Capítulo 13 Los Amos del Desastre

Cuando Hermione bajó a la Sala Común la mañana siguiente, se acercó a saludar a Katie y Ginny, ignorando al resto de la sección femenina de la Casa del León. Todas las chicas la miraron y comenzaron a susurrar. Hermione simplemente las ignoró y siguió hacia sus amigas que hablaban en una mesa

"Díganle a Ron cuando se levante, que vaya al Salón de Harry. Necesito a los dos en la charla." Le pidió la Prefecto a las chicas, antes de añadir: "Explíquenle lo de anoche ustedes antes que alguien más lo haga."

"Tranquila que lo haremos." Asintió Katie antes de que Hermione deje la Sala Común, en el instante que Ron bajaba las escaleras.

"¿Qué me tienen que explicar ustedes dos a mí?" Preguntó el pelirrojo.

"La intrusión de un sátiro violador en el dormitorio de Hermione anoche." Contestó Katie con una sonrisa.

"¿¿¿¿QUÉ????" Preguntó Ron gritando.

"Siéntate que esto te va a divertir." Dijo Ginny sentando a su hermano antes de preguntarle: "¿Sabes que Hermione tiene problemas personal y que Harry quería hablar con ella?"

"Sí, Harry me lo dijo después de su clase ayer a la mañana." Explicó Ron, no entendiendo la razón de la pregunta.

"Harry quería hablar con ella, pero como los horarios de ambos no se lo permitirían hoy, decidió ir a su dormitorio anoche. Esto sin que lo sepa nadie más que ellos dos, Dumbledore y McGonagall. Supongo que te lo dirían a ti más tarde." Explicó Katie.

"¿Por qué tengo el presentimiento que esa charla no tuvo buen futuro?" Preguntó Ron viendo los susurros de las chicas alrededor de ellos.

"Todo fue bien hasta nuestra entrada. Ginny, al verlo, gritó y despertó a Parvati y Lavender, que sin conocer la situación lo atacaron." Continuó Katie su historia.

"Luego de que logramos calmarlas, las enviamos a nuestros dormitorios, mientras Katie y yo, dormiríamos allí. El propósito era que ellos pudieran hablar sin ser molestados y en confianza." Continuó Ginny.

"El problema fue que Lavender y Parvati dijeron en nuestros dormitorios que en el suyo había un chico, obviando el detalle que era Harry. El resultado de esto, fue a todas las chicas de nuestros años en el dormitorio con sus varitas listas a echarle unos cuantos maleficios." Añadió Katie.

"A esto, se le sumó McGonagall y las demás chicas de la Torre, que de repente comenzaron a lanzar maleficios. Harry, ante esto, debió lanzarse atrás de la cama de Hermione para protegerse. Nuestra Jefa de Casa fue aturdida por uno de ellos y tuvimos que levantar un escudo alrededor de la cama para que la cosa no pasara a peores." Continuó Ginny.

"Ahora la charla de anoche fue pospuesta para hoy en el Salón de Clases de Harry, a la cual debes ir. Hermione dijo que quería a los dos ahí antes de irse allí." Terminó la Cazadora con la historia.

"La cantidad de idioteces que se van a decir por esto, no tienen límite!" Murmuró para sí mismo Ron antes de pedirle a Neville que le dijera a Sprout de Herbología, su primera clase de esa mañana, y a Dean que le dijera a Flitwick de Encantamientos, que era su segunda clase, que no iría ese día.

"¿Qué razón les damos?" Preguntó Dean asintiendo al pedido, luego de un par de miradas asesinas de Katie y Ginny, que le decía que si no accedía, sufriría una muerte a sus manos.

"Inventen algo creíble!" Les gritó Ron saliendo de la Sala Común para ir al Salón de Defensa, teniendo el presentimiento que esta charla cambiaría, no solo su futuro, sino también el del trío.

"Adelante, Ron!" Gritó Harry cuando golpearon su puerta un rato más tarde a la llegada de Hermione. Ella le había dicho que Ron vendría y que deberían esperarlo antes de comenzar a desayunar.

"¿Llego tarde, sátiro de la Casa Gryffindor?" Preguntó Ron con una risa burlona, sentándose en la última silla que estaba puesta para el trío.

"¿Deseas que aumente tu detención con Filch, Ron?" Preguntó Harry con una sonrisa diabólica.

Ron se calló la boca y comenzó a comer el desayuno que Dobby había traído para el trío. Ninguno de los 3 dijo nada mientras comían. El silencio les caía bien en ese momento.

"Creo que debemos hablar los 3." Dijo Hermione seriamente cuando Dobby se llevó los restos del desayuno.

"Hablemos." Asintieron Harry y Ron, que sentían que una charla era necesaria.

"Chicos, dejamos de ser niños hace demasiado tiempo. Probablemente desde el día que fuimos por la Piedra." Comenzó Hermione.

"Harry, anoche me dijiste varias cosas. Una de ellas fue que nadie quiso ver que habíamos dejado de ser niños. Las consecuencias ya las vimos: Sirius muerto, Voldemort con más poder y otras.

"Los 3 sabemos que entramos en la Orden solo por el ultimátum que Harry les dio. No sé cuál fue la razón de ambas cosas, el ultimátum y que nos permitieran entrar, pero sabemos que la Orden, nos sigue tratando como a 3 chicos de 10 años que no saben nada de nada." Dijo Hermione, mientras los otros 2 la escuchaban en total silencio.

"¿Qué propones?" Preguntó Harry seriamente.

"Entrenémonos a nosotros mismos." Declaró la Prefecto, antes de continuar, teniendo la atención completa de sus amigos.

"Harry, como Profesor eres capaz de sacar libros de la sección Restringida de la Biblioteca sin que esto levante sospechas. Con tu trabajo en el MI-5 tienes conocimiento de las tácticas Muggles. Sumando eso a mi conocimiento y mi sed de búsqueda de información y las tácticas que Ron pueda crear, los resultados pueden ser gigantes."

"El Cuarto de Requerimiento puede ser el lugar perfecto para entrenarnos y conseguir los elementos necesarios para eso." Agregó Ron coincidiendo en lo que Hermione proponía.

"Entrenamiento Animago." Dijo Harry de repente recordando el libro que McGonagall le había regalado en su cumpleaños.

"Tiro al blanco con armas de fuego." Añadió Ron recordando el arma que Harry siempre llevaba.

"Arquería. Le podemos pedir a Firenze que nos enseñe." Dijo Hermione, mientras anotaba todo en un pergamino.

"Uso de espadas y armas mágicas." Dijo una nueva voz entrando en la habitación y agregándose a la charla. El trío se dio vuelta con sus varitas apuntando a la voz, además de Harry que también apuntó su arma.

"¿No sabe tocar antes de entrar, Director?" Preguntó Harry guardando su arma y su varita mientras sus amigos hacían lo mismo.

"Lo recordaré la próxima vez." Declaró Dumbledore tomando el pergamino y leerlo en silencio.

"Chau entrenamiento secreto." Murmuró Hermione a los dos chicos.

"Aquí tienen algunos libros que pueden servirles. Si quieren hacerlo, debo tener un informe cada dos semanas de sus progresos. Lo hacen y mi boca estará sellada ante el resto de la Orden. Sobre todo a su madre." Informó Albus seriamente, antes de decirle la última frase a Ron, además de darles una lista de libros.

"Los que están subrayados están en la Sección Restringida." Informó Dumbledore señalando a varios libros.

"¿Cuál es la trampa en todo esto?" Preguntaron los 3 al mismo tiempo sabiendo que el informe de progresos no era lo único que Dumbledore pediría.

"Son dos. La primera es que ustedes serán Generales en las Batallas de importancia de la guerra y entrenarán estudiantes para una posible batalla aquí en Hogwarts, que me temo, no tardará mucho en suceder." Informó Dumbledore con un tono sobrio y de completa seriedad.

"¿La segunda?" Preguntó Harry mientras los tres accedían al pedido.

"Si alguien pregunta de donde sacaron esto, yo nunca se los di." Dijo Albus dándoles un libro y saliendo del Salón sin que el trío pudiera preguntarle algo.

"Está loco!" Se rió Harry leyendo el titulo: 'Diario de Bromas de los Merodeadores. De Primero a Séptimo Año.'

"¿Quiere que tomemos la posta de los Merodeadores y de los Mellizos?" Preguntó incrédulamente Ron, mientras leían el libro.

"No sé Ustedes, pero yo esto, no lo dejo pasar!" Exclamó Harry luego de leer las primeras 10 páginas, donde estaban descritas, paso a paso, todas las bromas de los 4 desde su entrada en la Escuela.

"¿Qué dirán Fred y George si les pedimos ayuda con sus productos para esto?" Preguntó Hermione de repente, mostrando su apoyo a la idea. Ron no se quedó atrás tampoco, uniéndose a la idea.

"Hay una manera de averiguarlo." Dijo Harry yendo a la chimenea, lanzando polvos Flu y gritando: "Fred Weasley!"

Unos momentos más tarde, la cabeza del mellizo apareció en la chimenea, Fred se sorprendió al ver al trío llamándolo, y llamó a George para que viniera también a escuchar, pensando que algo serio había ocurrido.

"Tranquilos que no pasa nada." Aseguró Harry viendo la cara de los 2 bromistas.

"¿Entonces?" Preguntaron los dos al mismo tiempo.

"Necesitamos hablar de negocios nosotros 3." Declaró Harry seriamente.

"¿Tiene que ser ahora? La tienda está abierta todavía!" Exclamó Fred.

"Si le quieren dar una ojeada a esto, creo que sí." Dijo Hermione mostrando el libro.

"Muévete de ahí!" Gritaron los dos mellizos al leer el título del libro.

"Vengan a mi Oficina." Dijo Harry corriéndose de la chimenea. Un segundo después, arribó Fred, y unos momentos más tarde George.

"¿Nos sentamos a hablar entonces?" Preguntó Harry mientras los mellizos leían las primeras páginas de libro.

"¿Qué necesitan de nosotros?" Quiso saber con curiosidad Fred, devolviendo el libro a Hermione.

"Ustedes aportan sus productos y nosotros los probamos en los estudiantes de la Escuela. Luego de cada broma ustedes recibirán un informe completo de los efectos y resultados. Además seguirán mis inversiones de suma a convenir, una cada 3 meses." Explicó Harry antes de que tocaran a la puerta de su Oficina.

"Pónganse esto!" Ordenó Hermione a los mellizos dándoles la capa de Harry. Los dos hicieron caso a la orden sin preguntar nada, mientras Ron guardaba el libro en sus ropas.

"Adelante!" Indicó el Profesor de Defensa, una vez seguro que los mellizos no serían vistos.

"¿Interrumpimos algo?" Preguntaron Remus y Tonks entrando unos momentos más tarde.

"Charlábamos. Hacía bastante que no los hacíamos." Dijo Harry simplemente.

"Oh, ¿y por que están los mellizos aquí?" Preguntó Tonks casualmente.

"Les dijimos que se cubrieran, idiotas!" Le reprochó Hermione al ver que los pies de los dos se veían.

"Hola, Remus, Hola Tonks!" Saludó Fred sentándose al lado de los otros.

"¿Saben que su amigo Harry ahora es un sátiro violador?" Preguntó con risa Remus a los mellizos.

"¿Cómo es eso?" Preguntaron Fred y George al mismo tiempo al trío.

"Las cosas fueron así." Dijo Harry antes de contarles lo que había pasado la noche anterior en la Torre Gryffindor.

"¿Aturdieron a Minerva?" Preguntó Remus sorprendido.

"El hechiza era para mí, pero le dieron a ella." Dijo Harry.

"Hay algo que no sabemos y es como llegaste allí sin activar las alarmas. Ni Dumbledore no McGonagall lo quieren decir." Comentó Tonks.

"Secretos de un Ángel, querida Nymphadora." Respondió Harry con una sonrisa.

"TE DIJE QUE ODIO ESE NOMBRE!!!" Gritó la Auror al adolescente.

"¿Qué hacen ustedes dos aquí?" Preguntó Remus a los mellizos.

"Necesitaban hablar conmigo por algo de la tienda. Soy su principal inversor monetario después de todo." Dijo Harry, inventando la excusa más creíble en ese momento. A su lado los mellizos asintieron fervorosamente.

"¿Y ustedes dos?" Preguntó Hermione a Remus y Tonks.

"Vinimos a hablar con Harry y ver como estaban ellos." Contestó Tonks señalando al trío, antes de que golpeen la puerta nuevamente.

"¿Hay convención hoy?" Preguntó Ron sarcásticamente a Harry, mientras abría la puerta. Allí había una alumna de cada año de Gryffindor deseando hablar con él.

"Convención, no. Inquisición española, sí." Replicó Harry viendo a las estudiantes, antes de preguntarle: "¿Qué desean?"

Andrea Miller, la estudiante de séptimo año se acercó y le entregó varios pergaminos antes de darle un cachetazo y marcharse de allí, gritándole pervertido. Las demás estudiantes le dieron un cachetazo por turno antes de irse gritándole insultos también.

"Ouch, eso debió doler." Comentó Fred mientras el Profesor leía los pergaminos en silencio.

Antes de que alguno preguntara algo, Harry tomó su arma de su cintura y vació el cargador entero en una pared. Ninguno de los que estaban allí, hizo comentarios sobre eso. La cara del adolescente daba miedo de solo verla.

"Continuaremos esta reunión en otro momento." Informó Harry a sus amigos antes de irse de la Oficina, dejando una copia de los pergaminos para el grupo.

"Mierda!" Exclamó Ron al leerlo: era una denuncia firmada por todas las alumnas de Gryffindor contra él por acoso sexual, invasión de dormitorios del otro sexo con intenciones desconocidas y posible intento de violación de las alumnas de ese dormitorio.

"Habrá problemas con esto." Dijo Hermione seriamente leyendo las firmas. Allí estaban todas excepto 5.

"¿Firmaron todas?" Preguntó Tonks leyéndolas.

"Las únicas que no firmaron fuimos yo, Ginny, Katie, Karen y la hermana de Hannah Abbot." Declaró Hermione luego de revisarlas todas.

"Habrá problemas para Karen y Anne de seguro." Declaró Ron saliendo con Hermione corriendo de allí para hablar con las dos alumnas de primero, mientras los mellizos volvían a su tienda y Tonks y Remus volvían a los cuarteles, decidiendo hablar con el trío en otro momento.

Cuando Harry llegó a su destino, la Oficina de Dumbledore, echaba humo de la furia que tenía por los papeles que le habían dado. Luego de decir la contraseña y subir las escaleras, golpeó la puerta y entró cuando se lo indicaron.

"Buenos días, Harry." Saludó el Director con una sonrisa, que se desvaneció al verle la cara.

"Dígame si debo reírme, llorar o matar a alguien." Dijo Harry entregándole los pergaminos a Albus, mientras se sentaba y encendía un cigarrillo.

"¿Es esto una broma?" Preguntó Albus con sorpresa al terminar de leerlo.

"¿Cree que vendría aquí con este humor si lo fuera?" Preguntó con sarcasmo el adolescente.

Antes de que Albus le contestara, en la Oficina entró Minerva, que estaba tan feliz como Harry. En sus manos tenía unos pergaminos que le dio al Director antes de sentarse.

"Mato a alguien." Comentó Harry a Dumbledore viendo que los papeles de McGonagall eran iguales a los suyos.

"Pienso hacer lo mismo." Comentó Minerva aún visiblemente furiosa.

"¿A usted también le dio un cachetazo cada una de las chicas del grupo?" Inquirió Harry mostrando el lado de la cara que comenzaba a estar rojo de los golpes.

"Mátalas." Dijo Dumbledore con algo de humor negro..

"Hay otra cosa que me preocupa: no todos la firmaron." Dijo Minerva ignorando el último comentario del Director.

"Hermione, Katie, Ginny, Karen y Anne Abbott no la firmaron." Dijo Harry quien se había dado cuenta de eso en su Oficina al leer los papeles la primera vez.

Antes de que alguien se dijera algo más, la puerta se volvió a abrir y una nueva persona en estado de furia entró: Madame Pomfrey. Esa visión, hizo enojar aún más a Harry y Minerva, mientras que Dumbledore no parecía demasiado contento con la visita tampoco.

"Déjame adivinar tus pacientes, Poppy: Karen Weasley y Anne Abbott." Dijo Albus antes de que la Enfermera abriera la boca.

"6 maleficios diferentes cada una tiene!" Exclamó la Enfermera dándoles a los 3 una lista.

"Mato a alguien!" Exclamó Harry antes de dejar la Oficina con su copia de la lista. Esto requería venganza a gran escala.

"Vas a tener varios pacientes más pronto." Dijo Minerva a la Enfermera.

Revisando el Mapa del Merodeador en busca de alguna personas y encontrándolas, Harry se dispuso a planear la venganza. Primero fue a Encantamientos donde estaban Ron, Hermione y Hannah.

"Perdone Profesor Flitwick, necesito retirar unos alumnos de su clase." Informó el adolescente asomando su cabeza en el Salón.

"Adelante, Sr. Potter." Indicó el diminuto Jefe de Ravenclaw dándole su autorización.

"Hannah, Ron, Hermione, vengan conmigo." Indicó Harry al trío, dándole una señal de agradecimiento al Profesor.

"¿Qué sucede?" Preguntaron los 3 cuando estaban afuera, mientras Harry los guiaba al Salón de Historia de la Magia a buscar al siguiente miembro del grupo.

"Disculpe, Profesor Binns, necesito retirar a una alumna." Dijo Harry asomando su cabeza en el Aula. Binns asintió ligeramente antes de continuar su clase.

"Ginny, ven conmigo." Indicó el Profesor de Defensa a la Prefecto de Quinto, que parecía estar a punto de quedarse dormida en su pupitre.

"¿Qué sucede?" Le preguntó Ginny a Ron mientras el quinteto iba a las mazmorras.

"Ni idea." Dijo el pelirrojo, mientras Harry entraba en el salón de Pociones.

"Necesito retirar una alumna por una emergencia." Explicó Harry a Snape, cuando este le preguntó la razón de su presencia.

"Hazlo y vete." Ordenó Severus.

"Katie, te necesito ahora." Dijo Harry a la Premio Anual, que pareció estar agradecida por la llamada.

"¿Qué pasa, Harry?" Preguntó Ginny mientras iban al Salón de Defensa.

"Léanlo." Indicó el Profesor a las 3 chicas dándoles la denuncia en su contra.

"¿Es una broma?" Preguntó Hannah incrédulamente. Ella, al igual que el resto del Colegio, se había enterado del incidente de la noche anterior, gracias a los rumores que habían sido esparcidos por las chicas de Gryffindor en el desayuno. Antes de Encantamientos, había hablado con Hermione y ella le había dado la verdadera historia, y no la llena de rumores y mentiras que habían esparcido.

"Este no es todo el problema, ¿verdad?" Preguntó Katie, sintiendo que la denuncia era solo la punta del iceberg.

"Miren las firmas y sabrán cual es el otro." Dijo Harry mientras Dobby traía algo de comida para el grupo.

"Faltan la de nosotras 3, la de Karen y la de Anne Abbott." Dijo Ginny revisándolas, señalándose a ella misma, Hermione y Katie.

"La lista de maleficios por las que Karen y Anne acaban de ser ingresadas en la Enfermería." Dijo Harry dándoles la lista que Pomfrey les había dado a él, además de a los Directivos en la Oficina de Dumbledore.

"LAS MATO!!!!" Gritó Hannah al leer la lista, dirigiéndose a la puerta. Todos los demás estaban listos para seguirla en vez de detenerla.

"Esa no es la salida, Hannah." Declaró Harry seriamente deteniendo al grupo.

"Si no es esa, ¿cuál es la maldita salida entonces?" Gritó Hannah.

"Ron, ¿tienes el libro?" Preguntó Harry a su mejor amigo con una sonrisa maléfica.

"¿Qué planeas?" Preguntó Ron mostrándole el libro a Hannah, su hermana y Katie, y explicando quienes eran los Merodeadores.

""De seguro, debe haber algo que las haga pagar por esto, de una manera lenta y MUY dolorosa." Dijo Harry comenzando a leer el libro con atención, junto al resto del grupo.

Esa noche, Harry se sentó a esperar a McGonagall en el Salón de Transformaciones, para su clase con la Jefa de Gryffindor. Mientras la esperaba, Harry decidió probar algo.

Durante ese verano había estado leyendo el libro que Minerva le había regalado en su cumpleaños por curiosidad. Luego de la reunión con Ron y Hermione, había decidido ver si tenía formas animagas, y cual era en caso de que lo hiciera.

Apuntándose la varita a si mismo, Harry hizo un movimiento con ella antes de decir: "Animas Bestiarus!"

Una luz dorada lo rodeó, y lentamente su sombra comenzó a brillar, tal y como el libro decía, y comenzó a formar su forma Animaga. A Harry no le costó reconocer esa forma: un Dragón.

Mientras se recuperaba del shock de la forma, su sombra continuó cambiando: luego del Dragón vino un Delfín. A continuación, apareció un Halcón. Unos momentos más tarde, un león. Esta fue la última forma antes de que su sombra recuperara su forma normal.

"Los 4 elementos." Murmuró una voz, sorprendiendo a Harry, que se giró y apuntó su arma a la voz.

"Veo que sus reflejos siguen siendo tan buenos como siempre, Sr. Potter." Dijo Minerva entrando en el Salón, mientras el adolescente devolvía el arma a su sitio habitual.

"Perdón. Me sorprendió." Se disculpó Harry.

"A mí me sorprendió más las formas Animagas que tiene." Dijo Minerva con una sonrisa.

"Quería comprobar si tenía formas Animagas. Las 4 formas me sorprendieron más que a Usted." Dijo Harry.

"Seguramente no deseabas que las conociéramos, ¿verdad?" Preguntó Dumbledore entrando en el Aula. Decidió no sorprender más a Harry, por si el joven un día disparara antes de ver quien había hablado.

"Tal vez." Contestó misteriosamente el adolescente.

"He de suponer que la Srta. Granger y el Sr. Weasley estarán interesados en seguirlo en este entrenamiento." Afirmó Minerva, más que preguntar.

"Probablemente." Dijo Harry aún con un tono misterioso.

"No haré preguntas, solo les pediré que si tienen problemas vengan a mí de inmediato en vez de tratar de resolverlo solos. Esto es muy peligroso." Dijo Minerva con completa seriedad.

"Prometo que así lo haremos." Aseguró Harry con la misma seriedad.

"Por el hecho de que Madame Pomfrey no ha recibido pacientes de la Casa Gryffindor hoy, he de suponer que tu venganza no tomará lugar hoy." Dijo Dumbledore cambiando de tema.

"Hemos decidido que si hoy nos vengábamos, las cosas no serían lindas ya que lo haríamos en caliente. Por eso, la venganza debe esperar." Informó el Profesor con una sonrisa diabólica.

"¿Quiénes son esos 'nosotros'?" Preguntó Albus con algo de curiosidad.

"Yo, Ginny, Hermione, Ron, Katie y Hannah." Dijo Harry simplemente.

"¿Qué tienen planeado hacer?" Preguntó Minerva no segura de querer conocer la respuesta.

"Algo MUY doloroso para las chicas." Contestó Harry misteriosamente.

"¿Qué?" Preguntaron los dos directivos al mismo tiempo.

"Esperen y verán." Dijo solamente Harry.

"Como la respuesta, no me va a gustar, comencemos la clase." Indicó Minerva seriamente. Dumbledore se retiró, mientras Harry comenzaba con la tarea asignada para ese día.

Karen y Anne entraron la mañana siguiente en el Salón para el desayuno rodeadas por Hannah, Ginny y Hermione. Ron y Katie habían guardado sitios para las 5 en la mesa Gryffindor desde el momento en que bajaron a desayunar.

"Háganme un sitio. La Mesa de los Profesores esta demasiado aburrida hoy." Dijo Harry sentándose junto a sus amigos.

"Oye, Harry, ¿es cierto que antes de ayer fuiste a los dormitorios de las chicas?" Preguntó Dean de repente.

"Tenía en mente armar una orgía con todas las chicas de la Torre e iba a invitarlos a ustedes 3 y Ron para que participen de ella." Dijo Harry haciendo muestra de su peor humor negro señalando a los otros chicos de Sexto Año. A su lado, Katie, que había escuchado el comentario ese la noche del incidente, estalló en una risa incontrolable.

"Ella iba a ser la primera en participar de la orgía." Dijo Harry con más humor negro, apuntando a la Premio Anual. Esto hizo que Katie, en vez de calmarse, se riera aún más.

"Tu humor negro es pésimo." Declaró Hermione seriamente, mientras todos en la mesa miraban a Harry y Katie escandalizados.

"Me enseñó la mejor, mi Jefa del MI-5. O la peor dependiendo de cómo lo veas." Dijo Harry simplemente, mientras la Cazadora lograba finalmente calmar su risa.

"No me reía así desde que los Mellizos dejaron el Colegio." Dijo Katie a Harry.

"Perdona mi humor negro, Hannah. Pero no pude contener el comentario." Se disculpó el Profesor con la alumna de Hufflepuff.

"Entendible." Comentó Hannah con una sonrisa.

"Tengo que preparar una clase. Nos vemos más tarde en la Clase de Hagrid." Se despidió Harry de sus amigos antes de dejar el Salón, mientras las chicas los miraban escandalizadas.

Los comentarios de Harry en la Mesa de Gryffindor en el desayuno armaron escándalo. Todas las alumnas de Gryffindor se quejaron y exigieron que les diera clase otro Profesor que no sea tan pervertido.

"¿Quieren que despida un Profesor por mostrar humor negro?" Preguntó Dumbledore creyendo haber escuchado mal, cuando las alumnas de Gryffindor fueron a exigirle que despida a Harry por los eventos y los comentarios hechos en los últimos días.

"Nadie entiende mi humor." Se quejó Harry entrando en la Oficina del Director, escuchando la respuesta afirmativa de las alumnas.

"¿¿¿ESO FUE HUMOR???" Gritó Andrea Miller en la cara del adolescente, haciendo un ademán de darle un nuevo cachetazo. Pero el Profesor fue más veloz y atrapó su mano y la apretó detrás de la espalda de la estudiante.

"Vuelva a hacer eso y le quebraré el brazo además de asegurarme personalmente que sea expulsada de este Colegio." Amenazó Harry soltándole el brazo.

"ME ATACÓ!!!!" Gritó la estudiante a Dumbledore señalando a Harry, que había ido a revisar al huevo de su Fénix, que parecía no querer nacer todavía.

"Y usted intentó atacarlo en primer lugar, Srta. Miller." Respondió Albus seriamente.

"Esto no quedará así!" Gritó Miller dejando la Oficina con el resto de las chicas.

"¿La mato?" Preguntó Harry sentándose en una silla y encendiendo un cigarrillo. Dumbledore no le contestó, solo se limitó a comenzar a discutir el tema por el que Harry había ido a su Oficina: el entrenamiento secreto del trío.

Desde ese día, Harry se dedicó a ignorar a la población femenina de la Casa Gryffindor, excepto a sus amigas. A las demás solo se dirigía en clase y cuando era absolutamente necesario, ocasiones que trataba de reducir a lo más mínimo.

Tres días después del incidente en la Oficina del Director, las cosas se tornaron a un punto sin retorno: las chicas, lideradas por Andrea Miller, habían atacado nuevamente a Karen.

Solo el poder combinado de Minerva, Snape, Flitwick y Dumbledore evitaron que Harry la matara ese día. La única manera de pararlo, fue lanzándole 4 diferentes hechizos aturdidores.

"Esto va a ser una pesadilla." Sentenció el Jefe de Ravenclaw a sus colegas seriamente. Los otros 3 Profesores, no hicieron ningún comentario, solo asintieron sabiendo lo cierto de esa frase.

Esa noche, Harry fue hacia la Torre Gryffindor hecho una completa furia. Todos en la Sala Común se alejaron de su camino en cuanto entró. Sus amigos, al solo verlo, supieron que algo estaba definitivamente mal, MUY mal.

"¿Cuál es la peor cosa que han encontrado en ese libro?" Preguntó Harry a los demás en un tono demasiado peligroso de voz, que lanzó escalofríos a todos ellos al instante.

"Esto." Dijo Ron señalándole una broma escrita allí. Harry solo se limitó a leerla para sí mismo, antes de que una maléfica sonrisa se asomara en sus labios.

"Es hora de llamar a los refuerzos." Declaró el Profesor saliendo de la Sala Común con los demás.

"Le sugiero que preste mucha atención al sector femenino de la Casa Gryffindor esta mañana, Profesora. Hoy se lleva a cabo la venganza." Dijo Harry a Minerva dos días más tarde en el desayuno.

"Creo que decirte que la Srta. Miller será expulsada el lunes en la mañana, no cambiará sus planes en absoluto, ¿verdad?" Preguntó McGonagall, sabiendo que la respuesta sería un rotundo NO de su joven colega.

"No podemos esperar tantos días, Profesora." Declaró Harry comenzando a desayunar.

Un rato más tarde, mientras los estudiantes comían en silencio, se escuchó un gran 'plop' en la Mesa de Gryffindor, seguido por una intensa niebla, que cubrió a todos las alumnas, excepto Anne Abbot, Karen, que regresó al Colegio el día anterior, Ginny, Hermione, Katie y Hannah, quien estaba sentada allí por si su hermana era atacada nuevamente.

Cuando la niebla se fue, los efectos de ella fueron catastróficos. TODAS las chicas del a Casa, menos quienes sabían o habían participado de esto, estaban vistiendo solamente sus bombachas y corpiños. Más de una no usaba corpiño, cosa que dejó al descubierto sus senos. Pero esto no fue lo peor, sino lo más leve de la venganza. Todas las chicas estaban PELADAS de la cabeza a los pies. Ni un solo cabello tenían.

Las chicas horrorizadas por esto, se fueron corriendo del Salón en medio de las carcajadas de casi todos los estudiantes y las miradas preocupadas de los Profesores.

"Por el éxito de nuestra venganza!" Propuso Harry un brindis a sus amigos con un vaso de jugo. Los demás se le sumaron al brindis todavía riéndose con el recuerdo de las chicas.

"Un trabajo formidable." Comentó Dumbledore a Harry unos momentos más tarde cuando todos se fueron hacia las clases.

"Gracias. Ese fue el bautismo de los AD." Informó el adolescente mientras iba a su Salón a enseñar sus clases.

"¿AD?" Preguntó el Director con curiosidad.

"Los Amos del Desastre. La nueva generación de bromistas." Dijo Harry antes de preguntar con una sonrisa: "¿No es un lindo nombre?"

"¿Cuánto tardarán las niñas en recuperar su pelo?" Preguntó Albus, eligiendo no hacer comentarios sobre la pregunta.

"Depende." Contestó Harry antes de que sonara el timbre y los alumnos de Tercero entraran a Clase.

"¿De qué depende?" Preguntó Dumbledore confundido.

"Si lo quieren largo, tardará entre un año y un año y medio. Si lo quieren corto, entre 3 y 6 meses. Esto es de larga duración." Dijo Harry simplemente antes de comenzar a tomar lista, mientras el anciano Mago dejaba el Salón con una sonrisa.