Boulevard of Broken Dreams
IV.
Heiji Rukawa se acercaba hacia él sonriente. El chico más joven terminó de incorporarse de un salto.
- Hola Kae-kun.
- Q-que haces aquí!
- Ya veo que te has creído lo de mi reunión en Fukuoka.
Rukawa comprendió. Su tío había simulado que se marchaba antes de lo previsto para que bajara la guardia y poder sorprenderle a solas.
- Cómo quieres que me vaya sin darte un regalo de despedida? – preguntó Heiji sin dejar de sonreír.
Las últimas palabras provocaron en Rukawa el mismo efecto que miles de dagas clavándose en su alma. Se quedó paralizado un momento, pero entonces recordó lo que acababa de prometerse a sí mismo hacía apenas un minuto.
"No dejaré que vuelva a tocarme"
- No lo quiero.
- Uh?
- Que no quiero tu puto regalo, bastardo de mierda. No volverás a tocarme.
Su tío le miró furioso y se abalanzó sobre él, pero Rukawa se preparó, esta vez sí, para defenderse. Esquivó el puñetazo que iba dirigido a su nariz y acto seguido golpeó en el estómago a su tío. Éste se inclinó un poco hacia delante, sorprendido, pero enseguida se recuperó y dio un fuerte golpe a Rukawa en la cara que le hizo tambalearse hacia atrás. Rukawa le dio una patada pero entonces fue Heiji quien le esquivó y sin darle tiempo a reaccionar le golpeó nuevamente en la cara y después le propinó un fuerte rodillazo en el estómago que le hizo doblarse en dos y caer de cara al suelo sin aliento.
Su tío no desaprovechó la situación y se colocó a horcajadas sobre él apoyando una rodilla sobre su espalda. Cogió el brazo derecho de Rukawa y lo estiró fuertemente hacia atrás, provocando que el chico de ojos azules gritara de dolor.
- Duele? – preguntó cínicamente Heiji – Más te va a doler cuando te lo rompa. Sería una pena que tuvieras que dejar el baloncesto por una lesión, verdad?
- Basta… por favor… - imploró su sobrino.
Ignorando su ruego, Heiji dio el último tirón.
El grito de Rukawa traspasó las paredes del gimnasio, llegando a oídos de un pelirrojo cuya sangre se le heló en las venas al escuchar el espeluznante sonido. Su brazo derecho cayó inerte sobre el suelo de la cancha, mientras su brazo izquierdo estaba aprisionado bajo una de las rodillas de Heiji.
- Parece que por fin te estarás quietecito – murmuró observando al chico casi desvanecido por el dolor.
Con la mano izquierda sujetó a su sobrino del pelo y con la otra le bajó los shorts, y cuando las pálidas nalgas estuvieron al descubierto empezó a desabrocharse el cinturón.
Rukawa empezó a temblar al sentir que era incapaz de moverse. Cerró los ojos fuertemente. Sabía lo que sucedería a continuación.
Su tío iba a violarle.
Otra vez.
De pronto se oyó un estrépito. Eran las puertas del gimnasio al abrirse violentamente. Un pelirrojo completamente furioso apareció tras ellas y empezó a correr hacia donde estaban.
- APÁRTATE DE ÉL, HIJO DE LA GRAN PUTA!
Heiji se levantó arrastrando con él a Rukawa, a quien seguía sujetando del pelo, y con la mano derecha se sacó una navaja del bolsillo de la chaqueta y la situó en el cuello del chico moreno.
Sakuragi se detuvo de inmediato.
- No des ni un paso más, pelirrojo – amenazó.
Sintió como la sangre le hervía al ver el lamentable estado de Rukawa. Tenía la cara ensangrentada y el brazo derecho le colgaba inerte. Con el brazo izquierdo sujetaba la mano que le tenía agarrado del cabello, más por instinto que por otra cosa. Sus shorts estaban bajados hasta los muslos.
Lo peor era su mirada vacía, sin vida.
- Hijo de la gran puta… - repitió Sakuragi – Qué vas a hacer ahora, eh? Como podrás suponer no permitiré que te vayas de aquí con Rukawa de rehén.
- Entonces primero me ocuparé de ti.
Después de decir esto, Heiji soltó de pronto a Rukawa y, uniendo momentáneamente sus manos para obtener más fuerza, le dio un tremendo codazo en la sien que hizo caer el chico al suelo inconsciente.
Sakuragi saltó sobre Heiji como un gato furioso, olvidándose de que su oponente estaba armado. Heiji se dispuso a contraatacar pero el pelirrojo fue más rápido y lo derribó de un puñetazo. Aún así el hombre se incorporó de inmediato e intentó herir a Sakuragi, quien de nuevo fue más rápido y le esquivó. Acto seguido le golpeó en el estómago y de una patada en la mano le hizo soltar la navaja, que fue a parar a unos metros de ellos.
Heiji se lanzó al suelo para recuperarla pero Sakuragi se lo impidió abalanzándose encima suya. Ambos rodaron por el suelo hasta que Heiji consiguió situarse encima del pelirrojo rodeándole el cuello con las manos.
Sakuragi intentó en vano que le soltara, parecía que una inesperada fuerza se había apoderado de aquel hombre.
La falta de aire le debilitaba cada vez más y la vista se le nublaba, pero aún así distinguió la repentina cara de sorpresa de su agresor. Las manos dejaron de apretarle y pudo empujarle a un lado.
Rukawa estaba de pie frente a ellos, con la misma mirada perdida de hacía unos minutos.
En la espalda de Heiji estaba clavada su propia navaja.
Sakuragi observó con estupor los ojos vidriosos y el cuerpo inmóvil de aquel hombre.
- Le… le has matado… - balbuceó.
- Se lo merecía – dijo Rukawa con una voz tan fría y a la vez tan lejana que el pelirrojo dio un respingo.
- Baka kitsune! La policía viene hacía aquí! Le pedí a Yohei que la avisara! Qué vamos a decirles! Que se lo merecía! – gritó desesperado el pelirrojo.
- …
- Escúchame, Rukawa. Debemos explicarles la verdad de lo que ha pasado. Que ha estado a punto de violarte y que luego…
- NI SE TE OCURRA! – gritó Rukawa interrumpiéndole y agarrándolo con la mano izquierda de la camiseta – NADIE DEBE SABER ESO, ME OYES!
- Pe-pero Rukawa…! – exclamó Sakuragi asombrado al ver la repentina reacción de su ex-rival.
Rukawa se calmó tan rápido como había explotado y soltó al pelirrojo. Una terrible sospecha acudió a su mente.
- Rukawa… Esta no ha sido la primera vez que lo intentaba… verdad?
Silencio.
- O es que...
En ese momento Yohei entró al gimnasio por la misma puerta que Sakuragi. Al ver la escena se quedó estupefacto.
- Pero que coño ha pasado aquí! – consiguió gritar.
- Yohei, llamaste a la policía! – preguntó Sakuragi.
- Sí, deben estar por llegar. Qué ha pasado? Le habéis matado? – preguntó de nuevo sin apartar la vista del cuerpo.
- He sido yo – murmuró Rukawa.
Yohei levantó la vista hacia el pálido chico.
- Lo ha hecho para defenderme, él me estaba estrangulando! – gritó Sakuragi. Los nervios se estaban apoderando de él.
Unos fuertes golpes azotaron la puerta exterior del gimnasio.
- POLICÍA! ABRAN!
Los dos chicos más altos no se movieron del sitio así que tuvo que ser Yohei el que acudiera a abrir. Dos policías entraron y uno se acercó al cuerpo inmóvil de Heiji mientras que otro preguntaba a los jóvenes que había pasado.
- He sido yo – repitió obstinadamente Rukawa.
Después de comprobar que aquel hombre estaba muerto el otro policía llamó por radio para solicitar la presencia de un juez. Después se acercó a ellos y al ver el estado de dos de los chicos decidió avisar también a una ambulancia.
- Qué ha pasado? – preguntó de nuevo el policía.
Sakuragi respiró hondo y comenzó a hablar.
- Regresé al gimnasio poco después de que terminara el entrenamiento de baloncesto porque recordé que tenía que hablar con Rukawa, cuando entré ese tipo le estaba amenazando con una navaja, yo le ataqué pero resultó ser muy fuerte. Empezó a estrangularme y entonces… entonces…
- Yo le maté – terminó Rukawa.
El pelirrojo echó un vistazo a Rukawa y después continuó.
- Él – dijo señalando a Yohei – acaba de llegar, sólo venía a buscarme.
- Qué relación tiene la víctima con vosotros?
- Es mi tío.
Los policías se miraron un momento entre ellos.
- Es tu tío? – repitieron.
- Sí.
- Y porqué te estaba amenazando?
- No lo sé.
Los policías se miraron de nuevo. Evidentemente aquello no tenía sentido.
oooooooo
Sakuragi observaba a Rukawa hablar con el abogado de su familia a través del cristal de una habitación parecida a las que había visto en muchas películas. En realidad el único que hablaba era el abogado, Rukawa ni siquiera parecía escuchar lo que le estaba diciendo. Con el rostro más blanco que de costumbre, la mirada perdida, el labio partido y el brazo en cabestrillo, el Kaede Rukawa de ahí dentro distaba mucho del chico con el que había tenido su primera cita.
Al menos no tienes el brazo roto, pensó al recordar que la enfermera les había dicho que sólo tenía el hombro dislocado.
Junto al pelirrojo estaban su madre, un inspector de policía y el padre de Rukawa. La madre de Rukawa había sufrido una crisis nerviosa al enterarse de lo ocurrido y la estaban atendiendo en la enfermería de la comisaría.
- Cuánto tiempo iba a quedarse su hermano con ustedes? – preguntó el inspector Fujiwara.
- Do-dos semanas… pero ayer dijo que le había salido un compromiso en Fukuoka y que tenía que marcharse antes de lo previsto – contestó el señor Rukawa. Él también estaba muy conmocionado, al fin y al cabo era normal, su hijo había matado a su hermano pequeño – Dijo que tenía que coger el avión de las tres.
- Entonces porqué se encontraba en el gimnasio de la preparatoria Shohoku horas después?
- No-no lo sé… no lo entiendo.
- Había vivido con anterioridad su hermano con ustedes?
- Hace unos años… cuando se separó de su mujer.
- Durante cuanto tiempo?
- Un año, más o menos.
- Que edad tenía su hijo?
- Eh… pues… nueve años.
Sakuragi desvió la vista de Rukawa un momento para observar al inspector. Era evidente que también sospechaba algo.
En ese momento el abogado de la familia Rukawa, el señor Okamoto, dejó solo al chico moreno y se reunió con ellos.
- Es imposible – les dijo preocupado – Se niega a contarme nada de lo sucedido. Lo único que me ha dicho es 'Yo le maté'.
- Ya lo hemos oído… es lo mismo que le dijo a los policías… - comentó el inspector Fujiwara – Es como si quisiera dejar claro que tú no has tenido nada que ver – añadió mirando a Sakuragi.
- Qué va a pasarle? – preguntó el aludido temiendo la respuesta.
- Es menor de edad, y aunque no fue en defensa propia, las marcas de tu cuello demuestran la veracidad de vuestra historia, pero…
- Pero?
- Pero seguimos sin tener un motivo por el cual Heiji Rukawa atacara a su sobrino; además ambos eran fuertes, de constitución similar… Si Rukawa no aclara la causa de la pelea y el juez considera que ésta pudo ser provocada por cualquiera de los dos, podría condenar al chico de 12 a 18 meses de estancia en una prisión juvenil.
Sakuragi palideció al escuchar aquello.
- No pueden hacer eso…
- Por buena conducta podría salir en menos de un año.
- USTED NO LO ENTIENDE! RUKAWA NO AGUANTARÍA ALLÍ DENTRO NI UNA SEMANA! – gritó el pelirrojo.
- Tranquilízate cariño! – dijo su madre sujetándole del brazo.
- Déjeme hablar con él a solas – pidió Sakuragi ya más calmado.
- No podemos hacer eso.
- Entonces ahí dentro mismo. Si me deja hablar con él y no consigo nada, yo mismo les contaré lo que está pasando aquí.
El inspector le miró con interés.
- Está bien.
La mirada de Rukawa se iluminó al ver entrar a Sakuragi en la habitación.
- Hola zorro – saludó Sakuragi antes de sentarse.
- Hola doa'ho – dijo Rukawa con una sonrisa que puso los pelos de punta al pelirrojo: parecía la de un loco.
- Cómo está tu hombro?
- Cada vez me duele menos – contestó el chico moreno acariciándoselo.
- Porqué no le has contado la verdad al señor Okamoto?
Rukawa dejó de sonreír de inmediato.
- Qué verdad? – preguntó con voz gélida.
- La verdad que sólo tú conoces.
- No sé de que me hablas.
- Deja de mentir.
- No te estoy mintiendo.
- Es que no entiendes que si no lo explicas todo podrías ir a una prisión juvenil durante mucho tiempo?
- Me da igual.
- Cómo puedes decir eso? – se sorprendió Sakuragi – También te da igual dejar el básquet?
- En esos sitios suelen tener canchas – contestó despreocupadamente Rukawa.
Aquello enfureció a Sakuragi.
- BAKA KITSUNE! – gritó levantándose y golpeando la mesa con los puños – CREES QUE ES TAN FÁCIL! CREES QUE ALLÍ DENTRO TAMBIÉN SERÁS LA ESTRELLA DEL EQUIPO? SUERTE TENDRÁS SI NO TE HACEN LO MISMO QUE TU TÍO!
- CÁLLATE! – rugió Rukawa levantándose también.
- NO PIENSO HACERLO! NO QUIERO PERDERTE! LE CONTARÉ A LA POLICÍA LO QUE VI CUANDO ENTRÉ EN EL GIMNASIO!
- QUE TE CALLES! – repitió al borde de la histeria.
- ADEMÁS SÉ QUE NO ERA LA PRIMERA VEZ! TU TIO TE VIOLABA CADA NOCHE MIENTRAS VIVÍA CON VOSOTROS, VERDAD!
- NO! TE EQUIVOCAS! SOLO LO HIZO UNA VEZ!
Al otro lado del cristal, el señor Rukawa palideció. No fue el único.
Sakuragi observó a Rukawa caer al suelo de rodillas, tapándose la cara con la mano izquierda.
Siete años de dolor, miedo y vergüenza explotaron. Rukawa comenzó a llorar.
oooooooo
N/A: ohaiyooo! Aquí les traigo el cuarto capítulo, recién sacadito del horno jiji.
Elena: no ha dado tiempo a caparlo, pero se ha llevado lo suyo, no? XD
Kaehana9: como ves ha llegado a tiempo, aunque la verdad dudé mucho sobre ello, no sabía si hacer que llegara antes o después. Yo y mis ideas malvadas jeje
Balucita: espero que te guste también este capi, muchas gracias por tus reviews, no dejes de mandarmelos!
Oruja Shikijou: gracias por dejar review, si te gustan más los fics yaoi te invito a leer 'vuelve conmigo', mi primer fic. Lo encontrarás en esta misma web.
Abuelitnt: kyaaaa vaya si me gusta jejeje. Besos y gracias por el review.
Sakare: ola wapa! Como va lo de tu web?
Tincgana: al final me decidí porque llegara a tiempo, es que sino me daba demasiada pena mi pobre zorrito, y hana se sentiría culpable.
lluna kori saishi: la policía llegar a tiempo? Eso sucede pocas veces… pero para eso está Hana-kun al rescate XDDD
Bubley: si a escena final entre Rukawa y Heiji te referías a sexo explícito entre ellos ya has visto que casi pero no… gracias a Hana. Muchos besos y espero que te guste este cap.
Lensaiak: que bien lograr con mis fics que Rukawa caiga bien, aunque por lo visto no consigo hacer lo mismo con Haruko jeje. Que te ha parecido el capítulo IV?
Haruko Sakuragi: ola! Muchas gracias por el halago y por dejarme review en ambos fics. Y adelanto que ya no queda mucho para que suba otra historia que espero no decepcione.
Muchos besos a todas
Khira-chan
