Wola¡ Qué tal les va? A mi bueeeno... estoy un poco depresiva...pero nada importante...
Quería decirles que MUCHISIMAS GRACIAS A TODAS LAS PERSONAS QUE ME HAN LEIDO porque de verdad me habéis ayudado a ver el día a día un poco mas positivo.
Zimbologia...XD:Pos son las letras en cursiva y entre
CONTESTACION A LOS REVIEWS (gracias gracias XDD)
Yumeko: Muchas gracias, ciertamente me ha costado mucho plantearme la idea de hacer este fic, debido a muchas movidas de mi mente jeje... y de verdad que me ayuda mucho que me hayas dejado un review espero que te guste este capitulo. ¡Gracias y un beso!
Erica Company: ¿De verdad que te gusto¡Vaya! No pense que iba a llegar al punto de que fuese un poco triste (tenia la intencion, pero cuando quiero escribir algo, no encuentro la manera de hacerlo realmente como quiero que lo sentáis) pero si realmente lo has sentido... ¡gracias de verdad: D Un besito
Inocent Muggle: Jejeje la verdad es que el orgullo hace cosas horribles, como puedes ver... pero luego seguro que se arrepiente...:P Muchas gracias de verdad... espero que te guste el capitulo tres ok? Un besito Wapa
Cerdo Volador:Wola wapa¡ Cuanto tiempo sin verte¡ xD ¿de verdad que te gusto?-Gracias de verdad¡ no sabes cuanto me alegra¡ Espero que los demas chaps también te gusten ¿ok?Un besito y espero verte en el siguiente capitulo -¡
Diabolik:Ei¡ Me alegro que te haya gustado :D espero no decepcionarte¡ Un beso wapa¡
Y ahora a ponerse a leer...de verdad espero que os guste¡
3: Lo siento...
En las aglomeradas calles de Londres, siempre se respiraba el mismo ambiente; aire de prisas, con olor a lluvia mezclada con humo de coches de todo tipo.
Peatones que caminaban por las calles, esquivando los charcos que se formaban por el agua de la lluvia que caía violentamente, intentando que sus trajes de ejecutivos no se mancharan ya que tenían una reunión urgente en cinco minutos.
Los coches pasaban a toda prisa por las carreteras, sin cuidado alguno de frenar en los semáforos que lucían una luz escarlata que les impedía el paso.
En esos momentos, un coche de color verde, algo destartalado y que andaba a trompicones se paraba enfrente de una editorial de un periódico que se solía repartir gratis en las bocas del metro que rondaban a pocas manzanas de la empresa.
El vehículo frenó en seco, con la intención de aprovechar el hueco para aparcar que acababa de dejar un Land Rover, provocando que el agua que llenaba un charco pacíficamente saliese disparada a los pies de un alto ejecutivo que miraba el conductor con cierto respeto.
Salga de ahí –le ordenó el jefe a la persona que estaba dentro del coche.
Rápidamente, un chaval, de no más de dieciocho años, salió del coche, tenía el pelo oscurecido por la lluvia, pero se notaba, que cuando este estuviera seco se volvería rubio como el oro.
El chico cogió de la parte trasera un montón de periódicos que estaban atados con una cuerda a punto de romperse.
¿Y bien¿Me puedes dar una razón por la que no has podido repartir ese fajo de periódicos? –Le preguntó el hombre mirando al joven con semblante serio.
No hay muy buena razón para que la comprendas, simplemente lo mismo, que los del Amazing se adelantaron –le respondió el chico intentando que los periódicos no se cayesen al suelo para que no se mojasen, aunque ya era inútil, con toda la lluvia, la tinta ya se había corrido.
Siempre con lo mismo ¿eh Malfoy? Pues ya no te voy a dar ninguna oportunidad más. Despedido, recoge tus cosas y pásate por recepción para
recoger el dinero.
Draco asintió, otro trabajo menos, ya no sabía con qué pagar el pequeño apartamento, de todos los trabajos le echaban, y además no hacía lo que le gustaba, no escribía, sino que tenía que trabajar como repartidor de pizzas o
de periódicos para poder pagarse la pluma y el papel con el que escribir.
Pero él tenía una ilusión: publicar una novela, y con eso todo se arreglaría, sus deudas con el casero y sus trabajos mediocres los dejaría para siempre.
Después de recoger el dinero y reconfortarse con ello: Al menos con esto tengo para pagar este mes decidió irse a desayunar a la cafetería.
Iba por las calles mientras la lluvia se derramaba sobre sus hombros y la gente le empujaba, intentando encontrar algún empleo en el que pudiera estar en un sitio resguardado.
Sus pies le llevaron inconscientemente a la cafetería que deseaba ir; una que le recordaba al Caldero Chorreante, pero sabía que no era esa porque siempre estaba llena de gente muggle a las horas previas del trabajo.
Entró y el aire caliente le reconfortó, buscó una silla para sentarse en la barra y se sentó en ella.
Hola Draco –dijo una hermosa chica de la misma edad que él, tenía el pelo rizado y era de color castaño claro, su tez era morena; de Marruecos, le contó alguna que otra vez a Draco.
Hola Melanie, un café por favor –le pidió amablemente, la chica solo se limitó a su trabajo, y le sirvió la bebida, después, se quitó el delantal blanco que llevaba y dejó a lucir una hermosa figura, salió de la barra y se sentó al lado de Draco, este lo miró sorprendido y ella solo se encogió de hombros.
Termino mi turno.
Draco sonrió y le dio un sorbo al café, mientras la chica le miraba evaluadoramente y le preguntó suponiendo la respuesta:
¿Te han despedido? –el chico asintió.
Melanie cogió la mano de Draco que reposaba a su izquierda y le miró a los ojos, justo cuando ella los hizo, Draco sintió que todo lo que tenía metido tan adentro se iba elevando hasta llegar a los ojos y transformarse en lágrimas.
Y es que Draco veía en los castaños ojos de Melanie, la comprensión que jamás le brindaron.
La chica se levantó y se puso su abrigo, cogió a Draco por el brazo y le llevó hasta un coche blanco donde se subió y ella le llevó a su casa.
Durante el trayecto no hablaron, Melanie prefería que Draco se desahogara en casa.
Llegaron a un edificio de ladrillos que al estar en contacto con agua se volvieron rojizos.
La chica cogió a Draco por los hombros y llegaron a una casa donde el olor a
incienso llenaba todo el inmueble.
Una mesita de té pequeña estaba rodeada por cuatro sacos de cuero donde se solían sentar para hablar después del trabajo.
Draco y Melanie se conocieron en la estación de King's Cross hace un año, justo después de salir Draco de Hogwarts.
Se hicieron amigos y decidieron alquilar un apartamento a medias, y así se fue forjando una amistad que Draco estaba seguro que jamás iba a olvidar.
Melanie se sentó con Draco en el sofá y este se apoyó en el hombro de su amiga mientras derramaba más lágrimas.
No sé que hacer para olvidar, Mel, no puedo conseguir quitármelo de la cabeza –sollozó Draco intentando deshacer el nudo que poco a poco se le formó en la garganta durante todos esos meses- Me arrepiento tanto...
La chica, sabía de lo que se trataba, ese tal chico Potter, sabía toda la historia, bueno, no toda, de eso estaba convencida, comprendía que le amase, pero no entendía eso que decía de que se arrepentía...
Y es que Draco le contó lo justo y necesario, dejándose en el tintero lo más importante de la historia, se odiaban desde siempre.
Melanie le susurraba palabras de apoyo hasta que los sollozos se hicieron más débiles, y poco a poco Draco dejó de derramar mas lágrimas.
Draco, sólo han pasado cuatro meses, no más¿cómo pretendes olvidar tan deprisa? No te agobies, contra más te preocupes en olvidar, más te costará.
Pero es que...es que...¡Maldita sea! Sé que no le voy a poder olvidar, se que lo que siento es...demasiado fuerte...aunque encuentre a otra persona, aunque me vuelva a enamorar... -intentó explicarse el rubio.
Siempre estará esa espinita clavada ¿verdad? –añadió Melanie mirándole con cariño.
Draco levantó la cabeza, sus grises ojos chocaron con los marrones de la chica, ella sonrió y torció levemente la cabeza, dejando que los finos rayos de sol que habían logrado escapar de las nubes, bañasen sus ojos.
La chica agachó la cabeza y le dio un suave beso en la frente, haciendo que Draco cerrase los ojos y disfrutase de su calor.
No sé como he podido estar dieciocho años sin ti –dijo Draco- eres lo que siempre he anhelado...
...Un amigo... –volvió a terminar la chica- yo también lo deseé hace mucho tiempo, y la verdad, pensé que jamás lo encontraría.
Melanie no era muy distinta de Draco, era una persona solitaria, y poco sociable, siempre sus sentimientos eran ocultos en una gruesa capa de hielo hasta que llegó una llama que derritió todo.
La chica vivía en Tánger, Marruecos, donde vivió sus diez primeros años.
Allí murió su padre, y no falleció por una enfermedad, como la hicieron creer durante bastante tiempo sino asesinado por causas que nunca supo, pero comenzó a enfadarse consigo misma, pensando que la culpa era suya, y entonces empezó a odiarse a sí misma.
La mamá de la niña lloraba, pero siempre a escondidas de la hija, pues era una mujer fuerte a los ojos de los demás, y la pequeña Melanie se sentía muy orgullosa de su madre, y para no decepcionarla, ella también actuaba como su mamá, y poco a poco una escarcha hecha por el odio, comenzó a rodear su pequeño corazón.
Después de un tiempo, la madre de Melanie, intentó superar la muerte de su marido una vez que conoció a un comerciante de especias que había viajado hasta el norte de África para conseguir el dinero suficiente para volver a su ciudad natal, Londres.
En un principio la mamá de Mel se negaba a admitir que se había vuelto a enamorar de alguien, pero poco a poco se daba cuenta de que en su corazón había lugar para dos personas, tanto para su difunto marido como para Stan.
Su hija lo aceptó completamente, pero un terrible día, después de varios meses de contraer matrimonio su madre con Stan, se derrumbó todo su mundo.
Lo único que le quedaba, su madre, había sido asesinada.
Se la encontró tirada en el suelo, encogida sobre sí misma, y con los ojos abiertos de la sorpresa, entonces, le vino la imagen de su padre muerto, sentado en el escritorio con la misma mirada.
Melanie, con los ojos bañados en lágrimas, se acercó a su madre con las manos temblorosas, las acercó y le retiró un mechón de su moreno cabello que le tapaba los ojos.
Miró en los negros pozos de su madre, y la convicción llegó tan rápidamente, que se sorprendió de sí misma.
Estaba tan segura de saber quién fue el asesino, no solo de su madre, sino también de su padre, que pudo verle reflejado en los ojos del cadáver que tenía a sus pies.
Entonces, fue a buscarle, le siguió hasta Londres, pero parando primero en España, un lugar donde alguien le había derretido la coraza de hielo que rodeaba su corazón.
Se trataba de un chico, que mas o menos tendría la edad de Melanie, tenía el pelo color castaño claro, y los ojos...los ojos fueron lo que mas le conmovió a la chica.
Eran marrones claros, con reflejos dorados, guardaban ternura en cada pigmento de color, tenían un brillo especial que, junto con su sonrisa le hacía escalofríos cada vez que la miraba.
Se conocieron cerca de la frontera que hay entre Marruecos y Ceuta, España.
Cuando se miraron por primera vez, Melanie no sabría como explicar lo que sintió, y Alejandro, que era como se llamaba el chico, tampoco.
Pero supo que la debería acompañar hasta los confines de la tierra si era necesario.
Él le dijo a Melanie en una de sus muchas conversaciones, que debía acompañarla, que no la debería dejar sola, sabia que un terrible secreto le escondía su amiga.
Mel...¿tú crees que debería ir a buscarlo? –Draco le había sacado de sus recuerdos, y este se acerco a ella y le miro a los ojos, ésta tenía la mirada perdida en los recuerdos que habían aflorado así, sin más.
Draco se plantó enfrente de ella y le repitió:
Melanie...¿tú crees que...debería buscar a Harry? –El chico la miró con miedo a que ella saltase y se pusiese furiosa por agobiarla tanto, pero de repente ella le miro a los ojos dulcemente y le sonrió.
Draco, si de verdad el destino quiere que os volváis a encontrar, tranquilo que este siempre nos llevará por el camino necesario para ello.
El chico asintió sin mas y se dirigió a un minibar que tenía varias botellas de tequila.
Melanie le miró extrañada, nunca habían usado ese mueble, y cuando ella le iba a formular la pregunta, el solo se limitó a responder:
Creo que por un día deberíamos ahogar nuestras penas.
Ella miraba a Draco sorprendida mientras se servia en un gran vaso whisky. El líquido dorado se tambaleaba en el vaso mientras Draco lo movía mostrándoselo a Melanie, después, se lo llevo a los labios, y dio un trago.
¿Quieres? –le ofreció Draco, que no se inmutó al amargo sabor del whisky –Es que en el colegio bebía...a escondidas. –le explico a su amiga.
La chica se levantó y cogió la botella, posó sus labios en la boca de esta y bebió de un tirón, después sonrió a Draco y se sentó en una mesa de color caoba con la botella en la mano.
Draco la siguió y se sentó a su lado.
Esta noche va a ser muy larga.
Los dos amigos siguieron bebiendo y bebiendo como locos, y preguntándose cosas que jamás se habrían formulado si estuvieran en su estado normal.
Dime Draco –le decía Melanie sonriendo mientras le daba un trago a la botella y luego una calada al cigarro que tenía en la mano- ¿Con quién perdiste la...virginidad? –terminó la frase con una voz picarona.
El chico se levanto y la miro desafiante, sus iris grises estaban rodeados de una niebla rojiza fruto del alcohol, le temblaban los ojos, se mantuvo serio durante unos segundos y dijo:
¿Quién crees que podría ser?-
Mmm...no se...¿quién?
El chico cogió la botella y se dio la vuelta, no le iba a decir con quien la perdió, fue una noche loca en la que el alcohol predominaba.
Al igual que ese mismo día.
De repente una mano se deslizo por el ancho hombro de Draco, un castaño y brillante rizo rodeó el cuello del rubio, y unos labios rozaron su oreja.
Draco echó la cabeza para atrás, se llevó una botella de tequila a los labios y se la terminó, después, la tiro al suelo y continuó el juego de caricias que Melanie le había brindado.
Lo siento Harry –pensó Draco mientras se daba la vuelta y besaba a Melanie...dos cuerpos faltos de amor, que cayeron en la cuenta que deberían ayudarse mutuamente para olvidar.
Pero a lo mejor esa no era la forma adecuada y que surtiría efecto.
Solamente oír tu voz
Ver tu foto en blanco y negro
Recorrer esa ciudad
Yo ya me muero de amor
Ver la vida sin reloj
Y contarte mis secretos
Y saber si así besarte
O esperar que salga solo
Y vivir así
No quiero vivir así
Ni siquiera se si
Sientes tu lo mismo...
Las notas de la melodía llegaban a los oídos de Harry Potter, las lágrimas bañaban los ojos del chico.
Harry estaba cansado de ocultarlo, dejo que las lagrimas recorriesen su camino hasta llegar lentamente a sus labios, donde se posaron y permanecieron hasta que el aliento las evaporó.
Siguió conduciendo por las solitarias carreteras hasta que vio a mano derecha una cafetería, y al lado un motel.
Pensó que era mejor que durmiese allí, estaba oscureciendo y lloviendo, no quería arriesgarse a tener un accidente.
Entro en el motel y pidió una habitación, el numero 216, no era importante realmente, pero el se fijo en ello precisamente porque quería darse cuenta de que es lo que le hacia estar vivo.
Desde que dejo a Draco...ahí, solo en el pasillo oscuro, no supo nada mas de el, y habían pasado dos meses completos.
Y le echaba de menos.
Se tumbo en la cama dejando a los pies de esta una pequeña bolsa de viaje que llevaba siempre a cuestas.
Empezó a pensar en Draco, en lo que le había hecho fijarse en el.
Siempre me gustan las cosas difíciles de conseguir –intento justificarse así mismo en voz alta.
Pero esto es algo demasiado complicado, no te puedes enamorar de alguien que te odia profundamente Decía una pequeña voz en su interior.
Le amaba tanto que llego a odiarse a si mismo, el no podía juzgar a Draco, realmente el no tenia la culpa de que Harry se hubiese fijado en el, solamente la tenia Harry, por siempre ser iluso y pensar que había un mínimo de esperanza.
Cada vez que pensaba eso, un revuelo se le hacia en el estomago, avergonzándose de si mismo.
Jamás en la vida volvería a ver a Draco.
Y Harry pensó que debería a rehacer su vida, seguro que él también lo habría hecho.
CoNtInUaRá...
Hi a todas¿qué tal os pareció? En general a mi este capítulo me ha gustado mucho...además este ha sido mas largo ¿no?
Os voy a dejar unas questions para que opinéis en el caso de que me dejéis un RR (por fi por fi por fi xDD)
-¿Cómo reaccionará Draco al darse cuenta de lo que ha hecho con Melanie?
-¿Qué hará Harry al pensar en que debe rehacer su vida?
-¿Qué pensará Melanie cuando se levante y vea a Draco en su cama?
La canción que Harry escucha en la radio de su coche se llama "Una foto en blanco y negro" y es de El Canto del Loco.
En el próximo capitulo también sabremos que fue de Harry...
Y ahora me despido con un abrazo...
NäTÿBläcK
