EXTRAERE
Neville pudo, con ayuda de Harry, sentarse en una silla. Lupin se había marchado junto a los aurores para impedir que algún mortifago pudiera entrar al Ministerio.
Dumbledore se sentó al lado del joven mago, Harry se ubicó detrás de éste.
-¿Qué paso?... preguntó Dumbledore impaciente
Neville respiró profundamente y levantando la mirada al techo con actitud derrotada dijo
-Me descubrieron...
Dumbledore y Harry se miraron preocupados.
-Y venían detrás de mi... se que no debí venir al ministerio... pero mi casa fue allanada...
-No te preocupes por eso... dijo Dumbledore comprensivo...
-Pero... tengo noticias... dijo Neville con una tímida sonrisa... Es cierto: Voldemort aun esta vivo... esta escondido en las montañas de Austria... Bellatrix esta con él.
Al escuchar ese nombre Harry no pudo evitar sentir un estremecimiento al igual que Neville.
Por que ese nombre representaba un pasado doloroso para los dos jóvenes aurores.
-Hay un nuevo ejercito de mortifagos... casi todos son jóvenes como nosotros... continuo Neville mirando a Harry... pero... hay alguien... sin embargo no estoy seguro... es solo una suposición... es decir... más bien una conjetura mía.
Harry sintió que su presentimiento se materializaba. Contuvo la respiración. Neville miró nervioso a Dumbledore quien lo invitó con una mirada a continuar hablando
-Bueno... es que hay un nuevo jefe de Mortifagos... hay alguien que ha ocupado el lugar de Lucius Malfoy... otro mago de sangre limpia...
-Y... ¿sabes el nombre de ese mago?... preguntó Dumbledore mirando de reojo a Harry.
-Es que no estoy seguro... dudó Neville bajando la mirada... obtuve su descripción... su procedencia... y ha ayudado a Voldemort suministrando mucha información sobre la Orden del Fénix y sobre el Ministerio... pero lo que mas me sorprendió es que solo tiene un poco mas de un año que se unió a él y ya es su mano derecha.
El corazón de Harry latía rápidamente. Sentía la boca seca. Apretó con algo de fuerza el hombro de Neville y en un susurro casi le suplico
-Por favor... dinos su nombre...
Draco terminaba de acomodar sus cosas en su nuevo escritorio.
-"¡Es increíble lo que el tiempo puede hacer!... puede borrar hasta las huellas mas profundas... y yo que pensé que con solo verla todo volvería a ser igual... pensé que al saberla junto a ese idiota de Potter moriría de celos... pero no... no fue así... aunque esta... tan hermosa... tan segura de si misma... y aun conserva el anillo que le di..."
Mientras Ginny tomo entre sus manos el resto del periódico que aun permanecía en su escritorio
-"Aun no lo puedo creer... comprometidos en matrimonio... pero bien calladito que se lo tenían... con razón Harry me ha ignorado... ni siquiera se ha disculpado... y ella invitándome a su cumpleaños... claro para que viera como se comprometía con él... pues por mi... te lo puedes quedar... si quieres hasta te lo envuelvo en papel de regalo"
Y sin pensarlo, envió con rabia el periódico a un cesto de basura cercano que por el impacto se voltio y se desparramo su contenido por el suelo.
Draco volvió sus ojos hacia el cesto de basura y luego levanto la mirada hacia Ginny que tenia el rostro del mismo color de su cabello.
-"¡Pero que temperamental!... ¡¡todos estos pelirrojos tienen un genio!", pensó sorprendido.
-¿Pensando en Potter nuevamente Srta Weasley?... preguntó Draco volviendo a sus asuntos.
Ginny no contestó, solo bajo la mirada.
Una lagrima pugnaba por salir.
Pero luchó con todas sus fuerzas para que no se hiciera visible. Aun no podía borrar ese sentimiento de su mente ni de su corazón.
Draco comprendió que su comentario había estado fuera de lugar, al tener como respuesta solo el silencio.
-Discúlpeme Srta Weasley... no fue mi intención importunarla... dijo Draco algo apenado.
Ginny le dedico una mirada, y suspirando profundamente apuntó con su varita mágica al cesto de basura, invoco un hechizo y no solo lo coloco en su lugar sino que también introdujo con cuidado los desperdicios dentro. Luego se dispuso a acomodar sus cosas sabiendo que era observada mas de lo que hubiese querido por el nuevo Jurista Mágico.
Nuevamente sus miradas se encontraron.
Ella preguntándose el por qué de su mirada evaluadora y él preguntándose por qué la miraba tanto.
De repente un ruido de pasos que iban y venían los hizo sobresaltarse.
-Y eso... ¿qué ha sido?... preguntó Ginny mientras caminaba hasta la puerta.
Draco la siguió. Ambos se asomaron por el pasillo que estaba desierto. Se miraron extrañados.
Él frunció el entrecejo y dijo con recelo
-Algo no anda bien...
De pronto una sensación punzante en su brazo izquierdo le hizo quejarse dolorosamente.
-¿Qué le pasa?... preguntó Ginny mientras lo tomaba del brazo para tratar de evitar que Draco perdiera el equilibrio, al notar como su cuerpo temblaba.
-Mortifagos... hay mortifagos en el Ministerio... sentenció Draco sin ninguna duda.
-Pero... eso es imposible... negó Ginny temerosa... ellos no pueden entrar... hay protección mágica.
-Se lo que le dijo Srta Weasley... hay mortifagos en este lugar... aseguró Draco sin ninguna duda... creo que usted debe quedarse aquí mientras yo averiguo que esta pasando.
-No... yo voy con usted... dijo Ginny mientras tomaba su varita del escritorio.
-Es peligroso... mejor es que espere... continuo Draco en su afán por que Ginny no se expusiera a lo que él ya sabia.
Sabia muy bien lo que estaba pasando.
El ruido de una explosión hizo temblar la oficina. Ginny se aferró a Draco mientras ambos caían al suelo.
-¡Por Merlín!... susurro Ginny mientras hundía su rostro presa del pánico en el pecho de Draco.
Él agudizo sus sentidos al tiempo que rodeaba a la chica son sus brazos.
Pasaron los minutos tras un largo silencio. Pero ninguno de los dos se atrevía a moverse del sitio donde estaban.
-Voy a ver que ha pasado... de seguro necesitan ayuda... dijo Draco apartando con suma delicadeza el cuerpo femenino.
Ginny se estremeció levemente al sentir como Draco la tocaba de una forma muy sutil, algo que él interpretó como miedo, por lo que le dijo
-No me gusta la idea de dejarla sola Srta Weasley... pero es que...
-No se preocupe Sr Malfoy... no me voy a quedar sola... yo voy con usted... dijo Ginny con firmeza.
Draco comprendió que de nada servia discutir con la joven bruja, por lo que tomándola de la mano le dijo
-Esta bien Srta Weasley... pero nada de querer hacerse la héroe... dijo Draco con voz fría.
Ginny le sonrió, algo que le causo al joven jurista, una leve sensación de aleteo en su estomago lo que lo perturbó por unos segundos.
-"Por favor Draco... tu no estas para estas cosas... y menos con una Weasley".
Salieron con sigilo y caminaron lentamente por el pasillo.
-Quizás sea mejor bajar por las escaleras... dijo Ginny señalando en esa dirección.
Draco analizó la idea y asistiendo con un movimiento de cabeza desvió el rumbo hacia allí.
Bajaron poco a poco cada peldaño, como esperando que alguno explotara en el momento menos esperado.
De pronto unos pasos se fueron haciendo mas audibles.
Ginny apretó la mano de Draco pero este le dijo para tranquilizarla
-Es su hermano Bill...
El mayor de los hermanos Weasley apareció, contrariado, en el descanso de la escalera. Los miro con asombro y tomando aire dijo nervioso.
-Gracias al cielo que están bien... Hay mortifagos por todos lados... aun no han entrado... pero quizás sea solo cuestión de tiempo para que lo logren...
Ginny miro a Draco sorprendida, él había tenido razón.
-Y los aurores... ¿dónde están?... preguntó Ginny nerviosa.
-Han bloqueado las entradas, pero tal vez no sea suficiente... dijo Bill con preocupación.
-¿Dónde esta el jefe de aurores?... preguntó Draco mientras aferraba con fuerza su varita mágica con la mano que tenia libre.
-Está en el lobby principal... dijo Bill mirando tras de si... con el resto de los aurores.
Draco trato de bajar las escaleras con rapidez, pero Ginny lo detuvo. Aun tenia su mano entrelazada con la de ella.
-¿Qué piensa hacer Sr Malfoy?...
-Tratar de ayudar... dijo Draco mientras dirigía su mirada de su mano a los ojos de Ginny
-Cuídese... dijo Ginny amablemente.
Draco le dedicó un media sonrisa, y luego con caballerosidad beso el dorso de la mano que aun tenia entre la suya.
-No entiendo... no entiendo... decía Remus Lupin mientras se paseaba nervioso por el lobby principal del Ministerio... ¿cómo puede estar amenazado el ministerio de esta forma?... ¿qué ha pasado con el sistema de seguridad?
-Justin y el Sr Arthur Weasley están en este instante verificando su efectividad... dijo un auror de mediana edad.
Harry y Dumbledore se hicieron presentes en medio del lobby, Neville venia con ellos.
Los dos jóvenes magos tenían el rostro pálido, ambos a causa de un golpe del que aun no se reponían. Uno moral que hacia trisas el corazón de Harry y otro físico que producía en Neville una fuerte puntada en su cabeza.
-Han sido bloqueadas las entradas y salidas... explicó Lupin ante la mirada interrogativa de Dumbledore... Arthur y Justin están tratando de establecer el fallo del sistema de seguridad... porque sin él es poco el tiempo que nos queda antes de que entren... pero no entiendo Albus... no entiendo como ha pasado esto.
-Eso solo tiene una respuesta... dijo Draco con voz fría.
Había aparecido por uno de los pasillo laterales.
Todos volvieron sus miradas hacia él.
-Draco Malfoy... ¡que gusto verte!... dijo Dumbledore con una sonrisa acercándose hasta él.
Draco se sorprendió ante el gesto de Dumbledore. Él pensaba que éste aun le guardaba rencor por lo ocurrido.
-El gusto es todo mío Profesor Dumbledore... dijo Draco con sumo respeto estrechando con fuerza la mano del viejo director... pero... yo... pensé que usted...
-No Draco... no te guardo rencor alguno... le sonrió benévolo... recapacitaste... eso es lo importante... además como reza un pensamiento muggle: el buen hijo siempre vuelve a casa... así que eres bienvenido a tu casa.
Draco sintió un dejo de vergüenza antes aquellas palabras, por lo que no pudo evitar que sus pálidas mejillas se tiñeran de un rosa pálido.
En ese instante la atención de todos fue puesta en un par de magos que hacían su aparición en medio de los allí presentes.
-Imposible... dijo el Sr Weasley con actitud derrotada... no pudimos reparar la falla... hicieron un hechizo desestabilizador muy potente... así que solo es cuestión de tiempo de que el escudo antimortifagos termine de debilitarse y pueda ser vencido.
Todos se miraron angustiados.
-Yo creo tener la solución al problema... dijo Draco dando un paso al frente... eso es magia negra avanzada.
-¿Magia negra avanzada?... pregunto Lupin sorprendido... pero... ¿cómo y quienes pudieron hacer eso?.
-Ese hechizo fue hecho por alguien desde aquí adentro... explicó Draco... sino no puede ser tan potente ni tan efectivo.
-¿Quieres decir que hay un traidor entre nosotros?... preguntó Harry ofendido.
-Si... y es un mortifago activo... afirmó Draco mirándolo fijamente... y debo decir que es muy poderoso.
-Y tu ¿cómo sabes eso?... si recién acabas de llegar... atacó Harry muy molesto... no será... ¿qué tu tienes que ver con todo esto?
-Tus acusaciones me tienen sin cuidado Potter... contraataco Draco con voz fría... recuerda que soy un exmortifago... se como actúan y piensan... ¿acaso en la escuela de aurores no te enseñaron a descubrirlos?... o no asististe a esa clase por estar en otros menesteres.
Harry se sintió herido en su orgullo. Sabia muy bien a que se refería Draco con esas palabras.
-Caballeros por favor... intervinó Lupin con un dejo de molestia en su voz... no es momento para discutir sus problemas personales...
-Has lo que tengas que hacer Draco... puntualizó Dumbledore con autoridad.
Draco le dedicó una leve reverencia y girando sobre sus talones caminó hasta la puerta principal del ministerio.
De pronto, dentro de las chimeneas ubicadas a lo largo del pasillo principal, comenzó a arder una llamarada incandescente.
Los aurores se prepararon para el combate.
Y de entre ese fuego comenzaron a salir los mortifagos.
Draco volvió la mirada tras de si y viendo lo que ocurría se apresuro para llegar a su destino.
Podía escuchar como a sus espaldas aurores y mortifagos intercambiaban hechizos en una batalla que rápidamente se fue tornando mas violenta.
Draco llegó hasta la puerta principal, levantó su varita y haciendo movimientos circulares con la misma en el aire, cerro sus ojos e invoco un hechizo.
-Rumpere Níger Incantatum
Harry desarmó a tres mortifagos y los había lanzado contra las paredes dejándolos sin sentido. Neville había hecho lo propio con dos mas.
Ambos magos se miraron complacidos por un momento. Pero Neville desvió su mirada al ver como un mortifago se escabullía por un rincón y se acercaba peligrosamente a un Draco distraído.
-Harry... dijo Neville llamando la atención de su compañero.
Harry se dio cuenta de la situación y volvió su mirada hacia Draco, quien se hallaba frente a la puerta principal del ministerio.
Estaba envuelto en una especie de esfera blanquecina y de su varita mágica salía un rayo amarillo que al chocar con la puerta de vidrio se bifurcaba en un abanico y se extendía por las paredes aledañas.
Draco por su parte noto la presencia del mortifago tras él. Sin embargo mantuvo la concentración en el hechizo convocado, que era la prioridad en ese momento para evitar que nuevos mortifagos siguieran entrando al ministerio.
Un sonido fuerte y grave resonó por todo el recinto, haciendo que tanto aurores como mortifagos detuvieran la lucha por unos instantes, mientras lograban descubrir que había ocurrido.
Casi inmediatamente los fuegos que ardían en las chimeneas se apagaron tan rápido como habían aparecido.
Los mortifagos que aun quedaban en pie, se miraron aterrados, habían quedado atrapados.
-¡ATRAPEREUS!... grito Lupin al tiempo que de su varita salían gruesas cadenas que apresaron rápidamente a los mortifagos.
Un segundo sonido mas agudo, volvió a desviar las atenciones.
Otro mortifago era lanzado contra una pared.
Harry mantenía su varita apuntándolo con rabia y Neville sostenía a Draco que trataba de mantenerse en pie.
-Pero ese Nuevo Jurista no solo es guapísimo... sino también muy valiente... decía minutos mas tardes Melany quien se encontraba rodeada por decenas de trabajadores del ministerio que reunidos en el lobby principal celebraban que el ataque de los mortifagos hubiese sido controlado.
Ginny se encontraba algo alejada del tumulto. Miraba impaciente las manecillas del gran reloj de pared que ubicado a la izquierda de la entrada, le indicaba que los minutos pasaban sin que se su hermano Bill viniera a decirle como se encontraba Draco, como él se lo había prometido.
-"Pero ¡¡por Merlín!... Ginny... ¡¡contrólate!... de cuando a acá tanta preocupación por Draco... ¿Draco?... no... no... para ti es el Sr Malfoy... es tu jefe inmediato... que no se te olvide... tu eres una Weasley... y él es un Malfoy... y esos apellidos no van...", pensaba Ginny molesta y preocupada, mientras inconscientemente se frotaba el dorso de la mano que horas antes unos labios pálidos y algo fríos había besado... "¡por favor!... no tienes ni veinticuatro horas compartiendo con él... pero es que es... ¡tan diferente!"
-Bueno Ginny... todo esta bien... dijo Bill con tono alegre, haciendo salir a Ginny abruptamente de sus pensamientos por lo que dio un fuerte respingo... pero... ¿qué pasa?... ¿te asuste?... discúlpame... me imagino que con todo este revuelo... no es para menos...
-No... no... solo estaba pensando... intento aclarar Ginny... así que todo esta bien... ¿Dra... el Sr Malfoy esta bien?
-Si esta bien... Dumbledore, Remus, Harry y Hermione están con él... dijo Bill sonriente.
-Y... ¿no puede recibir visitas?... preguntó Ginny tratando de disimular la molestia que le había causado escuchar aquel último nombre.
-Si... esta en el salón principal... un curandero ya lo examinó... y dijo que esta bien... respondió Bill... pero que manera de comenzar su primer día de trabajo... rompiendo encantamientos de Artes Oscuras.
-"Entonces es cierto lo que dicen... fue él quien evitó que mas mortifagos pudieran entran al ministerio?", pensó Ginny sorprendida.
Efectivamente Draco había sido examinado por un curandero quien les informo a los demás presentes que el joven mago solo tenia un cansancio momentáneo por el esfuerzo requerido para la invocación del hechizo.
Pero sugirió que debía guardar reposo por ese día.
-Una vez mas... gracias por todo Draco... agradeció Lupin luego de que el curandero se había marchado... no se que fuera de este ministerio en estos momentos sin tu ayuda
-Estaríamos a salvo sin duda alguna... dijo Draco con tranquilidad... usted tranquilamente hubiese realizado el hechizo tanto o mejor que yo.
-¿Quieres que te traiga algo?... preguntó Hermione mientras le arreglaba los almohadones que tenia en su espalda.
Harry la miro de reojo.
-"Es increíble... no puede disimular cuanto lo ama... desde que supo lo del incidente... no se ha querido mover de su lado", pensó con envidia.
Draco detuvo a la joven bruja y apartándola de él con algo de brusquedad dijo con un dejo de rencor en su voz
-No gracias Srta Granger... no necesito nada... además debo volver a mi trabajo
-De ninguna manera... el curandero dijo que tenias que guardar reposo... intervino Lupin preocupado.
-Pero si estoy bien... reclamo Draco fastidiado... es mi primer día de trabajo... ¿que dirá mi jefe?... bien saben que no podemos darnos el lujo de seguir retrasándonos con esos documentos.
-No hay problema por eso... dijo Dumbledore sonriente... si tu no puedes ir a la oficina que ella venga a ti... avisaremos a Percy para que venga aquí... y creo... que debemos volver a nuestros asuntos.
Y con un movimiento de su varita acondiciono en segundos, el lugar como una pequeña oficina.
-Potter... por favor... me concedes unos minutos de tu tiempo... dijo Draco para impedir que Harry se marchara.
-Tu dirás Malfoy... dijo Harry con recelo luego de que solo habían quedado ellos dos en el salón.
-El asunto será rápido... dijo Draco con frialdad... solo quería agradecerte lo que hiciste... se que impediste que ese mortifago me atacara por la espalda.
-Olvídalo Malfoy... dijo Harry algo sorprendido ante la actitud de antiguo enemigo, e imitando la voz de Lupin continuo... no se que fuera de este ministerio en estos momentos sin tu ayuda.
-No estoy para bromas Potter... dijo Draco algo molesto... si agradezco tu ayuda... es porque soy un caballero... y se reconocer la buena voluntad que tuviste para conmigo.
-Esta bien Malfoy... no te preocupes... lo hubiese hecho por cualquiera... dijo Harry a modo de despedida.
-Espera Potter... quiero preguntarte algo.
Draco tuvo la tentación de preguntar algo sobre su relación con Hermione, pero se contuvo. Eso era un tema que ya no tenia discusión ni vuelta de hoja.
-No te parece extraño... que el ministro de magia no estuvo presente en ningún momento.
Una hora más tarde, ya todo había vuelto a la normalidad y todos los trabajadores se encontraban en sus obligaciones habituales.
La jornada de trabajo llegó rápidamente a su fin.
Ginny miro el escritorio vació de su jefe, y una lucha comenzó a pugnar en su interior.
Quería ir a verlo, pero no encontraba la excusa para hacerlo.
-"Pero es tu jefe... estas en tu derecho de ir a verlo", pensaba contrariada... "y si aun esta Hermione allí con él... y ¿que le diré?... no... mejor no voy"
Comenzó a caminar hacia la puerta.
Pero se detuvo cuando vislumbró algo que descansaba sobre la silla ejecutiva.
Era el maletín de piel de unicornio. La excusa perfecta se le presentaba en bandeja de plata.
Llego hasta el salón principal del ministerio, podía escuchar voces que llegaban del interior.
Toco con cuidado la puerta
-Adelante... pase... se escucho la voz de Percy Weasley
Ella abrió la puerta con timidez.
-Ah... Ginny... eres tu... dijo Percy algo contrariado… pero pasa… no te quedes allí parada…
Draco clavo su mirada gris sobre ella. Era la persona que él menos esperaba en ese momento.
-Permiso... dijo Ginny sin atreverse a mirar a Draco, pero podía sentir su mirada... el Sr Malfoy dejo esto en la oficina.
Ginny mostró el maletín que llevaba entre sus manos.
-Gracias Srta Weasley... no recordaba donde lo había dejado.
-Bien... me despido nuevamente Malfoy... creo que todo ha quedado claro ¿no?... dijo Percy mientras se acercaba presuroso a la puerta mientras miraba su reloj impaciente
-Si Weasley completamente claro... mañana me pondré a revisar todos esos informes... dijo Draco mientras se colocaba en pie con algo de dificultad.
Aun le dolía el cuerpo y se sentía algo mareado. Pero trato de disimular todo lo que pudo.
-Entonces será hasta mañana... dijo Percy acercándose nuevamente a Draco para estrechar su mano y volviéndose luego hacia su hermana continuó... por favor Ginny te quiero aquí a primera hora.
-Así será... dijo Ginny mientras le daba un corto beso en la mejilla.
Ambos quedaron solos y un silencio incomodo se adueño del lugar.
Ginny colocó el maletín en el escritorio y armándose de valor sostuvo la mirada de su nuevo jefe.
-¿Cómo se encuentra?... preguntó nerviosa
-Bien... mucho mejor... gracias... contestó Draco con una media sonrisa en el rostro... pero por favor... siéntese.
Draco la invito a tomar asiento a su lado en el gran sofá.
-Estuve revisando algunos documentos con su hermano Percy... le molestaría si hablamos sobre ellos...
Draco sabia que ya la jornada laboral había terminado, pero por alguna extraña razón que no comprendía, y que tampoco quería analizar en ese instante, no deseaba que la joven pelirroja se fuera tan rápido de su lado.
Ginny se sentía algo cansada por las horas que pasó traduciendo antiguos pergaminos, por lo que su mente le suplicaba un descanso, pero su corazón quería seguir latiendo al ritmo que ahora lo hacia sintiéndose tan cerca de ese hombre, que alguna vez creyó odiar, pero que ahora le resultaba tan desconocido y tentador.
Por lo que sin dudarlo se sentó al lado de Draco Malfoy.
