Capitulo 2: Mimi Spinneligg
El sol iluminaba con intensidad las calles de Privet drive, estaba haciendo un verano muy caluroso y a la vez muy frío, cosa rara en esos tiempos, muchas de las familias residentes del vecindario habían decidido ir de vacaciones a otros lados para evitar el clima tan loco del verano. Ese día el sol azotaba con tal fuerza que casi no había personas en las calles, bueno… para ser sinceros, no había nadie, los árboles, las casas, las calles, todo permanecía en total silencio como si el tiempo se hubiese detenido, apenas la noche anterior había arreciado una fuerte tormenta y ahora hacia un calor insoportable, de pronto en medio de todo ese silencio se escucho un fuerte chillido muy agudo que se fue apagando poco a poco, en el jardín de la casa enumerada con el numero 4 dos chicos permanecían tumbados en el pasto caliente mirándose mutuamente con expresión de desconcierto, lentamente se reincorporaron volteando a ver al suelo con una expresión de angustia, cuando tuvieron la vista fija en el suelo les pareció que todo el mundo se les venia encima.
- ¿esta muerto?- pregunto con miedo el chico mas gordo y con aspecto de cerdo.
- yo que se, creo…creo que si…- le contesto Harry sin dejar de mirar al suelo con los ojos muy abiertos.
- ¡oh no, mi mamá me va a matar, no, espera, ya se, diré que fuiste tu¡si, tu fuiste el que lo mato!- culpo Dudley señalando a Harry con su grueso dedo índice.
-¿Qué¡Eso no es cierto, fue tu culpa, si no lo hubieras aplastado con tu gran masa corporal el aun estaría respirando- replico Harry muy molesto al mismo tiempo que se agachaba para tratar de buscar signos de vida pero no obtuvo respuesta, Dudley solo miraba fijamente el cuerpo del pequeño perrito.
- de todas formas mis padres me darán la razón a mi y a ti te castigaran, eso te pasa por meterte conmigo, tonto- dijo burlonamente el gordo.
- eso no me importa en lo absoluto, no les tengo miedo a tus padres, además, los dos tenemos la culpa así que cállate y ayúdame a esconder el cadáver.
Harry se levanto con el cadáver de Robbie en brazos con una mirada mezclada entre lastima y miedo, Dudley no hizo mas que mirarlo un rato hasta que finalmente en su rostro se dibujo una expresión de resignación y comenzó a seguir a Harry por el jardín asegurándose que nadie los estuviera viendo, cuando llegaron hasta una esquina algo alejada de aquel terreno Harry deposito el cuerpo del perrito en el suelo y miro a Dudley, este le devolvió una mirada de curiosidad desde sus apenas visibles ojos.
- ¿y ahora que?- pregunto con miedo Dudley
-¿esta claro no? Hay que enterrarlo para que nadie lo descubra- le respondió Harry mientras buscaba un buen lugar para cavar un hoyo.
- si… eso iba a decir yo, bueno… empieza a cavar y hazlo antes de que mis papás regresen y nos encuent…
- ¿empieza? Dirás "empecemos" – interrumpió Harry mirándolo con severidad y sin darle oportunidad a su primo de terminar sus palabras.
- ¡ja! de ninguna forma lo haré, además para eso eres eso-que-tu-sabes, usa tu ya-sabes-que tonto- dijo Dudley casi gritándole.
- si, la usare, pero para arrancarte los brazos,- dijo Harry señalándolo con su varita la cual había logrado sacar de su baúl después de que el señor Vernon lo había guardado con llave en el cuarto que estaba bajo las escaleras.
- ¡esa cosa! Como la sacaste, veras como te ira cuando mi papá se entere.
- cállate o no querrás que le cuente a tía Petunia lo que acabamos de hacer, después de todo, tu eres el encargado de cuidar a Robbie, y…- Harry lo miro con malicia- estoy seguro que nada ni nadie va a poder calmar su furia.
Al terminar de decir esto Dudley sintió unas enormes ganas de golpear a Harry, cerro sus enormes puños mientras apretaba con fuerza sus dientes haciendo que estos rechinaran de una forma muy asquerosa, lo miro con profundo resentimiento pero se contuvo de golpearlo, Harry tenia razón, su mamá iba a ponerse furiosa cuando supiera que no había mas Robbie, no porque lo quisiera, sino porque este animal representaba su aceptación en el club al que había querido pertenecer desde hace mucho, dibujo una mueca de angustia y tomo una pequeña pala recargada en la valla comenzando a escarbar junto a Harry, después de10 minutos y unas discusiones terminaron cavando un agujero por demás profundo, Harry tomo a Robbie y lo deposito en el hoyo.
-descansa en paz Robbie, te recordaremos siempre…- Harry arqueo una ceja, no tenia nada que ver con el perro, pero dijo esto con sinceridad pues se sentía culpable, para el era una muerte mas por culpa suya.
Dudley miró como Harry volvía a tapar el hueco con mucho cuidado tratando de taparlo perfectamente y que no se notara rastro alguno de que ahí, a un metro de profundidad, descansaba el cuerpo ligeramente desinflado de Robbie, el cocker spaniel de Mimi Spinneligg, una de las mujeres mas ricas y famosas de Little Whinging, se sintió un poco culpable, por primera vez en su vida sentía realmente lastima (exceptuando la ocasión en que cuando tenia cinco años rompió su muñeco del capitán acción aventándoselo a la cabeza a Harry que lo esquivo, chocando el muñeco contra la mesita de los juguetes de Dudley, esa ocasión no solo perdió su juguete mas preciado, perdió todos.)
Harry acabó de tapar todo perfectamente, se llevo la mano derecha a la frente para secarse el sudor rozando suavemente su cicatriz en forma de rayo, camino de nuevo hasta el jardín de enfrente acomodando algunas cosas, Dudley solo lo seguía como un perrito faldero, pues las palabras de Harry estaban taladrándole los tímpanos "estoy seguro que nada ni nadie va a poder calmar su furia." Miro a Harry con curiosidad y pregunto levemente:
- ¿y ahora que, que le dirás a mi mamá?- pregunto ingenuamente. Harry solo lo miro de nuevo con sus penetrantes ojos verdes.
-pues esta claro que tendremos que inventarnos una excusa lo suficientemente creíble para que por lo menos no nos mate- le contesto Harry mientras se rascaba la cabeza.
-¿y cual es esa excusa?
-pues… podemo…- el ruido de un auto llenó todo el silencio de la calle, tío Vernon y tía Petunia habían vuelto a Privet Drive y ahora se encontraban atravesando la verja del jardín caminando hasta los dos chicos. Cuando tía Petunia observo a Dudley cubierto de polvo y todo desaliñado se acercó rápidamente a el chocando bruscamente contra el hombro de Harry, este solo se lo talló, estaba adolorido por el intenso trabajo que había realizado, luego tío Vernon paso a su lado también pero fue directo a la casa, no le hablo, ni siquiera para decirle un "apártate de mi camino" como era de costumbre, Harry pudo notar que su tío había tenido un día pésimo, volvió la mirada a su tía y vio como esta tomaba a Dudley de la cabeza diciéndole:
-¡oh por dios Dudley, mírate, estas completamente sucio¿Qué te ha pasado?
- he… pues… - Dudley miro con malicia a Harry. – veras mamá, yo me ofrecí bondadosamente a ayudar a Harry, y estuve limpiando con mucho esmero tu jardín para que quedara bonito, pero de repente Harry se lanzo sobre mi sin explicación y…
-¡eso es mentira!- interrumpió Harry dirigiéndose a ellos.
-¡tu te callas!- le ordeno tía Petunia, Harry obedeció al instante escuchando atentamente para saber que otra cosa le diría Dudley a su tía.
-y Harry me ataco, estuve forcejeando con el hasta que me pude librar, y cuando me di cuenta Robbie…
-¿Robbie que¿Qué le paso a ese perro?- pregunto tía Petunia entornando sus ojos y con un dejo de angustia en su cara, pues empezaba a temer algo malo.
-Robbie escapo mamá, si no hubiera sido por ese – señalo a Harry- lo hubiera vigilado como me dijiste.
Harry vio como la cara de tía Petunia pasaba por todos los colores que conocía, ella se volteo lentamente hacia el, tenia los ojos vidriosos y se le marcaban los músculos de su largo y huesudo cuello, se acercó a el amenazadoramente con pasos agigantados; por un momento Harry pensó que ella podría llegar a ser peor que el mismísimo señor Dursley, retrocedió un poco pero se detuvo al tropezar con la escoba.
-tu… grandísimo inútil… por tu culpa he sido una mujer desdichada, siempre arruinándolo todo, arruinas mi vida, pero ahora no dejare que lo hagas, es el momento mas importante en mi vida…- trago aire para poder continuar- y no voy a dejar que se estropee por tu estupida culpa.
- pero yo no hice nada, se lo ju…
-¡he dicho que te calles!- grito fuera de si tía Petunia alzando sus largas manos mientras Harry se cubría la cara, su voz rompió con todo el silencio que reinaba en Privet Drive, tío Vernon salio rápidamente para ver lo que sucedía, al llegar y ver la cara de Petunia se asusto un poco, hacia tiempo que no veía esa expresión en su esposa.
-Petunia… ¿Qué sucede?- pregunto mirándola con curiosidad y moviendo sus espesos bigotes.
-¿sucede¿Qué que cosa sucede, pues sucede que por culpa de este grandísimo imbecil- Harry no sabia porque pero este adjetivo le dolió un poco, tía Petunia jamás había sido tan severa con el. – estoy a punto de perder la oportunidad de entrar al club social de mujeres distinguidas de Little Whinging, sabes desde cuando había querido pertenecer a el, Mimi me confió a su perro ¿sabes que se siente tener su confianza¡ah! pero esto no se quedara así¡tú!- volvió a señalar a Harry y este se encogió nuevamente de hombros.
-¡tu iras a buscarlo y no regresaras hasta encontrarlo¿me oíste?- luego se volteo hacia Dudley,- y tu Dudley lo vas a ayudar ¡y no volverán hasta que lo encuentren me oyeron!
Dudley solo se quedo con la boca abierta, ya había comenzado a reírse de la situación de Harry cuando su madre le ordeno lo mismo, no lo podía creer, por primera vez en su vida se estaba dirigiendo a el igual que con Harry. Sintió una furia enorme al ver que Harry le devolvía la misma mirada maliciosa que el le había lanzado hace rato, tía Petunia agarro a los dos chicos de la parte de atrás de sus camisas y los empujo a la calle, el señor Vernon solo veía con algo de asombro la forma en que tía Petunia se comportaba, después de unos instantes volvió a la realidad y rápidamente miro a todos lados para asegurarse de que nadie los estuviera observando, su mirada se poso en la ventana de la casa marcada con el numero 7, pudo distinguir escondida tras las cortinas a la vecina que siempre estaba espiando, si tuviéramos que hacer una comparación diríamos que esta señora podría llegar a ser mas chismosa que la propia señora Dursley, la vecina al notar que el señor Vernon la miraba desapareció rápidamente de la ventana, este sintió un gran alivio de que Petunia no hubiera dicho nada indebido que pudiera comprometerlos, para ser específicos, que no gritara nada sobre la naturaleza de Harry, solo vio a su esposa caminar enojada a la casa sin siquiera mirarlo, "le da mucha importancia" gruño el tío Vernon entrando también a la casa.
Calles abajo Harry caminaba junto a Dudley sin hablar, los dos estaban enojados, pero aun así dejaron esto de lado, al llegar al final de la calle los dos se voltearon a ver y Harry le dijo a su primo:
-así que te iban a creer a ti¿no?
-¡cállate sopenco!- le contesto Dudley- por tu culpa mi madre me a regañado, pero esto no se quedara así Harry, algún día tendrás que descuidarte y entonces te haré pedazos.
-¿acaso podrías hacerlo? Ya te había dicho que también se defenderme con los puños grandísimo animal.
-¡ja! eso lo dices porque traes esa-cosa, pero sin ella no eres nada, eres un simple insecto- le contesto Dudley volviendo a cerrar sus puños y mirándolo retadoramente.
- esta bien, cuando quieras podemos ver quien es el mejor "duddy"- dijo burlonamente Harry.
-¡no me llames así!- le grito Dudley acercándose mas a el.
Antes de que pudiera darle un golpe Harry se alejo un poco y le dijo:
-dejemos esto para otro momento, ahora hay que pensar en que decirle, si llegamos sin nada seguro nos castiga… bueno, te castiga.
Dudley razono sobre esto y se detuvo, ahora lo que mas le interesaba era saber que decirle a su mamá, aunque la respuesta era mas que simple, decirle que no habían podido encontrarlo, imagino con miedo a su madre gritándole y regañándole con severidad y tembló ante estas imágenes, Harry siguió caminando por la banqueta con las manos atrás y la mirada fija en el suelo, en esos momentos recordó lo que lo había tenido angustiado durante casi cuatro semanas, no sabia nada de sus amigos ya que Hedwig había dejado de llevarle cartas misteriosamente, no sabia que le había pasado, pero igual estaba preocupado pues tampoco recibía a una de las lechuzas de Ron o de Hermione, también recordó todo lo ocurrido en su quinto curso, se preguntaba si la ausencia de lechuzas tendría que ver nuevamente con el asunto de la orden y de su "seguridad", en ese momento todo se agolpaba en su cabeza nuevamente, recordó que mientras el caminaba tranquilamente por las calles de Privet Drive una guerra se estaba librando en el mundo mágico¡si el supiera lo que estaba por venir, de pronto, como si fuera una punzada en su cerebro recordó lo mas doloroso de ese curso, Sirius Black, su padrino, había muerto a manos de una mortífago, de nombre Bellatrix Lestrange, en esos momentos una pequeña lagrima se escurrió por sus mejillas pero se la seco rápidamente para que Dudley no lo viera, con estos pensamientos en su cabeza siguió caminando un rato mas tratando de despejar su mente.
Pasaron las horas hasta que faltaron 20 minutos para que dieran las 8:00 de la noche, la hora en que Mimi y las demás miembros del club llegarían, tía Petunia se sentía realmente angustiada, si Harry y Dudley no llegaban con Robbie perdería la oportunidad de su vida, ella también había ido con el señor Dursley en el coche para buscar al perro pero no lo hallaron, si tan solo supiera que Robbie se encontraba ahí mismo en su jardín, solo que enterrado bajo tierra, seguro le daría un infarto, solo quedaban diez minutos y nada, ya comenzaba a derramar lagrimas hasta que la puerta de la casa se abrió, se levanto muy emocionada esperanzada en que lo hubieran podido encontrar pero al ver que Harry entraba sin nada y Dudley también solo fue hasta el sillón de la sala y se tumbo en este sin decir palabra, Dudley la miro con miedo "¿Qué castigo me va a poner, que me hará?" pensaba Dudley igual de angustiado que su madre, que pensarían sus amigos de el, el "gran D" castigado por haber perdido un perro, no podía ni quería imaginarse, seria el hazmerreír de los demás chicos, a Harry le daba igual el castigo que le pusieran, ya estaba acostumbrado a eso, solo se limito a darle a su tía un leve "lo siento tía" muy sinceramente, aunque era cierto que no sentía mucha simpatía hacia ella, lo hizo pues en parte el había tenido la culpa, y esta vez realmente se sentía un poco mal por hacer eso, ahora incluso por su culpa su tía estaba sufriendo "¿Cuánta gente mas va a sufrir por mi culpa?" se preguntaba mientras subía las escaleras para darse un baño.
Tía Petunia solo dijo a Dudley con voz algo apagada:
-Dudley cariño, sube y báñate, quiero que estés muy presentable, ya falta poco- le dijo su madre con la voz quebrada.
-vamos cariño, es solo un animal, ella va a comprenderlo- le dijo el señor Vernon dándole una palmada amistosa en su hombro, al cabo de diez minutos sonó el timbre avisando que las invitadas habían llegado, tía Petunia se levanto rápidamente acomodándose el cabello muy bien y tratando de dibujar con un poco de dificultad una sonrisa en su rostro.
-¡hola Mimi, hola chicas!- saludo tía Petunia a las recién llegadas dándoles besos a todas
-¡buenas noches querida!- contesto Mimi devolviéndole el beso, viéndola bien no parecía ninguna mujer engreída, resultaba atractiva a la vista y tenia mucha elegancia, el señor Vernon se acerco y las saludo de igual forma.
-Petunia, no sabia que tenías una casa tan adorable, y tu jardín, dime quien es tu jardinero, hace un trabajo impresionante- dijo Mimi mientras les dirigía una gran sonrisa a los señores Dursley, ante este comentario tía Petunia contesto:
- yo misma lo hago, siempre me gusta tener mi jardín hermoso-
- veo que tienes mucho talento, no nos equivocamos al seleccionarte como una de las miembro del club- dijo la señora Mimi a la vez que las demás acompañantes escudriñaban cada esquina de la sala para encontrar algo que criticarle, pero al no hallar nada solo dibujaron una sonrisa muy forzada en sus caras, la única que parecía realmente encantada era la misma Mimi.
- ¿y donde esta ese adorable hijo tuyo del que tanto nos has hablado?- pregunto Mimi dirigiendo una mirada a las escaleras.
- mi hijo Dudley esta arriba, en unos momentos baja, te encantara, es un chico muy educado.- contesto tía Petunia orgullosa de sus palabras. El tío Vernon solo se limitaba a sonreír y a mirar a las demás acompañantes quienes le clavaron la mirada para analizarlo también, ante esto se sintió algo incomodo.
Al cabo de un rato Dudley bajó las escaleras vestido con un traje negro que lo hacia parecer un cerdo disfrazado de pingüino. Saludó muy elegantemente a Mimi y a las demás señoras, estas quedaron encantadas con el pero Mimi no tanto pues de alguna forma sintió que clase de muchacho era Dudley, tía Petunia estuvo platicando largo rato con las demás mientras tomaban té, Dudley solo permanecía sentado moviendo sus pies repetitivamente al igual que su padre, pero algo hizo que se formara el silencio en la sala, arriba en las escaleras, se encontraba un chico alto y delgado con unos ojos verdes detrás de unas gafas redondas y vestido muy sencillamente, Harry bajo las escaleras con mucho cuidado pero se detuvo al escuchar un comentario.
-vaya Petunia, y quien es este chico tan guapo, no me habías contado de el.- dijo Mimi mirando a Harry de forma interesante, al contrario que con Dudley, sintió que Harry era un muchacho muy elegante a pesar de cómo vestía.
-¡ah! El…el es mi sobrino, vive con nosotros desde pequeño, ven Harry, saluda a las invitadas- dijo tía Petunia fingiendo afecto hacia el, cosa que Mimi pudo percibir a la perfección, Harry solo se limito a obedecer y a saludarlas, todas lo miraban con ojos asombrados, por fin habían encontrado algo que criticar luego, la única que pareció estar encantada con Harry era Mimi.
-así que te llamas Harry, y ¿cual es tu apellido chico?-pregunto Mimi con mucho interés a lo que Harry contesto tímidamente:
-Potter… me llamo Harry Potter.
-Potter… ¿has dicho Potter?- Pregunto con curiosidad Mimi – he escuchado ese nombre, estoy segura de haberlo escuchado…- recordó algo.
- Mimi, querida¿te parece si pasamos a la mesa para cenar?- pregunto rápidamente tía Petunia para desviar el tema, así lo hicieron y pasaron a la mesa, hasta ahora todo iba bien, aun no salía el tema de Robbie.
Estuvieron cenando y conversando placidamente por un rato, Harry había estado en la cocina atendiendo a las invitadas, después de todo era lo mínimo que podía hacer para compensar a su tía, además que necesitaba en que despejar su mente, varias veces le pareció que Mimi lo miraba atentamente, esto hizo que se sintiera algo nervioso he incomodo, hasta que súbitamente Mimi le pregunto:
-dime Harry¿en donde están tus padres?-
-ellos… murieron en una…
- en un accidente automovilístico- agrego rápidamente tío Vernon dirigiéndole una mirada a Harry haciéndole entender que se callara, este siguió en lo que hacia. Pero en el fondo se preguntaba porque Mimi tenia tanto interés en el.
Después de unas horas de conversaciones había llegado la hora de retirarse, ya se estaban despidiendo cuando repentinamente sucedió lo que tanto había preocupado a tía Petunia quien ya se había olvidado de eso.
- Petunia¿donde esta Robbie?- pregunto con curiosidad Mimi buscando por todos lados a su perrito. Tía Petunia se quedo callada a la vez que prácticamente se le iba el color, no sabia como explicarle…
- he… discúlpeme señorita Mimi, yo… tengo algo muy importante que decirle…- dijo suavemente Harry con algo de timidez, Mimi lo miro con curiosidad y luego le dirigió una profunda sonrisa que extrañamente a Harry le trajo una tranquilidad increíble.
-si Harry¿Qué sucede?- pregunto con interés Mimi.
- Robbie… su mascota….
Tía Petunia tenía ganas de gritar, de interrumpirlo, pero no podía, por alguna razón no podía hablar ni moverse para impedir que Harry hablara, era como si una fuerza invisible la detuviera, lo mismo ocurría con Vernon y con Dudley.
-pues… por un descuido mío el… se escapo y yo lo seguí pero ya no lo pude encontrar, ruego por favor me disculpe y que acepte a mi tía Petunia en su club, por favor-
Harry decía esto con profunda sinceridad, ya hemos dicho que no sentía mucho aprecio a los Dursley pero sentía que era su obligación hacerlo, para poder así compensar la muerte del perrito, Mimi solo lo miro con mucha atención, sus grandes ojos color esmeralda se clavaron en los de Harry y este sintió como una calidez se apoderaba de su cuerpo, una calidez que hacia mucho tiempo no sentía, luego de un instante de silencio , increíblemente para sorpresa de todos ella dibujo una sonrisa en su cara y le contesto:
-Harry querido, siento pena por lo de Robbie, pero no te preocupes, tu tía no saldrá del club por eso, es mas, podríamos decir que gracias a ti ella se quedara. Bien, por hoy es todo Petunia, lo hemos pasado bien, te esperamos pronto en el club, chao.
Y diciendo esto se despidió de ellos, mientras caminaba hacia la limousine en la que habían llegado, en su cabeza rondaba el nombre de Harry, "Potter, Harry Potter, ese nombre¿será posible que se trate de el? Si es así, te aseguro Harry que volveremos a vernos" pensó mientras subía al elegante automóvil y se alejaba de Privet Drive.
En la casa marcada con el numero cuatro aun no salían de su asombro, tía Petunia estaba sentada en el sofá sin dar crédito de lo que había pasado, todo había salido bien, por primera vez Harry no había estropeado nada, lo miro fijamente y luego se levanto para ir a su cuarto pues todavía no creía lo ocurrido, el tío Vernon solo se limito a decirle a Harry:
- no se como lo has hecho chico, pero por primera vez no nos causaste problemas, solo espero a ver cuanto puede durar esto- dijo con cierto tono de duda en su voz el señor Vernon. Dudley también subió a su cuarto a quitarse ese estupido traje y a dormir, dejaron solo a Harry en la sala quien tampoco daba crédito de lo que había pasado, era demasiado bueno para ser cierto, pero lo que mas le llamaba la atención era aquella visitante: Mimi Spinneligg¿quien era esta elegante y misteriosa mujer que parecía conocerlo, después de estar un momento parado en la sala analizando lo ocurrido subió a su cuarto dispuesto a dormir, muy satisfecho de lo bueno que había salido todo.
