Capítulo 6

Harry no sabía que decir, que pensar, nada. Se sentía por un lado utilizado, había estado a punto de besarle y ahora le llegaba con que le gustaba Ron y Harry había empezado a sentir algo por Hermione. Pero por otro lado sentía que la amistad de hace años no se iba a perder solo por que a Hermione le gustaba Ron. Un sentimiento muy bajo de celos empezó a salir de Harry pero lo impidió, no se quería sentir así y menos hacia su mejor amigo. Hermione ya no era la misma niña que conoció en el expreso de Hogwarts, ya no era esa niña mandona, infantil, super nerd y con el pelo enmarañado de siempre y Ron ya no era el niño que conoció en el anden 9 ¾, ya no era ese niño tímido, avergonzado y chocante. Harry sabía que ya no podía influir mucho en sus decisiones, su opinión era válida e importante pero nunca podría alterar el amor de Hermione hacia Ron.
-Los siento por lo del casi beso de la otra vez, de seguro que ya ni quieres hablar conmigo-dijo Hermione al ver que Harry no movía ni un músculo de la cara.- y te comprendo, yo no debí haber jugado así contigo pero no se donde tengo mi cabeza, todos mis sentimientos están revueltos. Me di cuenta, aun que ya muy tarde, que mi sentimiento hacia ti era tan solo de una gran amistad pero que hacia Ron es algo mucho más grande que amistad. Ya ni sé que decirte Harry, espero que me logres perdonar algún día.-y dicho esto Hermione se levantó de la silla y se dirigió hacia la puerta pero Harry se dio cuenta de cual era la solución y se levantó rápidamente y sujetó el brazo de Hermione para impedirle abrir la puerta.
-No me vas a decir que solo por una tontería te voy a dejar de hablar después de años de amistad. Sabes Hermione, ya cada uno de nosotros estamos grandes como para no darnos cuenta de lo que pasa alrededor, diciendo esto me refiero a que desde hace ya tiempo se ve que se gustan, y no me lo puedes negar- agregó Harry al ver que Hermione abría la boca para decir algo en su defensa- y pues no te voy a decir que no le hables a Ron o que si lo hagas, son tus decisiones. Asunto olvidado, te gusta Ron y punto, respeto tu opinión- aunque por dentro Harry se moría por decirle que no, que olvidara a Ron y que se enfocara en él, que el la amaba o por lo menos eso creía.
-Gracias Harry, eres tan bueno y comprensivo conmigo- y dicho esto Hermione se lanzó al pecho de Harry y una silenciosa lagrima rodó por su cara. Harry no sabía que hacer pero la vocecita dentro de su cabeza le dijo: "Abrázala, pero que no pase de ahí". Y así lo hizo Harry.

… Harry corría lo más rápido que podía, le costaba creer que una niña, bueno, no era una niña, una jóven de su edad pudiera correr tan rápido y tanta distancia sin pararse a respirar siquiera. Harry veía su silueta a lo lejos que abría la puerta de la torre de Astronomía Avanzada, la más alta de todo Hogwarts. Cosa que le dio tiempo a Harry para alcanzarla un poco pero parecía que a ella no le importo y cerró la puerta en su cara. Harry estaba desesperado por entrar y después de varios intentos la abrió y la vio. Estaba hermosa. Llevaba un vestido beige. (nota: no se si han visto el video de Kylie Minogue de "Chocolate", si lo han visto es como el que usa ella mientras baila con el chavo con la mascara esa, pero obviamente modificado para que se vea bien en una chava así. Si alguien tiene una foto de ese vestido, una muestra o una buena descripción del vestido por favor envíenmela para poder ponerla en este capítulo, gracias) Llevaba un vestido beige que le hacía ver su figura escultural, su pelo negro con chinos ondeaba ligeramente debido al viento que azotaba en ella. Unos zapatos que con un toque ligero de tacón y tiras de tela para entrecruzarlas en las piernas estaban en el piso, de seguro que eran las que usaba con el vestido. Estaba de espaldas a Harry y a punto de tirarse, a punto de perder la vida. La puerta al abrirse hizo ruido lo que provoco que la jóven lo volteara a ver. Su cara denotaba tristeza.
-Adiós- dijo la jóven y se volteó para tirarse. Harry sintió tristeza, no sabía que hacer, como reaccionar, sentía como si su corazón se detuviera. La jóven extendió sus brazos y se dio un ligero impulso para saltar. Harry la vio caer lentamente…
-¡¡¡¡¡¡TÚ NO ENTIENDES POR LO QUE TENGO QUE PASAR DAVID!-interrumpió un grito de la señora Granger.
-Y TÚ SI ME COMPRENDES, ¿NO ALEXANDRA?-correspondía el señor Granger. Harry se dio cuenta que estaban muy enojados pero un sollozo interrumpió sus pensamientos. No lo pensó dos veces y saltó a abrir la puerta y ver quien era quien lloraba y vio a Hermione saliendo de uno de los cuartos rápidamente con ríos de lágrimas por sus mejillas.
-Hermione, ven, vamos.- le dijo Harry en voz baja pero audible para ella al ver que su amiga no sabía a donde dirigirse. Ella corrió al cuarto de Harry y cuando hubo entrado Harry cerró la puerta.
-Ya vez que no somos la familia ideal que aparentamos ser.- dijo Hermione sentándose en la cama.
-No digas eso Hermione, eso puede pasarle a cualquiera. Deja que se desahoguen, es normal-decía Harry tratando de animar a su amiga- No me haz enseñado bien por aquí, ¿qué tal si me llevas a un lugar interesante para pasear y no sé, a ver que hacemos?-
-Ay Harry, que tierno eres. Vamos, pero deja me baño, arreglo algo y nos vamos, ¿ok?- dijo Hermione ya mucho más calmada.
-Por supuesto.-dijo Harry y Hermione se levantó, le dedicó una sonrisa a Harry y salió del cuarto. Harry buscó que ponerse en su baúl, no sabía pero opto por ponerse un pantalón de mezclilla y una camisa de ¾ que se había comprado hace poco en una tienda por Privet Drive. Mientras se bañaba Harry pensaba en ese sueño, ¿quién era ella? ¿Por qué se tiraba? ¿Por qué el soñaba con ella si no la conocía? Todas esas preguntas no tenían respuesta… por ahora. Se vistió y arregló rápido y salió del cuarto para buscar a Hermione. Al parecer los papás de Hermione ya se habían tranquilizado por que vio por la puerta medio abierta que se abrazaban, en ese instante salió Hermione de su cuarto.
-¿Listo?- preguntó Hermione a lo que Harry asintió.-Pues vamonos.- y le hizo una seña a Harry para que la siguiera al piso de abajo. Estuvieron caminando bastante tiempo comentando de cosad muggles para no levantar sospecha hasta que llegaron a una gran plaza.
-Esta es la plaza, esta genial. Vamos.- dijo Hermione y jaló a Harry del brazo para que entraran. Harry vio que estaba enorme, llena de tiendas de ropa, zapaterías, bancos, joyerías, jugueterías, restaurantes, un cine y muchas, muchas pero muchas cosas más.
-Guau, de haber sabido traigo dinero mu…normal- corrigió Harry decepcionado de no haber traído su dinero.
-No te preocupes, ven, por aquí hay un cajero automático que hace transacciones de dinero mu…normal al má... otro.- y lo guío a una parte poco alejada y oculta. Era un cajero automático que a primera vista se veía grafiteado, descuidado, sucio y la maquina tenía un letrero de "no funciona" pero Harry de pronto vio que se convertía en un banco bastante amplio con varias personas de una lado a otro, algo así como Gringotts pero sin duendes, por que si algún muggle los veía por ahí de descuido iba a ser un gran lío. Era como un banco común y corriente pero tenía una escultura de un duende en el centro y algunas personas, que de seguro eran las que atendían, llevaban capas color azul marino que y una inscripción en la parte izquierda que decía
"Gringotts local".
-Esta afiliado a Gringotts, son como los cajeros automáticos (nta: obvio que no eran cajeros automáticos, estamos en el mundo de la magia) Ahora, a esperar nuestro turno.-dijo Hermione mientras se sentaba en una silla. Después de haber cambiado el dinero y Harry de haber escapado de la cajera que quería un autógrafo de Harry en la edición de "El Quisquilloso" en donde estaba la entrevista de Rita con Harry, a lo que Hermione le pidió que los atendiera y ya, cosa que no le pareció gustar a la cajera. Harry y Hermione fueron a varias tiendas de ropa, de regalos y cosas así. Hermione se compraba cada cosa que veía en las tiendas de ropa y Harry tan solo unas cuantas cosas por que ya la ropa le iba quedando chica pero eso no evitó que ambos salieran cargados de bolsas por doquier. Hermione exhausta le propuso que se sentaran a tomar un refresco o algo por el estilo.
-Estoy exhausta, he gastado la mayoría de mi dinero, pero deje bastante para la escuela. Toma, lo pedí de manzana.-dijo Hermione mientras le ofrecía un vaso de refresco a Harry y empezaba a tomar del suyo.
-Gracias, será mejor que nos vayamos ya para la casa a dejar todo esto-dijo Harry mientras señalaba los montoneríos de bolsas, a lo que Hermione asintió y agarró las bolsas que quedaban por que Harry agarró las más que pudo, incluyendo varias de las de Hermione. Iban por salir de la plaza cuando una voz los interrumpió.
-Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí? Parece que la sangre sucia y el cara rajada hacen pareja, pobre comadreja, se va a quedar sola.-dijo esa voz tan odiosa que Harry había odiado durante esos 5 años en el Colegio.
-Cállate huroncito o te juro que te empiezo a pegar con todas las ganas que tengo.-dijo Hermione mientras se volteaba con los puños cerrados enseñándoselos a Malfoy.
-Uyuyuy-dijo Malfoy con tono burlón y acercándose a Hermione y diciéndole en un susurro que solo ella y Harry pudieron escuchar:
-Mejor me los reservas para la cama muñeca.-
-Maldito Malfoy, te arrepentirás de haber dicho eso-dijo Harry mientras dejaba las bolsas en el piso pero Hermione lo retuvo de un brazo y al parecer estaba enojada y mucho pero al parecer tenía un "as" bajo la manga
-¿Y que haces aquí en un lugar muggle, eh? No vienes con nadie al parecer…y tu padre, ¿cómo le sienta Azkaban? Ah, y los vientos dicen que tus gorilas ya son mortífagos oficialmente y enseguida…al bote (Azkaban), ¿no te da miedo huroncito? No vaya ser que de repente te lleven a Azkaban con tus "amiguitos" por que yo sé que tú fuiste el culpable de su muerte, tú sabes de qué hablo. Déjame decirte que me faltan pocas pruebas para dárselas al exponente y cuando las lean y vean los que hiciste, serás sentenciado sin más ni menos.-dijo Hermione lo más rápido que pudo y con una sonrisa de satisfacción en la cara al ver que Malfoy se ponía más pálido de lo debido. A Harry le hubiera encantado que Ron estuviera ahí para ver su cara.
-Mira Granger, no metas tus narices donde no te importa por que en una de esas vas a ver lo que puede pasar.-dijo Malfoy bajando la voz en tono de amenaza pero Hermione seguía como siempre con su sonrisa de satisfacción.
-Draco, vámonos ya, nos están esperando.-dijo detrás de Malfoy Narcisa, su madre. Como simpre tenía su cara fina pero horrible. Al parecer estaba ansiosa de algo.
-Nos vemos sangre sucia, Pipi Potter.- y se alejó riendo hacia su madre.
-Maldito Malfoy, te juro que en una de esas le lanzo el Cruciatus.-dijo Harry con ira contenida en su voz.
-No vale la pena Harry, ya verás cuando termine de reunir las pruebas, verás que lo llevaran al bote de inmediato.-dijo Hermione tranquila mientras salían de la plaza. Harry le iba a preguntar de que hablaba pero algo lo retuvo…
-Mi señor, ya están los mortífagos listos, están en puntos estratégicos para no causar gran cosa.-dijo una voz femenina muy conocida.
-Muy bien-dijo esa voz fría que no hace mucho que Harry la escuchaba. Voldemort parecía que se adentraba en su ser, sus ojos se tornaron negros completamente y dijo: "¡YA!"…
-¡Harry! ¡Corre!-dijo Hermione mientras Harry veía cientos de mortífagos salir de todos lugares, en la plaza, en la calle y de algunos locales por el rumbo. Harry corrió lo más que podía, veía delante de él a Hermione que lo tomó del brazo. Se escondían de los mortífagos en una que otra esquina pero cuando los perdían de vista seguían corriendo. Era terrible, salían de la nada y cientos de muggles corrían por las calles. Hechizos, maldiciones imperdonables, conjuros se escuchaban de un lado a otro. Harry se maldecía por no haber llevado su varita. Con mucho esfuerzo llegaron a la casa de Hermione en la que estaba la puerta abierta.
-¡NO! NO PUEDE SER, MIS PAPÁS NO.-gritó Hermione al ver la puerta abierta. Harry la empujó adentro de la casa para ver si estaban o no, Harry tenía miedo de ver sus cuerpos tendidos en el piso pero no fue así. Los señores Granger cargaban maletas y se las iban pasando a Lupin y a Kingsley.
-Harry, Hermione, sus cosas AHORA. Solo lo más importante. No hay tiempo para explicaciones. VAMOS, VAMOS, VAMOS-dijo Lupin mientras recibía unas maletas de la señora Granger. Harry subió las escaleras sin pensarlo dos veces. Metió las pocas cosas que tenía fuera a su baúl. Hedwig no estaba en su jaula así que lo único que tuvo que hacer fue llevarse la jaula. Bajó con su baúl y jaula y vio que los señores Granger estaban junto a Hermione, Kingseley y Lupin y cada uno tenía una maleta.
-Vamos Harry, apresurate.-dijo Kingsley mientras le abría espacio en el círculo que habían formado. Todos tocaban una lata de refresco vieja así que Harry los imitó mientras que con una mano tenía su baúl y la jaula.
-No ha de faltar mucho, 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1…-dijo Lupin pero Harry ya no escuchó lo demás pues sentía que sus pies abandonaban el piso y todo se movía alrededor. Tocó el piso y vio que habían llegado a donde había dejado su felicidad de tener a un pariente cerca, a donde sus ilusiones de vivir con una familia se habían quedado, a el lugar testigo del engaño de Kreacher, a Grimmauld Place.