Hola! Cuanto tiempo sin hablarles …jejeje… bueno como esto de escribir algo al principio es todo un arte y yo no lo domino (N/A na na na lo que pasa es que me da mucha flojera. No los voy a entretener mucho así que sólo quiero agradecer a las personas que me han mandado reviews que son:

Sini sini Zamora (gracias amiga rusa jejeje), Sango2005 ( que bueno que te gustó lo que hice y a mí también me encanta la pareja MirokuxSango ), Stacie-Yuca (gracias por tus comentarios hermanita y ya no te enojes con migo ¬¬), Natys, Ximena Grint (…jeje… hola primita recogida del baño…jeje… gracias por tu comentario aunque no hayas entendido la historia ¬¬), Cynthia (espero que te haya ido bien con tus calificaciones), Kagome , IrIs-Ody, Sango 900, Belenl (a ver cuando hablamos por messenger otra ves) y a Gris-Kag. Gracias por su apoyo y SIGAN MANDANDO REVIEWS. se cuidan.

—diálogos—

pensamientos

(mis molestos comentarios )

CAMBIO DE ESCENA

Título : Lo lamento

Capítulo 10:

(Recapacitemos, Inuyasha busca un remedio para salvar a Aome, Miroku y Sango están en su momento romántico, Shippo sumido en su miseria y Kouga estaba buscando a Ayame ¿recuerdan?)

El joven hombre lobo iba a toda velocidad siguiendo el olor de Ayame que había tardado toda la noche en encontrar. Kouga maldecía para sus adentros por haberla descuidado en ese momento. De entre las sombras surgió una figura que pasó enfrente de Kouga. Era Inuyasha.

—¿QUÉ HACES AQUÍ, BESTIA?— le gritó sorprendido y molesto.

—¡CÁLLATE SARNOSO, NO PUEDO PERDER MI TIEMPO CONTIGO!—

—...— Kouga olfateó el aire y le dirigió una mirada furiosa al hanyou —¿¡Dónde está Aome?— Inuyasha apretó sus puños y escondió la mirada —¡No me digas que le pasó algo por tus descuidos bestia!¡Te mataré!—

Kouga golpeó a Inuyasha con su puño en la mejilla e Inuyasha no opuso resistencia.

—Me lo merezco—

—¡¿Oye de qué sirve que te golpee si me lo agradeces!— le gritó confundido

—Kouga, tengo prisa— y salió de ahí dejando al lobo muy pensativo pues Inuyasha parecía muy perturbado.

—Espero que no le haya pasado nada grave a mi querida Aome o esta ves lo mataré de verdad—

Inuyasha estaba apurado por encontrar un remedio y por primera ves no intentó pelear con Kouga. Este también muy preocupado por Ayame siguió su camino olfateando.

Terminaré pronto para luego buscar a Aome. No confío en ese bestia de Inuyasha—

Kouga disminuyó su velocidad cuando se encontró con un claro en el bosque, era de noche y la luna llena brillaba con tal intensidad que dejaba ver todo el perímetro del bosque donde los árboles no impedían su paso .

Aquí termina el rastro de Ayame— pensó el lobo

—Kouga— llamó una voz apagada junto a un árbol enorme. Era Ayame

— ¿Ayame?¿Cómo escapaste?— luego la miró sin comprender nada del porqué estaba con él si la iba a rescatar y preguntó —¿Qué pasa?—

—Que bueno que llegó— y corrió a recibir al joven. Lo abrazó y cerrando ojos mostró en su rostro una notable tranquilidad.

Kouga estaba muy confundido, Ayame nunca se había comportado así con él. Tal vez había pasado por mucha angustia desde que su rapto y estaba asustada pensó. Kouga no quiso preguntarle y algo nervioso y sin saber que hacer bajo tanta presión colocó sus manos sobre los hombros de la chica. Se sentía bien a su lado era reconfortante, algo que nunca había imaginado. Así que la abrazó con fuerza transmitiéndole el mensaje de que la protegería a cualquier costo.

—Pensé que nunca llegarías. ¿Acaso buscabas a Aome? —

—No, no era eso— dijo de forma poco convincente intentando hacerse el loco —Espera un minuto ¿por qué no estas molesta?—

De pronto toda la situación para el joven lobo "Ayame" que seguía abrazándolo abrió los ojos dejando ver unos rojos sin pupila, sus colmillos y boca se ensancharon y su olor pasó a ser el de una ogro (N/A no se como se diga) que había raptado a Ayame anteriormente. El hombre lobo se alejó al instante.

—¿Qué pasa acaso no era lo que esperabas?—

—¿Dónde está Ayame?—

—Ya debe estar muerta me estorbaba en mi plan para atacarte y comerte lobo— le gritó y se lanzó contra el chico.

Kouga saltó fuera del alcance de la ogro evitando así el golpe, pero unas garras aparecieron junto a él hiriéndolo por debajo de las costillas.. Haciendo que el chico se precipitara al suelo. Era muy rápida. Luego lo volvió a tacar. Kouga no supo que hacer estando boca arriba y herido así que se preparó para recibir el golpe.

—Aléjate de él— un remolino de hojas apareció a la derecha y de una patada alejó a la atacante de Kouga.

—Ayame—

—Eres un tonto. Sabía que sería demasiado rápida para ti— le dijo muy preocupada por su estado.

—Oye, vengo a salvarte y ¿así me lo agradeces?— dijo molesto

—No lo digo por eso. Me preocupabas—

—Entonces, ¿escapaste por tu cuenta?—

—Claro que sí. Si no, no te hubiera podido venir en tu auxilio. Escape mientras ella venía por ti—

La ogro se levantó enojada y Kouga se interpuso entre ella y Ayame. La ogro corrió y lo golpeo en el estomago con una fuerza inimaginable sofocando al joven lobo. Era demasiado rápida y Kouga en el suelo recibió un segundo ataque en la cara dejándolo a unos metros más allá

—¡¡Kouga!— Ayame no pudo articular otra palabra porque una mano le obstruía la garganta sofocándola.

—AYAME—

—...—la chica intentó liberarse de esa mano, pero fue inútil. No podía respirar y su energía se acababa

—Kou..ga— dijo asfixiada.

El chico de una furia reprimida recobró las suficientes fuerzas para levantarse y con su puño hacer desaparecer al engendro. Ayame calló al suelo rendida.

—¿Estás bien? Aaagghhh— y Kouga calló al suelo de espaldas al mismo tiempo que Ayame se desmayaba sobre él mientras amanecía.

EN EL HOSPITAL

Aome en su cuarto perdía mucha sangre.

—Sra. Higurashi si no encontramos algo que ayude a su hija antes de mañana morirá— dijo fríamente pero con dificultad.

—Nooo. No la pueden dejar morir. Aome te prometo que traeré a Inuyasha pronto. Resiste— dijo Sota desesperado y salió de la habitación sin hacer caso a su madre.

El niño corrió al templo, no le importaba que tan lejos estuviera tenía que encontrar a Inuyasha. Cuando llegó al templo se dirigió al pozo y saltó en su interior esperando poder transportarse a la otra época, para su mala suerte sólo calló pesadamente al fondo lastimándose el tobillo.

—Inuyasha, Inuyasha, Inuyasha vuelve o mi hermana morirá.

EN LA OTRA ÉPOCA

Mientras Inuyasha había encontrado otro pueblo y al pasar escuchó que en un pantano existía un gran oyente el cual tenía una mirada mortal. Inuyasha se quedó escuchando el relato disimuladamente.

—Sí, una mirada extraña. Dicen que cualquiera que vea sus ojos muere desangrado— dijo un aldeano con miedo.

—DÓNDE ESTÁ ESE PANTANO— preguntó violentamente el hanyou.

—Aaaahh. e-es-esta po-po-por allá— y señaló una vereda cubierta por maleza y arbustos espinosos.

Inuyasha se dirigió a ese pantano. Esa era su última esperanza de encontrar, algo le decía que Aome no lo esperaría por mucho tiempo más.

AL OTRO LADO DEL BOSQUE

Kouga abrió los ojos lentamente y al instante se dio cuenta de que Ayame dormía pacíficamente sobre su pecho y se sonrojó. Después de observarla por unos minutos no pudo evita pasa su mano por su tesa mejilla causando así que Ayame se despertara. El chico retiro la mano rápidamente. Ayame al abrir los ojos se sobresaltó un poco al no saber en donde se encontraba y más por estar en contacto con la piel del chico.

Kouga se sentó en el suelo levantando a Ayame en el acto (N/A ¿recuerdan que estaba sobre su pecho?) Y olfateó el lugar. Olía a sangre, que brotaba de su herida abierta y del cadáver de la ogro.

—Será mejor que te vallas. Hay monstruos en los alrededores decididos a saciar su hambre. Yo me encargaré de ellos— dijo tranquilo con una linda sonrisa

—¡Pero si estas herido!— le reclamó la chica.

—¿QUE? Te refiere a esto— señaló su herida —Eso es sólo un rasguño—

—Si sólo es un rasguño no te molestará que haga esto— y le dio una palmadita en el costado herido

—Aaagghhh. No hagas eso me duele—

Ayame lo miró con cara de "bebé sólo te toque" y Kouga le devolvió la mirada con una gota en la cabeza. Luego Ayame le dirigió una tierna sonrisa.

—Vamos te llevaré para curarte y luego podrás irte con tu s amiguitos a recorrer la región en busca de Naraku—

—¿Te refieres a Hakaku y Ginta? Humm esta bien, pero con cuidado—

—deja de hacer berrinches. Tu herida no es tan grave—

EN LA ALDEA DE LA ANCIANA KAEDE

Miroku, sango y Shippo sentían una extraña presencia dentro del pozo.

—¿Qué será?— preguntó el monje

—No lo sé, pero viene de la otra época— dijo astuta la exterminadora.

—¿No le abra pasado ya algo a Aome?— pregunto suavemente Shippo

Nadie le contesto simplemente se sentaron junto al pozo a esperar el regreso de su amigo con orejas de perro.

CON NARAKU

Kohaku después de su visita a su hermana había sido encarcelado por su acto, pero todavía nadie sospechaba que había recuperado la memoria. Su compañera era Kagura que estaba ahí desde que había escapado en medio de un combate entre ella y el monje y la taijiki.

Kohaku había recibido golpes de parte de Hakudoshi y estaba débil y enfermo. Ya eran casi tres días desde que lo metieron en esa miserable celda de frío suelo y paredes húmedas sin comida ni agua. Kagura se compadeció de él.

—Que tonto eres niño, ¿qué no te vasto con ver lo que me hicieron a mí?¿Acaso recuerdas algo?—

—...— el niño fingió dormir.

—Como me gustaría destruir a Naraku y Hakudoshi así sería libre como el viento y tal ves tú también—

A Kohaku le sorprendió este comentario, tal ves había encontrado un aliado para pelear en contra de Naraku.

OTRA VES CON INUYASHA

Ya había llegado al pantano. Una espesa niebla lo rodeaba tanto que empezaba a desesperarse de no poder ver nada más allá de un metro de su nariz. El olor a tierra mojada y plantas medicinales lo mareaba y asfixiaba y para colmo no sabía que tan profundo debía ir para encontrar al gran oyente.

Después de adentrarse más y más encontró la laguna más amplia y ya que Inuyasha tiene la paciencia de un gato (N/A o sea que no tiene) empezó a gritar.

—GRAN OYENTE SAL DE DONDE QUIERA QUE ESTES—

Al instante el lago comenzó a temblar y grandes ondas de agua se originaron al centro del mismo. Poco a poco un hombre con una enorme cabeza y orejas igualmente grandes se dejó ver.

—¿Quién eres, a pesar de que te oí venir hace ya unos kilómetros no sé tu nombre—

—Inuyasha— respondió, pero su vista se posó en los ojos de aquel individuo. Los tenía cerrados y tenían el mismo aspecto que los de Murashi —¿Tú conoces a Murashi?— preguntó violentamente.

—¿Murashi? Sí lo conocí, debo admitir que Naraku se basó en mis ojos para crearlo— le dirigió una sonrisa torcida a y llena de malicia —Creo que ya conoces sus efectos—

—Miserable, dime como curar las heridas que Murashi causó ó te destruiré— amenazó sabiendo que no podía cumplir la amenaza hasta haber descubierto el remedio.

—Los jóvenes de hoy tienen siempre prisa—

—...— Inuyasha apretó sus puños y dientes. De repente un escalofrío recorrió su espalda y tuvo un mal presentimiento sobre Aome.

Tenía razón, en su cuarto Aome había despertado de un sobresalto. No porque estuviera curada sino porque una de sus heridas, precisamente la del abdomen se había abierto causándole un gran dolor. Las enfermeras se asustaron al ver como la sacerdotisa se retorcía de dolor con lágrimas derramándose a cada lado de su bello rostro. Hicieron todo lo posible por calmarla y después de pocos minutos le agregaron anestesia al suero para tranquilizarla y tratar la herida.

—Aome— dijo Inuyasha en ese momento —Maldita sea dime como curarla insecto del demonio— desenvainó a colmillo de acero y saltó ala laguna sin importarle que daño le haría ese hombre deforme.

De un movimiento el gran oyente esquivó a Inuyasha que salpicó todo a su alrededor mojándose. Eso no fue un resultado beneficioso para el hanyou pues su traje al mojarse aumentaba su peso quitándole así a su portador agilidad.

Inuyasha saltó fuera de la laguna a la orilla de esta. Comenzó a sentir el peso de su traje, pero estaba furioso. Se despegó del suelo de un salto, alzó a colmillo sobre su cabeza y en ese momento el gran oyente decidió utilizar su arma secreta. Abrió los ojos directamente al chico.

Inuyasha sintió caliente su cuerpo que al momento cedía la ataque y se abría la piel para dejar abiertas unas heridas profundas y largas.

—Aaagghhh— gritó de dolor cayendo al suelo cubriéndose de lodo. Jadeaba, apenas y podía mantenerse a cuatro patas —No pensé que sería tan doloroso. Aome. Si no me dice como curarla morirá y seguramente yo también— pensó molesto.

Se levantó apoyado sobre su espada.

—¿Todavía te mueves? Vaya que eres resistente—

—Cállate y pelea— Inuyasha volvió acometer el mismo error y se colocó de frente a su oponente.

Por segunda ves sintió calentarse y abrirse su cuerpo. Pero se sobrepuso al dolor y se acercó más sin importarle las consecuencias. Cada paso que daba era mortal para Inuyasha. Cuando estuvo frente a su atacante se preparó para lanzar una de sus técnicas, cualquiera con el fin de acabar con ese sufrimiento.

—No puede ser— dijo el oyente

—VIENTO CORTANTE—

El cuerpo del gran oyente se destruyó, pero en realidad estaba echo de serpientes de río muy extrañas. La sangre morada de las serpientes salpicó Inuyasha causando una reacción igualmente extraña. Al caer sobre la herida esta se cerró poco apoco con un poco de ardor y al final dejando el brazo del mitad-bestia intacto. El hanyou se remojó todo en la sangre cerrando todas sus heridas.

—Eso es— y recuperó toda la sangre que pudo para su decepción esta se evaporó junto con el resto dejando a Inuyasha sin nada.

—No, Aome. Necesito esas serpientes para curarla— y las examinó. Después de un rato en su cara se iluminó una expresión de esperanza más no de felicidad.

—Todo lo que necesitaba esta en...—

No terminó la frase y salió corriendo en busca de Aome. Era el medio día y necesitaba apurarse o Aome moriría si no llegaba antes del anochecer.

CONTINUARÁ

Wow! Por fin lo terminé. No saben el tiempo que me tomó terminarlo. Espero les haya gustado y dejen por lo menos un review. El próximo capítulo es el último así que no se pierdan el final, finalito