El Vuelo del Ikarus
Epílogo: Diáfano.
— ¡Apresúrate, Touma! —gritó una joven de cabellos verdes, Selene—. ¡Alexiel te matará si llegas tarde!
— ¡No solamente ella, sino Hagen también! —jadeó, mientras corría por los extensos pasillos del Palacio Valhalla—. ¿Por qué este Palacio es tan grande, por los Dioses¡Nunca se puede llegar a tiempo a ninguna parte!
— ¡Deja de quejarte! —lo regañó Selene, mientras llegaban por fin a las puertas del Salón del Trono—. ¡Y arréglate esas ropas, que la carrera te desordenó¡Pareces un pordiosero!
Touma hizo lo que le indicaba la Sombra de Eta, no sin antes asombrarse por ver que una chica tan linda pudiera tener ese tipo de vocabulario. Luego recordó que Erin hablaba del mismo modo y soltó una risita.
— ¿De qué te ríes? —preguntó Selene, arreglando las faldas de su vestido. Touma tuvo que admitir que ese tono morado le sentaba muy bien. Mirándose un poco a sí mismo, vio que el traje azul claro que le había regalado Aleisha le quedaba perfecto, acentuando el color de sus ojos y el rojo rabioso de sus cabellos. Con una última pasada de su mano a sus alborotados mechones, siguió a Selene dentro del Salón.
El Salón del Trono estaba decorado fastuosamente, con cortinas doradas y blancas alrededor del Trono, mientras que una enorme fogata ardía en el centro del Salón. Frente al Trono estaba Hilda y Siegfried, con Aleisha; y frente a ellos una Flher ataviada con una túnica inmaculadamente blanca con dorado y un Hagen vestido gallardamente de rojo y blanco, sus colores predilectos.
Pero para Touma, todo esto careció de importancia al ver la angelical figura de Alexiel al lado de Siegfried. Engalanada con un vestido color azul oscuro con detalles plateados, el cabello recogido en un moño del cual escapaban de manera encantadora algunas hebras de dorado cabello. Sus ojos azulísimos se fijaron en los de Touma, para luego sus labios abrirse en una tímida sonrisa.
Touma llegó a su lado y se mantuvo silencioso, mientras Hilda y Flher entonaban una oración a Odín y a Sif, esposa de Thor.
— Oh, Dios Odín, Supremo Dios de esta tierra helada, hemos ocurrido ante tu presencia para solicitar la venia de la bendición de esta unión... Diosa Sif, esposa del Dios del Trueno y la más grande de las videntes, a ti venimos en esta hora para implorar la enseñanza de cada mujer Asgardiana, la fidelidad que es tu atributo divino, el conocimiento sagrado de la pareja y la felicidad...
Un trueno fortísimo se oyó fuera del Palacio Valhalla, pero nada más. Hilda y Flher se sonrieron, dando comienzo a la ceremonia.
— Te ves increíblemente preciosa esta noche, Alex-chan... —susurró quedamente Touma, mientras observaban a Hilda en su discurso y a los jóvenes rubios tomados de las manos frente a ella—. Eres una visión perfecta...
Un sonrojo de la rubia le indicó que ella lo había escuchado. Touma sonrió y continuó mirando la ceremonia.
Música, baile y risas eran los adornos de la celebración del matrimonio entre Flher y Hagen, quienes no paraban de sonreír felices a quien se les acercara. Aleisha hablaba animadamente con su hermano Siegfried mientras bailaban, siendo blanco de más de una mirada envidiosa por las personas invitadas por su destreza en el baile. Selene y Mime conversaban en susurros y reían calladamente, como compartiendo una miríada de secretos; Tholl, Phenrrill y sus sombras reían y bromeaban, sentados en una mesa redonda, mientras que Erin y Alberich bailaban lentamente, mirándose a los ojos, como si estuvieran apartados en su propio mundo. Alexiel miraba a todos lados, pero parecía que Touma se había esfumado entre el humo de la pira ceremonial cuando acabó el ritual de matrimonio.
— ¿Dónde está...? —murmuró para sí, mientras salía al balcón, siendo una helada ráfaga su bienvenida. Una sombra detrás de ella la siguió hasta el barandal, observándola mirar las estrellas.
— ¿Qué estás buscando? —susurró juguetonamente una voz ronca a su oído, haciéndola estremecerse—. ¿Esperando por un Ángel?
Ella soltó una risita y se volvió, echando los brazos al cuello de su acompañante. Sus ojos brillantes contemplaron los otros ojos, sonriendo pícaramente.
— No, esperando por una salida... —fue su respuesta murmurada, mientras besaba los ávidos labios de Touma—. He estado mirando la fiesta por un buen rato, ahora quisiera irme...
— ¿De verdad quieres irte? Pero tu hermano...
— Él no se dará cuenta, además... creo que tenemos que hacer un largo viaje¿no?
— Ciertamente... —sonrió él mientras la abrazaba con más fuerza, apretándola contra su cuerpo—. ¿Estás lista?
Ella miró hacia el interior del Palacio.
— Sí, estoy lista...
Touma encendió su Cosmo, cubriéndose y cubriéndola con su purpúreo brillo. Dos personas salieron al balcón, atraídas por el resplandor.
— Arigato, Hagen... Arigato, Hilda-sama...
— Cuídala bien, Touma... —murmuró Hagen, mientras veía la bola de Cosmo alejarse a toda velocidad.
— Que Odín os proteja siempre...
La luna jugueteaba con las sombras entre los árboles. El agua estaba templada y fresca, mientras los dos cuerpos nadaban tranquilamente. Las chicharras cantaban su serenata a la noche, mientras las estrellas parpadeaban felices.
A las orillas de la Fuente del Sol, Alexiel flotaba en los brazos de Touma.
— Ahora entiendo el verdadero significado de la palabra "diáfano"...
Touma rió levemente, acariciando su mojado cabello.
— ¿Y ahora qué significa, además de luminoso?
Alexiel alzó la mirada.
— La razón de mi vida... tú, Touma.
Y la luna jugaba con las sombras, descubriendo a los jóvenes amándose... dos corazones volando al unísono, hacia el cielo, siempre juntos...
FinNotas de la Autora:
Sí, tardé, tardé enoooooooooones para hacer este fic, que empezó como algo pequeño pero que terminó ¡con 10 chappies más el epílogo! OO
Aún no me lo creo¡más de un año escribiéndolo!
Bueno, está demás decir que esta historia está dedicada a la más hermosa de las Sombras Divinas, a Alexiel de Merak, quien fue paciente conmigo y no me congeló el trasero mientras estaba escribiendo, amén de otras situaciones que no vienen al caso...
Este es mi tributo a ti, nena, por ser el frente de nuestro grupo, las DarkSide, quienes están siempre cerca de mi corazón...
A Aleisha, por ser la capitana y la más intuitiva...
A Selene, por ser todo corazón... la más bella de las Demonias...
A Dios Pan, por ser mi hermano, por estar siempre en mi pensamiento, por arrancarme una sonrisa entre lágrimas y por ser mi beta en esta historia...
Y a mi amor... dondequiera que esté.
A todos, muchas gracias por existir... :-)
Zelha / Lady Dragon