Porque era una voz fría, penetrante y áspera.

Parecía no ser una buena idea quedarse en aquella habitación, ella sola.

-"Déjalo... Abandónalo ahora... que se las arregle como pueda... no te has dado cuenta ¿verdad?... Harry Potter no quiere a nadie... se quiere solo a si mismo... te usara para satisfacer sus deseos, y luego te abandonara... recuerda lo que paso en el bosque"

¡No!... Harry no es así... dijo Ginny molesta, discutiendo con la voz, mientras se dirigía su mirada en varias direcciones.

La voz ya no estaba en su inconsciente, se había materializado, y quería manipularla.

-"¿No es así?... ¿segura?... y ¿qué me dices de lo que paso con Ronald Weasley?... perdiste a tu hermano por su culpa.

-NO... NO... NO... RON DECIDIÓ SU VIDA... HARRY NADA TIENE QUE VER EN ESO... grito Ginny tratando de abrir la puerta del cuarto, la cual inexplicablemente estaba cerrada.

-"No mientas, ni te mientas a ti misma... tu sabes que es así... continuo la voz de forma inquisidora... Harry Potter es un egoísta... un manipulador... él debe aprender a valorar los sentimientos... tus sentimientos... y... yo puedo ayudarte... juntos podemos vengarnos de él".

-NOOOOOO... grito Ginny desesperada, lanzando hechizos contra las paredes de la habitación.

-GINNY... GINNY... ABRE LA PUERTA... grito Harry desde el otro lado, forcejando con el pomo de la puerta, para tratar de abrirla.

Él se había dormitado en el sofá, pero se había despertado sobresaltado al escuchar los gritos de Ginny, y tardo varios minutos en darse cuenta que no los había soñado.

-¡¡No puedo Harry!... ¡no puedo... esta cerrada!... dijo Ginny llorosa... ¡¡sácame de aquí!... ¡¡es él!... ¡Voldemort! ...

Harry lanzó un poderoso hechizo contra la puerta, preso de la ira al pensar que Voldemort podía dañar a Ginny.

Sin embargo la puerta no se abrió.

Desesperado siguió lanzando hechizos. Pero varios minutos después se detuvo al ver que no había conseguido el efecto deseado.

Entonces puso su mente en blanco. Podía escuchar los sollozos de Ginny, provenientes de la habitación.

-¡GINNY!... ESCUCHAME... CONCENTRATE... CONCENTRATE... grito Harry para tratar de establecer una comunicación mental entre ambos... DEJA TU MENTE EN BLANCO.

Ginny respiro hondo e hizo lo que Harry le decía desde el otro lado de la puerta.

Durante varios minutos trato de no pensar en nada, limpio su mente de pensamientos y sentimientos.

Luego pudo escuchar claramente la voz de Harry.

-"Código Gamma"

Como miembro de la Orden del Fénix, Ginny sabia muy bien lo que eso significaba.

Empuño su varita y rozo con ella la puerta. Cerró sus ojos e inspirando lenta y pausadamente se imagino una enorme hoguera.

-"¿Lista?"... preguntó nuevamente la voz de Harry dentro de su cerebro.

-"Lista"... respondió Ginny de igual forma.

-Voracis Incendium Portus... dijeron con voz clara y potente Harry y Ginny al unísono.

El hechizo combinado, hizo que solo la puerta fuera consumida por un voraz incendio que duro segundos.

Harry entro rápidamente a la habitación y tomando a Ginny del brazo la saco sin mediar palabras con ella.

Solo cuando estuvieron fuera de la casa, fue cuando Harry logro articular palabra

-¿Qué paso?... ¿Voldemort te hizo daño?... pregunto el joven mago con angustia mientras le tocaba los hombros y los brazos.

-No... solo trato de manipular mis pensamientos...dijo ella negando con la cabeza.

-Y... ¿cómo trato de hacerlo?... siguió preguntando Harry al tiempo que la miraba fijamente... ¿qué te dijo?.

-Cosas del pasado... de la vez aquella... cuando la cámara de los secretos fue abierta en Hogwarts... mintió Ginny sin poder mirarlo.

Harry la soltó con delicadeza, ella aprovecho esto y se aparto un poco.

Él la vio alejarse de su lado, y una puntada de dolor se adueño de su corazón, ya que había descubierto en su mente las verdaderas palabras con las cuales Voldemort la quiso manipular.

Ahora todo estaba claro. Ahora entendía las atenciones de Ginny hacia él, todo su cariño y su compañía que de manera incondicional le había brindado siempre.

No podía entender lo tonto y ciego que había sido.

Ella amándolo y él amando a otra.

Pero mas le dolió reconocer lo que ella significaba para él.

Aunque una duda surco su mente, al recordar lo ocurrido en el bosque.

-Ya esta comenzando a amanecer... dijo Ginny en un susurro.

Harry dio un respingó al escuchar la voz femenina.

Y dijo lo primero que le vino a la mente.

-Así parece...

Ambos guardaron silencio por un rato.

Harry se sentía incomodo por haber leído los pensamientos de Ginny sin su consentimiento.

Ella se sentó en la hierba, tratando de borrar de sus mentes las palabras de Voldemort, mientras él permaneció en pie, mirando hacia el horizonte.

El momento se estaba acercando.

Y pensar en eso, le hizo desviar sus pensamientos de lo ocurrido con Ginny.

-Creo que lo mejor será no volver a la casa... dijo Harry fingiendo indiferencia.

-Estoy de acuerdo... dijo Ginny mirando hacia la casita.

Con un movimiento de su varita mágica, Harry hizo aparecer una especie de tienda de campaña muggle, como la que habían usado en el penúltimo mundial de quiddicht.

Él levanto una cortina que cubría la entrada de la tienda e invito a Ginny a entrar.

Ella así lo hizo y observó que el interior era muy amplio, y había una cómoda litera.

-Quieres dormir... ¿abajo o arriba?... preguntó Ginny con una sonrisa.

Quería romper el ambiente tan tenso que de repente había surgido entre los dos.

-Me da igual... escoge tu... dijo Harry con una tímida sonrisa.

Harry había guardado su reloj de pulsera, en uno de los bolsillos de la túnica. La ansiedad le hacia mirarlo cada cinco minutos y si seguía así se volvería loco.

Ginny permanecía en silencio acostada en la parte de arriba de la litera. Miro el reloj que tenia justo frente a ella y vio como las manecillas se acercaba peligrosamente a la media noche. Faltaban tan solo dos horas para que todo comenzara de nuevo.

El tiempo que había pasado entre lo ocurrido en la casita y ese que estaban viviendo había sido muy monótono y silencioso. Durante escasos minutos ellos habían compartido las comidas del día y una que otra corta conversación de cosas sin importancia, tratando inconscientemente de no pensar en lo que les agobiaba.

A él los hechos que pronto tendría que revivir aunado al descubrimiento de los sentimientos de quien juraba ser su mejor amiga.

-"Pero porque te extrañas... ¿acaso desde el día que la conociste en la estación 9 y ¾ no ha sido así?... siempre lo han dicho: Ginny Weasley ama a Harry Potter... él que tu hallas querido negártelo, no implica que ella así lo halla hecho", pensaba Harry para tratar de entender lo que ahora experimentaba.

Y a ella tener que luchar contra la duda y el rencor que aquellas pérfidas palabras habían sembrado en su corazón.

-"No él no es así... claro que no es así... estaba confundido... ¿confundido?... pero... ¿acaso no debió pensar bien las cosas antes de tirar por la ventana una amistad de tantos años?... claro era más fácil vivir el momento, sin importar los sentimientos de los demás... solo le importó satisfacer sus deseos..."

Un ruido alertó sus sentidos, se sentó bruscamente y su mente se puso en blanco.

Harry se levantó pesadamente y mientras se dirigía hacia la salida de la tienda dijo con voz queda:

-El momento ha llegado... si ya no quieres acompañarme no importa... yo entiendo.

Ginny lo vio marcharse, parpadeo varias veces mientras luchaba contra el deseo de correr tras él y la rabia que pugnaba por apoderarse de su razón.

Sin embargo un dejo de cordura se abrió paso entre la densa bruma de incertidumbre que empañaba sus sentimientos.

Quizás eso era lo que Voldemort quería, que ella lo abandonara y él fuera solo al recuentro con el pasado. El por qué tenia de esa corazonada, no sabia, pero no dudo ni un instante en ella, y de un solo salto piso el suelo frió y mientras se colocaba la capa, gritó:

-¡¡Harry!...¡¡Espérame!