INTER NOS

-Aun no me convence el asunto Remus... cuestionó Harry la decisión del Ministro de Magia.

-Creo que no tenemos tiempo para analizar a fondo las ideas del Ministro... dijo Remus mientras caminaban por uno de los pasillos del ministerio... pero debo reconocer que no me sentiría tranquilo si otro auror asumiera esa misión.

-Estoy dispuesto a asumir los riesgos, pero no quiero que Ginny sea expuesta innecesariamente... dijo Harry preocupado.

-Ella sabe cuidarse, solo vas en plan de averiguar... no de enfrentarte... aclaro Remus... además no me vas a negar que tal compañía no es de tu agrado.

Harry suspiro profundamente, tenia una confusión de sentimientos.

Por una parte quería ansioso poder compartir esos días a solas con Ginny, pero por otra parte no quería exponerla a un riesgo de esa magnitud.

Permaneció un buen rato a solas luego de que había terminado de planear su próxima misión con el jefe de aurores.

Tenia en sus manos la carta de notificación que debía entregarle a Ginny, en donde se le nombraba como ayudante en dicha misión.

No sabia si entregársela personalmente o enviarla por lechuza.

Y tampoco sabia, porque experimentaba esa extraña emoción en su estomago.

Si hasta solo hacia unos días, Ginny era casi desapercibida antes sus ojos.

Pero al ser testigo de esa cercanía entre ella y Malfoy, algo había nacido en él.

Quizás eran celos, o tal vez sentirse desplazado en el corazón de la chica hería su ego, pero lo cierto era que no permitiría que nada ni nadie le robara el amor de Ginny, del cual él se sabia dueño.

Se levantó y guardando la carta dentro de un bolsillo interior de su túnica, decidió hacer una pequeña visita.

Dos jóvenes caminaban lentamente por una solitaria calle en el pueblo de Hosmeade.

El silencio era su única compañía luego de abandonar un pequeño restaurante donde habían compartido unas cervezas de mantequilla.

Ella lo miraba de reojo de vez en cuando, tratando de encontrar en su mirada la razón de aquella invitación.

Él tenia la mirada fija en el cielo dibujado de tonalidades naranja, que anunciaban el advenimiento del ocaso. Quería aclarar su corazón. Necesitaba poner en orden sus sentimientos e ideas, porque no deseaba equivocarse nuevamente.

Y tenia el presentimiento que aquella compañía lo ayudaría en sus propósitos.

Aunque aun no entendía, como aquella joven en tan poco tiempo había conseguido conquistarlo de tal manera.

-Va a decirme de una vez, ¿qué le pasa Sr Malfoy?... dijo Ginny deteniéndose de improviso.

Realmente se sentía muy ansiosa por entender la actitud de su jefe.

-No lo se... se sincero Draco, sin dejar de mirar al horizonte... hoy viví un momento con el cual soñé por mucho tiempo... pero me ha dejado una sensación de vació... y no se... me siento perdido.

-Y puedo saber que momento fue ese... pregunto Ginny servil... claro... si usted quiere contarme.

Draco le dedico una mirada, y suspirando despacio le dijo

-Hermione y yo tuvimos un encuentro... y al principio fue muy agradable... muy placentero... volver a sentir sus labios, sus caricias... pero... luego... fue tan triste descubrir que sus labios y su piel tenían otro sabor que no era el mío... y también reconocer que... ya el amor no es el mismo.

Ginny sintió un dejo de tristeza y de rabia al escuchar aquellas palabras, que no supo explicarse, porque no tenían lógica.

Ese hombre allí frente a ella, le confesaba al igual que lo había hecho alguien mas hacia un tiempo atrás, cuan dolorido estaba su corazón por un mal amor.

Y otra vez no era ella la protagonista.

Aparte de que en algún momento que ahora no precisaba se había dejado embriagar por la fantasía nuevamente.

Sentía que estaba perdiendo algo, que aun no tenia.

-"Pero perdiendo ¿qué?... si nada de él es tuyo..."... razono con amargura.

Un viento frió comenzó a soplar con fuerza.

-Quizás deba darle tiempo al tiempo... sugirió Ginny manteniendo una postura neutral... tal vez Hermione recapacitó y quiere reconquistar su amor...

-Pero me parece que ya es tarde para eso... sentencio Draco, volviendo sus ojos hacia el cielo que de pronto se había tornado de un color gris intenso.

-A veces no es bueno negarle una oportunidad al corazón... medito Ginny... una vez leí en un libro muggle un pensamiento que rezaba: "el corazón tiene razones, que la razón no conoce", y creo que es cierto...

-Si es muy cierto... y quizás mi corazón quiere otra oportunidad... pero con un matiz diferente... dijo Draco tomando a Ginny de la mano.

Ginny observo el gesto algo sorprendida.

Unas gotas de agua comenzaron a mojarlos.

Ambos miraron el cielo y vieron como grandes nubes grises se arremolinaban, amenazando con la posibilidad de que una fuerte lluvia cayera sobre ellos.

-Vamos hacia aquel lugar... señalo Draco mientras aferraba a la chica y conduciéndola hasta una pequeña plazoleta, protegida por arcos blancos, sobre los que descansaba un techo de tejas rojas.

Llegaron al lugar justo a tiempo.

La lluvia se hizo presente de forma brusca, mientras el viento comenzaba a soplar con mayor fuerza.

Ginny se abrazo a si misma, tratando de mitigar el frió repentino, mientras se alejaba de Draco.

Estaba muy confundida. No entendía la actitud de aquel hombre, por lo que mas le inquietaba era que no se entendía a si misma.

-No pretendo abrumar su corazón, srta Weasley... se disculpo Draco... discúlpeme si mi actitud ha causado tal efecto... es solo que a veces en el juego de la vida es necesario apostar aun a riesgo de perder.

-No se disculpe Sr Malfoy... dijo Ginny mirándolo con ternura... puedo entenderlo perfectamente... yo tampoco he tenido suerte en el amor.

-Si lo se... he podido ver en sus ojos, la nostalgia de un amor no correspondido... dijo Draco fijando su mirada en ella... realmente ha sido un idiota el que no ha sabido valorarla...

El ruido de las gotas de lluvia golpeando el techo se intensifico. Excusa que supo Draco aprovechar para acercarse mas a Ginny.

Ella temblaba ligeramente, por lo que él se despojo de su capa y se la coloco sobre los hombros.

Y allí tras ella, dejo descansar sus manos sobre los hombros femeninos.

-Me gustas mucho... Ginny Weasley... confeso Draco de pronto.

Ginny sintió que se ruborizaba, mientras las manos de él acariciaban suavemente sus cabellos.

Ella comprendió que debía escapar de aquellas caricias, antes de que fuera vencida y conquistada.

Por lo que sin pensarlo se alejo rápidamente, dejando caer la capa de Draco en el suelo, y abandonando el refugio.

Camino varios metros, bajo aquella lluvia torrencial que en pocos minutos la mojo por completo.

Pero se detuvo.

Volvió su mirada al hombre que había dejado atrás.

Quería una oportunidad para amar y ser amada.

El destino estaba allí ofreciéndosela y ella torpemente la estaba rechazando.

Había llegado el momento de jugar, el momento de apostar a ganador.

-Tu también me gustas mucho... Draco Malfoy... grito Ginny, abriendo sus brazos.

Draco en un principio pensó que su confesión había sido demasiado aventurera, y que en vez de acercar a Ginny, mas bien la alejaría, pero se sorprendió gratamente ante aquellas palabras que la joven pelirroja gritaba en medio del temporal.

Y sin dudarlo se lanzo a sus brazos.

Se abrazaron con fuerza, mientras el agua fría, recorría sus cuerpos.

Sus labios se buscaron, rozándose suavemente con la intención de conocerse, de sentirse, de pedir permiso para una exploración mas fuerte y profunda.

Se besaron con desenfreno.

Un nuevo y extraño sentimiento había nacido entre ellos.

Un sentimiento ilógico que quizás los empujaría al abismo de la locura.

La razón intento abrirse paso entre el deseo.

Se miraron unos segundos.

Pero el corazón no daría tregua. Por una vez quería ser él quien mandara y así fue.

Draco la tomo con fuerza por la cintura y pasando un brazo por sus piernas, la alzo para conducirla de nuevo hasta la plazoleta.

Y allí continuaron llenándose de besos y caricias, sin importar que varias centellas surcaran los cielos, estremeciendo el lugar aunque no tanto como lo hacían aquellos dos cuerpos bajo un vendaval de pasión que intentaba consumirlos.

Harry caminaba poco a poco por el pasillo que conducía al Departamento de Juristas. Apretaba contra si la carta que guardaba celosamente, una carta que le daría la oportunidad de reconquistar lo perdido.

Toco la puerta con determinación.

Una voz femenina le invito a entrar.

-¡Harry!... ¡hola!... ¿a que debo tu visita?... sonrió Hermione mientras con un toque de su varita acerco una silla hasta ella.

-Hola Hermione... lamento interrumpir tu trabajo... pero... necesito que hablemos... dijo Harry sentándose en la silla que le era ofrecida.

Hermione se sorprendió un poco ante aquella petición. Pero se dispuso a escucharlo con atención.

-Tu dirás...

-Hablemos sin rodeos... se muy bien que la llegada de Malfoy a causado algo de revuelo... dijo Harry con seriedad... y se que tu no has escapado a eso... Y por tal razón quiero que me digas con total sinceridad... si te gustaría volver a estar con él.

Hermione se sonrojo un poco ante aquellas inesperadas palabras. Lo menos que se imaginaba era que precisamente Harry le preguntara tal cosa.

-Pero... Harry... no entiendo... ¿a que viene esto?... dijo Hermione con duda.

-Muy simple... necesito que alejes a Malfoy de Ginny... dijo Harry sin inmutarse.

-¿Queee?... ¿Ginny?... ¿qué tiene que ver ella con Draco?... preguntó Hermione asustada y confundida.

-Lamento decirlo pero... he visto cierta cercanía entre ellos... que debo confesar... no me gusta... no me gusta para nada... aclaro Harry molesto.

Hermione se levantó bruscamente de su asiento. Y sin querer arrugó el pergamino que hasta hacia unos minutos había estado leyendo.

A su mente llegaron de forma atropellada, los recuerdos del apasionado encuentro que en horas de la mañana ella había vivido con Draco.

-¿De qué me estas hablando?... ¿Ginny y Draco?... eso no puede ser... claro que no puede ser... decía Hermione mientras caminaba de un lado a otro, estrujándose nerviosamente las manos una contra otra... pero si él y yo... nosotros...

-Yo los vi... y el asunto me ha impactado tanto como a ti... y debo reconocer que estoy muy molesto... dijo Harry con gesto ceñudo... por eso he venido a verte... debemos unir fuerzas.

Hermione se detuvo y volvió su mirada a Harry.

-Unir fuerzas... ¿a que te refieres con eso?... dijo intrigada.

-Tu quieres a Malfoy para ti... yo quiero a Ginny para mi... dijo Harry con determinación... así que debemos aliarnos para separarlos... para evitar a cualquier precio que lleguen a enamorarse.

Hermione se sentó lentamente en la silla que había ocupado recientemente. Mantuvo su mirada sobre Harry. Estaba molesta por lo que acababa de conocer, confundida por lo que sentía, pero sobretodo sorprendida ante la actitud de Harry. Ella nunca hubiese imaginado que él asumiría una postura tan radical y menos por Ginny.

Realmente estaría enamorado de ella, o simplemente era su orgullo masculino lo que quería defender.

-Creo que estas exagerando las cosas... dijo Hermione tratando de parecer confiada... se que Draco me ama... hoy me lo demostró... quizás fue tu imaginación la que te hizo ver algo que no existe.

Harry se levanto, camino hasta la puerta y abriéndola le dijo.

-Hace unos minutos no paresias tan segura de eso... te invito a que nos cercioremos personalmente si lo que te dijo son exageraciones mías... o si por el contrario debemos tomar cartas en el asunto.

Hermione decidió no discutir, Harry solía ser muy obstinado cuando una idea se adueñaba de sus pensamientos. Por lo que sin mediar palabras decidió acompañarlo.

No sabia muy bien que tenia Harry en mente, pero la curiosidad ya se había apoderado de ella.

La lluvia había cesado, Draco y Ginny estaban abrazados mientras contemplaban como las estrellas habían comenzado a titilar en el firmamento acompañando a una hermosa luna.

-Creo que debemos volver... dijo Ginny contra su voluntad.

-Si, ya es algo tarde... dijo Draco consultando su reloj de bolsillo... y no quisiera que te resfriaras por mi culpa.

-No creo que llegue a resfriarme... tu calor ha mantenido mi temperatura intacta... dijo Ginny dándole un beso en la mejilla

Draco sonrió tímidamente.

Habían descubierto que sus corazones estaban dispuestos y listos para el amor nuevamente.

Abrió su capa y rodeando a Ginny con ella, desaparecieron para volver al lugar de donde habían partido.

Allí estaban nuevamente, en la misma oficina donde se habían vuelto a ver después de tanto tiempo.

Continuaron abrazados, y lentamente sus labios volvieron a buscarse.

Sin importarles que afuera se escucharan pasos que se acercaban.

Harry y Hermione se detuvieron frente a una puerta.

Ella comprendió al observar el rostro de él, que éste sabia perfectamente lo que ocurría dentro de la oficina. Por lo que sin preguntar abrió la puerta.

Ambos contemplaron a Draco y Ginny besándose. Alejados de lo que les rodeaba, concentrados solamente en ellos.

-Imaginaciones mías ¿no?... dijo Harry en un susurro, mientras apretaba sus manos en sendos puños.

Hermione se tapo la boca con una mano, para ahogar un grito de indignación. Contuvo la respiración por unos segundos, mientras trataba de ordenar sus ideas, porque era un momento para mantener la calma.

Harry dio un paso, dispuesto a descargar su furia sobre Draco, pero Hermione lo detuvo mientras volvía a cerrar la puerta sigilosamente.

-Ven... no deben saber que los hemos visto... dijo ella tomándolo del brazo y alejándose ambos de allí.

Regresaron a la oficina de Hermione.

Harry respiraba entrecortadamente. Ahora era él, quien caminaba de un lado para otro, recorriendo toda la habitación. Los celos le estaban carcomiendo y un odio profundo se estaba apoderando de él.

Ella permanecía de pie, tratando de apaciguar su corazón y el vació en su alma que estaba helando su sangre.

-Te lo dije... lo sabia... mi instintos no fallan... dijo Harry mientras le daba un golpe fuerte y seco a la pared... pero ese Malfoy me las paga... lo voy a...

-Cálmate Harry... grito Hermione molesta... hay que ser inteligentes y planear muy bien lo que vamos a hacer.

Guardaron silencio por unos momentos, mientras cada uno ideaba una manera de recuperar lo que consideraban suyo.

De pronto Harry recordó lo que llevaba en el bolsillo interno de su túnica.

La saco y la contemplo por unos segundos, mientras su rostro se iluminaba con una sonrisa triunfal.

-Lo tengo... dijo con malicia... la pelea es peleando... aquí esta la oportunidad de oro que necesitamos para separarlos.

Hermione observo el sobre que Harry sostenía orgulloso en su mano, y sonrió con complicidad al comprender rápidamente lo que su amigo pretendía.

El ministro de magia se encontraba contemplando una puerta doble de madera, y con su mano la acariciaba como tratando de encontrar algo en ella.

Volvió su mirada hacia ambos lados del pasillo donde estaba y nuevamente fijo su atención en su objetivo.

Frunció el entrecejo al no encontrar lo que buscaba en aquella superficie lisa y fría.

Introdujo su mano dentro de su túnica y al aferrar su varita, escucho un ruido que le hizo desistir de su intento por abrir aquellas puerta de forma mágica.

Se alejo presuroso del lugar y se escondió en una oficina vacía. Por la hora eran muy pocas las personas que aun permanecían en el ministerio.

Abrió la puerta lentamente y se asomo con cautela por una rendija, observando como el Sr Arthur Weasley venia ojeando algunos papeles.

Salió de su escondite e intercepto al mago.

-Arthur... que bueno que te veo...

El Sr Weasley tuvo su actividad y se volvió hacia el ministro

-Buenas noches sr Ministro... deseba hablar conmigo... pregunto amable

-Si... si... he visto con preocupación que ha estado trabajando mucho últimamente... dijo el ministro preocupado.

-No mas que el resto sr Ministro... dijo el Sr Weasley restando importancia al asunto.

-No Arthur... no lo creo así... le contradijo... realmente me preocupas... te vas tarde... llegas muy temprano... casi no atiendes a tu familia...

-Pero si solo hemos quedado Molly y yo en la Madriguera... se explico el Sr Weasley... mis hijos están casi todos casados y los únicos dos solteros... pues... Ginny se independizó y Ron... Ron... bueno...usted sabe... además Molly se la pasa visitando a sus nietos... no puede estar mucho tiempo alejado de ellos... tenemos doce nietos... ¡¡imagínese!

-Ves... tu mujer no debería ir sola... tu deberías acompañarla... es por eso que he decidió darte unas vacaciones... dijo comprensivo el ministro.

-¿Vacaciones?... pero sr Ministro... se lo agradezco... pero... las cosas no andan bien... dijo el Sr Weasley preocupado.

-No es que quiera despreciar tu ayuda Arthur... que te aseguro es muy valiosa... pero no quiero que te me enfermes... y unos días de vacaciones no te caerían mal... además es solo una semana... no se va a caer el ministerio porque tu descanses una semana y recargues fuerzas.

-Nuevamente se lo agradezco Sr Ministro pero yo no creo que...

-Nada de peros... esta decidido... mañana mismo comienzan tus vacaciones... así que disfrútalas... que tengas una buena noche.

El ministro de magia giro sobre sus talones y se alejo presuroso del lugar, dejando a Arthur Weasley con una extraña sensación en su estomago y un mal presentimiento rondando su mente.

Nota de la Autora:

Pido mil disculpas por el retraso... ha sido mas de un mes sin actualizar... pero entre el trabajo y algunos asuntos del corazón... mi musa inspiradora se había ido de paseo.

Aunque en realidad ha sido lo segundo lo que mas me ha afectado... pero ya la tormenta ha pasado y un pequeño lucero ha iluminado la noche y ha hecho que la musa retorne nuevamente a mi...

Gracias por su paciencia y por sus RR, y aunque no los conteste uno por uno, los agradezco en el alma... y son sin duda el motor que me mueve a seguir escribiendo..

Dios los bendiga.