CAP 5
Ray iba a llegar de visita ese día. Tyson y compañía fuero por él al aeropuerto, pues, aunque él les dijo que no lo esperaran, querían darle una sorpresa.
Camino al aeropuerto, encontraron un par de personas corriendo por la calle siendo perseguida por un grupo aún más grande de gente.
Tyson rápidamente reconoció a una de las perseguidas, era la misma chica que lo había vencido, y la otra parecía ser la extraña joven de la tienda de beyblades. Rápidamente, Tyson guió a todos a averiguar qué pasaba.
Por fortuna, las chicas se pudieron esconder, pero cuando los blade breakers llegaron al lugar, los extraños beyluchadores decidieron atacarlos.
"miren, estos son los sujetos que destruyeron la abadía." Dijo uno
"genial, si los eliminamos nuestros planes se realizarán"
"ataquemos"
Y así comenzó una batalla. Tyson y compañía no sabían por qué los atacaban, pero debían ganarles de todos modos.
Por desgracia, los extraños eran más que ellos, y tenían problemas, cuando de pronto, llegó Ray y lanzó su blade.
"¿Ray? ¿qué haces aquí?" le preguntó Tyson.
"estaba camino a tu casa, y decidí ayudarlos."
"gracias amigo"
La batalla continuó, y aún tenían problemas. Entonces, ella apareció y comenzó a ayudarlos.
"hola chicos ¿necesitan ayuda?"
"tú eres la beyluchadora del parque ¿cierto?" reconoció Tyson
"preferiría que me llamaras por mi nombre, Sam."
"jaja, no podrán ganarnos, ni aunque sean los campeones mundiales y la campeona callejera" se burló uno de los seis extraños.
"¿campeona callejera?"
"y organizadora del torneo, si me ayudas con esto te explicaré con detalles."
"de acuerdo, ¡ataca Dragoon!"
"vamos driger"
"Draciel, adelante"
Los cuatro atacaron al mismo tiempo, y terminaron por vencer a esos chicos desconocidos.
"demonios, nos vencieron."
"rápido, vámonos"
Y así huyeron, dejando solos a los blade breakers y Sam.
"muy bien hecho Sam, gracias." Lindsay salió de su escondite y felicitó a su amiga.
"fue gracias a los blade breakers."
"Tyson ¿no es esa la chica rubia de la tienda de beyblades" le preguntó Hilary.
"les presento a Lindsay, ella trabaja conmigo en mi tienda de beyblade, y es también la campeona callejera de beyblade"
"momento ¿no eras tú?" trató de aclarar Max.
"esos sujetos no salen del pasado, Lindsay ha sido campeona durante tres años seguidos"
"ahora explícanos bien ¿qué es ese torneo? ¿y por qué dijiste que yo jamás podría entrar?"
"de acuerdo, de acuerdo. Un torneo callejero consiste en una especie de carrera de obstáculos, en la que, al mismo que pasas los obstáculos, peleas con otros beyluchadores, hasta que solo algunos llegan a la meta."
"ja ¿y eso es difícil?"
"bastante, considerando las artimañas que utilizan ciertas personas. Y el hecho de que no pudiste con Sam en una batalla normal" aclaró Lindsay.
"además Tyson, este tipo de torneos no son para alguien con tu carácter. En este tipo de competencia no se busca la fama o la gloria, no hay cámaras, ni público, solo los familiares y amigos de los competidores, y claro, algunos excompetidores que saben del torneo. No creo que algo así te interese. Pero si quieres puedes venir, el torneo comienza mañana, ve a la tienda, y de ahí nosotras te llevamos."
"está bien, iremos"
"que bien, anda Lindsay, vamonos."
"esperen" Ray las detuvo.
"¿si qué pasa?"
"esos sujetos que las perseguían ¿por qué lo hacían?"
"por que planeamos recuperar lo que nos pertenece" dijo una voz detrás de ellos, y Lindsay entró en estado de pánico al verlo. Un joven de cabello rojizo, y terriblemente amenazantes ojos color ámbar era quien se dirigía a ellos.
"¿qué demonios haces aquí Vlad?" preguntó Sam indignada al ver al sujeto.
"¿quién es él?" cuestionó Hilary a Sam.
"Vlad, el líder de aquellos tipos"
"no puedo creer que hallan tenido que pedir ayuda a los blade breakers. Son realmente patéticas. Sam ¿por qué no entregas a Lindsay de una buena vez? Te ahorrarías muchos problemas."
Sam miró a Lindsay, estaba completamente aterrada, incluso temblaba, y al parecer no podría hacer mucho en caso de una batalla.
"vete Vlad, no queremos problemas"
"me iré, pero recuerda, que no las dejaré en paz hasta que me hayan entregado eso."
El pelirrojo dio media vuelta y se fue.
Su actitud no había agradado mucho a los chicos, Sam estaba molesta, y tratando de calmar a Lindsay.
"vendrán mañana ¿cierto?" Sam solo los miró.
"claro" respondieron los chicos al unísono, y esto dibujó una sonrisa en el rostro de Sam.
"que bien. A Kai le dará gusto verlos." Y se alejó junto con Lindsay.
¿Kai?¿lo habían escuchado bien? ¿Kai estaría en el torneo?
Kai estaba en su mansión, aburrido debo decir. No sentía ganas de practicar, ni de ver televisión, y tampoco tenía hambre.
Caminó por las habitaciones de su casa, hasta que llegó a la puerta que daba a la biblioteca.
Su abuelo solo a veces lo dejaba entrar ahí, y como ahora se hallaba de viaje, era una buena oportunidad para sacar algunos libros y llevarlos a su alcoba para leerlos después.
Abrió la puerta, y entró. Era un sitio enorme, al que ya estaba acostumbrado.
Buscó entre todos los libros, sacando uno que otro cuyo título prometiera una buena lectura.
Pronto recordó acerca de un libro que le había interesado bastante. Su abuelo, según recordaba, lo había guardado en un estante, fue ahí, y pronto lo encontró.
Se hallaba en un lugar algo alto, y al tomarlo, este cayó atrás del estante.
"oh genial, ahora tendré que moverlo" se quejó, y empujó en estante.
Sin embargo, en esa pared, había algo que seguro jamás había visto.
