Capítulo 10

Harry iba caminando enfrente de la puerta de la sala de los Misterios junto con el señor Weasley, Tonks, Kingsley y Lupin. Se le hizo un nudo en la garganta al recordar que en el velo estaba Sirius y sintió un impulso por ir corriendo a rescatarlo pero al parecer Remus se dio cuenta y le sujeto el brazo firmemente. Llegaron a la sala del año pasado donde se hizo su juicio por usar magia. Harry pensaba que Dumbledore iba a estar sentado en medio debido a que ya le habían devuelto su lugar en el Wizengamont pero tal fue su sorpresa al ver a Fudge ahí. Dumbledore se les acercó con una sonrisa en la cara.
-Esta si la ganamos.- dijo alegremente.
-¿Profesor? ¿No que le habían devuelto su lugar en el Wizengamont?- preguntó Harry
-Así es, pero como me voy a presentar de defensa del acusado no puedo tomar lugar en el veredicto.- dijo simplemente y los invitó a sentarse. Ya todo estaba listo al parecer, llegaron unos aurores a Colagusano arrastrándose por el piso lloriqueando y diciendo que no era su culpa. Todo fue exactamente como el año pasado con el nombramiento de las personas que se encontraban ahí y demás. Percy seguía con Fudge y tenía una mirada de gran tristeza que hasta le dio pena a Harry y Umbridge ya no estaba ahí sino una señora de aspecto amable e inteligente y que según escucho Harry se llamaba Christen Nagien.
-Bien. ¿Hay algún testigo en defensa del acusado?- preguntó Fudge.
-No señor pero el testimonio escrito por los testigos muggles el día de su supuesta muerte están en ese folder señor.- dijo la señora
-Perfecto- dijo Fudge y le dio una hojeada al folder que estaba enfrente de él. –Los testigos en su contra favor de hablar conforme se valla mencionando. Remus J. Lupin.- y Remus se levantó de la silla colocándose enfrente del "jurado". Fudge le pidió que hablara y así lo hizo Lupin. Contó exactamente lo que había pasado en la Casa de los Gritos en tercero solo que modificó algunas cosas: Harry, Ron y Hermione habían encontrado el camino para allá de pura casualidad y como Lupin sospecho los siguió y se encontró con que Sirius estaba sentado con ellos apuntándole y fue cuando se dieron cuenta de la verdad. Harry agradeció que Remus hubiera sido el primero por que si no valla lío que tendrían. Remus también dijo que eran mejores amigos y demás pero no parecían muy convencidos los del Wizengamont.
-De acuerdo. Sigamos con Harry J. Potter –dijo Fudge y Harry se tambaleó un poco al ponerse frente a todos para dar su testimonio. Afirmo la versión de Remus y dijo que como no tenían pruebas para liberar a Sirius debido a que se escapó Colagusano, no se fue a vivir con él ni nada pero que mantenían un cierto contacto vía lechuza pero que él nunca le decía donde estaba.
-O sea que desobedeciste al Ministerio y no nos dijiste donde estaba. –dijo Fudge tratando de parecer enojado pero no lo logró.
-Pues le repito que no me decía donde estaba y eso sería inculparlo mientras que él es inocente. –Dijo Harry nerviosamente y finalizó diciendo lo buen padrino que era. El Wizengamont parecía cada vez más convencido y los tuvieron en las manos con la declaración de Dumbledore diciendo que Sirius había ido a su oficina el día de la Casa de los Gritos declarando su inocencia y que en esos momentos Peter todavía estaba como humano y que él lo vio solo unos segundos y que después desapareció como rata. Al parecer el Wizengamont estaba ya seguro de su inocencia y todo encajaba, la traición de Colagusano, la verdad de que él no mató a los muggles y demás.
-Bien, pues... ¿el acusado no tiene nada que decir? –Preguntó Fudge a Peter a lo que el tan solo movió la cabeza negativamente y se puso a llorar como nunca antes. –Discúlpenos unos minutos en lo que discutimos el veredicto. –Y todos se pusieron a murmurar cosas y demás. Esos fueron los minutos más largos de la vida de Harry. Solo fueron cinco pero duraron como una hora para él. Tonks, Kingsley y el señor Weasley al parecer tan solo estaban para hacerle guardia a Harry pues estaban en una esquina murmurando entre sí. Remus estaba mirando a Colagusano con una furia incontenible y este le respondía al parecer murmurando cosas como "yo no quería" o "lo siento, por favor Lunático" pero él hacía caso omiso a sus peticiones. Pero Dumbledore era el más tranquilo de todos ahí, solo jugueteaba con sus dedos y tenía una gran sonrisa. Los murmullos cesaron y la tensión entró una vez más.
-Los que estén en contra de la liberación de Sirius Black y a favor de la inocencia de Peter Pettigrew favor de levantar la mano. –Dijo Fudge y solo dos que tres lo hicieron.
-Los que estén a favor de la liberación de Sirius Black y en contra de la inocencia de Peter Pettigrew favor de levantar la mano –y la mayoría incluyendo al propio Fudge levantaron la mano. Fue uno de los momentos más felices de la vida de Harry pero a la vez de gran tristeza de no tener a Sirius ahí cerca.
-Sirius Black es declarado inocente y Peter Pettigrew culpable. Aurores, llévenselo. -Y dicho esto los aurores se llevaron a un Colagusano que solo chillaba y gritaba su inocencia "Remus, no quería" "Por favor, él me obligó" pero sus excusas se las gritó al viento. Fudge declaró terminada la sesión y todos se fueron, de hecho el primero en salir fue Percy que Harry alcanzó a ver derramaba una lágrima al ver a su padre.
-Listo, Sirius es libre. –dijo Dumbledore cuando todos hubieran salido excepto Harry, Remus, Kingsley, Tonks, el señor Weasley y él.
-Pero... ya no sirve de nada. –dijo Harry con mucha tristeza y salió corriendo a la puerta de la sala de Misterios. Escuchó que Remus llegaba tras de él y le sujetaba los hombros impidiéndole abrir la puerta.
-Yo también lo extraño y no sabes cuanto Harry, pero... hay que aceptarlo. –Harry lo volteó a ver y vio que dos gruesas lágrimas rodaban por sus mejillas.

Harry llegó junto con Remus, Kingsley y Tonks a Grimmauld donde todos lo primero que preguntaron fue "¿qué paso? Y Remus les decía todo a detalle. Cuando hubo terminado él y Ron subieron a su habitación que compartían.
-Bueno pues por lo menos ya es libre y no lo recordaran como a un culpable. –dijo Ron con cierta cautela en su voz para no enfadar a Harry pero él no quería recordarlo así que cambió de tema.
-Oye, ¿qué era lo que me querías contar que era de ti? Me lo decías en la carta. –Preguntó Harry a lo que Ron se puso rojo como su cabello.
-Pues... verás... es que... me gusta Hermione... y... no sé sí decirselo... o no. Necesito que me ayudes amigo. –dijo Ron poniéndose muchisimo más rojo de lo que estaba y las dudas de Harry quedaron disipadas.