OBLIDIUM
Como cada mañana el lobby principal, ubicado en la entrada del Ministerio de Magia de Gran Bretaña, estaba abarrotado de magos y brujas que llegaban presurosos por diferentes medios mágicos, como las chimeneas, trasladores, o apareciendo en el medio de la estancia.
Pero aquella mañana había una inquietud inusual, porque al despacho de cada uno de los departamentos del ministerio había llegado la notificación de una reunión urgente e importante.
Aunque dicha comunicación, no especificaba la razón de esa reunión, para nadie era un secreto. Los rumores de que Lord Voldemort aun estaba vivo se hacían cada vez mas fuertes, y el ver aparecer al famoso Harry Potter en el lobby, vistiendo una lujosa túnica color azul plomizo con ribetes vino tinto, confirmó de manera categórica aquellos rumores.
Él caminó presuroso ante miradas de asombros y saludos amigables, llegó hasta el ascensor, se ubicó en medios de magos y brujas que le hablaban con desanimo sobre la incertidumbre que agobiaba al mundo mágico.
Las puertas del ascensor se abrieron dejando salir al Señor Arthur Weasley, quien al ver a Harry lo recibió con un abrazo, y comprendiendo rápidamente que el joven se encontraba abrumado por las personas que lo tenia casi acorralado, lo tomó del brazo
-Vamos Harry, acompáñame, el señor Ministro te espera
-Gracias por sacarme de allí... agradeció Harry cuando estuvieron a buen resguardo, mientras bajaban las escaleras auxiliares.
-Parecías una celebridad, asediada por sus admiradores... rió el Sr Weasley... ¡pero que dijo!... ¡si eres una celebridad y ellos son tus admiradores!... quizás no debí apartarte de ellos.
-No diga eso ni en broma... le reprochó Harry... yo no soy una celebridad.
-Ja, ja, ja... no te preocupes Harry... pero no quiero ni imaginar que pasara cuando te vean aparecer en el salón de reuniones.
-No sabe de que se trata esa reunión... preguntó Harry con preocupación.
-Pues de lo que nos tiene los pelos de punta... dijo el Sr Weasley mientras con su varita mágica daba un toque al pasamano de la escalera, haciendo que ésta actuara como las escaleras mecánicas muggles.
Harry se sostuvo del pasamano, para no perder el equilibrio, ya que aquello lo tomo por sorpresa.
-¿Qué te parece?... ¿verdad que es genial?... dijo entusiasmado el Sr Weasley... lo vi en una de mis redadas a un banco muggle... he tratado de implantarlo aquí... pero a algunos aun no les parece buena idea.
Harry sonrió al ver que el Sr Weasley actuaba como un jugador de quiddicht con escoba nueva, y por supuesto que la idea no era mala, sobretodo cuando se empleaban para subir.
-Como te iba diciendo... continuo el Sr Weasley mientras su rostro se ensombrecía... ha sido muy difícil asumir que aun no nos hemos librado de la pesadilla de Voldemort... otra vez estamos como al principio.
Harry no pudo evitar que un sentimiento de culpa se adueñara de su corazón.
-Pero aun hay esperanzas... dijo el Sr Weasley volviendo a sonreír... me he enterado de que Dumbledore te encomendó una misión... la cual ya llevaste a cabo...¿no?
-Si así fue... afirmo Harry con melancolía, mientras recordaba todo lo ocurrido.
-¿Harry Potter?... preguntó alguien con alegría, una vez que habían llegado al ultimo piso del ministerio.
Harry y el Sr Weasley volvieron su mirada hacia la izquierda, y vieron como se acercaba presuroso el Ministro de Magia.
-Pero como has crecido muchacho... dijo el ministro mientras lo abrazaba con efusividad.
Harry correspondió con un leve golpe en el hombro derecho del ministro, mientras pensaba
-"Pero si solo ha pasado un año... este ministro y sus cosas"
-¡Que alegría!... ¡que honor que estés entre nosotros!... Lupin ya me había comentado que volverías... pero ven... ven... la reunión esta por comenzar... ven y siéntate a mi lado... dijo el Ministro mientras llevaba a Harry casi a rastras hasta el interior de un amplio salón cuyas paredes estaban decoradas con espejos y el piso forrado con un gruesa alfombra azul.
Todo el personal del ministerio se encontraba allí presente, hablando animadamente unos, otros un tanto preocupados, esperando el inicio de la reunión.
Sin embargo un silencio de fue haciendo eco entre ellos, cuando vieron aparecer al Ministro de Magia acompañado de Harry Potter.
Entre los presentes, Ginny estaba ubicada en las filas centrales, rodeada de sus compañeros de trabajo, quienes no dejaron de opinar respecto al joven mago.
-¡Caramba!... pero que apuesto esta ese Potter... dijo una chica de cabellos rubios dejando escapar un leve silbido.
-Ni que lo digas... dijo otra chica de piel oscura sin poder disimular su embelesamiento... yo nunca lo había visto tan de cerca...
-Hay... por favor... dijo molesto un chico de piel cobriza y facciones arabescas mientras miraba a Harry con desprecio... si trabajo aquí el año pasado... además es de lo mas corriente.
-Rhaji... la envidia no te deja ser objetivo... replicó la chica rubia... ya quisieras tu tener la mitad de lo que tiene ese hombre... además acuérdate que Melany no trabajaba aquí para esa época.
-Es verdad... confirmó Melany... Fanny tiene razón... yo trabajaba en Escocia... pero ahora... me deleitare con semejante bombón.
-Si es que Ginny te deja... dijo Rhaji con sorna.
Melany volvió sus ojos hacia Ginny y mirándola con incredulidad preguntó
-Tu tienes algo que ver con ese Bombón
-No... solo somos amigos... contesto Ginny sin inmutarse.
-Amigo el gusarajo de la lechuga... dijo Fanny entre rizas... y aun así se la come...
-Aunque muera envenado... dijo Rhaji también riendo.
Ginny sonrió hipócritamente, no quería entablar una controversia con sus compañeros, decidió sentarse cerca de su jefe, para no tener que soportar las burlas de Fanny y Rhaji, ni la mirada asesina de Melany.
-¡Pero que sorpresa!...Te dignas a sentarte al lado de tu hermano... dijo Percy sorprendido
-No seas exagerado... dijo Ginny con una sonrisa... además cuando termine esta reunión necesito hablar contigo.
-Si te refieres a lo que me pides en la carta que amaneció en mi escritorio... dijo Percy con voz ceremoniosa... ¡olvídalo!
-Pero Percy... ¡¡por favor!... ¡no seas obstinado!... suplicó Ginny... entiéndeme
-¡No!... ¡y es mi ultima palabra!... ahora concentrémonos en la reunión.
Ginny se acomodó en su asiento, y cruzó los brazos sobre su pecho de forma molesta.
Ya el silencio había cesado, ahora todos los presentes comentaban en susurros la presencia de Harry Potter en aquella reunión. Él no pudo pasar por alto ese detalle, y trato de sentarse un tanto alejado, pero el Ministro de Magia se lo impidió y casi lo obligo a sentarse junto a él.
-Gracias por acudir a mi llamado a esta reunión... dijo el Ministro de Magia colocándose al frente de los empleados del ministerios sentados en sillones ubicados en filas... se que he alterado sus itinerarios... pero no es un secreto el problema que estamos atravesando... tenemos información de que el mago tenebroso que se hace llamar Lord Voldemort aun sigue con vida...
Una reacción de asombro generalizada se hizo sentir.
-Es por ello que mas que nunca debemos estar unidos... y todos los departamentos deberán abocarse por ayudar al Departamento de Aurores para que juntos terminemos de una vez por todas con ese... ser maléfico... continuo el Ministro con voz enérgica... como bien saben nuevamente contamos con la presencia del Señor Harry Potter
Los aplausos llenaron el salón interrumpiendo al ministro. Éste se sonrió y mirando a Harry complacido dijo
-Tal privilegio nos compromete a luchar por reconquistar la paz para siempre... debemos informar a la comunidad mágica de la realidad que nos rodea en este momento... pronto recibirán por escrito las estrategias que seguiremos... y ante cualquier duda, eventualidad por favor informen a sus jefes o a mi sin ningún tipo de reparo... bien creo que eso era todo... tengan muy buenos días.
Los empleados del ministerio se retiraron a las diferentes oficinas, mientras que en el salón permanecieron los aurores.
-Harry me alegro que hallas decido volver con nosotros... dijo Neville Longbotton mientras le extendía la mano para saludarlo.
-Gracias Neville... dijo Harry estrechando su mano mientras le sonreía.
-Damas y caballeros necesito de su atención... dijo Lupin en voz alta mientras se colocaba en pie... debemos comenzar a trabajar arduamente por hacer valer nuestro mundo.
Todos los aurores volvieron su mirada hacia él.
Ginny había regresado a su oficina, cerro la puerta tras ella de forma brusca, sin percatarse de quien venia tras ella.
Toc, Toc
Ginny se volvió hacia la puerta, y se apresuro abrirla, al comprender que quizás había golpeado a quien ahora tocaba
-¿Por qué eres tan obcecada?... dijo Percy molesto mientras se tocaba la nariz como tratando de comprobar sino estaba rota
-Lo siento... no fue mi intención... se disculpo Ginny pero con enfado.
-Ginny se un poco mas racional... le recrimino Percy... no juntes los asuntos personales con el trabajo... además tus labores no tienen nada que ver con él.
-Pero no oíste al Ministro... tenemos que ayudar a los aurores... dijo Ginny molesta... y lo último que quiero es verlo... por favor Percy... acepta mi renuncia...
-Y ¿crees que con eso vas a solucionar las cosas?... ¿crees que con huir de él, vas a estar mejor?... dijo Percy también molesto... ¡compórtate como una mujer!... afronta el reto que implica estar cerca de él... demuéstrale que tu mundo no gira alrededor de él... ¡has que se arrepienta de haberte rechazado!.
Ginny lo miro admirada. No podía creer que aquellos consejos se los estaba dando su Percy, el más circunspecto e inexpresivo de sus hermanos.
Y tuvo que reconocer que él tenia razón. Lo abrazo y sonriendo le dijo
-Gracias hermanito... gracias por tu apoyo... tienes razón... así lo haré.
-Bien... me alegro que un rayo de cordura halla logrado penetrar en esta mentecilla tan rebelde... dijo Percy dándole un beso en la frente... ahora bien... tienes mucho que hacer... debes poner en orden todos los documentos que ya has traducido... porque dentro de poco llega el nuevo Jurista Mágico... y deben estar sobre su escritorio para que pueda empaparse de todo los asuntos que Seamus dejó pendiente.
-Y no sabes quien será el nuevo Jurista... preguntó Ginny curiosa
-Ni idea... dijo Percy encogiéndose de hombros... solo espero que sea tan eficiente como Seamus o si puede mejor... ¡ah!... otra cosa... decidí que vas a compartir oficina con el nuevo Jurista.
-¿Por qué?... pregunto Ginny sorprendida
-Creo que será mejor... así lo ayudaras a que se ponga al día mas rápido.
Los días pasaron. El trabajo en el ministerio se había duplicado. Cada empleado se había tomado muy en serio las palabras del Ministro de Magia aquel día de Junio, mes éste que dio paso rápidamente a Julio.
La gran mayoria no tenia tiempo ni siquiera para compartir un café, quizás un hola y un adiós en los pasillos de forma fugas era lo que mantenía la comunicación entre los departamentos.
Por esa razón, entre algunos aurores surgió la idea de celebrar el vigésimo primer cumpleaños de Harry Potter por todo lo alto, donde asistiera en pleno todos los miembros del ministerio; sugerencia que agrado al Ministro ofreciendo éste todo su apoyo.
Hermione Granger, Jurista del Ministerio recién había regresado de una misión especial en Austria, cuando su jefe le informo de la noticia.
-Señorita Granger... ¿qué le parece la idea?
-Me agrada mucho... Harry se lo merece... opino Hermione complacida.
-Hemos pensado que usted puede ayudarnos... continuo su jefe entusiasmado... queremos que sea una sorpresa... por tal motivo... le pedimos que... no se... invite al Señor Potter a salir... a comer... y luego con algún pretexto lo lleve a la casa del Sr Ministro y... bueno... creo que será una gran sorpresa para él.
-Si... creo que será una gran sorpresa... dijo Hermione sonriendo.
Un reloj lejano anuncio las ocho de la noche.
Ginny levanto su cabeza de la lectura que por horas la había absorbido, alejándola de todo lo que le rodeaba.
Se estrujo los ojos, y luego estiro un poco los brazos. Miro su reloj de pulsera. Volvió a leer el documento que tenia ante ella, escrito en arameo, una antigua lengua, proveniente de tierras del lejano oriente. Sabia que debía terminarlo antes de que el nuevo Jurista Mágico llegara, porque era de vital importancia su contenido.
-Bueno... no me queda de otra... se dijo a si misma resignada... esta noche tendré que dormir aquí si quiero terminar con esto.
Si, eso haría. No quería problemas con el nuevo Jurista. Además no sabia aun quien era, así que era mejor no tentar a la suerte.
Tomó la pluma de águila que reposaba en el tintero y comenzó a escribir la traducción de aquel antiguo texto, cuando alguien llamo a su puerta.
-Adelante... dijo Ginny deteniendo por un momento su labor.
-Hey querida... dijo Fanny alegre... ¿que no te acuerdas que día es hoy?
-No... negó Ginny con sinceridad.
En realidad tenia varias semanas alejada de todo, sumida solo en su trabajo, que ya no sabia a ciencia cierta que día vivía.
-Hoy es el cumpleaños de Harry Potter... tu amigo... dijo Fanny con picardía... ¡¡vamos niña!... ¡que llegamos tarde!.
-"¡El cumpleaños de Harry!", pensó Ginny sorprendida.
Alzo la mirada hacia un cuadro de cristal, en donde se dibujaba la disposición planetaria, y al ver la ubicación de la luna y el sol con respecto a la tierra, supo inmediatamente que estaba a finales del séptimo mes, en el signo de cáncer.
En su afán por no pensar en Harry, se le había pasado por alto aquel detalle, sin contar que la misma Hermione le había llevado la tarjeta de invitación, la cual había guardado no recordaba en que lugar.
-Eeeeh... bueno Fanny... si quieres te adelantas... y allá nos vemos... mintió Ginny con astucia.
-Esta bien... pero no tardes mucho... mira que todas tienen pensado acapararlo... dijo Fanny guiñándole el ojo y saliendo presurosa de la oficina.
Ginny junto sus dos manos, mientras apoyaba sus codos sobre el escritorio. Dejo descansar su frente sobre sus manos unidas. Suspiro profundamente. Una lucha interna se comenzó a gestar: por un lado su corazón el suplicaba que fuera a esa fiesta, una tentación casi irresistible por verlo y estar a su lado la invadió, pero por otro lado la razón le gritaba que tuviera dignidad, porque él no se había dignado a buscarla después de lo ocurrido varias semanas atrás.
Recordó las palabras de Dumbledore: "...quizás anhelas algo que aun no esta a tu alcance..." y luego las de su hermano Percy: "...demuéstrale que tu mundo no gira alrededor de él... ¡has que se arrepienta de haberte rechazado!"
-Quizás sea mejor... que por lo menos una vez en la vida... acepte los consejos que me dan... dijo Ginny con resignación.
Y volviendo a su trabajo, obligó a su mente y a su corazón, a sellar el tema de Harry Potter al menos por un buen tiempo.
