Muchísimas gracias por los reviews. Significa mucho para mi que os guste y que os mantenga con la intriga de qué ocurrirá ( incluso en una historia tan tópica como ésta).
Ya estamos en el capítulo 10! A partir de ahora las actualizaciones serán mucho más lentas, porque se me han acabado los capítulos ( sólo tengo 2 más) y tengo q darme tiempo para escribir los tres o cuatro que quedan. A pesar de todo, espero que tengáis paciencia, procuraré escribir rápido.
Para este capítulo me tiré toda una vida, como quien dice. Creo que es el más largo de todos, y también de los más importantes, porque por fin las dos tramas- la romántica y la política- se unen con un suceso inesperado. Espero que os guste, y ya sabéis, dejad reviews!
"Se lo dije. Le dije que se abrigara más. Aquí hace mucho frío- protestó Shizune.
"No te preocupes. No me viene de un constipado- replicó Tsunade despreocupadamente.
Ambas comenzaron a subir lentamente la escalinata de piedra que conducía al templo de Kojiko-Sama. De tanto en cuando Shizune mascullaba algún improperio dirigido al viento helado o a los 95 escalones que les faltaban aún para llegar.
"Hemos hecho bien en dejar a Tonton en casa. No creo que le hubiera gustado un pelo subir esto" rezongaba.
Finalmente, tras un cuarto de hora de penosa ascensión el templo apareció ante ellas. Shizune exhaló un suspiro de alivio y se desplomó sobre el último peldaño.
" Creí que no se acababa nunca " resopló.
Tsunade la miró divertida.
"Tal vez quieras levantarte, Shizune."
"No creo que pueda moverme hasta dentro de tres días"
"Pues creo que deberías intentarlo. Todo el mundo te está mirando"
Con una exclamación ahogada, Shizune se incorporó rápidamente y vio que "todo el mundo" era Hyuga Hiashi , sobriamente veastido de negro, caminando hacia ellas.
"Hokage-sama" Hiashi inclinó la cabeza en respetuosa reverencia.
Tsunade le correspondió y sonrió.
"Vuestra familia sigue mostrando preferencia por los lugares apartados, por lo que puedo apreciar"
"La inercia de la tradición nos configura y malfigura- respondió Hiashi, con su característica templanza. Si sentía alguna curiosidad acerca de su inesperada visita, no lo demostró. Sonrió con amabilidad y dijo- Quizá quieran pasar al templo. Hace bastante frío aquí fuera"
Al gesto de Hiashi, las dos mujeres le siguieron a través de un jardín pulcramente cuidado que en primavera debía estar cubierto de flores, pero ahora aparecía cubierto de escarcha, y las oscuras ramas de los árboles se retorcían desnudas como garras hacia el cielo invernal.
"Cómo se encuentra su esposa, Hiashi-sama?"
"Bastante bien. El aire de la montaña es muy beneficioso para ella. En estos momentos debe estar en las aguas termales"
"Si quiere, puedo examinarla más tarde " ofreció Tsunade.
"Se lo agradezco mucho, pero supongo que no es ése el motivo de su visita" terció el Hyuga.
"No, no lo es" admitió Tsunade quedamente. Observó el rostro de Hiashi, tan parecido al de su sobrino. Idénticos ojos opalinos, que sólo se diferenciaban de los de Neji en la sabiduría y templanza que transmitían, iluminaban un rostro armonioso y suave, como la madera envejecida. A pesar de que debía frisar los cincuenta años, el paso del tiempo era amable para Hyuga Hiashi.
Éste se percató del estudio del que estaba siendo objeto y preguntó, no sin perspicacia:
"Es algo relacionado con Neji ? "
"No exactamente. Aunque ya habrá sido informado de que realizó un examen soberbio y ahora forma parte del cuerpo ANBU. Kakashi-san asegura que tiene un brillante futuro por delante"
"Lo sé. Uno de mis criados me escribió al respecto- el tono de Hiashi denotaba un orgullo comprensible- Mi sobrino honra a su familia"
"Sin duda- concedió Tsunade- No obstante, no es de él de quien vengo a hablarle. Se trata de Hinata"
Hiashi se detuvo en seco y la miró, inquieto.
"Mi hija ? Le ha ocurrido algo? "
"No, no- se apresuró a tranquilizarle- Ella está bien, pero...- la expresión de Tsunade se había vuelto mortalmente seria.- Es un asunto muy importante y ella está implicada. No habría osado importunar el descanso de su familia si así no fuera"
"Comprendo" respondió Hiashi, visiblemente preocupado. Se detuvo ante una de las correderas de shogi y la abrió, invitándolas a pasar.
En el exterior, los primeros copos de nieve comenzaron a perlar la tierra oscura.
Nieva.
Sakura se arrebujó bajo la colcha, y saboreó la quietud y el silencio de su cuarto mientras contemplaba la suave caída de los copos. La nieve se había adelantado ese año; generalmente, se reservaba para primeros de diciembre. Sus padres solían estar para esas fechas; Sakura no recordaba una sola nevada sin el té caliente y los dorayakis preparados por su madre. Pero este año todo era distinto. Sus padres llevaban ausentes mucho tiempo y la nieve se había anticipado a su llegada.
Sakura suspiró y se acercó a la ventana, frotándose los brazos.
Siempre le había gustado la nieve; tan delicada, blanca y pura...Sakura se estremeció. Los adjetivos blanca y pura le recordaban la mirada de Neji, y aquella genuina y devastadora sonrisa que le había dedicado el día anterior. Apoyó la frente contra el vidrio congelado de la ventana y cerró los ojos, tratando de borrar aquella imagen.
Tenía que olvidarle. No podía permitirse otro enamoramiento unilateral. Si sólo pudiera extirpar sus sentimientos y enterrarlos junto a todo lo que quería dejar atrás...
Al menos, ahora será más fácil, porque rara vez nos encontraremos. Siendo ANBU estará siempre realizando misiones fuera de la villa y acabará olvidándose de mi, si es que no lo ha hecho ya.
Neji...ojalá tuviera un ápice de tu autocontrol para hacer más fácil el trago de olvidarte. Voy a echarte tanto de menos...
Con la garganta anudada por las ganas de llorar, presionó con delicadeza sus labios contra el gélido cristal de la ventana, en un trémulo beso de despedida. Sentía que las lágrimas pugnaban por salir, y que sus emociones se desbordarían tarde o temprano.
Pero justo en ese momento, sonó el timbre.
Sakura chasqueó la lengua con fastidio. No recordaba que le había dicho a Ino que pasara a buscarla para hacer algunas compras en el centro de la villa. Se puso las zapatillas con desgana y salió de su habitación.
"Ya va "gritó, mientras bajaba pesadamente por las escaleras. De todas las cosas del mundo, la última que le apetecía ahora era una ruidosa hora con Ino. Prefería mil veces volver a la cama y pasar el día lánguidamente echada contemplando la nieve.
Con un suspiro resignado, abrió la puerta… y se quedó petrificada.
Era Neji.
En vez de ir vestido con su habitual chaleco blanco y pantalones grises, vestía el uniforme de invierno de jounin. Llevaba el pelo recogido en una cola muy prieta, y la bandana de Konoha anudada a la nuca. Cuando abrió la puerta, descruzó los brazos y se apoyó levemente en el dintel de la puerta, a la espera de que Sakura reaccionara.
"Buenos días" dijo, finalmente, viendo que ella no articulaba palabra.
Sakura pestañeó, aún en proceso de asimilación. El rostro de Neji adoptó una expresión burlona.
"Dónde están tus modales, Haruno? "inquirió con falsa seriedad.
"Bu...Buenos días" respondió ella, como un autómata.
Sintió que todas sus funciones corporales recobraban el ritmo de golpe; la sangre que había abandonado su rostro segundos antes ahora se agolpaba frenéticamente en sus mejillas, ruborizándola bajo la penetrante mirada de Neji.
"Se… se me olvidó algo en tu casa? "acertó a preguntarle al fin. No se le ocurría qué otro motivo podría justificar su presencia allí.
Neji alzó las cejas, un tanto sorprendido por la pregunta.
"Bueno, podría decirse que sí. Para ser alguien que se jacta de cumplir su palabra, olvidas rápidamente la de los demás"
Sakura le miró, sin comprender. Una ligera sonrisa curvó los labios de Neji.
"Tenemos un pacto. Tú ganaste una apuesta, con métodos más o menos discutibles, y yo me avine a las condiciones por haber perdido"
"Ah…- se hizo la luz en la adormilada mente de Sakura.- Bueno, yo creí…que ya no querrías seguir entrenándome…ahora que eres ANBU" balbuceó.
"Evidentemente, cuando tenga que ausentarme por alguna misión, no podré. Pero yo cumplo mi palabra, a menos que tú me liberes de ella. Sólo tienes que decirme que deseas dejar de entrenar. Quieres dejarlo? " - preguntó, mirándola directamente a los ojos.
Sakura tragó saliva. No sabía qué responder. Por supuesto que quería seguir entrenando con él, todos los días del mundo, pero temía que él adivinara sus sentimientos si le respondía con demasiado entusiasmo.
"Y bien? No tengo todo el día, mujer" apremió Neji, intensificando su mirada.
"Sí…si tú no tienes realmente nada más que hacer ahora…me gustaría " respondió, sin mirarle.
Neji asintió con la cabeza y apoyó la mano en la jamba de la puerta.
"Bien. Vámonos entonces. El tiempo es oro"
"Ahora- Sakura miró el cielo y objetó- Pero está nevando…"
"Oh, es verdad. Se me olvidaba que uno sólo es ninja en primavera y verano- replicó Neji con ironía- Es que no hay guerras en invierno, Haruno? "
Sakura no pudo evitar reírse.
"Ya lo sé. Pero como solíamos entrenar por la tarde…"
Nunca amanece lo bastante temprano como para ponerse manos a la obra. Alégrate de que no haya venido por ti a las cinco de la mañana-respondió Neji, de buen humor.
Está bien. Vámonos entonces- dijo ella, bajando el escalón con energía. Se detuvo al ver que Neji la miraba con extrañeza.
"Qué? " preguntó, desconcertada.
Neji señaló el pijama rosa. El raso resbalaba suavemente por las formas de Sakura, insinuándolas lo suficiente para que él no pudiera evitar admirarlas. Neji carraspeó, obligándose a dejar de pensar en lo que no debería, y se forzó a apartar la vista para mirarla a los ojos.
"Vas a ir así? "
Con una exclamación, Sakura dio automáticamente un paso atrás para ocultarse tras la puerta. En qué estaba pensando¡Abrir la puerta en pijama! La cercanía de Neji la había absorbido tanto que ni siquiera había percibido el frío de la calle. Se sonrojó al pensar en el lamentable desorden que debía presentar su aspecto.
"Bueno…entonces voy a cambiarme- se atusó azorada algunos mechones que le caían sobre la frente y abrió más la puerta, empujándola con el pie- Pasa, por favor. No me llevará más de un minuto"
Neji asintió y pasó al comedor, mientras ella corría escaleras arriba.
Hace mucho tiempo que está sola, pensó, mientras inspeccionaba la estancia. En la basura se veían muchos sobres de ramen instantáneo, y la cocina estaba relativamente desordenada. Sobre el sofá había algo blanco arrugado. Al cogerlo, Neji se encontró con unas braguitas limpias, posiblemente de la colada del día anterior. El tejido era escueto y suave, con una línea de encaje en la parte superior.
"Ya estoy!" anunció Sakura, bajando al trote por las escaleras.
Neji tiró de inmediato las braguitas de vuelta al sofàcomo si quemaran, avergonzado por la posibilidad de que le hubiera visto con ellas en la mano. Recompuso su expresión y le dirigió su mirada inmutable de siempre. Vio que en vez del habitual vestido rojo, se había puesto el uniforme de invierno de chuunin, que incluía la sudadera de neopreno y el chaleco forrado.
"He pensado que como está nevando es más práctico ir vestida con el uniforme- explicó, mientras reponía los kunais y shuriken de la riñonera. Cerró la cremallera y le miró- Ya estoy lista"
"Tú primero"dijo Neji por toda respuesta, abriéndole la puerta de la calle.
Es difícil describir la felicidad que colmaba a Sakura al caminar por las heladas calles de la villa en compañía de Neji. La nieve cayendo delicadamente, el viento puro, el glorioso sonido de la respiración de Neji, el tenue calor de su cuerpo, y el vaho de su boca le parecían fruto de un sueño. Todo su ser irradiaba felicidad, y aunque no podía exteriorizarla como quisiera, se conformaba con agradecer, una y otra vez, a quienquiera que fuese el responsable de la presencia de Neji a su lado esa mañana.
"Qué vamos a practicar hoy? "preguntó, con la sola intención de oír su voz.
"Resistencia de chakra- contestó Neji, mirando el cielo- El tiempo es perfecto para ello"
"Resistencia de chakra" repitió Sakura , y sonrió, satisfecha.
Menos mal. Por fin algo que se me da bien.
Neji la miró de reojo y añadió, como si hubiera leído su mente:
"No es la resistencia que tú piensas. A menos que me creas tan estúpido como para perder el tiempo enseñándote cosas que ya sabes"
"Ah…No, claro que no" se apresuró a negar Sakura, con la gota helada cayéndole por la frente.
Auch.
"Iremos al estanque del bosque, y entrenaremos sobre su superficie" prosiguió Neji.
"Pero el agua aún no estará helada- repuso Sakura- Si ha empezado a nevar hoy…"
"Correcto. Por eso nos sentaremos a esperar a que se hiele"
Sakura se paró en seco y se quedó mirando a Neji, atónita. Había oído bien?
"Por qué te detienes? Sigue caminando- ordenó Neji, sin volverse- Era broma"
Sakura meneó la cabeza. ¡Neji bromeando! Vivir para creer. Se apresuró a reanudar el paso, corriendo casi para ajustarse al ritmo de Neji, y clavó la mirada en sunuca mientras caminaban. Se preguntó qué otras sorpresas escondía su escarpado carácter.
"Puedo hacerte una pregunta? " inquirió de pronto Neji, sin volverse a mirarla.
Sakura se sobresaltó.
"Sí, claro" contestó, extrañada.
"Es mi nuca como todas las demás? "
Sakura se puso roja y no supo qué responder. Se sentía como el niño al que pillan con las manos en la masa. Qué estúpida había sido al creer que su curiosidad no sería advertida por alguien cuyo campo visual abarcaba casi 360 grados.
"Lo digo porque veo que te interesa mucho- prosiguió Neji, en tono casual. Ralentizó el paso y lanzó una intensa mirada de soslayo a la menuda chuunin.- Te interesa, Sakura? " preguntó, reduciendo el tono a un insinuante susurro.
Sakura se estremeció como si la hubiera acariciado. Cerró los ojos apenas un instante, confusa.
"Sí- respondió, para inmediatamente corregirse- Quiero decir, no. No"
Mierda. Mierda.
Se sentía atrapada en una autotraición de la que ahora no sabía salir sin comprometerse.
"Sólo estaba pensando en que sé muy pocas cosas de ti" se excusó finalmente, sin mucha convicción.
"Sí, suele ocurrir- dijo Neji, serio. Se metió las manos en los bolsillos y añadió, sin mirarla- Sencillamente, porque lo que me pase sólo me incumbe a mí"
"Pero eso no es cierto- replicó Sakura con suavidad. Miró a Neji y añadió, con más corazón del que quisiera- Lo que te suceda también le importa a tu familia y a tus amigos"
Neji hizo una mueca, como si le hiciera gracia lo que había dicho.
"Yo no tengo familia, tengo linaje" murmuró con acritud.
"No digas eso, Neji- le contravino dulcemente- Por tus venas corre la sangre más importante de esta villa. Eres modelo de muchos y estoy segura de que el padre de Hinata está orgulloso de ti"
"Me parece que no lo entiendes- la cortó Neji, molesto- Que esté orgulloso o no es irrelevante. Yo desempeño un papel concreto en la familia y lo único que se espera de mí es que lo cumpla correctamente"
"Pero Neji… has conseguido ser ANBU, y que yo sepa, eres el primer Hyuga que lo consigue"
"El primero que se presenta, en todo caso- corrigió Neji. Meneó la cabeza.- Sigues sin entenderlo. Nadie va a darme una palmadita, ni es lo que busco. Ser ANBU no es ningún mérito personal. Es sólo la garantía de que seré más eficiente en mi papel"
"Y cúal es ese papel? " preguntó Sakura, casi temiendo su respuesta.
"Guardia personal de la heredera del Souke- respondió Neji, y sonrió con amargura cuando vio que Sakura enmudecía- Soy poco más que un criado adiestrado"
La frustración y tristeza que destilaban las palabras de Neji conmovieron profundamente a Sakura, dejándola sin palabras. Se sentía expuesta ante esta faceta de Neji que acababa de descubrir: la más humana de alguien que parecía inexpugnable, como una fortaleza atrincherada. Sabía que años atrás, el país del Relámpago había tratado de raptar a Hinata y que el padre de Neji se había sacrificado en lugar de su hermano para salvar las relaciones diplomáticas entre Konoha y el Relámpago, pero no sabía con exactitud los detalles. Ocurriera lo que ocurriera, Neji no sólo cargaba con el sacrificio de su padre, sino con el dolor de muchas otras generaciones selladas por el Souke. Descubrir que bajo aquella máscara serena e imperturbable Neji sufría era más de lo que Sakura podía soportar.
Cogió a Neji del brazo.
Éste se detuvo, sorprendido, y la miró. Los ojos de Sakura brillaban con tanta intensidad que no podía apartar la vista de ellos.
"No eres un criado- dijo ella, pronunciándolo como si fuera un acto de fe- No serás nada que no quieras ser, por más sellos que tengas y más tradición que te encadene- la voz le tembló ligeramente, por la emoción contenida. Neji supo que Sakura estaba hablando con el corazón en la mano.- Tú eres tú y, independientemente del papel que desempeñes, eres importante"
Se hizo silencio entre los dos. Neji estaba asombrado por lo certero de las palabras de Sakura. Siempre la había tenido por una persona inteligente pero frívola e irreflexiva. La menuda figura que tenía ante si, el rostro delicado y los ojos ardientes, sinceros, parecían pertenecer a otra persona que él había vislumbrado en un par de ocasiones a lo largo de los meses que habían estado entrenando y que ahora amanecía ante él como un secreto revelado a última hora.
"Gracias" dijo, acariciando la palabra en su paladar y pronunciándola tan suave como quería que ella la oyera. Para reforzar el gesto, posó brevemente su mano sobre la de Sakura, aún aferrada a su brazo.
El calor de la mano de Neji sobre la suya durante aquellos breves instantes se extendió por todo su cuerpo como una intensa oleada. El latido de su corazón martilleaba intensamente sus sienes, como un violento tambor de guerra, acusando el devastador efecto que una simple mirada y un simple roce suyo tenía en ella.
Bajó la vista con timidez.
"No me las des, Neji…sólo he sido sincera"
Neji la contempló durante unos segundos sin decir nada y finalmente, dijo:
"Sigamos caminando. Vamos a perder la mañana"
Perdidos en sus propios pensamientos, pero totalmente conscientes de la proximidad del otro, continuaron el camino hacia la casa. De vez en cuando, sus manos se rozaban por accidente y Sakura sentía aquella pequeña descarga eléctrica, entre dolorosa y placentera, recorrer todo su cuerpo. Neji, por su parte, estaba haciendo lo que mejor se le daba: atrincherarse en sus pensamientos y estudiar disimuladamente a Sakura, sopesando y reconstruyendo la conversación que acababan de tener. Cúando se había vuelto así? Las palabras que ella le había dirigido no eran baladíes. Eran las palabras de alguien que ha tenido que insulflarse el autoestima que otros han tratado de arrebatarle. A qué se debía esa repentina madurez?
Neji le dirigió una intrigada mirada de soslayo. Sakura caminaba a su lado con la mirada fija en el horizonte, totalmente abstraída. La extraña luminosidad del cielo confería a sus ojos el color del mar revuelto, bajo el arco de unas pestañas oscuras y abundantes. Su boca, ligeramente entreabierta, era pequeña pero exquisitamente formada. Neji tuvo que admitir que Sakura ya no era la niña de 12 años exasperante que conociera en sus días como genin. El paso del tiempo había compensado aquella delgadez extrema y aquella frente desproporcionada y ante él tenía a una joven de notable belleza. Renuentemente, su mirada volvió a posarse en sus labios y no pudo evitar preguntarse si el Uchiha había tenido algo que ver en esa metamorfosis. Era bien sabido que ella y su ruidosa amiga Ino habían perseguido a Sasuke por toda la villa. Ahora que se acercaban a la veintena, se preguntó si habrían desistido finalmente. Aunque lo dudaba, cabía la posibilidad de que Sakura había hecho realidad sus ilusiones respecto al Uchiha.
Neji frunció el ceño y se abofeteó mentalmente por prestarle atención a temas tan estúpidos. Qué le importaba a él todo eso? Nunca le había dedicado más de 30 segundos a nada que no fuera el perfeccionamiento militar y espiritual. Su amistad con Lee y Tenten era circunstancial; eran sus compañeros desde hacía muchos años y los apreciaba, pero Neji no era una persona que se vincularademasiado a nadie.
De todos los aspectos de la vida, el amor era el último para Neji.
Para empezar, ninguna mujer le había atraído la atención lo suficiente, y además, estaba el hecho de que establecer un vínculo de ese tipo podría entorpecer su eficiencia como ninja. Neji era lo bastante responsable como para no comprometerse sabiendo que como ANBU, cada misión podía ser la última. No estaba dispuesto a dejar una viuda, ni a deberle cuentas a nadie. Le gustaba la soledad y raramente hablaba si no creía que podía mejorar el silencio.
Curiosamente, ella había roto antes ese silencio con su curiosidad y él no se lo había tomado como una indiscreción. Neji se dio cuenta de que llevaban cerca de tres meses viéndose a diario muchas horas, y que la curiosidad de la chuunin hacia él era natural dadas las circunstancias. Tan natural como la suya propia. Había creído conocerla: 18 años, mohín travieso, parlanchina, enervante, inquieta. Era más una molestia que un favor. Parecía tan predecible, tan evidente, que ni siquiera se había molestado en ir más allá en su análisis. Craso error.
Por primera vez en su vida, Neji se sintió algo desconcertado: se había equivocado respecto a ella y ahora no sabía qué actitud mantener.
Ya divisaban la fachada de la casa Hyuga cuando, de repente, un grito femenino, que restalló como un latigazo contra el níveo silencio, los arrancó bruscamente de sus ensoñaciones. Se miraron, alarmados.
"Hinata !"- exclamó Sakura, lívida, al reconocer la voz.
Neji no necesitó oír más. Desapareció de un salto por encima del muro de la casa, mientras Sakura se abalanzaba sobre el vestíbulo, kunai en mano. El corazón le latía desbocado por la aprensión. Qué sucedía? Cúantos eran? Al no detectar ninguna fuente de chakra cercana se tranquilizó. Fuesen quienes fuesen, debían haberse dado a la fuga. Con el estómago punzado, recorrió el pasillo y sus habitaciones en busca de Hinata, para encontrarla tendida cerca del corredor del jardín.
"Hinata!" corrió hacia ella, y suspiró de alivio al ver que estaba viva.
"Sa…Sakura" gimió Hinata. Sus pálidos ojos estaban llenos de terror.
"Estás bien, Hinata? Qué ha pasado? " preguntó Sakura ansiosamente , inspeccionándola en busca de heridas.
" Tienes que ayudar a Neji, Sakura…eran dos hombres. Salió tras ellos. Por favor, ayuda a Neji" gimió.
"No te preocupes" le aseguró Sakura en voz baja. Arrastró a Hinata hasta la habitación cercana y la escondió allí.
Acto seguido, se transformó en ella, imitando su apariencia a la perfección, desde la ropa rasgada hasta la expresión aterrorizada. En el caso de que los intrusos pretendieran raptar a la heredera Hyuga, se encontrarían con una sorpresa. Era mejor que la auténtica Hinata estuviera oculta hasta que averiguaran qué había sucedido.
Lo que ocupaba su mente ahora era Neji. Se precipitó hacia el jardín, empapada en sudor, y vio que uno de los intrusos estaba postrado en el suelo, cerca del estanque. Sakura se acercó con cautela y le tomó el pulso en la garganta.
Estaba muerto.
Neji...
Levantó la mirada hacia el bosque, y el denso silencio reinante la angustió enormemente. No se escuchaba el entrechocar de las armas, ni gritos, ni pájaros moviéndose. Sólo una sobrecogedora quietud.
Por favor, no. Dios mío, no puede ser.
Sintió que el pánico iba empapándola a medida que se acercaba corriendo al bosque. No podía haber muerto. Neji, la persona a la que más admiraba y a la que amaba hasta el último aliento. No podía estar muerto. El solo pensamiento hizo que las lágrimas acudieran a sus ojos. Con un nudo en la garganta, se lanzó a rastrear el bosque ansiosamente, llamándole una y otra vez con la voz truncada por el dolor. Una gélida niebla había bajado sobre el bosque y dificultaba enormemente la tarea. Sakura se detuvo, exhausta y llorosa, en busca de cualquier débil señal de chakra activo. El algún rincón del bosque, un pájaro graznó, como un mal presagio.
"Por favor…Neji...- jadeó, elevando la vista al cielo - Por favor…- sollozó, sintiendo que se le partía el corazón- No puedo encontrarte…"
Cerró los ojos y deshizo la transformación, volviendo a su aspecto natural.
Y entonces lo oyó.
Era apenas un quejido.
Con el corazón batiéndole que parecía que fuera a salírsele del pecho, aguzó el oído y caminó atropelladamente, guiándose por el débil sonido, hasta que distinguió el cuerpo de Neji echado contra un arbusto. Corrió hasta él.
" Neji " gimió, cayendo de rodillas a su lado.
No tenía buen aspecto. Estaba muy pálido y parecía incapaz de articular palabra.
"Estás herido, Neji? Qué ha pasado? " le preguntó Sakura, sin poder reprimir las lágrimas.
Neji trató de incorporarse, sin éxito. Su frente estaba perlada de sudor y el sufrimiento había desfigurado su expresión.
"Veneno " jadeó, inspirando trabajosamente.
Sakura se quedó helada. Veneno. Pero dónde le habían herido? Su mirada recorrió aprensivamente todo el cuerpo de Neji, hasta dar con una afilada y pequeña aguja clavada en el bíceps.
"Ya la veo" dijo, nerviosa.
"Tienes…tienes que…extraerla" gimió Neji, entrecortadamente. El veneno comenzaba a extender sus efectos: cada vez le costaba más trabajo respirar, por la parálisis de los músculos torácicos.
Sakura le agarró con firmeza el brazo y le miró, como buscando su aprobación.
"Allá voy, Neji- murmuró- Aguanta"
Neji apretó los labios hasta formar una tensa línea y resistió estoicamente cuando Sakura arrancó de un violento tirón la aguja. La lanzó lo más lejos posible y se volvió hacia él. Su aspecto empeoraba por momentos. La tez se le había puesto cenicienta y tenía los labios violáceos. Sakura tuvo que obligarse a mantener la cabeza fría si quería encontrar el medio de evitar que el veneno se extendiera en una dosis mayor que la que el cuerpo de Neji pudiera depurar. Recordó entonces las lecciones de primeros auxilios.
Con ayuda del kunai, desgarró la manga de la sudadera y se percató de que el minúsculo orificio que había dejado la aguja estaba supurando una sustancia blanca. Se echó a temblar. Si ese veneno penetraba en la herida, el daño podía ser irreversible.
"Neji…- llamó. Éste le devolvió una mirada vidriosa- Tengo que limpiarte el veneno que ha soltado la aguja al extraerla. Si penetra en la piel, será peor"
Neji asintió levemente y trató de deglutir, sin conseguirlo. Sentía que el rostro se le estaba congelando y que ya no podía mover las facciones. Entonces observó que Sakura se inclinaba sobre su brazo y comenzaba a apretar con fuerza la zona de la herida, haciendo torniquete con ambas manos. Surtió efecto: el veneno que aún no había sido absorbido rebosó por el orificio a causa de la presión. Inmediatamente, Sakura volvió a inclinarse sobre el brazo y procedió a succionar el veneno con la boca, deteniéndose solo para escupirlo y proseguir.
Parte del veneno podría haberse mezclado con su saliva y traerle problemas, pero en esos momentos, no era algo que Sakura fuera a considerar. Lo que le importaba era que Neji seguía vivo.
Le tomó la temperatura de la frente y suspiró. Estaba muy frío. Lo único que podía hacer era vendarle el brazo y meterle en la casa, con la esperanza de que el calor y un masaje reactivaran su circulación sanguínea.
Pero levantar a Neji no era tan fácil como parecía. Pese a que era de constitución esbelta, el Hyuga pesaba sus buenos 78 kilos, casitreinta más que ella, y le sacaba dos palmos limpios. Sakura se arrepintió de no haber ejercitado más la fuerza física. Se sentía torpe e impotente tratando de incoporarle sin ningún éxito.
"Está bien, probaremos de otra manera"
Rodeó a Neji por la cintura y tiró de él hacia arriba, hasta apoyarle contra el tronco del árbol. Acto seguido, se lo cargó a la espalda, cogiéndole a caballito, y echó a andar pesadamente. Rezó porque Hinata estuviera aún donde la había dejado. No se veía con fuerzas de poder defenderla de cualquier otro agresor. En realidad, no se veía con fuerzas de hacer nada. Ver a Neji a punto de morir era suficiente emoción para un solo día.
"Sakura…-la voz de Neji, le llegó desde atrás, ronca- Déjame en el suelo"
Sakura negó con la cabeza. Estaba loco?
"Queda poco para llegar, Neji, y es mejor que no te muevas.- volvió la cabeza ligeramente hacia atrás para mirarle- Cómo te encuentras?"
"Bien. Déjame en el suelo" repitió, molesto.
"Lo haré cuando lleguemos. Sólo quedan unos metros, por Dios. No seas impaciente"
Pero ser llevado a caballito era más de lo que el orgullo de Neji podía permitir.
"He dicho que me sueltes! "- exigió, claramente irritado, y se movió de tal manera que cayó al suelo.
Sakura le miró, consternada. No sabía en qué estaba pensando Neji, pero en cualquier caso era algo totalmente estúpido.
"Vamos- dijo, ofreciéndole la mano- Es imposible que los efectos paralizantes del veneno hayan remitido tan pronto.-Neji no contestó. Sakura suspiró y dijo: Neji…no podrás caminar tú solo aún. Apóyate en mí al menos, si quieres…"
"Déjame- restalló Neji, en tono glacial- Déjame en paz. Puedo llegar yo solo. Adelántate tú"
Sakura le miró como si estuviera loco. Sentado en el suelo helado, con la cara aún pálida por el veneno, Neji parecía capaz de cualquier cosa menos de llegar a la casa solo. Y seguramente lo sabía. No era ningún estúpido.
"Está bien, Neji- Sakura se acuclilló delante de él y le miró, irritada- Qué es lo que te pasa? Oh, ya lo sé. Te sientes culpable por no haber adivinado que justamente hoy, a las diez de la mañana, dos hombres entrarían en tu casa para intentar acabar con Hinata. Qué poca eficiencia por tu parte!"
"Cállate- siseó Neji. Su mirada estaba encendida por la ira- No te atrevas a hablar de algo que desconoces por completo"
"No lo desconozco por completo- gritó Sakura, exasperada¡Me lo has contado tú mismo hoy! No podías saber que iban a atentar contra Hinata, maldita sea! No te das cuenta? No eres un esclavo encadenado a esta casa! Siempre has protegido a Hinata, y que justamente haya tenido que ocurrir esto en los 20 minutos que estabas ausente no es culpa tuya!"
"De quién si no" replicó Neji, sarcástico.
Sakura suspiró.
"No lo es, Neji. Podría pasarle también un día en que estés fuera durante una misión. Te aterra fallar en lo que tú consideras "tu papel", porque la idea de que alguien pueda echarte algo en cara es más fuerte que tú , no es cierto?"
Neji no respondió.
"Puedes permitirte un margen de error, Neji. La vida es más indulgente de lo que tú te crees. Deja de escudarte en esa estupidez de que necesitas resultar útil para justificar tu existencia y tu dignidad. Hay muchas personas que tú considerarías inútiles, y que sin embargo resultan indispensables"
"Sí, como tú, no? " lanzó Neji, a la defensiva.
Sakura enmudeció.
Sus ojos traslucían claramente que el comentario de Neji la había herido profundamente, como un dardo que se clava en el blanco. Se hizo silencio durante cinco eternos segundos antes de que respondiera con un hilo de voz:
"Sí. Eso me gustaba pensar" y se volvió hacia él y le ofreció de nuevo la mano, sin mirarle.
Demasiado sorprendido como para asimilar lo que estaba sucediendo, Neji la aceptó sin rechistar, y se puso en pie, apoyándose ligeramente en su hombro. Echaron a caminar hacia la casa, sumidos en un silencio sepulcral. Sakura estaba cabizbaja y no le miró ni una sola vez. Era como caminar junto a un autómata.
Neji nunca se había sentido tan miserable en toda su vida.
"Neji!" la voz de Hinata resonó desde la corredera, al verles acercarse. Bajó los escalones del jardín a toda prisa y corrió hacia ellos.
"Estoy bien, Hinata" respondió Neji, haciendo un gesto con la mano.
Pero era evidente que no estaba bien. Hinata miró a Sakura, cuya expresión parecía haberse desdibujado hasta quedar totalmente vacía.
"Sa…Sakura... estás herida? "
Neji bajó la cabeza, como si le hubiera preguntado a él, y miró a Sakurade reojo. Ésta negó lentamente con la cabeza por toda respuesta, y se apartó de Neji.
"Me marcho a casa- dijo Sakura quedamente. Trató de esbozar una sonrisa, pero sus ojos estaban apagados como dos estrellas muertas.- Le prometí a Ino que iría con ella a comprar"
Neji no levantó la vista del suelo. Sentía en el estómago una pesadez extraña, como si hubiera tragado plomo.
"Va a nevar mucho, Sakura-chan- oyó que le decía Hinata- No creo que debas marcharte. Recuerda lo que sucedió la otra vez. No querrás que vuelva a enviar a Neji a rescatarte!"
"No- oyó que musitaba Sakura, más para sí misma que para Hinata- Desde luego que no"
Neji cerró los ojos durante un segundo, maldiciéndose a sí mismo.
" Sakura- intervino entonces, buscando su mirada sin éxito- Después de lo que ha sucedido hoy es preferible que no vuelvas sola a tu casa. Puede que hubiera más agresores de los que vimos, y en cualquier caso, Hinata estará más segura si duermes con ella"
"Sí- intervino Hinata, tomando el relevo. Cogió la mano de Sakura y la estrechó mientras suplicaba con dulzura: Quédate esta noche, por favor. Hace mucho que no estamos juntas y me encantará tenerte en casa"
Sakura se humedeció los labios resecos, sin saber muy bien qué decir. Notaba la punzante mirada de Neji escrutándola, y recordándole, una y otra vez, lo mucho que sus palabras la habían herido. Tenía que marcharse de allí. Negó suavemente con la cabeza.
"Lo siento, Hinata, pero yo..."
"Por favor...Aún no sé quienes eran estos hombres, ni qué querían. No me dejes sola, por favor..." el ruego de Hinata se hizo acuciante.
Sakura suspiró. Era cierto. Aún tenían que averiguar qué había pasado, y en cualquier caso, estaba en deuda con Hinata.
"De acuerdo" respondió, haciendo de tripas corazón.
Hinata sonrió e hizo un gesto con la cabeza.
"Vamos dentro entonces. Hace mucho frío aquí fuera"
Neji echó a caminar lentamente tras las dos mujeres. Estaba confuso y no conseguía deshacerse de aquella aplastante sensación de culpa que hundía su pecho.
¿Sentía realmente lo que le había dicho? Mientras se encaminaba hacia su cuarto, el sentimiento se agudizó, punzándole como si fuera un aguijón.
Cerró la corredera de su habitación tras de sí y comenzó a desvestirse con ahínco, como si con cada prenda que se quitaba pretendiera arrancar el malestar. Mientras tiraba del vendaje de las piernas, revivió de nuevo la escena.
¿Qué hago dándole vueltas a esta estupidez? He sido honesto con ella. Sólo le he dicho lo que ella misma me ha dado a entender acerca de su manera de ser. Si le duele es su problema. La verdad es la verdad. Ni siquiera sé que hago perdiendo el tiempo con esta insignificancia.
Pero aquella extraña sensación persistía, inexplicablemente. Neji arrojó la venda contra la pared, contrariado, y se llevó las manos a las sienes, masajeándolas con fuerza. No sabía qué le estaba pasando. No se explicaba su propia reacción. Nunca antes las palabras de nadie le habían hecho sentir acorralado, y sin embargo, las de Sakura lo habían hecho. No había podido soportarlo, como tampoco podía soportar la idea de que Hinata hubiera podido ser raptada o asesinada por su culpa.
Tendido totalmente desnudo sobre el tatami, Neji dejó pasar las horas del día lidiando con el único enemigo al que no podía vencer: su propio orgullo.
Al caer la noche, Sakura decidió salir de la habitación contigua a la de Hinata, donde había estado tendida intentando dormir un poco, sin conseguirlo. Cada vez que cerraba los ojos sentía la burla de Neji, y le recordaba que estaba bajo el mismo techo que él, que podía encontrárselo en cualquier momento y que volvería a sentirse diminuta y estúpida en su presencia. Pero tenía que ver cómo estaba Hinata, y sobre todo, interrogarla sobre lo que había pasado para sacar algo en claro y poder avisar urgentemente a sus padres y a Tsunade.
Había llegado el momento. Abrió lentamente la corredera de la habitación y escrutó con cautela el pasillo, sumido en la penumbra.
Suspiró aliviada al ver que no había ni rastro de Neji. Con un poco de suerte, él se mantendría fiel a su costumbre de no traspasar el perímetro del Bouke y no se lo encontraría.
A quién pretendo engañar. Sus ojos, más sinceros que sus pensamientos, habían buscado instintivamente a Neji en la oscuridad, esperando verle allí, para arreglar las cosas.
Para arreglar las cosas.
Sonrió, triste. Neji no era de ésos. No vendría a verla. Y esto, más que alegrarla, como pretendía creer, la hizo sentir desamparada.
Dejó que su mirada se perdiera en las tinieblas del final del pasillo, y la asaltó la congoja al recordar aquella noche de tormenta, en que fue a buscarle a su habitación. Recordó su espalda desnuda a la luz de la vela, las carpas selladas sobre su piel, los dioses, las maldiciones y las míticas batallas que le había evocado la susurrante voz de Hinata cuando le explicó los orígenes de la familia Hyuga.
El nudo que tenía en la garganta se estrechó en el intento de reprimir aquel alud de sentimientos. Ya no había nada que salvar. Las palabras de Neji la habían arrancado de aquella atmósfera para siempre, habían segado el vínculo. Habían interpuesto un muro entre él, útil, y ella, inútil.
Si tan solo pudiera dejar de pensar en él.
Se obligó a apartar la mirada del final del pasillo, allí donde comenzaba el feudo del Bouke, y se volvió hacia la corredera de la habitación de Hinata. Inspiró hondo, para serenarse, y esperó que su compostura no delatara la zozobra que sentía.
"Pasa, Sakura" dijo Hinata, cuando ésta llamó a la puerta.
Sakura entró y cerró la corredera tras sí, sintiendo un escalofrío. La llama de la vela osciló peligrosamente, amenazando con apagarse por la corriente.
"Si que has dormido" le dijo Hinata, sonriendo con dulzura. Se había puesto ya el yukata blanco, señal de que pensaba acostarse pronto.
Sakura le devolvió una sonrisa desvaída, mientras se arrodillaba en el tatami.
"Estaba cansada- dijo- Hace tiempo que duermo mal y la tensión de hoy ha sido demasiado para mi cuerpo…"
Hinata asintió, y reposó la mirada en sus manos, cogidas en el regazo.
"Lo siento mucho, Sakura- dijo, apenada-Yo… no pude ni siquiera advertir su presencia. Estaba en el jardín cuando me pareció ver que alguien me observaba entre los árboles Activé el byakugan y les vi, pero ya les tenía encima. Me agarraron, y entonces fue cuando grité. Supongo que lo oísteis"
"Sí- dijo Sakura- Nosotros estábamos ya delante de la casa cuando te escuchamos chillar. Neji se fue directo al jardín; supongo que había detectado que trataban de huir y pensó que quizá te tenían con ellos"
"Eran tres- dijo Hinata, haciendo memoria- los dos que cayeron sobre mí parecían mercenarios. Iban vestidos de ninjas pero no se movían como tales. Tenían agujas envenenadas. No fui lo suficientemente rápida- concluyó, con pesar.
"Y el tercero? " preguntó Sakura- Dijiste que eran tres.
"Apenas le vi, desapareció nada más descubrirle. Tenía un aspecto extraño. Iba vestido de negro, con una especie de abrigo muy largo. Su rostro me era muy familiar, aunque estoy segura de que no le había visto nunca"
Sakura sintió que se le secaba la boca.
"No puede ser- musitó. Le cogió las manos a Hinata- No recuerdas nada más de él? Haz memoria, es muy importante…"
Hinata cerró los ojos unos segundos.
"Sí- dijo, abriéndolos de pronto- No es mucho. Tenía el pelo oscuro, y parecía que lo llevaba largo, pero no estoy segura.- miró a Sakura, inquieta- Por qué? "
Sakura la miró, muy seria.
"Escucha, Hinata. Hay algún modo de hacer que tus padres regresen cuanto antes? "
"Sí… sí. Puedo mandar a Shikaro con una carta- respondió, cada vez más asustada- Por qué? Sabes quién es? "
"Tenemos que avisarles de inmediato. Por favor, escribe esa carta ahora mismo"
"Pero… qué sucede-Hinata la miró a los ojos, asustada- Creí que se trataba de simples ladrones. No es la primera vez que intentan secuestrarme para pedir un rescate"
"Puede que los dos que te apresaron lo fueran. Pero no el tercero. Escucha, Hinata…ese tercer hombre...por lo que viste de él...podrías decir que se parecía a Sasuke? "
El rostro de Hinata se iluminó, triunfal.
"Sí! Sí, es verdad. Me resultaba familiar, pero no sabía de qué- Su rostro se ensombreció súbitamente al ver la expresión preocupada de Sakura- Es alguien peligroso - preguntó, casi temiendo la respuesta.
Sakura no sabía si decirle la verdad. No quería asustarla, pero tenía que conocer la gravedad del asunto.
"Sí.- respondió, finalmente- Es Itachi Uchiha…el hermano mayor de Sasuke"
Los ojos de Hinata se agrandaron de pavor al oírle mentar. Conocía la historia de los Uchiha. El filo de la katana del primogénito había iniciado un baño de sangre. La sangre de su familia. Su propia sangre.
Miró a Sakura, consternada.
"Por qué…? Por qué estaba en el jardín? " musitó.
"No lo sé- contestó Sakura- Pero si él estaba allí, podemos descartar que pretendieran matarte. Si ése fuera el objetivo, Itachi no se habría esfumado. Podría haber acabado con todos nosotros con un solo gesto"
Hinata tragó saliva al oírlo. Le parecía estar viviendo una horrible pesadilla. Se llevó las manos al rostro y se frotó los ojos con un gemido de angustia.
"Tienes que escribir a tus padres, Hinata.- apremió Sakura- Tienen que volver inmediatamente. Y tenemos que decírselo a Tsunade. Esto es muy serio"
Hinata asintió mecánicamente.
"Tengo las cosas de escribir en tu cuarto" musitó, e hizo ademán de levantarse.
"No, no. Quédate aquí- le dijo Sakura, levantándose- Ya voy yo. No te muevas del cuarto"
Con el corazón en un puño, se dirigió hacia su habitación y sacó el papel y pluma de un pequeño escritorio que había al lado del futón. De pronto, la vela se apagó por una corriente de aire, sumiendo la estancia en la más absoluta oscuridad.
Sakura tragó saliva. Ya estaba bastante nerviosa como para tener que ir a tientas por una casa que no conocía. Sus manos encontraron la corredera del cuarto y salió al pasillo, negro como la boca del lobo. Apenas había dado tres pasos cuando chocó violentamente contra algo duro y rebotó hacia atrás. Las cosas se le cayeron al suelo y el corazón se le detuvo.
Itachi.
Abrió la boca para gritar, presa del pánico, pero una mano se la tapó con fuerza. Se debatió desesperadamente, tratando de zafarse del brazo que la asía por la cintura.
"Shhh- siseó una voz, imperiosa- Sakura!"
Sakura abandonó de inmediato el forcejeo al reconocer la voz de Neji en la oscuridad. Con el corazón aún desbocado, se recostó sin querer contra su cuerpo. Viendo que ya se le había pasado, Neji retiró la mano de su boca.
El alivio de Sakura dio paso a la indignación.
" Qué haces aquí- le siseó, en un ahogado jadeo- Casi me matas del susto!"
" Hago la ronda por la casa- respondió Neji, forzando la vista para distinguir apenas la silueta de Sakura frente a él.- Creo que dadas las circunstancias es lógico- hizo una pausa y añadió- Venía a asegurarme de que Hinata estaba bien"
" Esta no es su habitación" respondió Sakura, incómoda.
Neji se aclaró la garganta.
"Ya lo sé. Pensé que estaríais las dos en la misma" replicó, en tono forzado.
Se quedaron en silencio de nuevo. El nerviosismo de Sakura aumentó, a la par que sus ganas de huir de Neji. La herida aún era demasiado reciente, y permanecer tan cerca de él en la oscuridad sólo prolongaba el dolor.
"Supongo que te interesará saber que el ataque a Hinata contaba con la presencia estelar de Uchiha Itachi" dijo finalmente, para romper el silencio.
Casi oyó cómo Neji dejaba de respirar.
"Itachi? "- su tono pasó de frío a alarmado- Estás segura? Sólo detecté la presencia de dos intrusos"
"Al parecer, Itachi se esfumó justo antes de que los otros dos cayeran sobre Hinata. Es virtualmente imposible que pudieras haberle visto"
Neji no respondió, pero Sakura supo que el fantasma de la irresponsabilidad volvía a asaltarle. Como esa misma mañana. Retorció el obi del yukata que Hinata le había prestado, nerviosa. No podía soportarlo más. Haciendo caso omiso del imperioso latido de su corazón, miró hacia donde creía que estaba Neji y dijo, esperando sonar fría:
"Si…si me disculpas, Hinata espera que le lleve las cosas para escribir a tus tíos"
Se hizo de nuevo un incómodo silencio. Esta vez fue Neji quien habló, en un tono extrañamente envarado:
"Puedo… encender la luz. Si lo deseas"
La súbita proximidad de su voz, a pocos centímetros de su espalda, la sobresaltó. Apoyó instintivamente una mano en la pared, apartándose de él.
"Para qué?" preguntó, más bruscamente de lo que pretendía.
"Se te han caído las cosas cuando te has topado conmigo- dijo-Vas a buscarlas a oscuras? "
Sakura se sonrojó furiosamente. Maldito papel y maldita pluma. Maldito Neji.
"Sí. No pueden haber caído muy lejos" respondió, tensa.
Nunca en su vida había agradecido tanto la ausencia de luz. Prefería que el ridículo que sentía quedara oculto en la oscuridad, a salvo del escrutinio del Hyuga. Fingiendo ignorar su presencia tras ella, se agachó y comenzó a tantear el tatami con cierta ansiedad.
Que aparezcan ya, por favor, suplicó para sus adentros. Todas las circunstancias parecían haberse confabulado en su contra para prolongar el suplicio. Apretó los labios, ahogando su frustración.
Maldita sea! No pueden haber ido a parar tan lejos!
Como si el cielo hubiera atendido su ruego, sintió el papel contra la yema de sus dedos.
Por fin, pensó, cediendo paso al alivio.
Pero al coger la hoja, su mano se encontró inesperadamente cubierta por la de Neji. Sintió que el corazón le daba un violento vuelco al sentir el calor de la mano de Neji sobre la suya. Un escalofrío prendió por su espalda, sembrando la piel de gallina por todo su cuerpo y azuzando el desorden de sus pensamientos. Tragó saliva y escrutó la oscuridad, como si pudiera verle. Le pareció sentir que la mano de Neji se entreabría imperceptiblemente, hundiendo los dedos entre los suyos. El pulso se le aceleró y su pecho se contrajo, buscando un aire que parecía faltarle de repente.
"Voy…voy a encender la luz "dijo, controlando a duras penas la firmeza de su voz.
La mano de Neji se apartó suavemente.
"No hace falta. Ya he encontrado la pluma" dijo.
" Gracias- musitó Sakura, casi arrebatándosela de las manos. Apretó la hoja de papel contra su pecho, como si fuera un escudo, y añadió, con la voz trémula- Mañana iré yo misma a hablar con Tsunade, cuando vuelva a casa. Le explicaré lo sucedido.- se dio la vuelta y susurró- Buenas noches"
"Espera" dijo Neji.
Sakura se volvió.
"Sí?"
Neji se aclaró la garganta. Parecía incómodo. Envarando el tono más de lo habitual, dijo:
"Hinata corre peligro, si es cierto que Itachi tiene algo que ver en la intrusión de esta mañana. Si vuelven a intentarlo, dudo que sepa reaccionar. Estaría más segura si tú estuvieras con ella hasta que lleguen sus padres"
Sakura no daba crédito a sus oídos. Meneó la cabeza, desestimando sus palabras.
"Lo siento -murmuró- Pero creo que pueda serle de ninguna utilidad. Hasta tú me has dado la razón en eso esta mañana" dijo, sin poder ocultar la amargura y la tristeza acumuladas.
"Sólo hablo en bien de Hinata- eludió Neji, ligeramente a la defensiva. Se dio cuenta de ello y rebajó considerablemente el tono para añadir- Ella te necesita"
" Tú puedes protegerla mejor que nadie en esta villa- respondió Sakura, negándose a entrar en el juego- Sólo soy una molestia aquí "
Se hizo silencio.
"No- oyó que decía Neji. Se quedó callado de nuevo. Sólo Dios sabía lo que estaba costándole tragarse el orgullo- Quédate" pidió, casi en susurros.
Sakura sonrió en la oscuridad. Le sonó celestial.
Quédate.
