2 ¿Y mi Dinero?
Yugi fue el primero en romper el hielo.
Bueno, y...¿qué quieres hacer?-le preguntó algo nervioso a Shadow.
Mmmh...-su estómago hizo algunos ruidos extraños-. ¡Ups! Lo siento, de verdad. Estoy muriéndome de hambre...¿Te apetece un helado?
¡Claro!-aceptó Yugi recordando que no había desayunado, y empezó a hurgar disimuladamente en los bolsillos de su chaqueta-. Pero...-se sonrojó un poco: No tenía un centavo para pagar su comida, pero no quería pedirle a Shadow que pagara su cuenta-. Supongo que no tengo mucha hambre-dijo avergonzado.
De acuerdo-dijo Shadow dándose cuenta de lo que pasaba, y tratando de idear un plan para no hacerlo sentir peor-. Vamos.
Si-dijo Yugi todavía algo rojo y con hambre, pero tratando de disimular.
Fueron a un pequeño restaurante donde vendían muchos postres, pero el helado era su especialidad.
Se sentaron en una mesita para dos, y un chico llegó a su mesa a tomar su orden.
¿Qué van a comer?-les preguntó.
Dos banana split; las más grandes que tenga, por favor-dijo Shadow mirando a Yugi de reojo.
¿DOS!-le preguntó Yugi a Shadow cuando el chico se había ido-. Pero ya te dije que yo no...
Me muero de hambre-dijo Shadow encogiéndose de hombros.
Aquí están sus helados-el chico había regresado trayendo dos helados gigantes, casi del tamaño de una gran sandía partida a la mitad. Shadow pagó y miró los helados.
Mmmh...Creo que no podré terminármelos...Son muy grandes...-dijo Shadow mirando a Yugi con una sonrisa-. ¿Podrías ayudarme con uno?
Creí que estabas hambrienta-dijo Yugi extrañado-. Además, a mi ya se me quitó el hambre...
Si, pero estos helados son muy grandes, y sólo podré con uno...Además, tu estómago te está delatando-dijo Shadow al escuchar los ruidos que hacía el estómago de Yugi-. ¿Entonces, qué dices¿Me ayudarás?
Yugi asintió con la cabeza.
Gracias, Shadow.
Ambos empezaron a comer su helado mientras platicaban sobre sus amistades, sus recuerdos, y sobre todas sus aventuras.
A Yugi le agradaba la chica; era hermosa, agradable, y al parecer una gran duelista. Además, tenía un curioso artefacto del que Yugi no se había percatado antes. Salió el sol, y por una ventanilla que había cerca de su lugar, le dio directamente a Shadow, lo que hacía que su largo y negro cabello brillara intensamente, lo que la hacía ver realmente hermosa; pero, de repente, un brillo salió de su mano izquierda, lo que despertó la atención de Yugi; y entonces lo vio: Shadow tenía puesto un reluciente anillo de milenio, ya que en la parte superior tenía el símbolo del milenio.
Oye, Shadow¿qué es eso?-le preguntó Yugi a su nueva amiga.
Mmmh...No lo sé...-dijo Shadow pensativa-. Es un bonito anillo, pero no sé qué tenga de especial, además de que me lo regaló mi madre...
Yugi negó con la cabeza.
Es más que eso-le informó Yugi-. Es el octavo artículo del milenio, y debe tener algún poder especial...¿No sabes cómo activarlo?
Shadow negó con la cabeza.
¿Me dejas verlo?-le preguntó Yugi con curiosidad.
¡Claro!-respondió Shadow, y le tendió la mano del anillo y Yugi se la tomó con algo de timidez, y se puso a observar el anillo con más detenimiento.
En eso, ambos voltearon hacia la puerta del restaurante, que se había abierto. Yugi se puso rojo y Shadow sólo sonrió. Allí estaba, parada frente a la puerta, una chica de cabello castaño, de tez blanca y ojos cafés, mirando boquiabierta de Yugi tomado de la mano de Shadow a la chica de cabello oscuro...
