Otro capítulo típico y tópico. Paciencia, la cosa se anima a partir del próximo, lo prometo. Muchísimas gracias a los que me habéis dejado algún review!
-Ya es hora de levantarse, Sak...
Se detuvo, sorprendida al ver a su hija atándose las sandalias, enteramente vestida.
-Ya, ya- contestó Sakura, haciendo un gesto con la mano- Ya bajo.
Su madre puso los brazos en jarras, sin dar crédito a sus ojos.
- Vivir para ver-musitó¿Se puede saber por qué estás levantada antes de hora? Normalmente no hay quien te levante...
Sakura sonrió levemente mientras se peinaba delante del espejo. Se había lavado el pelo el día anterior, y ahora estaba suave y brillante como el satén. Su madre enarcó una ceja, comprendiéndolo todo al fin.
- Ahh...claro...hoy vuelves a ver a Sasuke¿no es cierto- dijo con malicia- pues desayuna pronto y podrás verle antes- añadió antes de salir del cuarto.
Argh! Qué irritante!pensó.Pero tenía razón. No había dormido en toda la noche pensando en que hoy volvería a ver a Sasuke . Bueno, y a Naruto. Se había pasa la madrugada mirando al techo, imaginando reencuentros imposibles. Sasuke sonriéndole o acariciando su brazo. Quién sabe, pensó mientras se ataba la cinta de Konoha a la cabeza. Soltó una risita. A lo mejor se sorprende de lo mucho que he crecido en estos meses. Todo el mundo ha dicho que he dado un buen estirón. Hasta tengo pecho, y se ajustó el vestido para mirar los nuevos atributos que había desarrollado durante el verano. Suspiró. No eran tan grandes como los de Ino. Pero al menos su cintura era más fina, y realmente le gustaba su cadera, cuyos huesos despuntaban delicadamente, marcando el arco del pubis. Lástima que con el uniforme no se notara. De todas maneras, tampoco se fijaría, admitió amargamente. Llevaba años enamorada de él y jamás se había fijado en nada que ella hiciera o llevara, excepto cuando la herían. A lo mejor tenía que abrirse la cabeza para que saliera con ella, aunque fuera para llevarla al hospital.
La voz de su madre interrumpió sus cavilaciones.
¡Sakura¡No te lo repito más¡Quieres llegar tarde o qué! Baja AHORA!
Mierda. Sakura bajó los escalones de cuatro en cuatro y le arrebató a su madre la bola de arroz del desayuno. Se la empotró en la boca mientras corría hacia la puerta ante la mirada atónita de su madre
¡Jaiós magm�- fue lo último que se escuchó ante del portazo. La señora Haruno meneó la cabeza, suspirando.
Las calles de Konoha estaban desiertas a esta hora de la mañana. Sakura corría alegremente, eliminando con la lengua el arroz q aun le quedaba en la boca. Hoy podía ser el día. A lo mejor Sasuke la había echado de menos. Y tenía ganas de ver a Kakashi y a Naruto. Sasuke... oh, Sasuke...el corazón le latía cada vez más aprisa a medida que se acercaba al puente donde se reunían siempre. El viento era fresco, pero el sol brillaba y la naturaleza estaba radiante con sus galas otoñales. Lástima que no tuviera tiempo de pararse a admirar el rojo de las hojas. Ya estaba llegando al puente. Se detuvo, jadeante, para que no la vieran llegar con la respiración entrecortada. ¿Qué actitud debía adoptar cuando viera a Sasuke?
Ralentizó el paso y se peinó nerviosamente con los dedos mientras consideraba las opciones. ¿ Distante y misteriosa¿Cálida y alegre¿Serena y elegante? Serena y elegante. Tiene que parecer que me da igual que esté o no esté. Ya no tengo doce años. Contuvo un gritito histérico y dobló el recodo del camino, encarando el puente. Mala suerte. Sentado en la barandilla sólo estaba Naruto. Sus ojos se abrieron como platos al verla.
¡ SAKURA CHAAAAAAN- el ninja pegó un salto y corrió hacia ella con los brazos abiertos.
Sakura cerró los ojos, viendo que se le venía encima, y chilló.
�¡NARUTO, QUIETO! PA...!
Efectivamente. Sakura tosió, cubierta de polvo y miró a Naruto con desmayo.
¡Gomen, Sakura- exclamó radiante Naruto, ayudándola a levantarse del suelo. La estrechó fuertemente entre sus brazos, cortándole la respiración.
- Na..ruto.. Yo..ambién me al...gro de ver...te- jadeó ella, intentando zafarse. No pudo evitar sonreír. No había tila en el mundo que pudiera con Naruto. Siempre sería igual.
- Oi, Naruto...déjala respirar, ya la destrozarás en el entrenamiento- dijo despreocupadamente una voz a sus espaldas. Naruto se volvió y soltó una carcajada de satisfacción al ver a Kakashi acercándose con parsimonia a ellos.
Sakura sonrió cálidamente al verle. Verdaderamente, le había echado de menos. Su despuntado pelo plateado estaba algo más largo que antes, y parecía estar más delgado, como si hubiera perdido masa muscular.
- Sensei, estás más delgado- apuntó, como si fuera una acusación.
Kakashi sonrió bajo la máscara y miró apreciativamente a la muchacha.
- No creas. Estoy más fibrado, sólo es eso. Tú en cambio, estás más llena- y nada más decirlo, se arrepintió al ver el puño de Sakura.
¿Qué insinúas exactamente- siseó, entrecerrando los ojos.
Kakashi se aclaró la garganta y sonrió azorado. Mujeres.
- No, no. Nada de eso. Estoy...sorprendido-replicó con suavidad. Se rió, incómodo al ver la mirada expectante de Sakura- Me refería a que durante estos meses has crecido mucho y ...bueno- señaló sus formas- Ya no eres ninguna niña.
Sakura bajó el puño satisfecha con la respuesta. Si alguien tan distraído como Kakashi se ha fijado, a lo mejor Sasuke...Sasuke! Sakura se volvió hacia Kakashi.
¿Dónde está Sasuke- preguntó, mordiéndose el labio.
¡ Da igual dónde esté Sasuke, Sakura-chan!Yo estoy aquí y si quieres te enseño la técnica que me ha enseñado Jiraiya- exclamó Naruto, sonriendo como Lee .
- Hum...¿ En qué consiste esa técnica, Naruto- se interesó Kakashi.
Sakura los miró con una gota de sudor corriendo por la frente. Conociendo a Jiraiya, la técnica seguro que servía para tocar culos o mirar desde matorrales sin ser visto. Vaya trío de pervertidos , gruñó para sus adentros.
- Jiraiya la ha bautizado Chamaleon no jutsu, sirve para convertirte en una sombra que imita el reflejo de las chicas en el agua! El otro día pillamos a unas que...
-Kakashi-sensei- cortó Sakura, impaciente. Kakashi la miró.¿Dónde está Sasuke?
-Ha ido a formalizar la inscripción en la preselección de los ANBU de este año. Vendrá ahora.
Naruto abrió la boca, sorprendido. Agarró a Kakashi de la manga.
¿Sasuke va a ser ANBU? Pero...pero si tiene nuestra edad!
Kakashi arqueó una ceja.
¿Y? Yo a tu edad hacía dos años que era un ANBU. Sasuke se ha entrenado duro estos meses...ése es el motivo de que yo esté tan machacado. Le queda poco para alcanzar mi nivel y el entrenamiento me agotaba tanto a mi como a él- hizo una pausa y añadió, mirando a Sakura- Sasuke ha cambiado mucho estos meses.
Naruto torció el morro.
-Sí, será aún más idiota que antes- se volvió hacia Sakura, indignado¡ Sakura, no puede gustarte aún semejante capullo pomposo!
Sakura no respondió. ¿Había cambiado en estos meses? Sentía su corazón palpitar agitado, cada nervio de su ser a flor de piel.
Tenía tantas ganas de verle.
Se sonrojó y miró hacia el camino. Era inútil que tratara de hacerse la distante. En cuanto le viera, todo su cuerpo respondería y no podría evitar hacer lo de siempre: echársele encima.
Kakashi observó la reacción de Sakura, preocupado. Sasuke ha cambiado mucho, Sakura...y eso no es necesariamente positivo. Has crecido por fuera, pero aún te resistes a rendirte ante lo evidente. Suspiró. Supongo que a esta edad no puede ser de otra manera. Tarde o temprano ella se dará de bruces contra el muro. Sólo esperaba que sobreviviera a ello.
- Está bien que quiera ser un ANBU, porque la máscara nos ahorrará ver su cara de vinagre- gruñó Naruto, mirando de reojo a Sakura.
Kakashi se echó a reír y despeinó cariñosamente a Naruto. De pronto se detuvo y volvió la cabeza, expectante. Sakura y Naruto le miraron, extrañados.
-Sensei...¿qué...?
-Ya está aquí- se limitó a decir.
Con una pequeña nube de humo, el heredero del clan Uchiha se personó sobre la barandilla del puente, en una entrada más que espectacular. El corazón de Sakura se disparó, alocado. Sasuke había vuelto aún más guapo de lo que ella recordaba. Durante el tiempo en que había estado fuera, había crecido considerablemente, alcanzando casi a Kakashi. El pelo, oscuro como una noche de tormenta, le rozaba la espalda y enmarcaba un rostro que ya había perdido casi del todo la suavidad infantil. Iba totalmente vestido de negro, con el protector de Konoha atado al cuello y una katana negra a la espalda.
Sasuke bajó grácilmente de la barandilla y saludó con un gesto de cabeza a sus compañeros. Al ver sus ojos, Sakura se quedó helada. Kakashi tenía razón. Sasuke no era el mismo. La mirada oscura que le caracterizara en el pasado era alegre comparada con la que tenía ahora. Algo le ha sucedido, pensó Sakura, con el corazón lleno de aprensión.
Naruto rompió el silencio prorrumpiendo en una carcajada.
¡Eres una estrellita, Sasuke! Estás aún más feo que cuando te fuiste. Más te vale que hayas entrenado tanto como dice Kakashi-sensei, porque dudo que puedas superarme...Jiraiya-sama me ha enseñado un montón de técnicas !
Sasuke lo miró sin inmutarse. Se apoyó en la barandilla y sonrió levemente, satisfecho.
-Estaré encantado de demostrártelo cuando quieras- respondió tranquilamente.
Naruto blandió el puño, exultante. Se volvió hacia Kakashi.
¿Podemos hacer un mini combate en tres asaltos, como siempre-miró a Sasuke, entusiasmado y sonrió¡Te voy a partir el culo!.
Kakashi asintió con la cabeza.
-Si queréis, podéis calentar así. Vamos, Sakura, tú te enfrentarás a mí.
Sakura le miró, dolida.
-Pero sensei..yo quiero entrenarme con ellos. Puedo enfrentarme a Sasuke. He estado practicando mucho mientras habéis estado fuera- mintió miserablemente.
Kakashi frunció el ceño. Sabía por qué le estaba pidiendo eso, pero también sabía que no podía exponer a Sakura a un enfrentamiento con Sasuke. Simplemente, no tenía ni la menor posibilidad de ganar, ni siquiera de sostener una lucha digna. Sentía la mirada suplicante de Sakura clavada en él. Tendrá que darse cuenta algún día.
-Está bien. Sasuke, practica primero con ella. Y tú te esperas-añadió, antes de que Naruto pudiera protestar.
Sakura pegó un saltito. ¡Por fin!. De camino al claro, podría preguntarle sobre su entrenamiento y a lo mejor podría sonsacarle sobre lo que fuera que parecía haberle marcado tanto. Con un poco de suerte ya no le pareceré la niñata de antes y me abrirá su corazón. ¡Yuju!.
Sasuke la miró con fastidio. Enfrentarse a Sakura era una mera formalidad que Kakashi podría haberse ahorrado. Era perder el tiempo. Con todo, ella parecía algo diferente.
-Id al claro, yo os supervisaré desde la rama de aquel árbol- dijo Kakashi antes de desaparecer en una nube de humo.
Sasuke se dispuso a hacer lo mismo, pero Sakura lo cogió del brazo.
¿Te importa que vayamos caminando? Yo aún no sé teletransportarme- mintió tímidamente.
-Como quieras- dijo él, y echó a caminar.
Sakura corrió para ajustarse a su paso, mientras lo admiraba. No entendía como podía haber mujeres que no estuvieran enamoradas de Sasuke. ¡Era simplemente incomprensible!. Nadie podría resistir al contraste de la piel pálida con el negro profundo de su mirada. Y su cuerpo parecía haberse desarrollado. Admiró la línea de la espalda, recta bajo la ropa, y sus antebrazos vendados meciéndose al compás de su paso. Era simplemente devastador.
-Sasuke-kun...¿ cómo ha ido el entrenamiento?
-Bien.
-Kakashi nos ha dicho que te presentas a la selección para entrar en el cuerpo ANBU. ¡Es genial! Tienes mucho talento, no te costará nada ser jefe de escuadra en poco tiempo- dijo ella dulcemente.
-Supongo.
Joder. Antes hablaba conmigo, aunque fuera poco...La tristeza comenzó a adueñarse de ella. Se forzó a sonreír y buscó algo con que romper el silencio.
-Naruto estuvo con Jiraiya. Dice que le ha enseñado nuevas técnicas, pero yo creo que son otras de esas estupideces para espiar a las chicas que le enseña el ero-senin- se rió, esperanzada.
Sasuke no le respondió. Ya habían llegado al claro. Se sentó en el suelo y comenzó a quitarse los vendajes de los antebrazos. Sakura le observaba, atónita. Cada vuelta que caía revelaba una nueva herida, a cada cúal más espantosa.
- Sasuke-kun...¿Qué es todo eso¿Estás bien- preguntó, anonadada.
Sasuke sonrió con suficiencia.
-Es lo que sucede cuando entrenas, Sakura- silabeó sarcásticamente- Como nunca te has molestado en entrenar en serio, supongo que es algo nuevo para ti.
Sakura tragó saliva. El aspecto de sus brazos era deplorable.
-Pero es...una carnicería...parece que te hayan atacado...
Sasuke se levantó y se sacudió el polvo.
No piensa decirme nada, gimió ella internamente. Sé que le pasa algo. Se acercó a él y le puso la mano en el brazo. Buscó su mirada, suplicante. Sasuke le agarró la mano con brusquedad.
-Sakura- dijo quedamente, sin soltarle la muñeca¿Qué entiendes por estar bien¿Poder dormir¿Poder comer¿Poder vivir?
Sakura le miró, sin saber qué contestar.
-No...no me hables asi, Sasuke... Sólo...sólo me preocupo por ti. No eres el mismo desde que has vuelto...
-"Sólo me preocupo por ti"-imitó sarcásticamente. La mirada de Sasuke se endureció¿Por qué no te preocupas por ti, para variar? Tus habilidades son mediocres, y lo mejor es que no te importa. No tienes ningún afán de mejorar¿verdad, Sakura? Francamente, no sé qué haces considerándote ninja.
Las palabras de Sasuke se clavaron afiladas en lo más hondo de su ser. El dolor comenzó a extenderse lentamente. Sintió que los ojos se le humedecían y el labio inferior le temblaba ligeramente. Pero el Uchiha no estaba para historias.
-No te atrevas a llorarme, Sakura- amenazó Sasuke- a menos que no sepas hacer otra cosa.
El dolor dio paso a la rabia. Sakura extrajo rápidamente un kunai y se lo lanzó, con un grito airado. El arma rebotó contra una piedra, a un metro de Sasuke. Éste la miró, sin recogerla, y luego alzó la vista hacia la derruida Sakura. Su boca se torció en una mueca de desprecio.
-Eres patética. Si te queda algo de dignidad, dejarás que otros que lo merecen más que tú ocupen tu puesto en la Academia. No sólo no eres útil sino que eres un estorbo. Pondrás en peligro cualquier misión, porque tendrán que protegerte contínuamente- hizo una pausa y remató- Como nosotros hemos tenido que hacer siempre contigo. Si tú no hubieras estado, nos habríamos ahorrado muchas cicatrices.
No sólo no eres útil sino que eres un estorbo. Las palabras resonaban en un eco monstruoso dentro de su cabeza. Sakura bajó la vista, apretando los dientes para no llorar. Eres un estorbo. El corazón le dolía como si estuvieran despedazándoselo lentamente. Inspiró trabajosamente.
-Yo... – acertó a decir, con la voz ronca por el dolor- soy ninja porque no quiero separarme..jamás...de ti. Todo cuanto he hecho ha sido para ganar tu atención. He..he soñado con que podría...que me ganaría tu admiración algún día. Que me reconocerías...-la voz se le quebró, mientras cerraba los ojos, inundados de lágrimas- Mis...mis padres casi nunca están en casa. Tú eres el único de quién esperaba...reconocimiento.
El viento meció las hojas, arrastrando su esperanza con el polvo bajo sus pies. Sakura elevó una mirada enrojecida hacia él.
-No hay nada que no haya hecho para gustarte - susurró.
-Sakura...no puedes plantar en tierra estéril- sentenció Sasuke, sin mirarla- Jamás me has gustado, y nunca me gustarás. El sentido de mi vida absorbe toda mi energía, y todo mi deseo. Si no dedico todo cuanto tengo a mi objetivo, jamás lo conseguiré. Más allá de mi venganza no hay nada. Absolutamente nada.
- Pero...¿y después-preguntó ella, buscando su mirada- Si...si enfocas tu vida hacia la venganza ¿qué harás una vez lo consigas?
-Dudo que salga con vida, Sakura -sentenció Sasuke, con una sonrisa desengañada- Y si por casualidad así fuera, supongo que me dedicaría a restaurar mi clan. Devolvería al clan Uchiha la gloria y el poder que antaño tuvo.
La mano de Sakura, aferrada al tejido de su pantalón, lo sobresaltó. Estaba arrodillada frente a él, con la vista baja.
-Yo...yo quiero ayudarte...a cumplir ese sueño..Sasuke...-susurró, en un tono cercano al ruego.
Sasuke le soltó la mano del pantalón y se apartó. Comenzaba a irritarle su estúpida perseverancia. Años y años igual. Todo ese tiempo empecinada en seguirle. Al principio admiraba su constancia, y la veía como una buena compañera. Ahora sólo le exasperaba. Se apartó de ella, como cogiendo impulso antes de lanzar la última granada.
¿Crees que elegiría a alguien que ni sabe autoexigirse? Te lo he dicho antes. Eres un estorbo, y mientras lo seas, jamás tendré el menor respeto por ti.
Sakura se miró las manos, sucias de tierra. Las lágrimas caían en ellas, trazando surcos tan oscuros como su propio dolor. No tuvo que levantar la vista para saber que Sasuke se había marchado. No intentó siquiera ponerse en pie. Permaneció arrodillada, abrazándose los costados, sintiendo un desamparo que estaba más allá del alivio de las lágrimas.
