Por fin llega la fiesta de Hinata, donde todo lo incubado estalla! Ya he empezado a escribir el capi 14 , pero me voy fuera por vacaciones, así que no podré colgarlo hasta que vuelva a casa.
Pues lo dicho. Felices Vacaciones a todos! Por favor, ya sabéis...un fanfic con reviews es un fanfic feliz, así que ...DEJAD REVIEWS, por caridad! A los que ya lo hacéis os transmito telepáticamente una caja de bombones en agradecimiento. Sois los más fieles y los más mejores :P.
Mi sueño (aparte de ser Hokage, juas) es llegar a tener 100 reviews! Creéis que será posible?
Sakura contó hasta diez para serenarse y llamó a la puerta de la casa Hyuga. Esperaba no haberse retrasado demasiado; cuando salió de su casa eran las seis y cuarto, y Neji le había dicho que estuviera a las seis y media si quería vestirse con Hinata para la fiesta.
Se frotó los brazos, que apenas sentía a causa del espantoso frío, y apretó contra su pecho la bolsa donde llevaba el vestido y las cosas. La fuerte tormenta del día anterior había cubierto de nieve la fachada de la casa, y helado el pavimento. Soplaba un viento tan gélido que Sakura temió haberse convertido en un cubito de hielo para cuando abrieran la puerta.
Es que no hay nadie en casa? se preguntó, pegando saltitos para librarse del frío.
Después de un minuto más de interminable espera, la puerta finalmente se abrió y Shikaro apareció, con su habitual cara de pocos amigos.
"La fiesta empieza una hora más tarde" informó fríamente.
"Ya lo sé- contestó Sakura, reprimiendo las ganas de reír- Pero pensé que usted no podría esperar tanto a verme"
"Quién es, Shikaro?" preguntó una voz desde dentro.
Sakura se puso seria inmediatamente, al reconocer la voz del tío de Neji. Shikaro dejó escapar una risita satisfecha.
"Una joven sin sentido del tiempo, Hiashi-sama" respondió.
"De veras?- el patriarca de los Hyuuga asomó la cabeza y reconoció a una temblorosa Sakura- Déjala pasar. Debe estar aterida de frío"
"Hyuuga-sama- saludó Sakura, inclinando la cabeza con exquisita cortesía. Aprovechó para lanzarle una triunfal mirada de soslayo al criado- Gracias por su amabilidad al invitarme. Su subrino me informó de que Hinata quería que estuviera aquí un tiempo antes, para ayudarla a arreglarse"
Hiashi sonrió serenamente y asintió.
"Adelante" dijo, por toda respuesta.
Sakura le siguió al cálido interior de la casa, reprimiendo las ganas de sacarle la lengua al criado, que caminaba con expresión hosca tras ella.
Hinata estaba en su habitación, extendiendo el kimono que iba a ponerse sobre el futón. Alzó la vista cuando entraron y les sonrió tímidamente.
"Tienes visita, Hinata- anunció Hiashi. Miró a las dos muchachas abrazarse y dijo- Bien, os dejo para que os pongáis manos a la obra. No os retraséis, la recepción es a las siete y media" advirtió, antes de salir de la habitación.
El sonido de la corredera cerrándose tras él fue como una liberación. Casi al unísono, Hinata y Sakura suspiraron de alivio.
"Tu padre es muy amable, pero me da un miedo terrible" se excusó Sakura con una sonrisa.
Hinata se echó a reír.
"No te culpo. También me pasa a mí, y es mi padre, así que imagínate- miró la bolsa que descansaba al lado de Sakura y preguntó con curiosidad- Qué has traído?"
"El único vestido que tengo- respondió Sakura, abriendo la bolsa. Extrajo un bonito vestido blanco ajustado de tirante fino y se lo enseñó a Hinata.- Qué sucede¿No está bien?" preguntó, al ver que ésta fruncía el ceño.
"No, no- se apresuró a decir Hinata, sonriendo- Es muy bonito. Es sólo que...-hizo una pausa, escogiendo las palabras con cuidado- quizá es poco...formal para esta casa"
"Poco formal?- preguntó Sakura, sorprendida- Qué vas a llevar tú?"
Por toda respuesta, Hinata señaló el lujoso kimono extendido junto a ella. La riqueza de la seda azul, bordada aquí y allá con hilo plateado imitando el dibujo de las olas, brillaba como un tesoro derramado sobre el futón. Sakura acercó la mano a la tela y la acarició, maravillada.
"Oh, Hinata... es...es precioso- murmuró- Ese es el obi que vas a llevar?" preguntó, señalando una brillante tela naranja, cuidadosamente doblada junto al futón.
"Sí- respondió la Hyuga- Era de mi madre. Ya no se lo pone."
"Vas a estar preciosa- dijo Sakura suavemente- Ojalá Naruto pudiera verte así. Seguro que caería doblemente enamorado. Si se diera cuenta, claro, porque tratándose de él..."
Hinata rió, pero su mirada se había entristecido.
"Me hubiera gustado que estuviera- susurró- Le echo mucho de menos"
Por toda respuesta, Sakura la abrazó.
"No estés triste, Hinata- la consoló dulcemente- Ya verás como todo sale bien. Hoy es tu cumpleaños! No debes preocuparte por nada" concluyó, dándole una cariñosa palmadita en la mano.
Hinata asintió y sonrió.
Tienes razón. Además, tenemos que arreglar lo de tu ropa- miró la bolsa- ¿No tienes ningún kimono?
Sakura negó con la cabeza.
"Tenía cuando era pequeña, pero...ya no me caben" sintió que se sonrojaba ligeramente al recordar la conversación con Neji del día anterior, acerca de las dietas.
"Bueno, no pasa nada- dijo Hinata, levantándose- Espérame aquí. Voy a preguntarle a mi madre si guarda alguno de los kimonos antiguos"
"Oh Hinata no...no lo hagas, no hace falta - Sakura tragó saliva- No quiero molestar. Puedo ir a preguntarle a Ino si tiene alguno. Seguro que tiene cientos"
"Sí, pero seguro que no tan bonitos como el que tengo en mente- replicó Hinata, sonriendo- Deja que vaya a preguntarle. Mi madre ya no los usa y estoy segura de que no le importará en absoluto prestártelo"
Sakura suspiró.
"Está bien. Pero que conste que me da mucha vergüenza esto"
"Déjalo todo en mis manos!" insistió Hinata, y salió del cuarto.
Sakura miró el vestido blanco que había traído y lo comparó con el hermoso kimono de Hinata. La Hyuga tenía razón. Era como comparar el plástico con la plata. Resignada, guardó el vestido en la bolsa y suspiró.
Supongo que sería ridículo presentarme así. Pero más ridículo va a ser que me vean vestida con ropa de la madre de Hinata. Creerán que mi familia es tan pobre que no tienen con qué vestirme.
Secretamente, estaba impaciente por ver lo que Hinata iba a traerle.
Un hermoso kimono de seda rosa, con un larguísimo obi amarillo, imaginó. Con bordados de brotes de flor de cerezo y un colibrí en la manga. Mi pelo estará recogido como el de una geisha. Llevaré flores en el pelo. Y los labios pintados. Y un bonito abanico lacado. Y Neji...
Se sonrojó al imaginar lo que Neji le diría al verla tan perfecta.
Neji me verá y no me reconocerá al principio, pensará que soy una bella mujer desconocida y sentirá curiosidad por saber quien soy. Se acercará a interesarse y entonces...
"Ya estoy aquí- dijo alegremente Hinata, irrumpiendo en el cuarto. Se detuvo de pronto al sorprender a Sakura gesticulando y hablando sola- Va todo bien?" preguntó, perpleja.
Sakura carraspeó y le dedicó una sonrisa azorada.
"Sí, ehm...sólo estaba haciendo el tonto" confesó, sintiendo cómo se le subían los colores.
"Ya me imagino en qué estabas pensando- dijo Hinata, guiñándole un ojo- Sin embargo, en cuanto veas lo que te traigo, te olvidarás totalmente de mi primo!- añadió, dándole una palmadita al fardo que llevaba en los brazos.- Mira!"
Sintiéndose crepitar de expectación, Sakura se acercó a Hinata y observó cómo esta retiraba el papel que protegía el kimono.
Su boca se abrió en una exclamación de sorpresa. No era rosa, ni tenía brotes de flor de cerezo bordados, pero aún así, era el kimono más hermoso que había visto en su vida. Era totalmente blanco, de una seda rica y pesada que a la luz mostraba un bellísimo fulgor irisado. Las mangas, inusualmente amplias y largas, estaban bordadas en hilo del mismo color imitando las siluetas de los hibiscos.
Sakura sostuvo el kimono ante sí, incapaz de articular palabra.
"Lo más problemático será el obi- dijo Hinata- Porque es antiguo, y es el doble de largo:3 metros"
"Yo no voy a saber atármelo- dijo Sakura, contemplando la rígida seda violeta- Ni siquiera sabría ponerme el tuyo"
"No te preocupes- sonrió Hinata, festiva- Tú vístete y cuando sólo te falte el obi, avísame y vendré a anudártelo. Yo ahora tengo que ir a que mi madre me arregle un poco las mangas del mío. Las tuyas son muy largas, pero porque el kimono es de corte clásico; siempre podrás enrollártelas si te molestan demasiado"
Sakura sonrió, agradecida.
"No será necesario. Muchas gracias, Hinata" dijo, apretándole la mano ligeramente.
"De nada- contestó la Hyuga, con dulzura- Estoy ansiosa por ver qué dirá Neji cuando te vea perfecta e inmaculadamente arreglada con el kimono"
Las mejillas de Sakura se sonrojaron levemente ante la mención de su nombre.
"No creo que se fije demasiado"
"Mi primo no es ciego- repuso Hinata con una risita. Cogió su kimono y su obi y se dirigió hacia la puerta- Ahora nos vemos. Avísame cuando estés lista"
"Lo haré" dijo Sakura, satisfecha, y se volvió hacia el kimono.
Sus manos acariciaron con delicadeza la espléndida seda. La sensación era de una exquisita suavidad. Nunca había tenido nada parecido ante si. Con las manos trémulas, se desvistió, dejando caer su ropa al suelo, y deslizó los brazos dentro de las mangas del kimono, con tanto cuidado que parecía que en vez de seda estaba manejando papel de arroz. El suave brillo irisado del tejido creaba un curioso contraste con su piel. Sakura se miró el brazo y sonrió, arrobada. La tela le confería un extraño brillo nacarado, como si fuera una muñeca. Alzó la mirada al espejo y se sorprendió de su imagen. El pelo, aún suelto, le caía por la espalda como una azucarada cascada, y los ojos le brillaban a la luz de las lámparas. El rubor acudió a sus mejillas al sentirse repentinamente mayor en aquel kimono tan espléndido. Se preguntó qué diría Ino si la viera así.
Diría que voy disfrazada, y seguramente tendría razón se dijo, mientras tomaba el pesado obi violeta y lo sostenía ante ella, para comprobar el efecto que causaba en combinación con el kimono. Era un contraste magnífico. Sakura se contempló con él en todos los ángulos posibles, y se propuso intentar atárselo ella misma.
No obstante, mirar un obi era bastante más fácil que ponérselo. La tela era muy larga y muy pesada, por la riqueza de los bordados y recamados, y no tenía ni idea de cómo atarlo para que no se le soltara a la mínima. Cuando conseguía atar una punta, se caía la otra. Después de diez minutos de intentos infructuosos, Sakura desistió.
Espero que Hinata haya acabado ya con el suyo para que pueda ayudarme, se dijo.
Afortunadamente, parecía que Hinata venía hacia allí en ese momento. Oía sus pasos acercándose por el pasillo. Sakura cogió el obi y abrió la corredera de la habitación.
"Hin…-se interrumpió, al ver a Neji en lugar de Hinata- Ne…Neji…"
Sintió que se sonrojaba ante el repentino encuentro. Se cubrió instintivamente, recordando que estaba desnuda bajo el kimono.
Neji la miró, expectante, sin decir nada. Llevaba un yukata blanco; Sakura supuso que seguramente él también estaba cambiándose.
"Creí…creí que eras Hinata- se excusó, azorada- Tengo problemas con el obi- Neji arqueó una ceja, intrigado, como esperando más información. Ella carraspeó y explicó- Nunca me he atado uno. Iba a pedirle ayuda a Hinata. Está en su cuarto?"
"Está terminando de vestirse- respondió Neji. Su mirada vagó por la piel suave de los hombros de la chuunin, al descubierto, y en la pequeña mano que sujetaba firmemente la tela contra el pecho.- Si necesitas ayuda con el obi, puedo encargarme yo."
Sakura le miró, sin disimular su perplejidad.
"Sabes atar obis?"
Neji sonrió ligeramente. Estaba seguro de que la idea que Sakura debía tener de él no encajaba demasiado con aquella habilidad. Lo cierto es que sí sabía. Durante muchos años, había ayudado a su madre a vestirse. No quedaría tan bien como el obi que pudiera atar Hinata, pero seguramente sí sería mejor que cualquier tentativa de Sakura.
Sé hacer muchas cosas- respondió lentamente, dejando que la frase se curvara en una insinuación.
Sakura sintió de nuevo aquella familiar falta de aire. Había un extraño fulgor en la mirada de Neji, una intensidad casi asfixiante, que la obligó a apartar la mirada.
"El blanco te sienta bien " observó él.
Sakura tragó saliva imperceptiblemente, halagada por el cumplido.
"Gracias" susurró.
Neji no respondió. Giró el índice.
"Date la vuelta, por favor"indicó.
Sakura obedeció, no sin antes tenderle el obi. Neji lo cogió y se situó a su espalda. La cercanía de su cuerpo la hizo estremecer. Cerró los ojos, rindiéndose a la cálida sensación que la embargaba.
El repentino calor las manos de Neji sobre la piel desnuda de su nuca la hizo abrirlos de golpe. Todo su cuerpo se tensó bajo su tacto. Sintió los dedos abrirse entre el pelo, apartar la melena hacia un lado para dejar la espalda libre. Bajo la tela, su piel se erizó al paso de sus dedos.
Si no hubiera sabido que no era así, Sakura habría jurado que Neji estaba prolongando la caricia. El pensamiento hizo que el corazón le diera un vuelco y se encogió imperceptiblemente, nerviosa.
"No te inclines" dijo Neji, tan cerca de su oreja que sus labios casi rozaron el tierno lóbulo.
Sakura tragó saliva y se enderezó obedientemente. Levantó los brazos para que Neji le rodeara la cintura con la tela. Sintió sus manos deslizarse por su estómago, tensando y alisando los pesados pliegues del obi. Al tirar para tensar el nudo, la atrajo hacia sí, recostándola contra su cuerpo.
Sakura se sintió desfallecer al sentirle más cerca que nunca, la calidez de su cadera prieta contra la suya y su respiración suave contra la nuca. Puso todo su empeño en retener aquel momento, aquella sensación, la embriagadora sensación de estar en sus brazos, aunque sólo fuera porque estaba ayudándola a vestirse.
El mundo, más allá de su cuerpo, parecía haberse desvanecido. Sólo el fuerte latido de su corazón, estremeciendo su pecho, resonaba en aquel reducto irreal. Nunca antes había experimentado aquel violento sentimiento que la sobrecogía y subyugaba al mismo tiempo. Sus fantasías románticas sobre Sasuke habían sido siempre demasiado cándidas como para entender aquel deseo palpitante, recién descubierto, que aún no lograba entender ni controlar. Sólo sabía una cosa: no podía mirar a Neji en ese momento. No podría disimular. Él, que todo lo veía, se daría cuenta.
Pero por algún motivo, Neji no le pidió que se diera la vuelta. El obi hacía minutos que estaba terminado, pero no la dejó volverse.
Sus manos estaban aún en su cintura, como si se hubiera olvidado de retirarlas.
El silencio se hizo intenso, casi doloroso.
Sakura cerró los ojos. Las manos de Neji la quemaban como si fueran candentes, le daba la impresión de que podrían traspasar la tela. Sintió el fuego prender en su estómago, extendiéndose por su cuerpo como una llamarada, sobreexcitando sus sentidos y nublando su voluntad. Sus rodillas estaban trémulamente apretadas una contra otra. Si él se hubiera apartado, Sakura se habría caído al suelo. Apretó los párpados, deseando que todo fuera producto de su imaginación. Que lo que estaba pasando- sus manos, el tiempo- eran sólo un delirio.
Pero no lo era. Las manos estaban allí aún, el silencio existía y el paso del tiempo no las hacía retirarse.
Neji se sentía enfermo.
Enfermo de deseo, hambriento de algo que llevaba semanas anhelando sin ser consciente. Sin darse cuenta, cada vez apretaba más la cintura de Sakura, presa de la lucha por el autocontrol que estaba desarrollándose en su interior. Veía la tela crujir, tensarse bajo sus dedos, tensarse contra la curva suave de sus nalgas, y sentía ese bocado ardiente y fiero en lo más profundo de su ser, una violenta insumisión a la serenidad que trataba de imponerse.
Ella tuvo la culpa de todo, al volverse lentamente y mirarle de aquella manera, entre suplicante y ardiente. Si Sakura no se hubiera vuelto en ese momento y no hubiera leído en sus ojos toda la batalla que se estaba librando en su interior, no habría pasado nada. Pero la había visto. Neji no podía ocultarla. Y tampoco quería.
Lentamente, inclinó el rostro hacia el suyo, dándole tiempo a apartarse si lo deseaba, con el corazón marcando las violentas pulsaciones de sus sienes.
Sakura no se apartó. Como símbolo de entrega, cerró los ojos.
Entonces, Neji la besó, muy suavemente. Ni siquiera hizo presión contra sus labios, tan sólo los acarició con los suyos. La respuesta de su propio cuerpo al suave roce fue abrumadora. Deslizó una mano por su cintura y la atrajo hacia sí, estremeciéndose al sentirla tan cerca, al sentir la fluidez de su talle bajo la ropa. Sakura cerró los ojos y esta vez fue ella quien buscó los labios de Neji. Sus bocas se unieron y estrecharon el beso haciéndolo más largo, más intenso, más húmedo. Los dedos de Sakura se crisparon contra la ropa de Neji, arrebatados.
Sin deshacer el beso, Neji fue conduciéndola hasta recostarla contra la pared. Tendió los antebrazos a ambos lados de su cabeza y siguió besándola, sintiéndose cada vez más intoxicado, más inflamado, como si estuviera cobrándose una deuda largamente esperada. Las manos de Sakura, tímidamente aprisionadas entre su pecho y el de él, subieron por la ropa de Neji hasta acariciar su cuello. Como si acabara de darle la idea, Neji interrumpió el beso, jadeante, y tiró con el índice del cuello del kimono de Sakura, para aflojarlo. Sakura abrió los ojos, algo confusa, pero la cálida boca de Neji contra su cuello la hizo olvidar lo que iba a decir. Sus párpados cayeron, presa del hipnótico placer, sintiendo su cuerpo lánguido pero hiperbólicamente sensible al calor, al roce, a la boca que lamía y besaba su pulso en el cuello.
Y justo en ese momento, Hinata abrió la corredera, sorprendiéndolos. Neji se paralizó y Sakura se apartó, sobresaltada.
"Sakura, necesi….-Hinata se interrumpió, atónita, y enrojeció hasta la mismísima raíz del pelo- Lo siento. Lo siento. No sabía…lo siento" salió inmediatamente, cerrando la corredera.
Neji se había apartado de un salto y estaba en confuso silencio, de espaldas a ella. Sakura se sentía inexplicablemente avergonzada y mareada, como si la brusca interrupción le hubiera provocado un corte de digestión.
Se cerró el cuello del kimono, algo azorada. Neji continuaba de espaldas.
"Lo siento" dijo Neji, sin volverse. Apoyó un brazo en la pared y se presionó la mano contra la frente, como si le doliera.
Sakura sintió que iba a salírsele el corazón por la boca de pura aprensión. Qué quería decir con que lo sentía? Se arrepentía?
Interpretando mal su mutismo, Neji se volvió, con la expresión convertida en el vivo ejemplo de la congestión emocional.
"Lo siento. Querría explicarme mi comportamiento pero no puedo. Espero no haberte…- la miró, despeinada, sonrojada, con el kimono aflojado y descompuesto- Yo…Discúlpame por lo que te he hecho-" masculló, con cierta ansiedad, e hizo ademán de salir del cuarto, pero Sakura le detuvo cogiéndole de la manga.
Algunos interminables segundos de silencio se sucedieron hasta que al fin ella pudo articular palabra.
"No te disculpes, Neji" susurró, de forma casi inaudible. La intensidad de la mirada de Neji la descolocaba y le dificultaba hablar. Sus mejillas estaban rojas como dos flores bajo su escrutinio. "No te disculpes...a menos que te... arrepientas."
Neji miró la pequeña mano de Sakura, que le retenía cogiéndole de la manga, y luego su rostro, palpitante de vergüenza. El desasosiego de ella era tan visible que se sentía obligado ser ser sincero.
"No me arrepiento" musitó, tras unos largos segundos. Se sentía extraño; como ligeramente mareado. El funcionamiento de su organismo estaba profundamente alterado. Cada centímetro de su piel exudaba una ardiente protesta por la interrupción de Hinata, y clamaba por volver de nuevo a los brazos de Sakura.
Por qué no, se dijo Neji, sorprendiéndose a si mismo.
No podía negarse que deseaba hacerlo. La sola idea de prohibírselo sólo avivaba la feroz rebelión de su cuerpo. Alzó una mano, lentamente, y acarició su suave mejilla. Sakura cerró los ojos, sintiendo una felicidad más allá de lo expresable. La asaltó un inexplicable deseo de llorar; de liberar aquel cúmulo de sentimientos largamente constreñido en su pecho. Le cogió la mano y la retuvo contra su rostro como si no pudiera creer lo que estaba sucediendo.
Neji sonrió, conmovido por su dulce reacción. Pero los pasos de Hiashi en dirección al cuarto le hicieron retirar la mano de inmediato, justo antes de que la corredera se abriera.
"Ah, Neji, estabas aquí. Te he buscado por todas partes- dijo Hiashi, entrando en la habitación. Frunció el ceño al ver que su sobrino aún estaba en yukata- Creí que ya estarías vestido. No te entretengas. Los invitados llegarán de un momento a otro. Vístete y acompaña a Shikaro a la entrada"
Neji asintió, algo avergonzado, y salió de la habitación tras su tío, no sin antes lanzar una rápida mirada a Sakura.
No bien se hubieron ido, Hinata entró corriendo y cerró la puerta tras ella. Sus ojos brillaban extasiados y la sonrisa le llegaba de oreja a oreja."
"Oh, Sakura! Casi me muero de vergüenza! Cómo ha ocurrido?- se acercó a ella y le cogió la cara entre las manos- Qué te ha dicho?"
Sakura sonrió, aún en estado hipnótico.
"Iba a atarme el obi. Bueno,en realidad iba a pedirte ayuda cuando oí unos pasos que se acercaban y creí que eras tú. Pero era Neji. Le pregunté si sabía donde estabas y me contestó que estabas acabando de arreglarte. Entonces se ofreció para hacerme el nudo del obi y..."
"Mi primo te ha atado el obi?- la interrumpió, sorprendida. Rodeó a su amiga para admirar la obra de Neji y estalló en risas- Pues lo ha hecho francamente mal; es un nudo horrendo.- se llevó una mano a la boca, intentando contenerse- Debía tener la cabeza en otra parte. Deja que arregle esto- dijo, mientras deshacía el nudo y comenzaba a recomponer el lazo.
"Ha sido maravilloso, Hinata- susurró Sakura, totalmente abstraída. Se acarició la mejilla, donde minutos antes había estado su mano- Él...nunca creí que podría suceder..."
Hinata sonrió. Lo sucedido la colmaba de felicidad. Ver a su mejor amiga y a su primo juntos al fin era el mejor regalo que podía esperar por su cumpleaños.
"Me siento muy feliz, Sakura. Muy muy feliz. Tú eres la persona indicada para descubrirle a Neji muchas cosas. Estoy segura de que va a ser maravilloso" dijo Hinata.
"Si tú no me hubieras aceptado como alumna, nada de esto sería posible- repuso Sakura- Nunca podré agradecértelo lo suficiente"
Por toda respuesta, las dos se abrazaron estrechamente, hondamente felices y emocionadas.
"Espero poder hablar contigo luego- dijo Hinata, oyendo las voces de los primeros invitados- Seguramente estaré ocupada atendiendo a unos y otros. Pero no te preocupes. Búscame cuando ya haya saludado a todo el mundo"
"Descuida- dijo Sakura, sonriente- Cumple con tu papel de anfitriona. Nos veremos luego"
Dicho esto, Hinata salió para recibir a los invitados y Sakura aprovechó para peinarse y arreglarse. Se recogió el pelo en un suave moño alto, y usó una peineta de concha blanca para mantenerlo en su sitio. Con algunos mechones cayéndole delicadamente sobre la frente, Sakura se dio el visto bueno y se dirigió hacia la fiesta, a la que aún seguían llegando invitados.
No le sorprendió encontrar allí a Kiba- que había dejado a Akamaru en casa- y al silencioso Shino. También divisó a Rock Lee sirviéndose sake con Gai en un rincón y a Tenten hablando con alguien a quien no conocía. El resto de invitados parecían señores feudales y gente respetable. Reconoció al padre de Shikamaru hablando con Hiashi, y al de Chouji sentado cerca del bufete en animada conversación con el señor Yamanaka, el padre de Ino.
"Sakura!" la llamó una voz a sus espaldas.
Ésta se volvió y sonrió al reconocer a la bella bestia verde de Konoha.
"Hola, Lee! Te vi muy ocupado con Gai, así que no quise molestarte"
"Ninguna ocupación podría privarme de decirle a la más bella de las mujeres lo hermosa que está esta noche" repuso Lee, pestañeando con ardor.
Sakura se echó a reír.
"Oh, gracias, pero no creo que eso sea del todo cierto. Tenten está muy bonita también"
"Claro, claro- concedió él, con galantería- Pero ninguna flor se puede comparar a la del cerezo en primavera. Y tú- dijo, besando su mano- eres la eterna primavera"
"MUY BIEN, LEE!- interrumpió entonces Gai, llorando de emoción. Sakura se apartó, sobresaltada- HACES HONOR AL AMOR CON TUS PALABRAS!"
"Lo he hecho bien, sensei?" preguntó Lee, con los ojos destellantes por la emoción.
"COMO EL MÁS REFINADO DE LOS GALANES. UN MAESTRO EN LA DIALÉCTICA AMOROSA!" exclamó Gai, abrazando a su discípulo hasta casi romperlo en dos.
Sakura les miró, con la gota cayendo por la frente. Había cosas que nunca cambiarían.
"Vosotros dos, por qué no os casáis de una vez?"
Gai se cuadró inmediatamente con una sonrisa de suficiencia al distinguir frente a éla su eterno rival.
"Verás, Kakashi- dijo, dándole una palmadita confiada a Lee- Tú nunca comprenderás la efervescencia del amor juvenil"
"La verdad es que no" contestó el enmascarado jounin. Para sorpresa de Sakura, vestía un sobrio kimono gris en vez del habitual equipamiento de ninja. Se veía esbelto y atractivo en aquella ropa, con su característico aire despreocupado. Su único ojo visible se posó entonces en ella y su ceja se alzó, admirativa.
"No poseo la facilidad de mi estimado rival para halagar a una dama, pero te diré que estás preciosa, Sakura" dijo, y sonrió.
La ausencia de paternalismo en su tono hizo que ella se sonrojara adorablemente. Lee suspiró y Gai suspiró al verle suspirar.
"Ve a buscarle algo de beber a la dama, discípulo! Si tardas más de siete segundos tendrás que dar siete vueltas a la villa corriendo!" ordenó diligentemente Gai, empujándole.
"Enseguida!- se cuadró Lee con una sonrisa deslumbrante- Sake para una flor!"
Kakashi se echó a reír mientras seguía a Lee con la mirada. Le dio una amigable palmadita a Gai en la espalda.
"No se puede negar que es el alumno perfecto para ti"
"Sí- Gai suspiró y se limpió una lágrima- Dónde están tus otros dos?"
"Naruto no estaba invitado y a Sasuke lo he perdido de vista al entrar en la habitación- respondió Kakashi. Miró de reojo a Sakura y añadió- Bastante extraño es que haya querido venir."
Lee volvió con la bebida y los cuatro siguieron charlando amigablemente durante un rato, hasta que Sakura sintió la imperiosa necesidad de buscar a Neji. Excusándose educadamente, se dispuso a dar una vuelta por la atestada estancia.
No había ni rastro de Neji. Intentó entonces divisar a Hinata, con igual éxito. Ni siquiera estaba Hiashi. Intrigada, Sakura se dirigió hacia el jardín, con la bebida en la mano. Su curiosidad creció al no encontrarles allí tampoco; el hermoso paisaje nevado a la luz de la luna se reveló totalmente desierto.
Sakura suspiró y se apoyó en uno de los pilares del porche. ¿Dónde podían estar? Sería maleducado aventurarse por la casa. Tenía tantas ganas de ver a Neji de nuevo que apenas podía pensar en otra cosa. El calor que había sentido al tocarla, su boca, sus besos, la ternura de su caricia, ocupaba su mente y se complacía en recordarlo una y otra vez.
Súbitamente, algo crujió en la oscuridad y se dio cuenta de que no estaba sola.
"Neji!" exclamó, sintiendo que el corazón se le aceleraba al ver una silueta oscura tras el pilar contiguo.
"No."
"Sasuke" murmuró ella, reconociendo la voz.
"Correcto"
El Uchiha salió entonces de las sombras, permitiendo que la luna arrojara su luz sobre su rostro. Vestía un kimono negro con el símbolo de su clan, y lucía la frente al descubierto, sin la bandana de Konoha. El viento gélido movió su oscuro cabello, como un cuervo al vuelo.
"Qué... qué haces aquí?" preguntó ella con fingida alegría, para romper el incómodo silencio.
"Te diría que lo mismo que tú, pero sé que buscabas a Neji" repuso él, sin el menor atisbo de amabilidad.
Sakura se sonrojó y apartó la mirada.
"En realidad le busco a él y a Hinata. Han desaparecido de pronto"
"Yo les he visto- dijo Sasuke- Han ido a recibir a Tsunade. Habrán ido a hablar de algo importante"
Sakura asintió, y se mordió el labio, incómoda por la situación. Sintió que Sasuke avanzaba un paso hacia ella y retrocedió nerviosamente, contra la corredera.
"Es una bonita fiesta ¿verdad?- retrocedió instintivamente un paso más- Es la primera vez que celebran algo así"
"Me da igual" replicó Sasuke. Para alivio de Sakura, no continuó avanzando.
"No esperaba encontrarte aquí- siguió ella, determinada a no perder la calma ante la extraña actitud de Sasuke- He estado hablando con Kakashi antes, él me ha dicho que habías venido. Quizá deberíamos entrar. No es muy cortés abandonar la fiesta durante tanto tiempo" dijo, y se dio media vuelta, pero Sasuke la cogió del brazo.
Sakura le miró, inquieta. La expresión del Uchiha era tan fría como de costumbre, pero su oscura mirada parecía arder de algo que no podía descifrar.
"Por qué Neji, Sakura?" preguntó de pronto, clavando esos ojos en ella.
Sakura le miró, sin comprender. Trató de zafarse, pero no pudo.
"Qué quieres decir?"
Sasuke tensó la mandíbula, irritado.
"No creas que soy estúpido. Te estoy preguntando por qué has elegido a Neji"
Así que se trataba de eso. Sakura le miró, entre divertida y desafiante.
"Te hago una lista de motivos?"
"Ahórratela. Ve directamente al que te hace traicionar tu propia palabra" replicó Sasuke agriamente.
"Traicionar mi propia palabra? De qué me estás hablando?"- exclamó ella, sin poder dar crédito a sus oídos.
La presión de los dedos de Sasuke en torno a su brazo se intensificó. Sakura ahogó un gemido de dolor.
"Me dijiste que me amabas- siseó él, conteniendo a duras penas su rabia- Llevas toda la vida persiguiéndome con tus promesas y tus estúpidos regalos. Me has jurado que era el único para ti. Tan poco valor tenía todo que no te importa traicionarlo?"
Sakura le apartó la mano de un tirón y le miró, con los ojos llameantes. No podía creer lo que estaba ocurriendo. .
"Traicionarlo? Cómo puedes decirme eso! -dijo entre dientes- después de haberme despreciado y humillado todos estos años. Después de haberme herido de todas las maneras posibles- su boca se curvó en una amarga mueca de desprecio-No eres más que un maldito egoísta y me arrepiento de haber estado venerándote durante todo este tiempo. Dios...cómo he podido ser tan estúpida.
Sasuke no respondió. Sus ojos estaban abiertos de par en par, msotrando su absoluta consternación.Su rostroparecía palidecerpor momentos.Sakura casi se arrepintió de la crudeza de su tono. En la lejanía, el viento hizo sonar una solitaria campanita.
"Siempre creí que me amarías" musitó él entonces.
Sakura cerró los ojos, dolida. Una congoja pesada y densa se apoderó de su pecho, fatigándola, como si no pudiera oír más. Era el peso de tantos y tantos rechazos, de tanto desdén inflingido a la antigua Sakura, la genin que corría tras Sasuke. Ya no iba a suceder más.Nunca más.
"Tú nunca me has amado" repuso Sakura, reprimiendo las ganas de llorar.
"Puedo hacerlo- replicó él, sorprendiéndola. Antes de que pudiera reaccionar, la había aprisionado contra la corredera. El vasito de sake cayó al suelo y rodó por la madera hasta detenerse. Sakura negó con la cabeza, lentamente.
"No te engañes, Sasuke. Sabes perfectamente que no me amas, y que nunca lo harás. Por qué me dices esto ahora?"
Sasuke aflojó la presión de su cuerpo, pero no se retiró.
"Porque la restauración de mi clan sólo puedo llevarla a cabo contigo- alzó una mano helada y acarició el suave rostro de Sakura. Esta se revolvió, rechazándola- Tú eres la única mujer con quien podría construir ese sueño"
"Tú sólo quieres una hembra que asegure la perpetuación de tu sangre. No me hables de sueños, Sasuke. Yo ya tengo los míos" replicó Sakura, asqueada.
"Déjame demostrarte cúan equivocada estás" repuso él, cogiéndole la cara con las manos.
Sakura no opuso resistencia. Sentía su cuerpo lejano, a miles de kilómetros del suyo. Dejó que la besara, quizá porque sabía que no había nada en el mundo que pudiera hacer que volviera a quererle. Su boca era tan fría, tan espantosamente gélida, tan diferente del ardor y el sabor de Neji, que su cuerpo, lejos de sentir algún tipo de excitación, sólo sentía compasión por Sasuke. Notando su indiferencia, el Uchiha ahondó el beso con un gemido de rabia, sin ningún resultado. El suave cuerpo de Sakura, su mente, su corazón, se habían entregado a otro. Por más que intentara retenerla en sus brazos, su alma estaba fuera de su alcance. Para siempre.
"Por qué?- estalló Sasuke, apartando sus labios de los de ella. Sus manos se cerraron, crispadas, en torno a sus hombros, haciéndole daño, pero ni una queja escapó de sus labios apretados- Por qué? No era esto lo que querías?- la zarandeó, frustrado- Por qué me rechazas ahora?"
Por toda respuesta, Sakura le arrancó las manos de sus hombros y se recompuso el kimono sin decir palabra. Sólo antes de darse la vuelta para entrar, le dijo, con una mirada fría como el hielo:
"Llegas tarde, Sasuke"
Ni siquiera esperó a ver la reacción del Uchiha. Simplemente entró en la casa, sintiendo una mezcolanza de furia y tristeza, y deseando con todas sus fuerzas encontrar a Hinata. Necesitaba explicarle lo que había pasado; liberar aquello, exorcizarse. Y sobre todo, sentía que no podía quedarse. Se sentiría enferma si Sasuke volvía a acercársele. Con el corazón en un puño, entró en la abarrotada estancia.
La fiesta estaba en su apogeo. Lee y Gai ya estaban cantando baladas marineras, borrachos como esponjas, y Tenten y Kurenai, que había llegado con Asuma, se reían de sus desafinados gallos. Sólo Kakashi percibió la ansiedad en la mirada de Sakura, la inquietud con la que buscaba a alguien entre los invitados.
"Va todo bien, Sakura?" preguntó cuando esta se acercó a él.
"No- respondió ella con sinceridad. Alzó una mirada angustiada hacia él y preguntó- ¿Has visto a Hinata, o a Neji?"
"No he vuelto a verles desde que Tsunade llegó a la fiesta. Es posible que estén reunidos" respondió él, intrigado. Qué le sucedía?
Sakura titubeó. Ardía en deseos de ver a Neji, pero sabía que Sasuke vendría tras ella. Tenía que marcharse de allí. Lo necesitaba.
"Si les ves, diles que me he ido a casa, por favor" respondió.
Kakashi enarcó una ceja, extrañado.
"Ya? Pero si hace nada que la fiesta ha empezado…"
Sakura apartó la mirada.
"No me siento muy bien- mintió- Se lo dirás?"
Kakashi asintió, su curiosidad avivada por el nerviosismo de su pupila. Era como si alguien estuviera persiguiéndola, como si huyera de alguien. La vio escabullirse a toda prisa entre la multitud, desaparecer con un último vuelo blanco en la oscuridad del pasillo.
Hum. A qué viene todo esto? Kakashi se rascó la barbilla, preocupado. La actitud de Sakura lo había sorprendido enormemente; y más cuando la había visto tan feliz media hora antes. ¿Qué había ocurrido mientras había estado fuera?
Como si hubiera estado esperando a que le llamaran para entrar en escena, la respuesta a su pregunta apareció por la puerta del jardín en forma de Sasuke Uchiha. Por su expresión, Kakashi supo que buscaba a Sakura, y no le costó demasiado atar cabos. Tras otear poco disimuladamente, Sasuke se aproximó a él.
"Has…?"
"Acaba de irse" informó Kakashi, anticipándose.
Sasuke le miró, sorprendido por su perspicacia.
"Hace cuanto?" preguntó, mirando hacia el pasillo.
"Hace un minuto"
Como impulsado por un resorte, el Uchiha hizo ademán de ir tras ella, pero Kakashi lo agarró por el cuello del kimono, impidiéndoselo. Al notar el retroceso, Sasuke le miró, entre confundido e irritado.
"Qué haces?" preguntó.
"Acepta tu derrota, Sasuke" respondió Kakashi con firmeza.
Sasuke se soltó de un tirón. Sus ojos eran dos oscuras rendijas.
"No es cosa tuya, Kakashi"
"Sí que lo es- replicó el jounin con frialdad- Si nunca has sido capaz de apreciar todo lo que ella hacía por ti, no te lamentes ahora. Ella ha elegido. Ten la dignidad de permitirle encontrar con él la felicidad que tú siempre le negaste"
Sasuke tensó la mandíbula y movió la cabeza, airado.
"Nunca habían tenido relación alguna. Podría jurar que nunca habían intercambiado más de dos palabras- su puño se cerró, trémulo por la frustración- No hace ni cuatro meses que se conocen. No es justo!" restalló.
"Quizá cuatro meses con él han sido como toda una vida contigo" replicó Kakashi, encogiéndose de hombros.
"Qué quieres decir?"
"Que no puedes recibir sin dar nada a cambio- respondió el jounin- Y cuanto antes entiendas eso, mejor."
Sasuke no respondió. Clavó su oscura mirada en el pasillo, como si esperara verla reaparecer. Se sentía desorientado y molesto, pero no estaba seguro de con quién.
La mano de Kakashi se posó en su hombro.
"Sé que odias los consejos, pero por tu bien, yo no olvidaría nunca la lección que te ha dado Sakura esta noche"
"Nunca imaginé que pudiera suceder esto" musitó Sasuke, con la mirada perdida.
La mano de Kakashi apretó ligeramente su hombro antes de retirarse.
"Bienvenido al mundo real"
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YunaAoki: Si tienes msn agrégame, que quiero ver esas imágenes sexys de Genma!
