Hola, antes de nada quisiera dar las gracias a todas las personas que me han apoyado tanto en este fic, como en el que terminé hace poco.

Tambien quería decir que todos los personajes (menos alguno que otro) son de Rowling...bueno, no creo que hiciese falta decirlo pero lo hago por si acaso.

Y ahora contestación a los RR:

Yumeko: Muchas gracias, espero que te siga gustando y sigue pasándote por aquí ¿si? Un besito

Sandra-sms: Bueno, la verdad es que un poco triste es el fic, pero tranquila, que luego todo tiene su recompensa ¿no? Jeje un beso y gracias por el review.

Yinse: Muchas gracias, por dejarme review, en cuanto a lo de tu duda...veamos, Tom Ryddle, fue derrotado por Harry, pues su cuerpo fue dañado por un hechizo, en cambio Harry no sufrió en cuanto nos referimos al cuerpo en si, su cuerpo sigue sano etc, solo que sin alma, pues Tom se la arrancó, y Harry sufre, porque su cuerpo sin alma, (que salió corriendo despavorida) esta pasándolo mal y Harry es, digamoslo de alguna manera, un alma en pena...su cuerpo no descansa en paz...por una parte es fantasma, pues su alma vaga por ahí, pero por otra parte no porque su cuerpo sigue vivo.No se si me he explicado bien, si todavía tienes dudas tranquila que te las intentaré resolver ¿ok?

Y lo ultimo...quisiera pedir perdon por las faltas de ortografía, pero es que no tuve tiempo suficiente para revisarlo...TT

Y ahora entrando en materia...¡a leer se ha dicho!

2:No lo tomó enserio

Una de las cosas que Harry se no había sentido cuando estaba en el mundo terrenal era el amor, nunca amó, y le dolió mucho darse cuenta de que no lo haría jamás.

Se fijó en esa verdad cuando un día, Hermione caminaba muy rápido por los pasillos, con un tonel de libros en los brazos y uno cuantos más en la mochila.

Dobló la esquina y subió por las escaleras hacia la sala común cuando una mano la agarró y le tapó los ojos con tal rapidez que no sabría si no conociese ese olor.

Olía a optimismo, a felicidad, a libertad y a amor:

¿Ron?

El chico la soltó y ella dejó caer los libros, junto con la mochila cuando él le cogio la mano, la miró sonrriendo y le susurró:

Ven, te llevaré a un lugar.

Ella sonrió feliz, pasó mucho tiempo hasta que lo hizo, pero pensó que tarde o temprano superaría la desaparición de Harry, alguna vez lo tendria que hacer así que inconscientemente se empezó a dejar llevar por el olvido, le tendió la mano a Ron por todo el colegio, confiaba en el mas que en nadie.

Ron abrió una puerta en donde estaba claro que tenía algo previsto, pero se dio cuenta de que no era la sala a la que queria ir con Hermione, y ella se percató de la decepción que le suponía a él.

Hermione entró a la sala y Ron detrás de ella, intentando interrumpir su entrada.

Herm, verás...es que ha habido ciertos problemas...-le intentó explicar, pero

Hermione le contestó:

Esta sala es lo de menos, mientras estemos los dos juntos –lo decía mientras miraba la polvorienta sala, llena de cajas.

Ron sonríe y ella se acerca, se pone de puntillas y le besa en los labios, Ron se queda con la misma pose que puso para que Hermione le besara; con los ojos cerrados, y los labios entreabiertos, adormilado por todo lo que la amaba.

Mientras tanto Harry observaba la escena, con lágrimas en los ojos, llorando de emoción, de felicidad, y llorando tambien porque jamas quiso a nadie.

Se sentía solo, y pensó por enésima vez que es lo que hizo para que le ocurriese todo a él.

Se sentó en la sala, y comenzó a mirar a la pareja que bailaba con la unica música que habia en la habitación; la música de su corazón.

Ahora Harry aprovechaba su tiempo observando a los demas pasar, no solo a Ron y a Hermione, sino también a todos los alumnos de las demás casas.

Un día caminaba solo por los pasillos, es decir, como siempre y escuchó una voz chillona que al momento supo que era Parkinson:

Pues lo que oyes, Draco no ha salido de su habitación desde hace días, y tampoco quiere recibir visitas...

Harry se fijó en ese pequeño detalle, nunca se había cruzado con Malfoy, ya no estaba en clase ni en ningún pasillo vagando, asi que decidió hacer una pequeña expedicion, con la intención de solo curiosear, pero con el tiempo se dio cuenta de que se le fue de las manos.

Entró en la Sala Común de Slytherin para ver si era cierto eso que había dicho Parkinson.

Entró atravesando las paredes, al igual que entraba en cualquier otra habitacion, y lo buscó sala por sala, hasta que llegó a la última, que no tenía puerta, pero sabía que estaba en una habitación, no tenia camas, solamente una chimenea, y un escritorio desordenado lleno de libros.

Debajo de tanto desorden se encontraba Draco Malfoy, escondido mientras leía unos pergaminos.

La letra de los escritos, estaba emborronada por agua, o mejor dicho, por lágrimas.

Harry se dio cuenta de que no era agua cuando Draco levantó la cabeza y empezó a mirar al vacío, como buscando algo, o a alguien, llegó a pensar que le había descubierto, por eso se llevó una mano al pecho, sorprendido, pero al ver que Draco no lo descubrió, siguió observándole con interés.

Tenía los labios resecos y cortados, los ojos enrojecidos del llanto y temblaba de dolor.

Harry no sentía lástima ni odio, estaba sin sentimientos frente al rubio.

Pensó por que no sentía en ese momento adversidad, y su curiosidad iba en aumento.

A Draco le dio una especie de espasmo y se levantó de un salto, dio vueltas por toda la sala mirando a todos los lugares, buscando algo, hasta que fijó la mirada gris en una silla donde estaba lo que quería, cogió rápidamente el pergamino y escribió mientras repetía susurrando:

Date prisa, escribe todo lo que puedas, que se va a ir pronto.

A Harry eso le extrañó mucho, pues nadie le veía, y si se diese el caso¿por qué comenzó a escribir como un loco?

Se acercó a leer lo que plasmaba en el pergamino, y así continuó varios dias, pues con lo que escribía Draco, Harry sentía que una llama de esperanza se prendía con cada palabra.

Ron y Hermione seguían juntos como el primer día, y aunque Harry ya no les observaba, ellos no le olvidaban por nada del mundo.

Ron...¿tu crees que existe la posibilidad de que Harry no haya muerto? –

pregunta Hermione mientras tejía un gorro color rosa chicle.

Ron pensó bien lo que dijo Hermione y le respondió:

Puede, Herm, ojalá que no haya muerto, pero aunque nos duela, lo mas seguro es que...

No hizo falta que Ron terminase la frase para que Hermione le comprendiera.

Le hecho de menos –dijo Hermione

No debería estar escribiendo:

Quizás debería estar con mis amigos, o lo que se pueda llamar a esos seres, a lo mejor tendría que estar haciéndo de las mías a Weasley.

Pero las fuerzas me han podido, y es que tengo miedo de enamorarme.

Tengo miedo de estar sospechando que ya lo he hecho.

Pero lo mas odioso de este tema es que, la persona a la que amo está desaparecida y la hecho de menos.

Lloro por su ausencia, lloro porque jamas le volveré a tocar.

¡que irónico! Le anhelo como si ya le hubiese tenido alguna vez antes, le deseo como si alguna vez hubiese sido mío, pero la verdad es que nunca le tuve, y jamás le toqué, pero con solo mirarlo, una parte de mí se saciaba.

Tengo sospechas de cosas extraordinarias, tengo miedo de mi mismo, de creer que el me observa y de que sabe lo que siento, por eso quiero olvidar, aunque me cueste en lo más profundo de mi alma.

Para mí es como si yo ya estuviera muerto, porque el era, es y será mi vida, aunque nunca lo haya sabido.

Me arrepiento de tantas cosas...me arrepiento de no haberle dicho que le amo, me arrepiento de haberle hecho irse sin saber lo que yo sentía en lo mas hondo de mi ser.

Pero como bien se sabe, el arrepentimiento no sirve de nada si no se le puede pedir perdón a la persona que has hecho daño.

Mas tampoco quería que se fuese odiándome mas de lo que ya lo hacía, y aunque no me creas, si me estás observando, Harry Potter, te quiero.

Draco terminó la carta, lleno de agonía y de arrepentimiento, abatido por todo lo que hizo y llorando.

Echó el papel al viento, con la fe de que alguien lo leyese, con la fe de que Harry lo supiera de una vez por todas.

Pero Harry no era Dios y en ese momento no estaba en una de las continuas analiticas al rubio, que de repugnante había pasado a ser misterioso.

El Niño que Vivió estaba buscando a alguien que le ayudase a volver, pero solo parecía que le sentía Draco.

Harry había empezado a delirar, hablaba con las personas que pasaban por los pasillos con prisas, e incluso acudía a las clases.

Hablaba solo y perdía la esperanza de volver otra vez a verse en los ojos de Ron y Hermione reflejado.

Al final, poco a poco dejó de ver a sus amigos y comenzó a pasar los días con Draco, seguía escribiendo continuamente ahora que estaba allí, hablaba a alguien, porque Harry al leer esas cartas, veia que se las escribía a alguna persona, pero jamás la nombraba, hablaba de miles de cosas, hablaba de arrepentirse por todo lo que hizo, hablaba de que todo el dolor que estaba pasando se lo merecia por haberle hecho tanto daño a esa persona y a los suyos...

Y Harry, poco a poco comenzó a ver a Draco con otros ojos.

Nadie sabe como empezó a admirarlo por todas las cosas que escribía, nadie comprendió jamás como comenzó a pensar en el desde otro punto de vista, pero Harry se dio cuenta de que Draco significaba algo para él, pero no lo podía entender, no era amor, ni siquiera cariño, no era envidia, era una sensación de tranquilidad al estar con el, se sentía acompañado pero también confundido por todo lo que sentía.

De repente se dio cuenta de un pequeño detalle, sentia algo que antes no lo notaba, sentía el cálido aliento de Draco rozando sus dedos, notaba su respiración, por muy lejos que estuviese de él.

¿Cómo se entiende eso¿Cómo se puede explicar que estaba sintiéndose admirado por un Malfoy?

Se estaba obsesionando, y temía sentir algo de lo que siempre se arrepentiría.

Temiblemente, ese sentimiento, iba en aumento.

Ocurrió a finales de curso, en una calurosa noche de junio, el cielo se tornaba oscuro y la luna, en contraste mas blanca que nunca.

Harry ya había estado con el durante dos meses completos, cuando el salía, pues se recuperó de su enorme depresión, él se sentaba en el alzeifar de la ventana a observar el reflejo que hacia la luna de verano en el lago.

Había oído que se daba una fiesta por final de curso, cosa que sorprendió mucho a Harry ya que no se solían dar fiestas en el colegio.

En un principio iba a bajar, pero luego pensó mejor guardar silencio en la habitación de Draco mientras el iba; se fue alrededor de las siete de la noche, pasó una hora y dos...

Y le echaba de menos.

Dieron las tres de la madrugada, y Harry seguía en la habitación, pensando en lo que estaría haciendo, pero era muy orgulloso como para bajar y espiarle, ademas¿a él que mas le daba?

Por fin, a las cinco de la madrugada llegó Draco, ebrio, le costó abrir la puerta, Harry pensó que era por su borrachera, pero, cuando la puerta se abrió, entró Draco seguido de una hermosa muchacha de unos quince años, ella estaba agarrada a él, mientras se besaban con pasión.

Y sintió que el corazón, o lo que le quedaba de él, se rompía en miles de pedazos.

Quiso correr, pero los pies, y su propio cuerpo, se negaban a reaccionar.

Empezó a gritar, a sollozar, y una gran y pesada verdad cayó sobre los hombros del niño que vivió.

Se había enamorado.

Entonces, Harry se puso en pié y notó como caía al suelo, sintió dolor, pues su cabeza se había dado contra el pico de la mesa.

No entendía nada¿cómo es que se hizo daño si no era mas que un alma?. Se miró las manos y se dio cuenta de que sus dedos no era un fino humo blanco, sino una piel color canela, como la que tenía hacia tiempo.

En ese momento, la sorpresa le regresó a Harry y echó a correr antes de que Draco y la chica se diesen cuenta de que había vuelto.

Salió corriendo de la sala común, sentía el viento en la cara, notaba como sus lágrimas corrían por su piel, subió por las escaleras y vió el cuadro de la Dama Gorda, que le miraba con ojos desorbitados.

¿Quién es usted? –decía mientras le miraba de arriba abajo, sorprendida de ver al mismisimo Harry Potter, el desaparecido

¿Me ve? –intentó decir, pero unos leves sollozos salieron de su seca garganta.

Harry quería entrar en la Sala Común, pero no recordaba la contraseña, ahora no sabía que hacer¿se presentaba a Dumbledore, asi, por arte de magia?

Me temo que no le puedo dejar pasar, y tenga por seguro que el disfraz del famoso Harry Potter no me engaña.

No tenía ganas de discutir, asi que decidió dar una vuelta por los pasillos de Hogwarts para comprender que es lo que le había ocurrido, pero mas que nada, para entender el por qué de haberse enamorado de Malfoy.

Comenzó a atar cabos, y de repente, recordó las últimas palabras de Tom Ryddle: La serpiente te hará pagar lo que yo no pude hacer.

Paró en seco y entendió que esa serpiente no era nada mas y nada menos que:

Potter, nos vemos otra vez ¿cómo es que has vuelto? –la figura de Draco Malfoy se alzaba sobre el, a pesar de que Harry y este fuesen mas o menos de la misma altura.

Harry no respondió y siguió caminando, intentando no llorar.

Vamos, mirame, se que deseas hacerlo –la voz de Draco se tornó a una risa nerviosa, y Harry decidió pagarle con la misma moneda, esta vez, le iba a dar su merecido.

¿Seguro que soy yo el que desea verte¿no será al contrario¡Vamos Malfoy, se que quieres ver mi cara para volver a perderte en insultos, pero¿sabes una cosa? –le decia a Draco mientras se daba la vuelta roto de dolor, pero aparentemente furioso para el rubio- No te voy a dar el gusto¿lo entiendes? No voy a dejar que me insultes, ya tuve bastante.

Draco le miraba a los ojos, asustado y arrepentido, lo que realmente quería era abrazarle y besarle con todas sus fuerzas, quería que entendiese de una vez por todas que le amaba mas que a nadie, pero jamás lo comprendería, intentaba olvidarle con otras, pero como esa noche, otra vez la dejó tirada en la cama, no podía dejar de pensar en él.

Y un dia eso lo mataría.

Te voy a contar un secreto –continuó Harry mientras se acercaba al oído derecho de Draco en la oscuridad del pasillo- Me voy a marchar de aquí, y jamás volveré a ver tu cara, jamás.

Los párpados de Draco se cerraron y el estómago le dio un vuelco ¿no volver a verle? Pestañeó para contener las lágrimas.

Draco seguía cayado escuchando las palabras de Harry:

Y así te daré el gusto de salirte con la tuya ¿no es así? –le preguntó, pero no esperaba respuesta, entonces, le dio un frío beso de despedida en la mejilla- adiós Draco, necesitaba hacer eso antes de irme.

Ese fue el primer y último contacto que tuvo Draco con Harry, pues el se marchó hacia la oscuridad, mientras el rubio, se debatía con correr y decirle la verdad, decirle que lo amaba mas que a nada, pero su orgullo le pudo.

Lo malo es que no tomó enserio las palabras de Harry, y él se fue, otra vez Draco le había dejado marchar, pero una parte de él se sentía feliz, porque Harry no estaba muerto.

CoNtInUaRá...

Gracias a todo el mundo por leerme y nos vemos en el próximo capítulo.

NäTÿBläcK