Capítulo 10:

Hermione siguió a McGonagall por los pasillos en silencio. Claramente algo malo había pasado y Hermione se temía lo peor, en verdad, estaba lista para lo más malo del mundo, aunque poco a poco empezó a creer que estaba llorando sin razón.

Al entrar al despacho de la profesora, se sentó mirando el suelo hasta que se encontró con los ojos de confusión y pena por parte de la profesora.

- Pero señorita Granger...¿Por qué está llorando? – le preguntó muy curiosa y confundida la profesora.

- Es que...bueno, de seguro a mi padre le pasó algo malo...No me lo oculte más profesora, quiero saber qué pasó – dijo la chica secándose algunas lágrimas con la manga de la túnica.

- Bueno, sus padres no podrán ir a recogerla a la estación King Cross cuando llegué, pero su primo Justin la esperará allá – dijo sonriente la profesora y con una voz tranquilizadora.

Hermione se quedó algo avergonzada por haber pensado en algo trágico, incluso que sus padres habían muerto, pero no era una mala noticia...Aunque era extraño eso de que sus padres no la podían ir a recibir su llegada.

- Pero...¿cómo que no podrán ir? – inquirió la chica algo triste, pero enojada a la vez. Sus padres, a los que pocas veces veía por su trabajo no irían a recibir a su hija.

- Por lo que me informaron, ellos tienen una de esas reuniones entre...las personas que ejercen la profesión de tus padres...

- Dentistas – corrigió Hermione.

- Sí, eso...ellos asistirán a una reunión de dentistas y te verán el sábado en la mañana en la casa de tus primos para el funeral.

- Ah, bueno...Gracias profesora- respondió la chica triste. En vacaciones pocas veces pasaba con sus padres por su trabajo y ahora que tenía una pequeña esperanza de verlos se esfumó.

- Bien, espero que le vaya bien pasado mañana. Adiós – se despidió la profesora y la chica emprendió camino a su sala común.

Todos estaban preocupadísimos por lo que pasó en la sala común con McGonagall. Muchos se le acercaron a preguntarle que sucedió con sus padres y Hermione respondió a todas las preguntas haciendo ver que la chica exageró en eso de llorar, pero algunos le dieron el pésame a Hermione por el fallecimiento de su abuela.

- Vaya, una verdadera lástima amiga... – dijo Ginny algo triste por Hermione.

- Es verdad – comentó Harry mientras volvía a hacer unos deberes de Astronomía.

- Lo siento por ti Hermione – dijo después de un rato Ron.

En verdad Hermione extrañaba ver esos ojos azules observándola y que antes reflejaban alegría y despreocupación, pero en estos últimos días esos ojos evitaban mirarla y su mirada era de pena, sufrimiento y mucho agobio por parte del chico.

- No te preocupes, todo va a estar bien. Creo que iré a arreglar un bolso con mis cosas para irme el viernes, ya que mañana no tendré tiempo con los deberes, Nos vemos chicos- se despidió Hermione y fue rápidamente escaleras arriba.

"Querido Diario:

¡No puedo seguir con esto! Cuando Ron me habló después de contarle que mis padres no me recibirían en King Cross casi me dan ganas de llorar y abalanzarme en sus brazos a llorar y besarlo, pero eso es imposible.

¿Cómo pude llegar a hacer estas cosas tan crueles¿Cómo pude llegar a pensar en hacer sufrir a Ron de tal forma? Me siento mal, muy mal...Soy tan cruel con él, debería de hablarle, dejar de ser tan amable con Malfoy, desearle felicidad para que esté con Luna, de verdad quiero verlo feliz" escribía Hermione mientras derramaba unas lágrimas en la hoja del diario haciendo que la tinta se tornara borrosa y ya no se leía claramente lo que decía.

Así pasó la noche, en donde ningún ruido se escuchó en la sala común, sólo el crepitar de las llamas y llegada la mañana la chica de cabellos castaños se levantó de su cama, se bañó, se puso un cintillo en su cabello, ordenó su mochila y bajó.

- Hola – saludó Hermione a Seamus y Neville.

- Hola Hermione – dijo Seamus.

- Queremos hablar algo contigo – objetó inmediatamente Neville.

- De acuerdo – dijo la chica y se acomodó en un sillón para escuchar a sus compañeros.

- Hemos notado que Ron está muy triste y no duerme mucho en las noches... – dijo Neville sentándose al lado de la chica.

- Y nos preocupa, porque está como...ausente del resto de nosotros. No nos habla y no come normalmente, se despierta temprano y vuelve tarde a dormir – agregó Seamus imitando a su amigo.

- ¿En serio? – preguntó preocupada Hermione por la actitud de su amigo en esta semana.

- Así es y es claro que la razón eres tú. Por favor Hermione habla con él, en serio no te estaríamos pidiendo esto si no nos diera pena verlo de esta forma – le suplicó con una voz preocupada Neville.

- Nos preocupamos por él – dijo en el mismo tono Seamus.

- Trataré de hablar con él – les respondió Hermione y al decir esto Harry con Ron venían bajando las escaleras.

Harry venía bastante contento y limpiando sus anteojos mientras baja cada peldaño de la escalera y Ron venía muy triste, con una mirada puesta en el piso y con unas ojeras terribles.

- Hola a todos – saludó Harry después de ponerse los lentes y hacer un gesto con la mano.

- Buenos días – dijo Hermione y se levantó a besar en la mejilla a Harry y a Ron también.

Ron se sorprendió por el beso, ya que en días Hermione ni le dirigía la mirada y por su parte Harry vio que tal vez iban a hacer las pases entre ellos.

- Necesito hablar contigo... – dijo la chica y agarró de la mano al pelirrojo y se dirigió al agujero de la señora gorda – Nos vemos abajo Harry. Adiós Neville, Seamus.

El pelirrojo no tenía ni la más mínima idea de donde lo llevaba Hermione, estaba algo desconcertado con su actitud este día, pero una ligera sonrisa se asomó en su rostro al ver que por lo menos su amiga quería hablar con él.

Caminaron por los pasillos, bajaron las escaleras, llegaron a la planta baja del castillo, atravesaron las grandes puertas de roble, llegaron a los jardines y se detuvieron en un árbol inmenso que estaba cerca de la cabaña de Hagrid.

- Bien... – comenzó a decir la chica después de suspirar y dejó de mirar el suelo y se encontró con aquellos hermosos ojos azules que la miraban con ansiedad, tristeza y un apequeña luz de esperanza.

- ¿Qué pasa Hermione? Creí que no me volverías a dirigir la palabra nunca más en tu vida – comentó el chico al ver que le era difícil a su amiga comenzar a conversar.

- Sí, yo también tenía planeado eso, pero creo que no puedo...Ron, Neville y Seamus me dijeron de tu extraño comportamiento ¿qué te pasa? – le preguntó la chica bastante preocupada.

- No sé – respondió el chico después de una lucha mental en su interior en decirle que era por ella.

- Ron, me preocupas. Lo siento si he sido muy indiferente contigo...tenía mis razones, pero no quiero verte de esa forma Ronald – Hermione puso su mano en la mejilla del chico.

"Me encantaría decirte que ese beso no significó nada para mi, que todo fue un mal entendido y decirte lo que siento" pensaba en esos mismos instantes Ron "tu mano es tan suave, me dan ganas de responderte con una gran sonrisa y abrazarte, en verdad parece un ángel, es tan bella y la sinceridad en sus ojos en inmensa"

- No te preocupes, pero me alegra que por fin me hayas dirigido la palabra

- ¿Cómo no me voy a preocupar?, eres mi amigo... – "amigo" al decir esa palabra sentía una punzada en su corazón.

- En serio – dijo el chico y abrazó a su amiga realmente contento con saber que por lo menos ella se preocupaba por él, aunque la palabra "amigo" no le gustaba oírla.

Hermione sonrió a su amigo y decidieron que era mejor ir a desayunar, así volvieron a hablarse, a mirarse y a darse cuanta cada uno que necesitaba del otro para tener una gran felicidad y satisfacción en su vida.

Harry se alegró por sus amigos, ahora podían ir los tres a todos lados, conversando, riendo, peleando, estudiando, caminando, muchas cosas en las que eran contentos.

Así llegó el viernes y con este día, al atardecer, Hermione tiene que subirse en un carruaje, volver a subirse en el Expreso de Hogwarts y volver a su hogar para encontrarse con su primo Justin.

Las horas pasaban y pasaban, haciendo que la partida de la chica se viera cada vez más cercana hasta que sólo quedará una hora para que Hermione se fuera del castillo.

- ...y encuentro que te ves bastante bien, además no tienes que usar túnicas como nosotros – se escuchaba la voz de Ginny mientras bajaba con Hermione a la sala común para pasar un rato con Harry y Ron.

- Pero me siento extraña andando con esto en Hogwarts, todos con colores negros y yo parezco el arco iris de los duendes, sólo falta que después me vengan preguntando dónde está su caldero con oro – le respondió Hermione, pero era una Hermione que nunca habían visto los chicos.

Cuando Ron vio como estaba de arreglada Hermione casi se le cae la baba y para qué mentir, también a Harry, pues su amiga estaba muy linda. Estaba con la falda de jeans que le regaló Parvati para su cumpleaños, una polera sin mangas de color morado, con una chaqueta de jeans, unas zapatillas y su cabello estaba amarrado en un tomate.

- ¿Llevas todo lo que necesitas? – le preguntó Ginny al llegar al lado de los chicos.

- Que sí¿cuántas veces te lo tendré que repetir?

- Te ves muy bien – le dijo Harry.

- Gracias, este verano me compré ropa nueva, pero como no pasé las vacaciones con ustedes no pudieron verme con ella puesta – sonrió la chica.

- Es verdad, te ves preciosa – le dijo Ron, acordándose que ese verano no lo habían pasado juntos y se decepcionó mucho al saber que su amiga no la vería hasta encontrarse en la estación 9 ¾.

Conversaron toda esa hora hasta que la profesora McGonagall fue a buscarla, porque ya era la hora de irse.

Sus tres amigos la acompañaron hasta la entrada del castillo y se despidieron de su amiga.

- Espero que te vaya bien mañana Harry con Josephine y no hagas ninguna tontería en la cita – le dijo Hermione mientras se despedía del chico.

- Lo sé, gracias, que estés bien, Adiós.

- Adiós amiga, cuídate – le dijo Ginny.

- Que te vaya bien, cuídate, adiós – se despidió Ron.

- Ojalá tú me extrañes Ron, porque yo lo haré... – le susurró la chica y se fue, dejando a Ron sorprendido, con el corazón acelerado y con una gran sonrisa en su rostro.


Notas de la autora: Hola!! Lo siento x este capi tan corto y tan poco relevante en la historia, en verdad no pasa nada muy interesante, pero ya verán que este capítulo tan aburrido tiene su explicación en el otro, xq si q sucederán cosas...

Bien, muchos me han preguntado por el humor en el ff...Mmm...veamos esperen algunos capítulos más xq tendré una sorpresa x ahí a los amantes d la pareja H/Hr, pero q quede claro que yo soy SIEMPRE R/Hr vale?, ya verán q todas las locuras q escribo tienen su porqué.

Bien, espero q leer este capi no haya sido una perdida d tiempo y q estén súper bien en estos últimos días del año.

Besos,

Sirenita