Hola! Este es el segundo capítulo de mis historia… espero que les agrade, y quiero agradecer especialmente a Sakima, quien me dejó un review, pero no sé que lío ocurrió, y lo saqué por equivocación, y perdí su respuesta.. sin embargo este capítulo va dedicado especialmente a ella.
Capítulo II: Atrapadas
Cuando despertó Kagome, se encontró dentro de una gran habitación, estaba sentada en el piso, encadenada a la pared. Lo último que recordaba era que había visto a Hakudoshi y luego que había perdido el conocimiento.
En la habitación no había nadie, por lo menos eso se veía, pero luego noto bien y alguien estaba desmayada o quizás muerta, sí, era una mujer de cabellera oscura, no lo había notado antes ya que aún no estaba del todo bien.
La chica trató de ver de quien se trataba, pero había una gran sábana blanca que cubría el cuerpo y las cadenas no la dejaban avanzar.
De repente Kagome sintió que alguien se aproximaba… escuchó voces y entre ellas la voz de Naraku!
Un miedo inmenso invadió a Kagome, Naraku el demonio más detestable se acercaba y quizás que haría con ella.
Un muchacho albino entraba a la habitación, Hakudoshi. Miró a Kagome, y se le acercó:
Veo que ya despertaste...- dijo sonriendo maliciosamente
¿Dónde estoy? ¿Por qué me tienen aquí! - dijo la chica y se sobresaltó, como pudo buscó entre sus ropas y descubrió algo horrible… LOS FRAGMENTOS DE SHIKÓN NO ESTABAN!
Estás en el castillo de Naraku…- dijo el joven con una mirada muy siniestra- Pero, no sé por qué mi padre te tendrá aquí… ¿Por qué no se lo preguntas tú misma?
El miedo en Kagome cada vez aumentaba, había tenido muchos encuentros con Naraku y jamás había tenido esta sensación, tal vez tenía que ver con su corazonada, eso era lo que realmente le incomodaba.
¿Qué es lo que sucede sacerdotisa? ¿Acaso tienes miedo?- dijo Hakudoshi riendo- Deberías tenerlo, porque es posible que dentro de poco…mueras- Miró a su alrededor y vio a la mujer en el piso- Baya, creo que alguien olvidó encadenar a esta mujer… ¿Dónde estará Kagura?
Hakudoshi destapó a aquella mujer y Kagome descubrió su identidad… Kikyou, era Kikyou, se veía muy mal, tal vez estaba moribunda, sin almas.
Kagome no comprendía muy bien las cosas, si Naraku ya tenía los fragmentos, ¿Para qué le servirían ella y Kikyou? ¿Acaso no le bastaba con los fragmentos?... Eso era, tal vez no estaría satisfecho hasta ver a Inuyasha muerto, y las usaría a ambas para atraerlo hacia aquel lugar.
Hakudoshi al encadenar a Kikyou se marchó. Kikyou empezaba a despertar; al abrir sus ojos lo primero que vio fue a Kagome, su reencarnación, apenas parpadeaba, realmente le hacían falta almas, era posible que no resistiera todo el día.
Ka…go…me- balbuceó Kikyou
¿Qué sucede Kikyou?... ¿Acaso estas sin almas? ¿Es eso verdad?
Ella asintió con la cabeza y en ese instante llegó Kagura. Al entrar a la habitación se sorprendió al ver a Kagome también allí (es que ella había secuestrado a Kikyou), eso quería decir que Hakudoshi estaba también. "Rayos" pensó y todos sus planes se vinieron abajo.
Baya, ¿A ti también te secuestraron no?... ¿Dónde está Inuyasha?
Kagome no le quiso responder, obviamente ya que Kagura es una extensión de Naraku.
Yo podría sacarlas de aquí- dijo en voz baja- sin embargo necesito saber donde está Inuyasha.
Necesito… almas…- dijo entonces la pobre de Kikyou
Kagome se quedó observándola y sintió que debía ayudarla. Sin embargo Kagura notó esto y comenzó a desencadenar a Kikyou…
¿Qué haces Kagura?- preguntó una voz masculina que provenía desde la entrada
No puede ser- se dijo para sí la recién nombrada y sintió un gran temor
¿Por qué desencadenas a Kikyou?... Ah, ya veo, está muy débil, la necesitamos viva para cuando Inuyasha venga…
Maldito!- gritó Kagome a Naraku, y luego este se le acercó- Maldito seas Naraku! ¡¿Por qué nos tienes a Kikyou y a mí en este horrendo lugar? ¡¿Qué no te basta con los fragmentos de Shikón!
Inuyasha debe estar muy preocupado por ti…- ahora en un tono irónico- ¿Cuánto sufriría si te viera muerta? Eso sería lo ideal ¿No lo crees Kagome?
Kagome tenía unas horribles ganas de golpear a aquel demonio, pero el miedo se lo impedía y por supuesto que las cadenas también.
Naraku llamó a Hakudoshi y le pidió que vigilara a Kagura mientras llevaba a Kikyou a conseguir un poco de almas.
Kagome se quedó sola con ese detestable demonio, el temor cada vez iba creciendo más y más, tanto así que la dejó casi paralizada.
No temas Kagome, no te haré nada malo- decía mientras la tomaba por el mentón- además, si te matara ahora le quitaría la diversión a lo que viene.
La soltó y la dejó encerrada en esa habitación.
Fuera del castillo de Naraku…
¿Dónde estabas Kagura?- preguntó Hakudoshi
Solo… estaba… dando un paseo- fue lo primero que se le vino a la cabeza.
Un paseo… sé que tramas algo Kagura, y será mejor que dejes tus planes de lado antes de que Naraku te aniquile.- le dijo advirtiéndole
No estoy planeando nada, solo fui a dar un paseo niño- dijo molesta.
Creo que ya es suficiente, volvamos al castillo- dijo Hakudoshi refiriéndose a Kikyou.
Volvieron al castillo y Kikyou estaba encadenada nuevamente junto a Kagome, en aquella habitación. No había recuperado mucha energía, pero con esto le era suficiente como para ponerse de pie. Kagome la observó con detenimiento y notó que aún no se encontraba del todo bien.
Naraku, es un cobarde- dijo la sacerdotisa mayor
¿Por qué lo dices?- preguntó Kagome
Esperó el momento en el que me encontrara débil para poder secuestrarme, y ahora no quiso que recuperara todas mis almas por miedo a que yo lo destruya- dijo ésta muy segura de sí misma.
Kagome sonrió un poco y luego dijo:
Es extraño no? Nuevamente las dos atrapadas y con pocas posibilidades de escapar. Sin embargo ahora es mucho más difícil ya que es Naraku el que nos tiene aquí.
Kagome… ¿tienes miedo de Naraku?... te vi un poco nerviosa cuando él estuvo aquí- Kagome miró hacia otro lado sin dar respuesta- … si no me quieres decir, está bien, yo lo comprendo.
Para Kagome era difícil hablar con Kikyou, ya que cada vez que lo hacía decía alguna tontería sin darse cuenta, sobretodo cuando empezaba a hablar de Inuyasha. Pero Kikyou no le tomaba importancia, bueno a nada le tomaba mucha importancia a excepción de Inuyasha-
Kagome… si vuelvo a morir, no te molestes en revivirme- le dijo muy decidida.
Pero Kikyou…
No lo vuelvas a hacer… no cometas el mismo error que yo; si tienes la oportunidad de ser feliz con Inuyasha, no la desaproveches.
Kagome quedó sorprendida, era Kikyou quien le decía esto, pero ¿Qué respondería?
Prométemelo… promete hacer feliz a Inuyasha en mi ausencia! Mi fin está cerca… hazlo por él Kagome.
Kagome lo meditó, demasiado diría yo, pues no era para menos; ella sabía que Inuyasha siempre había preferido más a Kikyou que a ella, y tal vez jamás sería capaz de hacerlo sentir feliz como cuando Kikyou estaba con él.
