Capítulo 23:

Al día siguiente Ron bajó con Harry a desayunar. Al llegar a la mesa se encontraron que Hermione ya estaba allí, leyendo "El Profeta" y con la otra mano sostenía una taza de café. Los dos chicos soñolientos se sentaron, saludaron a la chica y ella les devolvió el saludo, y empezaron a servirse el desayuno...No hablaron nada, lo único que se escuchaba eran las hojas del diario mientras Hermione leía, luego de que pasaran unos cinco minutos llegaron Lavander y Parvati.

- Lo siento, tengo que ir a buscar unos libros a la biblioteca y estudiar para Aritmeticia – se excusó la castaña con las chicas que la habían invitado a ir con ellas al pueblo.

- Aburrida... – le contestó Lavander.

- Lo que soy es preocupada, porque me interesa pasar de curso...y de mi futuro – dijo en un tono amable y siguió bebiendo de su taza de café.

Luego tenían que ir a Encantamientos, luego de pasar allí unas dos horas, nuestros amigos fueron a Transformaciones, Defensa Contra las Artes Oscuras, Herbología... Hasta que llegó la hora de almuerzo y por fin podrían dirigirse otra palabra que no estuviera relacionada con clases.

- ¿Qué les pasa? – preguntó Hermione sentándose y sirviéndose una presa de pollo.

- ¿A qué te refieres? – preguntó Harry confuso.

- No me van a decir que estar con una cara de amargados y no reírse en clases es estar normal para ustedes...Ya, díganme...

- Lo que pasa es que no dormí – contestó Ron – Seamus nos preparó una linda sorpresa...

- ¿Cuál?

- Polvo pica-pica en nuestras sábanas...Ahora entenderás que no hemos dormir nada – espetó Harry.

- Pues...si se sienten tan mal podrían ir a dormir, porque las clases que nos faltan son sólo Pociones en la tarde... – luego Hermione comenzó a reír de nuevo.

Y en esos momentos Ginny llegó a donde se encontraban y se sentó con desgana. Se sirvió jugo y se tomó lentamente el contenido, daba la apariencia de una borracha o algo así. Hermione miró a sus tres amigos confundida.

- Todos están así, con una cara insufrible que no puedo vérselas...¿Qué te pasó a ti Ginny? – le preguntó a la pelirroja que miraba a los dos chicos.

- Snape dará clases y yo no estaré, porque les dará a los de séptimo solamente y yo quería verlo... – respondió enojada y decepcionada, Hermione se rió.

- Genial, pero no te desanimes, ya lo has visto y sabes como está...Y ustedes dos vayan a dormir si no tienen nada más que comer, tienen que estar presentables y no pueden andar tan cansados – les ordenó Hermione y después de unos minutos Harry y Ron subieron a dormir.

Iban a descansar unas pocas horas para poder ir a la clase de Pociones y adquirir tan importantes y sabios conocimientos del arte de preparar pociones y...bla, bla, bla...¿A quién engañaban? Iban a dormir para estar con la disposición de reírse hasta morirse de Snape con el pelo rosa a lo Tonks.

Las horas pasaban y pasaban. La biblioteca estaba vacía, sólo estaba ella leyendo un libro de elementos mágicos y sentía frío. Ya no había sol, las nubes iban cubriendo el extenso cielo y hacía tanto frío que tampoco había lluvia. Los cristales de los vidrios iban empañándose por la baja temperatura que había afuera y el calor acogedor de la biblioteca.

"Querido Diario:

Creo que anoche Ron no estuvo con Luna, me mintió. Él desapareció como una hora y es extraño que se haya puesto así de nervioso al contestarme, y cuando lo hace es que me oculta algo. Fue a algún lado...pero ¿cuál? Fui a todos los salones y lugares del castillo y nada, no podría haber estado en el castillo, porque revisé todas las salas...Esto es extraño.

Quiero que llegue Navidad, algo me dice que dentro de los dos meses que quedan va a ocurrir algo muy bueno y emocionante. También se acerca Hallowen... Siempre en esa fecha pasa algo fuera de lo normal..." no pudo continuar escribiendo, porque escuchó unos ruidos extraños detrás de un librero.

Se levantó con cautela y en silencio de su asiento y se dirigió de donde provenían esos ruidos. Era la voz de una chica y de un chico...Dio vuelta y faltaban dos pasos para llegar al pasillo en donde provenían esas voces y ruidos. Los acortó fácilmente y al dar vuelta a la izquierda se encontró con lo peor que en su vida haya podido ver. Eran...

oooooooooo

Ya estaban sentados en el aula de Pociones, en las mazmorras. Harry y Ron habían recuperado su ánimo normal y le habían agradecido a Hermione por obligarlos a ir a dormir, pero la chica ya no estaba como en el almuerzo radiante de felicidad y energía, vieron a una Hermione triste y desganada. Los dos chicos se miraron confundidos y trataron de preguntarle a su amiga que le pasaba, pero ella no contestaba, tenía la vista fija en la puerta.

- Granger, Potter y Weasley...mis amigos del alma – saludó Malfoy al llegar y se acercó a donde se encontraban ellos.

- Ya se me arruinó el día¿verdad Harry? – preguntó Ron.

- Por supuesto, el día es un asco al lado de él... – señaló con desagrado a Malfoy.

- Que graciosos, eso me pasa a mí al verles sus caras... – y miró fijamente a cada uno, pero Hermione tenía la vista puesta en Malfoy.

Su mirada profunda hacía que Malfoy comenzara a sentir miedo. Hermione lo miraba con odio y resentimiento.

-¿Por qué me miras así Granger? – preguntó enojado, pero a la vez nervioso Malfoy.

-Tú lo sabes Malfoy... – respondió la chica y sus amigos fruncieron el ceño al escuchar la respuesta de su amiga.

- No tengo idea... – comentó el Slytherin.

- ¡Eres un asqueroso, pervertido, infame! – gritó Hermione.

Harry y Ron fueron los únicos que escucharon esto, porque todos conversaban del pelo de Snape y no estaban pendientes de esta "amable" conversación. Los dos chicos se pararon y se pusieron frente a su amiga.

- ¿Por qué dijiste eso? – preguntó Harry curioso.

- Porque es verdad...Apuesto que hubieras echo con ella lo que quisieras¿verdad Malfoy? Si no quieres que le diga a ellos entonces no nos molestes ¿entiendes? Sino puedo decirle a todo Hogwarts que has hecho... – dicho esto Malfoy se alejó de ellos y se fue con Pansy.

- Hermione...¿Qué pasó¿Qué hizo Malfoy? – le preguntó Ron.

- No puedo decirles, sólo que fue algo muy malo... – respondió la chica calmándose.

No pudieron seguir conversando, porque se abrió la puerta y entró el profesor de Pociones, Severus Snape. Estaba vestido de negro como siempre, con la misma cara de amargura y asco que en todos los años lo habían visto, pero su pelo negro y grasiento era rosa chicle. Todos empezaron a reírse con ganas, pero los que más lo hacían eran los de Gryffindor.

Harry comenzó a llorar de la risa y se afirmó el estómago del dolor que sentí por las carcajadas que daba. Ron comenzó a patear el suelo ya llorar señalando el pelo de su querido profesor y Hermione reía a boca suelta moviendo la cabeza de un lado a otro.

- ¡Ya basta de reírse! – gritó Snape y poco a poco las risas fueron extinguiéndose, aunque en los labios de los estudiantes se reflejaban grandes sonrisas – Lo siento por no haberme presentado ayer, pero tuve el imprevisto de este...pelo color rosa; alguien preparó esta poción y parece quien lo hizo sabía muy bien que no se puede quitar el efecto hasta 48 horas...Así que pronto sabré quien es el culpable y allí tendrá el castigo que se merece. Bien...hoy veremos... – y empezó la clase, aunque nadie puso atención, sólo se reían despacio del pelo se su amable y amado profesor.

Ya estaban en la sala común todos, algunos ya se iban a dormir y los tres amigos quedaron conversando cerca del fuego. De pronto se abrió el agujero de la Dama Gorda y Ginny Weasley entró pálida y con sus ojos rojos, de seguro por haber llorado.

- Gin¿qué te pasó? – le preguntó muy preocupado su hermano.

- No te importa, gracias...Hermione... – dijo la chica tímidamente y la castaña se dio vuelta para verla – Discúlpame...yo...lo siento de verdad – le dijo la pelirroja.

- ¿Qué pasó entre ustedes dos? – preguntó Harry sin entender nada.

- No te voy a disculpar, me lo hubieras dicho...y con...él...No, yo siempre te cuento todas mis cosas, creí que eras mi amiga, pero vaya que amiga tengo...No me cuanta absolutamente nada de lo que le pasa – contestó con los ojos llorosos la castaña.

Harry y Ron se miraron desconcertados, porque ellas nunca habían peleado ni tampoco han tenido una diferencia de opinión y que ahora estén así...

- ¿O sea que tu valoras la amistad por contarse los malditos secretos? – le preguntó enojada Ginny – Si eso es para ti la amistad no sé si necesito amigas como tú...

Los dos chicos sabían que Ginny había dicho unas palabras muy fuertes e hirientes...Hermione se dio vuelta y se quedó unos momentos de espaldas, luego comenzó a irse camino a las escaleras.

- Así que eso es...Está bien Ginny Weasley, disfruta de tu maldito futuro y que seas feliz...Nunca seremos amigas¿entiendes¡Nunca! – gritó con unas lágrimas rodando por sus mejillas y subió corriendo.

Los dos chicos se acercaron a la pelirroja confundidos y tímidamente Harry la tomó por el hombro y la dio vuelta. En su rostro habían dos enormes lágrimas.

- Soy una idiota...¿Por qué le habré dicho eso? – se preguntó Ginny y abrazó a Harry y este trató de calmarla.

Ron veía las escaleras, sabiendo que de verdad esas palabras de su hermana hirieron a la castaña...


Notas de la autora: Este capítulo fue como... un conector. No pasa nada relevante, independientemente del hecho de que Ginny estaba besándose con Draco. Así que lamento haberlos decepcionado.

Pero ya saben! En el próximo capítulo vendrá lo que muchos quieren. ¿Qué le habrá dejado Hermione a Ron de regalo de Navidad?

Espero sus reviews,

Sirenita