Este es mi primer fic de Shaman King, lo pensé después de ver lo que parece ser un Doujin o como se escriba de esta serie, de hecho me asombró porque ni siquiera recuerdo dónde lo encontré pero lo importante es que me inspiró para esta liadísima pareja (en mi opinión) Si no les gusta mi fic se aguantan (Qué mandona soy no?) Bueno dejando todo esto en claro vamos al Discramer

Discramer: Nada, absolutamente nada de Shaman King es mío, solamente lo uso como un medio de entretenimiento, tampoco recibo algún lucro por él, de hecho lo único que recibo son castigos por pasar tanto tiempo frente a la computadora. El fic es clasificación R, contiene Yaoi y lemon, así que si no les gusta este tipo de fics, pues yo no me hago responsable, por que ya avisé con anterioridad y yo no los estoy obligando a punta de pistola a leerlo.

Dicho esto comenzamos

UN DÍA MUY ESPECIAL

LA VERDAD DETRÁS DE TUS OJOS

Día, la claridad de la mañana se iba haciendo presente, una habitación sencilla con solamente un futón para dormir, en ella se encontraba dormido un chico, tenía sus ojos todavía cerrados, pero estos lentamente comenzaron a abrirse dejando ver unos ojos amarrillos muy hermosos, su cabello era muy extraño, de color violeta muy oscuro pero, lo extraño era su pico que resaltaba, su nombre Tao Len.

Usualmente Len solía levantarse a temprana hora, de hecho cualquiera podría afirmar que él ya estaba despierto para cuando el sol apenas quería salir pero, también usualmente solía dormir relativamente temprano para lograr su objetivo y, aquella noche, en realidad no durmió, de hecho, durmió cuando el sol apenas comenzaba a levantarse, alrededor de las cinco y media, eran alrededor de las doce del medio día cuando al fin él se despertó.

El torneo de los Shamanes al fin había concluido, no sabían qué era lo que había pasado con Hao pero, por lo pronto no habían tenido algún problema con él. No estaba en su hogar, de hecho hace semanas que no estaba en su casa, había ido a la casa de los Asakura para entregar una comida deshidratada que su hermana le había pedido que llevara, se maldecía continuamente por hacer todo lo que su hermana le decía sin reprocharle nada.

Después de que él llegó ahí, al poco tiempo también llegó ese negro que decía chistes sin sentido, sin olvidar a ese degenerado de Ryo y, por último llegaron Horo Horo y su hermana pero, lo que si no se esperaba es que su hermana también fuera a la casa de los Asakura después de haberle hecho a él ir hasta ahí. Ahora estaba rodeado de gente, y eso él lo odiaba.

A pesar de que el torneo de Shamanes le había hecho cambiar mucho aún no soportaba la idea de que Yoh fuera más fuerte que él. En fin ahora ya no tenía nada que hacer más que quejarse. Lentamente se fue incorporando en el futón hasta quedar sentado. Traía un pijama color amarillo claro, no acostumbraba dormir así pero era un regalo de su hermana y no podía despreciarlo.

Lentamente se levantó y caminó hasta la ventana, corrió la cortina para que el sol entrara en la habitación, tenía una para él solo, nadie quería dormir con él, un leve sonrojo se posesionó de sus mejillas, tan temprano y ya estaba pensando estupideces. Se maldijo una vez más. Últimamente no podía evitar tener sueños "extraños" y tampoco de pensar cosas "estúpidas", según sus propias palabras y propio criterio.

De pronto se percato de algo sumamente extraño, cerró rápidamente la ventana y dejó su habitación de nuevo en la penumbra de la oscuridad, era muy extraño, demasiado. Decidió dejar ese presentimiento por un rato y se dirigió al cuarto de baño, lentamente se fue desvistiendo, abrió la llave del agua y se dispuso a tomar un "frío" por no decir "helado" baño, no es que tuviera calor pero, sus sueños simplemente eran "escalofriantes"

Len – Demonios, ¿Por qué me tiene que pasar esto a mí? Soy el shaman más poderoso del mundo y me asusto por una estupidez, después de todo fue solamente un sueño ¿No es cierto? Nada de lo que soñé se realizará, eso ni pensarlo – Dio un golpe a la pared con lo cual la dejó abollada (pobre pared, ella que tenía de culpa TT) – Sin embargo aún me queda la duda del ¿Por qué tuve aquel sueño? – Sintió un escalofrío recorrerle la espalda – Algo muy extraño está pasando aquí – Cerró la llave del agua – Iré a investigar – Se vistió nuevamente con la pijama y salió del cuarto de baño con una toalla sobre sus hombros para que ahí cayeran las gotas de agua de su cabello - ¿Qué demonios sucede en este lugar? Está tan… - Comenzó a analizar lo que faltaba ahí – Silencioso – Terminó su frase – En este lugar generalmente hay mucho ruido y sin embargo ahora está tan silencioso

Len se encontraba en el segundo piso de la casa, comenzó a buscar en cada una de las habitaciones, la de Jun, Tamao y Pilika, siguió con la habitación de Fausto y su esposa, a la de Hanna no intentó entrar, no es que le tuviera miedo ni nada por el estilo, simplemente no tenía ánimos para aguantar sus quejas constantes, al menos esa fue la explicación que su cerebro le dio.

Por último revisó lo que era la habitación de Yoh y Horo Horo, Ryo con vivía con ellos. En esta última puerta dudó más en abrirla, debido al "horroroso" sueño que había tenido la noche anterior, se maldijo por enésima vez ese día.

Len – Debo dejar de pensar en esa estupidez

Sacudió su cabeza cerrando nuevamente la puerta de aquel dormitorio y a la vez alejando sus pensamientos que no lo dejaban en paz. En verdad se preguntaba dónde podían encontrarse todos, era muy, muy pero muy extraño (creo que ya dejé en claro este aspecto) que el lugar estuviera en calma, sin más dónde buscar se dirigió a la cocina y tomó un frasco de leche, que procedió a tomar sin prisa, pero algo percató su atención, un sonido venía de una habitación contigua, donde estaba el comedor. Caminó hasta ahí y abrió lentamente la puerta.

Dentro de aquella habitación se encontraba la persona que, inconscientemente, trataba de evitar, no porque le tuviera miedo, él no tenía miedo a nada ni a nadie. Más bien quería evitarlo porque no lo soportaba, estaba arto de que su rostro no se fuera ni por un segundo de su mente cuando estaba despierto y, ahora para terminar de molestarlo, tampoco se iba de sus sueños. Recordó el sueño y sus mejillas se tiñeron de un color carmín leve. Decidió ponerle fin al asunto y entró a la habitación.

Len – Aparentando tranquilidad – Buenos Días

Horo-Horo – Buenos días Len – Dijo con una amplia sonrisa, estaba sentado y con varios libros a su alrededor, además de una calculadora. Traía puesta una sudadera de manga larga con rayas horizontales y sobre esta una de manga corta de botones abierta al igual que unos pantalones de mezclilla, aunque también llevaba su típica banda - ¿Por qué tan temprano? – No perdió el tiempo en burlarse

Len - ¿Qué demonios sucede aquí? Todo está muy tranquilo – Se sentó en frente de él

Horo- Horo – Salieron a pasear. Anna e Yoh fueron al centro comercial

Len - ¿Y quién se supone que va a pagar?

Horo-Horo – Manta

Len – Tomando un trago de su leche – Lo supuse.

Horo-Horo – Siguiendo con su explicación – Ryo salió muy temprano con sus amigos y el "chocolate" no sé dónde está

Len - ¿Los espíritus?

Horo-Horo – Amidamaru fue con Yoh, Koloro acompaña a Pilita y Bazón se fue con tu hermana

Len - ¿Mi hermana?

Horo-Horo – Ella, Pilika y Tamao también fueron al centro comercial pero escuché decir a Pilika que en cuanto entrara se perdería de la vista de Anna, porque no quería cargar cientos de bolsas por toda la tienda. Debería hacerlo, así sabría lo que siento cuando me pone a entrenar – Dijo simulando enfado

Len – Eso es porque eres débil

Horo-Horo - ¿A quién le dices débil?

Len - ¿Ves a alguien más aquí?

Horo-Horo - Ahora verás - Alzó su puño desafiante

Len - ¿Por qué no fuiste con ellos?

Horo-Horo – Restándole importancia – ¿Para qué, yo no quiero estar aguantando el humor de Anna además… T.T ella no me quiso llevar

Len – ¿Por qué?

Horo-Horo - ¿Yo qué sé? Ya sabes cómo es ella, está loca. Además no me importa – Volvió a su labor

Len - ¿Qué estás haciendo? – Viendo los libros que tenía a su alrededor

Horo-Horo - Es de Anna, son las cuentas que tiene que pagar y la muy ingrata me dejó con la responsabilidad de poner todas sus cuentas en orden

Len - Hablando en un susurro - Estúpido

Horo-Horo - Pero no hay por qué preocuparse el gran Horo-Horo está aquí - Dijo con aire triunfante - Solamente unos cuantos ajustes más y termino - Vio que algo cerraba su cuaderno - OYE!

Len - Con la mano sobre los libros - Será mejor que dejes eso, no vaya a ser que tu cerebro se caliente

Horo-Horo - Lo que pasa es que tienes envidia de mi inteligencia

Len - ¿Envidia yo? Necesitaría estar loco

Horo-Horo - Viendo su reloj - Ya es tarde, ya tardaron mucho tiempo

Len - Suenas como si en verdad no conocieras a las chicas

Horo-Horo- ¿A qué te refieres?

Len - Tienes una hermana, Pilika, de seguro ella siempre tarda mucho tiempo en el centro comercial

Horo-Horo - ¿Cómo sabes eso? Con que te descubra espiando a mi hermana date por muerto

Len - Baka, recuerda que yo también tengo a una hermana, Jun

Horo-Horo - No le veo relación

Len - Cuando Jun va de compras siempre tarda horas y regresa con cientos de paquetes

Horo-Horo - Si pero…. - Len lo ve a los ojos - Ya tengo hambre T.T

Len - ¿Y para qué quieres que vuelvan?

Horo-Horo - Si Anna no está no me permite tomar nada de la cocina - Miraba con fastidio un reloj

Len - ¿Y por qué simplemente no mandas a pedir algo?

Horo-Horo - "¿Y por qué simplemente no mandas a pedir algo?" - Dijo imitando su forma de voz - Por si no lo recuerdas yo tengo que trabajar para pagar mis estudios, los de Pilika y para comer - Len lo vio como sin importarle las palabras del ainu - Tu no entiendes nada - Dijo con resignación

Len - ¿Qué te hace creer eso?

Horo-Horo - Eres un Tao, tu padre es rico y por consecuencia tu también

Len - ¿Y?

Horo-Horo - De seguro tu nunca has pasado por hambre, frío o soledad - Dijo con un poco de tristeza en su mirada

Len - Te sorprenderías - Dijo casi en un murmullo

Horo-Horo - Lográndolo escuchar - ¿De qué?

Len - No te importa - Dijo recuperando su actitud

Horo-Horo - Vamos Len, no te matará decirme

Len - Eres un débil

Horo-Horo - ¿Yo un débil?

Len - Te quejas simplemente por problemas pequeños, como el qué comer, dónde pasar la noche o con quien estar, tú crees que eso es sufrir, pero no conoces el verdadero sufrimiento - Horo-Horo lo vio atentamente, había dado en el clavo, ahora solamente debía impulsarlo, por alguna extraña razón le interesaba conocer al chino y esta era una oportunidad excelente, debía aprovecharla al máximo

Horo-Horo - Hay si, como si en verdad tu hubieras sufrido por algo

Len - ¡ ¿QUE DICES? Tú eres el que no conoce el sufrimiento, tan siquiera se tienen tú y tu hermana, puedo asegurar que tus padres los amaron más que a su propia vida, muy al contrario de los míos que solamente nos usaron como armas para renacer a la dinastía Tao, sin muestras de cariño, afecto o amor - Habló de más y se recriminó mentalmente por tal error- Tú no sabes lo que es sufrir - Dijo casi en un murmuro

Horo-Horo - No lo sabía, ahora lo sé - Le dio una amplia sonrisa

Len - Un poco sonrojado - Eres un idiota - Dio un trago a su botella con leche - No sabes resistir nada

Horo-Horo - No soy tan débil - Silencio total. Un gruñido rompió el incómodo silencio - U Creo que tengo mucha hambre

Len - ¬¬ Eres patético - Otro gruñido se dejó escuchar - V/V

Horo-Horo - ¿Me decías?

Len - No te importa

Horo-Horo - Vamos Len, ¿Qué dices si invitas a tu viejo amigo Horo-Horo a comer algo?

Len - ¿Quieres comer? - Vio a Horo-Horo asentir muy animadamente - Muy bien - Rió con malicia - Ordenaremos…

Len/Horo-Horo - Comida china

Horo-Horo - T.T ¿Por qué siempre comida china?

Len - Yo pago, yo elijo

Horo-Horo - Bajó la cabeza por unos minutos y de pronto dio un grito exasperado asustando momentáneamente al chino - ¡AHHHHHHHH! ¡ERES EXASPERANTE! ¡SIEMPRE COMIDA CHINA! ¡¿NO PUEDES ELEGIR OTRA COSA! Mira - Se acerca a Len cruzando por sobre la mesa que los separaba quedando justamente frente a él con un papel en mano - ¿No podrías elegir algo de aquí?

Len - Asombrado - ¿Qué es esto?

Horo-Horo - ¿Qué más? Un directorio de comidas, elige cualquiera pero que no sea comida china - El ainu subió a la mesa y miró directamente los ojos dorados de Len

Durante algún tiempo ambos chicos se miraron directamente sin siquiera parpadear o perder el contacto visual. El silencio se hizo presente comenzando a ser incómodo, algo muy extraño y sumamente divertido para quienes los vieran, debido a que ellos dos no podían estar ni siquiera un minuto sin pelearse y sin embargo ahora, no encontraban qué decir.

Len miraba los oscuros ojos del ainu sin querer dejar de hacerlo pero, a la vez estando conciente de que si no dejaba de hacerlo pronto se vería en serios problemas puesto que el "Gran Len Tao" nunca miraba a alguien a los ojos y si lo hacía no era más que por algunos segundos. Por su parte el ainu se encontraba perdido en esos ojos dorados, no sabía porqué pero desde hacía algunos días no podía quitarse la imagen de Len de su cabeza y, el estar ahora con él, a solas, y viéndose frente a frente, le hacía todo más difícil.

El tiempo desapareció para ellos, no sabían cuantos segundos o inclusive minutos habían pasado desde que aquella pelea de miradas había comenzado, sin siquiera darse cuenta. Ahora ambos estaban perdidos en los ojos del otro y, en realidad, no se les veía intenciones de querer salir de ahí. En un rápido movimiento Horo-Horo se abalanzó un poco sobre Len y tomó la camisa de su pijama, asustando a este último y, sin saber cómo, Horo-Horo logró abrir un botón de esta. Sin pensarlo Len lo empujó para que se alejara.

Len - ¿Qué demonios crees que estás haciendo? - Dijo empujando a Horo-Horo y al mismo tiempo sosteniendo su pijama para volver a abotonarla

Horo-Horo - Viendo directamente a los ojos de Len - En realidad no tengo ni la más remota idea pero - Sujeta la mano de Len para evitar que este lo vuelva a alejar - Hace mucho tiempo que no puedo sacarte de mi mente, me está hartando eso.

Len - ¿Y tú piensas que voy a servirte como un simple juguete para complacerte?

Horo-Horo - Te equivocas - Su voz era muy seria - Yo no quiero que seas un juguete - Comienza a acercarse a Len - Quiero que sepas lo que en verdad deseo

Len - Espantado - Aléjate de mi

Horo-Horo - ¿Es que acaso no lo entiendes Len? - Su voz era de exasperación

Len - ¿Qué es lo que necesito entender? ¿Qué eres un enfermo mental que busca satisfacerse a costa de los demás?

Horo-Horo - ¡ESO NO! ¡LO QUE QUIERO QUE ENTIENDAS ES QUE ME GUSTAS! ¡ME ENAMORÉ DE TI!

Len - ¿Qué tonterías dices? - Su reclamo no pudo ser terminado porque sintió cómo su cuerpo iba cediendo ante el peso del cuerpo de Horo-Horo que se abalanzaba sobre él - ¿Qué intentas…?

Len estaba asustado pero, no podía admitirlo, Horo-Horo sujetó las muñecas de Len y las colocó contra el suelo para evitar que este se moviera, se sentó sobre las caderas de Len y así evitar que el chino intentara quitárselo de encima. Con todo esto realizado Horo-Horo acercó su cara a la de Len ante la mirada atónita de este, sus pupilas solamente pudieron dilatarse ante la visión que tenía.

Horo-Horo acercaba su rostro lentamente, como si quisiera recordar de por vida aquel momento en su memoria, segundo a segundo, el chino sin embargo movía sus muñecas intentando safarse, si este era un juego no le estaba agradando para nada. El ainu no se inmutó, de hecho parecía que cuanto más se resistiera el heredero de la dinastía Tao, más divertido era para él. Sus caras estaban a escasos milímetros, sentían el aliento del otro en su propio rostro.

Horo-Horo se detuvo un instante y, por un momento, Len creyó que en verdad todo era una broma y que pronto el ainu comenzaría a burlarse de su inocencia y la cara de pánico que había puesto ante sus acciones, si se lo decía incluso tenía pensado dejárselo pasar con tal de que el juego terminara pero, para su mala o buena fortuna, esto no era un juego. El ainu reunió lo último de coraje que le faltaba, miró al chino a los ojos y eliminó la insignificante distancia que existía aún entre ellos fundiéndose en un beso cerrando sus ojos.

Len no daba crédito a lo que veía y sentía, sus ojos se abrieron al máximo y sus pupilas se contrajeron hasta un punto mínimo, simplemente no creía que "Hoto-Hoto" llegara a tanto, no sabía que hacer, por primera vez en su vida ahora sí que su mente no le respondió, no existían dudas como en casos anteriores, no existía el coraje al verse vencido por tan poco, en resumen no había nada en su mente y su cuerpo, no quería cooperar.

Inconscientemente fue cerrando sus ojos, no es porque él quisiera pero su cuerpo lo deseaba. Sin saber cuando sus forcejeos cedieron y su cuerpo comenzó a corresponder el beso, el cual se iba haciendo cada vez más apasionado y provocando que sus mejillas adquirieran un adorable tono escarlata. Horo-Horo al principio, al no tener respuesta del chino, tenía pensado terminar el beso en cuanto su sed se hubiera saciado pero, justo en ese instante Len comenzó a responder el beso renovando sus deseos.

El shaman del hielo fue soltando lentamente las muñecas de Len, y este por su parte, al sentir ese mar de sensaciones nuevo, no hizo más que sujetar fuertemente la sudadera el aino. Poco a poco su beso se fue haciendo más intenso y su deseo de explorar más al chino se hizo más fuerte al grado de que, de forma desesperada, comenzó a querer abrir la boca del chino a como diera lugar.

Len no supo cómo, o en qué momento, pero de un momento a otro pudo sentir la lengua de Horo-Horo recorriendo su boca por completo, cada rincón de ella, explorándola y saboreándola mientras que Horo-Horo simplemente se dejaba llevar por un mar de sensaciones que recorrían su cuerpo al haber conseguido abrir la boca de Len. En un instante sus lenguas chocaron provocando un escalofrío en el cuerpo de Len.

Sin saber el porqué Len quiso volver a sentir la lengua de Horo-Horo junto a la suya, así que comenzó a buscarla y al encontrarla libró una batalla que, sin lugar a dudas, perdería, aunque no estaba dispuesto a admitirlo. Con cada roce que se daban sus respiraciones eran más agitadas y, sin que el mismo Len se diera cuenta, su boca soltó un gemido de excitación. ¡Demonios lo estaba disfrutando! ¡Y de qué manera!

No supieron cuanto tiempo había pasado desde que todo empezó, lentamente se fueron separando más por la falta de aire que por deseos propios de terminar el beso. Horo-Horo levantó su cara para poder ver esos ojos dorados que tanto le fascinaban y ver la cara de su amado. Por una comisura de la boca de Len resbalaba un poco de saliva, parte de su pecho estaba al descubierto y sus mejillas teñidas de rojo, esta imagen para Horo-Horo era tan deseable y apetecible pero, ahora todo había terminado.

Al menos había conseguido un beso del chino y estaba conforme con eso o al menos eso quería creer porque, a decir verdad, adoraba al chino y, ahora por no poder contener sus deseos, tendría que desaparecer de su vida para siempre. Por su parte Len no dejaba de ver los oscuros ojos del ainu, eran profundos y denotaban una gran tristeza. ¿Tristeza? ¿Desde cuando le había comenzado a importar el ainu? ¿Desde cuándo él podía notar los sentimientos de los demás?No lo entendía, no entendía nada de lo que le estaba pasando

Len sintió cómo sus recuerdos volvían, recordó su sueño y, en realidad, esto se le hacía muy familiar, así había comenzado su sueño, pero el final…. ¿Quería completar su sueño y volverlo realidad? ¿Por qué sentía esa sensación de querer sentir otra vez el cuerpo del ainu contra el suyo? Estaba confundido y muy asustado y, con un rápido movimiento empujó a Horo-Horo haciendo que este quedara sentado sobre las caderas del chino.

Len – Sonrojado y molesto - ¿Qué pretendes al jugar de esta manera conmigo?

Horo-Horo – Serio – Te equivocas, yo no estoy jugando. Lo que te dije antes de besarte es cierto. Me gustas, me gustas mucho. – Hizo silencio para tratar de articular dos simples palabras que significarían el final de su mundo – Te amo – Dijo mientras una mano acariciaba la mejilla del chino.

Len no daba crédito a lo que escuchó, no sabía que responder, qué sentir o qué hacer, imaginó por un momento que su sueño se volviera realidad ¿Qué pasaría después? Él no era de las personas que se preocuparan por los demás mucho, la excepción era su hermana pero, el ainu era un caso excepcional, desde que le ayudó a salvar su vida arriesgando la propia sentía que le tenía un gran cariño, aunque el problema principal era que, ¿Sería solamente cariño?

De pronto sintió algo extraño, su cuerpo, su propio cuerpo le estaba reclamando la lejanía de aquellas sensaciones, quería más, quería volver a sentir cerca a Horo-Horo pero ¿Por qué? Pensó por un momento en aprovechar el amor que Horo-Horo le tenía y saciar sus deseos pero ese pensamiento le hizo sentir como una basura, no quería lastimarlo además, él tuvo el coraje de decirle sus sentimientos, después de todo Hoto-Hoto era muy valiente y él lo reconocía.

El detalle era ahora ¿Qué era lo que él sentía por Horo-Horo? ¿Afecto? Le sonaba vacío ¿Cariño? Su corazón le hacía sentir que eso no era suficiente ¿Amor? Su corazón dio un brinco. ¿Amor? ¿Eso era lo que sentía por Horo-Horo? ¿Por qué? ¿Qué tenía de especial? No era fuerte, no era poderoso pero, su personalidad era tan atrayente, él era libre y a su lado él mismo se sentía libre. Dio en el clavo, le gustaba Horo-Horo pero ¿Su sentimiento era tan fuerte como para atrever a decir que lo ama?

Len miraba directamente esos ojos oscuros, los cuales a su vez veían sus ojos dorados, estaban tan inmersos en su mundo. El silencio era tal que casi jurarían que los latidos de sus corazones podían escucharse por el lugar. Sin darse cuenta Len pasó sus brazos por sobre los hombros de Horo-Horo y lo atrajo hacia sí, haciendo que el ainu se desconcertara por su acción

Horo-Horo – Confundido y emocionado - ¿Qué estás haciendo?

Len – Con sus mejillas rojas y nervioso – Yo… no lo sé…. Yo quiero…. /¿Qué quiero? ¿Qué demonios me está pasando? No comprendo. Quiero… deseo que continúe…/ Quiero que continúes – Hizo presión sobre el cuerpo del ainu para obligarlo a acercarse a su cuerpo, quería sentir su calor de nuevo - Onegai

Horo-Horo – Confundido - ¿Doshite?

Len – No lo sé… quiero… sentir… te – Dijo con mucho esfuerzo

Horo-Horo no daba crédito a lo que sus oídos escuchaban, el poderoso Len Tao le pedía que volviera a besarlo pero, ¿Cómo era posible? ¿Acaso es que él también sentía lo mismo por el? ¿O solamente estaría jugando? No lograba comprender a Len, o tal vez no quería. No sabía si era capaz de acceder a él solamente por un momento, cuando el lo amaba con toda el alma ¿Qué haría? No estaba seguro.

NOTAS DE LA AUTORA:

¬¬ Eto…. Se suponía que esto era un one-shoot pero…. Creo que me excedí un poquito, así que lo haré en dos partes, la segunda será más pequeña (al menos eso espero), y tendrá la parte tierna del fic (léase el lemon) así que hasta aquí les dejo este fic. Dejen reviews

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