Siento haber tardado tanto en subir el capítulo 8, pero llevo días peleándome con la edición del texto. No sé por qué no me deja poner los guiones este maldito sistema, así que he tenido que indicar con comillas en vez de guiones cada vez que habla un personaje. Disculpad /

Gracias como de costumbre a los que leen la historia. Dejadme reviews, por favor:) A ver si puedo tener 50 para cuando llegue el capítulo final!


Obito-kun. Sólo tú conoces la magnitud real de la amenaza que se cierne sobre nosotros.

Kakashi rozó suavemente con los dedos el nombre de su amigo, esculpido para la posteridad sobre la fría pátina de la lápida conmemorativa. Era casi un ritual: todos los días, si una misión no se lo impedía, acudía muy temprano y dejaba pasar el tiempo frente al nombre de Obito y al de tantos otros amigos y compañeros caídos en batalla. Muertes honorables. Pero el honor no resucitaba a los muertos. Sólo era un amargo consuelo para los que se quedaban.

Kakashi observó, no sin desaliento, que ya no quedaba apenas espacio para más nombres en la lápida. Con lo que se avecinaba, seguramente no bastaría para contener todos los nombres de los nuevos caídos; necesitarían erigir otra. Kakashi no pudo evitar preguntarse, una vez más, si esa vez su nombre figuraría en ella. Había escapado tantas veces de las garras de la muerte que su supervivencia le parecía casi un capricho del azar. Otros la habrían achacado a su extraordinario talento como ninja, pero él sabía que, de haber dependido sólo de eso, Uchiha Obito, Gekkou Hayate, y tantos otros, seguirían vivos. Para alguien con una mentalidad tan poco supersticiosa y fatalista como la de Kakashi, esa arbitrariedad era tan injusta como inexplicable. Por ello, diez años atrás, había hecho un juramento tan silencioso como ardiente: compensar la injusticia de Obito vengando su muerte. No importaba el tiempo que tardara.

El rumor de unos pasos familiares acercándose lo sacó de su ensimismamiento. Kakashi se puso en pie y lanzó una última mirada a la lápida antes de marcharse precipitadamente de allí. Simplemente, no tenía ganas de hablar con nadie; no esa mañana. Y menos con ella. Verla, por mucho que pasaran los años, seguía produciéndole la misma sensación agridulce, que le devolvía a sus primeros años como ANBU, cuando Obito estaba vivo y ella...

Kakashi sintió una dolorosa punzada en el corazón. Shizue nunca sabría que había sido la única mujer con la que había compartido un silencio sin tener que explicarse. La única mujer a la que había admirado por encima de todas las cosas. Y, paradojas de la vida, la única que viviría sin saberlo.

Es mejor así, se dijo, entonando una letanía interior que conocía de sobra. No hay futuro ni familia para un ANBU. No podría haber realizado con éxito las misiones sabiendo que no podía arriesgar mi vida. Saber que mi muerte te haría desgraciada era más de lo que podía soportar. Créeme. No es por ti. Es mejor así.

Kakashi quiso detener el torrente de recuerdos; edificar un dique y contenerlos en algún oscuro recóndito de su memoria, deseando que se evaporaran. Pero no podía. Las imágenes volvían de nuevo, tan vívidas como si hubieran sucedido el día anterior.

Sobre todo, recordaba aquella noche, la última.

Tenían diecinueve años. Ella esperaba con su uniforme de jounin a la entrada de la villa; le esperaba. Había oído que su división había sido atacada y que habían muerto varios ANBU. Podía imaginarla, atenazada por la angustia, su rostro cada vez más pálido con el transcurso de las horas sin noticias. Recordaba también su grito, cuando le vio llegar arrastrando el cuerpo sin vida de Obito, y cómo se echó a llorar cuando vio que le habían destrozado el ojo izquierdo. No hubo tiempo para reencuentros. Obito estaba muerto. Pasó sin verla, consumido por la rabia y la pena, hacia el cuartel médico.

Kakashi ralentizó el paso, conmovido por sus recuerdos. Se daba cuenta de que estaba haciendo exactamente el mismo recorrido que aquel fatídico día: había caminado desde la entrada de la villa y se dirigía hacia el antiguo cuartel médico, convertido ahora en el edificio de gobierno de Tsunade.

Tsunade.

No pudo evitar sonreír ligeramente al recordar su expresión horrorizada cuando entró en ese mismo cuartel médico, diez años atrás, cubierto de sangre y acarreando el cuerpo de su amigo. "Sabes que eres la única persona que puede hacerlo" le había dicho. "Por favor". Y ella lo hizo. Nunca sabría los motivos que la llevaron a escuchar su súplica y prestarse a operarle. Otro médico se habría negado rotundamente. Pero ella era una de los legendarios Sannin, y una médico excepcional. La operación apenas le dejó cicatriz; y cuando le quitó las vendas tras dos semanas de convalecencia, veía con más nitidez aún que con su propio ojo. No faltó quien dijo que implantarse el ojo con sharingan de Obito había sido una ambiciosa excentricidad. Sólo Shizue entendió el verdadero motivo de su decisión, y besó la cicatriz.

Fue su último beso rememoró, cerrando los ojos apenas un instante.

La muerte de Obito marcó un punto de inflexión en su vida. A partir de ese día, se entregó a un perfeccionamiento obsesivo de sus habilidades, entrenándose sin prestar atención a nada más. Con cada puñetazo, con cada flexión, pretendía expiar su supuesta culpa de la muerte de Obito. Como ANBU, aceptó sin dudarlo todas las misiones suicidas que se le ofrecieron, esperando secretamente no volver jamás con vida. Pero siempre volvía, y Shizue siempre estaba allí, esperándole, cada vez más desesperada, cada vez más lejana.

La única vez que él había reparado en ella desde la muerte de Obito fue cuando ella le comunicó su voluntad de ingresar en el cuerpo ANBU.

"No lo hagas" le había dicho él. "Te buscarás la ruina". Y ella, se le había aferrado en un lastimoso intento de devolverle a la vida. "Si es la única manera de conservarte", había sollozado. "Ya no hay nada que conservar, Shizue. No me queda nada dentro, excepto culpa y remordimiento. No te hagas esto. Es lo mejor para ti".

Esas palabras resonaron de nuevo en los oídos de Kakashi mientras recordaba aquel día. Sé que te destrocé el corazón, y no he dejado de lamentarlo un solo día, pero no supe hacer nada mejor por ti, Shizue.

Sus caminos, a partir de entonces, siguieron sendas distintas. Evitaba cuidadosamente encontrársela en las reuniones del cuerpo ANBU; sólo se dirigió a ella para felicitarla por su ingreso y desearle suerte en su primera misión. Ella ya no le necesitaba; había encontrado el afecto de Hayate y eso le bastaba. Deseaba, sinceramente, que él pudiera brindarle la felicidad. Al menos, era lo que Kakashi necesitaba contarse cuando su decisión y la ausencia de ella se le hacían insoportables.

Y con todo, no había servido de nada su estrategia para ahorrarle sufrimiento. Shizue no tuvo que llorar su muerte, pero sí la de Hayate. Para él eran las flores que descansaban cada semana junto a la lápida, recordándole a Kakashi, como si le hiciera falta, la estupidez que cometió y que le hizo perder no sólo a su mejor amigo, sino también a la única mujer por la que había sentido verdadera devoción.

La ironía de mi vida, se dijo, lacónico. Se detuvo ante la puerta del edificio de Gobierno y se dirigió a los jounin que custodiaban la entrada. Estos inclinaron la cabeza, en respetuoso saludo.

"Tsunade-sama ha requerido mi asistencia" informó Kakashi.

Uno de ellos asintió y señaló el final de la calle.

"No está aquí. La encontrarás en el Pabellón Médico, en la sala de autopsias"

"Bien. Gracias" se despidió y se encaminó hacia el sitio indicado.

El Pabellón Médico se había construido a instancias de Tsunade, recalcando la importancia de que cada unidad jounin y división ANBU contara con un médico entre sus integrantes. La propuesta, que ya había sido aprobada por el difunto Sandaime, vio la luz finalmente con la llegada de Tsunade al cargo. Se trataba de una construcción moderna, anexa al hospital y que contaba con un laboratorio, un gran anfiteatro para las clases de medicina militar y una inmaculada sala de autopsias, donde varios shinobis especializados se encargaban de hacer desaparecer las huellas de las técnicas y habilidades de los cadáveres que pudieran ser objeto de estudio interesante para el enemigo. Tsunade estaba allí, con dos médicos más, examinando el cadáver que reposaba en una camilla ante ellos. La Hokage levantó la vista al oírle.

"Ya era hora. Creo que la táctica es citarte tres horas antes de lo previsto para que aparezcas a la hora convenida- le dijo.

"Lo siento, la verdad es que..."

"Te perdiste en el camino de la vida; lo sé- le interrumpió Tsunade, que ya se conocía las excusas de Kakashi. Meneó la cabeza y suspiró- No sé cómo te permito este relajamiento de la disciplina.

Kakashi ignoró el comentario de Tsunade con una leve sonrisa y se acercó a la camilla. El cadáver postrado en ella era el de un hombre de piel oscura y rasgos muy pronunciados. Las extremidades presentaban ya la característica rigidez de su estado.

"El rigor mortis- indicó Tsunade- Si hubieras llegado puntual, aún habríamos podido moverlo, pero ahora es impensable- apostilló con retintín.

"Tú eres la médico- replicó Kakashi- No voy a quitarte las satisfacciones de tu tarea.

Tsunade le echó una mirada suspicaz.

"Cierto. Te he hecho llamar porque quiero que confirmes mis sospechas. Gai me ha dicho que su rostro le es familiar, pero no recuerda de qué.

Kakashi rodeó la camilla y se levantó el protector de la frente, dejando ambos ojos al descubierto. Se inclinó sobre la faz del cadáver y estudió sus facciones durante unos segundos.

"Me es muy familiar- dijo- Por su piel, diría que es un shinobi de La Arena. Tiene los capilares de la nariz reventados, y eso sólo puede darse en un sitio con temperaturas extremas, como el desierto.

Tsunade suspiró.

"Entonces es lo que pensaba. ¿Cabe alguna posibilidad de que estemos equivocados?

Kakashi enarcó una ceja.

"Bueno, hay una manera de estar totalmente seguros"

"Eso no es determinante; es una práctica extendida" replicó Tsunade, intuyéndole.

Kakashi se encogió de hombros.

"No perdemos nada por comprobarlo"

Al gesto de Tsunade, uno de los médicos que estaban con ellos levantó la sábana y observó los genitales del fallecido. Carraspeando, dijo:

"Está circuncidado en oblicuo, y la piel muestra la irritación propia de la filtración de partículas en el tejido de la ropa. Seguramente, arena."

"Es de La Arena entonces. No hay duda. Y en cuanto a su identidad, no estoy seguro, pero creo que sé a quién me recuerda " dijo Kakashi. Trazó un gesto sobre los pómulos del cadáver y añadió- Si tuviera dos bandas rojas en cada mejilla, diría que es el jounin delegado del Kazekage que entrenó a Gaara en la invasión del sonido.

"Yo no estaba allí, así que sólo tengo tu palabra " replicó Tsunade. Se apoyó en la camilla y suspiró.

Kakashi la miró.

"Esta es la confirmación de que La Arena está con la Akatsuki, verdad? "

" Sí. Por si nos quedaba alguna duda, esto la despeja " - murmuró Tsunade. Miró a Kakashi con seriedad- Necesitamos adelantar las pruebas de ANBU y jounin. Ya. Qué día es hoy?

Kakashi contó rápidamente.

" El día en que cayó aquella tormenta era 20 de octubre. Eso fue hace semana y media, dos semanas contando el día de hoy…estamos a 3 de Noviembre- concluyó.

Tsunade asintió y fijó la mirada en la camilla mientras cavilaba. Tenía que dar, al menos, un margen de una semana. Conceder menos tiempo, cuando ya se había decretado un adelanto, levantaría muchas protestas. Una semana está bien.

"Crees que es posible tenerlo todo listo para celebrar los torneos dentro de una semana- preguntó, sin mirarle.

Kakashi se aclaró la voz.

"Me parece demasiado precipitado"

"No tenemos tiempo" insistió ella.

" Sigue pareciéndome justo, pero tendrán que arreglárselas. ¿Cúal será el pretexto que justifique el adelanto? La gente comienza a sospechar de la repentina falta de misiones de la aldea…"

" El clima- respondió Tsunade- No es muy original, pero aún se está reparando el puente por la inundación que causó la tormenta hace dos semanas. Parece que se avecina un invierno muy crudo. Sólo habrá que explicar que necesitamos que el río no esté congelado para las pruebas de técnicas de agua.

" Hn "dijo Kakashi, poco convencido. Se encogió de hombros y dijo: Tú eres la Hokage. El Consejo aprobará la moción, y la villa se atendrá a los resultados.

" Hay algo más"dijo Tsunade- Los criterios de selección deben ser más relajados. ¿Entiendes lo que quiero decir, verdad?

Kakashi frunció el ceño.

"No es buena idea. No podemos aprobar a alguien simplemente por necesidad. Si no tienen el nivel requerido, no pueden incorporarse. Y lo sabes " sentenció, inflexible.

"Lo que sé es que no tenemos defensa en estos momentos- replicó Tsunade agriamente- Pareces no darte cuenta de lo ahogado de nuestra situación. No disponemos de efectivos suficientes. No hay bastantes ninjas, Kakashi- repitió-Necesitamos urgentemente esas incorporaciones "

"Serán incorporaciones ficticias- gruñó Kakashi- Muchos no tendrán la habilidad ni los conocimientos que se esperan de un ANBU. Es un cuerpo de élite! Tener el diploma no los salvará de caer en el primer asalto "

"Es menos injusto morir como ANBU que como civil- dijo Tsunade con la voz amarga por la pena. Meneó la cabeza con desaliento.- No hay mucho que podamos hacer, Kakashi. Ni siquiera sabemos si habrá Konoha en un futuro. Puede que éstas sean las últimas pruebas que se hagan"

"Se lo diré a Sasuke" se limitó a decir Kakashi, dando por concluida la entrevista.

Tsunade lo siguió con la mirada mientras se alejaba.

No tenemos alternativa, Kakashi. Sabes que tengo razón.


Al día siguiente, el adelanto de las pruebas era un hecho. La notificación se hizo pública y se repartieron cartas a las familias que no solían frecuentar el centro de la villa, como era el caso de la familia Hyuga. Shikaro, nada más recibirla, se dirigió hacia la habitación de Hinata.

La encontró remendando un kimono en la sala de estar.

"Hinata-sama- anunció, tendiéndole el sobre- Acaba de llegar esto"

Hinata aceptó el sobre, extrañada, y despidió con un gesto al criado.

¿Una carta de Tsunade? Habitualmente, su padre era quien abría la correspondencia, ya que solía estar dirigida a él. Pero en aquellos momentos ni su madre ni él estaban en casa, y Hinata no quería interrumpir el entrenamiento de Sakura con Neji. Rasgó el borde del sobre y extrajo la carta. El contenido no pudo más que sorprenderla.

"Es mi deseo comunicarles que, con motivo de las adversas condiciones meteorológicas, las pruebas de acceso al cuerpo de élite ANBU, así como las de jounin y chuunin, se realizarán el próximo miércoles que viene a las doce del mediodía. Los aspirantes han de presentarse con el uniforme de rango, en caso de que lo posean, y obtener el aval de su supervisor para firmar el documento de asistencia. Los miembros del comité…

Hinata se detuvo y volvió a leer las palabras "adversas condiciones meteorológicas", sintiendo que chirriaban en el contexto de la misiva. ¿Desde cúando el clima era un motivo para adelantar o retrasar acontecimientos oficiales? Además, ni siquiera era tan catastrófico como para justificar algo así. No caía granizo, ni nevaba, y la temperatura, aunque era bastante fría, era perfectamente soportable. Y desde aquella gran tormenta, no había habido precipitaciones de mayor calibre. 7

Hinata volvió a meter la carta en el sobre y la dejó cuidadosamente sobre la mesa. Tenía que llevársela a Neji, pero no quería interrumpir. No ahora que su primo se había habituado a la compañía de Sakura y se había establecido entre los dos una intimidad no expresada. Hinata sonrió para sus adentros.

Puede esperar media hora.

Mientras, en el jardín, Sakura esquivaba con destreza los ataques de Neji. El barro la hacía resbalar a menudo, pero conseguía preservar el equilibrio sin despeinarse. Toda una mejora en dos meses. Neji no podía estar más satisfecho. Había conseguido que su pupila se desenvolviera con una aceptable habilidad con katana y kodachi, y su rapidez y reflejos habían aumentado notablemente. Lanzó una ofensiva con la katana y sonrió levemente cuando el kodachi de Sakura la detuvo, inmovilizando su hoja durante unos segundos. Neji consideró que era suficiente. Aflojó la tensión y bajó las armas, separándose un paso de ella.

"No está mal- dijo, enfundando la katana- Pero te tiembla mucho el brazo cuando detienes un ataque. Enséñame cómo empuñas las armas"

Sakura extendió el brazo y se lo mostró. Neji observó su muñeca y chasqueó la lengua en desaprobación.

"La empuñas muy baja- indicó- Eso desestabiliza la katana, y te dificulta su control. Empúñala más alta. Eso es. No, no ¿qué haces con la muñeca- Neji frunció el ceño- No la tuerzas. Y tampoco hagas presión. Tiene que estar suelta, pero firme. ¿Entiendes? "

"No" - tenía demasiado frío como para entender las lindezas de la explicación de Neji.

"Se trata de que cojas la katana lo más cerca de la hoja posible, y de que la muñeca se mantenga flexible, nunca rígida, porque entonces es cuando te tiembla al soportar un ataque. Es sencillo. Inténtalo"

Sakura asintió y trató de corregirlo.

"Así? "

Neji inspeccionó su postura y meneó la cabeza. Detestaba tener que repetir las cosas, y menos las que parecían evidentes. Contuvo su frustración y volvió a repetirle la idea. El resultado fue idéntico.

"No lo consigo- la voz de Sakura sonó quejumbrosa, mientras extendía la espada- Si procuro mantener el brazo firme, también tenso la muñeca; de hecho, tenso todo el cuerpo. No puedo dejarla suelta sin relajar los músculos"

Neji suspiró. Llevaban más tiempo del habitual entrenando, y comprendía que ella estuviera fatigada y aterida por el frío. Se esforzó en sonar convincente.

"Sakura- comenzó, pronunciando lentamente- es vital que corrijas esto. De lo contrario, todo cuanto has aprendido se vendrá abajo cuando no puedas rechazar un ataque a corta distancia. Si te empieza a temblar el brazo, flaqueará tu defensa y la hoja contraria acabará hundida en tu cara. ¿Verdad que no te gustaría- esperó a que Sakura le diera la razón obedientemente para añadir- Entonces inténtalo hasta que lo logres"

"Cómo sabré si lo estoy haciendo bien ? " preguntó ella.

" Una buena pregunta" respondió él- "Mira."

Neji se situó frente a ella y le indicó que levantara la katana, en posición defensiva. Acto seguido apoyó el reverso de la mano, que tenía el refuerzo metálico del guante, contra la hoja y comenzó a ejercer fuerza sobre ella, como si de un pulso se tratara. Cuando la katana comenzó a temblar bajo la presión de Neji, éste se detuvo.

"Lo ves? Y no he empujado apenas"

Sakura se frotó el antebrazo, con la expresión dolorida.

"No podría ser simplemente que no tengo fuerza suficiente ? " - aventuró ella- Puede que sólo me falte desarrollo muscular"

Neji negó con la cabeza.

" No es cuestión de fuerza, sino de cómo usas la que tienes, y tu postura delata que la usas mal. Mantener la muñeca rígida como tú haces puede que funcione para gente como Gai o Asuma, que poseen una gran fuerza física. Pero en tu caso, es sólo un impedimento. No te interesa repeler un ataque a pocos centímetros de tu cara, porque no puedes sostenerlo durante mucho tiempo. Te interesa deshacerte cuanto antes de él. ¿Entiendes? "

Sakura asintió y volvió a intentarlo diligentemente. A pesar de que estaba cansada, no quería escatimar ni un segundo del tiempo que pasaba con él. Sabía que abusaba de su paciencia al tropezar una y otra vez con la misma piedra, pero el hecho de que él se esforzara en contener su temperamento para explicarle algo varias veces la llenaba de gratitud y simpatía. A lo largo de dos meses, el contacto diario con él sólo había hecho que aumentar su admiración y estima por las cualidades que lentamente se le iban revelando. Si bien Neji nunca se había mostrado ni efusivo ni atento, sí que había dejado atrás el trato brusco y la lengua corrosiva que la habían empujado en más de una ocasión al borde de las lágrimas. O quizá fuera que se había habituado a él y ya no la afectaban según qué cosas. Parecía que ambos habían llegado a un pacto de mutuo entendimiento.

Sakura habría deseado que su entrenamiento acabara siendo tan esperado por él como lo era por ella, pero eso era demasiado pedir. Bastante era que la persona más escarpada de toda Konoha hubiera suavizado sus formas.

El gruñido de Neji la devolvió al jardín.

"Si no vas a prestarme atención, no me hagas perder el tiempo-amenazó.

Sakura carraspeó avergonzada, musitando apresuradamente una disculpa. Volvió a extender el brazo con la katana y repitieron la operación. Esta vez, el temblor era menor.

"Bien. Parece que estás cerca de cogerle el punto" dijo Neji- "Otra vez."

"Pero…Neji…es tarde, no quiero…"

"Me doy perfecta cuenta, gracias. Haz lo que te digo- la interrumpió, en un tono que no admitía réplica.

Sakura se preparó de nuevo y se volvió hacia Neji. Observó con sorpresa cómo éste se libraba del guante de la mano izquierda y lo lanzaba sin ceremonias al escalón del porche.

"Pero... ¿No íbamos a repetir…- la pregunta murió en sus labios cuando Neji se aproximó a ella y le subió la manga del uniforme de chuunin, dejándole el brazo al descubierto. El rubor encendió su rostro al sentir la mano desnuda de Neji rodeando su antebrazo, obligándolo a erguirse.

" Inténtalo de nuevo ahora - ordenó él. Sacudió ligeramente su brazo- De este modo sabré si la tensión que ejerces es la correcta. Suelta la muñeca. Eso es. Vamos- e irguió la mano derecha, enguantada, y la apoyó contra la hoja, presionando, al tiempo que estudiaba la respuesta del brazo de Sakura.

Durante unos instantes, sólo se escuchó el leve chirrido del acero contra el guante de Neji. La katana comenzó a flaquear visiblemente. Sakura maldijo para sus adentros. No podía pensar en su muñeca ahora. Toda la sangre de su cuerpo parecía fluir frenéticamente, agolpándose en torno a la zona donde los cálidos dedos de Neji estaban firmemente cerrados.

"Estás temblando- avisó Neji. Dio un pequeño tirón a su brazo y añadió- Suelta la muñeca. Suéltala.

No puedo, gimió para sus adentros, No puedo concentrarme. No me hagas esto. Sólo era su mano en su brazo, pero Sakura se sentía desnuda y expuesta al palpitante contacto de la mano de Neji. Comenzó a sentir la tan conocida languidez en el cuerpo y, le entró el pánico. Temía que él la mirara y viera reflejado en su rostro el forcejeo emocional que se estaba librando en su interior. Tragó saliva y dejó escapar un leve jadeo.

"Qué te pasa- preguntó Neji, percibiendo su agitación.

Sakura bajó la cabeza, ocultándole su expresión. El rostro le ardía.

"Tengo frío" musitó.

Un motivo plausible, admitió Neji. No obstante, no justificaba una zozobra así. Deslizó con disimulo la mano hacia la muñeca y sintió su pulso acelerado contra la yema de sus dedos. Sakura dio un respingo. Levantó tímidamente el rostro y trató de mantener la compostura bajo el escrutinio de Neji. No se atrevía a hablar. Temía que su voz la traicionara. Neji notó el brillo trémulo de sus ojos, y lo tenso de sus labios. Sin decir palabra, tiró suavemente de la manga, cubriéndole de nuevo el brazo en un gesto peligrosamente cercano a la caricia. Sakura miró a Neji. Sus facciones parecían extrañamente relajadas, lejos del feroz comedimiento al que estaba acostumbrada. Parecía otra persona. Su proximidad, lejos de incomodarla, le resultaba familiar.

"¡Neji-niisan!"

La irrupción de Hinata, pese a lo inocuo de su intención, resultó tan violenta como un mazazo. Neji se apartó bruscamente de Sakura y ésta miró a Hinata, avergonzada. Hinata se detuvo en el porche, plenamente consciente de que acababa de interrumpir el curso de algo íntimo. Sin saber qué hacer para excusarse, alzó titubeante la carta hacia su primo, que estaba recogiendo las armas.

"Ha llegado esto. Shikaro lo trajo hace un rato, pero no quería…importunaros- dijo tímidamente.

"No había nada que importunar. Sakura se marcha ya- replicó Neji fríamente. Cogió la carta y se metió en la casa sin añadir palabra.

"Lo siento mucho Sakura…-se excusó Hinata, con expresión contrita- La traje ahora porque no quería molestaros…yo…no sabía que…

Sakura sonrió con tristeza.

"Neji te ha dicho la verdad. No has interrumpido nada. Ya me iba"

Hinata la detuvo poniendo una mano en su brazo.

"Hay malas noticias. He leído la carta que acabo de entregarle a Neji. En ella Tsunade informa del adelanto de las pruebas de ANBU y jounin.

"Qué- los ojos de Sakura se agrandaron. Inmediatamente, añadió- Por qué?

"Eso es lo mejor- dijo Hinata, enigmática- El clima. Según el comité, las condiciones climáticas son tan adversas que sería imposible realizar las pruebas.

"Pero eso es una estupidez- dijo Sakura, sin poder creérselo.¿Ahora la lluvia va a ser impedimento para un torneo de shinobis?

"Eso mismo pensé yo al leerlo-concedió Hinata- No tiene ningún sentido. Si es una excusa, es la más absurda que he oído en mi vida.

"Si es una excusa, esto no hace más que confirmar lo que temíamos. No hay misiones, mis padres no han vuelto, los tuyos están ausentes, se adelantan las pruebas. Y hace algo de un mes, me encontré una noche con Kakashi y Genma. Iban a un Consejo"

"De noche- inquirió Hinata, extrañada

Sakura asintió. Su amiga se mordió el labio, inquieta.

"Hinata... es evidente que algo ocurre. Y si nosotras hemos podido percatarnos, seguramente otros también. Pero si no nos han comunicado nada, debe haber alguna razón. Creo que lo más prudente será no comentar esto con nadie hasta que contemos con más datos.

"Tienes razón.-se detuvo y añadió, casi en susurros- Crees…crees que se trata de una guerra?

Sakura no respondió. Se sentó en el escalón a ponerse las sandalias y dijo, casi para sus adentros:

"Qué otra cosa puede ser si no…y aún así...me resisto a creerlo.Quién iba a decir que todo lo que conocemos puede desaparecer…"

Se hizo entre las dos el silencio más siniestro que recordaban. Una vez pronunciada la palabra guerra, la atmósfera se había hecho irrespirable. Tras unos opresivos segundos, la voz de Hinata se elevó tímidamente.

"Entonces, si se adelantan las pruebas de Anbu" ...- su tono fue diluyéndose, dejando la pregunta inconclusa.

No hacía falta que la acabara. Sakura adivinó a qué se refería. Se puso en pie y se acercó a la corredera.

"No lo sé- respondió, sintiendo cómo se anudaba la inquietud a su estómago- Ahora se lo preguntaré".

No tuvo que buscar mucho. Encontró a Neji en el patio interior, dirigiéndose hacia las dependencias del Bouke. Al verla se detuvo.

"Qué quieres? "

La irritación contenida en su tono la sorprendió. Le miró, confundida, preguntándose qué había hecho para sacarlo de quicio esta vez.

"Neji, yo…bueno…-se miró los pies, sintiendo una súbita dificultad para engarzar las palabras. Alzó tímidamente el rostro, buscando su mirada.- Quería saber si…como ahora se adelantan las pruebas de ANBU…bueno, si vamos a seguir entrenando…"

Neji ladeó la cabeza y la miró, entrecerrando los ojos.

"A ti qué te parece? "

Sakura tragó saliva, cada vez más nerviosa. El Neji que tenía ante ella no parecía el mismo que había estado en el jardín minutos antes. Su repentina frialdad la desconcertaba y hería a partes iguales.

" Supongo que eso es que no" aventuró, sintiéndose estúpida.

" Supones bien. De hecho, creí que era innecesario aclarártelo. Me alegro de que no temas hacer preguntas obvias" dijo, mordaz.

Sakura no podía creer lo que oía. A la ardiente sensación de ridículo se le sumó una creciente tristeza que amenazaba con desbordar sus lacrimales. Notaba cómo su garganta estaba atenazada, como si la hubieran cercado con alambre de espino. Su único deseo en ese preciso momento era que se la tragara la tierra. No obstante, no podía marcharse sin más. Se forzó a sonreír, como si no le importara, y dijo:

" Bueno…entonces espero que todo vaya bien. Iremos a ver las pruebas. Te…te desearía suerte, pero sé que no la necesitas. Gracias por todo" se inclinó respetuosamente, para ocultar su congoja, y se alejó rápidamente sin mirarle.

No se permitió el ridículo de llorar. Tenía una casa solitaria, y toda una noche para hacerlo.