Autor Original: Kati Kat (niklovak volny.cz)
Archivo Original: http:www. geocities. com/ mysterak/ TCindex .htm
Título Original: "The Claim"
Traductora: Laie Himura de Fanel (laiehimuradefanel msn.com)
Argumento: En una sociedad totalmente masculina, Duo es un Portavida y Heero el hombre que salvó su vida.
Advertencias: AU (Universo Alternativo), MPREG (Male Pregnacy: embarazo masculino), violencia, angst.
Notas de la Traductora: Duo es un "lifebearer", traducido literalmente sería "portador de vida", pero yo lo resumo en "Portavida". Poco original, lo sé, pero es que de la otra manera era muy largo de escribir U Algo parecido pasa con el trabajo de Heero. Él es un "Enforcer" que sería algo así como "el que se encarga de hacer cumplir las leyes", pero en el contexto de la historia queda mejor "Guardián", porque "Cumplidor" no quedaba muy bien que digamos XD Con el título también tuve problemas. "The Claim" se traduce como "El Derecho", pero no me acaba de hacer mucha gracia... si alguien tiene una suggerencia mejor que me lo diga, teniendo en cuenta que "claim" se puede traducir como reclamación,... El título no tiene porque ser 100% fiel al orginal, ne?
Los rostros de los ciudadanos eran solemnes y severos mientras se reunían en los campos que rodeaban el pueblo, mirando como su líder arrastraba por el pelo a su segundo hijo hasta el centro del círculo que formaban. Padre Maxwell tiró a su hijo al suelo, y el polvo se levantó para encontrar el rostro cubierto de lágrimas.
Los dolorosos sollozos de la destrozada figura eran el único sonido que rompía el silencio que cayó encima de la gente. Lenta y dolorosamente, el chico de largos cabellos se las arregló para acomodarse con sus brazos en una posición medio sentada. Su cabeza colgaba entre sus espaldas, su cabello desatado colgaba hasta el suelo, escondiendo su rostro de sus vecinos, una simple bata de lino era la única cosa que cubría su nudez.
Padre Maxwell miraba a su hijo como si fuera un insecto que acababa de salir de debajo una piedra, su figura envuelta en negro mirando amenazadoramente a la figura golpeada y amoratada en el suelo. Entonces se inclinó, cogiendo el largo cabello en su puño otra vez, haciendo que el chico dejara escapar un doloroso sollozo. Tiró de los sedosos mechones bruscamente, poniendo recta la espalda de su hijo, presentando su rostro a los ciudadanos. Su mirada furiosa y llena de odio voló sobre la gente reunida. "Quien admite haber hecho el niño de este Portavida?" Su grito resonó entre las masas. El inquietante silencio continuó. "Eres tan puta que no pueden ni estar seguros de quien es el padre?" Padre Maxwell sacudió la cabeza de su hijo salvajemente.
Duo cerró fuertemente sus ojos, lágrimas escapando de debajo sus párpados. Sus manos se cerraron en puños que descansaban en sus piernas. No quería mirar a la gente. Sabía que Wufei estaba entre ellos y que no estaba mirándole, su cabeza inclinada de culpabilidad. Sabía que su amante no iba a adelantarse en su defensa ya que su marido, Meilan, el hijo del jefe de una villa vecina, también un Portavida, estaba a su lado, esperando también un hijo de Wufei. Su corto romance había sido un error. Wufei se sentía traicionado por su padre, quien había arreglado el matrimonio entre él y Meilan sin preguntarle, así que una noche dos semanas después de la boda se emborrachó y sedució a Duo en su cama. Acabó su relación tres semanas después, porque al fin empezaba a sentir algo por Meilan, dejando a Duo con el corazón roto y con un hijo. Un hijo que debía explicar a su padre y a la multitud. Y no podía obligarse a admitir la verdad, destrozaría el matrimonio de Wufei y igualmente no le daría nada a cambio. Saber que el padre no quería reconocerle y ser protegido por él.
Padre Maxwell soltó el cabello de su hijo y le abofeteó. Duo gritó, sintiendo la sangre llenar su boca, golpeando el pavimento con su cabeza y hiriéndose la mejilla. Sangre empezó a correr por su rostro.
"Sabes lo que ocurre a Portavidas putas como tú," le dijo a él."Son vendidos en prostíbulos en la ciudad para que nunca puedan avergonzar a sus familias y su pueblo nunca más." Entonces se volvió a inclinar y cogió a Duo por el cabello de la nuca, poniéndolo cara a cara. "Dime quién es el padre o te juro que te lo sacaré a base de palizas."
Un sollozo salió de Duo. No sabía que hacer. Cubrió su abdoment con sus brazos, tratando de proteger a su hijo.
"El niño es mío!"
Todo el mundo se giró hacia el hombre que habló. La gente se apartó, revelando el Guardián del pueblo, Heero Yuy, andando con una calma fría hacia el círculo, seguido de un Solo sudoroso, cubierto de polvo y respirando agitadamente, el hijo mayor del Padre Maxwell. Donde el rostro de Heero era frío como el hielo, el de Solo estaba lleno de rábia, viendo la golpeada y sangrienta apariencia de su hermano pequeño.
Padre Maxwell soltó el cabello de su hijo, dejando que Duo cayera al suelo. Se alejó rápidamente, mirando al Guardián con algo parecido a miedo. Todo el mundo temía a Heero Yuy ya que era frío y malvado. "Tu hijo?" Preguntó Padre Maxwell, su voz tensa.
Heero paró a unos pasos del Portavida embarazado. Observó al chico que le miraba confundido. El bello rostro estaba golpeada y ensangrentada, los ojos llenos de dolor y incomprensión.
"Sí. Estoy reclamando por derecho al hijo del Portavida," dijo alto y claro. Miró alrededor del círculo hasta que sus ojos se posaron sobre el jefe. Sostuvo su mirada, retándole a protestar.
Pero el hombre, tan lleno de grandes palabras hacía tan solo unos minutos estaba ahora silencioso debajo de la fría y amenazadora mirada de Heero Yuy. Era el líder del pueblo, pero este era el Guardián, el hombre cuyo trabajo era matar a la gente que amenazaba la seguridad del pueblo. Aunque era de mediana estatura, la fuerza en la figura vestida de negro con alambres entre las ropas era claramente visible, el fajín verde atado a su cintura marcando su estatus, añadiendo al aire amenazador que le rodeaba.
Al no recibir ninguna palabra de protesta, Heero dijo: "El reto no ha sido aceptado. El Portavida ahora es mío."
Finalmente recordando su estatus, Padre Maxwell aclaró su garganta y asintió. "Así será escrito. El Portavida Duo Maxwell ha sido reclamado por el Guardián," dijo en voz alta para que todo el mundo pudiera escucharlo."Como el hijo ha sido concevido antes de que el reclamo tuviera lugar, el Portavida será desposeido de su nombre en la villa, de sus propiedades y de sus derechos como ciudadano. Tendrá prohibido entrar a la villa hasta que nazca el niño para que la prueba de su desgracia no ensucie a los ciudadanos correctos." Entonces miró a su hijo quien aún estaba mirando sorprendido al Guardián. "Anuncio que esta persona ya no es mi hijo ni mi heredero. Le prohibo llebar el nombre de mi familia, ya que para mi está muerto. Esta persona es ahora la jurada propiedad del Guardián y es su responsabilidad. Marcha con libertad, Guardián," terminó su discurso, se giró y volvió al pueblo. Lentamente el resto de los ciudadanos le siguieron hasta que solo Heero, Duo y Solo estaban en la zona verde que rodeaba el pueblo.
Entonces Heero se arrodilló al lado de Duo, se sacó la capa y la envolvió gentilmente alrededor de las espaldas del Portavida. Duo, aún muy sorprendido, le dejó hacer sin protestar.
"Porque?" susurró finalmente, su herida mandíbula doliendo. "No es tu hijo. Porque lo hiciste?"
Heero le miró frunciendo el entrecejo. No dijo nada.
Solo se arrodilló al lado de su hermano. Suavemente tocó la espalda de Duo, después su mejilla. "Ey, hermanito. Ahora estás a salvo."
Duo parpadeó y miró a su hermano. "Solo?Como…? Porque trajiste a Heero aquí?"
"Padre te hubiera matado. La única persona que conozco de la que temería es Heero. Era el único que podía pararle," explicó.
"Y ahora que?" Preguntó Duo, su voz rota.
Solo lanzó a Heero una rápida mirada. "Irás con él. Te cuidará. Te visitaré tan a menudo como pueda y-"
"No," dijo Heero con voz fría. "No le visitarás. No te acercarás a mi casa otra vez. Lo he permitido sólo esta vez a causa de las circumstancias especiales. Vuelve otra vez y te mataré." La mirada oscura en sus ojos revelaba la verdad detrás de sus palabras.
Duo no dijo nada, sus ojos mirando hacia abajo, un aire de resignación rodeándole. No sabía porque Heero lo había hecho y era obvio que el Guardián no tenía intenciones de decírselo. Pero no importaba. Conocía las tradiciones. Queriendo o no, ahora pertenecía al Guardián. Luchando contra el destino inevitable sólo le llebaría un mar de dolor. E incluso si podía alejarse de él, donde iría? Estando embarazado de un niño, no podía sobrevivir en los bosques durante el invierno que se acercaba más con cada día que pasaba. Tocó su abdomen. Por su hijo soportaría cualquier cosa.
Solo empezó a protestar. "Pero-"
"Presta atención al aviso, ciudadano, o no seré responsable de tu vida," le avisó. Entonces se inclinó, puso una mano alrededor de la espalda de Duo, la otra debajo de sus rodillas y lo levantó en sus brazos. "Está muerto para el pueblo, deja que siga de este modo."
Heero se giró y empezó a andar en dirección a los bosques. Solo miró los horrorizados ojos de Duo sobre la espalda vestida de negro. Los ojos azules estaban tan llenos de dolor y solitud. Trató de sonreir para animarle, pero falló. Suspiró. Había logrado salvarle de su padre, pero – podía la vida que le esperaba ser aún peor?
Solo vió como desparecían en los bosques. Que el destino fuera piadoso con su hermano.
