El viaje
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Anki no Saku: Sobre la pareja de Aioria y Bud, ya fue considerada, de Ikki y Shaka, como ya había lemon de ellos, lo puse como ultima opción.
Shadir: Ah es que Ikki saco los rasgos del padre :DD (que explicación tan clara) oye es posible (si, como digas) yo si abuelie. Bien, necesitaba unos padres y fueron los primeros que se me ocurrieron.
Dark artemisa: Gracias por tu rr, ya considere tus propuestas, ya leyendo el epilogo veras quienes ganaron.
Nebyura: gracias por el rr, y tus propuestas ya fueron consideradas, pero… creo que no ganaron :S
Aru chan: Tu propuesta ha sido considerada, y sobre todas las parejas x-x hay no creo que pueda con tantos.
Kainekito: gracias por tu rr, y bueno, no propusiste pareja pero me queda mas que claro de a cual quieres :)
Forfirith-Greenleaf: Arigato por tu rr, y tus propuestas han sido consideradas :)
Amazona Verde: Pues yo también termine en una encrucijada :S pero espero poder complacerte :)
Legendary: Gracias por tu rr. Si, lo que faltaba en este fic eran los lemones, y aquí la entrega de ellos :DD
Katruina: Gracias por tu rr, y sobre tu propuesta, tienes mucha razón, considere eso.
Milo-chan: Arigato gozaimasu por tu rr. Pues si he leido tus fic, son muy buenos, Y espero hayas podido comprenderlo, y es que realmente metí gran cantidad de caballeros :S y me alegro que te haya gustado.
Nota: Como regalo a mis lindas lectoras (pues me parece que todas son mujeres, sino pueden patearme, pero que sea suavecito) les tengo una sorpresa, pero para eso necesito sus email para avisarles como recogerlo. Ya tengo los emailes de Legendary, Forfirith-Greenleaf, Kainekito, Dark Artemisa, Nebyura, Shadir, Milo-chan, Katruina. Así que pido que Anki no Saku, KAY, Aru-chan, Amazona Verde, Ixchell, Chris M Black, Yuki-Ona, etc que hayan leído este fic dejen un rr con su email.
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Capitulo 20: Epilogo
El lugar estaba diferente a como cuando estuvieron por ultima vez, varias personas se movían de un lado a otro reconstruyendo todo, caminaban por entre los pasillo viendo todas las modificaciones, las personas no les ponían mucha atención.
han vuelto- una voz les llamo la atención, y al voltear a ver quien era supieron que había encontrado a la persona correcta.
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Las últimas cajas eran subidas en el Santuario II, sus tripulantes estaban listos para zarpar. Camus estaba ya frente al timón, a su lado como siempre Milo, y cerca Isaac que recordaba a cierta persona que conoció hacia tiempo de cabello rosa, se alegraba que pronto lo vería, pues ahora se dedicaban a transporte de productos entre el Reino del mar y la nueva Isla Minerva, se encontraban en la Isla Apolo comprando abastecimientos.
Camus dio la orden y el barco se puso en movimiento, la imagen de su hermana mayor venia a su mente, pero ahora esa imagen estaba llena de felicidad; su preocupación por el momento era Hyoga, quien desde que ellos desaparecieron lo había visto deprimido, y sabia perfectamente bien el porque.
El rubio estaba sobre uno de los palos del mástil viendo hacia la nada, era facil suponer en quien pensaba, dos semanas llevaba sin verlo, y no había noticia alguna. El cálido viento de la costa juego con su cabello, pero había sentido algo raro en esa brisa; suspiro dándose cuenta que solo era aire.
Bajo del mastín y camino hasta su camarote, cerrando la puerta tras de si y dejándose caer en la cama boca arriba. Cuanto deseaba volver a verlo, pero no había algo que él pudiera hacer, más que... esperar.
–Hyoga– reconoció de inmediato esa voz, se incorporo rápidamente.
–Shun? –
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Mu caminaba entre los resplandeciente pasillo del templo, se dirigía a su habitación después de haber hablado con los demás Lemurianos, pues ahora él se hacia cargo de la Isla Hecate, ya que Shion junto con Dohko reconstruían la Isla Minerva. Kiki también estaba ahí, seria de los primeros estudiantes en reinaugurar la escuela.
Desde hace dos semanas, se encontraba deprimido, lo habían dejado sólo y con un gran cargo a cuestas, pero sobro todo no había tenido noticias de Saga; se decía que su sentimiento de culpa no lo dejaba en paz, que Kanon y Sorrento lo ayudaban a superarlo; y Mu esperaba que lo lograran. Cuanto hubiera deseado ir él también, pero tenía su compromiso, además... Saga le había pedido tiempo, y … eso hizo.
La blanca puerta de madera hacia su cuarto fue el soporte para su frente, lo extrañaba, quería estar a su lado, conocer el verdadero Saga, el que le había conquistado tras las sombras. Giro la perilla después de un suspiro, no permitiría perderlo, buscaría cualquier oportunidad para ir a su encuentro.
–Mu– se escucho decir, una sensual voz había recorrido el aire hasta su oído; giro la cabeza y ahí encontró a la persona que su mente llamaba.
–Saga?–
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A pesar de que aun faltaban varias horas para el anochecer, el cielo del norte ya mostraba un tono oscuro, las nubes densas cubrían gran parte de los rayos del sol vespertino. En uno de sus parajes boscosos dos jóvenes caminaban alegremente.
–mm, a pesar de todo, no es tan desagradable este frío–
–te dije que te gustaría Aioria, no deberías desconfiar tanto en mi–
–cómo confiaría en ti Bud, si en cuanto me viste me habías escogido como tu presa de caza–
–no seas exagerado, reconozco que en cuanto te vi, pensaba en solo una noche de diversión, pero con todo lo que paso, y tu testarudez, cambie de opinión–
–ahora qué quieres de mi?– cruzo sus brazos un breve momento, pues continuaba caminando por esos accidentados caminos
–mm, te lo diré en cuanto lleguemos a nuestro destino–
–me puedes adelantar algo?–
–te diré que este lugar solo lo conozco yo, ni siquiera Syd sabe de su existencia–
–ah, será un honor conocerlo–, Bud le sonrío guardándose el resto de lo que realmente tenia en mente.
–mm, ya casi llegamos– pasaron por entre unas ramas bajas, llegando a un claro que acaba a unos metros mas adelante, frente a sus ojos se miraban las blancas montañas que creaban el escenario donde la aurora boreal daba su espectáculo de colores.
–es... increíble–
–sabia que te gustaría– se sentó en la fría hierba –por eso te insistí que vinieras hoy, son contados los días en que aparece la aurora boreal, y hoy es uno de esos días–
–pues ahora si agradezco tu testarudez– se sentó a lado del ojicarmin.
–vaya, hasta que dices algo bueno de mi–
–mm– el castaño se recargo en sus manos, echando su cuerpo hacia atrás –tienes razón me he comportado muy hosco contigo– callo esperando un apoyo a sus palabras, pero al no escucharlo volteo a verlo; y se sonrojo ante la forma tan atenta de como lo miraba. –Bud?–
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El día sucumbía, mostrando su tonalidades cobrizas en el cielo, dos personas caminaban por entre las casas, su paso lento les delataba la tranquilidad en la que se encontraban, gracias a esos días de paz que ahora vivían; pero sobre todo el poder por fin, tras muchos años de soledad, estar juntos; sin nadie que les diga que hacer, o amenazas que les interrumpiera.
–crees que lo haya encontrado?– pregunto un joven de cabello castaño, mirando el cielo por un breve momento
–si... ya se han encontrado, estoy seguro– miro de reojo a su acompañante
–me alegro por ellos– sus miradas se encontraron un instante, se habían detenido en una puerta, Shion la abrió permitiendo entrar a su acompañante. Lentamente y con cuidado la volvió a cerrar, una vez dentro.
Sintió unas manos rodear su cintura –aun no puedo creer que este de nuevo a mi lado–
–créelo– olió el dulce aroma del peliverde
Shion giro aun abrazado –creer?– ambos se besaron, mientras sus cuerpo se unían mas –Dohko, hazme sentir que estas de nuevo a mi lado– recibió una sonrisa.
–claro mi amor– nuevamente sus bocas se unieron, mas apasionadas. Dohko levanto levemente el cuerpo del lemuriano, llevándolo hasta la cama en el cuarto, lo recostó con suavidad –te amare hasta fundirme en tu piel–, con uno de sus brazos aun bajo la cintura, llevo su mano a buscar camino bajo la túnica del peliverde.
–hazlo Dohko, hazlo–, sentía las caricias en su cuerpo, obligando a estremecerse al contacto. Sus ropas en instante habían tomado lugar en el suelo, permitiendo al moreno besar cada rincón de la blanca piel, que sumisamente se dejaba desear.
Cada beso, era unas chispas electrificantes en su cuerpo, sintió como sus piernas eran abiertas, y alguien se colocaba entre ellas, pero no penso mucho en ello cuando un húmedo calor se apodero de su miembro dejando que un quejido de sorpresa saliera de su boca, uno acompañado de varios gemidos, en cuanto comenzó ha hacer estimulado.
–oh Dohko– escuchar emitir su nombre de esa forma, solo pudo crear en él el saber que hacia bien su trabajo, provocando que acelerara para seguir escuchándolo. –Doohko–
Un incomodo y repentino frío recorrió su cuerpo en cuanto sintió a Dohko alejarse momentáneamente, lo vio tomas un frasco del buró, esa acción le aviso lo que vendría.
–mi Shion– su bocas se unieron –te haré mío– otro beso, mientras dispersaba el contenido de ese liquido es sus mano
–déjamelo a mi– le quito el frasco y untándose en las manos, tomo el miembro del moreno, subiendo y bajando
–oh Shion– lo tomo de los hombros, y lo levanto, pasando las piernas del lemuriano sobre las suyas, quedando ambos sentados. Un gemido de delicia con dolor escondido en el, broto de repente cuando un invasor se hizo paso en su entrada.
–ah Dohko– nuevamente su nombre en un suspiro apasionado en cuanto mas dedos estimulaban su paso. Unas manos sujetaron sus glúteos, levantándolo; su ano sintió un falo hacerse paso, gemidos de dolor, avisaban el avance de la penetración.
Shion recargo su cabeza en el hombro de Dohko, mientras se acostumbraba a la invasión. Sus manos liberaron la presión que habían hecho en los antebrazos de Dohko, ese gesto fue la señal del ojiverde para sujetar las caderas del lemuriano, y comenzar el movimiento.
Los brazos de Shion ayudaban el movimiento mientras su miembro que estaba entre ambos cuerpos, se estimulaba con el frotar. Sus cuerpo agitados, pronto se bañaron en sudor, sus aromas se mezclaron ante la cercanía de sus cuerpos. Una explosión, y se liberaron en una sincronía casi perfecta.
Permanecieron aun en esa posición, en un abrazo, sus cuerpos unidos, sus pieles fundidas.
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–Shun, eeres tu? – el peliverde sonrío –es... es... maravilloso–
–Hyoga– dijo con la cabeza baja para esconder su nerviosa alegría
–oh Shun– ya se le había acercado, sujetándolo de los hombros –has vuelto–, lo tomo suavemente del mentón obligándolo a verlo, sus ojos se encontraron, y ambos sonrieron, pronto un dulce beso surgió de ellos –realmente has vuelto–
–te extrañe– lo envolvió en sus brazos –me alegra volver a verte–
–igual Shun– correspondió al abrazo, sus manos recorrían toda la espalda del peliverde, como cerciorándose que realmente estuviera ahí, sentirlo a su lado. Un beso en el cabello –eres tu– lo separo de su cuerpo –estas de nuevo a mi lado– lo beso nuevamente en la boca desesperado por sentirlo de nuevo, se había enviciado con su sabor.
–así es Hyoga–, sintió como ahora la boca del rubio daba pequeños besos en todo su rostro –aah, Hyoga– ahora sus cuello sufría por las apasionadas muestras de cariño. Su espalda recargada en la pared del camarote.
–Shun perdóname, pero quiero sentirte completo, saber que realmente estas aquí–
–aquí estoy Hyoga ahh– sus torsos pronto quedaron al descubierto –aquí no Hyoga– comento ante la incomodidad de estar parados.
–perdóname Shun– lo cargo en sus brazos, en un gesto de no querer dejarlo escapar. Lo recostó suavemente quedando Hyoga sobre él, en cuatro, sus labios se volvieron a unir en un rápido beso, pues ahora el rubio había bajado al pecho del ojiverde, estimulando uno de los pezones.
–ah Hyoga– emitía gozoso, pero un gemido mas fuerte se escucho cuando una mano se introdujo bajo su pantalón, tomando su miembro, incitando. Shun acariciaba la espalda y parte del pecho cercano del rubio, intentando imitar los movimientos que hacían sobre su cuerpo.
–eres tan dulce– su boca había llegado ahora al vientre, deteniéndose en el ombligo, el cuerpo de Shun subía y bajaba, la brisa marina se perdía entre los cálidos aromas que desprendían.
–ah, Hyooga– su mente se nublaba ante tantas sensaciones, el rubio se deshizo de su pantalón, permitiéndole maniobrar mejor. Shun también se hizo cargo del pantalón del ojiazul.
La mano de Hyoga fue bañada con la explosión de Shun, se relamió esa mano, en un acto sensual, mirando fijamente a Shun –realmente dulce–, el peliverde también se saboreo, cuando Hyoga llevo su mano a la pequeña boca.
Para después, disfrutar de sus bocas en otro beso. La mano de Hyoga ahora busco la entrada de Shun, quien respingo ante la sorpresa. Varios dedos más entraron, provocando que sus gemidos se perdieran en la boca del rubio.
Se coloco entre las piernas del peliverde –Shun, puedo continuar?– una dulce sonrisa y asentamiento de cabeza fue la respuesta; un nuevo beso, y subiendo las piernas de Shun en sus hombros, acerco su miembro a la entrada dilatada.
Varias lágrimas recorrieron sus mejillas, cuando se sintió penetrado, Hyoga bebió esas gotas saladas, intentando consolarlo; Shun busco la boca del ojiazul, y lo prosiguieron. Las embestidas comenzaron entre gemidos, el ondular del barco parecía armonizar con ellos.
Una fuerte descarga recorrió sus columnas, la excitación llego a su culminación. Agotados –te amo Hyoga– sus sinceras palabras.
El rubio acaricio su mejilla, para después salir de él –yo también te amo– se acostó a su lado, y dejaron que el sueño llegara, permitiéndoles dormir abrazados.
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Habían caminado por los pasillos del templo, ambos en silencio; un reencuentro bastante difícil, habían llegado ya al área de jardines, Mu se detuvo ahí un momento, no podía continuar en silencio.
–Saga/Mu– dijeron al mismo tiempo, ambos sonrieron.
–Mu, perdóname por lo que te hice–
–no tengo que perdonarte, no eras tu mismo–
–pero aun así te hice daño–
–no Saga– se le acerco y puso una mano en el hombro del peliazul –ya todo eso lo he olvidado–
–Mu eres tan bueno– acaricio la mejilla del pelilila –gracias– lo beso sujetando su rostro –extrañe tu exquisita boca–
–yo extrañe todo de ti– ahora el dio el beso, pero sus bocas se resistían a separarse, tomando a Mu de los hombros, aun sin separarse, le acostó suavemente en el verde pasto.
–permíteme recompensarte Mu– lo miro tiernamente
–Saga...–
–sch, prometo que no te arrepentirás– una sonrisa picara, y una mano intrusa bajo la parte alta de la túnica.
–si Saga– la intrusa mano se deshizo de la ropa, lentamente esparciendo besos en cada parte de piel que quedaba al descubierto. El peliazul tomo la mano del lemuriano y lo llevo a su propia ropa, para incitarlo a participar.
Mu acaricio el fornido torso con ambas mano, disfrutando de la tersa piel, provocando suspirar al ojiazul. Las manos del mas alto se deshicieron del resto de la ropa, siendo imitado por Mu.
Las fragantes aromas de las flores, creaban un dulce ambiente y hermosamente colorido, aunque para ellos eso no era más hermoso que la persona en sus brazos.
Saga recorría la suave piel, llegando hasta uno de los pezones, el cual comenzó a mordisquear -ah Saga-, mientras unas manos llegaba a la parte interna de sus muslos, acariciando, tentando esa parte tan sensible, cada parte de Mu se estremecía por esas atenciones.
–recompensaré todo lo que te he hecho– y ante caricias y besos Saga descubrió cada rincón del lemuriano. Sujeto a Mu, y le hizo quedar boca abajo –no te quiero seguir lastimando- y diciendo eso lo volteo recostándolo boca abajo, Mu sentía el frío pasto en su caliente piel, que contrastaba con el calor que sentía del cuerpo de Saga sobre de él.
Y humedeciendo sus dedos, introdujo uno en la estrecha entrada, Mu gimió nuevamente ante tal sorpresa, un segundo dedo se introdujo después; besos y caricias en su nuca y espalda se hacían relajarse ante la invasión.
–te amo Mu– y lentamente introdujo su miembro en el elmuriano, quien cerraba puños y manos por el dolor. Saga masajeaba su espalda para relajarlo. La respiración agitada de Mu intentaba tranquilizarse mientras esperaba a acostumbrarse a la estimulación.
Saga al sentir el cuerpo mas pequeño relajarse comenzó a moverse, sin dejar de besar de vez en cuando el blanco cuello. Una explosión de máxima satisfacción. El pelizaul se agacho nuevamente y beso la boca que se abría y cerrada agitada.
Lentamente salió del lemuriano, se recostó y en un abrazo atrajo a Mu recostándolo sobre él –te amo– le repitió la promesa proferida
Mu sonrío –yo también te amo– se besaron y cerraron sus ojos dispuestos a descansar.
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–Bud, por que me miras de esa forma?– pregunto nervioso
–se que te dije que no te deseaba como una conquista, pero... aunque no me lo creas te deseos...no para este momento, pero...– le acaricio la mejilla –no puedo contenerme– se acerco para darle un beso.
Aioria no contesto a ese beso, pero tampoco lo rechazo estaba azorado –... es... la primera vez que te veo de manera seria, y sabes...– volteo a mirarlo fijamente –me agrada el chico alegre, pero este tipo serio no esta tan mal– ahora él dio un beso rodeando con sus brazos la nuca del peliverde.
Bud rodeo a Aioria, y lo hizo recostarse en la blanda tierra; sus manos presurosas buscaron espacio para ir más allá. El castaño dudo un poco, cosa que noto Bud. –sino quieres, esta bien–
–no...– Acerco nuevamente su boca, y en ese movimiento giro ambos cuerpos para quedar él arriba –me gusta más esta vista–
Sonrío ampliamente –normalmente me quejaría, pero creo que por hoy callare– Aioria alzo la camisa y comenzó a besar el vientre del ojicarmin –eres uy presto para esto–
Carcajeo brevemente –te diré que es la primera vez que lo hago con un chico–
–te diría que no te arrepentirás, pero tu tienes el control–
–si, ya era hora– en eso sintió como era liberado de su camisa –vaya que eres rápido–
–es que quiero admirarte por completo–. Entre juegos y caricias, sus risas como único sonido en ese solitario paisaje.
El frío desapareció, solo el calor del deseo y la pasión, pronto las risas se convirtieron en suspiros; los cuerpos agitados, sus rostros sonrojados y sudoroso, sus miradas rebelando el placer.
Aioria clavo sus ojos en sus opuestos la señal que la unión de sus cuerpos comenzaría, un fuerte gemido, el castaño bajo sintiéndose lleno.
Las manos buscando encontrar cada recóndito rincón, saberse dueños del otro, ser ahora solo el uno para el otro. Las palabras de amor brotaron ante la llegada del clímax. Sus ojos humeados de pasión y felicidad.
Los cuerpos fundidos, entregados entre el deseo y la pasión por el amor entregado. Ahora reposan cansados, en un tierno abrazo. Seguros ahora de sus sentimientos, pues habían dejado sus orgullos y mascaras, para lograr lo siempre anhelado.
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–serás uno de los nuevos maestros aquí Shaka?–
–si, Ikki– ambos acostados, uno a lado del otro
–mm– emitió pensativo
–por que lo preguntas, piensas marcharte–
–me gustaría conocer mas este mundo, pero... por el momento hay muchas cosas interesantes en este lugar, no tengo porque irme– se acostó de acostado, para tener una mejor vista del rubio
–si– sonrío
–además, podría aprovechar para que también me dieras clases–
–creí que el maestro Dohko había despertado en ti conocimiento escondido– se recargo en su brazo, para ver de frente al peliazul.
–algo así, no estoy muy cociente de mi poder. Además, se dice que la vida es enseñanza, y siempre hay cosas nuevas que aprender–
–muy cierto–
–y que mejor manera que aprender con las personas que amas–
–me amas? –
–claro, no te lo he demostrado, sobre todo en esta semana que hemos estado untos –
–si, pero se siente tan bien escucharlo decir– una mano acaricio su mejilla
–te amo Shaka–
–también te amo Ikki–, sus labios se juntaron sellando esas palabras.
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Fin
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N/A: Gomen nasai por la tardanza, pero es que recibí pocos rr y me desanime (no había sido por otra cosa?) si, pero esa es una historia bastante larga, así que lo dejamos como esta (bueno oo)
A y los invito a leer mi fic en la sección de x-over.
