Capitulo 4
Descubriendo la verdad
Finales de noviembre, Remus otra vez se encuentra desparecido y tal como lo habían acordado, James, Sirius y Peter no habían dicho nada acerca de lo que habían planeado. Sólo se pusieron a hacer conjeturas en uno de los días en que su amigo no estaba.
Bien –dijo James-, ¿alguno de ustedes tiene idea de qué pasa con Remus?
No.
Ni idea.
Tal vez podríamos preguntarle a la señora Pomfrey… -sugirió no muy convencido Sirius-, digo, Remus va con ella seguido, a lo mejor el que enferma es él y no su madre.
Ya… -contestó James descartando esa idea con un movimiento de su mano-, seguramente nos lo va a decir, sobre todo porque los maestros han hecho lo mismo –dijo con sarcasmo.
Era sólo una sugerencia –dijo Sirius ceñudo.
Hay que buscar la relación de las desapariciones de Remus con algo… dijo Peter.
Peter, me sorprendes… -dijo James en broma, llevándose una mano al pecho.
¿Cómo con qué? –preguntó Sirius sonriendo ante la payasada de su amigo.
Algo que suceda cada mes… y que lo ponga así de pálido –dijo Peter-, …tal vez una enfermedad.
Obvio…
James consultó su reloj de pulsera y puso cara de decepción.
Es tarde compañeros –dijo sentándose-, la biblioteca estará cerrada.
Tendremos que esperar hasta mañana –dijo Peter bostezando.
Los chicos subieron a dormir pensando en su amigo desaparecido. No entendían por qué su amigo no les contaba lo que le sucedía cada mes, a pesar de que ellos le aseguraban que podía confiar y que no dirían nada. Eso los preocupaba aún más pues eso quería decir que el problema de Remus era más grande de lo que esperaban y de lo que el mismo chico pálido y débil podría soportar.
En cuanto desayunaron Sirius, Peter y James se fueron de inmediato a la biblioteca a investigar sobre enfermedades mágicas. Era sábado, así que podrían pasar mucho tiempo en el lugar sin preocuparse por sus clases. Tras pasar medio día enfrascados en inmensos volúmenes de sanación y medicina mágicas se fueron a comer para después regresar a su labor.
¿Alguno ya encontró algo? –preguntó la voz de Sirius desde uno de los pasillos de la biblioteca.
No
Aun nada…
Vamos a la sala común –dijo James-, mejor seguimos mañana con esto.
Los chicos salieron de la biblioteca con varios libros en los brazos, ya en ella los desparramaron por el suelo y recomenzaron su investigación. Fastidiado de tanto leer, Sirius se fue junto a la ventana a meditar y a descansar un poco.
'Qué bonita está la luna hoy…-pensó el chico recargando su cabeza en la pared-, llena, noche ideal de hom…' –una chispa se encendió en la mente del muchacho-: 'No, no puede ser que Remus sea…' –se levantó y se fue rápido a coger uno de los libros que habían traído.
Veo que regresaste con más energía –comentó James al ver lo rápido que Sirius pasaba la hojas.
Espera… -musitó sin dejar de leer-. No, no puede ser –dijo poniéndose una mano en la frente.
¿Qué sucede, encontraste algo? –preguntó de inmediato James.
Chicos… Remus es un…
