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Mientras le dejaba marchar
El vaho que se había condensado por su aliento resbalaba por la ventana cerrada de la habitación, pasaba la manga de su camisa para ver mas allá de ese vapor y comprobar si se acercaba al edificio.
No llegaba.
Los nervios subían y bajaban tan rápido por su cuerpo que no se daba cuenta de ello, y por eso estaba sorprendido de no sentir ese cosquilleo en el abdomen cada vez que pensaba en él.
No lo creía, asi de repente, le esperaba en una habitación, con ganas de susurrarle palabras al oído y de disculparse por todo lo que hizo.
Pero¿y si se marchaba sin dirigirle la palabra, con la mirada fría y clavada en sus ojos como dos helados puñales? Bueno, se tenía que arriesgar, no valía la pena, seguramente se notaba que sentía algo, llevaban meses dando clases los dos y se cruzaban en los pasillos y no podía evitar que su vista de desviase a su rostro.
¿Y qué le iba a decir? Una gota de panico se deslizo por su espalda, y comenzó a notar los nervios, se sentía absurdo, quizás ni siquiera se presentaba¿por qué lo haría? La suerte nunca estuvo de su lado, y esta situacion no iba a ser una excepcion.
Pero no pudo evitar que su mente emprendiera el vuelo, aunque rápidamente, la cuerda que la ataba fue tirada por las circunstancias, ya que la puerta se abrió.
Un silencio, que ya permanecia en la estancia desde que Harry la ocupaba, se hizo mas profundo, y denso, al fondo se oía el repiqueteo de las gotas contra el cristal.
Una capucha negra, cubría el rostro que yacía bajo ésta de sombras y de una turbia sensación.
Harry pasó su mirada del suelo hasta la espesa sombra que cubría el rostro; un mechón rubio, mojado, resbaló y entonces al moreno el corazón se le subió a la garganta.
Era él, parecía que no lo veía desde hace tiempo, y realmente le había visto esta mañana, desayunando y enfrascado en una guerra de palabras con el profesor Dumbledore.
Pasaron unos segundos en los que el cerebro se paralizó ante Harry, y se negó a articular palabra, nuevamente, el chico se fijó en el sonido de la lluvia, que cada vez se hacía mas fuerte.
Entonces, giró la cabeza para mirar a Draco y se topó con unos iris grises, puros y casi transparentes que le partieron el alma en dos.
No sabía como tomarse esa mirada, una gota de sudor rodó por su sien, decidió sentarse y esperar a que tomase la palabra Draco.
Se quito las gafas con pesar y se cubrio la cara con sus manos, y silenciosamente comenzó a derramar lágrimas, no sabia exactamente el por qué.
Aunque eso no le preocupó, quizás lloraba por el cansancio del día, o ni siquiera merecía explicación, simplemente lloraba y punto.
Nadie sabe exactamente porqué se llora, siempre son una mezcla de sentimientos, y eso siempre forma la rabia, al fin y al cabo.
Recordó a Ron la vez que descubrió el cuerpo inerte de Ginny, e intentó analizar por qué lloraba, lloraba porque su hermana pequeña había muerto, pero tambien lloraba por la venganza, y por rabia.
Abrió los ojos y volvió a la tierra, donde vio que Draco había dado unos pasos para ponerse en frente de él, solo veía sus zapatos negros como el ébano; se pasó la mano por la cabeza y lo miró.
Se había bajado la capucha y lo miraba serio, por sus mechones rubios se resbalaban unas gotas de agua y poco a poco bajaban a los hombros.
Harry se sentía lo mas patético que había visto en la vida, pero le miró a los ojos y se dio cuenta de que había valido la pena todo ese sufrimiento, solo por estar así de cerca con él.
Se levantó despacio, sin retirar la vista de los ojos de Draco, cuando estuvo a su altura, levantó un brazo, despacio y tembloroso, y con la punta de sus dedos rozó una mejilla.
Un calambre recorrió todo su brazo, pero aún asi continuó el contacto, Draco seguía mirándole, con aspecto de indiferencia, pero Harry se relajó más y continuo la caricia y bajó por su cuerpo, inspeccionando esa nueva zona que tanto tiempo imaginó su tacto, y ahora, en unas décimas de segundos acariciaba; notaba como la piel de Draco se erizaba al contacto.
No sabía si le gustaba, pero Harry no podía parar, era comouna droga que se negaba a dejar.
Cuando rozó su cuello, mientras observaba la curva de este pudo ver como Draco cerraba los ojos, disfrutando del contacto tanto como el.
Entonces, Harry continuo con su mano, rozando cada particula de su piel, y la llevó a su nuca, e inconscientemente, bajo una extraña hipnotización, Draco se acercó a Harry tanto que su aroma ya formaba parte de él, tan cerca que les separaba un solo suspiro.
Y a la vez que cerraba Harry los ojos y Draco se aproximaba a su boca, los labios entreabiertos del moreno eran rozados por los del rubio, con una lentitud hermosa.
Harry ya podía beber de su aliento, se paso la lengua por los labios, demasiado secos, nerviosos por las prisas, y calidos por la respiracion de Draco.
Entonces Draco se separó y le miró a los ojos, Harry los abrió, topandose el rubio con unas esmeraldas que le robaron el alma.
Su expresion no era triste, en absoluto, pero no estaba con aspecto feliz, estaba de cierta manera con miedo, pero Draco olvidó su orgullo de una vez por todas y pensó en los meses que había sufrido sin él, y ahora...tan de repente se tropieza con que la persona que anhela con toda su alma esta cerca, muy cerca.
Harry le miraba confuso, preocupado, pero decidió dar fin a su calvario y el orgulloso rubio dijo lo que miles de veces le susurraba:
Te amo
Decidió no pensar mas y lanzó sus labios contra los de Draco, en un arrebato de pasión, romanticismo y de anhelo.
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Harry se despertó de golpe, aturdido por lo que acababa de ver, en sus sueños, estaba con Draco, nunca había soñado con él, jamas había visto sus ojos tan de cerca.
La cabeza le daba tumbos, no sabía a que venía ese sueño, ni como interpretarlo, tuvo muchas señales, pero a lo mejor al echarlo tanto de menos, su subconsciente tendía a imaginar.
Comenzó a analizar el sueño, pero cuando se quiso dar cuenta no recordaba nada, lo había olvidado todo, y le daba rabia, pues, aunque sueño era, un recuerdo podía haber tenido para seguir soñando despierto.
Se sentó en la cama mirando alrededor, y decidio levantarse pues hoy era el gran dia; debía coger las maletas para volver a Hogwarts.
Todavía no se había planteado el hecho de que volvería a ver a sus amigos, y si realmente lo quería hacer, porque eso supondría volver a recuerdos, que aunque seguían vivos en su mente seguía siendo duro volver al lugar donde fue a duras penas asesinado.
Cogió sus gafas de la mesita de noche y se levantó, pensando en un nuevo día, el día en el que volvería al pasado.
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Una profunda respiración, un corazón palpitando fuertemente y un terrible dolor de cabeza.
Draco puso la mirada hacia el techo y se estiró, tratando de calmarse, los ojos estaban llenos de lágrimas, nacidas por la rabia que yacía en su corazón, haciendo que resbalasen por la sien hasta las sábanas arrugadas por la noche anterior.
Todo por un amor que le abrasaba por dentro, todo por un sentimiento que le llenaba la mente con miles de palabras que luego eran imposible de explicar, si tuviera un poco de esperanza en que todo estuviera bien, pero no tenía motivos para pensarlo, estaría solo para siempre, abandonado en una habitación escribiendo, que era lo único que podía hacer mientras veía la vida pasar, mientras el amor iba matándole poco a poco.
...Mientras le dejaba marchar...
No entendía porque una parte de su subconsciente le decía que alguien estaba sufriendo por el, que alguien le anhelaba, y ese alguien, aunque no lo podía reconocer ni a sí mismo, era Harry Potter.
Se avergonzaba de ello, se avergonzaba de pensar que su amor era correspondido, no se atrevía a ir a buscarle, porque sabía que si empezaba, jamás podría dejarlo hasta encontrarlo y dejarle claro que le ama.
Pero¿qué le impedía ir a buscarle? Evidentemente, era el miedo el que le impedía reconocer ante Harry que amaba, que le amaba, porque no tenía nada que perder, auquí no tenía nada que le atase a una vida, pero era el miedo, como antes dije el que hacía que Draco no fuese a buscar a Harry.
Su mente se inundaba cada vez con más y más preguntas que ni el mismo sabría contestar, y que no podía consultarlas, porque nada mas formularlas en un lugar que no fuese su propia mente, se avergonzaba de ellas.
Su ojos enrojecidos del cansancio y los finos labios morados por el frío, le daban a Draco un aspecto de demente, de alma solitaria que vaga por la vida buscando algo que sacie su sed, pero que jamás encontraría.
Cada vez que le recordaba, cada vez que bucaba en su interior su cara, con la piel color canela, los ojos verdes y una sonrisa que desataba suspiros, un regimiento de algo le hervía en el estómago.
Y llebava tanto tiempo sin verlo...que lo anhelaba cada vez mas, que deseaba volver a verle, le daba igual la circunstancia en la que le viera, a punto de morir, o de ser asesinado por él mismo, cosa que veía incluso coherente, ser asesinado por él.
Estaba loco, herido y se sentía estupido por todo lo que pasaba por su mente.
Los dias pasaron lentamente, y Draco seguía sin abandonar su habitación, seguía sin hablar a Melanie, todavía estaba confuso por lo que ocurrio la otra noche.
Ella por otro lado intentaba hablar con el, siempre estaba detrás de Draco para ver si necesitaba algo, para poder volver a tener las mismas relaciones, pero una parte de ella sabía que jamás volvería a ser lo mismo.
Y realmente no estaba decidida a perderlo igual que perdió a Alejandro, al igual que perdio a su madre y a su padre.
Entonces, ese turbio dolor que se negaba a salir de alguna manera durante mucho tiempo, esta vez decidió salir en forma de llanto, un grito seco que hizo retumbar toda la vitrina en la que se apoyo, haciendo que se cayese una copa de fino cristal, que al chocar con el suelo, se rompió en añicos.
Melanie no pudo evitar compararse con esa copa, y cayó al suelo, desvaneciendosele tambien el alma.
Un cristal de la copa se clavo en la muñeca, pero ella no gritó, su dolor fisico no tenía comparacion con el dolor que sentía en su interior.
La sangre caía lentamente por la mano hasta llegar al suelo, Melanie no hacía nada para evitarlo, solo se limitaba a mirar y a llorar con mas fuerza, pero sin hacer ruido, era mejor acabar con ello antes.
Despues de unos minutos, mientras su mirada se perdia en el charco color esmeralda, perdió el conocimiento y se tumbó hecha un ovillo de dolor.
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Hey hey! No me matéis, se que no esperábais este capitulo, mas que nada porque no tiene demasiado avance entre Harry y Draco, que son los importantes, pero era solamente para poder quitaros un poquillo esa "angustia" que se tiene (por lo menos yo) de que Draco y Harry no esten juntos, solamente espero que os haya gustado el sueño de Harry y que no os enfadeis por este cap ¿si? Prometo que el siguiente estará mejor hecho, este capítulo lo hice sin casi ningun estado de animo que me hiciese estar depresiva (tecnicamente escribo los capis según mi estado de animo).
Un beso y espero que alguien me deje algun Review ¿si?
PD: Siento no haber podido contestar a los reviews, no tuve tiempo suficiente, ademas mi ordena esta ya para mandarlo a un asilo.
